Descarten desde ya a Vladimir Guerrero Jr. como candidato al premio de Novato del Año de la Liga Americana.

Más allá de su exhibición de poder en el Derby de Jonrones previo al Juego de las Estrellas, el hijo del miembro del Salón de la Fama ha sido poco menos que decepcionante.

Quizás esa no sea la palabra exacta, pero para toda la fanfarria con que llegó, se ha quedado muy por debajo de las expectativas que traía.

Tal vez haya sido eso. Le pedimos demasiado y de inmediato a un chico tan joven que posiblemente haya sido aplastado por la presión.

Lo cierto es que quienes dimos al Junior como favorito al galardón de mejor debutante nos equivocamos y ahora la carrera por ese honor está tan abierta como las primarias demócratas.

Getty ImagesVladimir Guerrero Jr. no ha cumplido con las expectativas que se tenían de él en su primera temporada en MLB.

A falta de poco más de 60 partidos para que concluya el calendario regular, los principales contendientes ahora mismo parecen ser Brandon Lowe, de los Tampa Bay Rays, Michael Chavis, de los Boston Red Sox, y el dominicano Eloy Jiménez, de los Chicago White Sox.

Lowe batea para average de .276, con OBP de .339, slugging de .523 y OPS de .862.

Es el novato con más hits hasta ahora (77), de los cuales 17 han sido dobles, dos triples y 16 jonrones, con 40 carreras anotadas y 49 impulsadas. Se ha ponchado 104 veces y recibido 22 boletos.

Pero ahora mismo está en la lista de lesionados desde el 3 de julio y esa pérdida de tiempo de juego puede costarle oro en la lucha por el premio.

Por su parte, Chavis tiene una línea ofensiva de .261-.338-.463, con OPS de .801.

Tiene dos hits menos que Lowe (75), entre ellos ocho biangulares, un triple y 16 bambinazos, con 41 anotadas y 52 remolques, la cifra máxima entre los debutantes. Ha abanicado en 105 ocasiones y negociado 29 pasaportes.

Entretanto, Jiménez, quien también anda ahora mismo por la lista de incapacitados, aventaja a todos los demás en vuelacercas, con 17, aunque va detrás en los demás factores.

Su línea ofensiva es de .244-.307-.483, con OPS de .791 y además de los 17 jonrones, suma siete dobletes entre sus 59 hits.

El quisqueyano era considerado al inicio de la contienda como el prospecto número tres de todo el béisbol, detrás de Guerrero y Fernando Tatis Jr.

Y aunque más retrasado por el poco tiempo de juego, pero pidiendo pista como un avión, viene el cubano Yordan Álvarez, de los Houston Astros, quien podría convertirse en el caballo negro que termine desbancando sobre la meta a aquellos que partieron antes que él en esta carrera.

Mientras que Lowe, Chavis y Jiménez ya sobrepasaron hace rato los 200 turnos, Alvarez apenas anda por 99, en los que ha bateado 32 cohetes, para average de .323, con OBP de .402, slugging de .677 y OPS de 1.079.

En solamente 25 juegos desde que debutó el 9 de junio, ya anda por nueve jonrones, ocho dobles, 15 anotadas y 29 empujadas.

Si el béisbol fuera tan exacto como las matemáticas, sus proyecciones, a juzgar por lo que ha hecho y lo que falta de temporada, terminaría con 32 cuadrangulares y 104 impulsadas, con lo que seguramente desbancaría a cualquier otro aspirante.

Pero este juego no es una ciencia y por ejemplo, ahora mismo Alvarez está teniendo molestias en una rodilla que lo dejaron fuera de la alineación el miércoles, en el juego final de la serie de los Astros ante Los Angeles Angels.

De todos modos, no lo pierdan de vista. Por lo pronto, en 99 veces al bate ya superó en jonrones y remolcadas lo conseguido por Vlad. Jr. en 246 turnos.

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MIAMI -- El rey del Derby de Jonrones del reciente Juego de Estrellas llegó a Miami para iniciar la segunda parte de la temporada y lo hizo con el pie izquierdo.

Pete Alonso, el novato sensación de los New York Mets se ponchó en tres turnos en el primer juego de una serie de tres, en que los Miami Marlins se impusieron con pizarra de 8-4.

Muchos toleteros declinan participar en la competencia de jonrones porque alegan que ello les afecta el swing para el resto de la campaña, teoría que a juzgar por lo visto este viernes, podría ser cierta.

Pete Alonso en juego batea sin tirarle (New York Mets)
AP Photo/Brynn Anderson

Antes del partido, Alonso se escabulló y esquivó a una veintena de periodistas que esperaban conocer sus impresiones de su victoria en el Derby y luego del juego, menos aún, así que nos quedamos con los deseos de conocer por su propia boca si siente que su swing se afectó.

"Fue un solo juego. Un juego malo lo tiene cualquiera. Fue malo para todos. Nunca es bueno perder, pero fue un solo juego", dijo por su parte Mickey Callaway, el manager de los Mets, equipo que dejó su récord ahora en 40-51.

"La pausa (por el Juego de las Estrellas) no tiene el mismo efecto en todos los jugadores. A algunos los beneficia, mientras que a otros les toma un pequeño tiempo para entrar en ritmo", añadió Callaway.

Puede que tenga razón. En su breve carrera de apenas 91 partidos, el debutante primera base ha tenido otras cuatro noches de tres abanicados, incluidas dos consecutivas ante los Washington Nationals el 22 y el 23 de mayo, nada menos que ante Max Scherzer y Stephen Strasburg. ¡Palabras mayores!

Entonces no hay de qué preocuparse por ahora, aunque haya ganado la competencia de ponches entre sus compañeros, que en total se tragaron 11 ante los envíos del abridor Caleb Smith y tres relevistas de Miami.

Alonso llegó a 95 chocolates, la octava mayor cifra del viejo circuito, pero acumula 30 bambinazos, uno menos que el líder Christian Yelich, así como 68 remolcadas, detrás de Josh Bell (84) y Cody Bellinger (71).

Con eso, tiene el Novato del Año en el bolsillo, aunque de vez en cuando pase por una mala noche.

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La pausa por el Juego de las Estrellas, que marca el paso de la primera a la segunda parte de la temporada, es también momento de pasar balance de lo ocurrido en los primeros tres meses y fracción del calendario.

El énfasis se hace en aquellos que han sobresalido y desde ya son candidatos a los diferentes premios que se entregarán después de la Serie Mundial.

Pero también ha habido jugadores cuyas actuaciones han decepcionado y muchos de ellos han perdido su categoría de estrellas, para pasar a ser estrellados.

Estos son, posición por posición, los peloteros menos destacados de la primera parte del 2019.

Receptor: Yadier Molina

AP Photo/Jeff Roberson
Los años comienzan a hacer mella en el mejor cátcher de la última década.

Aunque Molina sigue siendo una garantía detrás del plato para los St. Louis Cardinals, ofensivamente ya no despierta mucho temor en la caja de bateo.

En 71 juegos batea para .261, con un promedio de embasamiento de .286 y un slugging de .368.

Apenas acumula cuatro jonrones, muy pocos para quien ha promediado 19 bambinazos en las dos últimas campañas, con sólo 36 carreras impulsadas.

1B: Jesús Aguilar

El venezolano de los Milwaukee Brewers, autor de 35 vuelacercas y 108 empujadas e invitado al Juego de las Estrellas del 2018, ha sido punto menos que inexistente en el 2019.

En 79 partidos tiene línea ofensiva de .225-.327-.481, con ocho cuadrangulares y 32 fletadas al plato.

La buena noticia para Milwaukee es el cierre que tuvo antes del descanso del Juego de las Estrellas: en sus últimos tres encuentros bateó tres de sus ocho jonrones e impulsó seis carreras.

2B: Robinson Canó

Dada la manera en que el segunda base dominicano empezó su aventura con los New York Mets (jonrón en su primer turno), parecía que tendría un renacer en la ciudad donde comenzó su carrera.

Pero desde entonces, ha añadido solamente tres cuadrangulares más y tiene 18 remolques, con average de .240, OBP de .287 y slugging de .490.

Lo peor es que el equipo aceptó tragarse gran parte de los 120 millones pendientes de su contrato de 240 que firmó con los Seattle Mariners en el 2014, con tal de obtener en el canje al relevista puertorriqueño Edwin Díaz, salvador de 57 juegos en el 2018. Pero de este hablaremos más adelante.

3B: José Ramírez

Sue Ogrocki/AP
El antesalista de los Cleveland Indians ha quedado tercero en la votación por el Jugador Más Valioso de la Liga Americana en el 2017 y 2018, pero tal parece que quitaron a uno y pusieron a una copia mala.

Ramírez dejó una línea ofensiva de .218-.308-.344, con siete batazos de vuelta completa y 35 empujadas.

Se suponía que sería el tercera base titular del equipo del joven circuito en el Juego de las Estrellas disputado este martes en su casa, pero tuvo que conformarse con verlo por TV.

SS: Brandon Crawford

El campocorto de los San Francisco Giants parece haber envejecido repentinamente, como la mayoría de sus compañeros de la generación campeona de 2010, 2012 y 2014.

Tan cerca como el 2018, Crawford estuvo en su segundo Juego de Estrellas, mientras que en 2017, 2016 y 2015 ganó Guantes de Oro consecutivos, más un Bate de Plata.

Hoy es un recuerdo del estelar que fue, con .223-.290-.344, cinco bambinazos y 28 impulsadas.

A la defensa, acumula diez errores, la cuarta mayor cifra en todas las Mayores.

Jardinero izquierdo: Giancarlo Stanton

Jim McIsaac/Getty Images
Desde que el año pasado se enfundó el traje a rayas de los New York Yankees, Stanton no ha sido el mismo bateador temible, el mayor rompecercas de las Grandes Ligas, el que dejaba a todo el mundo con la boca abierta con batazos kilométricos.

Ahora ni siquiera ha aparecido, con apenas nueve juegos y 13 ponches en 31 turnos, con un solo jonrón.

Su ausencia, sin embargo, no se ha hecho notar, gracias al trabajo de sus compañeros menos encumbrados que contra todo pronóstico llevaron a los Yankees al tope de la Liga Americana, pero es innegable que Stanton ha perdido el estatus de estrella y ha pasado a ser uno más dentro del roster.

Jardinero central: Odúbel Herrera

El patrullero de los Philadelphia Phillies pareció en un momento ser la figura en torno a la cual se reconstruiría el equipo.

Pero esa aureola se desvaneció, a pesar de que este año no tendría esa presión de liderazgo, por la llegada de Bryce Harper y la maduración de Rhys Hoskins.

Average de .222, OBP de .228, slugging de .341, con un jonrón y 16 impulsadas fueron algunos de los números que dejó Herrera antes de ser suspendido por el resto de la temporada debido a un incidente de violencia doméstica, como si no bastara su pobre rendimiento.

Jardinero derecho: Carlos González

Mientras estuvo en la altura de Denver, el venezolano Carlos Gonzalez fue una estrella rutilante, a pesar de que en sus últimos años con los Colorado Rockies tuvo que batallar contra varias lesiones.

Pero arrancó el 2019 con los Indios, que lo dejaron en libertad tras 30 partidos y recaló con los Chicago Cubs, donde le ha ido incluso peor.

Entre Cleveland y Chicago batea para .200, con OBP de .306 y slugging de .300. Solamente ha despachado tres pelotas fuera del parque y suma diez fletadas al plato.

Próximo a cumplir 33 años, su carrera parece al borde del precipicio.

Bateador designado: Kendrys Morales

El cubano tuvo una buena carrera, a pesar de tantos accidentes y obstáculos, pero parece que ese tanque se quedó sin gasolina.

Desde que arrancaron los entrenamientos primaverales, Morales ha pasado por tres equipos, los Toronto Blue Jays, que lo cambiaron a los Oakland Athletics el día antes de comenzar la temporada, los que a su vez lo dejaron libre, para tener una breve e infructuosa estadía en los Yankees, que también lo despidieron.

En total, entre Oakland y Nueva York, el habanero dejó una línea ofensiva paupérrima de .194 de average, OBP de .320 y slugging de .242, con dos vuelacercas y 12 impulsadas.

Pitcher abridor: Chris Sale

Chris Sale
AP Photo/Winslow Townson
El zurdo de los Boston Red Sox ha expresado públicamente su decepción y frustración consigo mismo. En 18 aperturas tiene récord de 3-8 y efectividad de 4.04, aunque sigue teniendo la misma capacidad ponchadora de siempre y lleva 153 abanicados en 107 episodios.

Pero el descontrol ha sido uno de sus principales enemigos. Mientras que en el 2018 completo regaló 34 pasaportes en 27 salidas, ya este va por 26, con proyección para terminar con 47, que sería la segunda mayor cantidad de su carrera (51 en el 2012).

Además, ha recibido 16 bambinazos, después de aceptar solamente 11 en todo el año pasado.

Relevista: Edwin Díaz

Ya lo habíamos mencionado antes. Por conseguir los servicios de quien recató 57 partidos en el 2018, los Mets aceptaron recibir a Robinson Canó, con su pesada carga económica, o al menos, gran parte de ella.

Pero Díaz no ha sido ni la sombra del cerrador dominante del año pasado con los Marineros.

Tiene 19 salvamentos en 23 oportunidades y ha desperdiciado la misma cantidad de ocasiones del 2018.

El problema es que su efectividad anda por 5.50, su WHIP se duplicó prácticamente, de 0.79 el año pasado a 1.56 en lo que va de 2019 y los rivales le conectan para average de 2.83.

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Cada año, antes de que abran los campos de entrenamientos primaverales, escogemos diez peloteros que por diferentes razones, serían interesantes de seguir en la temporada.

En la lista deberían aparecer Bryce Harper y el dominicano Manny Machado, pero al momento de elaborar esta selección, ni se sabía que el primero firmaría con los Philadelphia Phillies y el segundo terminaría con el uniforme de los San Diego Padres.

1.- Vladimir Guerrero Jr: C

No se recuerda un pelotero que haya llegado a las Grandes Ligas con tanta fanfarria.

Quizás por ser hijo del miembro del Salón de la Fama Vladimir Guerrero, pero lo cierto es que el prospecto número uno de todo el béisbol no ha sido en sus primeros 61 juegos en Las Mayores el súper fenómeno que se esperaba.

Average de .249, OBP de .328, slugging de .413, ocho cuadrangulares y 25 impulsadas son cifras que no deslumbran a nadie.

Hasta ahora, el despliegue de poder en el Derby de Jonrones le viene salvando la temporada a Vlad Jr.

Getty Images Vladimir Guerrero Jr. tiene promedio de .249, OBP de .328, slugging de .413, ocho cuadrangulares y 25 impulsadas.

2.- Fernando Tatis Jr: A

Si Fernando Tatis Jr. no se hubiera lesionado y perdido todo el mes de mayo y parte de junio, posiblemente Pete Alonso no tuviera tan fácil en el bolsillo el premio de Novato del Año de la Liga Nacional.

Desde que puso un pie en un terreno de Grandes Ligas, sin tantos focos como Vladimir Guerrero, el hijo de Fernando Tatis fue una estrella inmediata.

No se trata sólo de números, muy buenos por cierto, sino de la energía que aporta, ese intangible que no se mide en cifras y que consigue con un atleticismo envidiable.

Mientras que con el bate suma average, OBP y slugging de .327-.393-.620, con 14 jonrones y 33 carreras impulsadas en 55 partidos, también es velocísimo y ya acumula 13 bases robadas en 16 intentos, mientras que con el guante nos regala jugadas espectaculares.

3.- Shohei Ohtani: A

Sabíamos que no va a lanzar hasta el 2020, pero queríamos ver a Ohtani como bateador más o menos a tiempo completo, después que le regalaran el Novato del Año que merecía el dominicano Miguel Andujar.

El bateador designado japonés de Los Angeles Angels ha demostrado que puede batear y bastante en el mejor béisbol del mundo.

Hasta ahora, en 53 juegos, lo hace para .303-.353-.571, con 14 jonrones y 38 carreras empujadas y debería superar los números que consiguió el año pasado en 104 partidos.

4.- Willians Astudillo: C

Las lesiones han limitado el tiempo de juego de Astudillo, receptor de los Minnesota Twins que parece sacado de un videojuego.

Antes de empezar la temporada del 2019, Astudillo había disputado 638 juegos como profesional en diferentes niveles de las Menores, la LVBP y con los Mellizos, con los que hizo su debut en Grandes Ligas en el 2018.

En total sumaba 2.981 turnos al bate, con apenas 99 ponches, con un promedio de un abanicado cada 30 veces.

Por ahora, en 133 ocasiones se ha tomado cinco chocolates, uno cada 26.6, pero salvo esa habilidad para chocar con la pelota, no ha sido nada atractivo, con su average de .263, tres jonrones y OBP de .282.

5.- Blake Snell: F

Decepcionante ha sido la labor del zurdo de los Tampa Bay Rays, quien fue el mejor lanzador de todas las Grandes Ligas en el 2018 y una de las principales razones por las que su equipo, débil en el papel, tuviera una sorprendente temporada ganadora de 90-72.

En 18 aperturas, Snell presenta récord de 5-7, con una efectividad de 4.70, números que contrastan demasiado con sus 21 victorias con sólo cinco derrotas y promedio de 1.89 del año pasado.

6.- Miles Mikolas: F

El derecho de los St. Louis Cardinals ha vuelto a ser el mismo que era antes de irse a jugar tres años a Japón: cinco victorias, nueve derrotas y efectividad de 4.53.

Mikolas escribió una de las páginas más interesantes de la temporada pasada, tras pasar tres campañas con los Gigantes de Yomiuri, en la liga profesional nipona.

Regresó a las Grandes Ligas por la puerta ancha, con récord de 18-4 y efectividad de 2.83, mientras que en su estancia anterior a su aventura japonesa, sus números con los Padres y los Texas Rangers siempre fueron de mediocres para malos.

Al parecer, lo del 2018 fue una casualidad, un golpe de suerte o como quieran llamarlo.

7.- Miguel Cabrera: D

El venezolano ha sido, desde su debut en el 2003 con los Florida Marlins, uno de los mejores bateadores de todo el béisbol en lo que va de siglo XXI, pero a los 35 años de edad ha entrado en su declive natural.

Su coordinación ojos-brazos para darle a la pelota la mantiene y de ahí el average de .304 que exhibe en 80 partidos, pero ha perdido velocidad en el swing y por ende, han disminuido drásticamente los batazos de largometraje.

Cinco vuelacercas en 283 turnos son muy pocos para quien promedia 32 bambinazos por temporada en una carrera gloriosa de 17 años.

8.- Aaron Judge: C

El Juez tiene calidad de estrella, pero salud de cristal. Sus números en 33 partidos son bastante buenos, con average de .271, nueve cuadrangulares y 20 remolcadas, pero se ha perdido por lesiones 55 juegos.

Si sus ausencias no se han hecho notar tanto, es por el histórico desempeño de sus compañeros menos encumbrados, que contra viento y marea han mantenido a los New York Yankees en el tope del Este de la Liga Americana.

9.- Yusei Kikuchi: D

El lanzador zurdo de 27 años estaba llamado a ser la próxima estrella japonesa en las Grandes Ligas. Al menos eso creían los Seattle Mariners cuando lo firmaron por tres temporadas y 43 millones de dólares.

Hasta ahora, está más cerca de Hideki Irabu y Kei Igawa, que de Hideo Nomo o Masahiro Tanaka.

En 19 aperturas tiene récord de 4-6 y efectividad de 4.94. En 98.1 entradas ha permitido 19 cuadrangulares.

10.- Yasiel Puig: B

Puig sigue siendo divertido de ver. Da lo mismo que tenga el uniforme azul de los Dodgers o el rojo de Cincinnati. Sin tantos focos sobre sí como en Los Angeles, el cubano empezó lento el año, pero cerró la primera parte de la temporada a todo vapor, aunque sin llegar a esa explosión de todo su potencial que ya no sabemos si algún día sucederá.

Por primera vez en su carrera llegó a 20 cuadrangulares antes del Juego de las Estrellas y su proyección lo pone en camino de 37 bambinazos y 97 impulsadas, números nada despreciables para quien entrará con 28 años a la agencia libre.

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Se suponía que a esta altura, la división Este de la Liga Nacional fuera escenario de la más disputada lucha en todo el béisbol, con la única excepción de los Miami Marlins, condenados de antemano al sótano.

A juzgar por sus respectivas plantillas, el espectáculo que debían dar los Philadelphia Phillies, los Atlanta Braves, los New York Mets y los Washington Nationals sería para alquilar balcones.

David Santiago/Miami Herald/TNS vía Getty ImagesSi bien Don Mattingly es el primer candidato a irse primero, ahora tiene quienes le disputan esa posición.

Pero la realidad en el terreno ha sido otra y mientras Filis y Bravos han cubierto las expectativas, los Mets y los Nacionales, con sendos récords negativos, se parecen más a los Marlins que a sus otros dos rivales divisionales y nadan en las profundidades de la mediocridad.

Eso pone a sus managers en la silla caliente, al punto de que hoy Mickey Callaway, de Nueva York, y Dave Martínez, de Washington, tienen menos seguros sus cargos que el mismísimo Don Mattingly, a pesar de que Miami ostenta el peor récord en todas las Grandes Ligas.

De los Marlins se esperaba. Quizás no a los niveles exagerados de miseria que han exhibido, pero se sabía que no había mucho con qué competir en apenas el segundo año del proceso de reconstrucción total que se inició en el 2018.

Entonces, a Mattingly hay que darle el premio del estoicismo, con el que enfrenta a la prensa después de cada derrota, aunque ya no le queden ideas de cómo explicar lo ocurrido.

Y como está en el año final de su contrato, lo más probable es que la gerencia lo deje completar la temporada y adiós.

Será él quien reciba los palos, pero no el que se lleve las glorias, el día en que Miami esté listo para volver a competir, algo como lo sucedido con el cubano Fredi González en Atlanta, que aguantó los golpes de la reconstrucción y ha sido Brian Snitker el que recogió los frutos.

Peor la tienen Martínez y Callaway, a quienes les pusieron en sus manos equipos con capacidad de contender por un lugar en la postemporada, la cual lo más probable es que la vean por televisión desde la comodidad de sus casas.

Elsa/Getty ImagesMickey Callaway no debería sentirse muy seguro en Nueva York

Luego de años bajo el ala de Joe Maddon en los Tampa Bay Rays y los Chicago Cubs, Martínez recibió la oportunidad de dirigir a partir del 2018 a unos Nacionales que partieron prácticamente como los únicos favoritos en una división en la que los Mets eran un hospital ambulante y los Filis, Bravos y Marlins estaban en diferentes etapas de sus respectivos procesos de reconstrucción.

Pero el debutante dirigente fracasó estrepitosamente y Washington apenas logró terminar por encima de .500, con 82-80 y fuera de los playoffs.

En el 2019, aun con la partida de Bryce Harper a la agencia libre, Martínez tiene en el papel un equipo capaz de pelear hasta el último out de la campaña, encabezado por los jóvenes jardineros dominicanos Juan Soto y Victor Robles, Anthony Rendón y los serpentineros Max Scherzer, Stephen Strasburg y Patrick Corbin.

Sin embargo, tampoco esta vez el manager ha logrado echar a andar la maquinaria y los Nacionales exhiben un paupérrimo récord de 19-28, sólo mejor que el de los Marlins, de 13-31.

Se filtran rumores de incomodidades y desacuerdos dentro del clubhouse sobre la manera en que Martínez se relaciona sobre todo con las figuras jóvenes, lo cual afecta la química y el esfuerzo de los jugadores.

Y hablando de esfuerzo, una crisis enfrenta Callaway con los Mets.

Su suponía que Robinson Cano, con su veteranía y trayectoria, traería liderazgo al clubhouse de Nueva York.

Pero los acontecimientos del fin de semana en Miami, cuando lo Mets fueron barridos por los Marlins, ponen en entredicho la esperada influencia positiva de Canó, mientras el equipo parece haber tocado fondo.

Las cosas están yéndosele de las manos al manager, aunque la gerencia haya hecho una declaración políticamente correcta de apoyo...por ahora.

Precisamente, los Mets, con balance de 21-25, enfrentan esta semana en el Citi Field de Nueva York a los Nacionales, en una serie que podría marcar el fin del empleo de uno de los dos managers.

Entonces, hagan sus apuestas, señores: ¿quién se va primero?

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En medio de todas sus miserias, los Miami Marlins tienen la posibilidad de llevar un poco más de público al estadio con una simple firma a bajo costo: Kendrys Morales.

Es cierto que ya no es aquel recio bateador que sorprendió al mundo en el 2009 con Los Angeles Angels, cuando explotó con el madero en lo que parecía ser el nacimiento de una megaestrella, que se descarriló un año más tarde con una tonta lesión que lo sacó del béisbol por todo el 2011.

También es realidad que su pasantía por los Oakland Athletics fue para el olvido y por ello el equipo decidió prescindir de sus servicios.

Pero firmarlo a un costo ínfimo (los Toronto Blue Jays pagan diez de los 12 millones de su salario y Oakland el dinero restante), es una apuesta que a Miami podría rendirle muchos más frutos que a cualquier otro equipo.

Getty Images¿Kendrys Morales sería una buena contratación para los Marlins?
Morales es un bateador ambidextro de verdad, no de esos que se paran a ambos lados del plato, pero su rendimiento difiere mucho de la izquierda a la derecha, que puede aportar justamente lo que más escasea en los Marlins: poder.

El año pasado igualmente comenzó mal la campaña en Toronto, pero supo hacer los ajustes necesarios para enderezar el rumbo y terminar con 21 cuadrangulares.

Tiene una ética de trabajo que puede mostrarle a los jóvenes para servirle de guía. Y si no, pregúntenle al miembro del Salón de la Fama Vladimir Guerrero cuál fue el consejo que le dio a su hijo cuando compartía espacio con el cubano en los campos de entrenamientos primaverales, antes de que este último fuera traspasado a Oakland.

"Mijo, ¿tú quieres ser el mejor; quieres seguir siendo el mejor? Donde Kendrys Morales vaya, ve tú también", le dijo Vlad al Junior.

Está también la parte comercial. Kendrys podría ser un imán para la fanaticada miamense, que ya una vez desbordó las líneas en los programas deportivos radiales de la ciudad clamando por su contratación, hace unos años atrás, cuando el cubano era agente libre.

Llevar gente al parque es una asignatura en la que hasta ahora ha suspendido la nueva administración encabezada por Derek Jeter.

No es que de repente se vaya a repletar cada butaca del Marlins Park, pero muchos acudirán en principio a ver, aunque sea en el ocaso, a uno de los mejores bateadores cubanos que haya pasado por las Grandes Ligas, que sí que lo ha sido, a pesar de tantos obstáculos a lo largo de su carrera.

Y si en la Capital del Sol Morales consigue enderezar el rumbo y dar sus habituales palos, muchos de esos que vinieron de curiosos podrían quedarse más de la cuenta.

Como van las cosas, los Marlins no tienen nada que perder si toman el riesgo, mínimo por demás.

El equipo que menos jonrones (24), menos extrabases (69) y menos carreras impulsadas (102) tiene en todas las Grandes Ligas, no debería desdeñar la ayuda que podría representar un hombre que a lo largo de su carrera promedia 26 bambinazos, 31 dobles y 89 remolques por cada 162 juegos, con todo y que ya haya visto pasar sus mejores tiempos.

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El dominicano Albert Pujols se convirtió oficialmente en el tercer pelotero en la historia de las Grandes Ligas con dos mil carreras impulsadas y lo hizo de la mejor manera posible: con un cuadrangular.

Pujols se unió a Hank Aaron (2,297) y a Alex Rodríguez (2,086) como los únicos miembros oficiales de tan exclusivo club, para sedimentar aún más su camino hacia el Salón de la Fama de Cooperstown.

Los historiadores tiene discrepancias sobre el selecto grupo y algunos incluyen también a Babe Ruth (2,214) y a Cap Anson (2,075), tras un minucioso estudio de las hojas de anotaciones de los juegos antes de 1920, el año en que comenzó a compilarse de manera oficial las carreras impulsadas como estadística.

Albert Pujols batea (Los Angeles Angels)
AP Photo/Orlin Wagner

Resulta que antes de ese año, el Bambino remolcó 224 carreras cuando jugaba para los Boston Red Sox, mientras que Anson lo hizo en el siglo XIX, en los anales del béisbol, con los desaparecidos Rockford Forest Citys, los Atléticos de Filadelfia y los Chicago Cubs.

Lo cierto es que da lo mismo que el club sea de tres o de cinco, pues la cifra no le resta exclusividad.

Y al igual que Pujols, Aaron y ARod lograron la cifra redonda con sendos bambinazos.

Para más curiosas, el dominicano consiguió sus dos primeros remolques con el primer vuelacercas de su carrera, el 6 de abril del 2001, frente a Armando Reynoso, lanzador mexicano de los Arizona Diamondbacks.

Entonces Pujols jugaba para los St. Louis Cardinals y le tomó poco más de cuatro años para llegar a 500 empujadas y lo hizo con sencillo ante Chris Gissell, de los Colorado Rockies, el 26 de septiembre del 2004.

El millar llegó el 25 de abril del 2009, también por la vía del jonrón, al botarle la pelota con bases llenas a David Patton, de los Cachorros.

Ya con e uniforme de Los Angeles Angels, Pujols sumó su impulsada 1,500 el 8 de abril del 2014, también con bambinazo, frente al zurdo canadiense James Paxton, de los Seattle Mariners.

Y así hasta este jueves, cuando le sacó la pelota al Ryan Carpenter, de los Detrot Tigers, para su número 2,000.

Teniendo en cuenta que al dominicano le restan dos temporadas más de su contrato, es posible suponer, si la salud lo acompaña, que podrá sobrepasar a Alex Rodríguez e instalarse oficialmente en la segunda posición de los empujadores de todos los tiempos.

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Transcurrido mes y medio de la temporada, las piezas van cayendo por su peso y ya hay equipos que se sabe, aunque queden mucho camino por recorrer, que no van a ningún lado.

No hay manera humana de que los Miami Marlins, los Chicago White Sox, los San Francisco Giants, los Kansas City Royals o los Baltimore Orioles salgan de la mediocridad con que transcurren el 2019, sencillamente, porque no tienen con qué.

Incluso, los Washington Nationals, que en el papel lucían en condiciones de pelear en la disputada división Este de la Liga Nacional, se hunden cada vez más en el lodo y si no llegan al sótano es porque ese lugar estaba reservado de antemano por la novena miamense.

Entonces, a sus respectivas gerencias no le queda otra que estar cerca del teléfono, a la espera de ofertas para cambiar a ciertos jugadores que les será imposible retener para el futuro y por quienes es mejor canjear por prospectos que puedan controlar por los años venideros.

A su consideración presentamos cinco peloteros que deben tener desde ya sus maletas listas, para cuando tengan que irse al menos por los últimos meses de la temporada, a equipos necesitados de ayuda que ellos pueden aportar.

1.- Sergio Romo (Marlins)

Al igual que en su momento hizo el panameño Mariano Rivera, el mexicano Romo es de esos pitchers que lanzan avisado.

Slider, tras slider, tras slider, el cerrador de Miami sigue sacando outs y salvando juegos.

Un relevista con su experiencia, con 115 rescates, récord de 39-31 y efectividad de 2.93 de por vida, pero sobre todo, probado en grandes momentos y dueño de tres anillos de campeón de Series Mundiales, es alguien que puede aportar mucho a un equipo contendiente necesitado de ayuda en el bullpen.

Olvídense de que su efectividad ahora ande por 6.00. en su primera aparición con los Marlins permitió cuatro limpias en un tercio de inning y su promedio de limpias se disparó hasta 108.00.

Bajar eso entrada a entrada no es fácil, pero en situación de salvamento, está perfecto, de 6-6 y efectividad de 3.00.

Fue firmado como agente libre en el invierno por una sola temporada, así que lo más probable es que termine la campaña con otro uniforme.

Los Chicago Cubs y Los Angeles Dodgers han tenido dificultades con su bullpen y podrían ser de los equipos que llamen a Miami a interesarse en el experimentado mexicano.

2.- José Abreu (White Sox)

Abreu ha sido uno de los mejores bateadores en todo el béisbol desde que debutó en el 2014 y ganó de forma unánime el Novato del Año de la Liga Americana.

Pero al mismo tiempo, ha sido un talento desperdiciado todos estos años, en que el equipo ha tenido siempre récord perdedor, sin esperanzas de ir más allá del calendario regular.

Agente libre al finalizar la temporada, el cubano de 32 años es, sobre todo, un gran productor de carreras, con un promedio de 109 y 32 bambinazos por cada 162 partidos.

Su poderoso bate derecho sería bienvenido en equipos como Tampa Bay Rays y Minnesota Twins, que desde ya apuntan a incluirse en la postemporada y para él sería una oportunidad especial de probar su talento en esa etapa a la que nunca llegó con Chicago.

Getty ImagesDel 2017 para acá Madison Bumgarner exhibe un engañoso récord de 12-20, pero su efectividad sigue siendo de 3.40, con 261 ponches en 290.1 episodios.

3.- Madison Bumgarner (Giants)

Este es un caballo de mil batallas y al igual que Romo, luce en sus dedos tres anillos de campeón en las Series Mundiales del 2010, 2012 y 2014.

Del 2017 para acá exhibe un engañoso récord de 12-20, pero su efectividad sigue siendo muy buena, de 3.40, con 261 ponches en 290.1 episodios.

En medio de su undécima campaña, tiene balance de 112-84 y efectividad de por vida de 3.06.

Pero es en postemporadas donde su figura se agiganta (sino, pregúntenle a los Kansas City Royals) y esa capacidad no puede pasar por alto para quienes aspiren a jugar béisbol más allá de septiembre.

En 16 juegos de playoffs, 14 como abridor, tiene ocho triunfos y tres reveses, con promedio de limpias de 2.11. Sería ideal para reforzar a los New York Yankees, tan necesitados de abridores con ese extra que no se mide en números.

4.- Anthony Rendón (Nationals)

El tercera base de Washington es uno de los jugadores más subvalorados de todo el béisbol.

Pero año tras año, pone números ofensivos que sin llegar a ser extraordinarios, resultan sólidos, con un promedio de 22 jonrones, 43 dobletes y 90 carreras impulsadas cada 162 partidos.

Comenzó su carrera como segunda base y campocorto, pero desde que se mudó a la antesala, su defensa mejoró considerablemente y aunque no se compara con Nolan Arenado o Manny Machado, es un jugador por encima del promedio en su posición.

Próximo a cumplir 29 años, Rendón se apresta a llegar a la agencia libre al concluir la campaña, luego de que las conversaciones para una extensión contractual con los Nacionales se enfriaran con el inicio de la contienda. Los Milwaukee Brewers han tenido dificultades en la antesala desde que decidieron mover a Mike Moustakas a la intermedia y darle el trabajo a Travis Shaw, un bateador de .172 de average en el 2019.

También ajustaría bien en Minnesota, pues Miguel Sanó está en su estado natural lesionado y Marwin González ha dejado mucho que desear en su producción ofensiva.

5.- José Iglesias (Reds)

Se suponía que el paso del cubano Yasiel Puig por los Reds sería breve y el polémico jardinero sería canjeable.

Pero con su ofensiva actual, el Caballo Loco no es nada atractivo para ningún equipo contendiente, a diferencia de otro cubano que también juega en Cincinnati.

Uno de los mejores defensores del campocorto, José "Candelita" Iglesias se ha destapado además a batear, al punto de desplazar al venezolano Jose Peraza de la titularidad de una posición que le pertenecía.

Es un pelotero baratísimo, pues firmó por 2.5 millones por el 2019 con Cincinnati, así que tiene ese atractivo adicional, además de sus habilidades ofensivas y defensivas.

Puede también jugar en segunda y tercera bases, donde es igualmente seguro con el guante, como hizo el año pasado su compatriota Adeiny Hechavarría con los New York Yankees.

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En las últimas semanas de los entrenamientos primaverales y los primeros días de la temporada del 2019, nueve equipos comprometieron dos mil 61 millones de dólares en los contratos de diez jugadores.

Fue una danza millonaria nunca antes vista en tan breve lapso, luego de que la mayor parte del invierno el mercado se mantuviera estancado al punto de llegar a una amenaza de huelga por parte del Sindicato de Jugadores.

Las cosas se destrabaron cuando el 21 de febrero, los San Diego Padres se llevaron al agente libre Manny Machado por 300 millones y diez temporadas.

A partir de ahí se produjo un efecto dominó que terminó cuando, ya iniciada la campaña, los Atlanta Braves anunciaron el 2 de abril una extensión de contrato por 100 millones para el jovencito venezolano Ronald Acuna Jr. por ocho años.

Entre la firma de Machado y la extensión a Acuña, estos fueron los otros que también aseguraron su futuro financiero:

Nolan Arenado pactó el 26 de febrero una extensión con con los Colorado Rockies por otras ocho contiendas y 260 millones.

El 2 de marzo, los Philadelphia Phillies anunciaron la contratación del agente libre Bryce Harper por 13 campañas y 330 millones. El 20 de marzo, Los Angeles Angels sacudieron los cimientos del béisbol al convertir a Mike Trout en el deportista mejor pagado de la historia: 426.5 millones por 12 temporadas. Dos días después, los Houston Astros aseguraron por otros seis años los servicios de su antesalista Alex Bregman por 100 millones y 24 horas más tarde, los Boston Red Sox y los St. Louis Cardinals le extendieron sus respectivos contratos al lanzador zurdo Chris Sale y al primera base Paul Goldschmidt.

El pacto de Sale con Boston es por cinco contiendas y 145 millones, mientras que el de Goldschmidt con los Cardenales es de 130 millones por el mismo tiempo. El 26 de marzo, los New York Mets le garantizaron a su estrella Jacob deGrom 137.5 millones por cinco años más y el 1 de abril, ya con la temporada andando, los Red Sox acordaron una extensión con su campocorto arubeño Xander Bogaerts por siete temporadas y 132 millones.

A punto de cumplirse el primer mes del calendario regular, ¿cómo han ido estas inversiones que totalizan los dos mil 61 millones?

Después de ver esa cifra global que supera el Producto Interno Bruto de muchos países, uno se imaginaría que esos diez peloteros deberían estar encabezando los liderazgos de los principales departamentos, tanto ofensivos, como de pitcheo, que para eso se les paga y mucho.

Sin embargo, no todo lo que brilla ha sido oro, al menos, en este arranque del 2019.

Getty Images

1.- Mike Trout (A)

No sólo es el mejor pagado. Es el mejor. Punto. El jardinero de los Angels muestra una línea ofensiva de .317 de average, .522 de promedio de embasamiento (OBP) y slugging de .667, con seis jonrones y 14 carreras impulsadas.

Es Trout siendo Trout, consistente, estable, aunque su juego no se refleja en los resultados de su equipo, último en el oeste de la Liga Americana (9-15).

2.- Paul Goldschmidt (A)

Comenzó lento, pero ya va agarrando su paso normal. Todavía su average anda por .269, pero su OBP es de .358 y su slugging de .581.

Suma nueve cuadrangulares y 19 impulsadas, cuarto y quinto, respectivamente, en la Liga Nacional.

Por cierto, sus Cardenales están en primer lugar de la división central de la Liga Nacional.

3.- Alex Bregman (A)

El antesalista de los Astros (.315-.429-.534) tiene cuatro vuelacercas y 12 carreras remolcadas en 21 juegos, lo que le da una proyección ligeramente inferior al 2018, cuando botó 31 pelotas y empujó 103 carreras.

Pero aun así, su desempeño es encomiable y sigue siendo un factor clave en Houston, ubicado segundo en el Oeste del joven circuito.

Cortesía

4.- Ronald Acuña Jr. (A)

Para el jardinero venezolano de los Braves (.304-.421-.582), el cielo parece ser su límite.

Ya acumula seis palos de vuelta completa y 16 impulsadas, con una proyección para superar todos los números del 2018, cuando fue el Novato del Año de la Liga Nacional.

5.- Jacob deGrom (B)

El ganador del premio Cy Young del 2018 comenzó la temporada como un extraterrestre, al apuntarse dos victorias en igual número de salidas sin permitir carreras en 13 innings.

Pero de repente comenzó a ser bateado y en las dos siguientes aperturas fue castigado con nueve limpias y cinco jonrones en nueve episodios, señal de que algo andaba mal.

Y sí andaba. El codo empezó a dolerle y deGrom fue a parar a la lista de lesionados. Por ahora no parece nada grave, pero cuando el río suena...

6.- Xander Bogaerts (B)

Boston sorprendió al extenderle contrato primero a Bogaerts que a Mookie Betts.

El arubeño (.286-.371-.500) viene de la mejor temporada de su carrera, cuando por primera vez remolcó más de 100 carreras y despachó 23 jonrones.

Por ahora anda por cuatro cuadrangulares y 13 impulsadas y una proyección parecida, más-menos, a sus números del año pasado.

7.- Nolan Arenado (C)

Sempiterno aspirante al MVP de la Liga Nacional, el tercera base de los Rockies es posiblemente el mejor jugador defensivo de todo el béisbol, sin distinción de posición.

Sin embargo, su inicio de temporada lo tiene con los números ofensivos más bajos de su carrera: .269-.324-.462, muy inferiores a sus promedios de .291-.346-.537 desde que debutó en las Mayores en el 2013.

Lleva hasta el momento cuatro jonrones y 14 impulsadas, con una proyección de 27 y 95, que representaría un bajón considerable para quien promedia 34 y 114 por temporada en su carrera.

¿Será coincidencia la baja ofensiva de Arenado y el último lugar en que se encuentra Colorado en el Oeste del viejo circuito?.

Bryce Harper
Al Bello/Getty Images

8.- Bryce Harper (C)

En sus cuatro primeros juegos con los Phillies, Harper bateó cuatro jonrones e impulsó cinco carreras. Desde el 3 de julio se enfrió y apenas ha conseguido otro bambinazo y nueve remolques en 19 partidos.

Su línea ofensiva de .262-.398-.512 va de acuerdo con sus promedios históricos, nada extraordinario para quien es uno de los peloteros más sobrevalorados de la actualidad.

Lo peor es que ha comenzado a expresar sus frustraciones en público, como cuando se hizo expulsar por protestar un conteo de bolas y strikes que ni siquiera era el suyo, lo cual le valió duras críticas de su compañero Jake Arrieta.

Semejante distracción dentro del clubhouse puede ser sumamente peligrosa en un equipo que apostó 330 millones por él, con la esperanza de verlo repetir cada año sus números del 2015, cuando fue el Jugador Más Valioso de la Nacional.

Manny Machado
Sean M. Haffey/Getty ImagesManny Machado has no reason to look back after deciding his future belonged in San Diego.

9.- Manny Machado (C)

El Ministro de la Defensa ha sido el mismo con el guante, pero no con el bate en San Diego.

Machado (.241-.337-.410) tiene cuatro jonrones y nueve carreras impulsadas, cuando a esta altura del año pasado ya había sacado el doble de cuadrangulares y remolcado 17.

Bateador de más de 30 bambinazos en sus últimas cuatro campañas, la proyección del dominicano con los Padres es de 27 vuelacercas y 61 empujadas, cifras mediocres para quien gana 30 millones por temporada.

10.- Chris Sale (F)

Hasta ahora, el zurdo de los Red Sox no ha justificado ni un centavo de su millonaria extensión contractual.

Su recta ha perdido unas cuatro millas de velocidad y en cinco aperturas tiene balance de 0-4 y efectividad de 7.43.

En 158 innings en el 2018 permitió solamente 11 jonrones y ponchó a 237 rivales, a 1.5 abanicado por episodio.

En lo que va del 2019 ya ha recibido seis vuelacercas y suma 24 chocolates en 23 innings, a un promedio de 1.04.

Y al mismo ritmo que su as van los campeones de la última Serie Mundial, que andan bien abajo en la tabla de posiciones del Este de la Americana, con 9-15.

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A estos Miami Marlins no se les exige que peleen por la división Este de la Liga Nacional.

En su segundo año de reconstrucción, basta con que muestren progreso en comparación con el 2018, cuando a duras penas evitaron las 100 derrotas.

Sin embargo, después de los primeros 22 juegos de la actual campaña, los Marlins exhiben un preocupante retroceso que los tienen con el peor récord de todo el béisbol: apenas seis victorias y 16 derrotas.

Ningún equipo es tan bueno cómo luce cuando gana o tan malo cómo luce cuando pierde, pero la proyección, de acuerdo con esta primera muestra, ubica a los Marlins con 44-118 para cuando termine la contienda en septiembre, lo cual sería el peor resultado en la historia del club.

Luego de una primavera en la que el equipo consiguió hilvanar una esperanzadora cadena de 11 victorias seguidas, las cosas cambiaron una vez que comenzó la campaña, como si hubieran dejado olvidados los bates en el campo de entrenamientos en Jupiter.

Seis de sus 16 derrotas han sido por blanqueadas y en otros tres encuentros sólo anotaron una carrera.

Los bateadores se ven perdidos en el plato, con 212 ponches, a un promedio de 9.6 por juego. O lo que es igual: prácticamente uno de cada tres outs de los Marlins son sin poner la pelota en juego.

Miami es el equipo con menos extrabases en ambas ligas, apenas 44 y el que más batea para dobles matanzas, con 24.

A eso súmese que sus jugadores han negociado 57 boletos, sólo mejores que los San Francisco Giants (54) y los Cincinnati Reds (52).

La cara más visible de ese retroceso es Lewis Brinson, quien vino en el canje por Christian Yelich.

Entonces era el prospecto número uno de la organización de los Milwaukee Brewers, cuyos fanáticos criticaron cómo dar a semejante promesa por Yelich, a quien calificaban de jugador promedio.

Getty ImagesLewis Brinson, quien se esperaba que fuera a cara de la franquicia, tiene un average de .179, sin jonrones y cuatro carreras remolcadas, 24 ponches en 67 turnos y dos pasaportes.

Ya en Milwaukee ni se acuerdan de aquellas críticas, luego de que Yelich adquiriera una dimensión superior con el cambio de uniforme y equipo.

Mientras tanto, Brinson, quien fue señalado como la posible nueva cara de la franquicia miamense, es una mala caricatura de pelotero, mediocre ofensiva y defensivamente.

Su average de .179, sin jonrones y cuatro carreras remolcadas, 24 ponches en 67 turnos y únicamente dos pasaportes, son la clara prueba de que el muchacho ha dado varios pasos hacia atrás en su carrera.

Los pocos seguidores que cada noche van al Marlins Park piden a gritos la remoción del jugador a las Ligas Menores, aunque la gerencia parece negada a tirar la toalla, quizás como defensa para no reconocer el tamaño error del canje.

Pero Brinson no es el único cuyo desempeño con el madero da, cuando menos, lástima.

En el invierno, el equipo adquirió a los veteranos Curtis Granderson y Neil Walker, con la esperanza de que aportaran experiencia y liderazgo.

Pero el liderazgo se impone, sobre todo, con buenos resultados. Nadie va a seguir a bateadores cuyos promedios andan por debajo de la línea Mendoza y ya no tienen mucho más que hacer en Grandes Ligas.

La otra cara de la moneda ha sido el pitcheo, donde sí se evidencian notables avances.

Los abridores Caleb Smith, Trevor Richards, el dominicano Sandy Alcantara y el venezolano Pablo López ya han dejado de ser promesas para convertirse, en mayor o menor medidas, en realidades, mientras que el colombiano Tayron Guerrero se encamina a ser el cerrador del futuro del equipo, con su recta supersónica de más de 100 millas por hora.

En el caso de Guerrero, se ve que trabajó duro durante el invierno en sus envíos adicionales y se le observa más confiado en su slider, que combina con su bola rápida.

En diez apariciones en la presente campaña acumula 12 ponches en nueve entradas y dos tercios, con efectividad perfecta de 0.00.

Pero de poco valen los progresos en la lomita, su la falta de apoyo ofensivo deja a los serpentineros prácticamente sin margen de error.

Ya rodó la primera cabeza, la del coach de bateo Mike Pagliarulo, más no sería la última.

Entretanto, mientras las derrotas se acumulan una detrás de otra, el manager Don Mattingly se queda sin argumentos cada noche, cuando tiene que enfrentar estoicamente a la prensa local en busca de respuestas.

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