En 1919, los Chicago White Sox protagonizaron el mayor escándalo que haya sacudido el béisbol de las Grandes Ligas en toda su historia, cuando ocho de sus jugadores vendieron la Serie Mundial a los apostadores.

Joe "Shoeless" Jackson, Ed Cicotte, Oscar "Happy" Flesch, Claude "Lefty" Williams, Arnold "Chick" Gandil, Fred McMullin, George "Buck" Weaver y Charles Risberg se confabularon para dejarse ganar en el clásico de octubre por los Cincinnati Reds, lo que les valió, después de una larga investigación y consiguiente juicio, la suspensión de por vida, y el nefasto apodo de los "Black Sox".

Un noveno jugador que no formaba parte del complot, pero sabía de su existencia, también fue vetado para siempre.

Joe Gedeon era el segunda base de los desaparecidos St. Louis Browns y al saber de los arreglos, hizo apuestas en contra de Chicago.

Por los siguientes 100 años, los Medias Blancas llegaron solamente dos veces más a la Serie Mundial, en 1959 y 2005.

La primera la perdieron 4-2 ante Los Angeles Dodgers, que un año antes se habían mudado desde Brooklyn a California.

La segunda la ganaron por barrida sobre los Houston Astros, de la mano del manager venezolano Ozzie Guillén.

Por su parte, los Rojos jugaron desde entonces ocho veces más la Serie Mundial, con triunfos en 1940, 1975, 1976 y 1990 y derrotas en las ediciones de 1939, 1961, 1970 y 1972.

A juzgar por los movimientos realizados por sus respectivas gerencias durante el invierno, existe una probabilidad bastante alta de que Chicago y Cincinnati vuelvan a enfrentarse en la Serie Mundial, 101 años después.

Los Medias Blancas llevan siete temporadas negativas seguidas, mientras que los Rojos van por seis.

Sin embargo, sus respectivos procesos de reconstrucción han terminado y ambos conjuntos parecen listos para atacar la cima de sus divisiones.

Chicago necesitaba pitcheo abridor de calidad, para ayudar a las prometedoras figuras que componen su rotación y ahí llegaron dos experimentados brazos zurdos.

Dallas Keuchel, de 32 años, firmó un contrato de tres temporadas y 55.5 millones de dólares y opción para una cuarta campaña y 18.5 millones.

Y Gio González, de 34, pactó por cinco millones por un año, en el que puede aportar tanto en la parte trasera de la rotación, como desde el bullpen.

Keuchel y González reforzarán un staff que ya cuenta con Lucas Giolito como principal figura, además del dominicano Reinaldo López, en tanto regresan de sendas operaciones Tommy John el prometedor lanzallamas derecho Michael Kopech y el zurdo Carlos Rodón, quienes lucharán un espacio en la rotación con Dylan Cease.

Los Medias Blancas añadieron a su bullpen al colombiano Tayron Guerrero, un derecho errático, pero de gran potencial basado en su recta de más de 100 millas por hora, mientras que el quisqueyano Alex Colome tiene garantizado su papel de cerrador.

Pero antes aseguraron al líder natural del conjunto, el cubano José Abreu, con una extensión contractual de tres años y 50 millones de dólares y pescaron en el mercado a su compatriota Yasmani Grandal, el mejor receptor disponible en el mercado, eficiente tanto a la defensiva, como en el ataque.

Además, añadieron los poderosos bates de los dominicanos Nomar Mazara y Edwin Encarnación, el primero para que defienda la pradera derecha y el segundo para que cumpla mayoritariamente el rol de bateador designado.

La alineación abridora que se proyecta para Chicago en el 2020 presentaría al cubano Yoan Moncada (3B), Tim Anderson (SS), Abreu (1B), Encarnación (BD), Grandal (C), el quisqueyano Eloy Jiménez (LF), Mazara (RF), el superprospecto Luis Robert, también de Cuba, y Danny Mendick (2B).

Es tal la profundidad del equipo que dirige el mexicoamericano Rick Rentería, que la gerencia se dio el lujo de dejar en libertad al venezolano Yolmer Sánchez, a pesar de que ganó el Guante de Oro.

Sus principales rivales en la división central de la Liga Americana serán los Minnesota Twins, pues los Cleveland Indians han iniciado un proceso de desmantelamiento y ni los Detroit Tigers, ni los Kansas City Royals, están en condiciones de aspirar a mucho.

Más difícil la tienen los Rojos en la división central del viejo circuito, donde los Pittsburgh Pirates son los únicos descartables de antemano.

Pero Cincinnati, con las adiciones que ha hecho en el invierno, puede plantarle cara a los Milwaukee Brewers, los St. Louis Cardinals y los Chicago Cubs.

Su cuerpo de abridores lo encabeza el dominicano Luis Castillo, mientras que si Trevor Bauer consigue controlar su irascible temperamento, puede aportar mucho a una rotación que cuenta además con los derechos Sonny Gray y Anthony DeSclafani y el zurdo Wade Miley.

Sal Romano, Amir Garrett, Michael Lorenzen y el cubano Raisel Iglesias, como cerrador, conforman la columna vertebral del bullpen.

La ofensiva se reforzó con la llegada de Mike Moustakas, quien firmó un contrato de cuatro años y 64 millones.

Moustakas, un antesalista natural, defenderá la segunda base, pues en la esquina caliente los Rojos cuentan con el bate explosivo del venezolano Eugenio Suárez.

Asimismo, otro venezolano, Freddy Galvis, se encargará de las paradas cortas, lo que representa un plus en el ataque en comparación con el cubano José Iglesias, titular en el 2019, quien es un mago a la defensa, pero más endeble con el bate.

La alineación proyectada para Cincinnati tiene a Jesse Winkler (LF), Joey Votto (1B), Suárez (3B), Moustakas (2B), el dominicano Arístides Aquino (RF), Galvis (SS), Nick Senzel (CF) y Tucker Barnhart en la receptoría.

La gerencia aún no ha completado sus compras y podría traer de vuelta a Iglesias y a su compatriota Yasiel Puig, para reforzar el cuadro interior y los jardines.

Esto es en el papel. Primero, tanto los Medias Blancas, como los Rojos, deberán superar los obstáculos de una larga temporada regular de 162 partidos y colarse en los playoffs.

Una vez allí, cualquier cosa puede suceder. Lo único garantizado es que si estos dos equipos vuelven a verse las caras en la Serie Mundial, nadie se venderá a los apostadores como ocurrió en 1919.

En 101 años han cambiado demasiado las cosas para que algún pelotero caiga en la tentación de hace trampa para ganar más dinero.

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AP Photo/Ralph Freso
¿Por qué un equipo le da a un jugador una extensión contractual multimillonaria y al año siguiente quiere deshacerse de él?

Ese es el caso de los Colorado Rockies y su antesalista Nolan Arenado, a quienes le ampliaron en el invierno pasado un acuerdo por siete campañas y 260 millones de dólares.

Sin embargo, ahora lo han puesto en el mercado para quitarse de encima toda o gran parte de la carga financiera que ello implica.

Arenado es, sin distinción de posición, el mejor fildeador de todo el béisbol.

Desde que pisó un terreno de Grandes Ligas, las cosas que ha hecho en la esquina caliente son de otra galaxia y no por gusto acumula ya siete Guantes de Oro, uno por cada año que lleva en su carrera.

Además, suma tres Guantes de Platino, un premio creado en el 2011 para reconocer al defensor más excelso de cada liga, algo así como el mejor peleador libra por libra en el boxeo.

Ha estado presente en cinco Juegos de Estrellas y acumula cuatro Bates de Plata.

Con el madero tiene una línea ofensiva de .315 de average, .351 de OBP, slugging de .546 y OPS de .897.

En siete campañas ha despachado 227 bambinazos y remolcado 734 carreras, que le dan un promedio de 32 jonrones y 105 impulsadas anuales.

Hasta ahí, todo parece muy bien. Sin embargo, absorber semejante contrato podría ser una apuesta altamente riesgosa para el equipo que decida adquirir sus servicios.

Los Atlanta Braves andan desesperadamente en la búsqueda de un antesalista y han mostrado gran interés en el pelotero de origen cubano-puertorriqueño.

Pero por si los Braves no lo saben, hay dos Nolan Arenado, ofensivamente hablando.

En uno de ellos, el estelar, el rompecercas, influye de manera trascendental el efecto de la altura de Denver.

El otro, el que juega de visitante al nivel del mar, es un simple mortal.

Los 5,200 pies de altura donde se encuentra el Coors Field han sido un paraíso para Arenado.

Allí sus números crecen y se multiplican como la hierba mala, casi sin control.

En 515 partidos en la casa de los Rockies, su average es de .324, con OBP de .380, slugging de .615 y OPS de .995.

Cuando baja de la montaña, en 516 juegos, promedia para un común y corriente .265, su OBP es de .323, su slugging es .476 y su OPS es .799, casi 200 puntos menos.

Como anfitrión ha despachado 129 palos de vuelta completa e impulsado 446 carreras, mientras que de visitante suma 98 vuelacercas y 288 empujadas.

En casa promedia un jonrón cada 15.3 turnos al bate y una impulsada cada 4.4.

En la carretera, su frecuencia jonronera es de uno cada 20.1 veces y remolca una carrera cada 6.8.

En total de extrabases, ha bateado 294 en 1,963 turnos en Denver y 213 en 1,973 en otros parques.

A Arenado le restan por cobrar de su contrato 35 millones anuales en 2020, 2021, 2022, 2023 y 2024, más 32 en el 2025 y una opción para el 2026 por 27 millones.

Además, el pacto incluye bonos adicionales por ganar Guantes de Oro, quedar entre los cinco primeros en la votación por el Jugador Más Valioso y asistir a Juegos de las Estrellas.

Es mucho dinero y la pregunta es ¿de cuál Arenado estamos hablando?

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Derek Jeter
Jamie Squire/Getty ImagesSi la lógica se impone, el eterno capitán de los Yankees, Derek Jeter, debería ser exaltado de forma unánime a Cooperstown.
Un año después que el panameño Mariano Rivera se convirtiera en el primer exaltado al Salón de la Fama con el voto unánime de los miembros de la Asociación de Escritores de América (BBWAA), su compañero de equipo en los New York Yankees, Derek Jeter, va en camino de imitar su hazaña.

Según Ryan Thibodaux, quien lleva el conteo de las boletas en la medida en que se hacen públicas, Jeter ha sido marcado por todos los que han revelado sus votos.

Hasta ahora se han dado a conocer 48 papeletas, que representan el 11.7 por ciento de los integrantes de la BBWAA con derecho al voto para Cooperstown.

Aunque la muestra todavía es demasiado pequeña, no existe absolutamente ninguna razón para no votar por el famoso número 2 de los Yankees.

Sus 3,465 hits lo sitúan en el sexto lugar de todos los tiempos, sólo superado por Pete Rose, Ty Cobb, Hank Aaron, Stan Musial y Tris Speaker.

Es además el líder histórico en imparables dentro de la franquicia de New York, Novato del Año en 1996, con 14 participaciones en Juegos de Estrellas, cinco anillos de campeón de Serie Mundial, Jugador Más Valioso en el clásico de octubre del 2000, ganador de cinco Guantes de Oro e igual cantidad de Bates de Plata.

Fue un hombre ejemplar, dedicado por entero al deporte, sin escándalos extradeportivos tan comunes en estos tiempos, de conducta intachable que le valió ser la cara limpia del béisbol en la turbulenta era de los esteroides.

Y después de Jeter, ¿cuándo volveremos a ver otro unánime en Cooperstown? ¿Quién sería ese al que nadie se atrevería a escatimarle su voto?

No será en el 2021. De hecho, ninguno de los que aparecerán por primera vez en las boletas reúne los requisitos necesarios para la inmortalidad.

En el 2022 les tocará el turno a Alex Rodríguez y a David Ortiz.

De antemano, hay muchos integrantes de la BBWAA que han adelantado que jamás votarían por ARod, mientras que otros dudarán en hacerlo incondicionalmente por el Big Papi, pues siempre hay quien cuestione su rol fundamental de bateador designado.

En la clase del 2023 se estrenan como principales figuras el puertorriqueño Carlos Beltrán y el venezolano Francisco Rodríguez, ambos con números sobresalientes, pero sin llegar a extraordinarios, de esos que dejan al mundo con la boca abierta.

En el 2024 le corresponde su oportunidad al dominicano Adrian Beltre, quien debería entrar en su primer año de elegibilidad, aunque dudo que lo haga con todos los votos.

Si no lo consiguió Ken Griffey Jr., difícilmente lo logre Beltré.

Tendrán entonces que pasar cinco años desde Jeter para que veamos entrar, de manera unánime, indiscutible, al gran samurái de Japón, Ichiro Suzuki.

Ichiro Suzuki
Masterpress/Getty Images Después de Derek Jeter, aparentemente el japonés Ichiro Suzuki es quien tiene mayores posibilidades de entrar al Salón de la Fama de manera unánime.

A pesar de llegar a las Grandes Ligas con 27 años en el 2001, Ichiro, único pelotero que lucía su primer nombre y no su apellido en el uniforme, tuvo unas primeras diez temporadas excepcionales.

En su debut ganó la corona de bateo de la Liga Americana y fue elegido Novato del Año y Jugador Más Valioso.

Su excelencia ofensiva le permitió superar los 200 imparables en diez campañas seguidas, incluida la del 2004, donde impuso el récord de 262 cohetes, para eclipsar la marca de George Sisler, que databa de 1920.

Para que se tenga una dimensión real de su hazaña, téngase en cuenta que desde el récord de Sisler pasaron por las Grandes Ligas la mayoría de los mejores bateadores de la historia, como Babe Ruth, Ted Williams, Musial, Aaron, Joe DiMaggio, Mickey Mantle o el propio Rose. ¡Y ninguno logró lo que el japonés!

Además, en ese mismo lapso ganó siempre el Guante de Oro por su defensa exquisita en el jardín derecho.

De haber llegado más joven a la MLB, en lugar de pasar nueve campañas en el béisbol profesional japonés, quién sabe hasta dónde hubiera llevado su marca de 3,089 hits.

Desde ya, Ichiro tiene un voto. El mío. No creo que nadie me lleve la contraria.

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Foto: Getty.El cátcher boricua Martín Maldonado pudiera ser una adición necesaria y barata para los Yankees.
Después de soltar 324 millones de dólares por el lanzador derecho Gerrit Cole, los New York Yankees son los principales favoritos para ganar la Serie Mundial del 2020.

Pero si el equipo quiere sacarle todo el jugo a Cole, necesitan ponerle detrás del plato a un compañero de batería que le permita hacer sus mejores pitcheos con toda la confianza del mundo.

No es Gary Sánchez, posiblemente el peor cátcher defensivo de todas las Grandes Ligas.

Su inseguridad detrás del plato obliga a muchos lanzadores a priorizar las rectas sobre los envíos rompientes, para evitar wild pitches o passed balls, que Sánchez es incapaz de controlar.

En 306 juegos en su carrera ha cometido 47 passed balls, mientras que los serpentineros han tirado 143 wild pitches, muchos de ellos debido a su torpeza para bloquear los lanzamientos que pegan en la tierra.

Gary está ahí por su bateo y es difícil descartar a un hombre que de 343 hits que lleva en su carrera, 105 han sido cuadrangulares.

Pero New York necesita a un segundo cátcher que sea defensivamente confiable y además, sin llegar a ser un rompecercas, sea un bateador decoroso.

Ese papel lo desempeñaba hasta el 2019 Austin Romine, quien firmó como agente libre con los Detroit Tigers y ahora mismo en el roster aparece Kyle Higashioka como segundo enmascarado.

Higashioka tampoco es el indicado. Si bien tiene bastantes habilidades defensivas, es casi nulo con el madero.

No hay mucho que buscar. Ese hombre es el puertorriqueño Martín Maldonado.

En sus nueve temporadas en las Mayores, "Machete" Maldonado se ha hecho de un nombre por su defensa.

De hecho, en el 2017, cuando jugaba para Los Angeles Angels, se llevó el Guante de Oro en la Liga Americana y cortó una racha de cuatro premios seguidos que llevaba el venezolano Salvador Pérez con los Kansas City Royals.

Durante su estancia en la parte final de la pasada campaña con los Houston Astros, era el que salía a recibir en los juegos que lanzaba Cole, por pedido expreso del estelar lanzador.

Será un jugador barato, que posiblemente se consiga por menos de cuatro millones de dólares al año, a juzgar por sus salarios anteriores y que puede recibir una alta carga de trabajo, muy por encima de la de cualquier segundo cátcher.

Y eso es importante, si se tiene en cuenta que Gary, quien será el titular, tiene una marcada tendencia a lesionarse.

En los últimos tres años, desde que el dominicano se convirtió en el receptor regular, tras su explosivo debut a mediados del 2016, sus ausencias han sido recurrentes.

De 486 partidos posibles entre 2017, 2018 y 2019, Sánchez sólo ha jugado como receptor en 270, en 45 ha sido bateador designado y en dos actuó como primera base, mientras se ha perdido 169 por lesión.

Entonces los Yankees requieren los servicios de alguien que pueda hacerse cargo de los arreos con efectividad por períodos prolongados.

En esos mismos tres años en que Gary Sánchez ha estado ausente en 169 encuentros, Maldonado ha superado siempre el centenar de choques en la receptoría: 138 en el 2017, 119 en el 2018 y 105 en el 2019.

Si Cole lo pide, no habría razón por la que los Yankees no lo complazcan, de la misma manera que Greg Maddux, en sus años de esplendor con los Atlanta Braves, tenía en el venezolano Eddie Pérez a su cátcher particular.

Sería simplemente un esfuerzo adicional para poder sacarle la mayor ganancia posible a una inversión de $324 millones.

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Photo by Mitchell Leff/Getty ImagesEl poderoso agente de peloteros Scott Boras podría en un futuro tener un espacio en Cooperstown.
Marvin Miller los hizo libres. Scott Boras los convirtió en multimillonarios.

Ahora que finalmente el Comité de Veteranos hizo justicia eligiendo al Salón de la Fama de Cooperstown a Miller, el primer director ejecutivo de la Asociación de Peloteros de las Grandes Ligas (MLBPA), la pregunta que se hace un amplio segmento de la comunidad del béisbol norteamericano es: ¿cuándo veremos a un agente de jugadores entrar a Cooperstown?

De lo que nadie tiene duda es que cuando eso ocurra, si es que ocurre en algún momento, el candidato más idóneo para ser el primero de su clase es Boras, un pelotero fracasado con licenciatura en farmacia y leyes que se convirtió en uno de los personajes más poderosos de todos los tiempos en la industria del béisbol.

Miller, un economista de profesión y antiguo consejero del sindicato de trabajadores del acero, negoció, en 1968, en nombre de la MLBPA el primer Pacto Laboral Colectivo (CBA) con las ligas mayores (MLB) (que fue, además, el primero de cualquier liga deportiva), consiguió la agencia libre para sus miembros, elevó el salario promedio anual de menos de 20 mil a cientos de miles y luego a millones de dólares, convocó las primeras dos huelgas (1972 y 1981) y convirtió al gremio de los peloteros en la unión más poderosa de la nación más poderosa del mundo.

Miller, quien fue director ejecutivo de la MLBPA entre 1966 y 1982, fue electo el domingo 8 de diciembre al Salón de la Fama, siete años después que falleciera a los 95 años de edad, por el sub-comité de La Era Moderna, que evalúa las carreras de peloteros y ejecutivos cuyos mayores aportes al béisbol ocurrieron entre 1970 y 1987.

Aunque un poco tarde, el Salón de la Fama hizo justicia al incorporar a un personaje que redefinió la industria como Miller. Y si la tendencia se mantiene, en algún momento podría ocurrir lo mismo con los agentes.

"En última instancia, creo que Boras merece un lugar en Cooperstown", dijo José de Jesús Ortiz, editor supervisor de "La Vida Baseball" y antiguo presidente de la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA).

"Ahora que el legendario Marvin Miller ha sido votado, uno podría pensar que Boras eventualmente se unirá a él. Boras ha sido el mejor agente de béisbol de la historia. No se puede contar la historia del béisbol en las últimas dos décadas sin las contribuciones significativas de Boras para ayudar a algunos de los mejores jugadores del juego a capitalizar su talento al máximo", agregó Ortiz, quien tiene más de una década votando para el Salón de la Fama.

Los números hablan por si solos: En una carrera de más de tres décadas, Boras fue el primero en conseguir para sus clientes contratos de $50, $100, $200 y $300 millones de dólares. De los siete contratos más grandes de la historia que han sido otorgados a agentes libres, seis fueron negociados por Boras y su empresa.

Cuando Boras negoció el contrato récord de $252 millones de Alex Rodríguez con Texas Rangers en diciembre del 2000, duplicó el de $121 millones que había acordado un par de días antes el pitcher zurdo Mike Hampton con Colorado Rockies. En el 2007, Boras negoció para "A-Rod" otro acuerdo de $275 millones con incentivos por metas históricas que elevaban el pacto por encima de los $300 millones, con los New York Yankees.

El miércoles, Boras oficializó con los Yankees un pacto de $324 millones y nueve años por el lanzador Gerrit Cole. El año pasado vendió al jardinero Bryce Harper a los Philadelphia Phillies por $330 millones.

La lista de clientes que han sido representados por Boras incluye a José Altuve, Barry Bonds, Carlos Beltrán, Adrián Beltré, Kevin Brown, Robinson Canó, Cole, Prince Fielder, Harper, Eric Hosmer, Greg Maddux, Manny Ramírez, Anthony Rendon, A-Rod, Iván Rodríguez, Mark Teixeira, Stephen Strasburg, Jayson Werth, Barry Zito y cerca de otros 200 jugadores.

También algunos de los mejores muchachos jóvenes del presente y el futuro de las ligas mayores como Cody Bellinger, Juan Soto, Jo Adell, JJ Bleday y Sixto Sánchez.

La semana pasada, en un tramo de tres días, en medio de las Reuniones Invernales del Béisbol en San Diego, Boras acordó a Strasburg ($245 millones por siete años), Cole ($324 millones por nueve años) y Rendon ($245 millones por siete años) por $814 millones de dólares. Antes de aterrizar en San Diego había amarrado al antesalista Mike Moustakas a Cincinnati Reds por $64 millones. $878 millones en cuatro jugadores en una semana.

Más importante aún, Boras ha sido protagonista de episodios que ayudaron u obligaron a crear nuevas reglas en áreas como el reclutamiento en el sorteo colegial, arbitraje salarial, agencia libre y otros.

"Definitivamente que sí. Es un personaje con una influencia superlativa en el mundo del béisbol. Revolucionó la figura del agente, que había sido muy anónimo hasta los 80-90. Si Marvin Miller abrió las puertas con la agencia libre, Boras exprimió al máximo la oportunidad y los más beneficiados han sido sus clientes", dijo Eric Núñez, de la agencia Associated Press (AP).

El pequeño inconveniente es que el Salón de la Fama no tiene espacios formales para elegir a scouts, coaches o agentes, aunque es justo destacar que hasta la elección de Miller, tampoco lo tenía para sindicalistas. Mientras los periodistas de la BBWAA eligen a peloteros retirados recientemente, el Comité de Veteranos (dividido en tres sub-comités) se encarga de peloteros retirados por largo tiempo, managers, árbitros y ejecutivos.

En esa categororía de ejecutivo es que fueron electos cinco de los anteriores siete comisionados de la MLB, más de 20 dueños o gerentes, varios pioneros y ahora Miller.

Sin incluir a Miller y Ted Simmons, quienes entrarán formalmente en julio del 2020, junto a los que sean electos por la BBWAA este invierno, en el Salón de la Fama hay 331 personajes (233 ex peloteros de MLB, 31 ejecutivos, 35 jugadores de las Ligas Negras, 22 managers y 10 árbitros). Effa Manley, dueña de un equipo de las Ligas Negras, es la única mujer en la logia.

"De hecho, pensé en esto el otro día cuando Miller fue elegido. Miller no jugó el juego ni fue dueño de un equipo o construyó un roster como gerente general, por lo que la idea de elegir un agente no está tan lejos de la de elegir a Miller. No soy fanático de Boras, pero no se puede negar su impacto como el agente más poderoso de todos los tiempos. Creo que al menos, hay que tener una discusión al respecto", dijo David Schoenfield, de ESPN.

"Pudiera ser. Aunque algunos equipos lo miren de reojo por la manera de sacar hasta el último centavo para sus representados, Boras ha sido una figura que ha sobrepasado los confines del béisbol y es parte de la cultura popular. Su nombre es sinónimo de negocio duro, fuerte y ha sido parte de los movimientos más importantes en el juego durante décadas", dijo Jorge Ebro, editor deportivo del periódico El Nuevo Herald de Miami.

Jon Shestakofsky, vicepresidente de comunicación y educación del Salón y Museo Nacional de la Fama del Béisbol, dijo a ESPN Digital que el organismo no es exclusivo para algunos segmentos de la industria.

"La Galería de Placas del Salón Nacional de la Fama del Béisbol honra a los mejores jugadores, gerentes, ejecutivos y árbitros del béisbol de todos los tiempos, pero la huella del Salón de la Fama también incluye un museo de tres pisos dedicado a la historia del juego, desde sus pioneros hasta su impacto cultural", dijo Shestakofsky.

"Dentro de nuestra exhibición ´Whole New Ballgame´, que cuenta la historia del béisbol desde 1970 hasta hoy, la carpeta de materiales preparada por Scott Boras Corporation para apoyar el contrato de Alex Rodríuez con Texas en el 2000 se exhibe como una representación del impacto que han tenido los agentes en la transformación de las negociaciones entre jugadores y equipos", agregó.

Sin importar lo que pase en el futuro con las reglas o decisiones de los sub-comités del Comité de Veteranos del Salón de la Fama, está claro que en un escenario donde se destaquen los aportes de todos los renglones que sostienen el negocio del béisbol es imposible ignorar el rol de los representantes de peloteros.

Y cuándo los agentes finalmente sean evaluados adecuadamente, entonces tendremos que volver a preguntarnos ¿Es Boras un futuro miembro del Salón de la Fama?
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MLB, Enrique Rojas, Baseball

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Baseball, Glove
Scott Winters/Icon Sportswire
El béisbol no se detiene. El calendario de la pelota internacional está repartido por los 12 meses del año y no para ni aún durante las celebraciones de las fiestas navideñas. Estas son las fechas más importantes que tendrá la pelota desde hoy hasta la mitad del 2020, un año en el que regresará a los Juegos Olímpicos.

21 de diciembre- 30 de enero (Playoffs en el Caribe): Entre el próximo fin de semana y a lo largo de enero, todos los torneos del béisbol invernal latinoamericano realizarán sus playoffs para clasificar un campeón a la Serie del Caribe, programada siempre para celebrarse en la primera semana de febrero.

Mientras en la Serie Nacional cubana, la Liga Mexicana del Pacífico, la Liga Roberto Clemente de Puerto Rico, la Liga Venezolana de Béisbol Profesional y el Béisbol Profesional de Panamá dejan los playoffs para enero, en la liga dominicana inician su largo round robin semifinal antes de la Nochebuena del 24 de diciembre.

10 de enero (Cifras de arbitraje salarial): Esta es la fecha en que los jugadores elegibles para el arbitraje salarial y sus equipos presentan las cifras que consideran más justas como pago para la próxima temporada de las Grandes Ligas.

Un pelotero es elegible al arbitraje cuando tiene al menos tres años de servicio y no ha firmado contrato para la temporada. Cada año, un 17% de los peloteros más cerca de los tres años de servicio también son elegibles. Esos son los llamados "Super Two" (dos años de servicio, pero bastante cerca de alcanzar los tres años de servicio).

Jugadores y equipos pueden ponerse de acuerdo en cualquier momento y evitar la audiencia del arbitraje salarial. De hecho, lo más común es ponerse de acuerdo y pocos casos llegan a la corte.

Entre los jugadores más notables elegibles al arbitraje salarial este año se encuentran los puertorriqueños José Berríos, Carlos Correa, Javier Báez y Francisco Lindor; los dominicanos Gary Sanchez y Jonathan Villar; los mexicanos Julio Urías y Roberto Osuna y los norteamericanos Mookie Betts, Cody Bellinger, Kris Bryant y Trevor Bauer, entre muchos otros.

21 de enero (Resultados votación Cooperstown): El martes 21 de enero, la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA) anunciará los resultados de la votación para elegir a los nuevos miembros del Salón de la Fama de Cooperstown, cuya ceremonia está programada para el domingo 26 de julio. El antiguo torpedero de los New York Yankees, Derek Jeter, busca igualar a su excompañero Mariano Rivera como un electo unánime, mientras que para Larry Walker es su última oportunidad en la boleta y para Barry Bonds, Roger Clemens, Curt Schilling y Sammy Sosa el octavo y antepenúltimo tiro.

El consenso mayoritario entre los escritores es que Jeter y Walker tienen las mayores probabilidades de ser electos en esta ocasión.

1º al 7 de febrero (Serie del Caribe 2020): Por segundo año consecutivo, la Serie del Caribe enfrentará a los campeones de seis países y/o territorios, la mayor cantidad de participantes en la historia de ocho décadas del evento.

Los representantes de Cuba, México, Venezuela, República Dominicana, Panamá y Puerto Rico competirán en el estadio Hiram Bithorn de San Juan, la capital puertorriqueña por el título que ganaron los Toros de Herrera de Panamá en el estadio Rod Carew de Ciudad Panamá en febrero pasado.

La novedad de esta edición es que por primera vez desde su creación en 1949, la Serie del Caribe tendrá un masivo calendario con tres partidos cada día durante la ronda regular, comenzando el primero a las 10 de la mañana y el tercero a las 8 de la noche, lo que supone un enorme desafío para los organizadores, atletas y técnicos, así como para los medios que cubrirán el torneo.

3 al 21 de febrero (Audiencias de arbitraje salarial): Los pocos casos de jugadores con el tiempo de servicio requerido que aún no tengan un contrato para el 2020, acudirán a un panel compuesto por tres jueces que determinarán cuál de las cifras sometidas anteriormente (la del pelotero o la de su equipo) es la más justa como salario del año.

En esas audiencias, los abogados de jugadores y clubes suelen sacar las partes más negativas de los rivales para tratar de incidir en la decisión de los árbitros.

Sin embargo, la información que ambos pueden usar en la audiencia se rige por el Artículo VI, Sección E, Parte 10 (a) y (b) del pacto laboral colectivo y se limita exclusivamente a la contribución del jugador al equipo, el rendimiento en el campo y otras cualidades como el liderazgo y el atractivo que genera el pelotero entre los fanáticos, el salario del año anterior y los salarios comparativos de otros jugadores con igual tiempo de servicio.

Por lo tanto, aunque se dicen muchas cosas negativas, hay reglas sobre lo que se puede usar en las audiencias de arbitraje salarial.

10 de febrero (Arrancan entrenamientos primaverales): Los San Diego Padres abrirán las puertas de su complejo de entrenamientos en Peoria, Arizona, el lunes 10 de febrero, en lo que será el primer llamado para toda la industria.

Para el 14 de febrero, Día de San Valentín, ya estarán trabajando la mayoría de los 30 clubes y el 21 de febrero están programados los primeros cuatro partidos de exhibición en Arizona y Florida. El sábado 22 será la primera jornada masiva, con 15 partidos en las ligas del Cactus (7) y de La Toronja (8).

22 al 26 de marzo (Clasificatorio de América a Juegos Olímpicos): Canadá, Colombia, Cuba, Estados Unidos, Nicaragua, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela serán divididos en dos grupos para batallar por un puesto del continente americano al torneo de béisbol de los Juegos Olímpicos de Tokio.

La selección que resulte airosa de esta contienda en Arizona, se unirá a México, que logró su clasificación en el torneo Premier 12.

26 de marzo (Día Inaugural de MLB): La temporada de Grandes Ligas del 2020 arrancará el jueves 26 de marzo con 15 juegos, incluyendo el choque de los eternos rivales San Francisco Giants y Los Angeles Dodgers en Chavez Ravine. Será la fecha más temprana de la historia para el primer "playball" del año.

El calendario del 2020 incluye el segundo viaje a Londres, Inglaterra (St. Louis Cardinals vs. Chicago Cubs 13-14 junio), un retorno a San Juan, Puerto Rico (Miami Marlins vs. New York Mets 28-30 abril), un emotivo choque en Dyersville, Iowa, en el lugar de la película "Field of Dreams" (Chicago White Sox vs. New York Yankees 13 agosto), la cuarta edición del Clásico de Pequeñas Ligas en Williamsport, Pennsylvania (Boston Red Sox vs Baltimore Orioles 23 agosto) y el debut de partidos oficiales de MLB en Ciudad México (Arizona Diamondbacks vs. San Diego Padres 18-19 de abril).

1 al 5 de abril (Último clasificatorio a Juegos Olímpicos): El repechaje que repartirá el último boleto olímpico será celebrado en Taichung, Taiwán, con la participación de Australia, China, Taiwán, Holanda y el segundo y tercer lugar de la eliminatoria de América.

14 de julio (Juego de Estrellas de MLB): La edición #91 del Juego de Estrellas de las Grandes Ligas entre los equipos de Liga Americana y Liga Nacional será realizado en el Dodger Stadium de Los Angeles el martes 14 de julio. Será el segundo para los Dodgers y primero desde 1980.

Dodger Stadium, inaugurado en 1962 (actualmente el tercero más antiguo de la MLB), será sometido a una renovación valorada en $100 millones de dólares para montar el clásico de mitad de temporada.

29 de julio al 8 de agosto (Torneo de béisbol de Juegos Olímpicos): Tras una ausencia de 12 años, el béisbol regresará a los Juegos Olímpicos con un torneo corto entre seis países, del 29 de julio al 8 de agosto en el Yokohama Stadium, la casa de los Yokohama DeNA BayStars de la Liga Central de Japón. En el campeonato competirán Japón (sede), Corea del Sur, Israel, México, el ganador del clasificatorio de América en marzo y el ganador del repechaje en Taiwán de abril. La pelota no tiene un puesto garantizado en los Juegos Olímpicos de Paris 2024.
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Yasiel Puig
Jesse Johnson/USA TODAY Sports
Cuando el cubano Yasiel Puig debutó con la fuerza de un huracán de categoría 5 en el 2013, se suponía que a estas alturas de su carrera, cuando llegara a la agencia libre, estaría negociando un contrato multianual de más de $200 millones.

Pero el camino se torció y su futuro luce incierto para una de las figuras más polémicas y polarizantes de todo el béisbol en la actualidad.

Con él no hay términos medios: o se le adora o se le odia, pero nadie queda impasible ante el 'Caballo Loco'.

Su talento es tan innegable, como incalculable. Su potencial parece ilimitado, pero...

Él mismo se ha encargado de ponerle límites y no explotarlo a toda su capacidad, con sus extravagancias histriónicas que lo desenfocan en ocasiones, pero al mismo tiempo, lo hacen divertido para el público.

Los Miami Marlins están buscando un bate de poder para sus jardines.

El venezolano Avisail García ya salió del mercado, al firmar con los Milwaukee Brewers, mientras que Nicholas Castellanos está fuera del alcance presupuestario del equipo.

Lo que queda disponible se reduce a tres nombres: Kole Calhoun, Corey Dickerson y Puig.

Calhoun es el más viejo de todos, con 32 años cumplidos, aunque viene de su mejor temporada ofensiva, en la que despachó 33 vuelacercas y remolcó 77 carreras.

Está buscando un pacto que le garantice al menos dos o tres temporadas de trabajo, algo que Miami no parece dispuesto a conceder a un jugador de su edad.

Dickerson tiene 30 y en los últimos años ha tenido marcada tendencia a las lesiones.

En el 2019, que compartió entre los Pittsburgh Pirates y los Philadelphia Phillies, apenas jugó 78 partidos, menos de la mitad del calendario.

Y está Puig, que acaba de cumplir 29 y sería -a no dudarlo- un gancho de atracción para el apático público de Miami.

¿No se la pasan los fanáticos pidiendo todo el tiempo en las redes sociales que el equipo contrate más peloteros cubanos, por lo mayoritario del público en la Capital del Sol?

Pues el Caballo Loco parece ser la figura ideal para convocar una mayor asistencia al siempre vacío Marlins Park.

A pesar de que nunca ha llegado a los números que de él se esperan, los Marlins no tienen ahora mismo en sus filas un mejor bateador que Puig.

Una cosa son los prospectos y otra la realidad. Brian Anderson y Garret Cooper, por ejemplo, podrían llegar a ser, pero todavía no son.

No deja de ser una apuesta arriesgada. Miami tiene demasiadas tentaciones y Puig es una bomba de tiempo.

Está también el tema de su relación con Don Mattingly, quien fue su mánager en sus primeros años en Los Angeles Dodgers y con quien las cosas no terminaron bien.

Pero las circunstancias han cambiado y reunir a Puig con Mattingly sería una buena prueba para ver cuánto ha madurado uno y el profesionalismo del otro.

Al cubano hoy le tocaría un pacto por un año, en el que debe demostrar toda su capacidad de una buena vez y entonces buscar un nuevo acuerdo después del 2020 por dos o tres temporadas.

Si Mike Moustakas, con mejores números en su carrera y una conducta intachable, tuvo que hacerlo por las circunstancias que dicta el mercado, ¿por qué no lo haría Puig?

Pero para eso debería estar dedicado día y noche al gimnasio, a los entrenamientos, en busca de la mejor forma posible, para dejarle saber al mundo del béisbol que está listo para dar ese salto que llevamos esperando tanto tiempo.

¿Y dónde está? De vacaciones por Japón, en una exhibición de lucha sumo.

Ese es Puig siendo Puig. Yo pagaría por verlo todos los días en el Marlins Park. Sacaría al equipo del marasmo de aburrimiento en que lleva sumido desde hace años.

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Estadio de beisbol de ligas menores (MLB)
AP Photo/Tony Dejak

"La mejor victoria es vencer sin combatir": El arte de la Guerra, de Sun Tzu.

Justo cuando pensábamos que el único frente abierto que tenía la oficina del comisionado de Grandes Ligas (MLB) era con la Asociación de Peloteros de las ligas mayores (MLBPA) estalla un conflicto con la National Association of Professional Baseball Leagues, la organización que agrupa a las ligas menores (MILB), que podría cambiar por completo el entramado de desarrollo que ha tenido la industria por alrededor de 120 años.

Contra las recomendaciones, el comisionado Rob Manfred y la MLB, que ya han tenido un par de escaramuzas con el sindicato de jugadores en los últimos dos años, en preparación para las discusiones del convenio colectivo que debería renovarse en diciembre del 2021, han mostrado no tener ningún inconveniente en pelear en dos frentes, con dos rivales, al mismo tiempo.

La disputa entre MLB y MILB comenzó en octubre, cuando se reportó que Manfred estaba proponiendo un radical plan de dolorosa reingeniería al sistema de las ligas menores, que incluía la eliminación de 42 de 160 clubes y un escalón completo del proceso de desarrollo de talento.

La propuesta de MLB, que también reclama por mejoras en las instalaciones y un aporte económico para ayudar a aumentar los salarios de los peloteros de ligas menores, forma parte de las negociaciones para el nuevo Acuerdo del Béisbol Profesional (PBA), que entraría en vigencia después de la temporada del 2020. Las partes actualizan el PBA cada 10 años.

Por supuesto, muchas voces importantes del país, incluyendo al candidato presidencial Bernie Sanders, reaccionaron en contra de las Grandes Ligas y a favor de las ligas menores y las pequeñas comunidades que serían afectadas por consecuencia de una contracción tan violenta.

El hecho de que los lideres de las ligas menores llevaran las negociaciones al escenario de la opinión pública enfureció a Manfred, quien no se guardó nada cuando le preguntaron del tema en las reuniones invernales del béisbol la semana pasada en San Diego.

"Creo que han dañado la relación con MLB, y espero que podamos superar ese daño en la sala de negociaciones y llegar a un nuevo acuerdo", dijo el comisionado. "Ya sabes, cuando las personas atacan públicamente a un socio de mucho tiempo después de haberse comprometido con la confidencialidad en el proceso de negociación, por lo general, las personas no se sienten tan bien al respecto", agregó.

Manfred también resaltó que la MLB está preocupada por mantener el béisbol en comunidades que no tienen franquicias de grandes ligas y recordó que su oficina invierte cientos de millones de dólares para subsidiar las operaciones de las ligas menores.

En el modelo actual de negocios, los clubes de MLB pagan los salarios de los peloteros y los entrenadores, y los promotores de los equipos de ligas menores se encargan de las operaciones diarias y el mantenimiento de los estadios.

Las ligas menores no guardaron silencio, sino todo lo contrario. En un extenso documento enviado a la prensa en el fin de semana, Pat O'Conner, presidente la National Association, refutó la mayoría de las declaraciones de Manfred. En su documento, MILB habló del estado de sus estadios y camerinos, condiciones de los peloteros, calendarios de viaje, calidad de sus hoteles y, más importante, de ser "una industria subsidiada".

"La postura de MLB de que están subsidiando a los equipos de MiLB es muy inexacta", subrayó O´Conner.

"Los equipos de MLB pagan por jugadores, entrenadores y personal en MiLB junto con ciertos gastos relacionados con jugadores y personal de MiLB. Los equipos de MLB son dueños de los contratos de estos jugadores, asignan dónde deben jugar y se dan cuenta del valor de esos futuros jugadores de MLB, ya sea directamente o como activos con valor en un intercambio con otra organización de MLB", agregó.

"Irónicamente, hace casi 30 años, MLB exigió en una negociación del acuerdo que MiLB rompiera su relación empleador / empleado con todos los jugadores y tomó el control unilateral de los contratos, beneficios, derechos y asignaciones de los jugadores, eliminando efectivamente a MiLB del negocio de los jugadores", dijo O´Conner, quien tiene 24 años en la directiva de MILB y ha sido su presidente desde el 2007.

No bien habíamos terminado de leer el documento de O´Conner, cuando Manfred respondió con las palabras más incendiarias que se han escuchado desde que el conflicto se hizo público.

"No creemos que sea productivo enfrascarnos en un debate público con la Asociación Nacional sobre un próximo acuerdo. Sugerimos hace varias semanas que las partes acordaran llevar a cabo sus negociaciones en privado para minimizar la acritud pública, pero nos dijeron que los propietarios de las ligas menores no tenían interés en cambiar un sistema fuertemente subsidiado que es muy beneficioso para ellos", dijo Manfred, antes de soltar la bomba sobre el enemigo.

"Si la Asociación Nacional tiene interés en un acuerdo con MLB, debe abordar los problemas importantes con el sistema actual en la mesa de negociaciones. De lo contrario, los clubes de MLB serán libres de afiliarse con cualquier equipo de ligas menores o equipo potencial en los Estados Unidos, incluidos los equipos de liga independiente y las ciudades que no tienen permitido tener una filial según el acuerdo actual", agregó.

Básicamente, el comisionado le dijo a las ligas menores que la MLB estaba en disposición de dejar vencer el actual acuerdo en septiembre del próximo año y crear su propio sistema de ligas menores.

Al final, es poco probable que eso ocurra, por la extraordinaria logística que conllevaría crear desde cero un sistema con más de 100 equipos en varias categorías y hasta por las implicaciones legales que acarrearía disolver el matrimonio MLB-MILB, pero a grandes rasgos, ese es el estado actual de las negociaciones entre dos instituciones que han trabajado juntas por más de un siglo.

Y eso es solo el preámbulo de la verdadera guerra que tiene pendiente Manfred, con Tony Clark y la unión de peloteros en exactamente dos años.

"Ganará quien sabe cuándo luchar y cuándo no luchar": El arte de la Guerra, de Sun Tzu.
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Getty Images/Bob Levey
Las Reuniones Invernales del béisbol del 2019 en el The Hilton Bayfront de San Diego fueron exactamente lo que se esperaría del último gran evento del año en el largo calendario de las Grandes Ligas.

La pelota estadounidense ha realizado Reuniones Invernales desde hace más de 140 años y aunque hay un guión con eventos fijos, son las firmas de agentes libres e intercambios de jugadores los elementos que realmente ponen sazón a cada edición.

Sin más preámbulo, esta es mi lista de los grandes ganadores de esta ocasión.

1- Reuniones Invernales: Nadie ganó más en San Diego que las propias Reuniones Invernales, que recuperaron el brillo de antaño al vender en un tramo de tres días a los cuatro principales agentes libres que tenía el mercado (Gerrit Cole, Anthony Rendón, Stephen Strasburg y Zack Wheeler).

Antes de que los ejecutivos de la oficina del comisionado (MLB), la Asociación de Peloteros (MLBPA), los 30 equipos de las ligas mayores y representantes de jugadores hubieran completado el "check in" en el Hilton Bayfront, el comité de veteranos del Salón de la Fama de Cooperstown anunció el domingo que había electo al ex receptor Ted Simmons y al fenecido Marvin Miller, el primer director ejecutivo de la MLBPA, para la ceremonia del 2020.

Pocos ejecutivos que no habían sido electos merecían más que Miller una placa en el Salón de la Fama.

El lunes, los Philadephia Phillies hicieron oficial la firma del derecho Wheeler por cuatro años y $118 millones de dólares. Las partes se habían puesto de acuerdo el miércoles de la semana anterior.

Más tarde en la jornada, los Washington Nationals acordaron pagar $245 millones por siete años, un nuevo récord para pitchers, al derecho Strasburg, el Jugador Más Valioso de la pasada Serie Mundial.

El martes, Cole acordó con los New York Yankees por nueve años y $324 millones, quebrando la marca de Strasburg y estableciendo el récord de valor promedio anual ($36 millones) para un contrato a largo plazo. El miércoles, Rendón pactó con Los Angeles Angels por siete años y $245 millones.

En total, incluyendo algunos contratos menores, en los cuatro días de las Reuniones Invernales se otorgaron acuerdos con un valor global de más de mil millones de dólares, dinamizando la economía de las Grandes Ligas y cambiando radicamente lo que ocurrió los dos inviernos anteriores, cuando los mejores peloteros pasaron las navidades sin conocer su futuro.

2- Scott Boras: ¿Qué tienen en común Cole, Strasburg, Rendon y Mike Moustakas, quien firmó por $64 millones por cuatro años con Cincinnati Reds antes del inicio de las Reuniones Invernales)? Todos son clientes de Boras, el representante de jugadores más importante de la industria y, seguro, de la historia de las Grandes Ligas.

Esos cuatro jugadores firmaron contratos por un valor global de $878 millones de dólares. Boras, quien generalmente recibe por lo menos el 5% de comisión (el máximo que permiten las regulaciones de MLB es un 7%) todavía tiene en el mercado al jardinero Nicholas Castellanos y los lanzadores Dallas Keuchel y Hyun-Jin Ryu, entre otros.

Como sea que se saquen las cuentas, Boras terminará el otoño-invierno con comisiones garantizadas por encima de los $50 millones de dólares, sin lanzar una pelota o hacer un swing.

3- Yankees: Los Yankees tienen una de las mejores nóminas del planeta, pero para ser el mejor club de pelota necesitaban un genuino caballo monticular y fueron, nada más y nada menos, que por el mejor de este momento, firmando a Cole con el mayor contrato de la historia para un pitcher.

La rotación abridora de los Yankees para el 2020 estaría integrada por Cole, Luis Severino, James Paxton, Masahiro Tanaka y un quinto elemento entre Domingo Germán, Jordan Montgomery, J.A. Happ y Jonathan Loaisiga. ¡Sencillamente espectactacular!

4- Los jugadores: Como grandes ganadores de las Reuniones Invernales del 2019 también hay que declarar a los peloteros. No solamente Zack Wheeler, Cole, Strasburg y Rendon, sino también otros que firmaron contratos menores en los últimos cuatro días e incluso los que habían pactado antes, como Moustakas, Yasmani Grandal y José Abreu.

Por alguna razón, el mercado de agentes libres de este año se ha comportado como uno quisiera que fuera cada invierno, pero extremadamente diferente a lo acontecido en los dos años anteriores, cuando los mejores jugadores tuvieron que esperar hasta después de año nuevo para firmar sus nuevos contratos y, en el peor de los casos, hacerlo en medio de la siguiente temporada.

Esa postura de los dueños había producido malestar entre los jugadores al punto de darse como un hecho un paro laboral cuando concluya el actual pacto colectivo, en diciembre del 2021. No es que el frenesís de la actual agencia libre resuelva todas las diferencias que pudieran tener MLB y MLBPA, pero pueden anotar a los peloteros entre grandes ganadores de San Diego.

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Por segundo año consecutivo ha vuelto la danza de los millones a las Grandes Ligas.

Si en el invierno pasado, entre Mike Trout, Bryce Harper y Manny Machado se comprometieron 1,058 millones de dólares, esta vez entre siete peloteros ya se han invertido 1,154 millones.

A diferencia del año pasado, en esta ocasión el mercado se ha movido bastante rápido, sin esa angustiante espera con la que Harper y Machado tuvieron paralizados muchos negocios que dependían de sus respectivas firmas.

Gerrit Cole ($324 millones), Stephen Strasburg (245), Anthony Rendón (245), Zack Wheeler (118), Madison Bumgarner (85), Yasmani Grandal (73) y Mike Moustakas (64), son los peces gordos que se han llevado los mayores contratos.

Demasiado dinero, dirán algunos. Y sí, son muchos dólares que a los fanáticos les preocupan -con o sin razón- por lo que puedan significar en los precios que deberán pagar en los estadios.

Eso es lo de menos. La cuestión es que mientras algunos de estos contratos son altamente riesgosos, no sólo por las cifras involucradas, sino por la extensión en tiempo, algunos de ellos pueden ser redituables en títulos para las franquicias, mientras que otros son, a primera vista, dinero botado por nada.

Cole tendrá 38 años cuando termine su pacto de nueve campañas con los New York Yankees y lo más probable es que para ese entonces su efectividad esté al nivel de un simple mortal.

Los Yankees lo saben, pero si en ese lapso el mejor serpentinero del 2019 es capaz de darle a la franquicia al menos dos títulos de Serie Mundial, ya la inversión estará pagada.

Strasburg es un caso similar. Los Washington Nationals estaban obligados a hacer una gran inversión en uno de sus jugadores emblemáticos para tratar de defender con éxito -o al menos con decoro- su corona.

Esto le permitirá a Washington mantener su rotación junto a Max Scherzer, Patrick Corbin y el venezolano Aníbal Sánchez, aunque es imperativo para la gerencia seguir hurgando en el mercado para reforzar la ofensiva que perdió a Rendón, uno de sus pilares fundamentales.

Lo mismo pasa con Wheeler. Los Philadelphia Phillies siguen metiéndole dinero a la plantilla y hasta ahora han fracasado estrepitosamente.

Esos 118 millones no guardan proporción con los números mostrados hasta ahora por el lanzador a lo largo de su carrera, con 44-35 y efectividad de 3.77 en cinco temporadas y ninguna de ellas con 200 o más entradas.

Pero Wheeler estuvo saludable sus dos últimas con los New York Mets y los Phillies confían en que justo ahora entre en el pico de su rendimiento, para ayudar al equipo a rememorar las épocas gloriosas de Jimmy Rollins, Chase Utley, Cole Hamels, Jamie Moyer y Pat Burrell.

El cubano Grandal y Moustakas son piezas que van encajando en los rompecabezas de los Chicago White Sox y los Cincinnati Reds, respectivamente, equipos que han terminado sus procesos de reconstrucción y parecen listos para dar un salto en el 2020.

Gerrit Cole, Anthony Rendon and Madison Bumgarner
ESPN Illustration

Pero los casos de Rendón, con Los Angeles Angels, y Bumgarner, con los Arizona Diamondbacks, carecen, a primera vista, de todo sentido.

Los Angels pueden ser mejores con el aporte que hará el antesalista por el cual pagaron $245 millones. Por supuesto. Cualquier equipo que tenga a Rendón será mejor que antes de tenerlo. Pero esa no es la interrogante a responder.

La pregunta es si esta nueva adición es lo que necesita el equipo para salir a competir en la dura división Oeste de la Liga Americana.

La respuesta es un no rotundo. Entre Rendón y Mike Trout, el dueño, Arte Moreno, ha comprometido 663 millones de dólares, pero ha olvidado reforzar el área de los lanzadores.

Sin pitcheo no hay paraíso. Tanto dinero invertido en tres hombres (no hay que olvidar los $240 millones de Albert Pujols, a quien le faltan por cobrar 59 millones hasta el 2021), ha hecho imposible cubrir otras áreas y "el otro equipo de Los Angeles" tiene más huecos que un queso suizo.

Y Bumgarner tampoco parece ser el hombre que cambie la suerte de los Arizona Diamondbacks.

No se entiende mucho la estrategia de un equipo que en un año sale de su mejor bateador (Paul Goldschmidt) y su mejor pitcher (Zack Greinke) y luego suelta $85 millones por un lanzador que si bien está más que probado en los grandes momentos, genera demasiadas dudas sobre su futuro.

El zurdo MadBum tiene 30 años, seis menos que Greinke, pero en las últimas tres campañas con los San Francisco Giants su salud no lo acompañó y sus números cayeron estruendosamente.

Entre el 2017, 2018 y 2019, Bumgarner tuvo récord de 19-25 y efectividad de 3.58 en 448.1 entradas de trabajo.

Luego de que entre el 2013 y 2016 tuviera cuatro años con efectividad inferior a las tres carreras limpias por cada nueve entradas, sus promedios fueron en ascenso, a ritmo de 3.32 en el 2017 hasta 3.90 en el 2019.

Este último año volvió a estar saludable y logró lanzar 207.2 entradas, pero permitió 90 carreras limpias y 30 jonrones, las mayores cifras de su carrera en esos departamentos.

Sus estadísticas todavía son bastante buenas, pero ya no son de élite. Su declive es gradual y todavía no resulta tan evidente, pero el tiempo se encargará de demostrar cuán equivocada estaba la gerencia de un equipo que ni siquiera se ve como un contendiente inmediato.

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