El béisbol no le es ajeno a Michael Jordan.

Luego de incursionar sin éxito como jugador en 1994 en el deporte de las bolas y los strikes, el ícono del baloncesto de la NBA regresa al béisbol ahora como dueño minoritario dentro del grupo de inversionistas que comprará a los Marlins de Miami.

Jordan es uno de los hombres de negocios que unieron sus fuerzas en torno al financista Bruce Sherman y al ex capitán de los Yankees de Nueva York Derek Jeter para hacerse de los Marlins al precio de 1,200 millones de dólares.

Michael Jordan, Derek Jeter
Noah K. Murray/USA TODAY SportsLa combinación Michael Jordan-Derek Jeter como parte del nuevo grupo de dueños de los Marlins de Miami despierta muchas ilusiones en la fanaticada del sur de la Florida.

La combinación Jeter-Jordan despierta muchas ilusiones en la fanaticada del sur de la Florida.

En primer lugar, porque sale del panorama de una buena vez Jeffrey Loria, uno de los personajes más odiados por la comunidad.

Y sobre todo, porque tanto Jeter, como Jordan, fueron hombres que como atletas respetaron sus respectivos deportes a su máxima expresión.

La esperanza ahora es que continúen haciéndolo de igual forma desde el papel de propietarios, aunque en el caso del ex basquetbolista, no le ido muy bien con los Charlotte Hornets, equipo de la NBA del cual es el dueño principal.

Aunque la cara más visible será el ex campocorto de los Yankees, la presencia de Jordan en el grupo tiene un impacto mediático igualmente importante.

La gente quiere que los dueños sean hombres de deporte, que conozcan los entresijos del juego y tengan el prestigio para exigir entrega total a sus subordinados.

Los seguidores de los Marlins están cansados de propietarios que sólo ven la parte comercial, el negocio en sí que les permita llenarse los bolsillos de plata, olvidándose de que son los fanáticos con su presencia en el estadio quienes fomentan gran parte de sus ganancias.

Ojo: la inminente llegada del grupo de Jeter y Jordan no significa que de inmediato veremos a los Marlins compitiendo por la corona en la Serie Mundial.

Viene ahora un proceso de reordenamiento que pasa por el contrato de los derechos de transmisión televisa, una de las fuentes más importantes de ingresos de las franquicias.

Miami tiene el peor contrato televisivo entre los 30 equipos de las Grandes Ligas y no podrán negociarlo hasta que expire el actual en el 2020.

Pero si además de la salida de escena de Loria, se mantiene el actual núcleo de la plantilla, la gente debe responder con mayor asistencia al parque de pelota en la Pequeña Habana, para darle un voto de confianza a los nuevos propietarios en la nueva tarea que se les avecina.
MIAMI - Llámele como quiera: callejón sin salida, punto muerto, laberinto, limbo.

Póngale usted el nombre a la situación en la que se encuentran los Marlins de Miami, atascados entre un proceso de compraventa que no acaba de concretarse y una incertidumbre sobre el futuro inmediato de sus principales figuras.

El equipo maneja el asunto con un secretismo no tan hermético, pues quedan grietas por las que se filtran rumores que sólo hacen aumentar las expectativas, para bien o para mal.

La gente común, los que siguen a los Marlins en las buenas (pocas) y en las malas (muchas), ha entrado en un estado de resignación, a la espera de lo que venga, con tal de salir de una vez y por todas de Jeffrey Loria.

El entusiasmo inicial que despertó el nombre de Derek Jeter entre los posibles compradores se ha desvanecido en las últimas semanas, pues el legendario Capitán de los Yankees no ha tenido el suficiente poder de convocatoria de inversionistas que pongan plata.

Primero fue Jeter contra el exgobernador de la Florida Jeb Bush, quienes luego unieron fuerzas ante el grupo de Tagg Romney, hijo del ex candidato presidencial republicano Mitt Romney y el pitcher miembro del Salón de la Fama Tom Glavine.

Después Bush se retiró de la puja y aparecieron la leyenda del baloncesto Michael Jordan y el rapero miamense Pitbull, Míster 305. Hasta llegó a mencionarse, en un principio, el nombre de Jared Kushner, yerno del presidente Donald Trump.

Pero uno tras otro aparecían y desaparecían de los rumores como por arte de magia, mientras aumentaban los temores de una venta de liquidación del núcleo de jugadores, incluido el mismísimo Giancarlo Stanton, con todo y su cláusula de no canje y su megacontrato de 325 millones de dólares.

Fue entonces que apareció en la palestra el empresario Jorge Más Santos, presidente de la compañía tecnológica MasTec e hijo del fallecido Jorge Más Canosa, el más emblemático líder del exilio cubano en Miami.

Jorge Mas Santos
Getty ImagesJorge Mas Santos, fundador de la empresa MasTec y presidente de la Fundación Nacional Cubanoamericana (FNCA), es el posible comprador de los Marlins de Miami.
Más Santos, presidente además de la Fundación Nacional Cubanoamericana (FNCA) que creó su padre en la década de los 80 para promover cambios democráticos en la isla, parece ser "el hombre", a juzgar por las señales emitidas en las últimas semanas.

Al empresario se le vio en la gala previa al Juego de las Estrellas, que reunió a la crema y nata del jet set de la Capital del Sol y luego se sentó en el palco de Loria en el partido estelar, disputado el martes 11 de julio en Marlins Park.

Varios reportes de prensa aseguraron que la oferta de Más Santos habría sido aceptada de palabra por el vendedor y que sería alrededor de los 1,170 millones de dólares, unos 130 millones menos del precio que andaba pidiendo Loria.

Con mucho dinero comprometido en salarios, deudas por 400 millones y bajos ingresos por asistencia al estadio y contrato con la televisión, es difícil pagar 1,300 millones por los Marlins, por mucho que quiera el vendedor.

Pero la realidad es que la transacción no acaba de darse y en la oficina del comisionado de Grandes Ligas, Rob Manfred, comienzan a preocuparse, pues quieren que la compraventa se dé ya.

MLB teme que Más Santos pierda la paciencia ante la demora de Loria y retire su oferta, lo cual haría retroceder el proceso nuevamente casi al punto de partida.

Pero el dueño actual no parece tener apuro. La propuesta para ocupar el cargo de embajador de Estados Unidos en Francia que le habría hecho el presidente Trump, que sería una de las razones para acelerar la venta, también se ha demorado.

Además, para un avaro como Loria, esperar hasta abril del 2018 podría significar una diferencia de algunas decenas de millones.

Si Loria vende antes de esa fecha, el cinco por ciento del dinero que se genere en la transacción tiene que ir por ley a las arcas del condado Miami-Dade.

Si se vendiera el equipo, digamos, en 1,170 millones, 58.5 millones le corresponderían al gobierno condal. Si lo hace después, la suma total irá a su bolsillo.

Pero por la buena salud de los Marlins, MLB no quisiera arrancar los entrenamientos primaverales del año próximo sin que se haya completado el negocio y de ahí, el temor de que Más Santos se impaciente y cambie de parecer.

¿Qué son 58.5 millones para quien se va a ganar 1,111.5?, se preguntarán algunos.

De Jeffrey Loria no debe sorprendernos nada, se responderán otros.

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Adeiny Hechavarria
AP Photo/Lynne SladkyCon la salida de Hechavarría, los Marlins pierden al último exponente de una conexión con el público mayoritariamente cubano de Miami.
El cambio del campocorto cubano Adeiny Hechavarria a los Rays de Tampa Bay por dos prospectos es el más reciente mal negocio de Jeffrey Loria y la gerencia de los Marlins de Miami.

Este lunes se supo que Hechavarría se mudaría un poco al oeste, dentro de la misma Florida, en canje por el jardinero Braxton Lee y el lanzador derecho Ethan Clark, ambos en Ligas Menores y ninguno de ellos entre los 30 principales prospectos de la organización de los Rays.

El cubano es uno de los mejores defensores de su posición, perenne candidato al Guante de Oro, autor de atrapadas espectaculares que para al público de sus asientos, mientras que a la ofensiva, sin ser un bateador de élite, tampoco es el clásico out por regla.

Si bien la pasada campaña su average cayó casi 50 puntos en comparación con el 2015 (de .281 a .236), esta temporada había tenido un repunte y su promedio andaba por .277 al momento de ir a la lista de lesionados.

Entonces, los Marlins podrían haber conseguido algo mejor por él, sobre todo ante el sentido de urgencia de unos Rays que ven reales sus posibilidades de avanzar a la postemporada o al menos luchar por un boleto hasta el último día.

Por otro lado, el equipo puede haberse apresurado en el canje, deslumbrado prematuramente por una buen racha que tuvo el novato J.T. Riddle el mes pasado, mientras cubría el puesto del lesionado cubano.

Pero mientras que defensivamente hablando, Riddle no es ni la sombra de Hechavarría, con el madero en la mano está por verse quién es en realidad, si el que disparó 19 hits en 63 turnos en mayo (.302) o el que lleva 16 imparables en 84 veces en junio (.190) y anda en un slump con apenas un cohete en sus últimas 25 visitas al plato.

Ya desde el punto de vista sentimental, con la salida de Hechavarría, los Marlins pierden al último exponente de una conexión con el público mayoritariamente cubano de Miami y ya veremos en los próximos días si la fanaticada siente su partida como un golpe bajo, uno más, de la gerencia hacia la comunidad.

Si ya iban pocos al Marlins Park, no se extrañe nadie si la asistencia baja aún más.

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Hunter Greene
Mark J. Rebilas/USA TODAY SportsEl derecho de escuela secundaria Hunter Greene es uno de los principales prospectos en el sorteo de este año, pero la historia nos dice que el seleccionado como No. 1 no siempre llena las expectativas.
Los Mellizos de Minnesota elegirán a Hunter Greene como primera selección del draft amateur de la próxima semana.

No hacerlo sería un disparate, tratándose de una rareza de jugador, capaz de conectar largos cuadrangulares al estilo de Giancarlo Stanton o Aaron Judge y de lanzar rectas supersónicas como Aroldis Chapman o Noah Syndergaard.

El chico de 17 años, pelotero de la secundaria Notre Dame, en Los Angeles, California, con una estatura de seis pies y cuatro pulgadas y 215 libras de peso, cumplirá 18 años el 6 de agosto.

Desde el 2014 viene deslumbrando a los cazatalentos, tanto por sus bateo y sus habilidades para defender el campocorto, como la capacidad para alcanzar más de tres dígitos en su bola rápida, un verdadero abuso para muchachos de su edad.

El derecho de California dejó balance de 3-0 y una efectividad de 0.75 en cinco salidas, con 43 ponches en 28 entradas, aunque su coach de la preparatoria de Notre Dame prometió protegerle el brazo de cara al draft y no usarlo más como serpentinero en lo que resta de la campaña.

La revista Baseball America, que sigue el desarrollo de los principales prospectos del deporte de las bolas y los strikes, lo ubicó en el número uno entre todas las promesas y desde ya la gerencia de los Mellizos cuentan los minutos que faltan para llevárselo cuando arranque la selección amateur el 12 de junio.

Sin embargo, ser número uno en la selección del draft no garantiza para nada que el elegido se convierta en una estrella en las Grandes Ligas.

Desde que comenzó el actual sistema de selección de jugadores colegiales en 1965, uno solo de los 51 peloteros escogidos en el número uno ha llegado al Salón de la Fama de Cooperstown.

Ken Griffey
AP Photo/Mike GrollDesde que comenzó el actual sistema de selección de jugadores colegiales en 1965, solo uno de los 51 seleccionados en el primer turno, Ken Griffey Jr., ha llegado al Salón de la Fama de Cooperstown.
Se trata de Ken Griffey Jr., seleccionado por los Marineros de Seattle en 1987.

Uno que debe entrar al Templo de los Inmortales es Chipper Jones, escogido por los Bravos de Atlanta en 1990.

Y Alex Rodríguez, primera selección de Seattle en 1993, tiene vetada su entrada a Cooperstown por ahora, debido a su vinculación con los esteroides, a pesar de tener números suficientes para hacerlo.

De esos 51 hombres, menos de un tercio incluso llegó a participar en Juegos de Estrellas.

Y es que muchas cosas pueden pasar por el camino, desde el momento en que un pelotero es escogido en el draft, hasta que recibe el ansiado llamado a las Mayores.

Josh Hamilton (1999) y Matt Bush (2004) son dos ejemplos claros de ello.

Hamilton llegó a vivir en la calle, entre drogas y alcohol, al punto de tomarle ocho años para llegar a Grandes Ligas, tras un largo proceso de rehabilitación.

Bush demoró aún más, 12 años, y llegó como pitcher en el 2016, tras ser elegido como campocorto por los Padres de San Diego.

En ese lapso se incluyó una estancia de cuatro años y tres meses en prisión, entre varios problemas con la justicia.

Pero no hay que llegar a los extremos de Hamilton y Bush, cuyas carreras se descarrilaron por causas extradeportivas.

Abundan los casos de primeras selecciones que nunca llegaron a cubrir todas las expectativas y terminaron como peloteros del montón.

¿Quién se acuerda del pitcher zurdo Brien Taylor, elegido por los Yankees de Nueva York en 1991? Nunca llegó a Grandes Ligas.

De hecho, de sus siete campañas en las Menores, sólo en una alcanzó la doble A y el resto del tiempo estuv en la categoría inferior.

Caso parecido al del cátcher Steven Chilcott, elegido por los Mets de Nueva York en 1966, en la segunda edición del draft. Lo más cerca que estuvo de Grandes Ligas fue cuando practicaba con las estrellas del equipo en los entrenamientos primaverales.

¿Alguien oyó hablar de Bryan Bullington? Por si no lo recuerdan, fue la selección de los Piratas de Pittsburgh en el 2002.

En cinco años con los Piratas, los Azulejos de Toronto, los Indios de Cleveland y los Reales de Kansas City este pitcher derecho dejó récord de 1-9 y efectividad de 5.62.

Lo único que garantiza ser el número uno del draft es un mayor bono monetario.

El mismo que no recibieron en su momento, por ejemplo, Andre Dawson, Ryne Sandberg, John Smoltz, Paul Molitor o Mike Piazza.

Dawson fue elegido en la decimotercera ronda de 1978 y Sandberg en la número 20 de ese mismo año.

Smoltz enganchó en la vigesimosegunda ronda de 1985, Molitor en la vigesimoctava de 1974 y Piazza en la ¡65!, en 1988.

¿Y qué tienen en común todos ellos? Tuvieron carreras tan ilustres que hoy tienen sus placas que los inmortalizan en Cooperstown.

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Ichiro Suzuki
Dustin Bradford/Getty ImagesTras 17 años en MLB, la leyenda japonesa ya tiene su nicho asegurado en Cooperstown, pero dice que quiere jugar hasta los 50 años. La pregunta si podrá hacerlo, ya que sus números ofensivos han bajado dramáticamente.
Ichiro Suzuki quiere jugar hasta los 50 años. La pregunta si podrá hacerlo.

El mejor pelotero japonés de todos los tiempos, con un nicho garantizado ya en el Salón de la Fama de Cooperstown ya es apenas una caricatura de aquel fino bateador que encantó a todos los fanáticos del béisbol desde su debut con los Marineros de Seattle, hace ya 17 temporadas.

Los años pasan factura y el Padre Tiempo tiene ahora a Ichiro en dos strikes.

Lo que ha hecho el asiático sobre el diamante es sencillamente extraordinario.

En sus diez primeras campañas ya había sobrepasado los dos mil imparables, luego de disparar 1,278 en nueve temporadas en el béisbol profesional de su país.

Se llevó los premios de Novato del Año y Jugador Más Valioso de la Liga Americana en el 2001, cuando ganó su primer título de bateo en las Mayores, además de encabezar el joven circuito en hits (242) y bases robadas (56).

Tres años más tarde, en el 2004, conseguía su segunda corona de los bateadores, con average de .372, gracias a la más encumbrada de sus hazañas: con 262 hits rompió un récord que databa desde 1920.

Para que se tenga una dimensión exacta de lo que representó ese logro, vale decir que desde que George Sisler conectó 257 inatrapables en 1920, pasaron por las Grandes Ligas varios de los mejores bateadores de la historia, incluidos Ty Cobb, Babe Ruth, Ted Williams, Stan Musial, Willie Mays, Barry Bonds y el mismísimo Pete Rose, el líder en hits de por vida, con 4,256.

¡Y ninguno de ellos logró superar la marca de Sisler!

Ha sido el único bateador con diez temporadas seguidas con más de 200 imparables y muchos creen que de haber llegado más joven a Estados Unidos, habría superado a Rose como líder absoluto de hits.

A los 41 años de edad, Ichiro firmó con los Marlins de Miami, tras 11 campañas y media en Seattle y dos y media con los Yankees de Nueva York, en busca de completar los tres mil imparables en las Mayores que le abrieran de par en par y con alfombra roja su entrada al Templo de los Inmortales.

El domingo 7 de agosto del 2016, con un triple contra la pared del Coors Field de Denver, el japonés llegó a la ansiada cifra y la lógica indicaba que diría adiós después de la pasada campaña.

Pero entonces anunció sus intenciones de mantenerse activo hasta los 50 años, a pesar de que ya era un jugador de reemplazo, usado principalmente como emergente o cuando alguno de los jardineros titulares se toma un día libre o sufre una lesión.

Ichiro sigue ofreciendo excelencia defensiva. Su desplazamiento en las praderas es envidiado por muchos y sus disparos parecen salidos más de un rifle que de un brazo humano.

Pero la velocidad en el swing ya no es la misma y cada vez le cuesta más trabajo encontrar la pelota cuando viene a velocidades supersónicas.

Hasta el 2016, en 9,689 turnos, Ichiro se ponchó en 1,037 ocasiones, lo cual representó un abanicado cada 9.3 veces.

En lo que va de la presente temporada, el nipón lleva 19 chocolates en 71 oportunidades, o lo que es igual, uno por cada 3.7.

En otras palabras, su frecuencia de ponches casi se ha triplicado y si antes abanicaba en el 10 por ciento de sus turnos, ahora lo está haciendo en el 27 por ciento.

Su promedio ha caído diez puntos desde los .322 que dejó en sus años de gloria en Seattle, hasta .312, todavía de lujo, pero con una tendencia cada vez más a la baja, al punto que en el 2017 anda por .183 hasta los juegos del lunes 5 de junio.

¿Insiste Ichiro en seguir jugando o planea retirarse después de este año?

"Aún no lo he decidido. Físicamente me siento muy bien. Ya veré cómo me siento después que termine la temporada", le comentó a ESPNDeportes Digital al concluir la serie del fin de semana en el Marlins Park.

Es cierto que para un deportista de élite, la decisión más difícil de su vida es cuándo emprender el camino del adiós.

Pero mejor hacerlo como David Ortiz, para dejar el mejor recuerdo posible, que mostrar una imagen de lástima cuando se ha construido con tanto esfuerzo una leyenda.

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La noticia de que el ex gobernador de la Florida, Jeb Bush, se bajaba del grupo de inversionistas que busca comprar a los Marlins de Miami cayó como un balde de agua helada en la Capital del Sol.

Bush había unido fuerzas con el ex astro de los Yankees de Nueva York, Derek Jeter, en una combinación de doble play que tenía muy entusiasmada a la fanaticada de cara al futuro de la franquicia.

El ex gobernador, según se decía, se encargaría de la parte administrativa del equipo, mientras que Jeter estaría al frente de las operaciones beisboleras.

Bush es una persona muy querida en la comunidad del sur de la Florida, residente en el condado Miami-Dade y muy al tanto de las características de una población mayoritariamente hispana.

Jeb Bush
AP Photo/J Pat CarterJeb Bush se encargaría de la parte administrativa del equipo, mientras que Derek Jeter estaría al frente de las operaciones beisboleras.
Perfectamente bilingüe y con unos contactos únicos con los políticos locales, su salida de la lista de potenciales compradores es un duro golpe a la conformación del grupo.

El asunto se maneja con el mismo hermetismo que ha rodeado todo el proceso de compraventa, que comenzó como un rumor de la revista Forbes a fines del pasado año.

Aunque ninguna fuente cercana a Bush ha explicado las razones de su retiro, en los pasillos del Marlins Park se comenta que estaría relacionado con la cantidad de dinero que el ex gobernador aportaría al grupo de compradores.

La cifra sería de unos 20 millones de su bolsillo, lo cual a las Grandes Ligas les parecería poco para alguien que aparecería como el hombre fuerte de la junta ejecutiva.

Jeter, por su parte, pondría 100 millones y tendría el visto bueno de la oficina del comisionado Rob Manfred.

''Aquí nos enteramos como ustedes por lo que dicen los reportes de prensa, aunque es un tema que nos preocupa'', afirmó un funcionario de los Marlins que pidió el anonimato. ''No cabe duda de que se marcha un hombre muy conocido y respetado en la comunidad''.

Para concretar la compra sería necesario un capital líquido de entre 800 y 850 millones, además de contar con unos 200 millones más para gastos de operaciones.

El resto del precio sería pagado a plazos y bajo la supervisión de las Mayores, siempre celosas de la transparencia y la viabilidad financiera de todas sus organizaciones.

Y casi al mismo tiempo del anuncio de la salida de Bush, se supo que otro grupo, encabezado por el hijo del ex candidato presidencial republicano Mitt Romney, estaría de regreso en la puja por el equipo, cuando todo parecía que era cuestión de tiempo que los Marlins pasaran a manos del Gran Capitán de los Yankees.

Un reporte del diario The Miami Herald con fecha 27 de mayo asegura que el grupo de Tagg Romney y en el que aparecen también los ex lanzadores Tom Glavine y Dave Stewart, habría superado en 25 millones la oferta de Jeter y compañía para comprar a la franquicia en un precio que oscilaría entre los mil y $1.300 millones.

La reaparición de un segundo grupo de inversionistas y la retirada de Bush del equipo de Jeter podría retrasar la venta del conjunto miamense, que parecía concretarse después del Juego de las Estrellas.

Ahora el pacto podría demorar hasta después de la Serie Mundial, mientras la fanaticada se desespera, pues el proceso tiene frenado cualquier intento por mejorar al equipo durante la presente campaña.

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Tom Glavine
Jamie Squire/Getty ImagesGlavine, ex lanzador y miembro del Salón de la Fama, forma parte de un grupo inversionista que integra además Tagg Romney, hijo del ex candidato presidencial republicano Mitt Romney.
De buenas a primeras, todo el mundo quiere comprar a los Marlins de Miami, una de esas franquicias generalmente olvidadas por los grandes medios.

Ahora el ex lanzador y miembro del Salón de la Fama Tom Glavine surge como nuevo contendiente en la puja por los peces, como parte de un grupo inversionista que integra además Tagg Romney, hijo del ex candidato presidencial republicano Mitt Romney.

Por cierto, fue Miami el único equipo con récord positivo ante Glavine, quien en 49 juegos ganó 17 y perdió 19 y tuvo efectividad de 4.03.

Anteriormente, el ex camporto de los Yankees de Nueva York y futuro inquilino de Cooperstown Derek Jeter y el ex gobernador de la Florida Jeb Bush encabezaban sendos grupos interesados en el equipo, pero hace unos días decidieron unir fuerzas en el intento de adquirir la franquicia.

Y también está el financista neoyorquino Wayne Rothbaum, presidente de la firma Quogue Capital, como otro aspirante a comprar la organización miamense.

Vamos, ¿a quién no le gustaría tener un equipo de Grandes Ligas?

Por eso, desde que hace unos meses comenzaron a rodar los rumores de que Jeffrey Loria estaría pensando en vender al equipo, los Marlins se convirtieron en la fruta anhelada.

¿Por qué? Bueno, en primer lugar, porque es la franquicia que está disponible en el mercado. Pongan a la venta a los Yankees, los Medias Rojas de Boston o los Cachorros de Chicago al mismo tiempo y ya verán como la demanda por los peces si se amplía la demanda.

Pero aunque es la única a punto de ponerse en venta, Miami no deja de ser un mercado atractivo.

La Capital del Sol es un área en constante crecimiento y uno de los puntos de mayor atracción para el turismo, con un clima envidiable los 12 meses del año, cuando a principios y finales de cada temporada el resto del país está congelándose.

Tienen los Marlins además el segundo estadio más moderno de los Estados Unidos, honor que les quitaron hace apenas dos semanas los Bravos de Atlanta, tras inaugurar su flamante SunTrust Park.

A eso súmenle el precio. Aunque Loria pida entre 1,600 y 1,700 millones, probablemente tenga que transar por una cifra menor, con todo y que las 30 franquicias de Grandes Ligas han elevado su valor en los últimos años.

Según la reconocida publicación financiera Forbes, el precio promedio de una franquicia de MLB es de 1,540 millones, con los Yankees a la cabeza, valorados en 3,700 millones.

Los Marlins aparecen en el lugar 25 entre los 30 equipos, con un valor de 940 millones. Y aunque la cifra todavía está lejos de lo que quisiera Loria, sería un negocio redondo para alguien que pagó apenas 158 millones para adquirir el equipo en el 2002.

Y sea quien sea el comprador, lo mismo Jeter y Bush, muy populares en el sur de la Florida, que Glavine o el menos conocido Rothbaum, serán recibidos con los brazos abiertos por una comunidad que hace mucho declaró a Loria persona non grata.

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FiveThirtyEightLa versatilidad en el juego de Francisco Lindor es lo que lo convierte en un legítimo candidato al premio de JMV.
Hubo unos 750 jugadores activos en los rosters del Día Inaugural de Grandes Ligas. Todos ellos juegan al béisbol mejor que tú y que yo (a menos que, digamos, David Ortiz esté leyendo este artículo. Todos ellos tienen su estilo interesante, y algunas veces hasta divertido, de jugar, y hemos aprendido a amar las pequeñas peculiaridades de los jugadores en nuestro equipo favorito.

Sin embargo, algunos jugadores merecen más atención que otros. Esta es mi lista de los 30 jugadores que hay que ver para la temporada 2017, uno por cada equipo. Algunos de ellos son los mejores jugadores en el béisbol. Otros son los más emocionantes o simplemente los más intrigantes por ciertas razones. Y algunos otros están aquí simplemente porque disfruto su estilo de juego.

Liga Americana

Orioles de Baltimore: Mark Trumbo

Esto no es un golpe en contra de Manny Machado. ¡Machado es sensacional! Es uno de los 10 mejores jugadores en el deporte y mil millones de veces más divertido de ver que Pedro Báez. Aunque nosotros sabemos que Machado será grandioso, Trumbo vale la pena observarlo porque no sabemos lo que va a hacer. ¿Conectará de nuevo 47 jonrones? ¿Cuánto tiempo pasará en los jardines?

Medias Rojas de Boston: Chris Sale

A la prensa en Boston y a los fanáticos de los Medias Rojas les gusta creer que jugar en Boston es de algún modo más difícil que jugar en otras ciudades (excepto Nueva York) debido al intenso escrutinio. Yo no estoy totalmente de acuerdo con esa teoría, pero se puede decir que eso le añade otra dimensión al observar a Sale esta temporada.

Yankees de Nueva York: Greg Bird

Bateó para .451 en los entrenamientos primaverales con ocho jonrones y más boletos que ponches. Probablemente no termine siendo el próximo Joey Votto, pero ¿quizás lo pueda lograr?

Rays de Tampa Bay: Kevin Kiermaier

Observar a este chico jugar en el jardín central me hace feliz. Ha ganado dos Guantes de Oro en forma seguida y merecidos los tiene, ya que atrapa todo lo que debe atrapar y también algunos batazos que no debería. Además ha mejorado lo suficiente en el plato para convertirse en un bateador promedio con el potencial de conectar 20 jonrones.

Azulejos de Toronto: José Bautista

Me encanta ver lanzar a Marcus Stroman, y Josh Donaldson siempre juega como si tuviera sus pantalones encendidos en fuego, pero la actitud de juego de Bautista es siempre como si tuviera una viga en el hombro del tamaño del CN Tower luego de que básicamente nadie lo quisiera como agente libre y se viera forzado a volver a Toronto. Luego de perder tiempo de juego por lesiones en el 2016, él quiere problema que sigue siendo el mismo jugador que conectó 40 jonrones en el 2015.

Medias Blancas de Chicago: Tim Anderson

En un año de reconstrucción, el joven torpedero es dinámico y atlético, con la velocidad y la fuerza de brazo para hacer tiros de igual forma que Derek Jeter desde la parte más profunda del hoyo. Lo que no sabemos es cuán bueno va a ser, particularmente sis u estilo agresivo le limita su producción ofensiva.

Indios de Cleveland: Francisco Lindor

Los Indios deben ganar su división, y si Mike Trout parpadea, el modo de juego doble de Lindor lo podría convertir en candidato al JMV. Por supuesto, no es solo el hecho que pueda batear para .300 con algo de poder mientras juega defensiva de Guante de Oro. Es también el hecho que juega el deporte con la alegría de un chico que acaba de conectar su primer jonrón en Pequeñas Ligas.

Tigres de Detroit: Miguel Cabrera

Cabrera ha conectado para .300 o más en 11 temporadas en su carrera. Algo que no es particularmente inusual. Es uno de 38 jugadores que ha hecho eso desde 1901. Si le cambiamos el parámetro a "desde 1947", que abarca la era post integración y elimina un gran grupo de jugadores de la década de los 20 y los 30 (cuando todo el mundo bateaba .300), ese número baja a 15 jugadores. Solo siete de ellos eran derechos. Tres de ellos -- Jeter, Paul Molitor y Roberto Clemente - no tenían el poder de Cabrera. Así que realmente estamos viendo un grupo compuesto por Hank Aaron, Vladimir Guerrero y Manny Ramírez (Albert Pujols, Willie Mays y Edgar Martinez están cerca con 10 temporadas de .300). Es solo otra forma de decirles lo que ya ustedes saben: Cabrera es una leyenda viviente.

Reales de Kansas City: Eric Hosmer

Yo estoy fascinado no solo por ver lo que Hosmer hace, sino con la posibilidad de que sea cambiado antes de llegar a la agencia libre luego de la temporada. Si logra batear .300 (algo que ya hizo una vez, en el 2013) con más de 20 jonrones (algo que ya hizo una vez, la pasada temporada), podría recibir un buen contrato. Pero su OPS-plus de por vida es el mismo que el de Kiermaier, y mucha gente piensa que los Rays le dieron a Kiermaier demasiado dinero al firmarlo con una extensión que podría terminar costándoles $66.15 millones en siete temporadas, con un salario máximo anual de $13 millones. Nota: Hosmer no juega el jardín central.

Mellizos de Minnesota: Byron Buxton

Él ya hizo dos atrapadas en zambullida en el Día Inaugural. Coj Buxton, Kiermaier, Kevin Pillar y Jackie Bradley Jr., nos encontramos en una era dorada defensiva en el jardín central en la Liga Americana. Queda la interrogante de si Buxton va a batear, pero lució excelente en la recta final de la pasada temporada luego de regresar de las menores (.287 y nueve jonrones en septiembre).

Astros de Houston: José Altuve

¡Es más pequeño que mi abuela y terminó tercero en la votación del JMV!

Angelinos de Los Angeles: Mike Trout

Quiero decir, no es una ofensa para C.J. Cron o Ricky Nolasco.

Atléticos de Oakland: Khris Davis

Hasta ahora bola.

Marineros de Seattle: Edwin Díaz

Normalmente no consideraría a un cerrador para esto, pero Díaz no es un cerrador normal. Con una recta que puede llegar al triple dígito, abanicó 88 bateadores en 51 2/3 entradas. Si lo vieron lanzando por Puerto Rico en el Clásico Mundial, pudieron ver a un lanzador con presencia y energía dinámica en la loma. Él tiene que aprender a llevar esa energía en una temporada completa, pero tiene el potencial de ser el siguiente mejor cerrador en el juego.

Vigilantes de Texas: Rougned Odor

Tiene una combinación fascinante de poder (33 jonrones) y frustración (135 ponches ante apenas 19 boletos), pero además tiene apenas 23 años. Ah, y nunca se sabe cuándo va a golpear a alguien en la cara.

Rougned Odor
Ronald Martinez/Getty ImagesLa combinación de poder y temperamento de Rougned Odor lo convierte en un jugador que hay que ver.

Liga Nacional

Bravos de Atlanta: Dansby Swanson

¿Acaso es el siguiente gran torpedero joven?

Marlins de Miami: Giancarlo Stanton

RIP, José.

Mets de Nueva York: Noah Syndergaard

Uno se preocupa que quizás, como le pasó al final de su carrera a Nolan Ryan, el alboroto supere los resultados actuals. Pero, al igual que Ryan, Syndergaard es tan único, con tanto potencial de dominio, que uno siente que tiene la oportunidad en cada salida de hacer algo asombroso y maravilloso.

Filis de Filadelfia: Odúbel Herrera

Nunca cambies, Odúbel.

Nacionales de Washington: Trea Turner/Bryce Harper

Empatados. Sí, así que yo dije un chico por equipo. Quizás haga dos de los Nacionales y ninguno de los Padres. (Estoy bromeando, fanáticos de los Padres, estoy bromeando).

Cachorros de Chicago: Anthony Rizzo

Saben, me encanta ver a Addison Russell en el campocorto. Javier Báez hace cosas - como su out sin mirar en el Clásico Mundial - que son mitad alocadas, y mitad extraordinarias. Mirar a Kris Bryant se disfruta simplemente por lo bueno que es y porque sus ojos son tan azules como el Mar de los Sargazos. Kyle Schwarber juega con su almuerzo en su bolsillo trasero. Jake Arrieta tiene el potencial de lanzar un partido sin hits en cada salida. Pero ninguno de ellos ha hecho una referencia a "Anchorman" en el medio del Juego 7 de la Serie Mundial.

Rojos de Cincinnati: Joey Votto

Asumo que la mayoría de ustedes podría decir que es Billy Hamilton, y no hay duda que Hamilton será más mostrado en los videos de repeticiones. Pero en el día a día, yo sigo apreciando una buena base por bolas y un tipo que pueda batear .300.

Cerveceros de Milwaukee: Jonathan Villar

¡Diversión con los números! Jugadores con al menos 60 robos, 19 jonrones y promedio de bateo de .285 en la misma temporada: Villar, José Reyes, Rickey Henderson y Joe Morgan. Esa es como la lista más asombrosa de poder-velocidad de todos los tiempos (aunque debería incluir a Eric Davis, quien tuvo temporadas de 27 jonrones/80 robos y 37 jonrones/50 robos. Y sí, esta fue una mera excusa para mencionar a Davis).

Piratas de Pittsburgh: Tyler Glasnow

El gran derecho luce imbateable por momentos, maniatando a los contrarios a promedio de .189 en las menores. Pero también luce como Nuke LaLoosh en ocasiones con su control, así que su rango de posibles actuaciones varía desde un potencial abridor No. 1 que aplasta los corazones de los bateadores contrarios a un futuro brazo de bullpen si no puede lanzar suficientes strikes.

Cardenales de San Luis: Carlos Martínez

Luego de observar la devastación hecha a los Cachorros en el Día Inaugural, estoy totalmente con él.

Diamondbacks de Arizona: Paul Goldschmidt

Lo sé, ustedes probablemente esperaban a Robbie Ray -- ¡Miren esa tasa de ponches! - pero le tengo un afecto especial a un inicialista que se robó 32 bases. Una corta lista de jugadores que nunca se robaron 32 bases: Bo Jackson, Ken Griffey Jr., Dustin Pedroia, David Eckstein, Andruw Jones, Bernie Williams, Speed Kelly, Horace Speed. Rayos, Joe DiMaggio apenas se robó 30 bases en toda su carrera. Él se parece mucho como el recién electo al Salón de la Fama Jeff Bagwell, un tipo que se convirtió en un gran corredor de bases a pesar de ser uno de los mejores bateadores en el deporte y un gran defensor.

Rockies de Colorado: Nolan Arenado

El Club de Fanáticos de Gerardo Parra todavía no ha podido superar en números al Club de Fanáticos de Nolan Arenado.

Rich Hill
Sean M. Haffey/Getty ImagesRich Hill ha logrado sobresalir para los Dodgers de Los Angeles.
Dodgers de Los Angeles: Rich Hill

Les lancé aquí una curva, ¿noI? Quiero decir, por supuesto que Clayton Kershaw y Corey Seager son asombrosos, y Joc Pederson es algo digno de observar con su "modo de intentar batear todo a 500 pies de distancia". Pero Kershaw es tan bueno que en estos días casi luce de forma automático. Hill, por otro lado, es tan único con esa curva que no hay nadie más como él hoy en día. No se olviden que solo Kershaw tuvo una efectividad más baja entre los lanzadores con 100 entradas la pasada temporada.

Padres de San Diego: Ryan Schimpf

Oigan, él está en mi equipo de fantasía. Además, fue una de las historias más divertidas del pasado año, un jugador de 28 años que tuvo slugging de .533 con 20 jonrones en 276 turnos y está listado como de 5 pies 9 pulgadas de estatura (Pista: No mide 5-9).

Gigantes de San Francisco: Madison Bumgarner

Por lo menos cuando está bateando, aunque supongo que él también luce bien en el montículo.

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El gran Harry Caray dijo alguna vez que son los fanáticos los que necesitan entrenamiento primaveral. Nos despierta de nuestro sueño invernal con el recordatorio que el béisbol está a la vuelta de la esquina.

Ya comenzaron los partidos en Arizona y Florida, así que hay algo que ver durante estos entrenamientos, que serán más largos que lo normal, en lo que concierna a la lucha en algunas posiciones importantes. Con la ayuda de nuestros amigos en FanGraphs, he seleccionado 10 potenciales puestos débiles en ocho equipos contendientes.

Tigres de Detroit: jardín central (WAR proyectado de 0.5, el 30º en las mayores)

Mapa de profundidad: Mikie Mahtook, Tyler Collins, JaCoby Jones

Tigres en el CF desde 2007 (16.1 victorias sobre la media): Los Tigres tuvieron excelente producción de Curtis Granderson y un jugador sólido en Austin Jackson. Ellos cambiaron a Jackson en el momento correcto pero tuvieron problemas para llenar el jardín central en los pasados dos años. Cameron Maybin lució regular en el plato en el 2016 pero su defensiva estuvo por debajo de la media, y fue cambiado a los Angelinos para bajar salario.

La reciente muerte del dueño Mike Ilitch trajo muchos elogios sinceros para el hombre que compró a los Tigres en el 1992 por $82 millones y que siempre le dijo a la prensa que no había una cosa que quisiera más que un título de Serie Mundial. Sin embargo, a pesar que el valor estimado de la franquicia sobrepasa los mil millones de dólares, los Tigres siempre han lucido poco dispuestos a gastar ese dinero adicional - otro relevista, un buen jardinero reservista - que ayude al equipo que dar el paso que le ha faltado para llegar a la cima.

Esa tendencia continúa en el 2017 ya que los Tigres entran sin buenas opciones en el jardín central. Mahtook y Collins probablemente terminen en un comité, pero ambos tienen problemas defensivos y ninguno de ellos ha bateado mucho en sus primeras apariciones en Grandes Ligas. Es difícil creer que un equipo que se ve a sí mismo como contendiente a playoffs pueda entrar la temporada con un hueco tan grande en el jardín central.

Ryan Zimmerman
Thearon W. Henderson/Getty ImagesSi Ryan Zimmerman no tiene una buena temporada, los Nacionales podrían terminar sin mejorar la primera base.
Nacionales de Washington: primera base (WAR proyectado de 0.8, 30º)

Mapa de profundidad: Ryan Zimmerman, Adam Lind, Clint Robinson

Nacionales en la 1B desde el 2007 (WAA de menos-10.7): Esta ha sido un área problemática para los Nacionales. Adam LaRoche tuvo una gran temporada en el 2012, pero han sido peor que la media en siete de 10 temporadas, incluyendo el año pasado, cuando Zimmerman tuvo problemas.

Zimmerman se perdió tiempo de juego por una lesión en un oblícuo y luego en la muñeca tras ser golpeado por un lanzamiento. Sus métricas de pelotas bateadas sugieren que tuvo una racha de mala suerte, así que tiene oportunidad de regresar. Lind, quien tuvo un terrible 2016 con los Marineros (OBP de .286) fue firmado como opción a la zurda, así que al menos los Nacionales están admitiendo que no están 100 por ciento seguros con Zimmerman. Aun así, en un mercado lleno de opciones para la primera base, los Nacionales - con un dueño cuya fortuna se estima en $5.7 billones - se rehúsan a mejorar, principalmente porque Zimmerman está firmado hasta el 2019. Si se quedan cortos de nuevo, es posible que la primera base sea una de las razones.

Marineros de Seattle: primera base (WAR proyectado de 0.8, 28º)

Mapa de profundidad: Danny Valencia, Dan Vogelbach

Marineros en la 1B desde 2007 (WAA de menos-19.2): Yuck. Esta ha sido la segunda peor posición en las mayores en las pasadas 10 temporadas, solo detrás de la primera base de los Marlins. Y un comité de Valencia/Vogelbach es difícilmente es uno que inspire confianza.

FanGraphs proyecta a Valencia con números de .261/.314/.426 y ha bateado .288/.346/.477 en las pasadas dos temporadas, así que quizás logre superar esa proyección, especialmente con la forma en que él hizo que volaran las pelotas fuera del Safeco el año pasado. Vogelbach se proyecta como un sólido jugador en términos de OBP, pero su defensiva y su corrido de bases es malo fuera de toda proporción. Pedro Alvarez sigue siendo agente libre, y aunque él no es exactamente un Keith Hernández en la primera base, su ofensiva sería algo más seguro que apostar por Vogelbach. De nuevo, para un equipo con un nucleo envejeciente en un modo de ganar ahora, la poca voluntad para pagar un poco más podría afectarles al final.

Diamondbacks de Arizona: segunda base/campocorto (WAR proyectado: 0.6 en 2B, 29º; 0.8 en SS, 28º)

Mapa de profundidad: Brandon Drury, Nick Ahmed, Ketel Marte, Daniel Descalso, Chris Owings

Diamondbacks en 2B/SS desde 2007 (WAA de 6.7 en 2B, 1.3 en SS): Los D-backs recibieron nivel de producción Todos Estrellas de parte de Jean Segura en la segunda base el año pasado, pero ellos lo cambiaron a los Marineros por Taijuan Walker y Marte, quien tuvo problemas tanto con el bate como con el guante en su primera temporada completa.

Los Diamondbacks no sufren por opciones, pero ¿las que tienen son las correctas? Parece que ellos están apostando por Drury para manejar la segunda base, pero yo no estoy completamente convencido de su potencial, y no creo que luzca por encima del promedio en el plato. Fue principalmente un antesalista en las menores, así que está siendo empujado a la parte profunda de su espectro defensivo, y se proyecta con un guante promedio. Eso pone mayor presión sobre su bate, donde tiene potencial si logra recibir más boletos y destapar algo de más poder. Sin embargo, la proyección lo coloca con algo de retroceso de sus números de .282/.329/.458 como novato.

Uno sabe que puede obtener con Ahmed: Es un gran defensor (32 carreras salvadas por la defensiva en las últimas dos temporadas combinadas) que no puede batear. El anterior régimen parecía creer en Owings, pero tiene porcentaje de embasamiento de por vida de .294 luego de 1,400 apariciones en el plato, así que tampoco puede batear. Marte tenía apenas 22 años la temporada pasada con la forma física para mejorar, pero no tiene poder y su tasa de boletos retrocedió luego de una mejoría en el 2015. Yo no tengo una buena solución aquí, y considerando que sus receptores se ubicaron en el puesto 29 en WAR proyectado, los Diamondbacks necesitarán que sus jugadores del medio del cuadro excedan sus expectativas, incluso con saludables regresos de A.J. Pollock y David Peralta.

Medias Rojas de Boston: tercera base (WAR proyectado: 1.1, 29º)

Mapa de profundidad: Pablo Sandoval, Brock Holt, Josh Rutledge, Marco Hernández

Medias Rojas en 3B desde 2007 (WAA de 3.5): La era de Mike Lowell terminó en 2009 y Adrián Beltré tuvo una monstruosa temporada 2010 antes de irse a Texas, pero los Medias Rojas han tenido problemas para llenar ese puesto desde ese entonces. Will Middlebrooks no fue la respuesta y Sandoval fue un desastre en el 2015 luego de firmar un acuerdo por cinco años.

Sandoval tendrá otra oportunidad este año luego de perderse casi la totalidad del año anterior, y el utility Holt es ahora el sustituto luego que Travis Shaw fuese cambiado a Milwaukee. La solución a largo plazo es Rafael Devers, uno de los mejores prospectos en las fincas de los Medias Rojas, pero todavía está a par de años de distancia. Mantengan el ojo sobre Hernández, quien se perfila más como un jugador del medio del cuadro pero que podría ser un sólido reemplazo de emergencia si Sandoval y Holt tienen problemas. Mi predicción: Sandoval termina siendo colocado como bateador designado (con Hanley Ramírez jugando en la primera base), así que pienso que veremos aquí mucho de Holt o Hernández. Sandoval todavía no ha justificado su contrato, pero probablemente no le cueste a los Medias Rojas el banderín del Este LA.

Reales de Kansas City: segunda base (WAR proyectado: 0.4, 30º)

Mapa de profundidad: Whit Merrifield, Raúl Mondesí, Christian Colón

Reales en 2B desde 2007 (WAA de menos-8.4): La última vez que los Reales se ubicaron por encima de la media en la segunda base fue en el 2008, el último año de la estancia de tres años de Mark Grudzielanek. Sin embargo, fuera de su sólido juego, los Reales tuvieron problemas para encontrar un intermedista desde que Frank White se retirara en el 1990. Qué, ¿ya se olvidaron de Chris Getz? Rubén Gotay? Carlos Febles? Terry Shumpert?

Este grupo no tiene el potencial para acabar con las temporadas subpares. Merrifield tuvo algunos buenos momentos como novato a los 27 años, pero sus números finales incluyeron un OPS de apenas .716. Mondesí ha sido un prospecto cotizado, y aunque apenas tiene 21 años y ha sido apurado en las menores, no hay señales que pueda batear a nivel de Grandes Ligas. Colón fue la cuarta selección general en el 2010, y aunque siempre vivirá en la historia de los Reales por haber conectado el hit de la ventaja en el juego decisivo de la Serie Mundial 2015, su potencial es como sustituto. Los Reales necesitan más ofensiva en el 2017, pero ellos necesitan que la misma provenga de los veteranos probados porque no van a recibir mucho en la intermedia.

Matt Kemp
Lachlan Cunningham/Getty ImagesLos Bravos están contando con un revitalizado Matt Kemp para la temporada 2017.
Bravos de Atlanta: jardín izquierdo/jardín derecho (WAR proyectado: 0.0 en LF, 29º; 0.4 en RF, 29º)

Mapa de profundidad: Matt Kemp, Nick Markakis, Jace Peterson, Chase d'Arnaud

Bravos en LF/RF desde 2007 (WAA de menos-8.0 en LF, WAA de 8.9 en RF): Los Bravos fueron muy buenos en el jardín derecho con Jason Heyward por cinco temporadas, y ellos siempre tuvieron producción sólida durante sus años de playoffs -- David Justice, Brian Jordan, Gary Sheffield, J.D. Drew. El jardín izquierdo ha sido una historia diferente, ya que el último jugador en fungir como titular por más de dos temporadas consecutivas fue Ryan Klesko en 1998.

Esto es interesante porque Kemp viene de una temporada de 35 jonrones y 108 impulsadas. ¡Los jonrones y las remolcadas son buenas! Buster Olney incluso colocó a Kemp como el quinto mejor jardinero izquierdo al entrar al 2017, y Markakis viene de una temporada con WAR de 1.7. Considerando que los Bravos se proyectan para terminar últimos en WAR proyectado en la tercera base con Adonis García y se ven a si mismos como contendientes de playoffs, ellos esperan que esos rankings que los colocan en el puesto 29 fallen miserablemente.

Así que ¿qué más se puede esperar? FanGraphs proyectan a Kemp con .266/.315/.455 con pobres métricas defensivas - algo que no es una sorpresa ya que su defensiva ha sido claramente terrible en temproadas recientes. Los Bravos cuentan con un revitalizado Kemp, quien bateó .280/.336/.519 en 56 juegos luego de llegar desde los Padres. Además se reportó a los entrenamientos con mucho menos peso -- ¡incluso en la mejor condición de su vida! - con casi 30 libras menos, de acuerdo con un reporte. Si eso le ayuda a su alcance, eso queda por verse, ya que sus malas rodillas simplemente le limitan su habilidad para moverse.

Markakis se proyecta para batear .271/.346/.380 con defensiva y corrido de bases un par de carreras por debajo del promedio. Eso no parece tan malo, pero el promedio de Grandes Ligas para los jardineros derechos en el 2016 fue de .259/.329/.434, así que Markakis no trae tanto poder a una posición de poder, y no tiene otras herramientas para ubicarse en mejor posición.

Vale la pena notar que otros sistemas de proyección son un poco más optimistas. El PECOTA de Baseball Prospectus tiene a Kemp con un WAR de 1.9, y a Markakis con 0.8. La conclusión: La defensiva, el corrido de bases y el porcentaje de embasamiento importan.

Cachorros de Chicago: jardín central (WAR proyectado: 1.1, 28º)

Mapa de profundidad: Albert Almora Jr., Jon Jay, Jason Heyward, Matt Szczur

Cachorros en CF desde 2007 (WAA de 0.6): Los Cachorros han tenido problemas para llenar el puesto de jardinero central desde... bueno, realmente desde Rick Monday en mediados de los años 70. Brian McRae tuvo un par de buenas temporadas en los años 90, pero solo Corey Patterson ha durado más de tres temporadas como titular. En el 2016, Dexter Fowler tuvo el mejor WAR para un jardinero central de los Cachorros desde Monday en 1976... y ahora está con los Cardenales.

¿Qué va a pasar aquí? Incluso Joe Maddon no sabe esa respuesta. Los Cachorros quisieran que Almora bateara lo suficiente como para mantenerse a la par de su defensiva, pero ni siquiera se espera que iguale los números de Jon Jay en su mejor momento -- FanGraphs lo tiene bateando .269/.296/.398. Jay ha perdido algo de alcance de sus días en los Cardenales y tiene seis jonrones en 970 turnos en las pasadas tres temporadas, así que en este punto es un cuarto jardinero. Eso podría dejar a Heyward recibiendo aquí tiempo de juego con Ben Zobrist en el derecho.

Si los Cachorros retroceden este año - algo que no estoy diciendo que va a pasar - la razón más probable podría ser las lesiones de su cuerpo de abridores. Pero los jardines también podrían convertirse en un problema, especialmente Heyward no se recupera en el plato, Kyle Schwarber sigue siendo un desastre a la defensiva y el jardín central termina convertido en una puerta giratoria de mediocridad.


Proyecciones de FanGraphs (basado en WAR proyectado y tiempo de juego) los equipos más débiles en cada posición:

Receptor

30. Rockies (0.7 WAR)

29. Diamondbacks (0.9)

28. Bravos (1.1)

Primera base

30. Nacionales (0.3)

29. Rays (0.7)

28. Marineros (0.8)

Segunda base

30. Reales (0.4)

29. Diamondbacks (0.6)

28. Bravos (0.9)

Tercera base

30. Bravos (0.4)

29. Medias Rojas (1.1)

28. Tigers (1.2)

Campocorto

30. Padres (-0.1)

29. Marlins (0.6)

28. Diamondbacks (0.8)

Jardín izquierdo

30. Diamondbacks (-0.3)

29. Bravos (0.0)

28. Nacionales (0.2)

Jardín central

30. Tigres (0.5)

29. Medias Blancas (0.8)

28. Cachorros (1.1)

Jardín derecho

30. Medias Blancas (0.2)

29. Bravos (0.4)

28. Cerveceros (0.5)

Bateador designado

15. Medias Blancas (-1.0)

14. Rays (0.3)

13. Reales (0.4)

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Kyle Hendricks
Dylan Buell/Getty ImagesKyle Hendricks tuvo una gran primavera en el 2016 y luego de eso tuvo una impresionante temporada regular (efectividad de 2.13 y 16 victorias).
La primavera pasada, Kyle Hendricks fue un Cachorro de Chicago que no recibió mucha atención.

Venía de una sólida primera temporada completa en las mayores, con 32 aperturas y efectividad de 3.95, y aunque fue señalado como el quinto abridor del equipo, esa posición no estaba garantizada. Los Cachorros habían adquirido a Adam Warren de los Yankees, y Trevor Cahill, Travis Wood y Clayton Richard estaban siendo considerados como posibles abridores.

Hendricks ha hablado sobre cómo pasó la temporada baja y las primeras semanas de los entrenamientos trabajando en cambiar el ángulo y la velocidad de sus pitcheos mientras se enfocaba en la secuencia de los lanzamientos. Hendricks trabajó tan bien como cualquier otro en la Liga del Cactus, liderando el béisbol con 30 ponches en 29 2/3 entradas en la primavera mientras otorgaba apenas cuatro boletos. Abrió la temporada como el quinto abridor del equipo, pero nadie esperaba lo que llegó luego: líder de efectividad en la liga con 2.13 y un tercer lugar en la votación del Cy Young.

Jean Segura no estuvo en el ojo de los noticieros tampoco en la pasada primavera. Los Diamondbacks de Arizona lo habáin adquirido de los Cerveceros, pero las expectativas eran mínimas a pesar de contar con 26 años. Viniendo de temporadas malas consecutivas, cambió su forma de pararse en los entrenamientos primaverales, bajando sus manos con la idea de que podría llegarle más rápido a la pelota. Bateó .469 con tres jonrones en la primavera y pasó a liderar la Liga Nacional con 203 hits y promedio de .319.

En el mismo complejo de Salt River Fields que los Rockies comparten con los Diamondbacks, Trevor Story estaba logrando voltear algunas cabezas. Con el cambio de la cara de la franquicia Troy Tulowitzki a los Azulejos, los Rockies necesitaban un torpedero, y Story capitalizó la oportunidad de quedarse con el puesto a pesar de tener una alta tasa de ponches en las menores que lo llevaron a salir de la lista de los 100 mejores prospectos. Story bateó .340 en la primavera con seis jonrones y slugging de .792 y entonces tuvo esa histórica primera semana al comenzar la temporada regular. Conectó 27 jonrones en 97 partidos antes de ser inactivado por una lesión de pulgar.

El calendario oficial de partidos primaverales arrancará el viernes con cinco partidos -cuatro en Florida y uno en Arizona - luego de algunos partidos preliminares entre escuadras de Grandes Ligas y equipos universitarios. Prestaremos algo de atención a los mismos, porque después de todo, habrán pizarrones y jugadas destacadas. Y tenemos que ver si Matt Kemp realmente ha perdido 30 libras, si Matt Harvey está saludable y con su recta intacta, y si Yoan Moncada se sigue ponchando con tanta frecuencia.

Pero la pregunta sigue latente: ¿Debemos prestar atención, más allá del espectáculo de un béisbol de exhibición con buen clima y venta de camisetas a $45?

Después de todo, pude haber dicho fácilmente que Maikel Franco lideró la primavera pasada con nueve jonrones, o que Michael Taylor bateó .453 con cinco jonrones, o que el lanzador de los Piratas Juan Nicasio lució tan impresionante que fue catalogado como otro exitoso proyecto de reclamación de los Piratas antes que comenzara la temporada regular.

Durante gran parte de la historia del béisbol, el entrenamiento primaveral sí importó de forma real - y no solo por el hecho de que los jugadores se ponían en condición luego de una temporada baja de fungir como granjeros, vender seguros, vender autos, o simplemente bebiendo y comiendo. Los jugadores podían ganarse sus puestos con una primavera fuerte.

Sin embargo, eso cambió cuando las oficinas centrales comenzaron a aprender a no reaccionar de forma anticipada a lo que ocurre en una muestra pequeña - especialmente en Arizona, donde la pelota sale brincando de esos estadios de la Liga del Cactus, y los jugadores regularmente logran estadísticas de bateo monstruosas con más o menos 50 apariciones en el plato. Los equipos usualmente entran a la primavera con sus rosters de 25 jugadores del Día Inaugural casi establecidos. Por supuesto, no puedes salir a decir eso. Uno tiene que por lo menos crear la ilusión de que jugar bien importa; uno no quiere ver a los jugadores holgazaneando en los entrenamientos pensando que tienen su puesto seguro. Uno tiene que decirle a los fanáticos que vienen desde Buffalo Grove y que pagan $60 por boleto para ver a Jon Jay y otros siete jugadores de liga menor que los partidos tienen algún significado.

De todos modos, el pensamiento convencional eventualmente cambió a: Las estadísticas de los juegos primaverales no importan.

Sin embargo, en el 2015 Dan Rosenheck, editor de The Economist, presentó un ensayo en la Conferencia de Analíticas de MIT Sloan argumentando que algunas de las estadísticas de la primavera sí importaban - al menos un poquito. Escribió que a pesar de la limitada cantidad de juegos y la calidad no probada de los rivales enfrentados, "el argumento de que los números de los entrenamientos primaverales son inútiles es equivocado. No solo un poco equivocado, no equivocado pero sujeto a discusión - sino equivocado de forma concluyente. Para estar seguros, los números tienen algo de ruido. Pero de todos modos contienen una señal".

La clave es saber cuáles estadísticas son las que hay que mirar. El estudio de Rosenheck demostró que los números periféricos como los boletos y la tasa de ponches se estabilizan mucho más rápido en los entrenamientos primaverales que las estadísticas más importantes como el promedio de bateo o la efectividad (esto también es cierto en la temporada regular) - y por lo tanto eran más predictivos de lo que sucederá en la temporada regular. Esto es especialmente cierto para los jugadores jóvenes. El poder aislado es otra estadística con algo de valor predictivo. Tomemos el ejemplo de Story. En Doble-A y Triple-A en 2015, tuvo una tasa de ponches a boletos de 2.76. En los entrenamientos primaverales mejoró a 2.17, con poder junto a esos números. Esa tasa no se sostuvo en las mayores (3.71), pero fue quizás una señal que estaba mejorando su forma de batea. De igual forma, los fuertes números periféricos de Hendricks en la primavera fueron una señal positiva en camino a la temporada regular. Mientras tanto, Franco tuvo 12 ponches contra apenas tres boletos. - el mismo enfoque demasiado agresivo que lo afectó una vez comenzaron los partidos que cuentan.

Esto no es para sobreestimar la importancia de las estadísticas de los entrenamientos primaverales. En su mayoría, no se debe reaccionar de más a buenas o malas actuaciones; el historial previo del jugador sigue siendo más importante. De todos modos, algunas veces nunca se sabe. En el 2010, cuando José Bautista tuvo su espectacular temporada de 54 jonrones para los Azulejos, él bateó .439 y tuvo slugging de .895 en la primavera - con apenas un ponche en 57 turnos. Además me recordó el haber visto a Félix Hernández comenzar tarde la primavera pasada, cuando tuvo problemas para llegar a las 90 mph en el radar. Yo estaba sentado junto a uno de los estadísticos de los Marineros en el palco de prensa y le pregunté si estaba preocupado. Y me dijo que no, que usualmente Hernández no luce bien en los entrenamientos primaverales.

Bueno, pues adivinen qué: Nunca pudo lucir bien tampoco en la temporada regular.

La conclusión: Sigue siendo béisbol, y eso es mejor que no tener béisbol. Pero de todos modos es béisbol de exhibición. Échenle un ojo a los jugadores que llegan a los entrenamientos en la mejor condición de su vida; échenle un ojo a los lanzadores que vienen de lesiones; disfruten ver a los chicos que vienen subiendo por el sistema de fincas. Y si alguien batea .400 con una gran cantidad de cuadrangulares - guarden su nombre en la parte trasera de su cerebro. Por si acaso.

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