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La verdadera Copa Confederaciones

A quién no le gustaría ver en una misma alineación a Iniesta, Ronaldo y Pirlo en un partido oficial Reuters

La FIFA ha tratado de posicionar a la Copa Confederaciones como el segundo torneo de fútbol más importante del planeta, después del Mundial. Y aunque ha logrado atraer la atención, muchos lo siguen viendo como un torneo de poca importancia.

Por lo tanto es tiempo que la FIFA replantee la Copa, en lo que de paso sería una buena oportunidad para la entidad de sacudirse un poco de la mala imagen y dudas que ha generado en los últimos años.

La actual Copa Confederaciones se puede resumir como la lucha de pocos países por un título, que significaría que la Confederación representada en la selección campeona es la mejor de las seis existentes, aunque para la selección ganadora el campeonato no le genera mucho prestigio.

La mejor manera de darle el valor que se merece este evento y hacerlo mucho más atractivo para los aficionados en el mundo, sería que todos los países que componen cada Confederación tengan la oportunidad de participar. Así que en vez de que un solo país o dos -en el caso de Europa y Sudámerica- representen a toda una Confederación, ¿por qué no hacer una selección con los mejores jugadores de cada país en cada Confederación?
Si tanto es cierto que el fútbol sirve para unir ciudades, regiones y países, ¿por qué no ir más lejos e intentar unir continentes?

Tal vez sería la mejor manera de que todos los aficionados en el mundo se sintieran parte de un mismo evento deportivo, asemejándose a lo que los Juegos Olímpicos representa.

Teniendo de antemano que la FIFA organizara una competencia de dicha magnitud, empecemos ahora el ejercicio de escoger los jugadores que representarían a cada una de la Confederaciones, sólo para ver que saldría.

UEFA

Entonces en una selección de UEFA, podríamos imaginarnos ana alineación con Iker Casillas en el arco. Una defensa compuesta con el belga Vincent Kompany y el español Carles Puyol en el centro, y al Inglés Glen Johnson y al austriaco David Alaba marcando las puntas. El alemán Bastian Schweinsteiger sería el eje de un mediocampo, que lo completarían Andrés Iniesta y Andrea Pirlo para organizarle el juego a un ataque compuesto por Cristiano Ronaldo, Zlatan Ibrahimovic y Robin van Persie. Y quedarían en el banco jugadores como Wayne Rooney, Xavi Hernández, Gareth Bale, Robert Lewandowski, Philip Lahm, Mario Balotelli, Mario Götze, Giorgio Chiellini y Pepe.

CONMEBOL

Con esos nombres en una selección europea parecería un equipo invencible, pero si hacemos un nuevo ejercicio, pero ahora imaginándonos a una selección de CONMEBOL, nos damos cuenta que no hay que dar al equipo de la UEFA del todo favorito.

Qué maravilloso sería que brasileños y argentinos dejarán atrás su rivalidad futbolística por un pequeño lapso de tiempo para apoyar a un mismo equipo, que tendría en el arco al brasileño Julio César. Mientras su compatriota Dani Alves sería el lateral derecho. El izquierdo podría, ser el peruano Juan Vargas, el colombiano Pablo Armero o el brasileño Marcelo, mientras que los centrales serían el uruguayo Diego Lugano y el brasileño Thiago Silva. Javier Mascherano sería el eje del mediocampo, acompañado del chileno Arturo Vidal, y debido a la cantidad y calidad de atacantes sudamericanos que existen, podrían retrasarse un poco Neymar y Lionel Messi para dejar como delanteros en punta al uruguayo Luis Suárez y el colombiano Radamel Falcao. El envidiable banco de suplentes lo compondrían el uruguayo Edison Cavani, los argentinos Sergio Agüero, Gonzalo Higuaín, Pablo Zabaleta, el brasileño David Luiz, los colombianos James Rodríguez y Juan Guillermo Cuadrado , el venezolano Juan Arango, el peruano Jefferson Farfán y el zaguero paraguayo Antolín Alcaraz.

CONCACAF

El dominio que tienen las selecciones de México y Estados Unidos en la CONCACAF haría suponer que un equipo centro y norteamericano sería compuesto en su mayoría por jugadores de ambos países.

El fútbol sería el único en lograr que los aficionados mexicanos y estadounidenses olvidaran sus diferencias deportivas y políticas por un momento apoyar a la selección de su región.

La selección de CONCACAF tendría a Tim Howard cubriendo el pórtico, el costarricense Cristian Gamboa sería el lateral derecho, mientras que Carlos Salcido sería el izquierdo. El centro de la defensa la ocuparían el mexicano Héctor Moreno y el hondureño Maynor Figueroa. Su compatriota Roger Espinoza y el estadounidense Michael Bradley serían los mediocampistas encargados de defender, y Clint Dempsey y Giovani dos Santos serían los cerebros encargados de crear en la mitad de la cancha, dejando arriba a la dupla de ataque netamente mexicana de Carlos Vela y Chicharito Hernández. Mientras que en el nada despreciable banco de suplentes quedarían los ticos Bryan Ruiz y Joel Campbell, el estadounidense Jozy Altidore, el panameño Felipe Baloy y los mexicanos Diego Reyes, Andrés Guardado y José de Jesús Corona.

CAF

Una selección africana daría mucho de qué hablar en un torneo de esta magnitud, si lograran juntar en un solo equipo a nombres como los de los marfileños Didier Drogba, Yaya Touré, Kolo Tauré y Gervinho, los cameruneses Samuel Eto'o y Alex Song, los nigerianos Victor Moses, Mikel John Obi, los ghaneses Michael Essien y André Ayew, el senegalés Demba Ba y el malí Seydou Keita.

AFC y OFC

Todo torneo debe tener cenicientas y sobre el papel, por la falta de jugadores de mucho renombre, este título debería ser para las selecciones de Asia y Oceanía.

Aunque la AFC pudiera hacer un gran equipo entre las figuras asiáticas que juegan en el mundo, sería muy difícil competir a la par de las cuatro selecciones antes mencionadas.

Aunque para cualquier equipo del mundo sería fabuloso reunir nombres de la talla de Omar Abdulrahman de los Emiratos Árabes Unidos, los japoneses Shinji Kagawa y Yuto Nagatomo, los coreanos Lee Keun-ho y Koo Ja-cheol, el indonesio Bambang Pamungkas, el malayo Rozaimi Rahman, el iraquí Amjad Radhi y el tailandés Teerasil Dangda.

Sólo restaría una selección de Oceanía, que indiscutiblemente a falta de jugadores de renombre quedaría expuesta a ser goleada, pero no tendría mucha diferencia a lo que sucede en la Copa de Confederaciones actual.

Como serían seis equipos, el mejor sistema de competencia sería que en una sola sede se juegue una vuelta de todos contra todos para que los dos primeros disputen la final, con partidos por el tercer y cuarto lugar y otro por el quinto y sexto.

Obviamente cada uno tendría su equipos, yo me atreví a dar el mío. Pero a la larga, ¿no sería esta la mejor manera de definir a la mejor Confederación de todas?