Getty ImagesA Zack Greinke le faltan tres campañas de su pacto que firmó en el 2016 por 206.5 millones de dólares con Arizona.
A pesar de tener récord positivo de 82-80, los Diamondbacks de Arizona se quedaron cortos en el 2018 en su intento de asistir a la postemporada por segundo año consecutivo.

Su jardinero central A.J. Pollock y el abridor zurdo Patrick Corbin partieron a la agencia libre, mientras rumores cada vez más insistentes ubican al estelar primera base Paul Goldschmidt y en menor medida al derecho Zack Greinke, como piezas de potenciales canjes con otros equipos.

Goldschmidt entrará a la última temporada de su contrato, mientras que a Greinke le faltan tres campañas de su pacto que firmó en el 2016 por 206.5 millones de dólares.

Si yo fuera el gerente general de Arizona...

1.- Haría a Goldschmidt un Diamondbacks de por vida

No se deja ir al jugador-franquicia así como así. Goldschmidt es el mejor jugador de posición en la historia del equipo, a pesar de que hasta ahora le ha salido bastante barato.

Sin contar los 14 millones y medio que cobrará en el 2019, en ocho años con el uniforme de Arizona, Goldie ha recibido apenas poco más de 31 millones en ocho temporadas, una ganga para quien desde el 2013 ha sido presencia permanente en los Juegos de Estrellas y atesora tres Guantes de Oro y cuatro Bates de Plata.

En torno a él entonces haría cualquier movimiento para reforzar o reconstruir el equipo, pero a él le premiaría con un contrato en concordancia con su talento.

Getty ImagesA Zack Greinke le faltan tres campañas de su pacto que firmó en el 2016 por 206.5 millones de dólares con Arizona.

2.- Reforzaría los jardines

No hay muchos jardineros centrales de calidad en el mercado de agentes libres.

De hecho, el mejor de esa posición disponible es Pollock, quien rechazó la oferta calificada de 17.9 millones que le hizo el equipo. La mejor opción sería mover al venezolano David Peralta del campo izquierdo al del medio y buscaría reforzar las esquinas con hombres como el también venezolano Gerardo Parra y Nick Markakis, pues las granjas de Arizona están bastante despobladas de patrulleros y no hay ninguno al parecer listo para asumir el reto de jugar todos los días en las Mayores.

3.- Trataría de conseguir de vuelta a Jean Segura

Nick Ahmed habrá ganado el Guante de Oro en el 2018, pero su producción ofensiva es realmente mediocre, incluso para un campocorto, con apenas un promedio de embasamiento de .290 y un ponche cada cinco turnos, bastante incapaz de poner la pelota en juego.

Ahora que los Marineros de Seattle están desmantelando el equipo, yo preferiría traer de vuelta en un canje al dominicano Jean Segura, quien ya estuvo en el 2016 en Arizona, tiene 28 años y está firmado hasta el 2022, con poco más de 56 millones de dólares pendientes por cobrar.

Segura es un bateador de contacto que promedia además 31 bases robadas por temporada y sería ideal en alguno de los dos primeros turnos de la alineación, aunque tenga que soltar a Jake Chisholm, el bahamense de 20 años, defensor de la misma posición y señalado como el prospecto número tres de la organización.

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Lo único seguro hasta ahora en Grandes Ligas es que Medias Rojas de Boston y Indios de Cleveland ganaron sus divisiones en la Liga Americana y que 13 clubes ya están oficialmente eliminados de las posibilidades de alcanzar la postemporada.

Fuera de eso, hay muchos cabos sueltos entrando al penúltimo fin de semana del calendario regular de la campaña del 2018 en el béisbol mayor de Estados Unidos.

En uno de sus torneos menos competido de la historia, la Liga Americana ya tiene dos monarcas divisionales y otros tres potenciales invitados a los playoffs que arrancarán en la primera semana de octubre. Boston (104-49) y Cleveland (85-67) ganaron las divisiones Este y Central, respectivamente, por tercer año consecutivo, y Boston virtualmente garantizó terminar con el mejor récord de MLB y la ventaja de la casa para todas las series que disputen.

En el Oeste, los campeones Astros de Houston (95-57) superan por 3.5 juegos a los Atléticos de Oakland (92-61) y tienen el número mágico en dos para asegurar al menos un puesto comodín a la postemporada. Houston intenta conquistar banderines divisionales consecutivos por primera vez desde que se mudó de la Liga Nacional a la Liga Americana en el 2013. Los Astros ganaron tres años seguidos la Central del viejo circuito de 1997 a 1999.

Los Yankees de Nueva York (93-59) tienen ventaja de 1.5 juegos sobre Oakland en la batalla por el primer comodín y la ventaja de la casa para el juego de muerte súbita del miércoles 3 de octubre. En caso de que Nueva York y Oakland terminaran empatados en el primer comodín, con ambos clasificados, los Yankees serían locales en el choque de Wild Cards debido a su mejor récord intradivisional, que es el segundo criterio para desenredar empates.

Los sorprendentes Rays de Tampa Bay (85-67) y los Marineros de Seattle (84-58) han tenido buenos desempeños, pero están muy lejos (a 6.5 y 7.5 juegos de Oakland) con tan poco espacio (10 juegos) para maniobrar. En resumen: En el joven circuito es cuestión de tiempo para que Astros, Yankees y Atléticos se unan a Indios y Medias Rojas en el cuadro de postemporada.

En la Liga Nacional es todo lo contrario: Nada está decidido y nueve de 15 equipos siguen en la carrera por llegar a la tierra prometida.

Los que se encuentran en la situación más cómoda son los Bravos de Atlanta (85-68), que tienen ventaja de 6.5 juegos sobre los Filis de Filadelfia (78-74) en la División Este. Los Bravos, que tienen el número mágico en cuatro para atrapar su primer banderín divisional desde el 2013 y el segundo en 13 años, solamente necesitan ganar dos de tres a Filadelfia en el fin de semana, para coronarse.

En la División Central, Cachorros de Chicago (89-63), Cerveceros de Milwaukee (87-66) y Cardenales de San Luis (84-69) pelean el banderín al tiempo que dominan las dos plazas comodines del viejo circuito. Los Cachorros tienen el número mágico en ocho para conquistar la división, pero una cómoda ventaja de siete juegos sobre los Rockies de Colorado en el segundo Wild Card de la liga.

La misión de Milwaukee es acosar a los Cachorros y mantener la ventaja de la casa para el potencial encuentro de comodines. Cerveceros y Cardenales jugarán una serie decisiva entre ellos de lunes a miércoles de la próxima semana en e Busch Stadium, mientras que Cachorros y Cardenales cerrarán la vuelta regular con una serie de tres encuentros en el Wrigley Field.

Tras ser barridos en Dodger Stadium comenzando la semana, Colorado (82-70) se alejó a 2.5 juegos de los Dodgers de Los Angeles (85-68) en la recia batalla por el banderín de la División Oeste, en tanto que los Diamondbacks de Arizona se encuentran a seis de Los Angeles y a cinco de San Luis en el segundo comodín.

Los Dodgers, que tienen el número mágico en ocho para quedarse con su sexto banderín consecutivo, enfrentan a los Padres de San Diego en el fin de semana y luego visitarán a sus acérrimos enemigos Diamondbacks y Gigantes de San Francisco para concluir la temporada regular.

Colorado recibe a Arizona en el fin de semana y terminará la campaña jugando en Filadelfia y Washington, en tanto que los Diamondbacks cerrarán el año en San Diego.

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Entrando al antepunúltimo fin de semana de la serie regular de Grandes Ligas, los cinco puestos a playoffs de la Liga Americana lucen estar prácticamente decididos, contrario a la Liga Nacional, donde hay batallas muy cerradas en todos menos uno, creando las condiciones apropiadas para que se produzcan empates en divisiones o puestos comodines.

En la Americana: Medias Rojas de Boston (101-46) ya clasificó a postemporada y tiene el número mágico en seis para ganar su tercer título consecutivo de la División Este; Indios de Cleveland (82-64) posee la mayor ventaja de un líder divisional (15.0 juegos) y tiene el número mágico en 3 para ganar el centro, mientras que los Astros de Houston (92-54) están muy cerca de garantizar u n puesto comodín y dominan por 3.5 juegos el sector oeste.

Los Yankees de Nueva York (90-56) y Atléticos de Oakland (89-58) batallan ferozmente la ventaja de casa para el partido de comodines, pero no están en real peligro de quedarse fuera de la postemporada. Los Marineros de Seattle (80-66) están a 8.5 juegos del segundo Wild Card.

Getty ImagesIndios de Cleveland (82-64) posee la mayor ventaja de un líder divisional (15.0 juegos) y tiene el número mágico en 3 para ganar el centro.
En la Liga Nacional: Lo único que luce casi decidido es la División Este, donde los Bravos de Atlanta (82-64) dominan por 7.5 juegos a los Filis de Filadelfia (74-71). En el centro, los Cachorros de Chicago superan apena por 1.5 juegos a los Cerveceros de Milwaukee (84-63) y por 4.5 a los Cardenales de San Luis (81-66). En el oeste, los Rockies de Colorado (81-65) van 1.5 arriba de los Dodgers de Los Angeles (80-67) y 4.5 por encima de los Diamondbacks de Arizona (77-70).

Milwaukee y San Luis ocupan las plazas de comodides del viejo circuito, pero Los Angeles, Arizona y Filadelfia están a uno, cuatro y seis juegos. Para poner las cosas más sabrosas, Dodgers y Cardenales juegan una serie de fin de semana, cuyos resultados impactarán las divisiones central y oeste y los comodines.

Con las diferentes modificaciones que ha sufrido el sistema de determinar el campeón de la temporada, la pelota estadounidense se ha visto en la necesidad de hacer variaciones a las reglas de resolver embotellamiento en la tabla de lugares a lo largo de sus más de 140 años de historia.

Al principio todo era muy básico. Entre 1876 y 1900, el equipo que más victorias acumulaba durante la temporada regular era declarado campeón de la Liga Nacional y del béisbol (recordando que las ocho series que se jugaron entre los campeones de la Liga Nacional y la Asociación Americana entre 1884 y 1892 fueron considerados eventos de exhibición).

No fue hasta la creación de la Serie Mundial en 1903, por un título máximo entre los campeones de la Nacional y la nueva Liga Americana (fundada en 1901), que nació oficialmente la postemporada de Grandes Ligas.

Hasta 1968, los dos mejores clubes de cada liga iban directo al clásico de otoño. En 1969 se crearon dos divisiones en cada liga y se agregaron las Series de Campeonato para decidir los dos finalistas. En 1994 emergió la figura del Wild Card (comodín) y se creó una tercera ronda en los playoffs, las Series Divisionales, y en 2012, cuando agregaron un segundo comodín, se estableció el formato actual de cuatro instancias.

Desde entonces, los dos mejores equipos de cada liga que no ganaron sus divisiones, juegan un partido de muerte súbita para determinar el rival del conjunto con el mejor récord de liga en las Series Divisionales. La inclusión del segundo comodín también obligó a que se cambiaran algunas reglas en el sistema de definir empates de temporada regular.

EMPATES DE DOS EN DIVISIÓN O COMODINES

Un partido extra de desempate se juegan cuando dos equipos queden empatados con el mismo récord en una de las tres divisiones o el segundo puesto comodín de la liga. Estos partidos se jugarán el día posterior a la finalización de la temporada, en la casa del club que obtuvo la ventaja de local, que se determina usando una serie de criterios que citaremos más adelante.

Desde la implementación de la figura del comodín en 1994 hasta el final de la temporada del 2011, se implementó una regla diferente. Dos equipos empatados para una división no jugaron un desempate si sus récords eran mejores que todos los ganadores fuera de su división en su liga. Básicamente, si dos estaban empatados en la división y como sea estaban clasificados a los playoffs, se usaban varias consideraciones cuál era campeón divisional y cual era comodín. Punto y bolita.

Sin embargo, con la adopción de un segundo puesto de comodín y un juego entre comodines desde el 2012, el ganador de la división con el mejor récord de la liga enfrentaría una posible eliminación en el primer día de la postemporada, lo que obligó a variar las reglas.

Con las nuevas reglas de desempate, si dos equipos quedan empatados en la división, tendrán que jugar un partido extra incluso si ambos equipos ya se han clasificado para la postemporada. El equipo que pierde el juego de desempate ahora calificará para un puesto de comodín solo si su récord de temporada regular se encuentra entre los dos mejores récords de la liga que no ganaron una división. Esto quiere decir que empatar en la divisió no garantiza nada, más allá del juego de desempate.

Si ese equipo está empatado en el segundo puesto de comodín, entonces se jugará un segundo juego de desempate. Si el empate es en el primer comodín, no es necesario un juego extra, sino que ambos avanzan y la ventaja de la casa se determina con los criterios de desempate establecidos. Tampoco se necesita un juego extra para definir el mejor récord de la liga entre dos ganadores de división que terminen con la misma foja.

Para determinar cuál equipo tendrá la ventaja de la casa en un partido extra, tanto para desempatar una división y el segundo comodín y la ventaja de la casa como mejor récord de la liga son:

El equipo con ventaja en la serie particular, el equipo con el mejor récord global en juegos intradivisionales, el equipo con el mejor récord global en juegos intraligas, el equipo con el mejor récord en los últimos 81 juegos de la temporada, ignorando los partidos interligas, el equipo con el mejor récord en los últimos 82 partidos de la temporada (siempre que el juego agregado no esté entre los equipos empatados), se extiende hacia atrás hasta que se rompe el empate (los juegos de interliga se omiten e ignoran en este proceso).

JUEGOS DE DESEMPATE

En la historia de Grandes Ligas, en 14 ocasiones se ha necesitado jugar un partido (10 ocurrencias) o una miniserie (cuatro ocurrencias) para resolver empates de de serie regular. El fenómeno se repitió cuatro veces entre el 2007 y el 2013, pero no fue necesario en las cuatro temporadas anteriores.

En 1946, Dodgers y Cardenales debieron chocar en una serie al mejor de tres juegos para decidir el campeón de la Liga Nacional. San Luis ganó en dos choques y avanzó a la Serie Mundial, donde venció a los Boston Red Sox.

En 1948, Cleveland derrotó a Boston en un juego extra para definir el monarca de la Liga Americana y siguió inspirado para vencer a los Bravos de Boston en el clásico de otoño. En 1951, cuando Dodgers y Gigantes de Nueva York empataron en la cima del viejo circuito, se juegó una serie de tres encuentros, que terminó con el famoso jonrón de tres carreras del 3B Bobby Thomson al derecho Ralph Branca en la novena entrada para dejar a los Dodgers en el terreno en el Polo Grounds de Manhattan.

El campeón de la Nacional también se decidió en mini series después de la serie regular en 1959 (Dodgers venció a Milwaukee) y 1962 (Gigantes superó otra vez a Dodgers).

Boston y Nueva York quedaron empatados en la División Este de la Americana con 99-63 en 1978 y se tuvo que jugar un partido extra, que ganaron los Yankees 5-4 en el Fenway Park. Dos años después, Houston y Dodgers empataron en el oeste de la Nacional con 92-70 y en el juego de muerte súbita, los Astros superaron a los Dodgers en Dodger Stadium. En 1995, los Marineros ganaron a Anaheim en un encuentro por desempatar el oeste de la Americana.

Hubo desempates por el puesto comodín en 1998 (Cachorros sobre Gigantes), 1999 (New York Mets sobre Cincinnati Reds), 2007 (Colorado sobre San Diego Padres) y 2013 (Tampa Bay Rays ganó a Texas Rangers), en tanto que la División Central de la Americana necesitó un día extra en 2008 (Medias Blancas de Chicago derrotó a Mellizos de Minnesota) y 2009 (Minnesota doblegó a Tigres de Detroit).

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Getty ImagesLos Yankees pelean por un boleto comodín en la Liga Americana.
¡Caballeros, enciendan sus motores! Por ahí viene septiembre, último mes de la temporada regular en Grandes Ligas, con la promesa de muchas emociones en la lucha por los diez boletos disponibles a la postemporada.

Mientras algunas plazas para la fiesta de octubre parecen aseguradas por completo, hay otras donde la lucha será a brazo partido hasta el último día.

He aquí algunas de las batallas que generan más interés de cara a septiembre.

El Oeste salvaje

Mucho antes de que John Wayne y Bat Masterson impusieran su ley a tiros en las películas de Hollywood, ya el Oeste era violento y salvaje.

Este año no lo es menos y promete emociones hasta el último out del 30 de septiembre.

En la Liga Americana, los Astros perdieron momentáneamente el paso hace dos semanas y los increíbles Atléticos de Oakland se les pegaron e incluso les dieron alcance en algún momento.

Mientras los Marineros de Seattle se alejan cada vez más de la zona de clasificación, la lucha entre Astros y Atléticos, separados por 2.5 juegos, se ve reñida, aunque lamentablemente, ya no quedan partidos entre ambos.

En la Nacional, la guerra es entre tres. De momento, los Diamondbacks de Arizona comandan la división, pero los Rockies de Colorado les respiran en la nuca, a juego y medio, mientras los Dodgers están a dos.

A Arizona le faltan 13 partidos frente a estos dos rivales.

Colorado tiene pendientes 13 ante Diamondbacks y Dodgers de Los Angeles, mientras que a estos últimos les restan también 13 contra Arizona y Colorado. Para alquilar balcones.

Los comodines de la Liga Nacional

Mientras todo apunta a que los Yankees de Nueva York y los Atléticos se llevarán los comodines de la Liga Americana, el panorama luce muy complicado en el viejo circuito.

Ahora mismo, los Cardenales de San Luis son los dueños del primer wildcard, con medio juego de ventaja sobre los Cerveceros de Milwaukee.

Pero detrás de los Cerveceros, a dos juegos, se ubican los Rockies, mientras que los Dodgers están a dos y medio. Igualmente, los Filis de Filadelfia están a tres partidos, lo mismo que del segundo comodín, como del primer lugar de la división Este, que ocupan los Bravos de Atlanta.

La batalla está tan cerrada que cada día hay que chequear los resultados en busca de posibles variaciones.

Son sólo dos boletos disponibles y no hay cama pa´tanta gente, porque basta con que Arizona y Atlanta resbalen y también pasarían a ser aspirantes a los comodines.

El club de las 100 victorias

En el 2017, tres equipos terminaron el calendario regular con más de 100 victorias, en un hecho inédito desde que se establecieron las seis divisiones, tres por cada liga, en el béisbol.

Los Dodgers (104), Indios de Cleveland (102) y Astros de Houston (101) dominaron sus respectivas divisiones de principio a fin para completar este exclusivo trío, que podría repetirse en el 2018, aunque con integrantes diferentes.

Hasta los juegos del jueves 30 de agosto, los Medias Rojas de Boston sumaban 93-42 y llevan una proyección para terminar el año con 111 triunfos, lo cual superaría la mejor marca de la franquicia, que es de 105 y data de 1912, el año en que se inauguró el Fenway Park.

Sus archirrivales Yankees llevaban balance de 84-50, lo que les da una proyección de 102 éxitos. Si lo consiguen, sería la decimonovena vez que los Mulos suman triple dígito en la casilla de los éxitos.

Y los Astros, que entre el 2011 y 2013 sumaron tres campañas en fila con más de un centenar de derrotas, podrían lograr su segundo año seguido con más de 100 triunfos.

Su récord de 82-52 los proyecta para cerrar la temporada regular justamente con 100 victorias.

El club de las 100 derrotas

Ningún equipo perdió 100 juegos el año pasado, pero en el 2018, al menos dos conjuntos deben superar el centenar de fracasos: los Reales de Kansas City y los Orioles de Baltimore.

A un día del inicio del último mes del calendario regular, los Reales sumaban ya 91 perdidos, con 29 partidos por jugar.

La proyección indica que Kansas City terminaría con récord de 52-110.

Más cerca del centenar de derrotas están los Orioles, con 94, a falta de 28 encuentros. De seguir con este paso, Baltimore concluiría con 48-114.

Otros dos conjuntos podrían coquetear con los 100 fracasos: los Padres de San Diego y los Marlins de Miami.

San Diego, antes de los juegos de este jueves, ostentaba balance de 53-83 y su proyección lo llevaría a terminar justo con 62-100.

Por su parte, Miami juega para 53-81 y basta con que entre en una mala racha más profunda de la que ha tenido a lo largo de la campaña, para que sobrepase las 100 derrotas.

Ahora mismo, su pronóstico da un récord final de 64-98.

¿Más ponches que hits?

La posibilidad se vio venir desde que arrancó la temporada, cuando en el mes de abril por primera vez los bateadores se poncharon más veces que los hits conectados.

Hasta los juegos del miércoles 29 de agosto, la tendencia se había revertido ligeramente, pues los bateadores sumaban 33,970 imparables, por 33,674 abanicados.

Pero de que es posible que por primera vez en la historia haya más ponches que cohetes, lo es.

¿Más de 264 jonrones por un equipo?

Los Marineros de 1997 despacharon 264 bambinazos, récord para un equipo en una campaña.

Los Yankees sumaban 218 en 134 juegos, a un promedio de 1.6 bambinazos por encuentro.

Seis bateadores de Nueva York ya superaron la veintena de vuelacercas y con Didi Gregorius, Gary Sánchez y Aaron Judge próximos a regresar de la lista de lesionados, la marca histórica de Seattle estaría temblando.

La proyección ahora mismo es de 261, pero el béisbol no es una ciencia exacta, así que perfectamente los Mulos podrían, o bien superar el récord de Seattle, o enfriarse y quedar por debajo.

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Oct. 15 - Kirk Gibson beats Dennis Eckersley, A's (1988)
AP Photo/Rusty Kennedy¿Habrá algún otro momento más emocionante en la postemporada que el batazo de Kirk Gibson en 1988?
¿A quién ustedes le van en el torneo de la NCAA? Yo siempre selecciono a Gonzaga. Oigan, ¡el truco casi me salió el año pasado!. En honor a la Locura de Marzo, mi editor me propuso esta idea: ¿Cuál ha sido la mayor sorpresa en postemporada para los 30 equipos de Grandes Ligas?

Gran error que cometiste, Dan, porque este que está aquí va a despacharse con la cuchara grande y va a escribir mucho - pero va a valer la pena. Bono: No solo voy a seleccionar la sorpresa para cada equipo, sino que también voy a hacer un ranking de las sorpresas en orden descendente desde el No. 30 (la menos impresionante) al No. 1 (el equivalente en la postemporada del béisbol de la victoria de North Carolina State sobre Phi Slamma Jamma). ¡Qué lo disfruten!

30. Rockies de Colorado: Vencieron a los Filis en la SDLN del 2007

Los Rockies han llegado a la postemporada cuatro veces en la historia de la franquicia y han ganado dos series de playoffs, ambas en 2007, el año de la famosa corrida del 'Rocktober' a la Serie Mundial. Ellos jugaron para 13-1 en sus últimos 14 juegos, vencieron a los Padres en un juego de desempate para ganar el comodín y luego barrieron la SDLN y la SCLN, una impresionante corrida de 21-1. Realmente, la sorpresa en primer lugar fue llegar a la postemporada. El grupo de equipos de playoffs de la Liga Nacional en el 2007 fue uno de los más débiles de la historia. Los Diamondbacks tuvieron el mejor record con 90-72, pero tuvieron un diferencial de carreras negativo. Los Rockies terminaron con 90-73 y tuvieron el mejor diferencial de carreras. Los Filis ganaron 89 juegos y los Cachorros se quedaron con la Central con apenas 85 triunfos. Así que en realidad no fue tanta la sorpresa.

Momento clave/juego: Kaz Matsui conectó un grand slam con dos outs ante Kyle Lohse en la cuarta entrada del Juego 2 para darle a los Rockies ventaja de 6-3.

29. Cerveceros de Milwaukee: Vencieron a los Angelinos en la SCLA del 1982

Los Rockies han ido a postemporada cuatro veces en 25 temporadas, pero los Cerveceros tienen cuatro viajes en 49 campañas - una historia de miserias que tiende a pasarse por alto. El equipo de 1982, conocidos cariñosamente como los Harvey's Wallbangers por el manager Harvey Kuenn y su equipo de toleteros - fue la mejor edición en la historia de la franqucia. Esto califica como una sorpresa solo por el hecho de que los Angelinos ganaron los primeros dos partidos antes que los Cerveceros se llevaran los siguientes tres en casa.

Momento clave/juego: Abajo en el marcador 3-2 en la séptima entrada del Juego 5, Cecil Cooper conectó sencillo remolcador de dos carreras con dos outs ante Luis Sánchez para darle a los Cerveceros ventaja de 4-3.

28. Expos de Montreal: Vencieron a los Filis en la SDLN de 1981

Los Nacionales han perdido sus cuatro series de playoffs en su historia, así que tenemos que remontarnos al extraño año de 1981, dividido por la huelga, y la única aparición en postemporada -- y su única victoria - en los días de la franquicia en Montreal. Los Expos eran el mejor equipo, aunque los Filis eran los campeones defensores de la Serie Mundial.

Momento clave/juego: El gran Steve Rogers trabajó una blanqueada de seis hits para vencer a Steve Carlton 3-0 en el decisivo Juego 5.

27. Azulejos de Toronto: Vencieron a los Bravos en la Serie Mundial de 1992

Vamos a etiquetar la primera de las dos Series Mundiales conseguidas por los Azulejos como una sorpresa menor. Los Azulejos jugaron para 96-66, los Bravos para 98-64 (aunque con una ventaja de siete juegos en el record Pitagoreano). En una Serie Mundial que muchos pasan por alto - cuatro de los seis juegos se decidieron por una carrera - los Azulejos ganaron el partido final en 11 entradas.

Momento clave/juego: El doble de Dave Winfield con dos outs que trajo dos carreras al plato en la parte alta de la entrada 11, los Bravos anotaron una carrera antes que Mike Timlin lograra el out final cuando Otis Nixon intentó tocar para hit.

26. Rangers de Texas: Vencieron a los Yankees en la SCLA de 2010

Liderados por su JMV Josh Hamilton, los Rangers estuvieron en los playoffs por primera vez desde 1999. Jugaron para 90-72 con un diferencial de carreras de más-100 mientras que los Yankees jugaron para 95-67 y un más-166. Hamilton bateó .350 con cuatro cuadrangulares, ocho boletos y siete remolcadas mientras los Rangers ganaron la serie en seis juegos.

Momento clave/juego: Bengie Molina conectó cuadrangular de tres carreras ante A.J. Burnett en el Juego 4 para darle a los Rangers ventaja de 5-3 en la sexta entrada. Ellos siguieron su camino para llevarse la victoria 10-3 y colocar la serie 3-1 a su favor.

25. Cachorros de Chicago: Vencieron a los Cardenales en la SDLN de 2015

La Serie Mundial de 2016 pudo haber sido la que quebró la maldición de la Cabra, pero no fue una sorpresa. El año antes los Cachorros mejoraron de 73 victorias a 97 y luego vencieron a sus rivales, que habían logrado 100 victorias, en la serie divisional. Aunque los Mets los barrieron en la SCLN, el vencer a los Cardenales dejó el escenario establecido para el 2016.

Momento clave/juego: Los Cachorros conectaron seis jonrones en el Juego 3 para tomar ventaja 2-1 en la serie.

24. Angelinos de Los Angeles: Vencieron a los Yankees en la SDLA de 2002

Los Angelinos del 2002 ganaron 99 partidos, pero esto se sintió en ese momento como una sorpresa monumental. Los Yankees habían ganado cuatro banderines consecutivos de la Liga Americana, llevaban record de 56-22 en la postemporada desde 1996 y ganaron 103 juegos en el 2002. Los Angelinos, que llegaban a los playoffs por primera vez desde 1986, los barrieron en cuatro juegos, al promediar .376 en la serie.

Momento clave/juego: Los Angelinos anotaron tres carreras en la octava entrada del Juego 3 en ruta a la victoria 9-6. Tim Salmon conectó cuadrangular de dos carreras ante Steve Karsay para la victoria decisiva. Los Angelinos siguieron su ruta hasta su primer y único cetro de Serie Mundial.

23. Diamondbacks de Arizona: Vencieron a los Yankees en la Serie Mundial de 2001

Quizás los Angelinos deban agradecerle a Curt Schilling y Randy Johnson, quienes le pusieron una abolladura a la casi invencible armadura de los Yankees el año antes con su victoria en la Serie Mundial. Recuerden, los Marineros que lograron 116 victorias parecían destinados a la inmortalidad antes que los Yankees con 95 victorias los sorprendieran en la SCLA. Los Diamondbacks lograron 92 victorias, pero se apoyaron en sus dos caballos en la postemporada.

Momento clave/juego: El elevado corto de Luis González ante Mariano Rivera que coronó el ramillete de dos carreras que evitó que los Yankees ganaran su cuarta corona de Serie Mundial consecutiva, pero no olvidemos que Mark Grace fue quien inició el ramillete con un sencillo para abrir la entrada.

22. Atléticos de Oakland: Vencieron a los Dodgers en la Serie Mundial de 1974

Los Atléticos tienen nueve Series Mundiales en su historia contando las conseguidas en sus días en Filadelfia, aunque ninguna de ellas cumple con los estándares de una gran sorpresa. Esta si tuvo como protagonista un diferencial de carreras importante, ya que los Atléticos llegaron con 90 victorias mientras los Dodgers habían logrado 102. Los Atléticos lucieron muy por debajo de lo que indicaba su record Pitegoreano (97-65) y, oh, además eran los dos veces campeones defensores. Pero ganaron su tercer cetro en fila con una victoria en cinco partidos.

Momento clave/juego: Ken Holtzman conectó cuadrangular y lanzó 7T fuertes entradas para ganar el Juego 4.

21. Yankees de Nueva York: Vencieron a los Bravos en la Serie Mundial de 1996

Antes de la dinastía, estuvieron los valientes Yankees de 1996, una mezcla de estrellas jóvenes en ascenso -- Derek Jeter era novato mientras Mariano Rivera tuvo su temporada de salto al estrellato en el bullpen - y veteranos que habían visto pasar sus mejores días como Wade Boggs, Cecil Fielder y Tim Raines. Los exMets Dwight Gooden y Darryl Strawberry también formaron parte de esto, 10 años después de sus días de gloria en 1986. Esta mezcla extraña en la primera temporada de Joe Torre como manager terminó con marca de 92-70 y entonces vencieron a los Bravos, que llegaron con marca de 96-66, en la Serie Mundial.

Momento clave/juego: Mark Wohlers, te presento a Jim Leyritz.

20. Orioles de Baltimore: Vencieron a los Dodgers en la Serie Mundial de 1966

Cuando eran los St. Louis Browns, esta franquicia era la broma más grande en el béisbol. Tras su mudanza a Baltimore en 1954, eventualmente se convirtió en la franquicia por excelencia en la Liga Americana por un periodo de dos décadas, con apenas una temporada perdedora entre 1963 y 1985. Este fue el primer viaje de Baltimore a la Serie Mundial y los Orioles barrieron a los Dodgers de Sandy Koufax y Don Drysdale de forma impresionante, con blanqueadas en los tres partidos finales. Los tres abridores de Baltimore eran Dave McNally de 23 años, Wally Bunker de 21 y Jim Palmer de 20.

Momento clave/juego: Palmer venció a Koufax 6-0 en el Juego 2 mientras el jardinero central de los Dodgers Willie Davis cometía tres errores en la quinta entrada (dejó caer dos elevados en el sol e hizo un error en tiro) mientras los Orioles tomaban ventaja de 3-0 en la serie.

19. Marineros de Seattle: Vencieron a los Yankees en la SDLA de 1995

Los Yankees estaban en la postemporada por primera vez desde 1981. Los Marineros estaban en ella por primera vez en su historia, tras vencer a los Angelinos en un juego de desempate en la División Oeste. Eso significaba que su as Randy Johnson no estaría listo hasta el Juego 3. Los Marineros perdieron los primeros dos juegos en el Yankee Stadium, Johnson ganó el Juego 3, Edgar Martínez rompió un empate 6-6 en el Juego 4 con un cuadrangular ante el cerrador John Wetteland, y luego volvió a ser el héroe en el Juego 5.

Momento clave/juego: Con Johnson lanzando en relevo, los Yankees anotaron en la parte alta de la entrada 11, pero el doble de dos carreras de Martínez ante Jack McDowell trajo al plato a Ken Griffey Jr. desde la primera base para darle la victoria y dejar tendido al rival.

18. Tigres de Detroit: Vencieron a los Cachorros en la Serie Mundial de 1935

Una explosión del pasado ya que los Tigres con 93 victorias vencieron a los Cachorros con 100 victorias en seis partidos. Fue la primera victoria de Detroit en una Serie Mundial, ya que habían perdido las series de 1907, 1908, 1909 y 1934. Seis semanas después de la victoria, el veterano dueño del equipo Frank Navin sufrió un ataque cardiaco al montarse en un caballo y falleció.

Momento clave/juego: Tommy Bridges lanzó partido completo en el juego decisivo y el sencillo de Goose Goslin trajo al plato al jugador/manager Mickey Cochrane con la carrera que les dio la victoria para dejar tendido al rival.

17. Indios de Cleveland: Vencieron a los Yankees en la SDLA de 1997

Los Indios llegaron a los playoffs en cinco temporadas consecutivas en la década de los 90, pero no todos esos equipos eran considerados poderosos. Esta edición terminó con marca de 86-75 con un diferencial de carreras de más-53 (nadie más en la Central LA terminó por encima de los .500). Los Yankees jugaron para 96-66 con un diferencial de carreras de más-203. Por supuesto, cualquier equipo con Jim Thome, Manny Ramírez, David Justice y Matt Williams en su alineación es capaz de dar una sorpresa. Rayos, incluso Sandy Alomar bateó .324/.354/.545 ese año.

Momento clave/juego: Alomar empató el Juego 4 en la octava entrada con un cuadrangular ante Mariano Rivera y el hit de Omar Vizquel para ganar el partido en la novena ante Ramiro Mendoza y que evadió a Derek Jeter para traer a Marquis Grissom al plato desde la intermedia.

16. Rays de Tampa Bay: Vencieron a los Medias Rojas en la SCLA de 2008

¿Una sorpresa? Quizás no. Después de todo, los Rays ganaron la división con 97 victorias mientras que los Medias Rojas terminaron con 95 triunfos. Aun así, estos eran los Rays - conocidos como los Devil Rays antes del 2008 - y habían perdido 96 juegos en 2007. Y 101 en 2006. Fue una corrida un tanto divertida hacia la postemporada, pero no había manera que ellos pudieran vencer a los campeones defensores de la Serie Mundial. Pero lo lograron en siete juegos.

Momento clave/juego: El novato David Price, con 14 entradas de experiencia en Grandes Ligas, entró en la parte baja de la octava entrada del Juego 7 con ventaja 3-1, las bases llenas y dos outs. Abanicó a J.D. Drew y luego terminó la labor para conseguir su primer salvamento en Grandes Ligas.

15. Astros de Houston: Vencieron a los Cardenales en la SCLN de 2005

Detrás de Jeff Bagwell y Craig Biggio, los Astros tuvieron algunos equipos poderosos al final de la década de los 90 y el 2000. Pero este no fue uno de esos. Bagwell se perdió la mayor parte del año, Biggio estaba en declive y apenas ganaron 89 juegos. Los Cardenales consiguieron 100 victorias por segunda temporada seguida. Sin embargo, los Astros tenían un imponente trío de abridores -- Roger Clemens, Andy Pettitte y Roy Oswalt - quienes terminaron con efectividad por debajo de 3.00 (Clemens terminó con 1.87). Todo el mundo recuerda el batazo de Albert Pujols para ganar el Juego 5, pero Houston ganó la serie en seis juegos.

Momento clave/juego: Oswalt permitió una carrera y tres hits en siete entradas para ganar el Juego 6.

14. Piratas de Pittsburgh: Vencieron a los Yankees en la Serie Mundial de 1960

Esta parece una sorpresa mayor de la que es en realidad, en parte porque los Yankees ganaron partidos con anotaciones de 16-3, 10-0 y 12-0. Los Piratas terminaron con marca de 95-59 mientras los Yankees jugaron para 97-57 y los Piratas tuvieron el mejor diferencial de carreras. Aun así, estos eran los Yankees de Mickey Mantle y Yogi Berra y Whitey Ford y los Piratas, que fueron perdedores perennes durante gran parte de la década de los 50, habían ganado su primer banderín desde 1927. La derrota le costó a Casey Stengel su trabajo como manager de los Yankees.

Momento clave/juego: Bill Mazeroski ganó el dramático Juego 7 con un cuadrangular para dejar tendido al rival y darle a los Piratas la victoria 10-9 en lo que muchos consideran el mejor juego jamás disputado.

13. Cardenales de San Luis: Vencieron a los Filis en la SDLN de 2011

Los campeones de la Serie Mundial 2006 solo ganaron 83 juegos, así que podemos seleccionar su victoria en la SCLN ante los Mets con 97 victorias, o su triunfo en la Serie Mundial sobre los Tigres con 95 victorias, pero yo seleccioné su sorpresa sobre los Filis. Los Filis eran una de las potencias de ese momento, con 102 victorias y una de las mejores rotaciones de todos los tiempos. Los Cardenales habían logrado 90 victorias, alcanzando la postemporada en el último día de la campaña regular.

Momento clave/juego: Chris Carpenter venció a Roy Halladay 1-0 en el Juego 5 con un juego completo de apenas tres hits. Los Cardenales terminaron ganando la Serie Mundial.

12. Marlins de Florida: Vencieron a los Yankees en la Serie Mundial de 2003

Los Marlins nunca han terminado en primer lugar, y comoquiera tienen dos cetros de Serie Mundial - nunca han perdido una serie de postemporada. El béisbol es extraño e injusto, alegre y horrible. ¿Cuál fue la sorpresa más grande? ¿Los Marlins de 1997 con 92 victorias venciendo a los Bravos con 101 victoria en la SCLN o los Marlins de 2003 con 91 triunfos venciendo a los Yankees con 101 victorias en la Serie Mundial? Yo le doy la ventaja a la sorpresa en la Serie Mundial.

Momento clave/juego: Los Marlins ganaron el Juego 4 gracias al cuadrangular de Alex González para dejar tendido al rival en la entrada 12 ante Jeff Weaver -- Mariano Rivera nunca entró al partido - pero esta Serie Mundial es recordada por la blanqueada de cinco hits lanzada por Josh Beckett en el Juego 6 con tres días de descanso.

11. Filis de Filadelfia: Vencieron a los Bravos en la SCLN de 1993

Los Filis del 93 eran un grupo de locos que vivía duro y les gustaba la diversión. Por un año, fueron un equipo legítimamente grande - el 1993 fue la única temporada ganadora de la franquicia entre 1987 y 2000 - pero nadie esperaba verlos vencer a los Bravos con 104 victorias en la SCLN. Los Bravos, quizás agotados por una cruenta contienda divisional con los Gigantes, se llevaron dos de los primeros tres juegos antes que los Filis ganaron los últimos tres.

Momento clave/juego: En el Juego 5, los Filis tomaron ventaja de 3-0 detrás de Curt Schilling al llegar a la baja de la novena. Luego de un boleto y un error, entró en relevo Mitch Williams y lo próximo que supimos era que el partido se había empatado. Se puede llamar un presagio. Sin embargo, Lenny Dykstra rescató el día con un cuadrangular ante Mark Wohlers en la 10ª entrada.

10. Padres de San Diego: Vencieron a los Bravos en la SCLN de 1998

Los Padres ganaron 98 juegos, aunque con un record Pitagoreano de 93-69, y luego vencieron a los Astros con 102 victorias en la SDLN y los Bravos con 106 triunfos en la SCLN. En el camino ellos vencieron dos veces a Randy Johnson, a Tom Glavine dos veces, y una a Greg Maddux, antes de perder ante los Yankees en la Serie Mundial. Probablemente este fue el mejor de todos aquellos grandiosos equipos de los Bravos de esta era, ya que tuvieron cinco abridores con más de 16 victorias cada uno y cuatro toleteros con más de 30 cuadrangulares. Ellos superaron a sus rivales por 245 carreras. Pero entonces chocaron contra Sterling Hitchcock.

Momento clave/juego: Hitchcock venció a Maddux en el Juego 3 y entonces a Glavine en el Juego 6 (con cinco entradas en blanco).

9. Rojos de Cincinnati: Vencieron a los A's en la Serie Mundial de 1990

Eran los 'Nasty Boys' versus los 'Bash Brothers', el máximo choque de poder contra poder. Los Atléticos eran grandes favoritos, en búsqueda de su segundo título seguido tras ganar 103 partidos - 12 más que los Rojos. Pero los Rojos no dejaron espacio para nada. Y mayormente, fue todo gracias a José Rijo. Permitió una carrera en 15 1/3 entradas al ganar los Juegos 1 y 4.

Momento clave/juego: En la parte baja de la 10ª entrada del Juego 2, el poco utilizado utility Billy Bates - había tenido solo cinco apariciones en el plato con los Rojos y bateaba .088 en la temporada (3-en-34) - llegó a base con un rodado en el cuadro ante Dennis Eckersley y luego anotó la carrera de la victoria. Fue la última aparición del jugador en su corta carrera en Grandes Ligas.

8. Bravos de Boston: Vencieron a los Atléticos en la Serie Mundial de 1914

Considerando todas las veces que los Bravos de Atlanta han sido sorprendidos en la postemporada (¡ver arriba!), no es una sorpresa que usemos a los Bravos de Boston para entonces su propia sorpresa. Los milagrosos Bravos estaban en último lugar al 18 de julio - octavos entre ocho equipos - pero jugaron para 31-8 en septiembre/octubre para ganar el banderín de la LN. En la Serie Mundial, ellos barrieron a los Atléticos de Connie Mack, quienes habían ganado en 1910, 1911 y 1913. Mack, desilusionado por la derrota y encarando problemas financieros, desmanteló el equipo luego de la derrota.

Momento clave/juego: En el Juego 3, los A's tomaron ventaja con dos carreras en la 10ª. Sin embargo, los Bravos lo empataron con una carrera gracias al cuadrangular del receptor Hank Gowdy - en ese momento los jonrones eran escasos - y entonces ganaron en 12 entradas.

7. Reales de Kansas City: Vencieron a los Cardenales en la Serie Mundial de 1985

La postemporada de 2014 y 2015 fueron de alegría trascendente, pero esta fue la mayor sorpresa de todas. Este equipo tenía a George Brett en su pico y el ganador del Cy Young de 21 años Bret Saberhagen, pero era un equipo de 91 victorias y no era tan bueno como algunos de los equipos de los Reales de años atrás que habían fallado en ganar una Serie Mundial. Los Cardenales habían ganado 101 juegos.

Momento clave/juego: Los Cardenales tenían ventaja 1-0 en la baja de la novena del Juego 6, a tres outs del título. Jorge Orta conectó un rodado por la primera base, y el lanzador Todd Worrell salió a cubrir para el out. Excepto que el oficial Don Denkinger falló la jugada. Los Cardenales se autodestruyeron desde ese momento en adelante con un elevado de foul que no pudieron atrapar y un passed ball y los Reales anotaron dos veces y luego ganaron el Juego 7 detrás de la blanqueada de Saberhagen con marcador de 11-0.

6. Mellizos de Minnesota: Vencieron a los Cardenales en la Serie Mundial de 1987

Uno de los peores campeones de Serie Mundial de todos los tiempos, los Mellizos ganaron 85 partidos y fueron superados por 20 anotaciones. Si hicieron una cosa bien: Ganaron en el Metrodome. Ellos jugaron para 56-25 en casa y 29-52 como visitantes, pero gracias a las peculiaridades de un calendario preestablecido tuvieron ventaja de local tanto en la SCLA como en la Serie Mundial. Jugaron para 6-0 en casa. Larga vida al Homer Hankie. Los Cardenales habían jugado de 95-67, aunque Jack Clark, su mejor bateador (.286/.459/.597, 35 jonrones), se perdió la serie y Terry Pendleton jugó tres de los siete juegos.

Momento clave/juego: El grand slam de Kent Hrbek abrió el Juego 6 y lo envió al Juego 7, el que ganaron los Mellizos gracias a Frank Viola.

5. Gigantes de Nueva York: Vencieron a los Indios en la Serie Mundial de 1954

Los Gigantes tenían al JMV de la LN Willie Mays, al ganador de 21 juegos Johnny Antonelli y a los ases del bullpen Hoyt Wilhelm y Marv Grissom y jugaron para 97-57 - y comoquiera esta fue una gran sorpresa. Esto debido a que los Indios habían ganado 111 juegos, en ese momento un record para la Liga Americana, detrás de la estelar rotación de Early Wynn, Bob Lemon, Mike García y un todavía efectivo Bob Feller. Larry Doby lideró la LA en jonrones y remolcadas. Y entonces los Gigantes barrieron la serie.

Momento clave/juego: La famosa atrapada de Mays llegó en la octava entrada del Juego 1, conservando el empate 2-2, y los Gigantes eventualmente ganaron en 10 entradas gracias al cuadrangular de tres carreras como emergente de Dusty Rhodes para dejar tendido al rival.

4. Medias Blancas de Chicago: Vencieron a los Cachorros en la Serie Mundial de 1906

Si tu apodo es "The Hitless Wonders (Las Maravillas que No Batean)", probablemente califique como una sorpresa. De hecho, esto podría considerarse como la mayor sorpresa en la historia de la postemporada ya que los Medias Blancas jugaron para 93-58 y los Cachorros jugaron para 116-36. Si a ustedes les gusta el béisbol de 1906 y quieren poner esta en la cima de su lista, adelante. De todos modos, los Medias Blancas batearon .230 ese año, el peor de la Liga Americana. Sin embargo, los Medias Blancas usaron el método de Moneyball 95 años antes del verdadero "Moneyball", al liderar la liga en boletos y terminando terceros en carreras anotadas. Además tuvieron un cuerpo de lanzadores que permitió la menor cantidad de carreras en la liga, liderados por el experto en la bola ensalivada Ed Walsh, quien logró 10 blanqueadas ese año.

Momento clave/juego: Walsh lanzó una blanqueada de dos hits y 12 ponches en el Juego 3. Los Medias Blancas ganaron en seis juegos con Jiggs Donahue remolcando tres ante Three Finger Brown en el juego decisivo. Nunca dejen pasar la oportunidad de escribir "Jiggs Donahue."

3. Medias Rojas de Boston: Vencieron a los Yankees en la SCLA de 2004

Se puede discutir que esta califica como la mayor sorpresa de la historia, no solo por el historial entre ambas franquicias, sino por el hecho de que los Medias Rojas se convirtieron en el único equipo en la historia en recuperarse de un déficit 0-3 en una serie postemporada. En realidad, ambos equipos estaban muy parejos: los Yankees ganaron 101 partidos, los Medias Rojas 98 y en realidad los Medias Rojas tuvieron un mejor diferencial de carreras (más-180 a más-89). Así que ¡quizás ni siquiera se podría considerar una sorpresa!

Momento clave/juego: Dave Roberts se roba la segunda base y pone todo en movimiento.

2. Dodgers de Los Angeles: Vencieron a los Atléticos en la Serie Mundial de 1988

Los Dodgers tuvieron dos jugadores que conectaron más de 10 cuadrangulares y uno de ellos solo tuvo un turno al bate en la Serie Mundial (y que clase de turno). Su tercer bateador en la Serie Mundial conectó un cuadrangular en toda la temporada. Su segundo bateador promedió .223 con OBP de .288. Su antesalista tuvo OBP de .268. Su torpedero bateó .199. Los Atléticos habían ganado 104 juegos, y los Dodgers 94. Esto se trató de la heroicidad de Kirk Gibson y Orel Hershiser cargando a un equipo sobre su espalda y un recordatorio que absolutamente cualquier cosa puede ocurrir en una serie corta.

Momento clave/juego: Como dijo Vin Scully, "Y miren quien viene a batear".

1. Mets de Nueva York: Vencieron a los Orioles en la Serie Mundial de 1969

En un nivel, quizás esto sea sobrevalorado como la mayor sorpresa. Después de todo, los Mets ganaron 100 juegos. Pero por otro lado, los Orioles ganaron 109, así que había una gran diferencia en la columna de victorias. Los Mets también superaron su record Pitagoreano por ocho victorias, así que se podría argumentar que su verdadero nivel de talento no era realmente el de un equipo de 100 victorias. Puntualmente, ellos ganaron apenas 83 partidos la temporada siguiente. Lo que hace a los Milagrosos Mets el mejor milagro en la historia de la postemporada es la historia de fondo. Ellos jugaron para 73-89 en 1968, lo que era el mejor -- ¡por 12 victorias! - en la corta historia de la franquicia. Era un equipo extremadamente joven. Hasta que consiguieron vía cambio a Donn Clendenon, el titular de posición más viejo tenía 26 años. Los primeros cuatro abridores tenían 26 años o menos. Ellos salieron de la nada y vencieron a unos poderosos Orioles en cinco juegos.

Momento clave/juego: Muchos momentos locos y grandes atrapadas a lo largo de la serie, pero la joya fue la victoria de Tom Seaver 2-1 en el Juego 4 cuando lanzó las 10 entradas.

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Aficionados y Fanáticos al "Rey de los Deportes": Los Diamondbacks de Arizona del 2017 confirmaron que es clave contar en sus filas con un pelotero de calidad de JMV.

Una vez más, Paul Goldschmidt se consolidó como uno de los mejores jugadores de la actualidad y gracias a otra sólida campaña, Arizona llegó por fin a la tierra prometida, en donde no resultó suficiente la presencia de su inicialista para seguir avanzando.

Goldschmidt ha promediado 30 jonrones, arriba de 100 carreras producidas y casi 20 robos de base en sus recientes 5 temporadas, sinónimo de consistencia y de pelotero completo si además tomamos en cuenta que ha ganado el Guante de Oro en tres ocasiones durante ese período; pero sigue sin ser suficiente su presencia para que el equipo pueda avanzar cuando juegan pelota de octubre.

El año pasado, la llegada de J.D. Martínez consolidó una gran ofensiva, que tuvo excelente segunda mitad de temporada para llevarlos a la postemporada, pero para el 2018, ya todos sabemos la historia, y con J.D. en Boston, la responsabilidad regresará a Goldschmidt casi en su totalidad, pero con ayuda de elementos como A.J. Pollock, Chris Owings, David Peralta y Jake Lamb, que también tienen mucho que decir.

Paul Goldschmidt
AP Photo/Matt YorkPese a perder a J.D. Martínez en la agencia libre, Paul Goldschmidt y Arizona quieren dar en el 2018 el paso que les faltó en el 2017.
La gran diferencia el año pasado en Arizona la hizo el pitcheo. Finalmente los Diamondbacks comenzaron a tener dividendos de su gran inversión en Zack Greinke, que junto a Robbie Ray se convirtieron en un 1-2 de verdadera contundencia en el inicio de la rotación de abridores.

Con ellos dos en la loma, el equipo tuvo marca de 42-18 y de ser el conjunto con el peor pitcheo colectivo de las Grandes Ligas en el 2017 (5.09), bajaron hasta la tercera posición (3.66), situación que tratarán de consolidar en esta nueva temporada.

Uniéndose a Greinke y Ray en la rotación, Taijuan Walker y Patrick Corbin son sólidos candidatos para marcar diferencia entre solo llegar, a llegar y trascender en los playoffs.

Torey Lovullo viene a su segunda temporada como dirigente tras presentarse llevándose la designación como Manager del Año en la Liga Nacional, y su principal tarea será encontrar al suplente de Fernando Rodney como cerrador del equipo.

Candidatos como Brad Boxberger y Archie Bradley ya le demostraron que pueden tener lo que se necesita para ocupar esa posición, una de las pocas cuestiones que tienen que resolverse positivamente en Phoenix, si es que quieren no solo llegar a la postemporada, sino ahora si, avanzar a la Serie de Campeonato.

¡No hay nada mejor!

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Corey Kluber, de los Cleveland Indians, y Max Scherzer, de los Washington Nationals, se llevaron hoy los premios Cy Young de la Americana y la Nacional, respectivamente.

Y mientras el triunfo de Kluber no tenía prácticamente discusión, el de Scherzer puede ser visto como una victoria de la sabermetría sobre las estadísticas tradicionales.

Kluber complació a casi todo el mundo, desde los tradicionalistas, hasta los sabermétricos, para llevarse el segundo Cy Young de su carrera.

Corey Kluber
David Dermer/AP PhotoKluber complació a tradicionalistas y sabermétricos para llevarse el segundo Cy Young de su carrera.

El derecho de los Indios tuvo un cierre espectacular en septiembre, cuando ganó cinco juegos sin derrota y tuvo una efectividad de 0.84, para atrapar los liderazgos en ambos departamentos, con 18 y 2.25, respectivamente, aunque el de los triunfos lo compartió con su compañero de equipo Carlos Carrasco y Jason Vargas, de los Kansas City Royals.

Asimismo, tuvo el mejor WHIP (hits y bases por bolas por inning), con apenas 0.87, en tanto fue segundo en ponches propinados, con 265.

Para rematar, para aquellos amantes de la sabermetría, tuvo un WAR de 8.0, el más alto entre todos los lanzadores del joven circuito.

Entonces, ¿cómo se explica que dos votantes hayan preferido al zurdo Chris Sale, de los Boston Red Sox, con todo y su liderazgo de 308 ponches?

Kluber recibió 28 votos de primer lugar y dos de segundo, para totalizar 204 puntos, mientras Sale (126) y el dominicano Luis Severino, de los New York Yankees (73), terminaron detrás del derecho de Cleveland.

Éste es el primer lanzador de los Indios en ganar el Cy Young en más de una ocasión, pues antes lo había conseguido en el 2014.

Max Scherzer Nacionales
AP Photo/Wilfredo LeeEl derecho de los ojos de diferentes colores recibió 27 votos de primer lugar y tres de segundo, para 201 puntos.

En la Nacional, Scherzer capturó su segundo premio consecutivo y tercero de su carrera, cuando los votantes valoraron más los ponches, las entradas lanzadas, el WHIP y el WAR, que las victorias y la efectividad.

El derecho de los ojos de diferentes colores recibió 27 votos de primer lugar y tres de segundo, para 201 puntos, mientras que Clayton Kershaw, de Los Angeles Dodgers, obtuvo 126.

Stephen Strasburg, también de los Nacionales, quedó tercero, con 81.

Scherzer tuvo un WAR de 7.3 sobre los 4.6 del zurdo de los Dodgers.

Kershaw, que logró el premio en el 2011, 2013 y 2014, fue el máximo ganador, con 18, a pesar de perderse cuatro aperturas y tuvo la mejor efectividad del circuito, con 2.31, por 2.51 de Scherzer, quien abanicó a 268 rivales en 200.1 episodios.

En 175 capítulos, el zurdo de los Dodgers ponchó a 202 rivales, 66 menos que el líder Scherzer y su WHIP fue de 0.95, renglón que también dominó el de Washington, con 0.90.

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Merecidos premios para Paul Molitor y Torey Lovullo como Managers del Año de la Americana y la Nacional, respectivamente.

Debutante en la tarea, Lovullo llegó a los Diamondbacks de Arizona con la misión de enderezar a un equipo que el año anterior había terminado con nefasto récord de 69-93. Un año después, los Diamondbacks terminaron con balance ganador de 93-69 y clasificaron a la postemporada con el primero de los dos comodines del viejo circuito.

Paul Molitor
Mark J. Rebilas-USA TODAY SportsLos Mellizos de Minnesota anunciaron que su manager Paul Molitor recibirá un nuevo contrato por tres años que lo mantendrá con el equipo hasta 2020.

Fue el primer viaje de Arizona a los playoffs desde el 2011 y tras eliminar a los Rockies de Colorado en el juego de wildcards, el equipo cedió ante Dodgers de Los Ángeles en la serie divisional. Aunque Lovullo es técnicamente un manager de primer año de Grandes Ligas, tenía ya mucha experiencia en la dirección de equipos.

Comenzó su carrera como piloto en el 2002 en las Menores y tras nueve años, en el 2011 se unió al equipo de entrenadores de los Toronto Blue Jays en las Grandes Ligas.

Siguió a John Farrell de Toronto a los Medias Rojas de Boston en el 2013 y en el 2015 comandó al equipo por 48 juegos mientras el manager estaba de licencia médica.

El de Arizona obtuvo 18 votos de primer lugar, cinco de segundo y seis de tercero, para sumar 111 puntos y superar ampliamente a Dave Roberts, de los Dodgers (55) y a Bud Black, de los Rockies (43), los otros dos finalistas.

Es el tercer manager de los Diamondbacks en llevarse el galardón, después que lo consiguieran Bob Melvin (2007) y Kirk Gibson (2011).

Lo de Molitor fue extraordinario. Luego de terminar con el peor récord de todo el béisbol en el 2016 (59-103), metió a los Mellizos de Minnesota a la postemporada prácticamente con el mismo equipo.

O incluso fue más allá. A mitad de temporada, cuando parecía que a los Mellizos no les alcanzaba para llegar más allá del calendario regular, la gerencia se deshizo de su cerrador estrella, Brandon Kintzler, transferido a los Nacionales de Washington.

Torey Lovullo
AP Photo/Ross D. FranklinTorey Lovullo obtuvo 18 votos de primer lugar, cinco de segundo y seis de tercero, para sumar 111 puntos.

Molitor, miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, obtuvo 18 votos de primer lugar, seis de segundo y cuatro de tercero, para acumular 112 puntos y aventajar a Terry Francona, de los Indios de Cleveland (90) y a A.J. Hinch, de los campeones Astros de Houston (56).

Es apenas el segundo integrante de Cooperstown en ganar el premio, luego que lo hiciera en 1989 Frank Robinson al frente de los Orioles de Baltimore.

Es asimismo el tercer timonel de Minnesota en llevarse el premio, que consiguieron Tom Kelly en 1991 y Ron Gardenhire en el 2010, la última vez que el equipo había ido a los playoffs.

El incremento de 26 victorias de un año para otro, el convertir en contendiente al peor equipo de todas las Grandes Ligas del 2016, inclinó la balanza a favor del piloto de los Mellizos.

Francona y Hinch consiguieron más de 100 triunfos con sus respectivos equipos, al igual que Roberts en la Nacional.

Pero los tres tenían material suficiente para competir y llegar lejos, así que simplemente cumplieron con las expectativas que generaron sus conjuntos antes de darse la voz de playball.

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El más esperado y polémico de todos los premios que reparte la Asociación de Escritores de Béisbol de Estados Unidos (BBWAA, por sus siglas en inglés) es el de Jugador Más Valioso.

En primer lugar, porque no hay una definición clara de lo que significa ser "más valioso" y cada cual interpreta el término como mejor le parece.

¿Es más valioso el que mejores estadísticas individuales puso sobre la mesa?

¿O aquel cuya actuación fue clave en que su equipo avanzara a la postemporada?

¿Y qué culpa tiene alguien con los números más sobresalientes estar en un equipo malo, sin nadie que lo acompañe a tirar del carro?

Stanton Votto Goldschmidt JMV
AP PhotosGiancarlo Stanton de los Marlins, Joey Votto de los Rojos y Paul Goldschmidt de los Diamondbacks son los finalistas al premio de Jugador Más Valioso de la Liga Nacional.
Por lo pronto, sabemos que el JMV de la Liga Nacional está entre Giancarlo Stanton, de los Marlins de Miami, Paul Goldschmidt, de los Diamondbacks de Arizona, y el canadiense Joey Votto, de los Rojos de Cincinnati.

Judge Ramirez Altuve JMV
AP PhotosAaron Judge de los Yankees, José Ramírez de los Indios y José Altuve de los Astros son los finalistas al premio de Jugador Más Valioso de la Liga Americana en el 2017.
Y el de la Americana saldrá entre Aaron Judge, de los Yankees de Nueva York, el venezolano José Altuve, de los campeones Astros de Houston, y el dominicano José Ramírez, de los Indios de Cleveland.

Vale aclarar que lo hecho en la postemporada por Goldschmidt, Judge, Altuve y Ramírez no cuenta absolutamente para nada en la definición de los galardones, pues la votación de la BBWAA cerró antes de que comenzaran los playoffs.

Las únicas estadísticas que cuentan son las de la campaña regular y basados en eso, Stanton, Goldschmidt y Votto, por el viejo circuito, y Altuve, El Juez y Ramírez, por el joven, fueron los que más votos recibieron de los periodistas.

Dustin Bradford/Getty ImagesNolan Arenado y Charlie Blackmon fueron dejados fuera de los finalistas en la Liga Nacional.
La primera injusticia aflora ante la ausencia de Charlie Blackmon y/o Nolan Arenado, ambos de los Rockies de Colorado, piezas fundamentales en la primera visita de su equipo a la postemporada desde el 2009.

Tratemos de meternos en la cabeza de algunos colegas. Hay quienes ven como hándicap que Blackmon y Arenado jueguen la mitad de sus partidos en el Coors Field de Denver, a una milla sobre el nivel del mar, donde la pelota vuela más que en cualquier otro parque.

¿Y? Allí juegan ellos y los otros 23 compañeros de su equipo y no todos pusieron grandes guarismos. El mérito de lo que hicieron nadie puede escatimárselo sobre la base de un argumento geográfico.

Quizás, el hecho de pertenecer a un mismo equipo -- y pasa muchas veces -- haya conspirado en su contra, como si se robaran votos entre sí, pero de todos modos, el que no estén ellos y sí aparezca Votto es injusto.

Blackmon fue líder de los bateadores (.331) de la Nacional y encabezó todo el béisbol en hits (213), triples (14) y anotadas (137).

Además, despachó 37 cuadrangulares y remolcó 104 carreras.

En promedio, anotadas, hits, dobles, triples, jonrones, impulsadas y bases robadas, el jardinero central de los Rockies superó al primera base de Cincinnati, quien sólo tuvo más bases por bolas, promedio de embasamiento y WAR, esa sacrosanta estadística sabermétrica donde dos más dos no siempre es cuatro.

Señores sabermétricos que pretenden reinventar un deporte que nunca han jugado y que sólo ven a través de una computadora: búsquenme al primer fanático que diga ir al parque a ver al líder en WAR o de más alto OBP y les doy un premio.

Sólo en sus mentes pseudocientíficas, un jugador con menos average, imparables, extrabases de todo tipo, carreras anotadas y empujadas y almohadillas estafadas es mejor que uno que lo supera en cada uno de esos departamentos.

Las estadísticas del canadiense de los Rojos fueron incluso inferiores en casi todos los renglones que las de Arenado y del dominicano Marcell Ozuna, de los Marlins, quien no figura entre los finalistas tampoco.

Ozuna también logró mejores cifras que Goldschmidt en cuanto a jonrones, remolcadas y average, las tres ramas de la Triple Corona.

Giancarlo Stanton
Christian Petersen/Getty ImagesGiancarlo Stanton se convertiría en el primer jugador en la historia de la franquicia de los Marlins en ganar el premio de JMV.
Entonces, el JMV del viejo circuito lo debería ganar, ante la ausencia de Blackmon, el poderoso jardinero derecho de Miami, líder absoluto en vuelacercas (59) e impulsadas (132).

Stanton se convertiría en el primer jugador en la historia de la franquicia en ganar el premio, aunque podría recibirlo con otro uniforme, pues cada vez son más fuertes los rumores de canje que lo envuelven.

Aaron Judge
Elsa/Getty ImagesAaron Judge encabezó la LA en HR (52, récord para debutantes), anotadas (128), BB (127), y además fue segundo en la liga en impulsadas (112), en slugging (.627), en promedio de embasamiento (.422) y en OPS (1.049).
En la Americana, la extraordinaria campaña de Judge debería darle de golpe los premios de Novato del Año y Jugador Más Valioso.

¿Cómo podrían los votantes de la Asociación de Escritores de Béisbol de América ignorar a alguien que encabezó el joven circuito en jonrones (52, récord para debutantes), carreras anotadas (128) y bases por bolas (127)?

Que además, fue segundo en la liga en impulsadas (112), en slugging (.627), en promedio de embasamiento (.422) y en OPS (1.049).

Para complacer también a los amantes de las estadísticas sabermétricas, El Juez tuvo el mayor WAR (8.8) del joven circuito y sí, fue líder en ponches (208), departamento que en el 2014 encabezó Mike Trout cuando ganó el primero de sus dos JMV.

El Juez tuvo posiblemente el debut más impresionante de cualquier pelotero en la historia y merece convertirse en el tercer jugador en archivar ambos galardones de MVP y Novato del Año, algo que anteriormente consiguieron Fred Lynn, de los Medias Rojas de Boston en 1975, y el japonés Ichiro Suzuki, con los Marineros de Seattle, en el 2001.

En los últimos 40 años, sólo tres jugadores de los Yankees han ganado el premio de JMV: Thurman Munson en 1976, Don Mattingly en 1985 y Alex Rodríguez, quien lo consiguió dos veces, en el 2005 y 2007.

El joven de 25 años fue la pieza fundamental en el renacer de una franquicia en pleno proceso de reconstrucción y que pocos esperaban ver en los playoffs tan pronto como esta campaña.

Judge tiene en Altuve a su rival más directo, con un pie y una pulgada menos de estatura que el de Nueva York, pero que crece hasta el infinito cuando entra a la caja de bateo.

Ganó su tercera corona de bateo (.346) y segunda en fila, además de conseguir su cuarta campaña consecutiva con más de 200 imparables, aunque con cifras inferiores a Judge en la mayoría de los otros departamentos.

El venezolano fue el alma de los Astros, echándose sobre sus hombros el peso del equipo, sobre todo durante la ausencia por lesión del puertorriqueño Carlos Correa, mientras que Ramírez, si bien fue fundamental para la Tribu, tiene números inferiores a Judge y Altuve y está de más en esta pelea.

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Hay una leyenda urbana en el béisbol que dice: los buenos equipos los dirige cualquiera. Falso.

Dirigir es un arte, que combina, entre muchos aspectos, los conocimientos del juego, táctica, estrategia y psicología para compenetrar 25 egos diferentes en torno al objetivo de ganar.

¿Cuántos pilotos no han tenido en sus manos grandes equipos y han sido incapaces de ganar?

Leyenda urbana II: los mejores managers son aquellos que hacen buenos a los equipos malos. Cierto, ciertísimo.

Entre los finalistas al premio de Manager del Año en ambas ligas hay de todo, desde aquellos que hicieron mucho con poco, hasta los que no les alcanzó a pesar de tener suficiente material humano.

Mark J. Rebilas-USA TODAY SportsLo que consiguió Molitor con Minnesota lo hizo con prácticamente el mismo equipo que en el 2016 fue el peor de todo el béisbol y que incluso perdió figuras claves a mitad de temporada al decidir ser vendedor en la fecha límite de cambios.
En la Liga Americana, los finalistas son A.J. Hinch, manager ganador de la Serie Mundial con los Astros de Houston, Terry Francona, de los Indios de Cleveland, y el miembro del Salón de la Fama de Cooperstown Paul Molitor, de los Mellizos de Minnesota.

Francona y Hinch consiguieron más de 100 triunfos con sus respectivas novenas y de antemano se sabía que serían competidores desde principio a fin.

Los Indios se habían quedado a un triunfo de ganar el Clásico de Octubre del 2016 y como campeones defensores del joven circuito, partieron como favoritos, aunque se quedaron en el camino en la primera ronda de los playoffs.

Los Astros fueron el producto de un proceso de maduración que ya se veía venir y pintaban para ser -- como de hecho lo fueron -- la versión del 2017 de los Cachorros de Chicago de un año antes: un equipo plagado de talento joven listo para el gran salto.

Lo que nadie se imaginó es que los Mellizos llegarían a la postemporada, aunque apenas jugaran un solo partido -- el de los comodines -- y lo perdieran.

Molitor fue un mago. Lo que consiguió lo hizo con prácticamente el mismo equipo que en el 2016 fue el peor de todo el béisbol, único con más de 100 derrotas y que incluso perdió figuras claves a mitad de temporada porque parecía que no le alcanzaba la gasolina y la gerencia decidió vender y se deshizo de algunos.

Así se fue el cerrador Brandon Kintzler, luego de salvar 28 partidos y asistir a su primer Juego de Estrellas.

Pero la tropa de Molitor siguió peleando cada out, cada inning, cada encuentro y las 59-103 del 2016 las convirtieron en 85-77 en el 2017, por delante en la división central de equipos con mayor favoritismo, como los Reales de Kansas City o los Tigres de Detroit.

Si el premio de Manager del Año no se lo gana el de Minnesota, estaríamos en presencia de una gran injusticia.

En el viejo circuito, la lucha está entre el debutante Torey Lovullo, de los Diamondbacks de Arizona, el veterano Bud Black, de los Rockies de Colorado, y el ganador del premio en el 2016, Dave Roberts, de Dodgers de Los Angeles.

Seamos honestos. Roberts es una mala caricatura de cómo se dirige un juego de pelota y la mejor prueba fue la Serie Mundial, que dejó escapar con su comedia de disparates, luego de tenerla al alcance de la mano.

Olvídense de que los Dodgers tuvieron el mejor récord de todo el béisbol (104-58). Dejen a un lado las frías estadísticas y analicen las tropelías de su dirigente.

No será difícil darse cuenta de que estamos en presencia de uno de los más ineptos mentores de todas las Grandes Ligas y su presencia en el trío de finalistas es una broma de mal gusto.

Matt York/AP PhotoEl manager de los Diamondbacks Torey Lovulle es considerado uno de los mejores en el robo de señas.
La verdadera batalla debe estar entre Lovullo y Black, que al igual que Molitor, llevaron a sus equipos a la postemporada un año después de que Arizona y Colorado terminaran con récord negativo.

Luego de nueve campañas al frente de los Padres de San Diego, Black supo sacar provecho en su primer año con los Rockies de un cuerpo de serpentineros novísmo, encabezado por los debutantes venezolanos Antonio Senzatela y Germán Márquez, aunque tuvo un equipo ofensivo de lo mejor de todo el béisbol, liderado por el dúo de Charlie Blackmon y Nolan Arenado.

Más méritos tiene Lovullo, estrenándose como director en las Mayores y que fue capaz de convertir en ganador (93-69) y meter a la postemporada a un conjunto de Arizona que un año antes había terminado con balance de 69-93.

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