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Dos preguntas sobre el cuarto juego de la Serie Mundial

Getty Images

Pregunta número uno: ¿Cuál es la regla del béisbol que dice que los lanzadores abridores ya ni siquiera pueden pasar de los 100 lanzamientos?

El veterano zurdo Rich Hill estaba regalándole a los fanáticos de los Dodgers de Los Angeles una joya de pitcheo, con apenas un hit permitido en seis entradas y un tercio, mientras sus compañeros le habían dado desde el inning anterior una ventaja de cuatro carreras y parecía que la Serie Mundial ante los Medias Rojas de Boston se empataba a dos triunfos por bando.

Entonces, Hill acumulaba 91 envíos cuando Dave Roberts volvió a hacer de las suyas y le pidió la pelota, para comenzar a usar a su cuerpo de relevistas, el mismo que 24 horas antes se había combinado para trabajar 11 entradas en el maratón de 18 episodios.

Roberts destapó la caja de Pandora y sus relevistas recibieron un inmisericorde castigo de una ofensiva que llevaba dos carreras en sus últimos 23 innings.

Los seis relevistas que trajo permitieron en total ocho limpias en dos innings y dos tercios.

No hubo un cambio de pitchers que le saliera bien al manager de los Dodgers, pues todos aceptaron al menos una anotación.

Respuesta a la pregunta: No existe tal regla, aunque algunos managers no se hayan enterado.

Pregunta número dos: ¿Debía Eduardo Rodríguez lanzarle a Yasiel Puig?

Esta interrogante ya carece de importancia, pero de no haber sido por la reacción ofensiva de los Medias Rojas en el último tercio del partido, tendría en vilo a los fanáticos de Boston, ante un eventual empate a dos triunfos en la Serie Mundial.

El venezolano Rodríguez, abridor de emergencia ante el relevo de seis entradas de Nathan Eovaldi la noche anterior, se graduó de hombre, al retirar en blanco los cinco primeros episodios en un duelazo con Hill.

En el sexto se complicó y estuvo a punto de salir del atolladero con la rola de Cody Bellinger a primera con las bases llenas.

Pero a punto no se apunta y un error en la devolución de Christian Vázquez a primera en busca de completar una doble matanza le abrió las puertas del plato a la primera carrera de los Dodgers.

Dos hombres quedaron en bases y el cubano Puig venía a consumir turno.

La respuesta es sí. El "Caballo Loco" le botó la pelota sobre el jardín izquierdo y puso la pizarra 4-0, convirtiendo el Dodger Stadium en un manicomio en noche de luna llena.

Pero a lo largo de su carrera, el cubano ha tenido serias dificultades ante los lanzadores zurdos, las cuales se acrecentaron incluso este año.

Antes del bambinazo, ante zurdos bateaba en el 2018 para .202, con cuatro jonrones, incluida la postemporada, mientras que ante derechos lo hacía para .300 y 20 vuelacercas.

Dejar a Eduardo Rodríguez frente a Puig no fue un error de Cora, sino una decisión que salió mal, porque, a fin de cuentas, el hombre tiene un bate en la mano.