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Julien Benneteau: la deuda final

BUENOS AIRES -- Julien Benneteau es regular Top 50 desde hace dos años, llegó a ser 26° en 2012, logró el bronce olímpico en Londres (junto a Richard Gasquet, en dobles), guarda recordadas victorias contra Roger Federer y, de 2008 en adelante, llegó por lo menos a una final ATP cada temporada. Pero hace rato otra estadística torna imposible quedarse con el vaso medio lleno: el francés no pudo ganar ninguna de esas definiciones, alcanzando ya nueve derrotas en partidos por el título.

Solo dos jugadores en la Era Abierta vivieron lo mismo: el también francés Cedric Pioline (ex N°5 del mundo) y el estadounidense Pat Dupre (fue 14° en 1980). Ambos rompieron la racha en la décima oportunidad. ¿Tendrá una nueva chance Benneteau? Aquí, la historia de un progreso que se volvió martirio.

1 · Casablanca 2008 (clay). Campeón: Gilles Simon, por 7-5 y 6-2.
A los 26 años, Benneteau llegaba a su primera final ATP. Enfrente aparecía otro francés, Simon, que originalmente no iba a jugar el torneo y cuya tardía inscripción lo había obligado a pasar por la qualy. El duelo se le escaparía en poco más de una hora a Benneteau, conciente de no haber mostrado el nivel que le exigía el momento y afligido por un contexto particular:

-No me tocó jugar en las condiciones ideales. Vine solo aquí y a veces es de mucha ayuda tener a alguien allí sentado, apoyándote.

2 · Lyon 2008 (carpeta indoor). Campeón: Robin Soderling, por 6-3, 6-7 (5) y 6-1.
Cinco meses después, repetía una instancia de definición. Y lejos de la soledad marroquí, lo hacía en Lyon, a pocos kilómetros de su Bourg-en-Bresse natal. Además, se abría paso sin perder sets en el camino, eliminando a jugadores de la talla de Jo-Wilfried Tsonga y Tommy Robredo. Lo frenaría el sueco, que con esa conquista se metía por primera vez en el Top 20. De todas maneras, el vaso seguía más lleno que vacío:

-Me hubiera encantado ganar aquí. Pero si alguien me hubiera dicho al principio de la semana que hoy estaría perdiendo la final en tres sets, habría estado más que contento.

3 · Kitzbuhel 2009 (clay). Campeón: Guillermo García López, por 3-6, 7-6 (1) y 6-3.
Así como le había ocurrido a Simon con Casablanca 2008, aquí fue Benneteau el que no se anotó a tiempo, debiendo pasar por la clasificación. Pero con un agregado: cayó en la ronda final (curiosa coincidencia) y entró al cuadro como lucky loser. Así escalo hasta una nueva definición, donde estuvo a un puñado de puntos de hacerse con la victoria, pero, tras más de tres horas, acabó cayendo a manos del español, debutante en este tipo de instancias. Y el discurso posterior empezaba a mutar:

-Es una gran decepción. Ha sido una semana muy larga para mí y cuando llegas a este punto solo quieres ganar.

4 · Marsella 2010 (hard indoor). Campeón: Michael Llodra, por 6-3 y 6-4.
Segunda final en casa y junto a quien horas después ganaría el título en dobles. Frente a frente, fue todo de Llodra. Benneteau venía de una maratónica semifinal ante Tsonga, donde prevaleció por 7-6 (11), 5-7 y 7-6 (3). En la definición, una vez más, volvió a sufrir:

-Llegué cansado mentalmente. Y para vencer a Mika hay que jugar un partido excepcional. Sacó bien, voleó bárbaro. Todo se hizo cuesta arriba.

5 · Winston Salem 2011 (hard). Campeón: John Isner, por 4-6, 6-3 y 6-4.
Otra semifinal desgastante, tres sets y doble tiebreak ante Robin Haase. Terreno fértil para los 19 aces de Isner en el duelo decisivo. Pero el contexto iba más allá de la caída: Benneteau llegaba a Winson Salem en el puesto 113 (debió jugar qualy), su peor registro desde febrero de 2006, producto de una seguidilla de malos resultados y la no-defensa de los octavos de Wimbledon 2010. Por eso, la quinta final perdida pasaba a segundo plano ante el que significaba su retorno estable al Top 100 (quedaba 81°):

-Es duro perder otra final, pero tengo que sacar lo positivo de esta semana. Al comienzo de la clasificación habría firmado tener un torneo así.

6 · Sídney 2012 (hard). Campeón: Jarkko Nieminen, por 6-2 y 7-5.
Parecía ser su momento. Sin ceder sets en toda la semana, frente a jugadores -todos- de mejor ranking, llegaba como favorito ante un Nieminen que por entonces ocupaba el puesto 77, venía de la qualy y traía consigo un récord de 1-10 en finales. "Depende de mí", se entusiasmaba en la previa. En la cancha se volaron los papeles. Benneteau arrancó con un quiebre de ventaja en el primer parcial, pero Nieminen hilvanó una racha inapelable para quedarse con la manga y terminó festejando en sets corridos. La cuenta llegaba a seis:

-Todos los días me entreno para ganar un título. Pensé que hoy podía darse, tuve una gran semana. Pero el final no fue el esperado. Jarkko jugó muy bien, pero yo debí haber hecho más.

7 · Kuala Lumpur 2012 (hard indoor). Campeón: Juan Mónaco, por 7-5, 4-6 y 6-3.
Otra semana destacada, triunfo sobre el máximo favorito -David Ferrer- incluido y nueva final sin sets en el camino. Pero del 6-4 6-1 sobre el español en semifinales, pasó a caer ante un Mónaco que lograba su primer título fuera del polvo de ladrillo. El francés tuvo break point para 3-2 en la tercera manga, pero falló y en una ráfaga quedó 2-5, sin reacción y con otra derrota sobre la espalda, agravada por una molestia que días después lo bajaría de Pekín:

-Fue un buen partido, pero no me sentí del todo bien físicamente. Tuve algunos problemas en el codo, ya desde el calentamiento previo, y eso me complicó...

8 · Rotterdam 2013 (hard indoor). Campeón: Juan Martín del Potro, por 7-6 (2) y 6-3.
Tercera final consecutiva sin perder sets, su primera en un evento de categoría 500 y con golpe sobre Federer en la semana (segunda victoria contra el suizo, que luego elogiaría su juego). Marco ideal, que llegaba a su fin otro domingo. Del Potro repetía en Holanda su gran cierre indoor de 2012 en Viena y Basilea y dejaba sin chances al francés:

-Hice lo que pude, él jugó con mucha potencia. Desilusiona porque es otra final, pero me estoy acercando cada vez más. No tengo dudas de que el título va a llegar.

9 · Kuala Lumpur 2013 (hard indoor). Campeón: Joao Sousa, por 2-6, 7-5 y 6-4.
Último acto. El más fresco, el más increíble. Por contexto (otro camino llano en indoor, sin ceder sets), resultados (sacó con autoridad a Stanislas Wawrinka en semifinales) y rival: el portugués Sousa, de 24 años, puesto 77 (el de Nieminen en Sídney) y que hasta hacía 10 días jamás había disputado siquiera una semifinal ATP. Benneteau debía calzarse una vez más el traje de favorito. Y de arranque lo hizo, llevándose el primer set con contundencia y contando con un match point (el primero de las nueve finales) en la segunda manga. El lusitano fue paciente, lo pudo remontar y le dio a su país la primera corona en el circuito. Esta vez, Benneteau no encontró nada de donde agarrarse para mirar la parte llena del vaso. El vacío era total:

-No hay mucho para decir. Intenté todo. Estuve al frente, con buen nivel, seguí mi plan de juego. Pero esto es tenis. No hace falta ganar todos los puntos, sino los que son clave. Tuve un match point, salí a buscarlo, lo jugué perfecto y no resultó. Es duro. Es muy duro.

Como banca, como punto, como clasificado, como lucky loser, corriendo de atrás, llegando descansado. Benneteau disputó finales atravesando prácticamente todos los escenarios posibles. No pudo prevalecer en ninguno.

Es cierto, para perder una final hay que llegar a ella. Y Benneteau lo logró nueve veces, cuando hay jugadores que se pasan toda una carrera sin conseguirlo. Pero justamente eso es lo que extraña: el francés es un jugador con probado talento, sólido juego de base, versatilidad para definir en la red y un sostenido recorrido por el circuito mayor del tenis mundial. Carácterísticas, empero, que terminan cediendo, en el análisis, ante la mera oferta numérica, tan cruda como contundente. Si hasta el propio Sousa, en medio de su histórica euforia, tuvo tiempo para congraciarse con el galo: "Sabía de su historial. Me sentí mal por él. Es duro, después de tantas finales. Y sé lo difícil que es alcanzar una".

Con todo, Benneteau queda ahora como el tenista con mayor número de finales perdidas sin un solo título en el haber (Pioline luego conseguiría cinco; Dupre, uno). Simplemente pudo festejar en Challengers y en dobles, donde ostenta dos coronas de Masters 1000. En singles, sin embargo, el casillero sigue vacío. Y a poco de cumplir 32 años, el tren parece haber pasado ya suficientes veces. Pero será cuestión de seguir el ritmo y volverse a subir.

Fuentes: declaraciones a Reuters, AP y ATP World Tour | Fotos: Getty.