Alejandro Pelayo/ESPNDeportesLosAngeles.comEl centro de medios tuvo problemas con la conexión a Internet
GUADALAJARA -- Si se cae un amigo, te ríes. Si se cae un compañero de trabajo o de la escuela, también te ríes. Si se cae un desconocido, te ríes aún más, pero si se cae el internet, sufres.

Esto lo viví en carne propia ahora que fui a recoger mi acreditación para los Juegos Panamericanos. Una experiencia que pudo haber durado unos 10 minutos se prolongó por más de una hora y todo porque el bendito Internet iba y regresaba sin importar que una veintena de personas entre periodistas, voluntarios, fuerza de trabajo y delegados estuviéramos buscando el ansiado documento.

Pero como dicen, lo que mal empieza mal acaba, desde que llegué al centro de acreditaciones de los Juegos Panamericanos me dio mala espina, pues a diferencia de lo que se vio en Río de Janeiro 2007 o en los multicriticados juegos de Santo Domingo 2003, incluso en los Centroamericanos de San Salvador del 2002, acá las instalaciones son extremadamente rústicas, ya que únicamente se colocaron unas carpas como de 15 metros de largo, por 10 de ancho, ahí se acreditan a todos, medios de comunicación, con derechos y sin derechos, voluntarios, atletas, delegados, fuerza de trabajo, todos, en esa pequeña carpa de circo.

Adentro no hay comodidades, sólo escritorios con laptops, impresoras, y cajas de cartón en donde se guardan los tarjetones que te acreditan para ser partícipe de esta justa deportiva, adentro de estas carpas es una tierra sin ley.

Sólo letreros de papel sobre los escritorios indican en dónde te corresponde recoger tu documento, y ahí estamos todos revueltos, los fotógrafos con sus 30 kilos de equipo, los voluntarios que van por sus acreditaciones y los voluntarios que trabajan tras escritorios, los delegados de diferentes países, reporteros, y agentes de seguridad se aglutinan.

Y créanme todo esto no tendrían importancia, aún y cuando en Río de Janeiro colocaron varios centros de acreditaciones, es decir uno sólo para periodistas, otro para fotógrafos, para miembros de las delegaciones, para voluntarios, todos por separado para agilizar el trámite.

En Santo Domingo se acondicionó una escuela y todo se dividía por aulas, en San Salvador el Centro de Acreditación estaba dentro del complejo de los Juegos y una sección de uno de los edificios se destinaba para este insignificante, pero indispensable trámite.

Al final todos los centros de acreditación tienen algo en común, primero que todos se ubican en edificios establecidos, segundo que están bien divididos y tercero, con espacios amplios, menos en Guadalajara, y no es porque a los periodistas no nos guste integrarnos junto a los demás, o que nos sintamos diferentes o algo así, no para nada; simplemente que todos tienen diferentes necesidades.

Y la verdad creo que me considero una persona paciente y educada, pasé esa hora con 10 minutos esperando mi acreditación sin mayores inconvenientes, pero sí hay gente que se desespera, que grita, casi insulta a los pobres voluntarios que intentan hacer lo mejor posible su trabajo, pero sin la herramienta básica, internet, es muy complicado, casi es mandarlos a la guerra sin fusil, y terminan siendo las víctimas, cuando ellos son los menos culpables.

El presupuesto para los Panamericanos supera los 600 millones de dólares, y me parece increíble que no se haya destinado una parte decente de este presupuesto a invertirlo en un sistema de red digno de un evento de esta magnitud, pues si esto me pasó faltando una semana para que inicien los Juegos, imaginen lo que pasará cuando, faltando unos días para el arranque, se acumulen cientos de personas al mismo tiempo en busca de su acreditación, aquello, se los adelanto será un infierno, a menos que logren mejorar el bendito internet.