El dominicano Albert Pujols se convirtió oficialmente en el tercer pelotero en la historia de las Grandes Ligas con dos mil carreras impulsadas y lo hizo de la mejor manera posible: con un cuadrangular.

Pujols se unió a Hank Aaron (2,297) y a Alex Rodríguez (2,086) como los únicos miembros oficiales de tan exclusivo club, para sedimentar aún más su camino hacia el Salón de la Fama de Cooperstown.

Los historiadores tiene discrepancias sobre el selecto grupo y algunos incluyen también a Babe Ruth (2,214) y a Cap Anson (2,075), tras un minucioso estudio de las hojas de anotaciones de los juegos antes de 1920, el año en que comenzó a compilarse de manera oficial las carreras impulsadas como estadística.

Albert Pujols batea (Los Angeles Angels)
AP Photo/Orlin Wagner

Resulta que antes de ese año, el Bambino remolcó 224 carreras cuando jugaba para los Boston Red Sox, mientras que Anson lo hizo en el siglo XIX, en los anales del béisbol, con los desaparecidos Rockford Forest Citys, los Atléticos de Filadelfia y los Chicago Cubs.

Lo cierto es que da lo mismo que el club sea de tres o de cinco, pues la cifra no le resta exclusividad.

Y al igual que Pujols, Aaron y ARod lograron la cifra redonda con sendos bambinazos.

Para más curiosas, el dominicano consiguió sus dos primeros remolques con el primer vuelacercas de su carrera, el 6 de abril del 2001, frente a Armando Reynoso, lanzador mexicano de los Arizona Diamondbacks.

Entonces Pujols jugaba para los St. Louis Cardinals y le tomó poco más de cuatro años para llegar a 500 empujadas y lo hizo con sencillo ante Chris Gissell, de los Colorado Rockies, el 26 de septiembre del 2004.

El millar llegó el 25 de abril del 2009, también por la vía del jonrón, al botarle la pelota con bases llenas a David Patton, de los Cachorros.

Ya con e uniforme de Los Angeles Angels, Pujols sumó su impulsada 1,500 el 8 de abril del 2014, también con bambinazo, frente al zurdo canadiense James Paxton, de los Seattle Mariners.

Y así hasta este jueves, cuando le sacó la pelota al Ryan Carpenter, de los Detrot Tigers, para su número 2,000.

Teniendo en cuenta que al dominicano le restan dos temporadas más de su contrato, es posible suponer, si la salud lo acompaña, que podrá sobrepasar a Alex Rodríguez e instalarse oficialmente en la segunda posición de los empujadores de todos los tiempos.

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Transcurrido mes y medio de la temporada, las piezas van cayendo por su peso y ya hay equipos que se sabe, aunque queden mucho camino por recorrer, que no van a ningún lado.

No hay manera humana de que los Miami Marlins, los Chicago White Sox, los San Francisco Giants, los Kansas City Royals o los Baltimore Orioles salgan de la mediocridad con que transcurren el 2019, sencillamente, porque no tienen con qué.

Incluso, los Washington Nationals, que en el papel lucían en condiciones de pelear en la disputada división Este de la Liga Nacional, se hunden cada vez más en el lodo y si no llegan al sótano es porque ese lugar estaba reservado de antemano por la novena miamense.

Entonces, a sus respectivas gerencias no le queda otra que estar cerca del teléfono, a la espera de ofertas para cambiar a ciertos jugadores que les será imposible retener para el futuro y por quienes es mejor canjear por prospectos que puedan controlar por los años venideros.

A su consideración presentamos cinco peloteros que deben tener desde ya sus maletas listas, para cuando tengan que irse al menos por los últimos meses de la temporada, a equipos necesitados de ayuda que ellos pueden aportar.

1.- Sergio Romo (Marlins)

Al igual que en su momento hizo el panameño Mariano Rivera, el mexicano Romo es de esos pitchers que lanzan avisado.

Slider, tras slider, tras slider, el cerrador de Miami sigue sacando outs y salvando juegos.

Un relevista con su experiencia, con 115 rescates, récord de 39-31 y efectividad de 2.93 de por vida, pero sobre todo, probado en grandes momentos y dueño de tres anillos de campeón de Series Mundiales, es alguien que puede aportar mucho a un equipo contendiente necesitado de ayuda en el bullpen.

Olvídense de que su efectividad ahora ande por 6.00. en su primera aparición con los Marlins permitió cuatro limpias en un tercio de inning y su promedio de limpias se disparó hasta 108.00.

Bajar eso entrada a entrada no es fácil, pero en situación de salvamento, está perfecto, de 6-6 y efectividad de 3.00.

Fue firmado como agente libre en el invierno por una sola temporada, así que lo más probable es que termine la campaña con otro uniforme.

Los Chicago Cubs y Los Angeles Dodgers han tenido dificultades con su bullpen y podrían ser de los equipos que llamen a Miami a interesarse en el experimentado mexicano.

2.- José Abreu (White Sox)

Abreu ha sido uno de los mejores bateadores en todo el béisbol desde que debutó en el 2014 y ganó de forma unánime el Novato del Año de la Liga Americana.

Pero al mismo tiempo, ha sido un talento desperdiciado todos estos años, en que el equipo ha tenido siempre récord perdedor, sin esperanzas de ir más allá del calendario regular.

Agente libre al finalizar la temporada, el cubano de 32 años es, sobre todo, un gran productor de carreras, con un promedio de 109 y 32 bambinazos por cada 162 partidos.

Su poderoso bate derecho sería bienvenido en equipos como Tampa Bay Rays y Minnesota Twins, que desde ya apuntan a incluirse en la postemporada y para él sería una oportunidad especial de probar su talento en esa etapa a la que nunca llegó con Chicago.

Getty ImagesDel 2017 para acá Madison Bumgarner exhibe un engañoso récord de 12-20, pero su efectividad sigue siendo de 3.40, con 261 ponches en 290.1 episodios.

3.- Madison Bumgarner (Giants)

Este es un caballo de mil batallas y al igual que Romo, luce en sus dedos tres anillos de campeón en las Series Mundiales del 2010, 2012 y 2014.

Del 2017 para acá exhibe un engañoso récord de 12-20, pero su efectividad sigue siendo muy buena, de 3.40, con 261 ponches en 290.1 episodios.

En medio de su undécima campaña, tiene balance de 112-84 y efectividad de por vida de 3.06.

Pero es en postemporadas donde su figura se agiganta (sino, pregúntenle a los Kansas City Royals) y esa capacidad no puede pasar por alto para quienes aspiren a jugar béisbol más allá de septiembre.

En 16 juegos de playoffs, 14 como abridor, tiene ocho triunfos y tres reveses, con promedio de limpias de 2.11. Sería ideal para reforzar a los New York Yankees, tan necesitados de abridores con ese extra que no se mide en números.

4.- Anthony Rendón (Nationals)

El tercera base de Washington es uno de los jugadores más subvalorados de todo el béisbol.

Pero año tras año, pone números ofensivos que sin llegar a ser extraordinarios, resultan sólidos, con un promedio de 22 jonrones, 43 dobletes y 90 carreras impulsadas cada 162 partidos.

Comenzó su carrera como segunda base y campocorto, pero desde que se mudó a la antesala, su defensa mejoró considerablemente y aunque no se compara con Nolan Arenado o Manny Machado, es un jugador por encima del promedio en su posición.

Próximo a cumplir 29 años, Rendón se apresta a llegar a la agencia libre al concluir la campaña, luego de que las conversaciones para una extensión contractual con los Nacionales se enfriaran con el inicio de la contienda. Los Milwaukee Brewers han tenido dificultades en la antesala desde que decidieron mover a Mike Moustakas a la intermedia y darle el trabajo a Travis Shaw, un bateador de .172 de average en el 2019.

También ajustaría bien en Minnesota, pues Miguel Sanó está en su estado natural lesionado y Marwin González ha dejado mucho que desear en su producción ofensiva.

5.- José Iglesias (Reds)

Se suponía que el paso del cubano Yasiel Puig por los Reds sería breve y el polémico jardinero sería canjeable.

Pero con su ofensiva actual, el Caballo Loco no es nada atractivo para ningún equipo contendiente, a diferencia de otro cubano que también juega en Cincinnati.

Uno de los mejores defensores del campocorto, José "Candelita" Iglesias se ha destapado además a batear, al punto de desplazar al venezolano Jose Peraza de la titularidad de una posición que le pertenecía.

Es un pelotero baratísimo, pues firmó por 2.5 millones por el 2019 con Cincinnati, así que tiene ese atractivo adicional, además de sus habilidades ofensivas y defensivas.

Puede también jugar en segunda y tercera bases, donde es igualmente seguro con el guante, como hizo el año pasado su compatriota Adeiny Hechavarría con los New York Yankees.

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En las últimas semanas de los entrenamientos primaverales y los primeros días de la temporada del 2019, nueve equipos comprometieron dos mil 61 millones de dólares en los contratos de diez jugadores.

Fue una danza millonaria nunca antes vista en tan breve lapso, luego de que la mayor parte del invierno el mercado se mantuviera estancado al punto de llegar a una amenaza de huelga por parte del Sindicato de Jugadores.

Las cosas se destrabaron cuando el 21 de febrero, los San Diego Padres se llevaron al agente libre Manny Machado por 300 millones y diez temporadas.

A partir de ahí se produjo un efecto dominó que terminó cuando, ya iniciada la campaña, los Atlanta Braves anunciaron el 2 de abril una extensión de contrato por 100 millones para el jovencito venezolano Ronald Acuna Jr. por ocho años.

Entre la firma de Machado y la extensión a Acuña, estos fueron los otros que también aseguraron su futuro financiero:

Nolan Arenado pactó el 26 de febrero una extensión con con los Colorado Rockies por otras ocho contiendas y 260 millones.

El 2 de marzo, los Philadelphia Phillies anunciaron la contratación del agente libre Bryce Harper por 13 campañas y 330 millones. El 20 de marzo, Los Angeles Angels sacudieron los cimientos del béisbol al convertir a Mike Trout en el deportista mejor pagado de la historia: 426.5 millones por 12 temporadas. Dos días después, los Houston Astros aseguraron por otros seis años los servicios de su antesalista Alex Bregman por 100 millones y 24 horas más tarde, los Boston Red Sox y los St. Louis Cardinals le extendieron sus respectivos contratos al lanzador zurdo Chris Sale y al primera base Paul Goldschmidt.

El pacto de Sale con Boston es por cinco contiendas y 145 millones, mientras que el de Goldschmidt con los Cardenales es de 130 millones por el mismo tiempo. El 26 de marzo, los New York Mets le garantizaron a su estrella Jacob deGrom 137.5 millones por cinco años más y el 1 de abril, ya con la temporada andando, los Red Sox acordaron una extensión con su campocorto arubeño Xander Bogaerts por siete temporadas y 132 millones.

A punto de cumplirse el primer mes del calendario regular, ¿cómo han ido estas inversiones que totalizan los dos mil 61 millones?

Después de ver esa cifra global que supera el Producto Interno Bruto de muchos países, uno se imaginaría que esos diez peloteros deberían estar encabezando los liderazgos de los principales departamentos, tanto ofensivos, como de pitcheo, que para eso se les paga y mucho.

Sin embargo, no todo lo que brilla ha sido oro, al menos, en este arranque del 2019.

Getty Images

1.- Mike Trout (A)

No sólo es el mejor pagado. Es el mejor. Punto. El jardinero de los Angels muestra una línea ofensiva de .317 de average, .522 de promedio de embasamiento (OBP) y slugging de .667, con seis jonrones y 14 carreras impulsadas.

Es Trout siendo Trout, consistente, estable, aunque su juego no se refleja en los resultados de su equipo, último en el oeste de la Liga Americana (9-15).

2.- Paul Goldschmidt (A)

Comenzó lento, pero ya va agarrando su paso normal. Todavía su average anda por .269, pero su OBP es de .358 y su slugging de .581.

Suma nueve cuadrangulares y 19 impulsadas, cuarto y quinto, respectivamente, en la Liga Nacional.

Por cierto, sus Cardenales están en primer lugar de la división central de la Liga Nacional.

3.- Alex Bregman (A)

El antesalista de los Astros (.315-.429-.534) tiene cuatro vuelacercas y 12 carreras remolcadas en 21 juegos, lo que le da una proyección ligeramente inferior al 2018, cuando botó 31 pelotas y empujó 103 carreras.

Pero aun así, su desempeño es encomiable y sigue siendo un factor clave en Houston, ubicado segundo en el Oeste del joven circuito.

Cortesía

4.- Ronald Acuña Jr. (A)

Para el jardinero venezolano de los Braves (.304-.421-.582), el cielo parece ser su límite.

Ya acumula seis palos de vuelta completa y 16 impulsadas, con una proyección para superar todos los números del 2018, cuando fue el Novato del Año de la Liga Nacional.

5.- Jacob deGrom (B)

El ganador del premio Cy Young del 2018 comenzó la temporada como un extraterrestre, al apuntarse dos victorias en igual número de salidas sin permitir carreras en 13 innings.

Pero de repente comenzó a ser bateado y en las dos siguientes aperturas fue castigado con nueve limpias y cinco jonrones en nueve episodios, señal de que algo andaba mal.

Y sí andaba. El codo empezó a dolerle y deGrom fue a parar a la lista de lesionados. Por ahora no parece nada grave, pero cuando el río suena...

6.- Xander Bogaerts (B)

Boston sorprendió al extenderle contrato primero a Bogaerts que a Mookie Betts.

El arubeño (.286-.371-.500) viene de la mejor temporada de su carrera, cuando por primera vez remolcó más de 100 carreras y despachó 23 jonrones.

Por ahora anda por cuatro cuadrangulares y 13 impulsadas y una proyección parecida, más-menos, a sus números del año pasado.

7.- Nolan Arenado (C)

Sempiterno aspirante al MVP de la Liga Nacional, el tercera base de los Rockies es posiblemente el mejor jugador defensivo de todo el béisbol, sin distinción de posición.

Sin embargo, su inicio de temporada lo tiene con los números ofensivos más bajos de su carrera: .269-.324-.462, muy inferiores a sus promedios de .291-.346-.537 desde que debutó en las Mayores en el 2013.

Lleva hasta el momento cuatro jonrones y 14 impulsadas, con una proyección de 27 y 95, que representaría un bajón considerable para quien promedia 34 y 114 por temporada en su carrera.

¿Será coincidencia la baja ofensiva de Arenado y el último lugar en que se encuentra Colorado en el Oeste del viejo circuito?.

Bryce Harper
Al Bello/Getty Images

8.- Bryce Harper (C)

En sus cuatro primeros juegos con los Phillies, Harper bateó cuatro jonrones e impulsó cinco carreras. Desde el 3 de julio se enfrió y apenas ha conseguido otro bambinazo y nueve remolques en 19 partidos.

Su línea ofensiva de .262-.398-.512 va de acuerdo con sus promedios históricos, nada extraordinario para quien es uno de los peloteros más sobrevalorados de la actualidad.

Lo peor es que ha comenzado a expresar sus frustraciones en público, como cuando se hizo expulsar por protestar un conteo de bolas y strikes que ni siquiera era el suyo, lo cual le valió duras críticas de su compañero Jake Arrieta.

Semejante distracción dentro del clubhouse puede ser sumamente peligrosa en un equipo que apostó 330 millones por él, con la esperanza de verlo repetir cada año sus números del 2015, cuando fue el Jugador Más Valioso de la Nacional.

Manny Machado
Sean M. Haffey/Getty ImagesManny Machado has no reason to look back after deciding his future belonged in San Diego.

9.- Manny Machado (C)

El Ministro de la Defensa ha sido el mismo con el guante, pero no con el bate en San Diego.

Machado (.241-.337-.410) tiene cuatro jonrones y nueve carreras impulsadas, cuando a esta altura del año pasado ya había sacado el doble de cuadrangulares y remolcado 17.

Bateador de más de 30 bambinazos en sus últimas cuatro campañas, la proyección del dominicano con los Padres es de 27 vuelacercas y 61 empujadas, cifras mediocres para quien gana 30 millones por temporada.

10.- Chris Sale (F)

Hasta ahora, el zurdo de los Red Sox no ha justificado ni un centavo de su millonaria extensión contractual.

Su recta ha perdido unas cuatro millas de velocidad y en cinco aperturas tiene balance de 0-4 y efectividad de 7.43.

En 158 innings en el 2018 permitió solamente 11 jonrones y ponchó a 237 rivales, a 1.5 abanicado por episodio.

En lo que va del 2019 ya ha recibido seis vuelacercas y suma 24 chocolates en 23 innings, a un promedio de 1.04.

Y al mismo ritmo que su as van los campeones de la última Serie Mundial, que andan bien abajo en la tabla de posiciones del Este de la Americana, con 9-15.

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¿Qué tienen en común Alex Bregman, Blake Snell, Chris Sale y Paul Goldschmidt?

Aparte de ser estrellas, Bregman, Snell, Sale y Goldschmidt, quienes acaban de recibir jugosas extensiones contractuales con sus respectivos equipos, NO son clientes del poderoso agente Scott Boras.

Los Astros de Houston amarraron a su antesalista por 100 millones de dólares por las próximas cinco temporadas.

Por la mitad del precio, los Rays de Tampa Bay aseguraron al ganador del premio Cy Young del 2018 en la Liga Americana.

Alex Bregman
Bob Levey/Getty ImagesAlex Bregman celebra en juego ante Indios.

Los campeones Medias Rojas de Boston rompieron la alcancía con el zurdo Sale y le dieron un pacto por cinco campañas y 150 millones.

Y los Cardenales de St. Louis acordaron con Goldschmidt por cinco años y 130 millones.

Adicionalmente, los Cardenales habían extendido el contrato de su abridor Miles Mikolas por cinco campañas y 68 millones.

Independientemente de la cantidad de dinero involucrada en estas transacciones (498 millones), se tratan de movidas inteligentes, con un límite de tiempo razonable que debe rendir dividendos a sus respectivos conjuntos.

En los casos de Bregman y Snell, sus nuevos contratos retrasan en un año su llegada a la agencia libre, con edades relativamente jóvenes, que en dependencia de la forma que muestren en el futuro, les permitirá conseguir nuevos acuerdos en el mercado.

Para Sale y Goldschmidt, les garantiza una notable cantidad de dinero, cuando el primero está a pocos días de cumplir 30 años y el segundo ya tiene 31, sin necesidad de llegar a la agencia libre, sobre todo en una época en que los equipos están apostando a jugadores cada vez más jóvenes.

A diferencia de la barbaridad, en lo que a tiempo se refiere, de los contratos de Mike Trout (430 millones), Bryce Harper (330) y Manny Machado (300), estas son movidas inteligentes y beneficiosas tanto para los peloteros, como para los equipos, que posiblemente no se hubieran dado si estuvieran representados por Boras.

El ambicioso agente es conocido por rechazar propuestas de extensiones contractuales, con la promesa de conseguirles a sus clientes la mayor cantidad de dinero posible en la agencia libre.

El caso más notable -tristemente- fue el del fallecido lanzador cubano José Fernández, a quien los Marlins de Miami le ofrecieron 40 millones, que luego subieron a 50 y que el pelotero, asesorado por Boras, rechazó.

Por la misma fecha que Fernández, también se negó a aceptar una extensión con los Marlins el jardinero dominicano Marcell Ozuna, representado por el mismo agente.

Pero Ozuna será agente libre al final de esta campaña y está obligado a tener un rendimiento similar al del 2017 para aspirar a un pacto superior al que rechazó en Miami, luego de una primera temporada decepcionante con San Luis.

De igual manera, sería demasiado optimista esperar un acuerdo de extensión entre los Cachorros de Chicago y Kris Bryant, cliente de Boras, luego de varios rifirrafes entre el equipo, el pelotero y su representante.

Llama la atención que en las últimas semanas se haya disparado el mercado, que estuvo sumamente lento la mayor parte del invierno.

¿Será coincidencia de que esto haya ocurrido después de que el Sindicato de Jugadores y el comisionado Rob Manfred se reunieron ante la amenaza de un paro laboral?

Lo cierto es que de pronto da la impresión de que la mayoría de los equipos quieren amarrar por el mayor tiempo posible a sus estrellas antes de que lleguen a la agencia libre.

Después del acuerdo de Boston con Sale, se espera que Mookie Betts siga los pasos por muuuucha plata.

Y tarde o temprano, sus correspondientes conjuntos deberán hacer lo mismo con jóvenes estelares como los puertorriqueños Javier Baez, Francisco Lindor y Carlos Correa, George Springer y Aaron Judge, quienes, por cierto, NO están representados tampoco por Scott Boras.

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Siempre nos quedaremos con la duda de cuántos hits hubiera bateado Ichiro Suzuki, de no haber llegado con 27 años a las Grandes Ligas, tras pasar nueve temporadas en la pelota profesional de Japón.

Ante un público exultante que lo ovacionó hasta el delirio, Ichiro, el único pelotero que llevaba en su uniforme su nombre y no su apellido, puso fin este jueves a una brillante carrera que lo llevará hasta el Salón de la Fama de Cooperstown.

Aplausos para los Marineros de Seattle por incluirlo en su roster para los dos primeros partidos de la temporada, que disputaron ante los Atléticos de Oakland en Tokio.

Ichiro Suzuki
Masterpress/Getty Images

Más de 46 mil fanáticos japoneses despidieron a quien es, más que una estrella, una leyenda.

El 2 de abril del 2001 se convirtió en el primer jugador de posición de su país en jugar en las Mayores.

Traía como aval los 1,278 imparables que disparó en apenas 951 juegos en la Liga Profesional de Japón, con un average vitalicio de .353.

Entonces, los scouts creían que podría ser un bateador por encima del promedio en Estados Unidos, pero ni el más optimista imaginó que estaríamos en presencia de un verdadero fenómeno.

Líder de los bateadores (.350), primero en hits (242) y bases robadas (56), Ichiro fue la bujía que llevó a los Marineros a imponer un récord de 116 victorias en la campaña regular y fue elegido merecidamente como Novato del Año y Jugador Más Valioso de la Liga Americana.

Desde entonces, fueron diez contiendas consecutivas con más de 200 cohetes, una hazaña inédita en la historia del béisbol.

En el 2004 subió la parada y con 262 hits rompió la marca de 257 de George Sisler, vigente desde 1920, además de conseguir el average más alto de su carrera (.372), para su segundo título de los bateadores.

En un principio, el sencillo pelotero asiático no le dio tanta importancia a su logro, hasta que revisó los libros y se dio cuenta de lo que había hecho.

"Oh, sí, creo que es algo importante, pues desde que el récord existía, pasaron por aquí Babe Ruth, Ted Williams, Pete Rose y la mayoría de los mejores bateadores de la historia y ninguno lo logró", reconoció en su momento el japonés, quien a mitad de su duodécima temporada con Seattle fue canjeado a los Yankees de New York.

De Nueva York pasó a los Marlins de Miami, con los que estuvo tres años.

Fue en la Capital del Sol donde llegó a 3,000 imparables, algo que sólo otros 31 jugadores han conseguido en toda la historia.

Meticuloso como nadie, Ichiro llegaba al clubhouse y antes de iniciar cualquier rutina de ejercicios de estiramiento, pasaba por la alfombra frente a su taquillero un rollo de papel pegante, de esos que se usan para quitarle las pelusas a la ropa, para recoger cualquier brizna de polvo.

Dedicado como pocos al juego, nunca fue a la lista de lesionados y cuando sus facultades mermaron y le impidieron jugar todos los días, aceptó con humildad el papel de reserva, aunque siempre dispuesto a dejar el alma sobre el terreno cuando recibía oportunidades.

¿Hubiera roto Ichiro el récord de 4,256 hits de Pete Rose, de haber llegado más joven a Estados Unidos? Probablemente sí, aunque eso nunca lo sabremos.

La pregunta ahora es, cuando entre en el 2024 a Cooperstown, en su primer año de elegibilidad, ¿lo hará con el voto unánime de los electores de la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA).

Me atrevo a apostar que sí, pues nadie en su sano juicio tendría argumentos para no hacerlo. Desde ya tiene su primer voto, el mío.

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Cuando se lance la primera pelota del Día Inaugural, los 30 equipos partirán llenos de esperanzas en pos del sueño de levantar, siete meses más tarde, el trofeo de campeón de la Serie Mundial.

Pero si bien la esperanza es lo último que se pierde, como dice el refrán, hay novenas que de antemano están condenadas a tener una temporada perdedora y sólo un milagro los salvaría de terminar con récord superior a los .500.

Estos son los candidatos al sótano en sus respectivas divisiones en la Liga Americana.

Este: Baltimore Orioles

Después de tener en el 2018 la peor temporada de su historia, con 115 derrotas, cifra máxima en todas las Grandes Ligas, las cosas no se ven mejores para los Orioles, que este año no tendrán en el arranque ni a Manny Machado, ni a Jonathan Schoop, ni a Adam Jones, tres referentes de la franquicia en los últimos años.

Baltimore no sólo será último en una división durísima, que cuenta con los actuales campeones Boston Red Sox, sino que perderá más de un centenar de partidos por segunda ocasión consecutiva, algo que ya le ocurrió anteriormente en 1953 y 1954, cuando sufrieron exactamente 100 fracasos en cada uno de esos años.

Las cosas pintan tan feas para los Orioles, que cuando uno entra a la página oficial del equipo, la noticia principal que encuentra es que Billy Joel dará por primera vez un concierto en Candem Yards.

Las casas de apuestas en Las Vegas ubican a Baltimore con posibilidades de terminar el 2019 con 59-103. Ya eso sería una mejoría.

Centro: Kansas City Royals

Después de ir a dos Series Mundiales seguidas en fechas tan recientes como 2014 y 2015, los Royals se ven hoy como uno de los peores equipos y sin proyecciones de mejoría en un futuro inmediato.

Fueron sotaneros en el 2018, con récord de 58-104, cuatro derrotas más que los Chicago White Sox (62-100).

Pero los White Sox se han reforzado en este invierno con las adquisiciones de los cubanos Yonder Alonso y Jon Jay y los lanzadores dominicanos Iván Nova, Kelvin Herrera y Alex Colome, al tiempo que siguen pujando por conseguir a Machado o a Bryce Harper. O a ambos.

Quizás los Detroit Tigers se decidan a "darle pelea" a Kansas City por ocupar el último puesto divisional, aunque si el venezolano Miguel Cabrera regresa saludable, ya con eso les bastaría a los felinos para escapar del frío sótano.

Según las apuestas en el Caesar Palace de Las Vegas, los Royals terminarán con 69-93 y los Tigers con 67-95.

@MarinersEl lanzador japonés Yusei Kikuchi es la esperanza en el pitcheo para los Mariners en la siguiente temporada.

Oeste: Seattle Mariners

Mientras en las otras dos divisiones del joven circuito deben repetir los mismos sotaneros del año pasado, en el Oeste los Mariners las tienen todas consigo para arrebatarles el último escalón de los Texas Rangers.

La implosión sufrida por la plantilla pone a Seattle en una mala posición, tras salir de repente, en un lapso de pocos días, de Robinson Canó, Jean Segura, Edwin Díaz, Guillermo Heredia, Mike Zunino, James Paxton y James Pazos, además de perder a su bateador designado Nelson Cruz en la agencia libre.

Sin embargo, las cosas no están tan claras en este grupo, pues los Rangers siguen siendo igualmente malos o quizás peores, ahora que no tendrán al dominicano Adrian Beltre, quien decidió colgar el guante.

¿Qué dicen en Las Vegas? Pues que Texas seguirá siendo el último, con 71-91, mientras que Seattle terminaría con 75-87. Únicamente si el venezolano Felix Hernández renace de sus cenizas como el Ave Fénix y el japonés Yusei Kikuchi tiene una temporada de debut como la de Hideo Nomo con Los Angeles Dodgers en 1995.

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Faltan 100 días para el inicio de la temporada de Grandes Ligas del 2019 y Bryce Harper y Manny Machado siguen sin trabajo.

Los dos agentes libres que se esperaba reventarían el mercado durante el invierno no han logrado convencer a los equipos de que valen el precio que han puesto en sus etiquetas.

Los rumores van y vienen. Que si los Yankees de Nueva York, que si los Medias Blancas de Chicago o los Phillies de Philadelphia.

Pero al final, nada de nada.

Charlie Morton
AP Photo/Michael WykeEl derecho Charlie Morton se incorpora a Tampa Bay para hacer un tándem considerable con el zurdo Blake Snell a la cabeza de la rotación.

De igual manera, está trancado el mercado de cambios por el receptor J.T. Realmuto, quien le pidió un canje a los Marlins de Miami porque no quiere seguir en un equipo al que no le ve futuro.

Los Marlins, en control del jugador, están pidiendo inteligentemente la Meca y la Ceca, a la espera de que algún equipo necesitado en extremo del estelar cátcher, muerda el anzuelo.

Entretanto, a menos de dos meses para que abran los campos de entrenamientos primaverales, ya hay varios equipos que han venido encajando las piezas que les faltaban para encarar la próxima contienda.

Los grandes ganadores hasta ahora

Sin mucho ruido, los Rays de Tampa Bay son de los mayores ganadores en esta pausa invernal.

El equipo floridano añadió a sus filas al derecho Charlie Morton para hacer un tándem considerable con el zurdo Blake Snell a la cabeza de la rotación.

También sumó al enmascarado Mike Zunino y al jardinero cubano Guillermo Heredia en intercambio con los Marineros y a Yandy Díaz, también de la Mayor de Las Antillas, procedente de los Indios de Cleveland, en tanto están tras los pasos del poderoso bateador designado dominicano Nelson Cruz, que le daría a la alineación una solidez que comienza a ser peligrosa para los rivales.

Los Yankees tienen ya completa su rotación abridora, tras recontratar a los zurdos C.C Sabathia y J.A Happ y conseguir vía canje con los Marineros de Sseattle a James Paxton, también lanzador del llamado brazo equivocado.

Ellos se unirán a los derechos Luis Severino y Masahiro Tanaka para plantarle batalla a sus archirrivales Medias Rojas de Boston Red, campeones de la última Serie Mundial.

En la otra acera de la Gran Manzana, los Mets de New York presentarán una cara distinta a la del 2018, con la llegada del quisqueyano Robinson Canó y el puertorriqueño Edwin Díaz desde Seattle.

Foto: Getty.CC Sabathia

Díaz será el cerrador y tendrá un preparador del octavo inning de lujo, pues los Mets trajeron de vuelta al dominicano Jeurys Familia, quien fuera el encargado de rescatar los juegos del equipo hasta que fue cambiado a los Oakland Athletics a mitad de la pasada campaña.

Y todo indica que el equipo no saldrá del derecho Noah Syndergaard, quien estuvo en rumores de canje por Realmuto, pues Nueva York consiguió los servicios del experimentado venezolano Wilson Ramos, quien aportará no sólo sabiduría detrás del plato, sino también un bate sólido para una alineación que tuvo muchas dificultades para producir carrera en el 2018.

Los Mets quieren volver a pelear en la división Este de la Liga Nacional, como también pretenden hacer los Filis, uno de los equipos dispuestos a abrir la billetera de par en par por Bryce y Machado juntos.

Por lo pronto, ya sumaron al campocorto dominicano Jean Segura y al veterano jardinero Andrew McCutchen, pero se sabe que irán por más, para evitar quedarse cortos como le sucedió la pasada temporada.

Los que van perdiendo

Y mientras unos se fortalecen, otros se debilitan.

Los Marineros han desmantelado el equipo al punto de que han salido de sus filas nueve peloteros de su plantilla del 2018 y todo indica que al menos por unos cuantos años más extenderán su sequía de playoffs, que comenzó en el 2002.

Y los Astros de Houston, campeones del 2017, ahora se ven vulnerables, tras perder a tres de sus cinco integrantes de una rotación abridora que daba envidia: Morton y el zurdo Dallas Keuchel en la agencia libre y el derecho Lance McCullers Jr. debido a una operación Tommy John del codo que lo tendrá fuera de acción hasta el 2020.

Hasta el momento, los Astros no han podido sumar los brazos que ayuden al uno-dos formidable de Justin Verlander y Gerrit Cole.

Así, más o menos, se mueve el mundo, a la espera de que firmen Machado y Harper y empiecen a caer las restantes fichas con un efecto dominó.

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Félix Hernández en dugout (Marineros Seattle)
AP Photo/Ted S. Warren

Si el año pasado pareció un crimen que los Marlins de Miami se deshicieran en pocos días de Dee Gordon, Giancarlo Stanton, Marcell Ozuna y Christian Yelich, ¿cómo podría calificarse lo de los Marineros de Seattle en esta ocasión?

En un abrir y cerrar de ojos fueron cambiados en las últimas semanas el puertorriqueño Edwin Díaz, los dominicanos Robinson Canó, Jean Segura, Juan Nicasio y Álex Colomé, el cubano Guillermo Heredia, Mike Zunino, James Paxton y James Pazos.

Eso, sin contar los que partieron rumbo a la agencia libre, encabezados por el poderoso bateador designado quisqueyano Nelson Cruz.

Si yo fuera el gerente general de los Marineros...

Seguiría deshaciéndome de más piezas valiosas, de las pocas que quedan, para tratar de conseguir prospectos en retorno con los que enfrentar este reconstrucción prácticamente desde cero.

1.- Cambiaría a Dee Gordon y a los recién llegados Carlos Santana y Jay Bruce

El de Gordon sería un canje complicado, porque ahora mismo el mercado está saturado de buenos defensores de la segunda base.

Además, tuvo en el 2018 una caída en sus números, luego de batear 488 imparables en 382 juegos con los Marlins en los tres años precedentes.

Pero a su favor tiene la capacidad de jugar también en los jardines, su defensa de élite y su velocidad en las almohadillas, que le han permitido robar un promedio de 59 bases por cada 162 partidos a lo largo de su carrera.

Es posible que Santana y Bruce, llegados en los recientes canjes con los Filis de Filadelfia y los Mets de Nueva York, respectivamente, nunca lleguen a vestir el uniforme de Seattle.

El dominicano promedia 25 bambinazos y 85 remolcadas por año, mientras que el estadounidense suma 31 vuelacercas y 94 empujadas como promedio.

Aunque este último tuvo un bajón considerable en el 2018 debido a lesiones, esos bates de poder pueden generar bastante interés en equipos necesitados de ofensiva y su salida puede abrirle a los Marineros un espacio de 34 millones de dólares en su nómina del 2019.

2.- Cambiaría a Felix Hernández

Esto es una utopía, un canje prácticamente imposible, pues el venezolano ya no es aquel que una vez fue llamado el "Rey Félix" y difícilmente genere interés de otros equipos, debido a la desproporción entre sus números recientes (14 victorias, 19 derrotas y efectividad de 5.13 en las dos últimas campañas) y su descomunal salario (27 millones 858 mil dólares en el 2019).

Pero aunque sé que al final todo es un negocio, me pongo sentimental con Hernández, quien nunca ha podido lanzar en postemporada y no parece que lo vaya a conseguir alguna vez con Seattle, como se ven ahora mismo las cosas a futuro en esta franquicia.

Félix Hernández en dugout (Marineros Seattle)
AP Photo/Ted S. Warren¿Los Marineros cambiarán a Félix Hernández?

Sería una deferencia con un hombre que ha dedicado sus mejores años a la organización y que imagino que con esta destrucción, debe sentirse más abandonado que una novia dejada en el altar.

3.- Firmaría a Yusei Kikuchi

No todo puede ser soltar y soltar. El zurdo japonés Yusei Kikuchi quiere probar suerte en las Grandes Ligas, tras dejar marca de 73-46 y efectividad de 2.81 en 160 partidos en la liga profesional de su país con los Leones de Seibu.

Al equipo le ha ido generalmente bien con los peloteros nipones, desde Kazuhiro Sasaki y el gran Ichiro Suzuki, Novatos del Año de la Liga Americana en el 2000 y 2001, respectivamente, hasta Kenji Johjima e Hisashi Iwakuma.

Dada la gran comunidad japonesa en Seattle, Kikuchi podría ser un atractivo para llevar, al menos los días que le toque lanzar, más público al Safeco Field, que promete estar bastante vacío en el 2019.

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Lo único seguro hasta ahora en Grandes Ligas es que Medias Rojas de Boston y Indios de Cleveland ganaron sus divisiones en la Liga Americana y que 13 clubes ya están oficialmente eliminados de las posibilidades de alcanzar la postemporada.

Fuera de eso, hay muchos cabos sueltos entrando al penúltimo fin de semana del calendario regular de la campaña del 2018 en el béisbol mayor de Estados Unidos.

En uno de sus torneos menos competido de la historia, la Liga Americana ya tiene dos monarcas divisionales y otros tres potenciales invitados a los playoffs que arrancarán en la primera semana de octubre. Boston (104-49) y Cleveland (85-67) ganaron las divisiones Este y Central, respectivamente, por tercer año consecutivo, y Boston virtualmente garantizó terminar con el mejor récord de MLB y la ventaja de la casa para todas las series que disputen.

En el Oeste, los campeones Astros de Houston (95-57) superan por 3.5 juegos a los Atléticos de Oakland (92-61) y tienen el número mágico en dos para asegurar al menos un puesto comodín a la postemporada. Houston intenta conquistar banderines divisionales consecutivos por primera vez desde que se mudó de la Liga Nacional a la Liga Americana en el 2013. Los Astros ganaron tres años seguidos la Central del viejo circuito de 1997 a 1999.

Los Yankees de Nueva York (93-59) tienen ventaja de 1.5 juegos sobre Oakland en la batalla por el primer comodín y la ventaja de la casa para el juego de muerte súbita del miércoles 3 de octubre. En caso de que Nueva York y Oakland terminaran empatados en el primer comodín, con ambos clasificados, los Yankees serían locales en el choque de Wild Cards debido a su mejor récord intradivisional, que es el segundo criterio para desenredar empates.

Los sorprendentes Rays de Tampa Bay (85-67) y los Marineros de Seattle (84-58) han tenido buenos desempeños, pero están muy lejos (a 6.5 y 7.5 juegos de Oakland) con tan poco espacio (10 juegos) para maniobrar. En resumen: En el joven circuito es cuestión de tiempo para que Astros, Yankees y Atléticos se unan a Indios y Medias Rojas en el cuadro de postemporada.

En la Liga Nacional es todo lo contrario: Nada está decidido y nueve de 15 equipos siguen en la carrera por llegar a la tierra prometida.

Los que se encuentran en la situación más cómoda son los Bravos de Atlanta (85-68), que tienen ventaja de 6.5 juegos sobre los Filis de Filadelfia (78-74) en la División Este. Los Bravos, que tienen el número mágico en cuatro para atrapar su primer banderín divisional desde el 2013 y el segundo en 13 años, solamente necesitan ganar dos de tres a Filadelfia en el fin de semana, para coronarse.

En la División Central, Cachorros de Chicago (89-63), Cerveceros de Milwaukee (87-66) y Cardenales de San Luis (84-69) pelean el banderín al tiempo que dominan las dos plazas comodines del viejo circuito. Los Cachorros tienen el número mágico en ocho para conquistar la división, pero una cómoda ventaja de siete juegos sobre los Rockies de Colorado en el segundo Wild Card de la liga.

La misión de Milwaukee es acosar a los Cachorros y mantener la ventaja de la casa para el potencial encuentro de comodines. Cerveceros y Cardenales jugarán una serie decisiva entre ellos de lunes a miércoles de la próxima semana en e Busch Stadium, mientras que Cachorros y Cardenales cerrarán la vuelta regular con una serie de tres encuentros en el Wrigley Field.

Tras ser barridos en Dodger Stadium comenzando la semana, Colorado (82-70) se alejó a 2.5 juegos de los Dodgers de Los Angeles (85-68) en la recia batalla por el banderín de la División Oeste, en tanto que los Diamondbacks de Arizona se encuentran a seis de Los Angeles y a cinco de San Luis en el segundo comodín.

Los Dodgers, que tienen el número mágico en ocho para quedarse con su sexto banderín consecutivo, enfrentan a los Padres de San Diego en el fin de semana y luego visitarán a sus acérrimos enemigos Diamondbacks y Gigantes de San Francisco para concluir la temporada regular.

Colorado recibe a Arizona en el fin de semana y terminará la campaña jugando en Filadelfia y Washington, en tanto que los Diamondbacks cerrarán el año en San Diego.

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Entrando al antepunúltimo fin de semana de la serie regular de Grandes Ligas, los cinco puestos a playoffs de la Liga Americana lucen estar prácticamente decididos, contrario a la Liga Nacional, donde hay batallas muy cerradas en todos menos uno, creando las condiciones apropiadas para que se produzcan empates en divisiones o puestos comodines.

En la Americana: Medias Rojas de Boston (101-46) ya clasificó a postemporada y tiene el número mágico en seis para ganar su tercer título consecutivo de la División Este; Indios de Cleveland (82-64) posee la mayor ventaja de un líder divisional (15.0 juegos) y tiene el número mágico en 3 para ganar el centro, mientras que los Astros de Houston (92-54) están muy cerca de garantizar u n puesto comodín y dominan por 3.5 juegos el sector oeste.

Los Yankees de Nueva York (90-56) y Atléticos de Oakland (89-58) batallan ferozmente la ventaja de casa para el partido de comodines, pero no están en real peligro de quedarse fuera de la postemporada. Los Marineros de Seattle (80-66) están a 8.5 juegos del segundo Wild Card.

Getty ImagesIndios de Cleveland (82-64) posee la mayor ventaja de un líder divisional (15.0 juegos) y tiene el número mágico en 3 para ganar el centro.
En la Liga Nacional: Lo único que luce casi decidido es la División Este, donde los Bravos de Atlanta (82-64) dominan por 7.5 juegos a los Filis de Filadelfia (74-71). En el centro, los Cachorros de Chicago superan apena por 1.5 juegos a los Cerveceros de Milwaukee (84-63) y por 4.5 a los Cardenales de San Luis (81-66). En el oeste, los Rockies de Colorado (81-65) van 1.5 arriba de los Dodgers de Los Angeles (80-67) y 4.5 por encima de los Diamondbacks de Arizona (77-70).

Milwaukee y San Luis ocupan las plazas de comodides del viejo circuito, pero Los Angeles, Arizona y Filadelfia están a uno, cuatro y seis juegos. Para poner las cosas más sabrosas, Dodgers y Cardenales juegan una serie de fin de semana, cuyos resultados impactarán las divisiones central y oeste y los comodines.

Con las diferentes modificaciones que ha sufrido el sistema de determinar el campeón de la temporada, la pelota estadounidense se ha visto en la necesidad de hacer variaciones a las reglas de resolver embotellamiento en la tabla de lugares a lo largo de sus más de 140 años de historia.

Al principio todo era muy básico. Entre 1876 y 1900, el equipo que más victorias acumulaba durante la temporada regular era declarado campeón de la Liga Nacional y del béisbol (recordando que las ocho series que se jugaron entre los campeones de la Liga Nacional y la Asociación Americana entre 1884 y 1892 fueron considerados eventos de exhibición).

No fue hasta la creación de la Serie Mundial en 1903, por un título máximo entre los campeones de la Nacional y la nueva Liga Americana (fundada en 1901), que nació oficialmente la postemporada de Grandes Ligas.

Hasta 1968, los dos mejores clubes de cada liga iban directo al clásico de otoño. En 1969 se crearon dos divisiones en cada liga y se agregaron las Series de Campeonato para decidir los dos finalistas. En 1994 emergió la figura del Wild Card (comodín) y se creó una tercera ronda en los playoffs, las Series Divisionales, y en 2012, cuando agregaron un segundo comodín, se estableció el formato actual de cuatro instancias.

Desde entonces, los dos mejores equipos de cada liga que no ganaron sus divisiones, juegan un partido de muerte súbita para determinar el rival del conjunto con el mejor récord de liga en las Series Divisionales. La inclusión del segundo comodín también obligó a que se cambiaran algunas reglas en el sistema de definir empates de temporada regular.

EMPATES DE DOS EN DIVISIÓN O COMODINES

Un partido extra de desempate se juegan cuando dos equipos queden empatados con el mismo récord en una de las tres divisiones o el segundo puesto comodín de la liga. Estos partidos se jugarán el día posterior a la finalización de la temporada, en la casa del club que obtuvo la ventaja de local, que se determina usando una serie de criterios que citaremos más adelante.

Desde la implementación de la figura del comodín en 1994 hasta el final de la temporada del 2011, se implementó una regla diferente. Dos equipos empatados para una división no jugaron un desempate si sus récords eran mejores que todos los ganadores fuera de su división en su liga. Básicamente, si dos estaban empatados en la división y como sea estaban clasificados a los playoffs, se usaban varias consideraciones cuál era campeón divisional y cual era comodín. Punto y bolita.

Sin embargo, con la adopción de un segundo puesto de comodín y un juego entre comodines desde el 2012, el ganador de la división con el mejor récord de la liga enfrentaría una posible eliminación en el primer día de la postemporada, lo que obligó a variar las reglas.

Con las nuevas reglas de desempate, si dos equipos quedan empatados en la división, tendrán que jugar un partido extra incluso si ambos equipos ya se han clasificado para la postemporada. El equipo que pierde el juego de desempate ahora calificará para un puesto de comodín solo si su récord de temporada regular se encuentra entre los dos mejores récords de la liga que no ganaron una división. Esto quiere decir que empatar en la divisió no garantiza nada, más allá del juego de desempate.

Si ese equipo está empatado en el segundo puesto de comodín, entonces se jugará un segundo juego de desempate. Si el empate es en el primer comodín, no es necesario un juego extra, sino que ambos avanzan y la ventaja de la casa se determina con los criterios de desempate establecidos. Tampoco se necesita un juego extra para definir el mejor récord de la liga entre dos ganadores de división que terminen con la misma foja.

Para determinar cuál equipo tendrá la ventaja de la casa en un partido extra, tanto para desempatar una división y el segundo comodín y la ventaja de la casa como mejor récord de la liga son:

El equipo con ventaja en la serie particular, el equipo con el mejor récord global en juegos intradivisionales, el equipo con el mejor récord global en juegos intraligas, el equipo con el mejor récord en los últimos 81 juegos de la temporada, ignorando los partidos interligas, el equipo con el mejor récord en los últimos 82 partidos de la temporada (siempre que el juego agregado no esté entre los equipos empatados), se extiende hacia atrás hasta que se rompe el empate (los juegos de interliga se omiten e ignoran en este proceso).

JUEGOS DE DESEMPATE

En la historia de Grandes Ligas, en 14 ocasiones se ha necesitado jugar un partido (10 ocurrencias) o una miniserie (cuatro ocurrencias) para resolver empates de de serie regular. El fenómeno se repitió cuatro veces entre el 2007 y el 2013, pero no fue necesario en las cuatro temporadas anteriores.

En 1946, Dodgers y Cardenales debieron chocar en una serie al mejor de tres juegos para decidir el campeón de la Liga Nacional. San Luis ganó en dos choques y avanzó a la Serie Mundial, donde venció a los Boston Red Sox.

En 1948, Cleveland derrotó a Boston en un juego extra para definir el monarca de la Liga Americana y siguió inspirado para vencer a los Bravos de Boston en el clásico de otoño. En 1951, cuando Dodgers y Gigantes de Nueva York empataron en la cima del viejo circuito, se juegó una serie de tres encuentros, que terminó con el famoso jonrón de tres carreras del 3B Bobby Thomson al derecho Ralph Branca en la novena entrada para dejar a los Dodgers en el terreno en el Polo Grounds de Manhattan.

El campeón de la Nacional también se decidió en mini series después de la serie regular en 1959 (Dodgers venció a Milwaukee) y 1962 (Gigantes superó otra vez a Dodgers).

Boston y Nueva York quedaron empatados en la División Este de la Americana con 99-63 en 1978 y se tuvo que jugar un partido extra, que ganaron los Yankees 5-4 en el Fenway Park. Dos años después, Houston y Dodgers empataron en el oeste de la Nacional con 92-70 y en el juego de muerte súbita, los Astros superaron a los Dodgers en Dodger Stadium. En 1995, los Marineros ganaron a Anaheim en un encuentro por desempatar el oeste de la Americana.

Hubo desempates por el puesto comodín en 1998 (Cachorros sobre Gigantes), 1999 (New York Mets sobre Cincinnati Reds), 2007 (Colorado sobre San Diego Padres) y 2013 (Tampa Bay Rays ganó a Texas Rangers), en tanto que la División Central de la Americana necesitó un día extra en 2008 (Medias Blancas de Chicago derrotó a Mellizos de Minnesota) y 2009 (Minnesota doblegó a Tigres de Detroit).

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