Así que el infierno se congeló y aquí estamos, en los terrenos del complejo de entrenamiento primaveral de los Cachorros en Mesa, Arizona, mientras los miembros de los campeones mundiales se estiran y juegan a las atrapadas mientras se preparan para la vida en la cima. Pensemos en esto por un segundo: Los campeones de la Serie Mundial Cachorros...

¿Cómo llegamos a este momento? ¿Recuerdan a Mike Montgomery lanzándole a Michael Martínez en el mejor juego en la historia de la Serie Mundial y con un total combinado de 176 años perdedores en la línea? Esa es una larga historia. Pero ustedes saben que ocurrió. Montgomery lanzó una curva de 76 mph, Martínez conectó un rodado suave hacia la tercera base, Kris Bryant corrió adelante con una sonrisa en su rostro que pasó desde el Lago Erie al Lago Michigan e hizo el tiro hacia Anthony Rizzo y sí, los Cachorros de Chicago fueron los ganadores de la Serie Mundial.

Un escritor lo catalogó como la mejor historia deportiva en los Estados Unidos. Sin duda, la narrativa que vimos en el otoño pasado fue un cuento para los libros de historia. Los ratings de television de la Serie Mundial se dispararon a los cielos y alcanzaron los mejores niveles en los últimos 25 años. Extraños se abrazaron. Cleveland lloró. Chicago tuvo un desfile de campeonato que hizo que la ciudad se paralizara como ocurre con una tienda Macy's dos días antes de la Navidad.

Sin embargo, este no es el final de la historia; aquí es donde comienza un nuevo capítulo.


¿Qué queda por jugar ahora que el 1908 simplemente podrá ser recordado como el año en el que Henry Ford produjo su primer Modelo T? ¿Ahora que la maldición de la cabra Billy ha sido rota?

Comencemos aquí, donde nos quedamos. Cuatro Juegos 7 de la Serie Mundial se han ido a entradas extras -- 1912, 1924, 1997 y 2016. Los Indios han perdido los últimos dos de esos, derrotas decepcionantes que rompen la fibra de tu ser y tus vasos capilares y que llevan a pesadillas como el error de Tony Fernández o el batazo de Ben Zobrist por la línea de tercera base, la versión de Cleveland de Leon Durham o Steve Bartman. Uno se queda tan cerca, entras a los entrenamientos primaverales y la temporada regular, y llegas al Juego 7 de la Serie Mundial a pesar de todas las lesiones en tu rotación y conectas un cuadrangular poco probable para empatar el juego en la octava entrada - y de todos modos te quedas corto por una carrera.

Quizás este sea finalmente el año de los Indios. La lista de los equipos que pierden una Serie Mundial y la ganan al año siguiente es bien corta. Solo ha ocurrido una vez en la era del comodín, cuando los Reales lo hicieron en el 2015. Los Indios vuelven con casi el mismo equipo que logró 94 victorias el año pasado. Ellos perdieron a su toletero y líder espiritual Mike Napoli. Pero lo reemplazaron con un bateador mucho más imponente en Edwin Encarnación. Ellos tendrán a Andrew Miller toda la temporada y esperan tener con salud a Michael Brantley, quien se perdió casi toda la temporada 2016, para servir de anclas de los jardines.

El contendiente al Cy Young Corey Kluber sigue ahí, viniendo de una corrida dominante en octubre - al menos hasta el Juego 7 - y a pesar de lo bueno que él es, la estrella de este equipo es ahora el brillante joven torpedero puertorriqueño Francisco Lindor. Ustedes saben que el ex torpedero de los Indios Omar Vizquel estará en la boleta del Salón de la Fama en el próximo invierno, y es un fuerte candidato a ser exaltado eventualmente. No queremos ofender a un gran jugador, pero Lindor es mejor - ya tiene en su poder un Guante de Oro a los 22 años, bateador de .300 en sus primeras dos temporadas en las mayores y un jugador sobresaliente en su primera postemporada. Es un equipo con talento y profundidad. Qué tal una victoria en el Juego 7 de la Serie Mundial... por supuesto en entradas extras.


O comencemos por aquí: Ocho franquicias nunca han ganado la Serie Mundial. Los Astros de Houston nacieron en 1962, con un nombre originalmente asociado a un arma, y luego se movieron a un estadio en el que intentaron hacer crecer césped natural bajo techo. Ellos cambiaron de nombre, de césped y eventualmente de estadio. Los viejos fanáticos de los Astros han sufrido las tortuosas derrotas de la franquicia como la de 1980 en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, la aplastante derrota ante los Mets en 1986, las decepciones en playoffs de los equipos de Jeff Bagwell y Craig Biggio, la barrida en la Serie Mundial en 2005 y las tres temporadas consecutivas de 106 derrotas o más.

Yo pienso en mi amiga Anna, la mayor fanática de los Astros que conozco. Yo he visto a sus dos hijos en Facebook vestidos con mercancía de los Astros - uno de ellos disfrazado de José Altuve para el Día de las Brujas, porque por supuesto que lo hace, cuando tienes8 años y eres fanático del béisbol. Ella apoya a su equipo de forma tan ferviente como lo haría cualquier fanático de los Cachorros. Los Cachorros no tienen un monopolio de la costumbre de los fanáticos de heredar su amor por el béisbol de generación en generación.

Rayos, el estado de Texas ha visto más de 110 temporadas de béisbol de Grandes Ligas sin un campeonato de la Serie Mundial. Los Vigilantes se quedaron a un strike en el 2011, un elevado que estuvo a par de pulgadas de ser atrapado. Los Padres, Cerveceros, Marineros, Rockies, Nacionales y Rays tampoco han logrado títulos y todos comparten este dolor, pero quizás - solo quizás - este sea el año en que el Estado de la Estrella solitaria vea su primer desfile de campeones de la Serie Mundial.

Los Astros tienen un brillante nucleo joven en Altuve, Carlos Correa, George Springer y Alex Bregman, un cuarteto similar en habilidad al que tienen los Cachorros en Bryant, Rizzo, Addison Russell y Javier Báez. Amo a Correa como potencial candidato al JMV y a Bregman como candidato a dar el salto al estrellato. Ellos añadieron a Carlos Beltrán y Brian McCann para darle al roster una necesaria presencia de veteranos, además de guía.

Adrian Beltre and Carlos Correa
USA Today Sports, Getty ImagesAhora que los Cachorros lograron su ansiado título, quizás -- solo quizás -- el 2017 sea el año en el que el Estado de la Estrella Solitaria pueda tener su primer desfile de campeones de la Serie Mundial.
Los Vigilantes perdieron la Serie Mundial en el 2011, y el año antes de ese. Ellos han perdido en la primera ronda en las últimas dos postemporadas. Desde el 2010, solo los Cardenales y los Yankees han ganado más partidos. La ventana de competencia de los Vigilantes podría estar cerrándose. Adrián Beltré no puede jugar por siempre, al menos no al nivel que nos tiene acostumbrados. Yu Darvish será agente libre luego de esta temporada. Cole Hamels tiene más de 2,000 entradas de millaje en su brazo. Ellos llenaron su roster con varias apuestas de una temporada, incluyendo a Napoli.

Ellos tienen dos potenciales estrellas jóvenes en Rougned Odor y Nomar Mazara quienes necesitan mejorar. Ellos tienen un fuerte bullpen y una temporada completa de Jonathan Lucroy detrás del plato. Ellos han pasado siete temporadas al borde de la gloria. Quizás ha llegado su hora.


Los Nacionales son una franquicia con una historia complicada, que nació como los Expos de Montreal y que se mudaron a Washington en 2005. La ciudad fue hogar de dos versiones de los Senadores de Washington de 1901 a 1971 - la primera se convirtió en los Mellizos, y la segunda en los Vigilantes - pero su único campeonato llegó por allá por 1924.

Los Nacionales han perdido en la primera ronda de la postemporada tres veces en las últimas cinco temporadas, y su manager es Dusty Baker, que con 67 años es el manager más viejo en el deporte, y un dirigente con estrellas cruzadas que siempre parece cometer un error crucial en octubre. Ha llegado a la postemporada en ocho ocasiones; ningún otro manager ha llegado tantas veces a los playoffs y no ha ganado la Serie Mundial.

Dusty Baker
Alex Brandon/AP PhotoNingún manager ha llegado a la postemporada tantas veces como Dusty Baker -- quien lo ha hecho ocho veces -- y no ha podido ganar la Serie Mundial.
Piensen en la vida de béisbol de Baker. Cuando hizo su debut en Grandes Ligas, el manager rival era Harry Walker, miembro de los Cardenales de San Luis en 1947 cuando el equipo alegadamente amenazó con irse a la huelga en vez de jugar contra Jackie Robinson. Un compañero en su primer juego fue el padre de Terry Francona. Estaba en el círculo de espera cuando Hank Aaron conectó su HR 715 y jugó con Fernando Valenzuela durante ese mágico año de 1981 para los Dodgers, y manejó a Barry Bonds. Si logra ganar la Serie Mundial, es posible que sea electo al Salón de la Fama.

Los Nacionales tienen tantas estrellas como cualquier otro equipo en el béisbol, con el ganador del Cy Young Max Scherzer, el JMV del 2015 Bryce Harper, el que llegó en segundo puesto en la votación del JMV en el 2016 Daniel Murphy, el as potencial Stephen Strasburg y la superestrella en ciernes Trea Turner. Ellos adquirieron a Adam Eaton de los Medias Blancas, y las métricas avanzadas sugieren que él es uno de los mejores jugadores en el deporte.

Un jugador clave es el primera base Ryan Zimmerman. Ha estado con los Nacionales desde el 2005 pero ha pasado de ser una estrella a un jugador franquicia en decadencia con la espalda de un jugador de 70 años. Tiene algo que probar. Dusty tiene algo que probar. Incluso Harper, que viene de una mala temporada, al menos en comparación con su monstruosa temporada 2015, tiene algo que probar.

Sobre todo, ellos tienen que probarlo en octubre. Quizás el béisbol pueda unir la capital de nuestro país. (OK, quizás no, pero vale la pena el intento).


Quizás comience con el mejor jugador en el deporte. Mike Troutno solo es el Willie Mays o el Mickey Mantle de su generación; él es Mays o Mantle y lo está haciendo ante una competencia más dura. El calibre del atleta en el deporte de hoy, tanto en el montículo como en el terreno, es mejor que nunca, y Trout es el que más sobresale, con dos premios JMV y tres segundos lugares en sus primeras cinco temporadas. Ningún jugador de posición ha logrado más victorias sobre reemplazo hasta los 24 años; ya tiene 48.5, y los únicos otros por encima de 40 fueron Ty Cobb y Mantle. Alex Rodríguez and Ken Griffey Jr. se ubican cuarto y quinto en esa lista.

Obviamente esas estadísticas son impresionantes, y es emocionante contemplar lo que podría hacer a nivel individual. Nosotros sabemos lo que le falta a su résumé, y aunque todo el mundo está descartando a los Angelinos, no los desechen tan rápido ya que tienen al mejor jugador en el deporte. Ellos apostaorn todo a su defensiva, y si la rotación se mantiene saludable, los Angelinos podrían sorprender. Entonces quizás Trout pueda tener su momento en la Serie Mundial, cuando le esté dando la espalda al plato, corriendo a toda velocidad en un jardín sin fin lleno de césped verde para hacer una trapada que vivirá por siempre en el mundo de YouTube.


Piensen en el lanzador al otro lado de la ciudad, Clayton Kershaw, un hombre que claramente ha logrado alcanzar un pináculo de excelencia que pocos lanzadores han alcanzado. Pero aun así nos hacemos la siguiente pregunta, ya que él se ha perdido algo de tiempo de juego en dos de las pasadas tres temporadas: ¿Por cuánto tiempo él puede seguir siendo mucho mejor que todos los demás? Y ¿por qué él no puede dominar en la postemporada como lo hace en la temporada regular? Sus logros son tan prodigiosos que retrocedemos en angustia cuando se muestra como un mero mortal en octubre-efectividad de 4.55 en los playoffs - pero quizás eso solo signifique que su historia tiene pendiente a escribir su capítulo final, con la gloria del oro de la Serie Mundial en su camino, cuando la historia se convierte en mitología.

Los Dodgers han logrado cuatro banderines divisionales consecutivos. Pero tampoco han logrado pasar de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, y con la nómina más alta del deporte, cualquier cosa menos que un título de Serie Mundial es casi una decepción. Sin embargo, este equipo de los Dodgers luce más fuerte que los anteriores cuatro. Corey Seager es joven y fuerte y asombroso y podría pasar de tercero en la votación del JMV como novato al primer lugar como jugador de segundo año. Este joven chico Julio Urías ya lanza con la actitud y la confianza de un Todos Estrellas veterano, y está listo para su propia campaña de estrellato. Ellos tienen un cerrador élite en Kenley Jansen, el roster más profundo en las mayores, un buen manager en Dave Roberts y una oficina central y unos dueños listos para adquirir la pieza final en la fecha límite de traspasos directos.

Sobretodo, tienen a Kershaw. Quizás este sea el año en el que pueda lograr el último out de la temporada.

Por otra parte, tal vez ninguno de ellos pueda detener al equipo que está en la cima ahora mismo. Quizás el siguiente capítulo sea una continuación de lo ocurrido el 2 de noviembre de 2016: una dinastía de los Cachorros.

Theo Epstein no tiene como meta tener un equipo que solo ganó 100 partidos una vez. Él quiere ganar 100 juegos todas las temporadas. Todo lo que hemos visto y leído en esta temporada baja de los jugadores parece sugerir que ellos quieren esta carga de grandeza, que un campeonato no es suficiente para ellos.

Todos los jugadores importantes están de vuelta, excepto el jardinero central Dexter Fowler y el cerrador Aroldis Chapman. Bryant y Rizzo son dos de los mejores jugadores en el deporte; Russell acaba de cumplir 23 años, y Báez acaba de cumplir 24. Ellos tendrán a Kyle Schwarber para toda la temporada, y su actuación en la Serie Mundial simplemente podría ser un preludio de que él se convierta en una de las caras del béisbol. Esta es una alineación suficientemente joven para mantenerse unida por varios años más, una hazaña casi imposible en la era de la agencia libre. Así es como se logra construir una dinastía.

Quizás la rotación llegó a su máximo en el 2016. Fue saludable y dominante, pero esa tremenda defensiva detrás de ella no va a ir a ninguna parte; y Jon Lester, Jake Arrieta y Kyle Hendricks deben ser nuevamente un tremendo trío de abridores. Oh, y tienen el mejor manager en el deporte en Joe Maddon.

El último equipo en ganar campeonatos consecutivos fueron los Yankees de 1998 al 2000. El último equiopo en ganar más campeonatos que esos en fila fueron los Yankees de 1949 al 1953, con cinco Series Mundiales consecutivas. Quizás eso es que va a ocurrir proximamente - los Adorables Perdedores se convierten en el Imperio del Mal.

Me encantaría ver otra dinastía en el béisbol. Eso crea un nivel adicional de pasión, como irle en contra a los Patriots. Eso le da energía al deporte y fuerza a los otros equipos a apuntar más alto. Eso crea rivalidades, y las rivalidades crean fanáticos, y los fanáticos crean recuerdos.

Nosotros nos alimentamos de esos recuerdos. De aquí a algunos años, la historia va a leer: "Déjame contarte lo que ocurrió en esa temporada 2017..."

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Marlins Park
Mike Ehrmann/Getty ImagesLa respuesta de los fans en Miami a las tácticas del dueño Jeffrey Loria ha sido un estadio vacío, al extremo de ser el equipo con más baja asistencia en la Liga Nacional, con un promedio de 21,405 fanáticos por juego.
La revista Forbes, citando a fuentes confiables, publicó que el presidente de los Marlins de Miami, David Sampson, habría asegurado que existe un acuerdo verbal para la venta del equipo por 1,600 millones de dólares, y otra fuente le dijo al reportero de ESPN Darren Rovell que existe una oferta de compraventa.

El potencial comprador sería un promotor de bienes raíces con sede en la ciudad de Nueva York.

La noticia se corrió como pólvora y la gente empezó a hacer fiesta en el sur de la Florida.

Hace unos años, cuando el dictador cubano Fidel Castro aún vivía, se hizo una encuesta para conocer quiénes eran las personas más odiadas por la comunidad miamense.

Y detrás de Castro, en esa lista negra quedó nada menos que Jeffrey Loria, el dueño de los Marlins.

Pero no vayamos tan rápido. No pongan todavía a enfriar la cerveza, pues el proceso de compraventa apenas estaría empezando y las cosas no serían tan simples.

Según el artículo de Forbes, que firma Mike Ozanian, el problema es que el comprador potencial no tendría la suficiente liquidez financiera para pagar de un golpe el precio mencionado, pues su patrimonio neto está basado en propiedades.

Y 1,600 millones es una cifra demasiado incómoda de asumir como deuda para las Grandes Ligas.

No es imposible, pero es complicado. Cuando la compañía Guggenheim Baseball Management compró a los Dodgers de Los Angeles por dos mil millones en el 2012, una gran porción de ese dinero se asumió como deuda a largo plazo.

Pero el acuerdo de televisión por seis mil millones que tenían los Dodgers ayudó sobremanera a concretar el pacto de compraventa.

Por el contrario, los Marlins reciben una miseria de Fox Sports Florida en un acuerdo que se extiende hasta el 2020.

Sin embargo, tan sólo la posibilidad de que la novena de Miami cambie de dueño despierta esperanzas en la fanaticada.

La gente sueña con que un nuevo propietario traiga consigo un compromiso permanente, algo que Loria mostró sólo en dos ocasiones: en el 2003, cuando los Marlins ganaron la Serie Mundial, y en el 2012, cuando se inauguró el nuevo estadio.

Pero en ambas oportunidades, al año siguiente el dueño desmanteló el equipo hasta niveles de miseria, lo que la gente asumió como una puñalada en la espalda.

La respuesta del público fue un estadio vacío, al extremo de ser el equipo con más baja asistencia en la Liga Nacional, con un promedio de 21,405 fanáticos por juego.

Si logra concretar la venta, Loria habría conseguido uno de los mejores negocios de la historia, no sólo en la industria de los deportes, sino de cualquier esfera, pues se hizo del equipo por 158 millones, aportó sólo una mínima porción de los 639 millones que costó la construcción del Marlins Park y se iría con los bolsillos desbordantes de plata.

Entretanto, el nuevo dueño, sea quien sea, no podría mudar la franquicia a ningún lado, pues existe un acuerdo para mantener al equipo en Miami al menos hasta el 2032.

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Luego de fallar en el intento de capturar al cubano Aroldis Chapman o el curazoleño Kenley Jansen, los Marlins de Miami añadieron de todos modos dos piezas importantes para su bullpen en las últimas 48 horas, al firmar a los derechos Junichi Tazawa y Brad Ziegler con sendos acuerdos de dos años.

A pesar de haber abierto su billetera, los Marlins se quedaron con las ganas de firmar a un cerrador de élite, ya fuera Chapman o Jansen, con lo que la gerencia pretendió dar un golpe de efecto que demostrara a la fanaticada la intención de un mayor compromiso, tras la trágica muerte del astro José Fernández.

Junichi Tazawa
Rick Osentoski/USA TODAY SportsJunichi Tazawa obtendrá cinco millones de dólares la próxima temporada y siete millones en 2018.
Pero para los Marlins hay vida más allá de Chapman y Jansen y más que un golpe de efecto, el equipo necesita gastar con cordura e inteligencia el dinero del cual dispone.

Con la llegada de Ziegler y Tazawa, Miami tendrá uno de los mejores cuerpos de relevistas de la Liga Nacional, que ya integraban el cerrador A.J. Ramos, Kyle Barraclough, David Phelps y Dustin McGowan.

Necesitarían un apagafuegos zurdo, especialista en lanzarle a los bateadores de esa misma mano, que ha sido una de las carencias del equipo en los últimos años.

Por cierto, deberían contemplar para esa función al cubano Raudel Lazo, quien en la liga profesional venezolana con los Tigres de Aragua, no ha permitido carreras en 18 innings, con 17 ponches y average de los rivales de .182.

Pero sobre todo, requieren los Marlins mejorar su rotación abridora.

Brad Ziegler
Maddie Meyer/Getty ImagesZiegler, de 37 años, es particularmente efectivo contra los bateadores derechos debido a su lanzamiento al estilo submarino.
Lo primero que debe darse cuenta la gerencia es que será imposible sustituir al difunto Fernández.

Imposible, en primer lugar, porque la personalidad magnética, positivamente contagiosa del cubano no se encuentra en cada esquina.

Y en segundo lugar, desde el punto de vista de calidad deportiva, no hay en el mercado ningún lanzador de su calibre.

Pero hay disponibles lanzadores que pueden hacer un buen trabajo, aunque sin los reflectores que acompañan a las superestrellas.

Uno de ellos es el diestro Jason Hammel, un veterano de 34 años que fue en el 2016 el quinto abridor en la rotación de los campeones Cachorros de Chicago.

Hammel viene de la mejor temporada de su carrera (15-10, 3.83) y en dos temporadas y media que pasó con los Cachorros acumuló 33 victorias con 22 reveses y efectividad de 3.59.

Otra opción sería el dominicano Ivan Nova, quien renació en la segunda mitad de la pasada campaña cuando fue traspasado de los Yankees de Nueva York a los Piratas de Pittsburgh.

En 11 aperturas desde que incursionó por primera vez en la Liga Nacional, Nova consiguió marca de 5-2 y efectividad de 3.06, muy buena comparada con la de 4.30 que tuvo en 142 en su carrera con los Yankees.

El viejo circuito, menos ofensivo, unido a las condiciones del Marlins Park, muy amigable para los serpentineros, a pesar de haber visto recortadas sus cercas, podría ayudar al dominicano a reencontrar su forma que lo llevó a ser considerado uno de los grandes prospectos del pitcheo de Nueva York.

Y está también Doug Fister, otro veterano de 32 años, quien viene de una mala campaña con los Astros de Houston, en la que terminó con balance de 12-13 y elevada efectividad de 4.64.

Pero en sus dos años en el viejo circuito, cuando estuvo con los Nacionales de Washington en el 2014 y 2015, sus números mejoraron ostensiblemente, al amasar récord de 21-13 y promedio de limpias de 3.10.

Ninguno es un lanzador del nivel del difunto José o de Clayton Kershaw o Jake Arrieta, por citar sólo tres de la élite.

Pero un equipo no se arma necesariamente con superestrellas. A veces vale más la pena echar mano a los llamados obreros del béisbol.

Sin intención de comparar, pero así, con obreros y sin superastros en su rotación, los Reales de Kansas City ganaron la Serie Mundial.

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How to Beat the Cubs
Ilustración ESPN
Sin importar lo que ocurra en esta temporada baja, los Cachorros de Chicago serán el equipo a vencer en el 2017. Ellos saldrán de favoritos en Las Vegas, los favoritos en las proyecciones de computadoras y los favoritos en todas las listas de predicciones pretemporada.

Por supuesto, ganar Series Mundiales de forma consecutiva es algo bien difícil de conseguir. ¡Por supuesto que debe ser difícil! No sería tan interesante si supiéramos que los Cachorros ya estuviesen planificando otro desfile de campeones con 5 millones de fanáticos alineados en las calles de Chicago y comprando artículos de los Cachorros. Aunque los Reales, Vigilantes y Filis llegaron a Series Mundiales consecutivas en la última década, el último equipo en ganar campeonatos consecutivos fueron los Yakees en 2000, cuando lograron su tercero en fila.

Así que, no quiero decepcionarlos, fanáticos de los Cachorros, pero probablemente no ganen de nuevo en el 2017. Yo me tiro al terreno. Pero ¿cuál equipo en el terreno puede vencer a los Cachorros? ¡Cada uno de ellos! He aquí cómo.

Bryce Harper
Geoff Burke/USA TODAY SportsBryce Harper solo conectó 24 cuadrangulares en 2016 luego de haber logrado 42 en 2015.
Nacionales de Washington: Yo no sé qué le ocurrió a Bryce Harper en 2016, aunque pienso que tuvo que batallar con algunas lesiones. ¿Recuerdan cuando conectó nueve jonrones en abril? Apenas logró 15 más en el resto de la temporada? Comoquiera los Nacionales se las arreglaron para ganar 95 partidos pese a que su OPS cayó casi 300 puntos. Así que imagínense con Harper a nivel de JMV conectando nueve jonrones cada mes, una temporada completa de su dinámico primer bate Trea Turner, un gran bate adicional en su alineación, Stephen Strasburg en la rotación en octubre en vez de la lista de lesionados y Dusty Baker no haciendo cosas al estilo de Dusty Baker en los playoffs.

Vigilantes de Texas: Ellos ya tienen lo que muchos contendientes andan buscando: una poderosa dupla 1-2 en la parte superior de su rotación en Cole Hamels y Yu Darvish, y un gran bullpen para la parte final de los partidos. Luego de dos eliminaciones consecutivas en Sereis Divisionales, veamos si la oficina central puede conseguir dar los toques finales, como firmar a Edwin Encarnacion y Rich Hill.

Indios de Cleveland: ¿Habría tenido un resultado diferente el Juego 7 de la Serie Mundial si Terry Francona le hubiese lanzado a Anthony Rizzo en vez de darle un boleto intencional? Así de cerca se quedaron los Indios de completar la sorpresa ante los Cachorros: Una decisión que pudo haber alterado el curso de la historia. Pero me estoy alejando del tema. ... OK, todo el mundo quiere seguir el plan de juego de Andrew Miller de los Indios, pero solo un equipo tiene el original, y el original no puede ser duplicado. Tener a Michael Brantley de vuelta, encontrar un reemplazo para Mike Napoli si no es firmado de vuelta y entonces mantener a Carlos Carrasco y Danny Salazar lejos de los drones de Trevor Bauer.

Medias Rojas de Boston: Puedo verlo ahora. Los Medias Rojas con problemas para mantenerse a duras penas varios juegos por encima de los .500 al llegar el receso del Juego de Estrellas, Mookie Betts anuncia que ahora quiere que lo llamen Markus Betts, Xander Bogaerts pelea con Yoan Moncada y David Price está fuera de juego por molestias en el codo. Un completo desorden. La solución: David Ortiz sale del retiro, y el resto, mis amigos, compone una gran historia. Si no les gusta el escenario del Big Papi, entonces está este: Andrew Benintendi, el próximo Todos Estrellas de los Medias Rojas.

Dodgers de Los Angeles: Asumiendo que firmen de vuelta a Justin Turner y Kenley Jansen y que logren adquirir un gran bate derecho -- ¿Qué tal Brian Dozier para jugar en la intermedia? - los Dodgers podrían ser una buena apuesta para ganar su quinto banderín consecutivo en el Oeste LN. Si hay una lección que los Dodgers deben llevar a la postemporada, es esta: dejen de usar a Clayton Kershaw con poco descanso. Entiendo que la rotación de los Dodgers estaba bien afectada al final de la temporada regular, pero parece claro que usarlo con poco descanso no ha sido beneficioso para él o para los Dodgers. En la temporada regular desde 2013, él ha permitido cinco carreras o más en seis ocasiones en 114 aperturas. En la postemporada, le ha ocurrido cuatro veces en sus últimas nueve aperturas.

Azulejos de Toronto: Ellos deberían tener la mejor rotación en la LA con Aaron Sánchez, J.A. Happ, Marco Estrada, Marcus Stroman y Francisco Liriano -- y pueden soñar con esto, incluso si el pitcheo no fuese el 90 por ciento del béisbol.

Orioles de Baltimore: Los Orioles fueron los máximos jonroneros en MLB en 2016 con 253 vuelacercas y el equipo del 2017 se perfila como que estará liderado nuevamente por la ofensiva. Pero la historia sigue siendo la misma en Baltimore - los Orioles necesitan más pitcheo. Zach Britton fue grandiosos al final de los partidos, pero más allá de Chris Tillman y Kevin Gausman, la rotación de abridores sigue siendo una gran interrogante.

Gigantes de San Francisco: En retrospectiva, es increíble lo cerca que los Cachorros estuvieron de no ganarlo todo:

1. Los Gigantes permitieron cuatro carreras en la novena entrada del Juego 4 de la SDLN para perderlo 6-5. Con Johnny Cueto pautado para el Juego 5, los Gigantes tenían buenas oportunidades de ganar la serie.

2. Los Dodgers estaban arriba dos juegos a uno en la SCLN con Kershaw pautado para el Juego 6.

3. Los Indios, con una rotación diezmada, casi los noquean en la Serie Mundial.

De todos modos, el punto aquí es que los Gigantes necesitan firmar un cerrador.

Matt Harvey
Stacy Revere/Getty ImagesMatt Harvey solo logró compilar marca de 4-10 y efectividad de 4.86 en 2016 antes de terminar su temporada temprano por lesión.
Mets de Nueva York: En su mejor forma, los Mets lucieron muy bien en 2016: 15-7 con un más-41 de diferencial de carreras en abril antes de comenzar a caer víctimas de las lesiones, y entonces jugaron para 18-11 en septiembre con un diferencial de carreras de más-45 cuando la ofensiva compensó una rotación llena de parchos. Si ellos no firman de vuelta a Yoenis Céspedes, ellos tendrán que encontrar la forma de reemplazar su ofensiva (si los Diamondbacks buscan la forma de hacer escándalo, qué tal A.J. Pollock para el jardín central), y los Mets perderán a su líder espiritual Bartolo Colón. Pero cualquier equipo con Noah Syndergaard, Jacob deGrom, Steven Matz, el hallazgo de final de temporada Robert Gsellman y un saludable Matt Harvey obviamente tiene la capacidad de llegar lejos en octubre.

Cardenales de San Luis: Los Cachorros ganaron 103 juegos, los Cardenales 86. Diecisiete victorias parecen muchas, pero no es difícil imaginarse a Kyle Hendricks, Jon Lester ayJake Arrieta lanzando un poco peor mientras algunos de los chicos de los Cardenales lanzan un poco mejor, y los Cachorros bajan nueve victorias, los Cardenales mejoran nueve victorias y los Cardenales ganan la división.

Marineros de Seattle: Si el cambio de Jean Segura sale bien, ellos tendrán una gran parte superior de la alineación con Segura, Seth Smith, Robinson Cano, Nelson Cruz y Kyle Seager. Edwin Díaz podría ser uno de los cerradores más dominantes en el juego. Félix Hernández ya no es un as dominante, pero James Paxton -- efectividad de 3.19 en sus últimas 11 aperturas con 71 ponches y nueve boletos - tiene potencial de estrella (aunque mantenerse saludable es otro asunto). Además, ¿no es hora ya que los dioses del béisbol le sonrían a los Marineros?

Tigres de Detroit: Denle la cuenta oficial del equipo en Twitter a Kate Upton y todo debería resolverse por sí solo. Además: no cambien a Justin Verlander, Miguel Cabrera, Ian Kinsler o algún jugador llamado Martínez, y manténganse en batalla un año más. Ustedes saben, de acuerdo con Forbes, el dueño Mike Ilitch tiene una fortuna valorada en cerca de $6 mil millones. Tiene 86 años, y hay reportes de problemas de salud. ¿Por qué no intentar ganarlo todo y gastar un poco más de dinero? ¿Realmente les importaría si las futuras generaciones de la familia Ilitch solo tengan $5.9 mil millones de dólares en vez de $6 mil millones?

Astros de Houston: Ellos ya consiguieron en cambio a Brian McCann y firmaron a Josh Reddick. Me gustaría verlos hacer una gran movida adicional, como conseguir en cambio a Chris Archer o Chris Sale para colocarlo junto al candidato a regresar Dallas Keuchel. Oh, y no se olviden de Carlos Correa como una de las selecciones de pretemporada para el JMV.

Yankees de Nueva York: Discúlpenme mientras sigo observando más videos de Gary Sánchez.

Reales de Kansas City: ¿Sabían que Drew Butera lideró el equipo en OPS? El nucleo de los campeones 2015 sigue aquí. Eric Hosmer, Alex Gordon, Mike Moustakas y Lorenzo Cain solo necesitan jugar mejor.

Marlins de Miami: Los rumores los sitúan mostrando interés en C.J. Wilson, Justin Masterson y Jon Niese. Qué bueno que Giancarlo Stanton va a conectar 97 jonrones.

Piratas de Pittsburgh: Esta podría ser la estadística más asombrosa del 2016: Jeff Locke lideró el equipo en entradas lanzadas con 127.1. Y Jeff Locke no fue bueno. Si ellos logran obtener 90 aperturas de Gerrit Cole, Jameson Taillon y Tyler Glasnow, este equipo podría volver a los playoffs. ¡Y en los playoffs cualquier cosa puede suceder!

Medias Blancas de Chicago: Bueno, mantener a Sale podría ser un buen sitio para comenzar.

Rockies de Colorado: Por primera vez en varios años, los Rockies pueden sonar con una rotación sólida con Jon Gray, Tyler Chatwood, Chad Bettis, Tyler Anderson y Jeff Hoffman, pero es la ofensiva la que podría impulsar a los Rockies a la postemporada por primera vez desde 2009. Ellos anotaron 845 carreras, su mayor cantidad desde la edición de 2007 que logró 860 carreras y que llegó a la Serie Mundial. Pero eso fue en una liga que promedió 4.71 carreras por juego; La LN de 2016 promedió 4.44. Ahora añadan temporadas completas de Trevor Story y David Dahl, y mejor producción en la primera base, y esta ofensiva puede anotar carreras con cualquier equipo en cualquier estadio.

Angelinos de Los Angeles: Me acabo de dar cuenta de esto: Las dos temporadas en las que Mike Trout ha ganado el premio de JMV han sido las dos campañas en las que remolcó 100 carreras. Las tres veces que terminó segundo impulsó 83, 97 y 90. Eso no tiene nada que ver con cómo los Angelinos pueden vencer a los Cachorros. Para que eso ocurra, estoy pensando que Garrett Richards tenga una temporada de 20 victorias, y Tyler Skaggs gane 15.

Cerveceros de Milwaukee: He aquí una estadística sorpresiva. Los Cerveceros se ubicaron segundos en la LN en efectividad en la segunda mitad. Ahora, eso es un poco engañoso, porque ellos permitieron muchas carreras inmerecidas, pero aquí hay algunos brazos interesantes, y Tyler Thornburg quiere el puesto de cerrador estelar luego de una gran temporada 2016. Orlando Arcia tiene potencial de estrella, Domingo Santana podría convertirse en el Jonathan Villar de este año, y Matt Garza y Wily Peralta podrían redescubrir algo de su pasado glorioso. Eso podría ocurrir.

Filis de Filadelfia: Al no tener a nadie firmado más allá del 2017, los Filis tienen tanta flexibilidad en su nómina como cualquier otro equipo en el deporte. Así que veamos: Firman a Encarnación y Céspedes, adquieren a Zack Greinke para darle a los Diamondbacks algo de alivio en su nómina y a los Filis un as en la rotación, añaden a J.P. Crawford a su alineación y lo observan brillar en el campocorto, y de repente tienen a Maikel Franco dando el gran salto al estrellato. ¡Hay que soñar en grande, mis amigos!

Atléticos de Oakland: Cuando yo era chico, soñaba con frecuencia que subía una gran colina de arena. En la parte superior había una caja de arena. Nunca pude llegar a la cima para jugar en la caja. Pero seguía intentándolo sin cesar.

Diamondbacks de Arizona: Greinke lanza como un contendiente al Cy Young, Taijuan Walker se convierte en el siguiente Jake Arrieta, Robbie Ray traslada su impresionante tasa de ponches a números de Todos Estrellas, Shelby Miller vuelve a su forma, Pollock se recupera de las lesiones, Paul Goldschmidt juega un poco mejor, Jake Lamb tiene dos buenas mitades, Yasmany Tomás sacude 40 jonrones, David Peralta repite sus números de 2015, Ketel Marte aprende a cómo conseguir un boleto gratis, Torey Lovullo luce bien en el puesto de manager y... pienso que me acabo de convencer a mí mismo que Arizona es el caballo negro de la contienda para el 2017.

Rays de Tampa Bay: Chris Archer, Jake Odorizzi, Blake Snell y Drew Smyly podrían conformar una rotación bastante buena. Y el pitcheo es el 90 por ciento del béisbol.

Padres de San Diego: Paso 1: No vuelvas a mezclar 58 jugadores nuevamente. Paso 2: Oren.

Bravos de Atlanta: Pienso que este equipo solo necesita un poco de liderato veterano. Ok, nos podemos reir de las firmas de Colón y R.A. Dickey, pero los Bravos jugaron para 31-25 en los dos meses finales de la temporada y su ofensiva se ubicó tercera en las mayores en carreras. ¿Es realmente tan buena esa ofensiva? En aras de lo que hablamos en esta pieza, sí lo es. De los 26 lanzadores en el roster de 40 jugadores, los Bravos esperan unir un equipo respetable, pero he aquí una gran movida que podrían hacer: Mover algo de su profundidad en las fincas para traer a Sale.

Rojos de Cincinnati: Al igual que los Bravos, los Rojos mejoraron mucho luego de su terrible inicio, jugando para 36-37 en la segunda mitad mientras superaban a sus contrarios por 16 careras. Joey Votto fue una gran parte de ellos luego de un pobre inicio (para él) en los primeros dos meses, pero el pitcheo joven lució mucho mejor. El trio en el bullpen de Jumbo Díaz, Raisel Iglesias y Michael Lorenzen tuvo efectividades individuales por debajo de los 3.00, y los abridores Brandon Finnegan, Dan Straily y Anthony DeSclafani se combinaron para efectividad de 3.27. Robert Stephenson y Cody Reed tienen potencial en sus brazos. Es sueño lejano, pero se han visto casos de desarrollo repentino de cuerpos de lanzadores exitosos.

Mellizos de Minnesota: Oigan, los Mellizos de 1991 pasaron del sótano a campeones de la Serie Mundial. Los Mellizos de 1986 fueron incluso peores que los Mellizos de 1990 y ganaron la Serie Mundial en 1987. Así que ahí los tienen - sus campeones de la Serie Mundial 2017: Mellizos sobre Cachorros en siete juegos en partido en el que el adquirido a mediados de temporada Ubaldo Jiménez lanza una blanqueada de tres hits en el partido decisivo.

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Jose Fernandez
Steve Mitchell-USA TODAY SportsJosé Fernández es recordado como el fiero competidor con sonrisa de niño que le devolvió a muchos el interés por los Marlins en Miami.
En medio del alboroto por la Serie Mundial entre los Indios de Cleveland y los Cachorros de Chicago, se dio a conocer el examen toxicológico por el fallecimiento del lanzador cubano de los Marlins de Miami José Fernandez.

A la esperada presencia de alcohol en la sangre, pues se sabía que había estado bebiendo con unos amigos en un bar de Miami, se une la sorpresiva notificación de que había también cocaína en su organismo.

Asimismo, el informe establece que Eduardo Rivero, uno de los acompañantes de Fernández, también estaba bajo los efectos de cocaína y alcohol, mientras que Emilio Macías, la tercera víctima del accidente, dio positivo por presencia de licor en su cuerpo, pero no estaba bajo la influencia de ninguna droga ilegal.

¿Cambia eso en algo la percepción sobre el ídolo de los Marlins?

Para mí, lo único que confirma el consumo de esa droga es que José era tan humano como cualquiera, aunque ahora salgan muchos a bajarlo del pedestal donde se colocó por derecho propio por su entrega al deporte, por su energía contagiosa, por su liderazgo y su carisma, por su ayuda desinteresada a la comunidad.

La sorpresa que reconozco que me causó este informe toxicológico no disminuye para nada el dolor de su prematura muerte, por lo que representó para la comunidad del sur de la Florida y por la alegría que le trajo al béisbol en su breve paso por las Grandes Ligas.

Que tire la primera piedra el que esté libre de pecado.

No creo que esta mancha haga mella en la huella que dejó en esta ciudad, aunque ahora salgan puritanos a gritar la consabida frase de que la juventud está perdida.

Tal vez las Grandes Ligas desechen la idea de crear el premio José Fernández al pelotero joven que más se entregue sobre el terreno de juego.

Quizás los Marlins ya no valoren el clamor popular de rebautizar el estadio con el nombre del lanzador que más victorias consiguió en ese parque.

Es posible incluso que algunos que firmaron la petición para cambiarle el nombre al Marlins Park ahora quieran dar marcha atrás.

Pero para la fiel fanaticada que cada cinco días acudía al estadio para verlo lanzar, será recordado como el fiero competidor con sonrisa de niño, que le devolvió a muchos el interés por los Marlins, aunque ahora haya quienes se empeñen en matarlo de nuevo.

Nadie se muere dos veces.

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Madison Bumgarner, Josh Donaldson
Getty Images, USA TODAY SportsMadison Bumgarner de los Gigantes y Josh Donaldson de los Azulejos están peleando por uno de los boletos restantes a la postemporada.
Los mejores choques en el fin de semana final de la temporada 2016:

Dodgers en Gigantes

En teoría, este fin de semana representa una preparación final de playoffs para los Dodgers, y su manager Dave Roberts nunca llevaría a Clayton Kershaw o Rich Hill o Kenta Maeda a 120 o 125 lanzamientos para ganar un partido en particular. Él va a proteger ese gran trío de lanzadores en su rotación y moderará el uso de sus relevistas, y si algún jugador de posición necesita descansar para recuperarse de lesiones, Roberts lo mantendrá fuera del terreno.

Pero la larga rivalidad entre ambas franquicias jugará un gran rol en lo que ocurra en este fin de semana, y siempre tiende a haber un poco de adrenalina adicional en estos partidos debido a la larga historia entre ambas organizaciones en las ocasiones que uno ha sacado al otro de la postemporada. ¿Alguien recuerda a Bobby Thomson? ¿Joe Morgan en 1982? Y los Dodgers entienden mejor que ningún otro equipo lo peligrosos que son los Gigantes si logran llegar a los playoffs.

Los Dodgers realmente no tienen nada tangible por lo cual jugar en este fin de semana, pero nada va a llegarles fácil ante los Gigantes.

Los choques de lanzadores:

Viernes: Rich Hill versus Madison Bumgarner

Sábado: Clayton Kershaw vs. Albert Suárez (Kershaw ha permitido siete hits sin carreras limpias en 18 entradas en sus últimas tres aperturas).

Domingo: Kenta Maeda vs. Matt Moore

Los Dodgers ya aseguraron el banderín del Oeste LN. Las oportunidades de los Gigantes de llegar a la postemporada: 72.9 por ciento.

Johnny Cueto fue dominante para los Gigantes el jueves en la noche.

El novato de los Dodgers Julio Urías le ha demostrado a su manager que merece lanzar en la postemporada. Los Dodgers experimentaron con algunos roles en la postemporada en su victoria el jueves. De la historia de J.P. Hoornstra:

En el acto más torcido de todos, los Dodgers lograron batearle a un lanzador zurdo en ruta a la victoria 9-4 sobre los Padres de San Diego. Eso les dio record ganador -- 22-21 - en partidos iniciados por lanzadores zurdos en esta temporada.

En las palabras de Dick Enberg, quien transmitirá su último juego de los Padres en este fin de semana: Oh my.

"Estamos encaminados por la dirección correcta", dijo el manager Dave Roberts.

Si los Dodgers tienen intenciones de exorcizar por completo sus demonios ante lanzadores zurdos antes de terminar la temporada regular, un gigantesco obstáculo de 6 pies 5 pulgadas se interpone en su camino: Madison Bumgarner, quien abrirá el partido inicial de la serie de tres juegos ante los Dodgers el viernes.


Azulejos en Medias Rojas

La oficina central de Grandes Ligas estuvo revisando los pronósticos meteorológicos para el fin de semana, y una realidad desafortunada ya está en juego: Debido a la suspensión de los Tigres por lluvia el jueves, va a haber por lo menos un partido de reposición el lunes, el día después de terminar la temporada regular, con la posibilidad de algunos más. La lluvia podría ser un factor en todo el fin de semana en el Fenway Park, y esto podría impactar algunas de las decisiones hechas por los Medias Rojas, porque ellos ya aseguraron el banderín del Este LA, y lo último que ellos quieren ahora es perder un jugador titular debido a las condiciones mojadas del terreno o a un lanzador abridor por varias demoras por lluvia.

Rick Porcello, Eduardo Rodríguez y David Price están pautados para abrir en este fin de semana, y posiblemente estén trabajando con algunas restricciones de pitcheos, ya que los Medias Rojas tienen la intención de mantenerlos frescos para el inicio de la postemporada.

Los Azulejos sí van a tener mucho en juego; ellos están intentando asegurar uno de los comodines, y los mejores relevistas en el bullpen están exhaustos debido a su reciente carga de trabajo y la lesión de Joaquín Benoit. Pero la buena noticia dentro de la derrota de Toronto 4-0 ante los Orioles el jueves - que hizo que los Azulejos cayeran a un empate con los Orioles - es que el cerrador Roberto Osuna y el preparador Jason Grilli tuvieron la noche libre.

El antesalista Josh Donaldson entrará a esta serie jugando con un problema en la cadera. Durante la serie ante los Orioles, repetidamente hizo swing con molestias, en aparente dolor, y aunque ha querido seguir jugando con las molestias en aras del equipo, Donaldson ha tenido problemas últimamente, particularmente en la defensiva - y con su ofensiva, ha logrado 11 hits en sus últimos 44 turnos.

Mientras tanto, hay algún tipo de batalla entre algunos jugadores de los Azulejos y al menos un par de miembros de la prensa, lo que parece muy, muy extraño en esta época del año. De la historia de Steve Buffery:

Uno tiene que preguntarse si este equipo, que en algún momento estaba en el asiento del conductor por un puesto a la postemporada, pero que ahora esta batallando duramente para llegar a los comodines, se está resquebrajando, y parece haber un vacio de liderato en el camerino.

Por ejemplo, ¿por qué permitirían los líderes del equipo poner fotos de dos escritores deportivos de Toronto en la pared con una 'X' sobre su cara y el mensaje que reza, 'No le den entrevistas a estos tipos' (o algo parecido)?

A primera vista, parece un acto bastante juvenil. Pero además, poco profesional. Y es algo, según apuntaron un par de periodistas a un oficial de los Azulejos, que los Yankees de Nueva York permitirían en su camerino.

Y no se trata de solo esas fotos. Han ocurrido varios incidentes recientes dentro del camerino de los Azulejos que sugieren que ha habido algo de pánico que se está apoderando de ellos.

Cosas como: Alguien que sube la música cuando llegan los medios para hacer entrevistas antes de los partidos. Eso es algo que ha ocurrido más de un par de veces. Eso ocurrió de nuevo el jueves. De nuevo, a primera vista, tonto, estúpido. Pero ademas, innecesario. La prensa tiene un trabajo que hacer, al igual que los jugadores. Los fanáticos casi siempre se van del lado de los jugadores cuando hay problemas con la prensa, pero los equipos con actitud y confianza y no necesitan actos como estos como poner fotos de reporteros en una pared.

Hubo un incidente la otra noche cuando un par de periodistas intentaron acorralar al atribulado cerrador Roberto Osuna para una entrevista, pero él los ignoró. Finalmente, un reportero lo siguió hasta una parte privada del camerino y le gritó. Ciertamente eso es algo que nadie, especialmente un jugador joven como Osuna, necesita.

Las oportunidades de Toronto de llegar a la postemporada: 86.2 por ciento. Boston yaseguró el banderín del Este LA.


Orioles en Yankees

Ubaldo Jiménez volvió a lucir en grande para los Orioles, de nuevo, siguiendo con su racha de excelentes salidas en la parte final de la temporada, y los Orioles - un equipo que ha tenido algo del peor pitcheo abridor en las mayores en 2016 - llega al fin de semana con una excelente oportunidad de llegar a la postemporada y quizás asegurar ventaja de localía para el juego de comodines de la Liga Americana.

Los Yankees quedaron eliminados de la contienda por los playoffs el jueves en la noche, pero están terminando fuertes, barriendo a los Medias Rojas en los pasados tres días, y Michael Pineda, Masahiro Tanaka y Luis Cessa son los pautados para la serie final. Mark Teixeira está jugando sus últimos partidos y ha estado moviendo bien el bate, y ha dicho que quiere jugar ante sus familiares en el Yankee Stadium. Brett Gardner lleva de 24-8 con cinco boletos y un ponche en la última semana.

Kevin Gausman está pautado para lanzar el domingo por los Orioles, pero si Baltimore ya ha asegurado su boleto para ese entonces, Gausman podría lanzar el juego de comodines.

Las oportunidades de los Orioles de llegar a la postemporada: 88.7 por ciento.


Tigres en Bravos

Hace un mes, esto habría lucido como una buena oportunidad para los Tigres, una serie para cerrar la temporada ante el equipo con el peor record en la Liga Nacional. Pero Atlanta ha jugado bien últimamente, con Freddie Freeman liderando el camino - ha bateado casi .350 desde mediados de junio - y ya que esta será la última serie de los Bravos en el Turner Field, habrá algo de emociones adicionales para el equipo local. Esta serie será difícil para Detroit, que está a 1½ juegos de los Orioles y los Azulejos, y ahora los Tigres saben que si logran mantenerse con vida en el fin de semana, tendrán que jugar un partido de reposición el lunes en casa debido a la suspensión del jueves en el Comerica Park.

Jordan Zimmermann abrirá para los Tigres en el primer juego de esta serie, como un comodín completo: Ha lanzado dos veces desde el 10 de agosto, una salida terrible y una buena aparición en relevo. La suspensión del jueves le dio un día de descanso completo a los relevistas de Detroit, algo que siempre es bienvenido en esta época del año.

Los Bravos tendrán que lidiar con el caliente Miguel Cabrera; tiene 10 hits en sus últimos 22 turnos, y batea .333 en este mes mientras redondea otra estadística más para su resumé de Salón de la Fama. En 2016, Cabrera batea .313, con 31 dobles, 1 triple, 36 jonrones, 75 boletos y 105 impulsadas.

Las oportunidades de Detroit de llegar a la postemporada: 14.7 por ciento.


Mets en Filis

El número mágico para que los Mets ponchen su boleto a la postemporada es dos, y juegan ante unos Filis que han tenido problemas en la recta final. En septiembre, Filadelfia tiene efectividad colectiva de 5.12. Los Mets han tenido que depender de abridores jóvenes en la recta final, pero en la serie final de la temporada, los Filis colocarán a Alec Asher (cuatro salidas en su carrera) y Phil Klein (tres salidas en su carrera), ante Jerad Eickhoff y cierra la temporada ante Noah Syndergaard.

Por supuesto, los Mets quieren asegurar el boleto antes del domingo, para darles la opción de usar a Syndergaard en el juego de comodines.

Las oportunidades de los Mets de llegar a la postemporada: 97.4 por ciento.


Piratas en Cardenales

Todos los partidos de los Cardenales ahora son de vida o muerte, y en este fin de semana, tendrán a Carlos Martínez, Jaime García y Adam Wainwright en el montículo - todos unidos, sabiendo lo que está en juego. En la controversial victoria del jueves ante los Rojos, el manager de San Luis Mike Matheny trabajó de forma agresiva, usando rápidamente su bullpen, intentando que las cosas ocurriesen.

Las oportunidades de los Cardenales de llegar a la postemporada: 29.7 por ciento.


Atléticos en Marineros

Para los Marineros se trata de esto. Están a dos juegos de los líderes en los comodines, así que tienen que ganar por lo menos dos de tres de Oakland y esperar que los Azulejos, Orioles y Tigres fallen sus últimas pruebas del 2016.

Las oportunidades de los Marineros de llegar a la postemporada: 10.4 por ciento.


Las carreras dentro de las carreras

Texas acaba de asegurar ventaja de localía a lo largo de los playoffs de la Liga Americana, y los Medias Rojas tienen medio juego de ventaja sobre los Indios por el segundo mejor record de la LA. Con Washington dos victorias por encima de los Dodgers al llegar los días finales, la siembra está casi asegurada en la LN, con los Cachorros en el No. 1, los Nacionales en el No. 2 y L.A. en el No. 3.

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Jose Fernandez smiling
AP Photo/Wilfredo Lee, FileEn sus cuatro años en la liga, José Fernández causó un gran impacto en sus compañeros, rivales y fanáticos por igual.
Las historias sobre José Fernández seguirán saliendo, sobre su personalidad y su pasión y su presencia, y uno casi tiene que recordarse a uno mismo que solo tenía 24 años porque de alguna forma él se las arregló para tocar muchas vidas en corto tiempo. Pareció que compartió tiempo con casi todo el mundo en el deporte, momentos que se han convertido en memorias - realmente en recuerdos.

Brayan Peña nos dice cómo Fernández declaró que un día, Peña sería presidente de Cuba. La contestación de Peña: La única manera que eso podría ocurrir era si José era su compañero de papeleta. El manager de los Cachorros Joe Maddon habló sobre el primer lanzamiento que le vio hacer a Fernández en un partido, la convicción y la forma de lanzar tan única que él fue donde un coach y le comentó sobre lo especial que le parecía Fernández, luego de esa pequeña muestra de un solo pitcheo. Mike Matheny, manager de los Cardenales, habló sobre cuando veía a Fernández y reconocía lo bien que integraba las emociones positivas a todo lo que hacía en el terreno.

Nick Markakis siempre podrá decirle a sus hijos y nietos cómo, en los días finales de su vida, Fernández - quien parecía divertirse más que cualquier otro jugando el deporte que amaba - convirtió un momento de violencia en el terreno en un esfuerzo de entendimiento. El 14 de septiembre, Fernández lanzaba ante los Bravos, y luego que golpeara a Markakis con un pitcheo, José Ramírez lanzó una pelota cerca de la cabeza de Fernández, en aparente represalia. Lo que ocurrió después - lo pueden ver aquí - sobresale como una ventana a la personalidad de Fernández.

Fernandez se agachó debajo de la recta de Ramírez y salió del terreno furioso por el lanzamiento, por el que Ramírez fue expulsado, y las bancas se vaciaron. Pero a medida que los jugadores se empujaban unos a los otros, Markakis caminaba en círculos alrededor de Fernández, quien no estaba en búsqueda de pelea; él intentaba razonar con los Bravos. Dee Gordon se paró frente a Fernández, dispuesto a aguantarlo, pero en la grabación, se puede ver a Fernández decirle a Gordon que tenía sus emociones bajo control.

"Ven aquí", le dijo a Markakis, y ambos se juntaron, solo para hablar.

Luego de 70 segundos en la grabación, lo pueden escuchar por los micrófonos del terreno gritarle a los jugadores de los Bravos que él entendía la razón por la que Ramírez había intentado golpearle -- "¡No me importa!", decía repetidamente - pero añadía: "No lancen a la cabeza".

A medida que se restablecía la calma y Fernández se preparaba para seguir su turno al bate, él hablaba con el receptor de los Bravos Tyler Flowers (cerca de los 2:25 en el video), explicando su punto de vista. Los intercambios eran algo que casi nunca se ve en incidentes como estos donde se vacían las bancas, viendo al objetivo de un posible pelotazo tratando de explicarse a sí mismo y sirviendo como pacificador en vez de comenzar una pelea.

Así era José Fernández, un joven cuya felicidad en lo que hacía era tan aparente que era tangible, afectando a aquellos que le rodeaban: compañeros, rivales, fanáticos, reporteros, a todos.

Por eso es que la Asociación de Escritores de Béisbol de EEUU - los dueños de los premios de Jugador Más Valioso, Cy Young y los Novatos del Año y Manager del Año - haría un gran servicio creando un premio para honrar a Fernández y que proporcione una memoria anual.

El Premio José Fernández podría entregarse al jugador joven que, en sus primeros años en las Grandes Ligas, ejemplifique mejor el espíritu de alegría y pasión que tenía Fernández, en la forma en que juegue y trate a sus compañeros y fanáticos. Serían elegibles los jugadores en los primeros tres años en las Grandes Ligas. José Altuve habría sido un gran candidato para ese tipo de premio en sus primeros años en las Grandes Ligas, o Mookie Betts, o Francisco Lindor, el tipo de persona que son líderes jóvenes, en la forma que lo fue Fernández.

El impacto de Fernández en sus pares se reflejó en todo lo que ocurrió en Miami el lunes, desde la ceremonia pre juego hasta el cuadrangular de Dee Gordon; Gordon pareció honrar a Fernández de la misma forma que Bobby Murcer honró alguna vez a Thurman Munson.

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La temporada comenzó temprano en marzo, con una historia en portada en ESPN The Magazine en la que Bryce Harper, el reinante JMV de 23 años perteneciente a los Nacionales de Washington, declaró que el béisbol es "un deporte cansado".

Y terminará con la coronación de un campeón en la Serie Mundial.

En medio de esas cosas, la temporada se ha jugado teniendo en el fondo una contienda presidencial en la que la inmigración se ha convertido en uno de los temas centrales.

José Fernández fue un inmigrante. Él intentó y falló tres veces en salir de Cuba antes de que su madre y él tuvieran éxito en un cuarto intento. El año pasado, se convirtió en ciudadano de EEUU. Y en el terreno de juego, siempre lució cualquier cosa menos cansado.

El argumento de Harper fue sobre los códigos no escritos en el deporte que limitan la auto expresión. "No puedes hacer lo que la gente hace en otros deportes", dijo. "Yo no estoy diciendo que el béisbol sea, tu sabes, aburrido o cualquier cosa, pero es la emoción de los chicos jóvenes que están entrando en el juego ahora quienes tienen un estilo llamativo".

Y Harper mencionó específicamente a Fernández. "José Fernández es un gran ejemplo. José Fernández te ponchará y se te quedará mirando mientras camina al dugout y agitará su puño al aire. ¿Y si le conectas un cuadrangular y lo celebras? A él no le va a importar. Porque lo venciste. Eso es parte del juego. No es como el viejo sentimiento de... si celebras un cuadrangular, te voy a golpear en los dientes. No. Si un chico celebra un cuadrangular para ganar el partido... quiero decir - lo siento".

Fernández no solo tenía ese estilo llamativo que Harper admiraba sino también un gozo sin límites por el juego. A medida que sus compañeros, sus rivales y los reporteros han hablado sobre Fernández en los últimos dos días, todo el mundo ha mencionado que él simplemente amaba jugar al béisbol, siempre jugaba con una sonrisa tan contagiosa, que hasta podía hacer reir a Barry Bonds en el dugout:

En Twitter, dos momentos de su temporada de novato fueron mencionados constantemente como una forma de terapia ante la tristeza. El primero fue cuando Fernández logró atrapar de forma improbable un lineazo que salió del bate de Troy Tulowitzki:

"¿Tú atrapaste eso?", fue lo que le preguntó Tulowitzki al lanzador, algo que lograron captar las cámaras. Fernández contestó con una mueca. "Sí". Por supuesto que lo hizo.

El segundo fue su reacción luego que Giancarlo Stanton conectara un cuadrangular para empatar el juego en la novena entrada en un partido que nadie recordaba, pero que ahora todo el mundo menciona por esto:

Los Marlins anunciaron que van a retirar el No. 16 de Fernández. Hubo varios reclamos en las redes sociales de que se le permita entrar al Salón de la Fama o que se cree un premio con su nombre. Pero el legado más duradero que nos puede dejar Fernández debe ser este: Mantener la diversión en el béisbol.

Esa es una idea importante que debemos entender en este año que ha sido tan polémico. Observando la ceremonia pre juego en el Marlins Park antes del partido del lunes, pude ver a Giancarlo Stanton y a Christian Yelich, un negro y un blanco, haciendo sus calentamientos prejuego juntos, ambos con ojos llorosos. Ví a compañeros de EEUU, de Cuba, de Taiwán, de Japón, de República Dominicana, de Venezuela, todos portando la camiseta con el nombre de Fernándezy el No. 16 en sus espaldas. Vi a Bonds, el hijo de un ligamayorista, un hombre con su propia gran huella en el deporte, llorando a lágrima tendida mientras un coro de escuela secundaria cantaba el himno nacional. Vi a Dee Gordon, otro hijo de un ligamayorista, llorar mientras recorría las bases luego que, de forma improbable, abriera el partido con su primer cuadrangular de la temporada. Vi a los Marlins colocar sus gorras en el montículo luego de haber vencido a los Mets.

Era un equipo vitoreando a un chico que había nacido en Cuba, que se escapó a México en un bote, que logró llegar a la Florida y se convirtió en estrella en el béisbol con una sonrisa que le hacía parecer un artista de cine. Todo eso sirvió como recordatorio de que este deporte logra unir a jugadores de todas partes del planeta. Todos traen sus propios códigos, su propio estilo de juego, su propio estilo llamativo. Pero queda en nosotros - jugadores y fanáticos - el entender nuestras diferencias, el entender que existen maneras diferentes de jugar este deporte. Que lanzar un bate algunas veces es simplemente el lance de un bate. Que podemos tener a un Mark Fidrych hablándole a la pelota, a un Rickey Henderson haciendo atrapadas con una sola mano, a un Dennis Eckersley señalando a los bateadores luego de poncharlos, a unos "Idiotas" de los Medias Rojas quebrando una maldición y un Asdrúbal Cabrera conectando un cuadrangular para dejar en el terreno al rival y lanzando su bate como si estuviera compitiendo en el lance olímpico del martillo. Todo eso es el béisbol.

Leí en alguna parte - lo siento, olvidé quién lo escribió, pero era una buena línea - que Fernández era uno de esos jugadores que saltando y gritando estaba llevando al béisbol al siglo 21. Hay algo de eso, aunque como Jeff Passan de Yahoo escribió, Fernández tenía "una capacidad de felicidad para no tomarse demasiado en serio ni él mismo ni lo que estaba haciendo."

En otras palabras: Hay que divertirse. Después de todo, esto es solo un juego.

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ORLANDO -- El cubano José Fernández falleció la madrugada del domingo en un accidente de bote, dejando a los Marlins de Miami sin su principal lanzador, a Grandes Ligas sin una de las estrellas jóvenes de mayor carisma de estos tiempos y al béisbol latinoamericano sin uno de sus mejores representantes de la actualidad y los años por venir.

Con 24 años recién cumplidos en julio y apenas cuatro en Grandes Ligas -- dos de ellos recortados por una operación "Tommy John" -- Fernández se había establecido como uno de los ases del juego. En 76 apariciones monticulares, tuvo récord de 38-17 (.667), efectividad de .258 y 589 ponches en 471.1 entradas. Promedió 11.2 ponches y 2.8 boletos por cada nueve entradas lanzadas.

Lanzando en Miami fue aún mucho mejor, con marca de 29-2 y efectividad de 1.49 en 42 aperturas. Su efectividad en casa es la más baja desde que la estadística fue hecha oficial, en 1913, entre los lanzadores que tuvieron al menos de 40 salidas. Los Marlins promediaron 1,127 fanáticos más en los juegos de Fernández que en el resto del calendario desde el 2011.

Reclutado en el sorteo colegial del 2011, Fernández fue el Novato del Año y tercero en la carrera por el Cy Young de la Liga Nacional dos años después y en esta temporada, su segunda completa después de completar la recuperación de una operación de codo que lo marginó por 14 meses, es uno de los buenos candidatos al premio de mejor lanzador de su liga nuevamente.

Fernández, quien el pasado martes lanzó ocho entradas en blanco con 12 ponches sin boletos ni carreras a los Nacionales de Washington, tenía foja de 16-8, efectividad de 2.86 y 253 ponches en 182.1 innings este año con los Marlins. Iba quinto en triunfos, segundo en ponches y noveno en efectividad del viejo circuito y había establecido marcas personales en salidas (29), triunfos, innings y ponches.

De acuerdo a Brooksbaseball.net, Fernández realizó 7,404 lanzamientos en Grandes Ligas, incluyendo la temporada de exhibición de marzo. Utilizó mayormente su recta de cuatro costuras y curva, dejando el cambio en un tercer plano. También podía lanzar la recta en sinker y un cambio súper lento.

De todas formas, su mejor arma en el montículo era una capacidad de competir que lo convertía en fiera cuando subía al montículo. También era un bateador por encima del promedio entre los lanzadores. Esta temporada bateó .250 con seis carreras impulsadas y en 136 turnos en las ligas mayores conectó 29 hits, incluyendo siete extrabases -- dos jonrones --, y empujó 14 carreras.

Fernández, un nativo de la provincia de Villa Clara, abandonó Cuba de manera ilegal en 2008, jugó en una secundaria de Tampa y fue la selección de primera ronda (pick #14) del draft del 2011. Una cosecha que también produjo a los lanzadores Gerrit Cole, Sonny Gray, Dylan Bundy, Michael Fulmer y Trevor Bauer; los puertorriqueños Francisco Lindor, Javier Báez y George Springer; Trevor Story, Joe Panik y Kolten Wong, entre otros.

Fernández se hizo ciudadano de Estados Unidos en abril del año pasado y abandona este mundo con el mejor promedio de efectividad entre todos los lanzadores cubanos que tuvieron al menos 25 salidas en las Grandes Ligas. Ahora será imposible saber exactamente como terminaría su carrera, pero por la edad y talento, Fernández tenía una proyección para, posiblemente, ser el primer lanzador de su país en el Salón de la Fama de Cooperstown.

La violenta muerte de Fernández enluta a todo el mundo del béisbol, especialmente a Miami, Cuba y toda Latinoamerica.

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Qué noticia más triste y deprimente con la que nos levantaron el domingo: José Fernández, muerto a los 24 años en un accidente en un bote.

Imaginen a Fernández, con 14 años, en un bote a 10 millas de la costa de Miami, con las luces brillantes asomándose en el horizonte. Imaginen el sentimiento - en su tercer intento de irse de Cuba - de estar tan cerca del sueño que tu familia desea.

Así que imaginen ver esas luces, pero sabiendo que todavía no pisas suelo estadounidense. Las leyes de EEUU establecen que a los desertores que llegan a la costa, se les permite quedarse. Pero si la Guardia Costera de EEUU captura el bote en el agua, los pasajeros son enviados de vuelta a Cuba. Eso fue lo que le ocurrió a Fernández. De vuelta en Cuba pasó tiempo en prisión, encerrado junto a asesinos. En su temporada de novato en 2013, él le dijo a un reportero que no quería pensar sobre la comida en la cárcel o los presos con los que compartió la celda. "Para ellos, sus vidas ya habían acabado", dijo. "¿Qué importaba si te mataban? Era solo una muerte más".

Jose Fernandez
Rob Foldy/Getty ImagesEl talento de José Fernández solo lo igualaba su entusiasmo contagioso y su energía para el juego.
La familia Fernández haría un cuarto intento. Se irían a México esta vez, un viaje más largo, pero con menos patrullaje de la policía. Fernández se mareó y estuvo desmayado por 24 horas. En un punto, su madre se cayó del bote y Fernández saltó al agua para regresarla a la embarcación. Lo habían logrado. Terminaron llegando a Estados Unidos.

Así que imagínense eso.

Su historia es una que ejemplifica el sueño americano, con una familia dispuesta a arriesgar sus vidas para llegar aquí. En la secundaria en Tampa, Florida, asistió a clases adicionales de inglés para aprender el lenguaje. Su brazo derecho se desarrolló y se convirtió en algo especial. Los Marlins de Miami lo seleccionaron en la primera ronda del sorteo de 2011 y dominó tanto la Clase A que abrió la temporada 2013 con el equipo de Grandes Ligas.

Desde su primer lanzamiento en las mayores hasta su último el pasado martes - un cambio de 91 mph a Daniel Murphy que resultó en un rodado - fue el lanzador más emocionante en el juego. La lista de los lanzadores que tienen repertorio que pueda igualarse al de Fernández es muy corta: la recta electrizante, ese slider que parece quebrarse hasta el infinito, un cambio que parece injusto. ¿A quién podríamos en esa lista? Pedro Martínez, el joven Kerry Wood, Randy Johnson, quizás Dwight Gooden en esos primeros años, quizás Nolan Ryan. Y de hace muchas eras atrás, Sandy Koufax o Bob Feller.

Supongo que uno podría cocinar alguna fórmula de "medidor de emoción" para medir esto: la tasa de ponches y el promedio de bateo permitido y la probabilidad de no permitir hits y la velocidad de la recta y todo eso. Pero ¿cómo mides el entusiasmo contagioso y la energía que Fernández traía al juego? Su repertorio recuerda a un Pedro en su mejor momento, pero además tiene elementos de Fernando Valenzuela y Mark Fidrych. No se le podían quitar los ojos de encima.

El domingo, todo el mundo hablaba de su sonrisa, cómo se mantuvo con el espíritu de un chico grande a pesar de que era uno de los mejores en el deporte. Él tenía ese raro carisma que se podía sentir incluso a través de una pantalla de TV, una personalidad en un deporte que intenta convertir a todo el mundo en un robot de profesionalismo aburrido. Esa alegría inicialmente cayó mal en algunos jugadores; él tuvo algunos roces con jugadores contrarios, quienes creían que el joven cubano era un poco arrogante. ¿Acaso ellos siquiera conocían su historia?

En mi trabajo, puedo sentarme en mi casa y observar muchos partidos de béisbol. Lo natural es enfocarse en los mejores equipos, los partidos más importantes de la noche. Pero yo siempre tenía que observar a Fernández, incluso aunque fuese solo por algunas entradas aquí y allá en un partido de poca relevancia. En su primera temporada, quizás carecía del pulimento de una estrella como Clayton Kershaw o Madison Bumgarner, pero era sorprendente. Los contrarios le conectaron apenas para .182, mientras convertía a los mejores bateadores en meros aficionados. Solo cuatro lanzadores abridores han permitido un promedio menor: Pedro, Luis Tiant, Ryan y Koufax. Logró el premio de Novato del Año y terminó tercero en la votación del Cy Young y luego pasó la temporada baja corriendo casi 600 millas semanales en bicicleta para perder peso. Su abuela logró salir de Cuba y pudo verlo lanzar.

Fue sometido a la cirugía Tommy John en su segunda temporada, y tristemente, sabemos ahora que el que te operen el codo no es una tragedia. Como se esperaba, trabajó duro y volvió a lanzar 14 meses después. Se convirtió en ciudadano de EEUU. En esta temporada, había vuelto a ser uno de los lanzadores más dominantes en las mayores, el alma y corazón de un equipo que se mantuvo en la contienda por el comodín a pesar de los problemas de lesiones de Giancarlo Stanton. Sus números finales en el 2016 leerán 16-8, efectividad de 2.86, 253 ponches en apenas 182.1 entradas. En su antepenúltima salida, ponchó a 14 Dodgers en siete entradas en blanco. Luego venció a los Bravos. Y luego venció a los Nacionales 1-0, ponchando a 12 y permitiendo apenas tres hits en ocho brillantes entradas.

Fernández le dijo a sus compañeros que se había sido el mejor partido que había lanzado en su vida.

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