¿Cómo enfrentar el juego 163?

FECHA
25/09
2018
por Jorge Morejón | ESPN Digital

Mientras no se han definido los equipos que disputarán el juego de los comodines de la Liga Nacional el 2 de octubre, los Yankees de Nueva York y los Atléticos de Oakland celebrarán el correspondiente al de la Americana un día después.

Muchos consideran que el también llamado juego 163 no debe tomarse como parte de la postemporada y entienden que los playoffs comienzan realmente con las series divisionales.

Por eso abogan por que el duelo de los wildcards sea de tres encuentros, a ganar dos, por aquello de que "un juego lo gana cualquiera".

Khris Davis
Tim Heitman-USA TODAY SportsEn Oakland o en el Bronx, los Yankees no se escapan de Khris Davis
Pero mientras las cosas sigan como están ahora y entretanto en el viejo circuito aún hay varios equipos con posibilidades de avanzar (Cerveceros de Milwaukee , Cardenales de San Luis, Rockies de Colorado o Dodgers de Los Angeles , en dependencia de quién gana o no el Oeste), enfoquemos la atención en el juego de vida o muerte entre Yankees y Atléticos.

A ciencia cierta, todavía no está claro si el escenario será el Yankee Stadium o el Oakland Coliseum. Los Mulos tienen una ventaja de juego y medio, pero dado el complicado final de calendario que tienen, ante los increíbles Rays de Tampa Bay y sus archirrivales Medias Rojas de Boston , es perfectamente factible que las cosas cambien de la noche a la mañana.

Los Atléticos, por su parte, tienen una última semana menos difícil, con series ante los eliminados Marineros de Seattle y Angelinos de Los Angeles.

Pero sea donde sea, habrá que encararlo con la filosofía de que no hay mañana.

El juego de los comodines es una especie de séptimo juego adelantado de la Serie Mundial e incluso, más difícil, porque apenas hay descanso entre el último día de la temporada regular y la fecha de la muerte súbita.

Todo el esfuerzo a lo largo de seis meses se pone a prueba en nueve episodios, quizás algunos más si hay entradas extra.

Y como, tanto Yankees, como Atléticos, tendrán que jugárselo el todo por el todo hasta el domingo 30 de septiembre en busca de ganar la ventaja de la sede, ninguno podrá acomodar demasiado a sus lanzadores para guardar deliberadamente a uno de ellos para el partido en cuestión.

A menos que un manager se resigne de antemano actuar como visitante y prefiera salir a morirse con todas sus armas en el juego 163.

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Lo único seguro hasta ahora en Grandes Ligas es que Medias Rojas de Boston y Indios de Cleveland ganaron sus divisiones en la Liga Americana y que 13 clubes ya están oficialmente eliminados de las posibilidades de alcanzar la postemporada.

Fuera de eso, hay muchos cabos sueltos entrando al penúltimo fin de semana del calendario regular de la campaña del 2018 en el béisbol mayor de Estados Unidos.

En uno de sus torneos menos competido de la historia, la Liga Americana ya tiene dos monarcas divisionales y otros tres potenciales invitados a los playoffs que arrancarán en la primera semana de octubre. Boston (104-49) y Cleveland (85-67) ganaron las divisiones Este y Central, respectivamente, por tercer año consecutivo, y Boston virtualmente garantizó terminar con el mejor récord de MLB y la ventaja de la casa para todas las series que disputen.

En el Oeste, los campeones Astros de Houston (95-57) superan por 3.5 juegos a los Atléticos de Oakland (92-61) y tienen el número mágico en dos para asegurar al menos un puesto comodín a la postemporada. Houston intenta conquistar banderines divisionales consecutivos por primera vez desde que se mudó de la Liga Nacional a la Liga Americana en el 2013. Los Astros ganaron tres años seguidos la Central del viejo circuito de 1997 a 1999.

Los Yankees de Nueva York (93-59) tienen ventaja de 1.5 juegos sobre Oakland en la batalla por el primer comodín y la ventaja de la casa para el juego de muerte súbita del miércoles 3 de octubre. En caso de que Nueva York y Oakland terminaran empatados en el primer comodín, con ambos clasificados, los Yankees serían locales en el choque de Wild Cards debido a su mejor récord intradivisional, que es el segundo criterio para desenredar empates.

Los sorprendentes Rays de Tampa Bay (85-67) y los Marineros de Seattle (84-58) han tenido buenos desempeños, pero están muy lejos (a 6.5 y 7.5 juegos de Oakland) con tan poco espacio (10 juegos) para maniobrar. En resumen: En el joven circuito es cuestión de tiempo para que Astros, Yankees y Atléticos se unan a Indios y Medias Rojas en el cuadro de postemporada.

En la Liga Nacional es todo lo contrario: Nada está decidido y nueve de 15 equipos siguen en la carrera por llegar a la tierra prometida.

Los que se encuentran en la situación más cómoda son los Bravos de Atlanta (85-68), que tienen ventaja de 6.5 juegos sobre los Filis de Filadelfia (78-74) en la División Este. Los Bravos, que tienen el número mágico en cuatro para atrapar su primer banderín divisional desde el 2013 y el segundo en 13 años, solamente necesitan ganar dos de tres a Filadelfia en el fin de semana, para coronarse.

En la División Central, Cachorros de Chicago (89-63), Cerveceros de Milwaukee (87-66) y Cardenales de San Luis (84-69) pelean el banderín al tiempo que dominan las dos plazas comodines del viejo circuito. Los Cachorros tienen el número mágico en ocho para conquistar la división, pero una cómoda ventaja de siete juegos sobre los Rockies de Colorado en el segundo Wild Card de la liga.

La misión de Milwaukee es acosar a los Cachorros y mantener la ventaja de la casa para el potencial encuentro de comodines. Cerveceros y Cardenales jugarán una serie decisiva entre ellos de lunes a miércoles de la próxima semana en e Busch Stadium, mientras que Cachorros y Cardenales cerrarán la vuelta regular con una serie de tres encuentros en el Wrigley Field.

Tras ser barridos en Dodger Stadium comenzando la semana, Colorado (82-70) se alejó a 2.5 juegos de los Dodgers de Los Angeles (85-68) en la recia batalla por el banderín de la División Oeste, en tanto que los Diamondbacks de Arizona se encuentran a seis de Los Angeles y a cinco de San Luis en el segundo comodín.

Los Dodgers, que tienen el número mágico en ocho para quedarse con su sexto banderín consecutivo, enfrentan a los Padres de San Diego en el fin de semana y luego visitarán a sus acérrimos enemigos Diamondbacks y Gigantes de San Francisco para concluir la temporada regular.

Colorado recibe a Arizona en el fin de semana y terminará la campaña jugando en Filadelfia y Washington, en tanto que los Diamondbacks cerrarán el año en San Diego.

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Entrando al antepunúltimo fin de semana de la serie regular de Grandes Ligas, los cinco puestos a playoffs de la Liga Americana lucen estar prácticamente decididos, contrario a la Liga Nacional, donde hay batallas muy cerradas en todos menos uno, creando las condiciones apropiadas para que se produzcan empates en divisiones o puestos comodines.

En la Americana: Medias Rojas de Boston (101-46) ya clasificó a postemporada y tiene el número mágico en seis para ganar su tercer título consecutivo de la División Este; Indios de Cleveland (82-64) posee la mayor ventaja de un líder divisional (15.0 juegos) y tiene el número mágico en 3 para ganar el centro, mientras que los Astros de Houston (92-54) están muy cerca de garantizar u n puesto comodín y dominan por 3.5 juegos el sector oeste.

Los Yankees de Nueva York (90-56) y Atléticos de Oakland (89-58) batallan ferozmente la ventaja de casa para el partido de comodines, pero no están en real peligro de quedarse fuera de la postemporada. Los Marineros de Seattle (80-66) están a 8.5 juegos del segundo Wild Card.

Getty ImagesIndios de Cleveland (82-64) posee la mayor ventaja de un líder divisional (15.0 juegos) y tiene el número mágico en 3 para ganar el centro.
En la Liga Nacional: Lo único que luce casi decidido es la División Este, donde los Bravos de Atlanta (82-64) dominan por 7.5 juegos a los Filis de Filadelfia (74-71). En el centro, los Cachorros de Chicago superan apena por 1.5 juegos a los Cerveceros de Milwaukee (84-63) y por 4.5 a los Cardenales de San Luis (81-66). En el oeste, los Rockies de Colorado (81-65) van 1.5 arriba de los Dodgers de Los Angeles (80-67) y 4.5 por encima de los Diamondbacks de Arizona (77-70).

Milwaukee y San Luis ocupan las plazas de comodides del viejo circuito, pero Los Angeles, Arizona y Filadelfia están a uno, cuatro y seis juegos. Para poner las cosas más sabrosas, Dodgers y Cardenales juegan una serie de fin de semana, cuyos resultados impactarán las divisiones central y oeste y los comodines.

Con las diferentes modificaciones que ha sufrido el sistema de determinar el campeón de la temporada, la pelota estadounidense se ha visto en la necesidad de hacer variaciones a las reglas de resolver embotellamiento en la tabla de lugares a lo largo de sus más de 140 años de historia.

Al principio todo era muy básico. Entre 1876 y 1900, el equipo que más victorias acumulaba durante la temporada regular era declarado campeón de la Liga Nacional y del béisbol (recordando que las ocho series que se jugaron entre los campeones de la Liga Nacional y la Asociación Americana entre 1884 y 1892 fueron considerados eventos de exhibición).

No fue hasta la creación de la Serie Mundial en 1903, por un título máximo entre los campeones de la Nacional y la nueva Liga Americana (fundada en 1901), que nació oficialmente la postemporada de Grandes Ligas.

Hasta 1968, los dos mejores clubes de cada liga iban directo al clásico de otoño. En 1969 se crearon dos divisiones en cada liga y se agregaron las Series de Campeonato para decidir los dos finalistas. En 1994 emergió la figura del Wild Card (comodín) y se creó una tercera ronda en los playoffs, las Series Divisionales, y en 2012, cuando agregaron un segundo comodín, se estableció el formato actual de cuatro instancias.

Desde entonces, los dos mejores equipos de cada liga que no ganaron sus divisiones, juegan un partido de muerte súbita para determinar el rival del conjunto con el mejor récord de liga en las Series Divisionales. La inclusión del segundo comodín también obligó a que se cambiaran algunas reglas en el sistema de definir empates de temporada regular.

EMPATES DE DOS EN DIVISIÓN O COMODINES

Un partido extra de desempate se juegan cuando dos equipos queden empatados con el mismo récord en una de las tres divisiones o el segundo puesto comodín de la liga. Estos partidos se jugarán el día posterior a la finalización de la temporada, en la casa del club que obtuvo la ventaja de local, que se determina usando una serie de criterios que citaremos más adelante.

Desde la implementación de la figura del comodín en 1994 hasta el final de la temporada del 2011, se implementó una regla diferente. Dos equipos empatados para una división no jugaron un desempate si sus récords eran mejores que todos los ganadores fuera de su división en su liga. Básicamente, si dos estaban empatados en la división y como sea estaban clasificados a los playoffs, se usaban varias consideraciones cuál era campeón divisional y cual era comodín. Punto y bolita.

Sin embargo, con la adopción de un segundo puesto de comodín y un juego entre comodines desde el 2012, el ganador de la división con el mejor récord de la liga enfrentaría una posible eliminación en el primer día de la postemporada, lo que obligó a variar las reglas.

Con las nuevas reglas de desempate, si dos equipos quedan empatados en la división, tendrán que jugar un partido extra incluso si ambos equipos ya se han clasificado para la postemporada. El equipo que pierde el juego de desempate ahora calificará para un puesto de comodín solo si su récord de temporada regular se encuentra entre los dos mejores récords de la liga que no ganaron una división. Esto quiere decir que empatar en la divisió no garantiza nada, más allá del juego de desempate.

Si ese equipo está empatado en el segundo puesto de comodín, entonces se jugará un segundo juego de desempate. Si el empate es en el primer comodín, no es necesario un juego extra, sino que ambos avanzan y la ventaja de la casa se determina con los criterios de desempate establecidos. Tampoco se necesita un juego extra para definir el mejor récord de la liga entre dos ganadores de división que terminen con la misma foja.

Para determinar cuál equipo tendrá la ventaja de la casa en un partido extra, tanto para desempatar una división y el segundo comodín y la ventaja de la casa como mejor récord de la liga son:

El equipo con ventaja en la serie particular, el equipo con el mejor récord global en juegos intradivisionales, el equipo con el mejor récord global en juegos intraligas, el equipo con el mejor récord en los últimos 81 juegos de la temporada, ignorando los partidos interligas, el equipo con el mejor récord en los últimos 82 partidos de la temporada (siempre que el juego agregado no esté entre los equipos empatados), se extiende hacia atrás hasta que se rompe el empate (los juegos de interliga se omiten e ignoran en este proceso).

JUEGOS DE DESEMPATE

En la historia de Grandes Ligas, en 14 ocasiones se ha necesitado jugar un partido (10 ocurrencias) o una miniserie (cuatro ocurrencias) para resolver empates de de serie regular. El fenómeno se repitió cuatro veces entre el 2007 y el 2013, pero no fue necesario en las cuatro temporadas anteriores.

En 1946, Dodgers y Cardenales debieron chocar en una serie al mejor de tres juegos para decidir el campeón de la Liga Nacional. San Luis ganó en dos choques y avanzó a la Serie Mundial, donde venció a los Boston Red Sox.

En 1948, Cleveland derrotó a Boston en un juego extra para definir el monarca de la Liga Americana y siguió inspirado para vencer a los Bravos de Boston en el clásico de otoño. En 1951, cuando Dodgers y Gigantes de Nueva York empataron en la cima del viejo circuito, se juegó una serie de tres encuentros, que terminó con el famoso jonrón de tres carreras del 3B Bobby Thomson al derecho Ralph Branca en la novena entrada para dejar a los Dodgers en el terreno en el Polo Grounds de Manhattan.

El campeón de la Nacional también se decidió en mini series después de la serie regular en 1959 (Dodgers venció a Milwaukee) y 1962 (Gigantes superó otra vez a Dodgers).

Boston y Nueva York quedaron empatados en la División Este de la Americana con 99-63 en 1978 y se tuvo que jugar un partido extra, que ganaron los Yankees 5-4 en el Fenway Park. Dos años después, Houston y Dodgers empataron en el oeste de la Nacional con 92-70 y en el juego de muerte súbita, los Astros superaron a los Dodgers en Dodger Stadium. En 1995, los Marineros ganaron a Anaheim en un encuentro por desempatar el oeste de la Americana.

Hubo desempates por el puesto comodín en 1998 (Cachorros sobre Gigantes), 1999 (New York Mets sobre Cincinnati Reds), 2007 (Colorado sobre San Diego Padres) y 2013 (Tampa Bay Rays ganó a Texas Rangers), en tanto que la División Central de la Americana necesitó un día extra en 2008 (Medias Blancas de Chicago derrotó a Mellizos de Minnesota) y 2009 (Minnesota doblegó a Tigres de Detroit).

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"1.01 - El béisbol es un juego entre dos equipos de nueve jugadores cada uno, bajo la dirección de un dirigente, a ser jugado en un terreno cerrado de acuerdo con estas reglas, bajo la jurisdicción de uno o más árbitros".

El párrafo anterior es lo primero que uno ve cuando abre el libro de reglas del béisbol. La regla número 1.01, un juego entre dos equipos de nueve jugadores cada uno.

Por tanto, el uso del bateador designado, adoptado por la Liga Americana, viola la primera regla del béisbol.

David Ortiz
AP Photo/Kathy Willens

En otras palabras, sólo en la Liga Nacional se juega la pelota como fue concebida originalmente, aunque cada vez cobra más fuerza la idea de adoptar el bateador designado en el viejo circuito.

Es más, parece cuestión de tiempo para que esto pase, pues probablemente no exista otra liga o torneo en el mundo que se mantenga apegada a la originalidad del juego.

En el resto del planeta ya los lanzadores no batean y hay otro hombre que se encarga de consumir sus turnos en el plato.

Quienes defienden la idea del BD en la Nacional alegan, con razón, que es hora de pasar la página y ponerse a la par del resto del mundo.

Ello le ampliaría las posibilidades de conseguir trabajo a ciertos jugadores cuyas habilidades defensivas nunca fueron muchas o han mermado con el paso del tiempo, pero que mantienen intactas sus condiciones ofensivas.

Ya no escucharíamos más que Fulano o Mengano deben tratar de firmar con tal o más cual equipo de la Liga Americana, porque en la Nacional no tienen cabida.

El BD prolongó las carreras de muchos peloteros, incluidos el puertorriqueño Edgar Martínez y el dominicano David Ortiz, tal vez los dos mejores que hayan pasado por las Grandes Ligas en esa función.

Pero los más tradicionalistas defienden las cosas tal cual están ahora, como el último bastión del béisbol más puro, en medio de un asedio implacable de los cambios en el juego.

El hecho de que el lanzador ocupe un turno (usualmente el noveno) dentro de una alineación favorece a los propios pitchers cuando están en la lomita, pues enfrentar a un colega en la inmensa mayoría de los casos representa un respiro que muchas veces los ayuda a salir de aprietos.

Por ejemplo, un equipo está amenazando a la ofensiva, con corredores en bases, cuando le corresponde batear al lanzador.

Entra entonces el manager en una disyuntiva, en dependencia de la situación del partido.

¿Dejar batear al serpentinero o enviar un emergente por él?¿Qué tal si estamos apenas en los comienzos del partido, digamos un segundo o tercer inning?¿Qué tal si el pitcher que viene a batear está lanzando magistralmente, el marcador está cerrado y el equipo no cuenta con relevistas confiables?

En la Liga Nacional se juega un béisbol más táctico, con una serie de situaciones que no se ven en la Americana, como el doble cambio de jugadores, cuando un emergente sustituye al lanzador o el toque de sacrificio que muchos modernistas quienes abolir por considerarlo un out regalado, aunque muchas veces ponen a un corredor en posición anotadora y termina marcando la carrera del triunfo.

A no dudarlo, los managers de la Nacional están más obligados a pensar durante el partido, a apelar al llamado juego pequeño, más estratégico, y muchas veces vemos cómo los dirigentes de la Americana cometen serios errores en los choques interligas o en las propias Series Mundiales, cuando tienen que hacer esos cambios dobles en el line up, a lo que no están acostumbrados.

Rob Manfred, comisionado de Grandes Ligas.
AP Photo/Alex BrandonRob Manfred comisionado (Grandes Ligas)

No le falta razón a quienes alegan que de momento, en los interligas sacan ventaja los equipos del viejo circuito, que refuerzan su ataque con un bateador designado cuando juegan en los terrenos de la Americana, mientras que estos últimos se debilitan ofensiva y tácticamente cuando van a los estadios de la Nacional.

Dejar las cosas como están ahora mismo complace a todos por igual, a los que les gusta el BD y a los que prefieren el béisbol en su estado natural.

Entonces, ¿por qué cambiarlo, si funcionan para todos los gustos? Lo que no está roto, no lo arregles, dice un refrán.

Pero si las Grandes Ligas terminan haciéndolo, como parece es la voluntad del comisionado Rob Manfred, entonces habrá que reescribir de una vez y para siempre la regla número uno del béisbol.

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Aunque los sabermétricos insistan en estos tiempos en restarle importancia, ganar la Triple Corona del bateo es una de las hazañas más difíciles de conseguir.

Y es que para ello es necesario combinar como nadie el bateo de contacto con el de fuerza y encima de eso, hacerlo con oportunidad.

Este año podríamos ver este fenómeno, que en más de 140 años de béisbol, solamente 14 hombres han conseguido, aunque dos de ellos, los inmortales Rogers Hornsby (1922 y 1925) y Ted Williams (1942 y 1947) lo hicieron dos veces.

El cubano J.D. Martínez podría repetir en el 2018 la hazaña que ya consiguió en el 2012 el venezolano Miguel Cabrera, único latino en la reducida lista.

Martínez, de los Medias Rojas de Boston, abre el mes de septiembre como líder absoluto en carreras impulsadas (114) y comparte la punta de los jonrones en la Liga Americana con Khris Davis, de los Atléticos de Oakland, ambos con 39.

Además, va segundo en average, con .333, a ocho puntos de su compañero de equipo Mookie Betts.

La tiene difícil, pues dada su función dentro de los Medias Rojas, a él se le pide bateo de poder, con swing grande, en detrimento del contacto, aunque el cubano ha demostrado ser la clase de bateador que puede hacer las dos cosas al mismo tiempo.

40-40

En los primeros 100 años de las Grandes Ligas, ningún jugador pudo robar 40 o más bases y al mismo tiempo batear 40 o más jonrones.

Hace 30 años, en 1988, el cubano José Canseco inauguraba el club 40-40, al que desde entonces se han incorporado otros tres miembros: Barry Bonds (1996), Alex Rodríguez (1998) y el dominicano Alfonso Soriano (2006).

El quisqueyano José Ramírez podría ser el nuevo integrante de ese selecto grupo, pues ya suma 37 palos de vuelta entera y 29 estafas.

Con tres grandes swings más completaría la parte de los cuadrangulares, pero necesita que el manager Terry Francona le dé luz verde en los senderos, para que pueda correr libremente en busca de los 11 robos que le faltan.

Podría ser, sobre todo, porque los Indios de Cleveland ya están 99 por ciento seguros en los playoffs y pueden darse el lujo de arriesgarse en intentos de robos de bases.

Pero aparte de la posibilidad de entrar al club 40-40, Ramítez podría conseguir una rareza que solamente ha sucedido tres veces: ser líder en robadas y bambinazos. La primera vez que eso pasó fue en 1903, cuando Jimmy Sheckard botó nueve pelotas y estafó 67 almohadas para liderar la Liga Nacional.

Seis años más tarde lo consiguió Ty Cobb en la Americana, con nueve vuelacercas y 76 hurtos.

Y Chuck Klein, en 1932, encabezó el viejo circuito con 38 pelotas sobre las cercas y 20 estafas.

50 jonrones

En el 2017, Giancarlo Stanton, entonces con los Marlins de Miami, y su ahora compañero de equipo en los Yankees de Nueva York Aaron Judge, despacharon 59 y 52 cuadrangulares, respectivamente.

A falta de un mes de concurso, Martínez y Davis van igualados con 39.

Está difícil llegar a medio centenar de vuelacercas, pero no es imposible.

El de los Medias Rojas ha disparado siete bambinazos en cada uno de los últimos tres meses (junio, julio y agosto), pero 11 no es una cifra inalcanzable, si se tiene en cuenta que en mayo despachó 13.

En el caso del toletero de Oakland, producción ha ido en incremento, con seis en abril, igual cantidad en mayo, siete en junio, nueve en julio y diez en agosto.

¿200 hits? No way, José

El 2013 fue el último año en que ningún bateador llegó a 200 imparables.

En aquella ocasión, Matt Carpenter, de los Cardenales de San Luis, y el dominicano Adrián Beltré, de los Rangers de Texas, fueron los líderes de la Nacional y la Americana, respectivamente, ambos con 199.

Una lesión sacó de acción al venezolano José Altuve por 21 partidos, lo que le impedirá extender a cinco su racha de temporadas seguidas con 200 o más cohetes.

Necesitaría 54 en los 27 juegos que le quedan a los Astros de Houston en septiembre, a dos por partido. Pero de Altuve se puede esperar cualquier cosa.

Ahora mismo, el máximo productor de hits en la campaña es J.D. Martínez, quien cerró agosto con 164.

Batear 36 inatrapables en lo que resta de calendario también se ve difícil, aunque más probable que la tarea que tiene Altuve por delante.

Efectividad por debajo de dos carreras

El zurdo Chris Sale, actualmente en la lista de lesionados, encabeza la Liga Americana en efectividad con un promedio de 1.97.

El derecho Jacob deGrom, en la Nacional, exhibe una minúscula efectividad de 1.68.

En los dos últimos años, ningún lanzador logró terminar con un promedio de limpias inferior a las 2.00, desde que Zack Greinke lo hiciera en el 2015 con los Dodgers de Los Ángeles (1.66).

El último pitcher con menos de dos limpias por cada nueve entradas en el joven circuito fue Pedro Martínez en el 2000, con Boston, cuando tuvo 1.74.

Ahora bien, ¿cuándo fue la última vez que los líderes en efectividad de ambas ligas estuvieron por debajo de 2.00?

Fue en 1972, cuando Steve Carlton encabezó la Nacional con 1.97 y el cubano Luis Tiant la Americana con 1.91.

Eso fue hace tanto tiempo, que Bartolo Colón no había nacido aún.

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Getty ImagesLos Yankees pelean por un boleto comodín en la Liga Americana.
¡Caballeros, enciendan sus motores! Por ahí viene septiembre, último mes de la temporada regular en Grandes Ligas, con la promesa de muchas emociones en la lucha por los diez boletos disponibles a la postemporada.

Mientras algunas plazas para la fiesta de octubre parecen aseguradas por completo, hay otras donde la lucha será a brazo partido hasta el último día.

He aquí algunas de las batallas que generan más interés de cara a septiembre.

El Oeste salvaje

Mucho antes de que John Wayne y Bat Masterson impusieran su ley a tiros en las películas de Hollywood, ya el Oeste era violento y salvaje.

Este año no lo es menos y promete emociones hasta el último out del 30 de septiembre.

En la Liga Americana, los Astros perdieron momentáneamente el paso hace dos semanas y los increíbles Atléticos de Oakland se les pegaron e incluso les dieron alcance en algún momento.

Mientras los Marineros de Seattle se alejan cada vez más de la zona de clasificación, la lucha entre Astros y Atléticos, separados por 2.5 juegos, se ve reñida, aunque lamentablemente, ya no quedan partidos entre ambos.

En la Nacional, la guerra es entre tres. De momento, los Diamondbacks de Arizona comandan la división, pero los Rockies de Colorado les respiran en la nuca, a juego y medio, mientras los Dodgers están a dos.

A Arizona le faltan 13 partidos frente a estos dos rivales.

Colorado tiene pendientes 13 ante Diamondbacks y Dodgers de Los Angeles, mientras que a estos últimos les restan también 13 contra Arizona y Colorado. Para alquilar balcones.

Los comodines de la Liga Nacional

Mientras todo apunta a que los Yankees de Nueva York y los Atléticos se llevarán los comodines de la Liga Americana, el panorama luce muy complicado en el viejo circuito.

Ahora mismo, los Cardenales de San Luis son los dueños del primer wildcard, con medio juego de ventaja sobre los Cerveceros de Milwaukee.

Pero detrás de los Cerveceros, a dos juegos, se ubican los Rockies, mientras que los Dodgers están a dos y medio. Igualmente, los Filis de Filadelfia están a tres partidos, lo mismo que del segundo comodín, como del primer lugar de la división Este, que ocupan los Bravos de Atlanta.

La batalla está tan cerrada que cada día hay que chequear los resultados en busca de posibles variaciones.

Son sólo dos boletos disponibles y no hay cama pa´tanta gente, porque basta con que Arizona y Atlanta resbalen y también pasarían a ser aspirantes a los comodines.

El club de las 100 victorias

En el 2017, tres equipos terminaron el calendario regular con más de 100 victorias, en un hecho inédito desde que se establecieron las seis divisiones, tres por cada liga, en el béisbol.

Los Dodgers (104), Indios de Cleveland (102) y Astros de Houston (101) dominaron sus respectivas divisiones de principio a fin para completar este exclusivo trío, que podría repetirse en el 2018, aunque con integrantes diferentes.

Hasta los juegos del jueves 30 de agosto, los Medias Rojas de Boston sumaban 93-42 y llevan una proyección para terminar el año con 111 triunfos, lo cual superaría la mejor marca de la franquicia, que es de 105 y data de 1912, el año en que se inauguró el Fenway Park.

Sus archirrivales Yankees llevaban balance de 84-50, lo que les da una proyección de 102 éxitos. Si lo consiguen, sería la decimonovena vez que los Mulos suman triple dígito en la casilla de los éxitos.

Y los Astros, que entre el 2011 y 2013 sumaron tres campañas en fila con más de un centenar de derrotas, podrían lograr su segundo año seguido con más de 100 triunfos.

Su récord de 82-52 los proyecta para cerrar la temporada regular justamente con 100 victorias.

El club de las 100 derrotas

Ningún equipo perdió 100 juegos el año pasado, pero en el 2018, al menos dos conjuntos deben superar el centenar de fracasos: los Reales de Kansas City y los Orioles de Baltimore.

A un día del inicio del último mes del calendario regular, los Reales sumaban ya 91 perdidos, con 29 partidos por jugar.

La proyección indica que Kansas City terminaría con récord de 52-110.

Más cerca del centenar de derrotas están los Orioles, con 94, a falta de 28 encuentros. De seguir con este paso, Baltimore concluiría con 48-114.

Otros dos conjuntos podrían coquetear con los 100 fracasos: los Padres de San Diego y los Marlins de Miami.

San Diego, antes de los juegos de este jueves, ostentaba balance de 53-83 y su proyección lo llevaría a terminar justo con 62-100.

Por su parte, Miami juega para 53-81 y basta con que entre en una mala racha más profunda de la que ha tenido a lo largo de la campaña, para que sobrepase las 100 derrotas.

Ahora mismo, su pronóstico da un récord final de 64-98.

¿Más ponches que hits?

La posibilidad se vio venir desde que arrancó la temporada, cuando en el mes de abril por primera vez los bateadores se poncharon más veces que los hits conectados.

Hasta los juegos del miércoles 29 de agosto, la tendencia se había revertido ligeramente, pues los bateadores sumaban 33,970 imparables, por 33,674 abanicados.

Pero de que es posible que por primera vez en la historia haya más ponches que cohetes, lo es.

¿Más de 264 jonrones por un equipo?

Los Marineros de 1997 despacharon 264 bambinazos, récord para un equipo en una campaña.

Los Yankees sumaban 218 en 134 juegos, a un promedio de 1.6 bambinazos por encuentro.

Seis bateadores de Nueva York ya superaron la veintena de vuelacercas y con Didi Gregorius, Gary Sánchez y Aaron Judge próximos a regresar de la lista de lesionados, la marca histórica de Seattle estaría temblando.

La proyección ahora mismo es de 261, pero el béisbol no es una ciencia exacta, así que perfectamente los Mulos podrían, o bien superar el récord de Seattle, o enfriarse y quedar por debajo.

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Oct. 15 - Kirk Gibson beats Dennis Eckersley, A's (1988)
AP Photo/Rusty Kennedy¿Habrá algún otro momento más emocionante en la postemporada que el batazo de Kirk Gibson en 1988?
¿A quién ustedes le van en el torneo de la NCAA? Yo siempre selecciono a Gonzaga. Oigan, ¡el truco casi me salió el año pasado!. En honor a la Locura de Marzo, mi editor me propuso esta idea: ¿Cuál ha sido la mayor sorpresa en postemporada para los 30 equipos de Grandes Ligas?

Gran error que cometiste, Dan, porque este que está aquí va a despacharse con la cuchara grande y va a escribir mucho - pero va a valer la pena. Bono: No solo voy a seleccionar la sorpresa para cada equipo, sino que también voy a hacer un ranking de las sorpresas en orden descendente desde el No. 30 (la menos impresionante) al No. 1 (el equivalente en la postemporada del béisbol de la victoria de North Carolina State sobre Phi Slamma Jamma). ¡Qué lo disfruten!

30. Rockies de Colorado: Vencieron a los Filis en la SDLN del 2007

Los Rockies han llegado a la postemporada cuatro veces en la historia de la franquicia y han ganado dos series de playoffs, ambas en 2007, el año de la famosa corrida del 'Rocktober' a la Serie Mundial. Ellos jugaron para 13-1 en sus últimos 14 juegos, vencieron a los Padres en un juego de desempate para ganar el comodín y luego barrieron la SDLN y la SCLN, una impresionante corrida de 21-1. Realmente, la sorpresa en primer lugar fue llegar a la postemporada. El grupo de equipos de playoffs de la Liga Nacional en el 2007 fue uno de los más débiles de la historia. Los Diamondbacks tuvieron el mejor record con 90-72, pero tuvieron un diferencial de carreras negativo. Los Rockies terminaron con 90-73 y tuvieron el mejor diferencial de carreras. Los Filis ganaron 89 juegos y los Cachorros se quedaron con la Central con apenas 85 triunfos. Así que en realidad no fue tanta la sorpresa.

Momento clave/juego: Kaz Matsui conectó un grand slam con dos outs ante Kyle Lohse en la cuarta entrada del Juego 2 para darle a los Rockies ventaja de 6-3.

29. Cerveceros de Milwaukee: Vencieron a los Angelinos en la SCLA del 1982

Los Rockies han ido a postemporada cuatro veces en 25 temporadas, pero los Cerveceros tienen cuatro viajes en 49 campañas - una historia de miserias que tiende a pasarse por alto. El equipo de 1982, conocidos cariñosamente como los Harvey's Wallbangers por el manager Harvey Kuenn y su equipo de toleteros - fue la mejor edición en la historia de la franqucia. Esto califica como una sorpresa solo por el hecho de que los Angelinos ganaron los primeros dos partidos antes que los Cerveceros se llevaran los siguientes tres en casa.

Momento clave/juego: Abajo en el marcador 3-2 en la séptima entrada del Juego 5, Cecil Cooper conectó sencillo remolcador de dos carreras con dos outs ante Luis Sánchez para darle a los Cerveceros ventaja de 4-3.

28. Expos de Montreal: Vencieron a los Filis en la SDLN de 1981

Los Nacionales han perdido sus cuatro series de playoffs en su historia, así que tenemos que remontarnos al extraño año de 1981, dividido por la huelga, y la única aparición en postemporada -- y su única victoria - en los días de la franquicia en Montreal. Los Expos eran el mejor equipo, aunque los Filis eran los campeones defensores de la Serie Mundial.

Momento clave/juego: El gran Steve Rogers trabajó una blanqueada de seis hits para vencer a Steve Carlton 3-0 en el decisivo Juego 5.

27. Azulejos de Toronto: Vencieron a los Bravos en la Serie Mundial de 1992

Vamos a etiquetar la primera de las dos Series Mundiales conseguidas por los Azulejos como una sorpresa menor. Los Azulejos jugaron para 96-66, los Bravos para 98-64 (aunque con una ventaja de siete juegos en el record Pitagoreano). En una Serie Mundial que muchos pasan por alto - cuatro de los seis juegos se decidieron por una carrera - los Azulejos ganaron el partido final en 11 entradas.

Momento clave/juego: El doble de Dave Winfield con dos outs que trajo dos carreras al plato en la parte alta de la entrada 11, los Bravos anotaron una carrera antes que Mike Timlin lograra el out final cuando Otis Nixon intentó tocar para hit.

26. Rangers de Texas: Vencieron a los Yankees en la SCLA de 2010

Liderados por su JMV Josh Hamilton, los Rangers estuvieron en los playoffs por primera vez desde 1999. Jugaron para 90-72 con un diferencial de carreras de más-100 mientras que los Yankees jugaron para 95-67 y un más-166. Hamilton bateó .350 con cuatro cuadrangulares, ocho boletos y siete remolcadas mientras los Rangers ganaron la serie en seis juegos.

Momento clave/juego: Bengie Molina conectó cuadrangular de tres carreras ante A.J. Burnett en el Juego 4 para darle a los Rangers ventaja de 5-3 en la sexta entrada. Ellos siguieron su camino para llevarse la victoria 10-3 y colocar la serie 3-1 a su favor.

25. Cachorros de Chicago: Vencieron a los Cardenales en la SDLN de 2015

La Serie Mundial de 2016 pudo haber sido la que quebró la maldición de la Cabra, pero no fue una sorpresa. El año antes los Cachorros mejoraron de 73 victorias a 97 y luego vencieron a sus rivales, que habían logrado 100 victorias, en la serie divisional. Aunque los Mets los barrieron en la SCLN, el vencer a los Cardenales dejó el escenario establecido para el 2016.

Momento clave/juego: Los Cachorros conectaron seis jonrones en el Juego 3 para tomar ventaja 2-1 en la serie.

24. Angelinos de Los Angeles: Vencieron a los Yankees en la SDLA de 2002

Los Angelinos del 2002 ganaron 99 partidos, pero esto se sintió en ese momento como una sorpresa monumental. Los Yankees habían ganado cuatro banderines consecutivos de la Liga Americana, llevaban record de 56-22 en la postemporada desde 1996 y ganaron 103 juegos en el 2002. Los Angelinos, que llegaban a los playoffs por primera vez desde 1986, los barrieron en cuatro juegos, al promediar .376 en la serie.

Momento clave/juego: Los Angelinos anotaron tres carreras en la octava entrada del Juego 3 en ruta a la victoria 9-6. Tim Salmon conectó cuadrangular de dos carreras ante Steve Karsay para la victoria decisiva. Los Angelinos siguieron su ruta hasta su primer y único cetro de Serie Mundial.

23. Diamondbacks de Arizona: Vencieron a los Yankees en la Serie Mundial de 2001

Quizás los Angelinos deban agradecerle a Curt Schilling y Randy Johnson, quienes le pusieron una abolladura a la casi invencible armadura de los Yankees el año antes con su victoria en la Serie Mundial. Recuerden, los Marineros que lograron 116 victorias parecían destinados a la inmortalidad antes que los Yankees con 95 victorias los sorprendieran en la SCLA. Los Diamondbacks lograron 92 victorias, pero se apoyaron en sus dos caballos en la postemporada.

Momento clave/juego: El elevado corto de Luis González ante Mariano Rivera que coronó el ramillete de dos carreras que evitó que los Yankees ganaran su cuarta corona de Serie Mundial consecutiva, pero no olvidemos que Mark Grace fue quien inició el ramillete con un sencillo para abrir la entrada.

22. Atléticos de Oakland: Vencieron a los Dodgers en la Serie Mundial de 1974

Los Atléticos tienen nueve Series Mundiales en su historia contando las conseguidas en sus días en Filadelfia, aunque ninguna de ellas cumple con los estándares de una gran sorpresa. Esta si tuvo como protagonista un diferencial de carreras importante, ya que los Atléticos llegaron con 90 victorias mientras los Dodgers habían logrado 102. Los Atléticos lucieron muy por debajo de lo que indicaba su record Pitegoreano (97-65) y, oh, además eran los dos veces campeones defensores. Pero ganaron su tercer cetro en fila con una victoria en cinco partidos.

Momento clave/juego: Ken Holtzman conectó cuadrangular y lanzó 7T fuertes entradas para ganar el Juego 4.

21. Yankees de Nueva York: Vencieron a los Bravos en la Serie Mundial de 1996

Antes de la dinastía, estuvieron los valientes Yankees de 1996, una mezcla de estrellas jóvenes en ascenso -- Derek Jeter era novato mientras Mariano Rivera tuvo su temporada de salto al estrellato en el bullpen - y veteranos que habían visto pasar sus mejores días como Wade Boggs, Cecil Fielder y Tim Raines. Los exMets Dwight Gooden y Darryl Strawberry también formaron parte de esto, 10 años después de sus días de gloria en 1986. Esta mezcla extraña en la primera temporada de Joe Torre como manager terminó con marca de 92-70 y entonces vencieron a los Bravos, que llegaron con marca de 96-66, en la Serie Mundial.

Momento clave/juego: Mark Wohlers, te presento a Jim Leyritz.

20. Orioles de Baltimore: Vencieron a los Dodgers en la Serie Mundial de 1966

Cuando eran los St. Louis Browns, esta franquicia era la broma más grande en el béisbol. Tras su mudanza a Baltimore en 1954, eventualmente se convirtió en la franquicia por excelencia en la Liga Americana por un periodo de dos décadas, con apenas una temporada perdedora entre 1963 y 1985. Este fue el primer viaje de Baltimore a la Serie Mundial y los Orioles barrieron a los Dodgers de Sandy Koufax y Don Drysdale de forma impresionante, con blanqueadas en los tres partidos finales. Los tres abridores de Baltimore eran Dave McNally de 23 años, Wally Bunker de 21 y Jim Palmer de 20.

Momento clave/juego: Palmer venció a Koufax 6-0 en el Juego 2 mientras el jardinero central de los Dodgers Willie Davis cometía tres errores en la quinta entrada (dejó caer dos elevados en el sol e hizo un error en tiro) mientras los Orioles tomaban ventaja de 3-0 en la serie.

19. Marineros de Seattle: Vencieron a los Yankees en la SDLA de 1995

Los Yankees estaban en la postemporada por primera vez desde 1981. Los Marineros estaban en ella por primera vez en su historia, tras vencer a los Angelinos en un juego de desempate en la División Oeste. Eso significaba que su as Randy Johnson no estaría listo hasta el Juego 3. Los Marineros perdieron los primeros dos juegos en el Yankee Stadium, Johnson ganó el Juego 3, Edgar Martínez rompió un empate 6-6 en el Juego 4 con un cuadrangular ante el cerrador John Wetteland, y luego volvió a ser el héroe en el Juego 5.

Momento clave/juego: Con Johnson lanzando en relevo, los Yankees anotaron en la parte alta de la entrada 11, pero el doble de dos carreras de Martínez ante Jack McDowell trajo al plato a Ken Griffey Jr. desde la primera base para darle la victoria y dejar tendido al rival.

18. Tigres de Detroit: Vencieron a los Cachorros en la Serie Mundial de 1935

Una explosión del pasado ya que los Tigres con 93 victorias vencieron a los Cachorros con 100 victorias en seis partidos. Fue la primera victoria de Detroit en una Serie Mundial, ya que habían perdido las series de 1907, 1908, 1909 y 1934. Seis semanas después de la victoria, el veterano dueño del equipo Frank Navin sufrió un ataque cardiaco al montarse en un caballo y falleció.

Momento clave/juego: Tommy Bridges lanzó partido completo en el juego decisivo y el sencillo de Goose Goslin trajo al plato al jugador/manager Mickey Cochrane con la carrera que les dio la victoria para dejar tendido al rival.

17. Indios de Cleveland: Vencieron a los Yankees en la SDLA de 1997

Los Indios llegaron a los playoffs en cinco temporadas consecutivas en la década de los 90, pero no todos esos equipos eran considerados poderosos. Esta edición terminó con marca de 86-75 con un diferencial de carreras de más-53 (nadie más en la Central LA terminó por encima de los .500). Los Yankees jugaron para 96-66 con un diferencial de carreras de más-203. Por supuesto, cualquier equipo con Jim Thome, Manny Ramírez, David Justice y Matt Williams en su alineación es capaz de dar una sorpresa. Rayos, incluso Sandy Alomar bateó .324/.354/.545 ese año.

Momento clave/juego: Alomar empató el Juego 4 en la octava entrada con un cuadrangular ante Mariano Rivera y el hit de Omar Vizquel para ganar el partido en la novena ante Ramiro Mendoza y que evadió a Derek Jeter para traer a Marquis Grissom al plato desde la intermedia.

16. Rays de Tampa Bay: Vencieron a los Medias Rojas en la SCLA de 2008

¿Una sorpresa? Quizás no. Después de todo, los Rays ganaron la división con 97 victorias mientras que los Medias Rojas terminaron con 95 triunfos. Aun así, estos eran los Rays - conocidos como los Devil Rays antes del 2008 - y habían perdido 96 juegos en 2007. Y 101 en 2006. Fue una corrida un tanto divertida hacia la postemporada, pero no había manera que ellos pudieran vencer a los campeones defensores de la Serie Mundial. Pero lo lograron en siete juegos.

Momento clave/juego: El novato David Price, con 14 entradas de experiencia en Grandes Ligas, entró en la parte baja de la octava entrada del Juego 7 con ventaja 3-1, las bases llenas y dos outs. Abanicó a J.D. Drew y luego terminó la labor para conseguir su primer salvamento en Grandes Ligas.

15. Astros de Houston: Vencieron a los Cardenales en la SCLN de 2005

Detrás de Jeff Bagwell y Craig Biggio, los Astros tuvieron algunos equipos poderosos al final de la década de los 90 y el 2000. Pero este no fue uno de esos. Bagwell se perdió la mayor parte del año, Biggio estaba en declive y apenas ganaron 89 juegos. Los Cardenales consiguieron 100 victorias por segunda temporada seguida. Sin embargo, los Astros tenían un imponente trío de abridores -- Roger Clemens, Andy Pettitte y Roy Oswalt - quienes terminaron con efectividad por debajo de 3.00 (Clemens terminó con 1.87). Todo el mundo recuerda el batazo de Albert Pujols para ganar el Juego 5, pero Houston ganó la serie en seis juegos.

Momento clave/juego: Oswalt permitió una carrera y tres hits en siete entradas para ganar el Juego 6.

14. Piratas de Pittsburgh: Vencieron a los Yankees en la Serie Mundial de 1960

Esta parece una sorpresa mayor de la que es en realidad, en parte porque los Yankees ganaron partidos con anotaciones de 16-3, 10-0 y 12-0. Los Piratas terminaron con marca de 95-59 mientras los Yankees jugaron para 97-57 y los Piratas tuvieron el mejor diferencial de carreras. Aun así, estos eran los Yankees de Mickey Mantle y Yogi Berra y Whitey Ford y los Piratas, que fueron perdedores perennes durante gran parte de la década de los 50, habían ganado su primer banderín desde 1927. La derrota le costó a Casey Stengel su trabajo como manager de los Yankees.

Momento clave/juego: Bill Mazeroski ganó el dramático Juego 7 con un cuadrangular para dejar tendido al rival y darle a los Piratas la victoria 10-9 en lo que muchos consideran el mejor juego jamás disputado.

13. Cardenales de San Luis: Vencieron a los Filis en la SDLN de 2011

Los campeones de la Serie Mundial 2006 solo ganaron 83 juegos, así que podemos seleccionar su victoria en la SCLN ante los Mets con 97 victorias, o su triunfo en la Serie Mundial sobre los Tigres con 95 victorias, pero yo seleccioné su sorpresa sobre los Filis. Los Filis eran una de las potencias de ese momento, con 102 victorias y una de las mejores rotaciones de todos los tiempos. Los Cardenales habían logrado 90 victorias, alcanzando la postemporada en el último día de la campaña regular.

Momento clave/juego: Chris Carpenter venció a Roy Halladay 1-0 en el Juego 5 con un juego completo de apenas tres hits. Los Cardenales terminaron ganando la Serie Mundial.

12. Marlins de Florida: Vencieron a los Yankees en la Serie Mundial de 2003

Los Marlins nunca han terminado en primer lugar, y comoquiera tienen dos cetros de Serie Mundial - nunca han perdido una serie de postemporada. El béisbol es extraño e injusto, alegre y horrible. ¿Cuál fue la sorpresa más grande? ¿Los Marlins de 1997 con 92 victorias venciendo a los Bravos con 101 victoria en la SCLN o los Marlins de 2003 con 91 triunfos venciendo a los Yankees con 101 victorias en la Serie Mundial? Yo le doy la ventaja a la sorpresa en la Serie Mundial.

Momento clave/juego: Los Marlins ganaron el Juego 4 gracias al cuadrangular de Alex González para dejar tendido al rival en la entrada 12 ante Jeff Weaver -- Mariano Rivera nunca entró al partido - pero esta Serie Mundial es recordada por la blanqueada de cinco hits lanzada por Josh Beckett en el Juego 6 con tres días de descanso.

11. Filis de Filadelfia: Vencieron a los Bravos en la SCLN de 1993

Los Filis del 93 eran un grupo de locos que vivía duro y les gustaba la diversión. Por un año, fueron un equipo legítimamente grande - el 1993 fue la única temporada ganadora de la franquicia entre 1987 y 2000 - pero nadie esperaba verlos vencer a los Bravos con 104 victorias en la SCLN. Los Bravos, quizás agotados por una cruenta contienda divisional con los Gigantes, se llevaron dos de los primeros tres juegos antes que los Filis ganaron los últimos tres.

Momento clave/juego: En el Juego 5, los Filis tomaron ventaja de 3-0 detrás de Curt Schilling al llegar a la baja de la novena. Luego de un boleto y un error, entró en relevo Mitch Williams y lo próximo que supimos era que el partido se había empatado. Se puede llamar un presagio. Sin embargo, Lenny Dykstra rescató el día con un cuadrangular ante Mark Wohlers en la 10ª entrada.

10. Padres de San Diego: Vencieron a los Bravos en la SCLN de 1998

Los Padres ganaron 98 juegos, aunque con un record Pitagoreano de 93-69, y luego vencieron a los Astros con 102 victorias en la SDLN y los Bravos con 106 triunfos en la SCLN. En el camino ellos vencieron dos veces a Randy Johnson, a Tom Glavine dos veces, y una a Greg Maddux, antes de perder ante los Yankees en la Serie Mundial. Probablemente este fue el mejor de todos aquellos grandiosos equipos de los Bravos de esta era, ya que tuvieron cinco abridores con más de 16 victorias cada uno y cuatro toleteros con más de 30 cuadrangulares. Ellos superaron a sus rivales por 245 carreras. Pero entonces chocaron contra Sterling Hitchcock.

Momento clave/juego: Hitchcock venció a Maddux en el Juego 3 y entonces a Glavine en el Juego 6 (con cinco entradas en blanco).

9. Rojos de Cincinnati: Vencieron a los A's en la Serie Mundial de 1990

Eran los 'Nasty Boys' versus los 'Bash Brothers', el máximo choque de poder contra poder. Los Atléticos eran grandes favoritos, en búsqueda de su segundo título seguido tras ganar 103 partidos - 12 más que los Rojos. Pero los Rojos no dejaron espacio para nada. Y mayormente, fue todo gracias a José Rijo. Permitió una carrera en 15 1/3 entradas al ganar los Juegos 1 y 4.

Momento clave/juego: En la parte baja de la 10ª entrada del Juego 2, el poco utilizado utility Billy Bates - había tenido solo cinco apariciones en el plato con los Rojos y bateaba .088 en la temporada (3-en-34) - llegó a base con un rodado en el cuadro ante Dennis Eckersley y luego anotó la carrera de la victoria. Fue la última aparición del jugador en su corta carrera en Grandes Ligas.

8. Bravos de Boston: Vencieron a los Atléticos en la Serie Mundial de 1914

Considerando todas las veces que los Bravos de Atlanta han sido sorprendidos en la postemporada (¡ver arriba!), no es una sorpresa que usemos a los Bravos de Boston para entonces su propia sorpresa. Los milagrosos Bravos estaban en último lugar al 18 de julio - octavos entre ocho equipos - pero jugaron para 31-8 en septiembre/octubre para ganar el banderín de la LN. En la Serie Mundial, ellos barrieron a los Atléticos de Connie Mack, quienes habían ganado en 1910, 1911 y 1913. Mack, desilusionado por la derrota y encarando problemas financieros, desmanteló el equipo luego de la derrota.

Momento clave/juego: En el Juego 3, los A's tomaron ventaja con dos carreras en la 10ª. Sin embargo, los Bravos lo empataron con una carrera gracias al cuadrangular del receptor Hank Gowdy - en ese momento los jonrones eran escasos - y entonces ganaron en 12 entradas.

7. Reales de Kansas City: Vencieron a los Cardenales en la Serie Mundial de 1985

La postemporada de 2014 y 2015 fueron de alegría trascendente, pero esta fue la mayor sorpresa de todas. Este equipo tenía a George Brett en su pico y el ganador del Cy Young de 21 años Bret Saberhagen, pero era un equipo de 91 victorias y no era tan bueno como algunos de los equipos de los Reales de años atrás que habían fallado en ganar una Serie Mundial. Los Cardenales habían ganado 101 juegos.

Momento clave/juego: Los Cardenales tenían ventaja 1-0 en la baja de la novena del Juego 6, a tres outs del título. Jorge Orta conectó un rodado por la primera base, y el lanzador Todd Worrell salió a cubrir para el out. Excepto que el oficial Don Denkinger falló la jugada. Los Cardenales se autodestruyeron desde ese momento en adelante con un elevado de foul que no pudieron atrapar y un passed ball y los Reales anotaron dos veces y luego ganaron el Juego 7 detrás de la blanqueada de Saberhagen con marcador de 11-0.

6. Mellizos de Minnesota: Vencieron a los Cardenales en la Serie Mundial de 1987

Uno de los peores campeones de Serie Mundial de todos los tiempos, los Mellizos ganaron 85 partidos y fueron superados por 20 anotaciones. Si hicieron una cosa bien: Ganaron en el Metrodome. Ellos jugaron para 56-25 en casa y 29-52 como visitantes, pero gracias a las peculiaridades de un calendario preestablecido tuvieron ventaja de local tanto en la SCLA como en la Serie Mundial. Jugaron para 6-0 en casa. Larga vida al Homer Hankie. Los Cardenales habían jugado de 95-67, aunque Jack Clark, su mejor bateador (.286/.459/.597, 35 jonrones), se perdió la serie y Terry Pendleton jugó tres de los siete juegos.

Momento clave/juego: El grand slam de Kent Hrbek abrió el Juego 6 y lo envió al Juego 7, el que ganaron los Mellizos gracias a Frank Viola.

5. Gigantes de Nueva York: Vencieron a los Indios en la Serie Mundial de 1954

Los Gigantes tenían al JMV de la LN Willie Mays, al ganador de 21 juegos Johnny Antonelli y a los ases del bullpen Hoyt Wilhelm y Marv Grissom y jugaron para 97-57 - y comoquiera esta fue una gran sorpresa. Esto debido a que los Indios habían ganado 111 juegos, en ese momento un record para la Liga Americana, detrás de la estelar rotación de Early Wynn, Bob Lemon, Mike García y un todavía efectivo Bob Feller. Larry Doby lideró la LA en jonrones y remolcadas. Y entonces los Gigantes barrieron la serie.

Momento clave/juego: La famosa atrapada de Mays llegó en la octava entrada del Juego 1, conservando el empate 2-2, y los Gigantes eventualmente ganaron en 10 entradas gracias al cuadrangular de tres carreras como emergente de Dusty Rhodes para dejar tendido al rival.

4. Medias Blancas de Chicago: Vencieron a los Cachorros en la Serie Mundial de 1906

Si tu apodo es "The Hitless Wonders (Las Maravillas que No Batean)", probablemente califique como una sorpresa. De hecho, esto podría considerarse como la mayor sorpresa en la historia de la postemporada ya que los Medias Blancas jugaron para 93-58 y los Cachorros jugaron para 116-36. Si a ustedes les gusta el béisbol de 1906 y quieren poner esta en la cima de su lista, adelante. De todos modos, los Medias Blancas batearon .230 ese año, el peor de la Liga Americana. Sin embargo, los Medias Blancas usaron el método de Moneyball 95 años antes del verdadero "Moneyball", al liderar la liga en boletos y terminando terceros en carreras anotadas. Además tuvieron un cuerpo de lanzadores que permitió la menor cantidad de carreras en la liga, liderados por el experto en la bola ensalivada Ed Walsh, quien logró 10 blanqueadas ese año.

Momento clave/juego: Walsh lanzó una blanqueada de dos hits y 12 ponches en el Juego 3. Los Medias Blancas ganaron en seis juegos con Jiggs Donahue remolcando tres ante Three Finger Brown en el juego decisivo. Nunca dejen pasar la oportunidad de escribir "Jiggs Donahue."

3. Medias Rojas de Boston: Vencieron a los Yankees en la SCLA de 2004

Se puede discutir que esta califica como la mayor sorpresa de la historia, no solo por el historial entre ambas franquicias, sino por el hecho de que los Medias Rojas se convirtieron en el único equipo en la historia en recuperarse de un déficit 0-3 en una serie postemporada. En realidad, ambos equipos estaban muy parejos: los Yankees ganaron 101 partidos, los Medias Rojas 98 y en realidad los Medias Rojas tuvieron un mejor diferencial de carreras (más-180 a más-89). Así que ¡quizás ni siquiera se podría considerar una sorpresa!

Momento clave/juego: Dave Roberts se roba la segunda base y pone todo en movimiento.

2. Dodgers de Los Angeles: Vencieron a los Atléticos en la Serie Mundial de 1988

Los Dodgers tuvieron dos jugadores que conectaron más de 10 cuadrangulares y uno de ellos solo tuvo un turno al bate en la Serie Mundial (y que clase de turno). Su tercer bateador en la Serie Mundial conectó un cuadrangular en toda la temporada. Su segundo bateador promedió .223 con OBP de .288. Su antesalista tuvo OBP de .268. Su torpedero bateó .199. Los Atléticos habían ganado 104 juegos, y los Dodgers 94. Esto se trató de la heroicidad de Kirk Gibson y Orel Hershiser cargando a un equipo sobre su espalda y un recordatorio que absolutamente cualquier cosa puede ocurrir en una serie corta.

Momento clave/juego: Como dijo Vin Scully, "Y miren quien viene a batear".

1. Mets de Nueva York: Vencieron a los Orioles en la Serie Mundial de 1969

En un nivel, quizás esto sea sobrevalorado como la mayor sorpresa. Después de todo, los Mets ganaron 100 juegos. Pero por otro lado, los Orioles ganaron 109, así que había una gran diferencia en la columna de victorias. Los Mets también superaron su record Pitagoreano por ocho victorias, así que se podría argumentar que su verdadero nivel de talento no era realmente el de un equipo de 100 victorias. Puntualmente, ellos ganaron apenas 83 partidos la temporada siguiente. Lo que hace a los Milagrosos Mets el mejor milagro en la historia de la postemporada es la historia de fondo. Ellos jugaron para 73-89 en 1968, lo que era el mejor -- ¡por 12 victorias! - en la corta historia de la franquicia. Era un equipo extremadamente joven. Hasta que consiguieron vía cambio a Donn Clendenon, el titular de posición más viejo tenía 26 años. Los primeros cuatro abridores tenían 26 años o menos. Ellos salieron de la nada y vencieron a unos poderosos Orioles en cinco juegos.

Momento clave/juego: Muchos momentos locos y grandes atrapadas a lo largo de la serie, pero la joya fue la victoria de Tom Seaver 2-1 en el Juego 4 cuando lanzó las 10 entradas.

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Atléticos no son tan aburridos como puede creerse

FECHA
11/03
2018
por Jerry Crasnick | Escritor Senior de ESPN.com
MESA, Arizona - Los Astros de Houston son los campeones defensores de la Serie Mundial. Shohei Ohtani está llamando tanta atención en el campamento de Angelinos de Los Ángeles, que apenas se menciona a Mike Trout. Los Marineros de Seattle tienen tres miembros potenciales del Salón de la Fama dentro de su roster con Robinson Canó, Félix Hernández e Ichiro Suzuki. Y los Rangers de Texas tienen los elementos para conformar una película de buenos amigos si Bartolo Colon y Tim Lincecum ("Big Sexy" al lado de "The Freak") terminan formando parte del roster del Día Inaugural.

Los Atléticos de Oakland, el siguiente equipo en el orden de generación de titulares en la División Oeste de la Liga Americana, siguen su marcha dentro del mismo relato que ya muestra síntomas de agotamiento. Cuando no están involucrados en una queja introducida por el Sindicato de Peloteros, alegando que cuatro equipos están acaparando dinero producto de las ganancias obtenidas por distintos canales, los Atléticos se encuentran metidos en una búsqueda interminable para conseguir un nuevo parque con amenidades modernas y plomería adecuada.

Los Atléticos han quedados sumidos en el sótano de su división durante tres temporadas consecutivas, y carecen del pitcheo abridor establecido para dar así el gran salto hasta convertirse en contendores esta temporada. Sin embargo, la mejoría en su sistema de granjas y un grupo interesante de jóvenes grandeligas les dan razones para tener esperanzas.

"Depende de nosotros el armar un equipo lo suficientemente bueno para mantener a la gente hablando de nosotros", indica el gerente general David Forst. "Entendemos eso. Sin embargo, pienso que los muchachos que juegan en el terreno cargan con cierta responsabilidad debido a ello. Ha habido ocasiones en los últimos 20 años en las cuales esa situación ha jugado a nuestro favor".

Los Atléticos han negociado la partida de Josh Donaldson, Sonny Gray, Yoenis Céspedes y a su trabajador héroe Stephen Vogt en años recientes, y los jugadores que forman parte de su roster de 25 no llamarán mucho la atención al cruzar lobbies de hotel y terminales aeroportuarios durante la próxima temporada. Aun así, pasar una jornada en el Hobokam Stadium nos muestra a un grupo agradable y unido con varios relatos interesantes.

He aquí cinco razones por las cuales los Atléticos de Oakland en 2018 son más interesantes de lo que la gente cree:

Oakland es el hogar del próximo gran antesalista defensivo del béisbol

Matt Chapman
Bob Levey/Gett ImagesEl rango de Matt Chapman ya provoca comparaciones con algunos de los mejores defensores de la esquina caliente en MLB.
Matt Chapman creció en Lake Forest, California y jugó en la misma Pequeña Liga al lado de Nolan Arenado. Ambos fueron a la Secundaria El Toro y jugó como campocorto con los Chargers. Cuando Arenado estaba en su último año de bachillerato, Chapman cursaba segundo año y aprendió la importancia de la determinación y una fuerte ética de trabajo.

¿Hay algo en el agua potable de Lake Forest que ayuda a crear antesalistas defensivos de calidad?

"Quizás nuestro cuadro en secundaria era tan malo, que parecía fácil cuando jugábamos en buenos campos", Chapman dijo entre risas. "No me citen en la frase anterior. Mi entrenador de secundaria me podría matar".

¿Cuánta fortaleza representa la presencia de Chapman en el cuadro? Ryan Christenson, nuevo coach de banca de Oakland, jugó al lado de Eric Chavez, seis veces ganador del Guante de Oro, y considera que Chapman es mejor que Chávez en la esquina caliente.

Un evaluador de la Liga Americana está de acuerdo con esa idea, ubicando a Chapman a la par de Arenado y Manny Machado, los estándares dorados mellizos de la excelencia defensiva. Los primeros números lo muestran: Durante el año pasado, Chapman aportó una cifra asombrosa de plus-19 carreras impedidas a la defensiva en 84 encuentros jugados con Oakland.

"No estoy diciendo que él sea mejor que esos peloteros", dice el evaluador. "Pero es merecedor de incluirlo en el debate".

Los Atléticos, igualmente, han elogiado la capacidad de liderazgo de Chapman y sus intangibles. Entró al clubhouse del equipo grande el 15 de junio pasado y se mostró cómodo desde su primer turno al bate, cuando se enfrentó a Jordan Montgomery, de los Yankees de Nueva York.

Chapman demostró su capacidad de liderazgo durante un encuentro complicado con los Angelinos en septiembre pasado. El receptor de los Angelinos Juan Graterol estaba convencido que los bateadores de Oakland estaban leyendo sus señas o recibiendo otras señas desde la segunda base y mostró su disgusto de forma evidente a varios toleteros rivales. Cuando Chapman llegó a la caja de bateadores, le dijo a Graterol que se tranquilizara, lo cual produjo su expulsión, sentenciada por el umpire Mike Everitt, junto con el respeto instantáneo de sus compañeros.

"Es un líder", indicó Khris Davis a los periodistas después del enfrentamiento. "Lo hace de forma natural. Podrá ser un novato, pero un día, será el líder indiscutible de su equipo".

El éxito de Chapman como bateador dependerá en su capacidad de mantener su swing compacto, para así hacer más contacto de forma consistente y poder enfrentar con solvencia a lanzamientos rompientes. Fue bateador con promedio de .244 en ligas menores, aparte de batear para .234 y poncharse en el 28.2 por ciento de las ocasiones como novato. Sin embargo, pone la pelota en juego y su comportamiento confiado sugiere que será capaz de superar las deficiencias en su juego.

"Con cada equipo del cual he hecho parte, quería ser un pelotero al cual la gente perciba como líder o que digan de él: 'Ese muchacho hace las cosas de forma correcta. Quiero ser como él'", dice Chapman. "No he averiguado mucho, no sé si hay un rol específico en el cual se le coloca algo especial a una camiseta. Pero quiero estar allí para cualquier miembro de nuestro equipo, al igual que espero que ellos estén allí para mí y nos ayuden a ser los mejores y más exitosos peloteros que podamos ser".

Y cuentan con la versión oeste de Rhys Hoskins

APLas tasas de jonrones de Matt Olson en 2017 solo pueden describirse como históricas.
O quizás Rhys Hoskins es la versión Este de Matt Olson y la gente no lo sabe aún.

A mediados de septiembre, los Atléticos viajaron a Filadelfia para una serie interligas de tres partidos. En un momento determinado, Hoskins llegó a primera base y él y Olson se saludaron mutuamente. Ambos jóvenes sluggers compartieron algunas ideas sobre sus insurgencias de poder a finales de temporada.

"Él sabía bien lo que estaba haciendo yo y obviamente yo estaba en conocimiento de lo que él hacía", dijo Olson. "Su nombre estaba siendo mencionado en todos lados. Hablamos y me preguntó si los medios me estaban acosando. Le dije: 'Eh, honestamente no'. Siento que nadie sabía (lo que estaba haciendo). Todo bien. Le respondí: 'Mantente sano, sigue así y buena suerte por el resto del camino'".

Hoskins pasó a tener un desempeño impresionante con 11 cuadrangulares en 79 turnos en agosto pasado antes que Olson lo superara con 13 jonrones en 79 apariciones al plato en septiembre. Durante la temporada, Olson promedió un cuadrangular por cada 7.88 turnos al bate, cuarta mejor cifra de la historia para un toletero con al menos 200 apariciones al plato. Solamente Barry Bonds (en 2001) y Mark McGwire (en 1998 y 2000) lo han superado.

Al final de la campaña, Olson había acumulado 24 jonrones y 23 sencillos. Traten de entender las implicaciones de dicha hazaña por un segundo.

Olson creció en Lilburn, Georgia, a 40 minutos de Atlanta, y jugó en los mismos terrenos de liga juvenil en los cuales se formaron Clint Frazier, Austin Meadows y Lucas Sims. Su hermano mayor fue a la Univertsidad de Harvard, y Olson estaba destinado a acudir a la Universidad de Vanderbilt hasta que los Atléticos lo atrajeron a firmar con ellos con un bono de $1.08 millones. Al igual que su ídolo de niñez, Chipper Jones, decidió zambullirse a las aguas del béisbol organizado de adolescente.

La forma de bateo de Olson es algo poco ortodoxa, con sus manos alejadas del cuerpo. Sin embargo, ha podido hacer los ajustes necesarios para hacerse menos vulnerable a los lanzamientos difíciles en la parte interna de la zona de strike. Su próxima asignatura pendiente es mejorar ese promedio de bateo de .184 en 56 apariciones al plato en Grandes Ligas contra los zurdos. Oakland planifica darle mayor tiempo de juego mientras sea necesario para así poder trabajar a tal fin.

Atléticos tienen respuesta a la pregunta de trivia sobre jonrones que nunca habrían adivinado

Rich Graessle/Icon SportswireEn las últimas dos temporadas, Khris Davis ha sido el segundo mejor jonronero, únicamente superado por Giancarlo Stanton.
Forst y el vicepresidente ejecutivo Billy Beane dieron un gran golpe en 2016 al negociar a los jugadores de ligas menores Jake Nottingham y Bubba Derby a Milwaukee por Khris Davis, un joven jardinero que apenas estaba empezando a desarrollar su potencial para batear de poder. Durante el año pasado, Davis se sumó a Jimmie Foxx como el segundo pelotero en la historia de los Atléticos en registrar dos campañas seguidas con al menos 40 jonrones. En las dos zafras anteriores, sus 85 vuelacercas quedaron en segundo lugar tras los 86 de Giancarlo Stanton entre todos los bateadores de Grandes Ligas.

"Se puede hacer mucho dinero preguntándole a la gente: '¿Quién es el segundo mejor jonronero de las Mayores después de Stanton?'", indicó un scout de la Liga Americana.

La producción de poder de Davis asombra el doble debido a la estatura física de Davis, la cual es poco imponente. Tiene estatura compacta de 5 pies, 11 pulgadas y 200 libras de peso, y genera mucho poder gracias a sus caderas y un fuerte tren inferior. Ha conectado 45 de esos 85 jonrones en el Oakland-Alameda County Coliseum, incluso a pesar del hecho que ese estadio es notoriamente retador para los bateadores. (El año pasado, cuando se ubicó en el puesto 11 entre los parques más amistosos para los toleteros en las Mayores, fue una excepción notable).

Davis ha forjado un nexo con su tocayo, Chris Davis de los Orioles de Baltimore, quien ha intercambiado palabras de aliento con él durante varias conversaciones casuales en la primera base. El Davis que juega con los Orioles tiene un contrato por $161 millones, una aparición en el Juego de Estrellas y dos títulos jonroneros en su resumen curricular. Su homólogo en Oakland dispara vuelacercas con regularidad y sigue disfrutando de relativo anonimato en la escena nacional en Estados Unidos.

"A veces me confunden con él y la gente menciona el apodo 'Crush' refiriéndose a mí", dice Davis. "He estado en restaurantes en Oakland y la gente es lo suficientemente amable como para brindarme la cena. Realmente aprecio la hospitalidad y ventajas de ese estilo. Eso nunca sucede en la carretera. Tienes que conocer de verdad sobre béisbol para reconocer mi rostro".

Davis recibió una agradable sorpresa recientemente cuando se le informó que el número 1 en cuanto a similitud como bateador según Baseball-Reference.com es nada menos que Bo Jackson, alguien que jamás pasó por el anonimato en su carrera en dos deportes, el béisbol mayor y el fútbol americano de la NFL.

"Eso es asombroso", dice Davis. "Tenía su afiche en mi cuarto cuando era niño. Era un jugador maravilloso".

Albergan la historia familiar más conmovedora en el béisbol

Kelley L Cox/USA TODAY SportsAl sumarse a los Atléticos, Stephen Piscotty aportará talento a los jardines del equipo y de paso, podrá manejar de cerca su situación familiar.
En diciembre pasado, los Atléticos cambiaron a los jugadores de ligas menores Yairo Muñoz y Max Schrock a los Cardenales de San Luis, recibiendo al jardinero Stephen Piscotty, quien fuera seleccionado en la primera ronda del draft. Piscotty había tenido un desempeño discreto, viendo decaer su OPS de .800 a .708 en una sola temporada, apenas disparando nueve cuadrangulares en 401 apariciones al plato.

Piscotty, comprensiblemente, estaba distraído por problemas familiares en su residencia de Pleasanton, California. Su madre Gretchen fue diagnosticada en mayo de 2017 con esclerosis lateral amiotrófica, enfermedad degenerativa de tipo neuromuscular originada cuando células del sistema nervioso disminuyen gradualmente su funcionamiento y mueren, provocando parálisis muscular progresiva de pronóstico mortal. La enfermedad de su progenitora le afectaba desde la distancia.

"Siento que me han quitado un gran peso de los hombros", dice Piscotty. "La esclerosis lateral amiotrófica es difícil. Se desarrolla rápidamente, desafortunadamente, especialmente como ocurrió en el caso de mi madre. Hubiese sido muy difícil para mí el asumir una temporada sabiendo que me tendría que ausentar durante ocho meses. Es algo muy difícil de asimilar. Cuando ocurrió el cambio, fue un alivio significativo".

"Estaré viviendo en mi casa. Tendré que intercambiar habitaciones con mis dos hermanos menores pero sí, hay un cuarto disponible. Y allí estaré yo. En este momento en nuestra casa, siempre hay alguien que presta ayuda y yo puedo ser una de esas personas. Es una gran sensación. No hay nada peor que estar lejos y deseoso de ayudar y simplemente, no se puede estar allí".

Si bien Forst, Beane y el gerente general de los Cardenales, John Mozeliak, estaban conscientes de las implicaciones que su negociación tendría fuera del terreno, este pacto tenía sentido para ambas partes en lo meramente deportivo. Los Cardenales se sentían cómodos con unos jardines conformados por Marcell Ozuna, Tommy Pham y Dexter Fowler para dejar ir a Piscotty y a Randal Grichuk durante el invierno. Los Atléticos, ubicados en el puesto 25 en las Mayores con OPS de .704 contra pitcheo zurdo en la pasada campaña, consiguieron un joven jardinero con habilidad de embasarse y un contrato que lo mantiene bajo control del equipo por la cantidad manejable de $30.5 millones hasta 2022. Previamente, los Atléticos tenían en su radar a Piscotty cuando estudiaba en la Universidad de Stanford, practicando béisbol y buscando graduarse en ingeniería atmosférica y de energía.

"Conversé con Stephen después que hicimos el cambio y le dije: 'Mira, este cambio fue hecho por motivos exclusivamente de béisbol. Necesitábamos a un jardinero que pudiera batear a la derecha, y tú encajas perfectamente con nuestras necesidades. Tras haber dicho eso, estoy muy emocionado por tu familia, porque podrás venir a casa y tu mamá te podrá ver jugar'", dijo Forst.

Piscotty, de 26 años, se comprometió durante la temporada baja. Su prometida se mudará con él a su residencia familiar de Pleasanton y ella tiene un apartamento en San Francisco donde podrá ir a disfrutar de un "tiempo para mí" de manera ocasional. Piscotty ahora tiene tanta cercanía con su casa que podrá regresar a California y ver a su mamá durante uno o dos días que tenga libres en la Liga del Cactus. Además, la publicidad generada por su historia familiar ha contribuido a recaudar más de $20,000 para el Instituto de Desarrollo de Terapias para la esclerosis lateral amiotrófica.

"Definitivamente, las estrellas se han alineado", expresó. "Me sentí muy bien por llegar acá y unirme a este joven equipo. Creo que vamos a sorprender a un montón de gente".

La "Pequeña Gran Unidad" está presente en el campamento

Steve Mitchell-USA TODAY SportsNo son pocos los que comienzan a comparar el físico de A.J. Puk con el de Randy Johnson.
A.J. Puk solía mantener su cabello corto en sus días de secundaria en Iowa y en la Universidad de Florida, antes de decidirse por dejar crecer una larga melena roja que divide las opiniones tanto como "Moneyball". Puk dice que le gusta al 50 por ciento de la gente y al otro 50 por ciento, pues, no le gusta tanto.

"Es muy similar a la película 'Bull Durham: La Bella y el Campeón'", dice Forst. "Cuando ganas 20 juegos en Grandes Ligas, uno puede dejarse el cabello como a uno le plazca y la gente pensará que eres creativo".

Los Atléticos tienen una gran apuesta por Puk. Fue tomado en el sexto puesto del draft 2016 y le firmó con un bono por $4.07 millones antes de ponerlo a viajar en una excursión por todo Estados Unidos en su proceso de desarrollo como pelotero. En 157 2/3 innings con los Vermont Lake Monsters, los Stockton Ports de California y los Midland RockHounds de Texas, Puk ha ponchado a 224 bateadores.

Puk creció siendo aficionado de Jon Lester y está acostumbrado a ser comparado con Andrew Miller y Chris Sale, siendo zurdos altos y delgados con aspectos poco convencionales. Melvin reconoció al elefante cinco veces ganador del Cy Young presente en el lugar cuando expresó que muchas cosas de Puk le recuerdan a Randy Johnson.

"No puedes evitar pensar eso", dice Melvin. "No hay mucha gente que tenga ese aspecto. Se acercan un poco más a ti cuando hacen sus envíos. Lanza duro, el cabello, todo en general. No queremos que A.J. sienta que debe cumplir y hacerle honor a una comparación de ese tipo. Sin embargo, tiene un gran repertorio".

Melvin, quien fue manager de Johnson en Arizona en 2007-08, consiguió reunir a Johnson y Puk el año pasado para que compartieran cara a cara. Puk ha hecho progresos significativos con la ayuda del coordinador de pitcheo de ligas menores Gil Patterson, quien le inculcó una forma de envío híbrida entre estirarse y un windup que le permite mantener su punto de envío y lanzar strikes con todos los distintos lanzamientos con los que cuenta como parte de su arsenal.

"No puedo imaginar que pasará mucho tiempo antes que se convierta en una opción definitiva para nosotros", dice Forst.

Cuando Puk se una al equipo grande, su nombre y aspecto peculiares le podrían convertir en una rareza dentro del roster de los Atléticos: Podría atraer suficientes seguidores para así garantizar que alguien le invite a una cena gratis en una ciudad distinta a Oakland.

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Aficionados y Fanáticos al "Rey de los Deportes": Es lamentable que un equipo de tanta tradición como los Atléticos de Oakland, se hayan convertido en el "Patito Feo" de su división, ligando ahora mismo tres temporadas como sotaneros de la misma.

Los Astros de Houston son los actuales campeones, los Angelinos de Los Angeles han tenido sus destellos al igual que los Rangers de Texas, quienes ligaron hace poco dos Series Mundiales de forma consecutiva, y los Marineros de Seattle, pues le podrían hacer competencia a Oakland en esa cuestión de ser los frustrados de la División Oeste de la Liga Americana.

Pero Seattle nunca ha llegado siquiera al Clásico de Otoño, mientras que los Atléticos no solo han llegado a bastantes, sino que han ganado unas cuantas e incluso tuvieron una década brillante en los 70's, cuando alcanzaron hasta en tres ocasiones consecutivas la Serie Mundial, y no solo eso, sino que ganaron las tres.

Hoy en día, esos tiempos parecen inalcanzables por la forma en que se maneja el equipo y por sus políticas internas, que son sumamente efectivas para desarrollar peloteros, pero no para ganar campeonatos en esta era.

El espectáculo en Oakland lo seguirá poniendo Khris Davis, quien viene a su tercera campaña con el equipo habiendo conectado 85 cuadrangulares en sus dos primeras temporadas en la bahía, además de remolcar 212 carreras en total, números a los que ni siquiera se acercó en sus primeros tres calendarios en Milwaukee.

El venezolano Franklin Barreto y los novatos Matt Olson y Matt Chapman, además de Marcus Semien, podrían hacer que la gente en Oakland se interese mucho en la ofensiva del equipo. Semien ha madurado mucho, ha trabajado en mejorar su defensiva y llegó a tener temporada de 27 home runs y 75 producidas en el 2016 antes de que problemas físicos recortaran su campaña anterior.

Barreto ha causado tan buena impresión jugando la segunda base, que la organización podría estar hasta cambiando a Jed Lowrie, para darle la tirularidad de tiempo completo al caraqueño. Y los "Matt's", Olson y Chapman, ocuparán las esquinas del infield, con mucha juventud (23 y 24 años respectivamente), pero también con gran defensiva, pues se dice que ambos tienen potencial de llegar a ser Guante de Oro en sus respectivas posiciones.

Oakland A's
Harry How/Getty Images
Los Atléticos se han convertido en décadas recientes en formadores de tremendos pitchers, pero lo hacen para que otros equipos terminen aprovechándolos. Este año, Kendall Graveman, Sean Manaea, Jharel Cotton y Paul Blackburn están en esa lista, pero ya veremos por cuánto tiempo permanecerán en la organización.

El equipo se va a quedar con una gran responsabilidad, ya que sus vecinos con quienes comparten la ciudad, hablando de ligas deportivas profesionales, estan cerca de abandonar Oakland. Los Raiders de la NFL se mudarán a Las Vegas y los Warriors de la NBA a San Francisco, así que los Atléticos serán la única organización deportiva profesional con sede en Oakland, y en la lucha aún por encontrar una nueva casa para abandonar el O.co Coliseum.

La gente espera que esa responsabilidad les haga cambiar de filosofía y mejorar para ser un equipo competitivo y meterse a la postemporada. Mientras tanto, tendrán que conformarse con disfrutar lo mejor en cada juego de su equipo: el gran ambiente que ponen en el Coliseo. ¡No hay nada mejor!

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Los Yankees de Nueva York y Dodgers de Los Ángeles sacaron la mayor ganancia al concluir la fecha límite para canjes en las Grandes Ligas, que este año careció de esos cambios espectaculares que estremecen el mercado y cotizó muy al alza a los lanzadores relevistas.

Para que se tenga una idea de lo lento que se movió el mercado de cambios, vale mencionar que dos de los jugadores más deseados, los abridores derechos Sonny Gray y Yu Darvish, no se mudaron hasta minutos antes de expirar el plazo este lunes, a las cuatro de la tarde.

Los Yankees adquirieron a Gray de los Atléticos de Oakland para reforzar su rotación, que ya perdió por el resto de la temporada al dominicano Michael Pineda, para encarar la recta final de la temporada.

Sonny Gray & Yu Darvish
ESPN Illustration

Una semana antes, Nueva York apuntaló su bullpen con los derechos Tommy Kahnle y David Robertson, a sabiendas de que los últimos campeonatos se han ganado con sólidos cuerpos de relevistas.

Y de paso, en el paquete vino Todd Frazier, un antesalista que si de deseos se trata, debe aportar mucho a la causa de los ilustres rayados, pues siempre soñó con vestir ese uniforme.

En la misma cuerda tocaron los Dodgers, al recibir al japonés Darvish de los Rangers de Texas, además de dos apagafuegos, Tony Watson, de los Piratas de Pittsburgh, y Tony Cingrani, de los Rojos de Cincinnati.

Los Nacionales de Washington resolvieron su mayor problema, al recibir al cerrador Brandon Kintzler de unos Mellizos de Minnesota que tiraron la toalla después de una muy buena mitad.

Kintzler (2-2, 28 salvados y 2.78 de efectividad) atraviesa por su mejor campaña, al punto de asistir a inicios de este mes a su primer Juego de las Estrellas.

Otros que reforzaron su staff de relevo fueron los Cachorros de Chicago, en medio de su mejor momento de la campaña, tras una primera mitad de récord negativo.

En esta segunda parte, en la que los abridores de los campeones mundiales han permitido dos o menos carreras en 15 partidos seguidos, era necesario apuntalar el bullpen, que no las ha tenido todas consigo.

Por eso llegó de los Tigres de Detroit, Álex Wilson, quien se ocupará de prepararle el camino al cerrador Wade Davis. Con Wilson vino en el paquete el cátcher Álex Ávila, quien disfrutaba de su mejor año, pero que ahora será relegado a la banca ante la presencia de Willson Contreras, como le ocurrió a Miguel Montero. Buena suerte con Joe Maddon y sus estrategias.

Los Astros de Houston mejoraron su pitcheo abridor con la llegada desde Toronto del zurdo dominicano Francisco Liriano, lejos de aquel estelar de hace cuatro o cinco años, pero que debe ser de gran ayuda en la parte trasera de la rotación.

Hubo canjes que no tuvieron mucho sentido, como la adquisición por los Mets de Nueva York del cerrador AJ Ramos, de los Marlins de Miami, para consolidar el bullpen, para un día después enviar al apagafuegos Addison Reed a los Medias Rojas de Boston.

Y mientras tanto, nadie se arriesgó a hipotecar su futuro para obtener a Zach Britton de los Orioles de Baltimore.

Britton, quien lleva 57 rescates seguidos y no desperdicia una oportunidad de salvamento desde septiembre del 2015, vale un potosí, pero nadie quiere desprenderse de sus mejores prospectos por un hombre elegible para un arbitraje en el que pedirá plata a manos llenas y que será agente libre un año más tarde.

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