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Entonces, ¿que se regrese hoy Monterrey?

Los Rayados debutaron con el pie derecho en el Mundial de Clubes Getty Images

LOS ÁNGELES -- Monterrey fue más de lo que se esperaba. Y los sudcoreanos del Ulsan fueron menos de lo que se esperaba.

Y Monterrey está en la semifinal. Le espera el Chelsea, campeón de clubes en Europa.

No es el mismo Chelsea. Lo acaban de echar de la Champions de la manera más humillante en que han echado a un monarca de la gala europea. Lo expulsaron al Chelsea casi como a un intruso, como a un usurpador, como a un leproso de una fiesta de la realeza.

Claro: el Monterrey tampoco es el mismo.

Y por supuesto: hay un abismo en las esferas sociales del futbol entre ser campeón de Europa y ser campeón de la Concacaf. Entre el Primer Mundo y el Tercer Mundo, según reflexiones oficiales del zar de FIFA, Joseph Blatter.

Como sea, la nómina del Chelsea impresiona, aún con la ausencia del legendario John Terry. Pasemos lista. Un resucitado Niño Torres con cuatro goles. Para muchos el mejor portero del Mundo: Peter Cech. El mejor lateral derecho del mundo: el serbio Ivanovic.

¿Más? ¿Cuántos defensas hay mejores que David Luiz? ¿Y Ramires? ¿Juan Mata? ¿O Lampard con todo y su conflicto contractual? ¿Oscar? ¿Hazard?

En el listado de Rafa Benítez hay figuras que estuvieron en el horizonte de equipos como Real Madrid, Juve, MUFC, pero Chelsea dispone de un capital poderoso y por eso los firnó.

Bueno: vendiendo simplemente a Cahill, Azpilicueta y Ferrerira, Chelsea compra completa la franquicia del Monterrey.

No estamos hablando de libras esterlinas solamente, sino de calidad en sus jugadores. Su cuadro titular está conformado por titulares en sus selecciones nacionales y hasta capitanes de representativos de sus países.

Pero el equipo no funcionaba y el excéntrico propietario, si los hay, Roman Abramovich, echó sin contemplaciones al italiano Roberto Di Matteo, a pesar de que hace menos de seis meses le entregó dos trofeos: la FA Cup y la Champions.

Sí, ya sé lo que está pensando: entonces que el Monterrey tome el primer vuelo y regrese para evitar una humillación mayúscula este jueves en Yokohama.

¿Tiene posibilidades Rayados de escribir una historia memorable, tomando en cuenta que ningún equipo de la Concacaf ha podido sentarse a la mesa privilegiada de una final?

¿Puede Monterrey sin Chupete Suazo (lesionado) y sin Ángel Reyna (exiliado y transferible), sus dos mejores creadores de futbol, atreverse a la proeza?

Imposible, nada. Sólo hay que agregar que a la calidad del Chelsea se suma la urgencia de ganar tras sus recientes resultados en el segundo semestre del año.

Para Chelsea no ir a la final de la Copa Mundial de Clubes sería un fracaso y con un patriarca intolerante e intolerable, la guillotina puede venirse encima de manera despiadada de cara a la ventana de pases de invierno, porque no olvidemos que este equipo tiene prestados a 17 jugadores en la misma Premier y en otras ligas. Para Abramovich su extravagancia y su dinero están por encima de todo.

Monterrey sólo requiere de una ecuación sencilla para aspirar a ser un contendiente digno: la suma correcta de la experiencia de su entrenador y la de la voluntad y compromiso de sus jugadores.

Lamentablemente, los Rayados dejaron hipotecada la credibilidad y la fe de su afición en esos valores, incluyendo su desidia mostrada en la Liguilla.

Tan simple como establecer que si las proezas no existieran, el mismo Chelsea no sería campeón de Europa, pero fue así como dejó en el camino a dos poderosos favoritos: Barcelona y Bayern Munich.