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Liga de Balompié Mexicano, contagiada por el Covid-19

Aquel miércoles 29 de enero, en un salón luminoso de Guadalajara, se anunció la creación de la Liga del Balompié Mexicano. Muchos recibieron el proyecto con optimismo. Parecía una nueva ventana para el futbol organizado de México; una opción para cientos de futbolistas, técnicos, árbitros y directivos relegados por la cerrada estructura de la Federación Mexicana de Futbol.

En aquella conferencia de prensa inicial, se consideraba que la Liga tuviera 20 equipos (hasta la fecha tiene 14 registrados) y aprovechar parte de la infraestructura que algún día albergó a la Primera División. Hasta ahora están considerados como casa de algún equipo el Estadio Azul, el Pirata Fuente, el Tres de Marzo y el Olímpico de la BUAP.

Los empresarios involucraron a Carlos Salcido y a otros nombres destacados para dar notoriedad al proyecto. En pocas palabras, el objetivo de la nueva liga era cortar una pequeña rebanada del futbol nacional.

Esos eran los planes iniciales, pero eso era antes de la pandemia. Y como sucede con todo lo demás, el Covid-19 causó una tormenta incluso antes de que saliera por primera vez el sol. La fecha prevista para iniciar del 18 de septiembre, se recorrió al 16 de octubre y eso complica más la situación. “Si no podemos iniciar con público, no podemos iniciar. Además del tema comercial, del tema económico, es la expectativa”, dice Javier González Levy, Director de Difusión y Medios.

La interminable pausa y el cierre de las oficinas públicas ha complicado también los trámites burocráticos, la conformación de equipos, las altas en la Secretaría de Hacienda y ha generado incertidumbre en lo inversionistas.

Ahí no termina la incertidumbre. Uno de los problemas en adelante es que el semáforo continúa en rojo y los eventos masivos se ven lejanos en los cronogramas gubernementales. “Sí recibiríamos un golpe fuerte si nos tenemos que ir hasta enero. Tendríamos que empezar a generar algo de acción, tal vez juegos de pretemporada, pero la verdad no hemos pensado en ese escenario”, interviene de nuevo González Levy.

Mientras, ha dado más pasos. Esta misma semana la nueva Liga anunció su afiliación a la Confederación de Asociaciones Independientes de Futbol (CONIFA), un ente alterno que aglutina a 62 entidades pequeñas que no pertenecen a la FIFA.

La organización encabezada por Víctor Montiel también ha intentado hacer las cosas con un estilo propio: quieren instituir torneos largos, respetar el Ascenso y el Descenso y han buscado patrocinadores y plataformas para transmitir en streaming y televisión.

En el camino ha intentado reclutar nuevos capitales y abrir el abanico de ciudades. Muchos jugadores, técnicos y árbitros esperan esa segunda oportunidad en el campo, pero todo está detenido. La pandemia tiene herido de muerte a un proyecto que ni siquiera ha nacido, la Liga de Balompié Mexicano.