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¿Piensan que anotar es fácil? ¡Piensen de nuevo!

¿Así que están pensando convertirse en anotadores oficiales de béisbol? Es mejor que lean esta historia primero.

Por allá por el 6 de agosto, Félix Hernández abrió por los Marineros y permitió seis carreras en cinco entradas, pero solo tres de ellas fueron limpias. O al menos, solo tres fueron limpias al momento de anotarse el partido.

Respiren profundo. Esto se complica aún más.

En la parte alta de la cuarta entrada, Adam Lind de Toronto abrió y llegó quieto a primera gracias a un error del antesalista Kyle Seager. Colby Rasmus le siguió con un rodado por la intermedia que golpeó a Lind. De acuerdo a las reglas de Grandes Ligas, Lind fue declarado out y a Rasmus se le acreditó un hit.

Entonces Brett Lawrie conectó un rodado entre tercera y campocorto que el torpedero Brad Miller pifió. Miller intentó forzar a Rasmus en segunda base pero el tiro terminó en el jardín derecho, y Rasmus avanzó a la tercera base. Al decidir que el tiro no habría vencido de todas maneras a Rasmus (o a Lawrie en primera base), el anotador oficial Eric Radovich decretó el batazo como hit y error de Miller que permitió que Rasmus llegara a la antesala.

¿Me están siguiendo? OK. Prosigamos.

Entonces Lawrie se robó la segunda base para colocar corredores en segunda y tercera. Luego que Josh Thole se ponchara, Emilio Bonifacio conectó doble que trajo al plato a Rasmus y Lawrie. José Reyes ligó sencillo que remolcó a Bonifacio. Reyes fue puesto fuera tratando de robarse la intermedia para cerrar la entrada.

No se relajen todavía. Ahora es que comienza lo bueno.

Basado en las reglas que dictan que debieron haber ocurrido los tres outs antes de que anotara cualquier carrera, Radovich contó las tres carreras como inmerecidas. La roleta de Lind para abrir la entrada/error debió haber sido el primer out. Así, el out en la roleta de Rasmus debió haber sido el out dos. Y el ponche de Thole debió haber cerrado la entrada. Tres outs antes de que se anotase una carrera, así que las tres anotaciones fueron sucias.

Esa es la manera en que se anotó originalmente y así se mantuvo.

Por dos semanas.

El Elias Sports Bureau, los estadísticos oficiales de Grandes Ligas, vieron la anotación de forma diferente. Debido a que Rasmus se le acreditó unhit, Elias dijo que la jugada no se podia contar como lo que debió haber sido el segundo out de la entrada, así que decidió colocar la decisión original bajo revisión. Radovich entiende el punto de vista, pero dice, "El libro de reglas no es definitivo en cuanto a la manera en cómo se deben anotar estas carreras en base a un corredor siendo golpeado por una pelota bateada, ya que al bateador se le acreditó un hit por regla, aunque también en la jugada se produjo un out".

Luego de algo de debate sobre la manera en que se debían anotar las carreras, Joe Torre – vicepresidente ejecutivo de operaciones deportivas de MLB – tomó la decisión dos semanas después de haber ocurrido la jugada. Torre decidió que las carreras debían ser limpias, lo que elevó la efectividad de Hernández hasta el juego del 6 de agosto de 2.39 (donde se encontraba luego de la decisión inicial de Radovich) a 2.55.

Pero esperen. No hemos terminado.

Luego que se decretara que las carreras eran limpias, el equipo le informó a Hernández que podía apelar la decisión original de que el tiro de Miller a la segunda base, si hubiese llegado a su destino, no habría vencido a Rasmus para el out. En efecto, Hernandez apeló, y todavía estamos esperando un veredicto. Si se decide que un buen tiro habría vencido a Rasmus y por ende la jugada se decretaba como error todo el tiempo, las carreras volverían a decretarse como inmerecidas.

Y ustedes pensaban que anotar un juego de béisbol era fácil.