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Si los Yankees de Nueva York quieren llegar lejos con este equipo plagado de juventud y talento, tendrán que resolver tarde o temprano el problema que representa tener al dominicano Gary Sánchez detrás del plato.   La receptoría es la posición más difícil y fundamental en la defensa de un equipo y Sánchez, en quien los Yankees pusieron todas sus esperanzas desde que lo firmaron en el 2009, con 16 años, es posiblemente el peor enmascarado de todas las Grandes Ligas.   Vamos a los números: en 42 partidos en esa posición, el dominicano ha cometido tres errores y nueve passed balls, líder de todo el béisbol en este departamento negativo.   Además, de 21 corredores que le han salido al robo, 17 han llegado con vida, para un mediocrísimo promedio de 19 por ciento de capturados.   A eso súmenle los 31 wild pitches que han lanzado los serpentineros de los Yankees cuando él está a la defensa, muchos de los cuales habrían sido perfectamente evitables por un cátcher promedio.   Ya el año pasado fue el receptor con más errores (13) y passed balls (16) en todo el béisbol.   Pero más allá de los números, a Sánchez se le ve inepto con los arreos, con severas dificultades para recibir los envíos, sobre todo los supersónicos del cerrador cubano Aroldis Chapman, que ponen a temblar a los fanáticos por el nerviosismo.   El quisqueyano es, sobre todo, un tremendo bateador, aun cuando en el 2018 sus números con el madero hayan sido bastante pobres en comparación con sus años anteriores.   Con sólo 25 años de edad, luce destinado a ser un buen bateador designado, aunque al parecer no será detrás del plato donde hará larga su carrera.

Toca al manager Aaron Boone tomar la decisión, al menos, de sustituirlo en los episodios finales, si no quiere poner en riesgo potenciales triunfos.   Austin Romine podría convertirse oficialmente en cátcher cerrador, para garantizar la defensa en el noveno capítulo.   Romine, un receptor eminentemente defensivo, además ha sido sumamente efectivo con el madero en esta campaña, con números muy por encima de los promedios de sus seis años anteriores en las Mayores, todos con los Yankees.   El segundo enmascarado está bateando para average de .344 en 22 partidos, con cuatro jonrones que igualan ya la cifra máxima que consiguió en 62 juegos en el 2016.   Además, ya suma 19 carreras impulsadas, siete menos que las 26 de hace dos años, su tope de carrera.   Está por verse si es capaz de mantener el ritmo actual si juega a tiempo completo, pero ante las deficiencias de Sánchez para atrapar pitcheos, sería conveniente combinar al máximo las habilidades defensivas de Romine con su buen momento ofensivo.   Seamos honestos. Tampoco es que la decisión sea muy difícil de tomar, aun cuando el quisqueyano es una de las caras más visibles del proceso de reconstrucción al que fue sometida la franquicia en años recientes.

Con un sueldo de poco más de 620 mil dólares en el 2018, no es muy complicado enviarlo a refrescar a la banca.   No es el mismo caso de Giancarlo Stanton, cuyos números distan mucho de aquel Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en el 2017, pero con 25 millones de salario.   Nadie le paga tanto dinero a alguien para que caliente los clavos de la banca y menos en estos tiempos, cuando la capacidad de maniobra de los managers es limitada por las órdenes que vienen de la oficina.

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ORLANDO, Florida -- Se fueron abril y mayo y para la comunidad de las Grandes Ligas eso significa que oficialmente queda prohibida la frase "aún es muy temprano" para justificar la inacción o los baches individuales y/o colectivos. ¡Bienvenido junio!

Entrando al tercer mes de la temporada regular, Medias Rojas de Boston, Indios de Cleveland, Astros de Houston, Bravos de Atlanta, Cerveceros de Milwaukee y Rockies de Colorado lideran sus respectivas divisiones.

De acuerdo a la gran Sarah Lang, del extraordinario departamento de Stats & Info de ESPN, desde 1996 el 58% (76 de 132) de los equipos que terminaron ganando sus divisiones, estaban en primer lugar entrando al primero de junio.

Esa es una muy buena noticia para los clubes en posesión de un puesto a playoffs actualmente, sobretodo para los Medias Rojas y los Yankees, la primera pareja con porcentajes de ganados y perdidos de .650 o mejor entrando a junio desde el 2007.

Boston (39-18, .684) lidera la División Este de la Liga Americana por 1.5 juegos sobre Nueva York (35-17, .673), pero el tercero (Rays de Tampa Bay) ¡está a 10 juegos! Los Yankees tienen una ventaja de 3.0 juegos sobre los Mariners de Seattle en la batalla por el primer comodín del circuito para la primera ronda de los playoffs.

De acuerdo a Elias Sports Bureau, esta es la segunda vez que los dos grandes rivales tienen porcentajes de ganados y perdidos superior a .650 entrando al tercer mes de la campaña. También courrió en el 2002, cuando Boston jugaba para .706 y Nueva York para .655. Ese año, los Yankees terminaron con la mejor marca de MLB (103-58, .640) y los Medias Rojas (93-69, .574) fallaron en pasar a playoffs.

"Esta es una competencia fuerte que se mantendrá todo el camino", dijo el relevista cubano de los Yankees, Aroldis Chapman. "Nosotros estamos enfocados en seguir ganando cada serie y mantenernos cerca, para cuando juguemos con Boston, tener la oportunidad de quedarnos con la división", dijo.

Pero incluso los mejores equipos saben que podrían necesitar hacer movimientos y tomar decisiones importantes para mejorar sus posibilidades de alcanzar la postemporada y llegar a la tierra prometida de la Serie Mundial. Y que el calendario marque junio significa que ya es hora de comezar a ejecutar y poner menos excusas, sobretodo para Boston y Nueva York.

Boston comenzó la semana pasada sacando de su roster al inicialista y bateador designado Hanley Ramírez, al que pagarán $15 millones de dólares por los últimos cuatro meses para que juegue con otro club. Desde el punto de vista del gerente general David Dombrowski y el manager Alex Cora, el club es más flexible sin el dominicano, uno de los bateadores más importante del béisbol desde el 2006.

"Sentimos que, donde estábamos en el roster, somos mucho más flexibles con los muchachos que tenemos ahora. Obviamente, el papel de Mitch Moreland va a crecer. Tenemos un Todos Estrellas en primera base en este momento", dijo Cora.

"No es nada en contra de Hanley, pero él necesita turnos al bate diarios para poder producir como jugador, lo que ya no era posible en Boston con el regreso de Dustin Pedroia y el ascenso de Moreland", agregó.

Cora, el primer latino que dirige a los Medias Rojas, tiene muy claro que su predecesor, John Farrell, no sobrevivió en el cargo a pesar de que ganó el título divisional en los dos años anteriores y la Serie Mundial del 2013. Las expectativas son extraordinariamente altas y la única forma de cumplirlas es teniendo mucho de todo.

Mientras Boston, que lidera las ligas mayores en promedio de bateo (.267) y carreras anotadas (303), hizo un movimiento ofensivo, Nueva York podría verse obligado a tomar algunas decisiones con un hombre clave de su rotación abridora: El derecho Sonny Gray.

Gray, adquirido desde los Oakland Athletics en el mercado de julio del año pasado, no ha sido exactamente el caballo que fue en 2014-15 (cuando ganó 14 juegos, lanzó dos blanqueadas y promedió 32 salidas y 200 entradas por año en la bahía). Desde que se puso el uniforme con rayas, Gray tiene foja de 4-7 y efectividad de 4.70. Nada impresionante.

Peor aún, este año el derecho tiene 3-4 y efectividad de 5.98 en 10 salidas y sin importar quien sea el catcher, Gary Sánchez, quien es el regular y no gusta al pitcher, o Austine Romine, el sustituto y el que prefiere el lanzador, Gray ha permitido cinco o más carreras en el 40% de sus aperturas. No bueno.

El manager Aaron Boone se ha pasado cuatro meses diciendo "aún es muy temprano" para apretar el botón del pánico y buscar un abridor en el mercado.

Bueno, ya estamos en junio y no es temprano. Si Gray no mejora extraordinariamente en sus próximas dos salidas, es casi seguro que Nueva York tendrá que sacrificar al prospecto Clint Frazier o a quien sea para adquirir un abridor en el mercado de mitad de temporada.

El staff de lanzadores de los Yankees posee la cuarta mejor efectividad (3.83) de su liga (Boston es segundo con 3.58), pero los abridores se combinan para 4.12. Mientras Luis Severino (8-1), Masahiro Tanaka (6-2) y CC Sabathia se combinaron para 16-4, Gray es la nota discordante del grupo.

Todos en la directiva de los Yankees saben que para ganar la primera Serie Mundial desde el 2009 es casi seguro que se necesitará contar con al menos un tercer lanzador confiable. Y también saben que no lo tienen ahora mismo.

Y fuera de las reales necesidades, es muy probable que tanto Boston como Yankees sean mencionados en las conversaciones alrededor del futuro del torpedero y antesalista dominicano Manny Machado, quien juega los últimos partidos de su carrera como miembro de los Orioles de Baltimore.

Machado, quien batea .324 con 16 jonrones, 15 dobles y 45 carreras impulsadas en su último año de contrato, será una de las piezas más atractivas en el mercado de mitad de temporada. Incluso si Boston y Nueva York tuvieran otras necesidades (o ninguna, de todos modos), un jugador de la talla de Machado es la cura a muchos problemas, incluso para los que no existen.

Es junio, se acabó el tiempo para las excusas y postergar movimientos, especialmente para equipos como Boston y Nueva York.

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Añádanle un ingrediente adicional a la tradicional rivalidad entre los Medias Rojas de Boston y los Yankees de Nueva York.

Ambos equipos, que luchan a brazo partido el liderazgo en la división Este de la Liga Americana, tienen en Craig Kimbrel y Aroldis Chapman a los mejores cerradores del béisbol.

Getty ImagesAroldis Chapman tiene 213 salvados en 445.1 capítulos y ha liquidado por la vía de los strikes a 740 bateadores, a un promedio de 15 por cada nueve entradas.
Y no se trata sólo del dominio que ejercen cuando se paran sobre la lomita, sino por la proyección de sus carreras, que los separan de otros cerradores estelares como Wade Davis, quienes tienen el tiempo en su contra.

Kimbrel, quien cumplirá 30 años el próximo 28 de mayo, ya suma 303 salvamentos y apenas va por su novena temporada en las Mayores, divididas entre los Bravos de Atlanta, los Padres de San Diego y los Medias Rojas. Eso le da un promedio de 41 rescates por campaña.

En 488 innings y dos tercios acumula 799 ponches, equivalentes a 14.7 abanicados por cada nueve episodios. Por su parte, el cubano Chapman, dueño del pitcheo más veloz en las Mayores, es tres meses mayor, pues recién cumplió 30 el 28 de febrero.

Al igual que Kimbrel, está en su noveno año en Grandes Ligas, divididos entre los Rojos de Cincinnati, los Cachorros de Chicago y los Yankees.

Getty ImagesCraig Kimbrel, quien cumplirá 30 años, suma 303 salvamentos con los Bravos, Padres y Medias Rojas.

Tiene ya 213 salvados, 90 menos que el de Boston. En 445.1 capítulos ha liquidado por la vía de los strikes a 740 bateadores, a un promedio de 15 por cada nueve entradas. Su media de rescates por año es de 32.

El gran Mariano Rivera, considerado con justicia el mejor cerrador de todos los tiempos, salvó 652 juegos a lo largo de 19 temporadas.

A sus 30 años, la edad recién cumplida por Chapman y a punto de llegar Kimbrel, Rivera solamente sumaba 165 salvamentos.

El panameño lanzó hasta los 43 años, dando muestra de una consistencia y durabilidad envidiables. En sus últimos tiempos, lanzaba anunciada la recta cortada y seguía partiendo más bates que nadie y dominando a los rivales con la facilidad de quien mata a una mosca.

Si el béisbol fuera una ciencia exacta, Kimbrel debería superar ampliamente al último pelotero que usó el número 42 en las Grandes Ligas.

Supongamos que al igual que Mariano, estos dos logran mantenerse saludables y consistentes por 19 años.

Si el de Boston consigue 41 salvados en 19 temporadas, sería el primero en superar los 700 rescates, 779 para ser más específicos.

En el caso del cubano, terminaría su carrera con 608 salvamentos, una cifra que si bien no le alcanza para igualar o superar al panameño, lo pondría en un club exclusivo que ahora mismo, además de Rivera, sólo integra Trevor Hoffman (601).

Ambos tienen a su favor el hecho de pertenecer a equipos que siempre están en la pelea, lo cual les da abundantes oportunidades de sumar en la casilla de los salvados.

Fue algo que favoreció a Rivera, miembro de los poderosos Yankees que desde 1995, su año de debut, hasta el 2011, cuando dijo adiós, sólo quedaron fuera de la postemporada en una ocasión, 2008.

De la misma manera, el jugar 16 de sus 18 campañas con los Padres lastró las posibilidades de Hoffman, pues en 12 de ellas el equipo tuvo récord perdedor.

Pero volviendo a Kimbrel y a Chapman, el béisbol NO es una ciencia exacta.

Perfectamente los promedios de ambos pueden dispararse aún más o caer repentinamente, sus brazos podrían ser presa de inesperadas lesiones y sus aspiraciones de alcanzar al gran Mariano se irían por la borda con la misma velocidad que hoy lanzan llamas hacia el plato.

Por lo pronto, vale la pena disfrutar cada vez que se vean cara a cara en los innings finales de esos juegos que son un espectáculo digno de ver desde el primero hasta el out 27.

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NUEVA YORK - Mientras miraba a la ruidosa multitud del Bronx durante su ramillete de anotaciones en la octava entrada del miércoles en la noche, el manager de los Yankees de Nueva York Aaron Boone tuvo un pensamiento: "Estamos en mayo, y esto es un caos".

Octubre llegó al Yankee Stadium. Cinco meses antes.

Y, luego de un par de juegos con mucha energía entre los Bombarderos del Bronx y los Medias Rojas de Boston en la Gran Manzana esta semana, el Juego 3 de la serie este jueves se perfila como uno que mantendrá viva esa intensidad de postemporada.

Para el inicialista de los Yankees Neil Walker, quien participa por primera vez como jugador en la histórica rivalidad, siente que el Día de las Brujas está a la vuelta de la esquina - y no el Día de las Madres.

"Uno pensaría que con todo este alboroto estamos en septiembre u octubre", dijo Walker. "Es divertido jugar en este ambiente".

Ha sido doblemente divertido para los Yankees, quienes ganaron los primeros dos juegos, completando una remontada de tres semanas que culminó el miércoles en la noche con su ascenso al primer lugar de la División Este de la Liga Americana. Boston había estado en dicho puesto desde el inicio de la temporada.

A mediados de abril, los Yankees estaban a 7½ juegos de los Medias Rojas. Ahora, tras ganar de forma asombrosa 17 de sus últimos 18 juegos, tienen un juego de ventaja sobre sus rivales.

"Ni siquiera es que estés pendiente a los resultados todos los días", dijo Boone. "Es solo que vienes a trabajar y vienes a vencer al otro equipo. Y ellos han hecho un gran trabajo con eso, incluso cuando tuvimos una arrancada algo lenta, nada ha cambiado realmente. La actitud, el enfoque".

EPA/Jason SzenesCon 17 victorias en sus últimos 18 juegos y en la cima del Este de la americana, los Yankees y sus fanáticos andan en una nube en estos días.
El ascenso de Nueva York a la cima del Este LA comenzó el 21 de abril, cuando se embarcaron en lo que se ha convertido en una de las mejores rachas de victorias en la historia reciente de los Yankees. Con marca de 17-1 al llegar el partido del jueves, los Yankees han ganado las últimas seis series consecutivas y buscarán su segunda barrida seguida en una serie en el partido final ante los Medias Rojas.

"Eso sería bueno", dijo el veterano jardinero Brett Gardner, cuando se le preguntó sobre la posibilidad de la barrida. "Pero uno no quiere adelantarse demasiado. No hay muchas oportunidades para ello".

Si los Yankees ganan el jueves, eso marcaría su cuarta barrida en sus últimas cinco series.

"Para muchos de estos jugadores jóvenes, ningún momento es demasiado grande para ellos", dijo Gardner, al darle crédito al novato Gleyber Torres y al antesalista de 23 años Miguel Andujar por haberle dado chispa a la ofensiva en semanas recientes. "Un gran escenario, midiéndose a jugadores que nunca habían visto antes. ... No es demasiado para ellos, y han logrado buenos turnos desde arriba hasta abajo en la alineación. Son bastante implacables.

"Incluso cuando los chicos no están logrando hits, ellos han logrado buenos turnos ante buenos lanzadores y haciéndolos trabajar. Todo nos ha salido bien últimamente".

Gardner fue quien salió a trabajar en grande el miércoles, al irse de 5-3 con dos dobles, un triple y dos impulsadas en momentos clave en la victoria 9-6 sobre los Medias Rojas. Además anotó tres carreras, lo que le permitió salir de una mala racha que venía desde el inicio de la temporada que lo tenía bateando apenas .198.

La última vez que los Yankees barrieron a los Medias Rojas fue en una serie de dos juegos en abril de 2017. Antes de eso, se llevaron los tres juegos en una serie a finales de septiembre de 2016.

¿Algo que podría funcionar a favor de los Yankees en el juego final de la serie? El choque de lanzadores. Aunque el abridor de Boston, Eduardo Rodriguez, tiene marca de 3-0, también tiene efectividad de 5.29.

Además es zurdo - y los Yankees tienen un destructor certificado de zurdos en la persona de Giancarlo Stanton. Los números del toletero ante zurdos son dramáticamente mejores que ante los derechos.

Esta temporada ante lanzadores zurdos, Stanton batea .400 con OPS de 1.575, líder en la liga, además de seis jonrones y una proporción de turnos/jonrones de 5.0. Ante los derechos, batea .193 con OPS de .626, tres jonrones y tasa de turnos a jonrones de 36.3.

Stanton ha sido especialmente efectivo ante los Medias Rojas esta temporada, al promediar .526 con OPS de 1.644 y dos jonrones.

Números aparte, Boone cree que gran parte de la razón para la reciente racha ganadora de los Yankees es que sus jugadores han acogido las expectativas que los han seguido desde la temporada baja.

"Ellos esperaban ser buenos. Ellos esperaban ser un buen equipo. Y han venido a trabajar", dijo Boone. "Era solo que íbamos a hacer este tipo de juego todos los días, en cada lanzamiento, en cada entrada, en una forma muy profesional, y ellos han seguido haciendo esto, todo mientras seguimos jugando al béisbol, lo que todos amamos".

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HOUSTON - Pues bien, ¿qué piensan de toda la alharaca armada alrededor de los Yankees de Nueva York esta temporada?

Es hora de creer.

Con el perdón del fallecido Dennis Green, podemos decir que estos Bombarderos del Bronx están demostrando que son quienes pensábamos iban a ser antes de comenzar la campaña.

Lo cual quiere decir, que son un buen equipo. Un equipo sumamente bueno. A pesar de haber visto terminar su racha de nueve triunfos consecutivo el lunes cuando el pitcher de los Astros de Houston Charlie Morton tuvo una apertura dominante con 10 ponches, los Yankees consiguieron superarlo con demostraciones heroicas y dramáticas en las postrimerías del encuentro del martes.

Cierto, tuvieron que sobrevivir a la actuación de 14 abanicados por parte de Justin Verlander en ocho entradas en blanco para así conseguir la victoria 4-0. Sin embargo, los Yankees pudieron imponerse a los campeones defensores de la Serie Mundial gracias a los mismos ingredientes que los han hecho tan exitosos recientemente, en el mismo estadio en el cual su temporada 2017 terminó, quedando a un triunfo de ir al Clásico de Otoño.

Los Yankees (19-10) se aprestan a enfrentarse a los Astros en el tercer encuentro de esta serie clave de principios de temporada y por ello, les presentamos varias razones por las cuales Nueva York parece ganar ímpetu tras un lento arranque:

Un héroe diferente cada noche

El 20 de abril, los Yankees tenían récord exactamente de .500. Ubicados en el tercer lugar de la División Este de la Liga Americana con récord 9-9, se encontraban a 7 ½ juegos debajo de los líderes divisionales Medias Rojas de Boston. Tras haber sufrido una derrota 8-5 ante los Azulejos de Toront, dueños del segundo puesto, Nueva York parecía encontrarse en una situación crítica.

Con la excepción de Didi Gregorius y Aaron Judge, pocos bateadores en la parte alta y media del orden ofensivo habían ligado con suficiente frecuencia. Gary Sánchez estaba comenzando a superar un slump que sufría desde inicios de la zafra.

Al día siguiente, específicamente el 21 de abril, el mundo de los Yankees comenzó a cambiar. La ofensiva cobró vida y con ella, empezaron a ocurrir las victorias.

Con una ofensiva impetuosa, comenzaron a beneficiarse de una producción por un pelotero diferente noche tras noche capaz de sellar los triunfos.

En un partido, fue Judge quien despachó el cuadrangular que despertó al resto de los bates. En el siguiente, fue obra de Miguel Andújar, de 23 años, y su creciente colección de batazos extrabases. En un momento durante las dos últimas semanas, Andújar estaba disfrutando una racha de siete encuentros conectando al menos un extrabase, uniéndose así a Joe DiMaggio y Mickey Mantle como los únicos jugadores de la historia de los Yankees en lograr una hazaña similar antes de cumplir los 24 años.

Didi Gregorius and Aaron Judge
AP Photo/Michael WykeAsí que, ¿todo el alboroto formado sobre los Yankees de este año? Es hora de creer en ellos. Aquí les mostramos como los Bombarderos, luego de un lento arranque, están probando que son de verdad.
En otras noches, ha sido obra de Gregorius. Una racha de cinco vuelacercas en seis compromisos hizo al campocorto merecedor de su primer galardón al Pelotero de la Semana. En ocasiones recientes, cuando Gregorius no ha sido "El caballo" del Bronx, lo ha sido Sánchez, quien ha ligado tres jonrones para definir partidos en seis oportunidades.

"Definitivamente, ha sido importante cuando bateas un jonrón (como el despachado el martes, para remontar el marcador en el noveno inning) y puedes aportar para ganar el partido", indicó Sánchez. "Es importante porque ganas el encuentro, pero lo fundamental es que no estoy sólo haciendo algo así. Cuentas con todos dentro del equipo, como Didi, cualquiera de nosotros puede conseguir algo así. Al final del día, es un esfuerzo colectivo".

El torrencial Torres

Hay otro elemento que ha ayudado a llenar a los Mulos de electricidad: la llegada de Gleyber Torres, el novato sensación de 21 años, quien juega a la segunda base y considerado como prospecto número 1.

De hecho, en los 10 encuentros escenificados desde la promoción de Torres desde el Scranton Triple-A, los Yankees apenas han perdido en una ocasión. De cierta forma, es meramente coincidencia (tal como dijo Sánchez, ningún pelotero puede acreditarse de forma individual el reciente éxito de los Yankees). Sin embargo, no se puede negar que el joven infielder ha causado un impacto tangible en apenas pocos partidos con el equipo grande.

Torres ha jugado cada encuentro desde su ascenso y ha hecho aportes importantes tanto a la ofensiva como a la defensiva.

Al plato, ha ligado de hit en todos los encuentros jugados con la excepción de tres. Con el guante, ha hecho dobles matanzas de forma sutil y casi sin mostrar dificultad, haciendo una serie de atrapadas de espaldas a la pelota, haciendo lanzamientos largos y deslizándose de forma elegante. Su juego ha brindado energía y aliento al clubhouse de los Yankees.

"Ha demostrado el por qué es tan cotizado. Llegó aquí y ha jugado bien ofensiva y defensivamente, además de mostrar confianza jugando al béisbol", expresa el manager de los Yankees, Aaron Boone. "Tiene apenas 21 años y juega de forma similar a la de un pelotero más experimentado y lo demuestra prácticamente noche tras noche".

"Es un buen pelotero, hombre".

Han sido apoyados por sus abridores... y el bullpen

Los Yankees necesitaron ayuda por parte de su bullpen mucho antes de lo anticipado en la noche del martes. No obstante, en fechas recientes se han beneficiado de una serie de apariciones dominantes por parte de sus pitchers abridores.

En 29 encuentros esta temporada, los Yankees han contado con 15 aperturas de calidad. Ocho de ellas pertenecen al as Luis Severino y a Masahiro Tanaka, con cuatro para cada uno. Severino recibirá la pelota en la noche del miércoles en la continuación de la serie entre Yankees y Astros en Houston.

Aparte de ciertos traspiés sufridos en Boston a mediados del mes pasado, ambos lanzadores se han mostrado fuertes. Han logrado que las dos aperturas más recientes de ambos se hayan extendido hasta el séptimo capítulo.

Y no han estado solos. CC Sabathia pudo llegar al séptimo inning en su última salida: una joya con una carrera, cinco hits y cuatro ponches contra unos Angelinos que han logrado meterse a principios de temporada en el debate de los posibles clasificados a la postemporada.

Los únicos compromisos en los cuales Sabathia se ha acreditado la decisión en lo que va de zafra han sido sus dos últimas salidas, las cuales se han producido en medio de la racha encendida de los Yankees. Anterior a ello, tuvo una aparición en la cual se mostró requiriendo adaptación tras haberse ausentado con una lesión en su cadera.

El pitcheo profundo del cual se ha beneficiado Nueva York recientemente ha ayudado a mantener fresco a su bullpen, permitiéndole estar presto para ocasiones como la vivida el martes. Cuando Jordan Montgomery se vio obligado a dejar la lomita tras haber lanzado un solo inning debido a una lesión en su codo, un bullpen con suficiente descanso pudo permanecer en pie durante los ocho innings restantes, abanicando a 13 toleteros y manteniendo en el proceso a unos Astros que se caracterizan por su solvente ofensiva sin hacer mayor daño en la pizarra.

Una aparición de relevo en particular mantuvo a los Yankees con vida al enfrentarse a un Verlander en su mejor forma.

"Cuando se enfrenta a un pitcher así, quieres darle una oportunidad a tu equipo", expresó el relevista Domingo Germán, quien podría suplir a Montgomery en la rotación abridora si su lesión lo mantiene fuera de acción durante un periodo prolongado.

"Eso es lo que quería hacer: mantener el partido a nuestro alcance, darle a mi equipo una oportunidad y eventualmente, con la alineación ofensiva que tenemos, algo iba a ocurrir".

Y algo ocurrió a favor de los Yankees: el jonrón de Sánchez en el noveno inning que dio la ventaja a los del Bronx.

Próximamente: ¿Llegarán refuerzos oportunos?

En la forma como han jugado recientemente, es difícil decir que lo mejor está por venir para estos Yankees. Sin embargo, podrían recibir impulsos oportunos para un equipo ya potente, en días y semanas por venir.

De hecho, ya cuentan con uno: el inicialista Tyler Austin. Conocido por conectar cuadrangulares en momentos cruciales para remontar marcadores, Austin se perdió cuatro partidos antes de la jornada del martes luego de quedar suspendido por su intervención en una reyerta en Boston el mes pasado.

El jugador que comenzó la temporada ubicado en los rankings sobre Austin también volverá pronto. Greg Bird (quien se sometiera a una cirugía en su tobillo), se lesionó a finales de los entrenamientos primaverales y se encuentra en un proceso de rehabilitación en el complejo de la organización en Tampa, Florida. Su regreso al equipo grande está previsto en algún momento de este mes de mayo. El bate zurdo y con poder de Bird podría darle a Nueva York mayor ventaja ofensiva a medida que avance la temporada.

Además de Bird, los Yankees parecen cercanos a contar nuevamente con Brandon Drury (quien sufrió de problemas con su visión), el tercera base considerado por el gerente general Brian Cashman con un bate lleno de potencial. Cuando se reincorpore al equipo, es probable que Drury deba alterar su tiempo de juego al intentar mantener a Andújar con su encendida ofensiva dentro de la alineación.

Mientras tanto, relevistas de la talla de Adam Warren (lesionado en un músculo lateral de la espalda) y Tommy Kahnle (hombros) manejan tentativos regresos y el outfielder Clint Frazier (contusión) sigue haciendo progresos en Ligas Menores tras haberse perdido prácticamente la totalidad del spring training.

Y cuando el actual Más Valioso de la Liga Nacional Giancarlo Stanton logre, finalmente, hacer combustión y comience a ser, pues bien, aquél que los Yankees pensaron que podía ser... Tengan cuidado.

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Manny Machado -- Baltimore Orioles
Tom Szczerbowski/Getty ImagesManny Machado le ha hecho más de un guiño a los Yankees, dejándoles saber su disposición a vestir el célebre uniforme de rayas de los Yankees, pero la pregunta real es: ¿les hace falta?
El equipo que logre pescar al dominicano Manny Machado en la agencia libre del próximo invierno será mucho mejor de lo que es ahora.

Cualquiera que sea. O mejor dicho, cualquiera que tenga la capacidad de desembolsar los alrededor de 200 millones de dólares que se espera valga el contrato de Machado.

A su indiscutible calidad, tanto con el bate, como con el guante, hay que unir el hecho de que llegará a la agencia libre con 26 años, mucho más joven que las edades que tenían sus compatriotas Albert Pujols y Robinson Canó o el venezolano Miguel Cabrera cuando firmaron sus respectivos pactos de más de 200 millones.

Para nadie es un secreto que desde hace un tiempo existe un flirtreo entre el pelotero y los Yankees de Nueva York y muchos dan por seguro que la Gran Manzana será su destino a partir del 2019.

El 'Ministro de la Defensa', como lo nombró el colega Ernesto Jerez, le ha hecho más de un guiño a los Yankees, dejándoles saber su disposición a vestir el célebre uniforme de rayas.

Y sí. Estos Yankees con la adición de Machado serían mucho mejores de lo que son.

La pregunta es: ¿Lo necesitan?

Hasta el martes 1 de mayo, Machado había jugado 796 partidos en Grandes Ligas, 715 como tercera base y 81 como campocorto. Torpedero natural, fue colocado en la antesala a su llegada a los Orioles de Baltimore por la presencia de J.J. Hardy en las paradas cortas.

Y en la esquina caliente se ganó tres Guantes de Oro, aunque siempre estuvo en su cabeza el deseo de regresar a su posición natural, algo que consiguió finalmente en el 2018.

Firmar a Machado, más allá del gasto que implicará, traería a los Yankees un conflicto similar al que enfrentaron cuando Alex Rodríguez llegó al equipo en el 2004.

En el campocorto estaba el capitán Derek Jeter y ARod tuvo que moverse de posición a tercera.

Gregorius es, hoy por hoy, el jugador más completo de Nueva York y un preferido de la fanaticada.

Elegible a arbitraje al finalizar esta temporada y agente libre después del 2019, Didi saldría más barato en una extensión contractual que la firma de Machado, quien tendría que moverse a la antesala, como le ocurrió a Alex con Jeter.

Pero resulta que estos jóvenes Yankees han encontrado en el también dominicano Miguel Andujar a quien parece será una estrella más temprano que tarde.

Ojo. No es que Andújar sea mejor que Manny. Afirmar eso es un disparate tan rotundo como decir que la tierra es plana.

Pero lo que ha mostrado hasta ahora y su proyección, con 23 años recién cumplidos, lo señalan como una garantía segura y mucho más barata, bajo control del equipo hasta el 2024.

Con Machado los Yankees serían mejores, sin dudas, pero Andújar le daría continuidad a un proceso de reconstrucción natural que hasta ahora ha dado excelentes resultados y podría terminar creando una dinastía similar a la de finales de los 90, cuando salieron de las granjas los Jeter, Jorge Posada, Bernie Williams, Andy Pettitte y Mariano Rivera.

Esos 200 y tantos millones que podría costar Machado sería más inteligente invertirlos en lanzadores abridores, quizás el lado más flaco del equipo.

Por cierto, el zurdo Patrick Corbin, de los Diamondbacks de Arizona, será agente libre al finalizar la campaña y ya declaró públicamente la pasada semana su deseo de lanzar para los Bombarderos del Bronx, el equipo de sus amores en su niñez.

Y hay un tal Clayton Kershaw que podría llegar al mercado en el invierno, si finalmente decide aplicar la cláusula que le permite después de esta temporada salirse de su actual convenio con Dodgers de Los Angeles e ir en busca de más dinero con el mejor postor.

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HOUSTON - Apenas faltaron dos semanas antes de dirigirse a los entrenamientos primaverales cuando Brett Gardner finalmente pudo quitarse esta imagen de su mente: Lance McCullers Jr. y Brian McCann de los Astros de Houston corriendo felices a abrazarse cerca de la lomita del pitcher en el Minute Maid Park.

Al ganar el séptimo partido de la Serie de Campeonato de la Liga Americana en el otoño pasado contra los Yankees de Nueva York, equipo del cual forma parte Gardner, los Astros tenían razones de sobra para celebrar. Once días después, al alcanzar el campeonato de la Serie Mundial, su celebración continuó.

"Al estar tan cerca y no poder conseguirlo, es algo muy doloroso", dijo Garner, al referirse al haber quedado a pocos pasos de la Serie Mundial.

"Ahora, tenemos más hambre que nunca", expresó Aaron Hicks, jardinero central de los Yankees. "La derrota que sufrimos en los playoffs contra ellos el año pasado nos hizo un equipo con mayor sensación de hambre. Tuvimos la sensación de perder y de no poder alcanzar nuestros objetivos. Eso nos hace mejor equipo".

Es claro que los Yankees tienen bagaje en sus espaldas para este viaje.

"En el transcurso de la temporada regular, hay aquellos días en los cuales sientes un poco más de ímpetu al saber que te vas a enfrentar a un equipo contra el cual has tenido asombrosas batallas y el cual sabes que tienes que superar si quieres llegar a tu objetivo", dijo Aaron Boone, quien está en su primer año como manager de los Yankees.

"Aunque si bien queremos lograrlo, entendemos también que aún estamos en el mes de abril".

Los problemas que confrontaron los Yankees al enfrentarse a los Astros no solo ocurrieron en otoño. También sufrieron dificultades en primavera y verano, cayendo en cinco de los siete partidos jugados por ambos conjuntos en la temporada regular.

Fuera del Yankee Stadium (en el cual los Yankees tuvieron marca de 6-0 en los playoffs del año pasado), los Mulos se vieron sumamente mal en sus enfrentamientos con los Astros. Incluyendo la postemporada, los Yankees quedaron con récord 1-6 en Houston el año pasado.

"Es un lugar difícil para jugar pelota, pero es un sitio divertido para jugar pelota", dijo Gardner. "La parte más complicada de estar en su estadio es que cuentan con un gran equipo. El estadio para nosotros, como jugadores de béisbol y entretenedores, si así nos quieren denominar, es divertido".

"Disfrutamos jugar en una atmósfera así y ansiamos hacerlo".

Howard Simmons/Zuma Press/Icon SportswireVer a los Astros celebrar tras el último out de Greg Bird en la SCLA del año pasado solo causó que los Yankees tuvieran más hambre de ganar, según dijo el jardinero Aaron Hicks.
Ruidoso, enérgico, alegre... Escojan un denominativo: el Minute Maid Park lo tuvo todo durante los Juegos 1, 2, 6 y 7 de la Serie de Campeonato de la Liga Americana el otoño pasado. Pero los resultados no fueron nada halagadores para los Yankees, con Houston superando a los Bombarderos del Bronx 15-3 en dichos encuentros.

Los Astros enfrentaron una postemporada emotiva, apoyados por una región que se recuperaba de los estragos causados por el Huracán Harvey. El club de este año (que ha iniciado la temporada con marca 19-10) ha logrado aprovechar el éxito alcanzado el año pasado.

"En cierta forma, sienten que son mejor equipo que el año pasado", dijo Boone. "Son otra cosa".

Para Hicks, todo depende del pitcheo de los espaciales.

"Tienen una buena combinación de pitchers veteranos y jóvenes", dijo Hicks. "Cuentan con un buen staff, y hombres de la talla de (Justin) Verlander que saben como pitchear y están impartiéndole sus enseñanzas a los jovencitos que vienen para asumir el futuro".

Verlander, de 35 años (con marca 4.1 y efectividad de 1.36) forma parte de una rotación en la cual encontramos a otro ganador del Cy Young, como lo es Dallas Keuchel (1-4, efectividad de 4.00 esta temporada), más Charlie Morton (3-0, 1.86), el recién adquirido Gerrit Cole (2-1, 1.73) y McCullers (4-1, 3.71).

Durante la Serie de Campeonato de la Liga Americana del año pasado, Verlander tuvo una vertiginosa cifra de 21 ponches en 16 entradas. Keuchel se mostró igual de fuerte, abanicando a 18 Yankees en 11 2/3 entradas.

La ofensiva de Houston no es menos potente. José Altuve, defensor del título al Más Valioso de la Liga Americana, ha comenzado con buen ritmo (bateando para .351 con OPS de .857 en 29 partidos), al igual que Carlos Correa (.320, cuatro jonrones). George Springer y Josh Reddick (quienes tienen seis cuadrangulares cada uno, mejor cifra del equipo) han aportado el poder.

"Será una buena prueba para nosotros", dijo Boone.

Los Yankees se encuentran enfrentando una difícil cadena de 13 partidos contra equipos con aspiraciones de clasificar a los playoffs. Antes de esta serie contra los Astros, campeones defensores de la Serie Mundial, los del Bronx completaron una barrida en tres compromisos contra los Angelinos en la noche del domingo en Anaheim. Tras partir de Houston, los Yankees volverán a Nueva York para tres encuentros contra Cleveland y otros tres ante Boston. Los Angelinos son el único equipo del grupo que no clasificó a los playoffs en la pasada zafra.

"Aún nos encontramos a inicios de temporada, pero todos estos partidos son muy importantes", dijo Gardner. "Uno o dos de estos rivales a finales de abril podría ser el factor decisivo para contar con, por ejemplo, ventaja para comenzar los playoffs en casa, o la misma clasificación. Uno nunca sabe".

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NUEVA YORK - Se necesitaron solo 37 segundos para que Gleyber Torres hiciera algo en la tarde del domingo que él y muchos entre aquí y Caracas, Venezuela, habían anticipado por años.

Todo comenzó con una caminata con propósito desde el círculo de espera en el Yankee Stadium a la caja de bateo. Tan pronto como llegó a su destino, con la cabeza baja, el joven bateador arañó y barrió la tierra con ambos pies antes de salirse.

Mientras lo hacía, una ovación que ya era ruidosa seguía aumentando en intensidad mientras la esperanza de los Yankees de Nueva York se asomaba por primera vez a la posibilidad de ser una superestrella.

Jim McIsaac/Getty ImagesLo único que detuvo a Gleyber Torres de llegar a las Grandes Ligas en el 2017 fue un desgarro en su codo en el verano pasado.
Por fin, el primer lanzamiento para Torres, de 21 años, en su carrera de Grandes Ligas - una recta de cuatro costuras de 89.4 mph de parte del zurdo de los Azulejos de Toronto Jaime García -- había llegado. Abanicaba y fallaba. Primer strike.

Aunque el debut de uno de los prospectos más cotizados en el juego resultó en una actuación de 4-0 que incluyó el haber dejado varados a seis corredores, Torres sintió una gran emoción luego del partido.

"Súper contento", dijo.

El lunes en la noche, Torres puede llevar a esos buenos sentimientos a su segundo partido, donde los Yankees recibirán a los Mellizos de Minnesota. Antes de su segundo juego en el uniforme a rayas, he aquí una presentación a un jugador que no es un nombre conocido - todavía.

Impresionante desde el inicio

Hace cinco años en un mes como este, Torres era un adolescente con sueños de llegar a las Grandes Ligas, y aunque pocos fuera del béisbol habían escuchado sobre él, muchos de esos dentro del deporte sí sabían de él. Para ellos, él tenía las herramientas para llegar - y rápido.

Al entrar al verano de 2013, Torres fue catalogado como el 2º mejor prospecto en el grupo de jugadores internacionales.

Cuando el jugador del cuadro interior, nacido en Venezuela, firmó con los Cachorros de Chicago como agente libre fuera del draft en ese mes de julio, estaba a cinco meses de su 17º cumpleaños.

En su primer año en la organización de los Cachorros, Torres bateó .297 como miembro de los Cachorros en la Liga de Arizona y los Boise Hawks en la temporada corta en Clase A. Apareció en siete juegos con los Hawks ese año, y se embasó en los siete.

Su promedio de .297 fue uno de los mejores entre los jugadores de liga menor de los Cachorros ese año. Recuerden, este era un sistema de fincas en alza, a dos años de graduar jugadores que serían claves para el primer título de Serie Mundial para los Cachorros desde 1908.

Las ligas menores de Chicago en 2014 tuvo a las actuales estrellas Javier Báez, Kyle Schwarber, Addison Russell y Kris Bryant.

El premio del cambio de Chapman

Pero para el momento en el que Báez, Schwarber, Russell y Bryant llevaron a los Cachorros a ese título en la Serie Mundial en 2016, Torres ya no estaba ahí.

Temprano en ese verano, tres años después de haber firmado con los Cachorros, Torres fue enviado a los Yankees en un cambio en la fecha límite que envió al cerrador Todos Estrellas Aroldis Chapman de Nueva York a Chicago.

El zurdo lanzallamas cubano había llegado a Nueva York como parte de un cambio en la temporada baja con Cincinnati. Una vez llegó, Chapman se vio forzado a sentarse en los primeros 30 juegos de la temporada por haber violado la política de la liga tras un alegado incidente de violencia doméstica.

Con los Yankees rondando los .500 y los Cachorros buscando impulso para la postemporada, se logró un acuerdo - y posiblemente el mayor premio de la transacción fue Torres, el jugador del cuadro con cara de bebé que se hizo un nombre por sí mismo en las fincas de Chicago. Al entrar ese año, ESPN ya lo tenía catalogado como el 4º mejor prospecto en todo el béisbol.

"Todavía valoro las cosas a largo plazo, pero aún veo cada oportunidad de ganar como algo sagrado", dijo el presidente de los Cachorros Theo Epstein el día del desfile de campeones. Le rindió frutos, ya que Chapman fue el lanzador ganador en el Juego 7 de la Serie Mundial que le dio el título a los Cachorros sobre los Indios.

Producción de JMV

Dos meses después que los Cachorros lo ganaran todo, Chapman se encaminaba de regreso al Bronx como agente libre.

Los Cachorros ya tenían su anillo. Pero debido al regreso de Chapman, y debido a la carga global que los Yankees recibieron por haberlo cambiado, se podría argumentar, al menos a largo plazo, que Nueva York fue el ganador de este intercambio.

En adición a Torres, los Yankees recibieron al relevista Adam Warren y los jardineros de liga menor Billy McKinney y Rashad Crawford.

Y poco después de que Torres se uniera a los Yankees, este comenzó a producir.

Durante el otoño de 2016, aún con 19 años, Torres lució en grande con promedio de .403, cuatro dobles, tres jonrones, 11 remolcadas y 14 boletos en 18 partidos con los Scottsdale Scorpions de la Liga de Otoño de Arizona. Esos números le valieron el premio de JMV Joe Black de la liga.

Torres es considerado ahora por muchos como el principal prospecto de la finca de los Yankees. El reloj había comenzado a correr para su debut en MLB.

Un deslizamiento puso todo en pausa

Luego de 55 partidos el año pasado para el Doble-A Trenton y el Triple-A Scranton/Wilkes-Barre, Torres estaba metido en una clínica de bateo. En particular, durante la semana del 14 al 19 de mayo, Torres estaba metido en una especie de zona que hizo que muchas cabezas comenzaran a voltearse hacia él.

Conectó cuadrangular en cuatro de los cinco juegos que jugó para Trenton esa semana. Tres días después, se estaba luciendo para Scranton - a un paso de las Grandes Ligas - donde llegaría a base en 21 de los 23 juegos con los RailRiders.

Entonces, el 17 de junio, todo se detuvo abruptamente.

Mientras Torres se deslizaba en el plato, intentando anotado en el primer partido de una doble cartelera como visitantes ante los Buffalo Bisons, filial de los Azulejos, se desgarró el ligamento ulnar colateral de su codo izquierdo (en el brazo que no usa para tirar).

Cuatro días después, fue sometido a una cirugía Tommy John. Su temporada había terminado. Las Grandes Ligas tendrían que esperar.

Tendencia a la alza: #GleyberGood

Luego de la cirugía de Torres, un hashtag que él y algunos fanáticos a rabiar de los Yankees habían estado utilizando entró al léxico de la base de fanáticos de la organización: #GleyberGood.

Torres lo utilizó en un tuit luego de la cirugía para mostrar que andaba de buen ánimo y esperando con ansias la rehabilitación para terminarla a tiempo para los entrenamientos primaverales de este año.

Llegó a Tampa, pero el segundo entrenamiento primaveral de Torres como un Yankee no fue tan bueno como él habría querido. Luego de masacrar a los lanzadores de la Liga de la Toronja con promedio de .448 en 2017, Torres bateó apenas para .219 con 10 ponches en 13 juegos en Florida este año.

En vez de quedarse en el equipo grande, el que tenía espacios en la primavera en la segunda y tercera base, Torres comenzó la temporada en Triple-A. Sin embargo, poco después de haber llegado ahí, su promedio de bateo - y todo lo demás - comenzó a ascender.

Torres dejó a los RailRiders el sábado con el mayor promedio de bateo de su carrera en liga menor (.347). Además logró 17 hits, tres dobles, un triple, un cuadrangular y 11 remolcadas en 14 juegos.

Debido a que fue tan bueno en las fincas, los Yankees, en necesidad de algo de consistencia ofensiva en la intermedia tras la salida de Starlin Castro a los Marlins en el cambio por Giancarlo Stanton en el invierno, sintieron que era tiempo de traer al jugador (y su hashtag) al Bronx.

#GleyberGood llegó al uniforme a rayas.

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Getty Images

Giancarlo Stanton será muy MVP de la Liga Nacional en el 2017, pero deberá demostrar ahora de qué está realmente hecho.

No es lo mismo jugar relajado en un semivacío Marlins Park, que ante las rugientes tribunas del Yankee Stadium, donde los fanáticos, tan pronto te aman, como te crucifican.

Basta que entre en una de sus habituales malas rachas para que las rechiflas le caigan como aguacero. Entonces deberá mostrar una fuerza mental de la que muchos dudan.

Los tres párrafos anteriores pertenecer al artículo 15 dudas para arrancar la Liga Americana, publicado el 15 de marzo, dos semanas antes de comenzar la temporada del 2018, en que analizábamos qué jugador de cada equipo despertaba interrogantes de cara a la campaña.

Hasta ahora, a Stanton le está pesando más de una tonelada cada raya de su ilustre uniforme y los abucheos en Yankee Stadium son ensordecedores cada vez que el MVP de la Liga Nacional en el 2017 se para en la caja de bateo.

En 66 turnos, el hombre que despachó 59 bambinazos en el 2017 promedia para un anémico average de .197, con 29 abanicados, o lo que es igual, el 44 por ciento de sus veces se ponchó.

Lo ha hecho bien de visitante, de 31-10 (.323), con tres dobles, un triple y par de jonrones, siete remolcadas y solamente nueve chocolates.

Las cosas se ponen muy feas cuando juega en casa, en la Catedral del béisbol: de 35-3 (.086), con 20 oportunidades liquidado por la vía de los strikes (57%).

A Stanton se le ve perdido en el rectángulo de bateo, haciéndole swing a la pelota de manera descoordinada, como si tratara de adivinar la bola y pasándole bien lejos con el bate.

Luego vienen las tomas que hacen las cámaras de su rostro en el dugout, todo un poema, que muestran a un Stanton desconcentrado, preocupado en extremo por lo que le está pasando (y no es para menos). ¿Cuántas cosas estarán pasando por esa cabeza?

Por lo pronto, el debutante manager Aaron Boone sugirió la posibilidad de moverlo de turno en la alineación, después de mantenerlo tercero durante los primeros 16 partidos de la temporada.

Sería una decisión sabia, para restarle presión en medio de una situación delicadísima, que lo tiene psicológicamente aplastado.

Al menos Boone lo hará en la serie de cuatro partidos en la que los Yankees recibirán a partir del jueves a los Azulejos de Toronto.

"Dependiendo de cómo ellos (Azulejos) alineen a sus pitchers, podría moverlo en la alineación, pero no lo pondré demasiado abajo, quizás quinto o sexto, no más", dijo el mentor de Nueva York.

"Yo sigo trabajando. Es temprano. No hay demasiados aspectos positivos y eso debo reconocerlo y comprenderlo. Busco la forma de mejorar y ya encontraré la forma de salir de este mal momento", reconoció Stanton a la prensa tras la paliza de 9-1 que sufrieron los Yankees a manos de los Marlins de Miami, su antiguo equipo, ante el cual se fue de 7-0, con cuatro ponches en dos juegos.

"Es cuestión de tiempo y simplemente nos estamos acomodando", dijo por su parte Boone. "En algún momento se pondrá en marcha aquí y eventualmente la liga pagará las consecuencias de estas primeras malas rachas", añadió el estratega.

Los fanáticos de los Marlins estaban acostumbrados a estos slumps del slugger, aunque no tenían mayores consecuencias en la Capital del Sol.

Y como hacía en Miami, de pronto se calentará y empezará a producir jonrones enormes, devastadores, descomunales.

Entonces los abucheos de hoy se traducirán en ovaciones y la gente lo amará en la Gran Manzana. Tiempo al tiempo.

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BOSTON - Si realmente lo piensan - y dada la opción, la mayoría de los jugadores de los Medias Rojas de Boston preferirían no hacerlo - el tono para el triste avance del año pasado hacia el banderín de la División Este de la Liga Americana quedó establecido con un deslizamiento en la segunda base en el 17º juego de la temporada y la reacción que provocó dos días después.

Así que cuando el torpedero Brock Holt recibió un golpe con los clavos de los zapatos en un deslizamiento de parte del bateador designado de los Yankees de Nueva York Tyler Austin en la tercera entrada del partido del miércoles en la noche y expresó su descontento, los Medias Rojas tuvieron su primera oportunidad real de probar con sus acciones que las cosas son diferentes ahora.

Y que no quede duda - estos no son los mismo Medias Rojas del 2017.

"Eso demuestra que nos cubrimos las espaldas unos a los otros", dijo Holt. "Esa fue una muy buena pelea, probablemente una de las mejores en las que haya participado. Intenté quedarme fuera de ella. Los Yankees tienen muchos jugadores grandes en el otro lado. Pero sí, eso demostró lo cercanos que nos sentimos aquí".

El receptor Christian Vázquez añadió: "Pienso que todo el mundo sabe que nos cubrimos las espaldas aquí. Somos una familia. Peleamos juntos, ganamos juntos, así que estamos en esto juntos".

La recta de 98 mph que Joe Kelly le colocó en las costillas a Austin fue una muestra de eso.

Kelly sostuvo que simplemente estaba intentando controlar la esquina de adentro porque, bueno, eso es lo que casi todos los lanzadores dicen luego de incitar a una pelea que provoca que se vacíen las bancas y el bullpen. Pero si escuchan con detenimiento los comentarios posteriores al partido, se obtiene un mensaje diferente.

Este no fue un intento a medias o equivocado de una represalia. Kelly, un veterano lanzador derecho conocido por sus excentricidades, bromeó diciendo que nunca había sido acusado de tener "el comando de Greg Maddux". Pero lanzó la pelota en el lugar exacto que un lanzador haría si intenta defender a un compañero.

Joe Kelly
Maddie Meyer/Getty ImagesLa pelea del año pasado con los Orioles tras un deslizamiento duro ayudó a establecer el tono en el camerino en el resto de la temporada. Pero la del miércoles en la noche fue diferente.
Solo pregúntenle a Pedro Martínez. Luego del partido, el miembro del Salón de la Fama puso un mensaje en Twitter, "Deslizarse con los clavos hacia arriba es un gran no-no en el béisbol. ¡Eso significa pelea pelea pelea!"

Revisemos el incidente de la temporada pasada, en caso que lo hayan bloqueado de su memoria: El intermedista Dustin Pedroia fue golpeado por los clavos de los zapatos en su rodilla por la estrella de los Orioles de Baltimore Manny Machado en la octava entrada del partido del 21 de abril. Luego en la serie, el relevista Matt Barnes cobró venganza al lanzar una recta por detrás de la cabeza de Machado. Cuando Machado se quejó, una cámara de televisión captó a Pedroia gritándole a él, "No soy yo, son ellos", el equivalente verbal de poner en reversa el autobús.

En el mejor de los casos, se vio mal. En el peor de los casos, eso reveló un camerino que no estaba unido, con Pedroia jugando el rol de Fredo Corleone y tomando partido contra la familia. Y en los siguientes cinco meses, quedó claro que el caso Pedroia-Machado era emblemático de un problema mayor. Parecía como si los Medias Rojas estuvieran meramente en automático, sin disfrutar su juego como lo debería hacer un equipo que consiguió 93 victorias.

El miércoles, Austin golpeó el suelo con su bate, dio un paso al frente y lanzó al suelo su casco. Kelly hizo un movimiento lateral, e invitó a Austin a que viniera hacia él como se hace con los toros en Pamplona. Cualquier lector de labios aficionado podría descifrar lo que Kelly le gritó a Austin cuando este se acercó a él.

"¡Vamos allá!"

Se lanzaron algunos golpes. Kelly logró conectar algunos buenos cuando Austin estaba en el suelo, y cuando los equipos se unieron, Austin lanzó un barrecampos que logró conectarle al coach de tercera base de los Medias Rojas Carlos Febles. El toletero de los Yankees Aaron Judge hizo el papel de pacificador, colocando su cuerpo de 6 pies 7 pulgadas y 282 libras frente a Kelly, quien terminó con algunos rasguños en la cara y su camisa rota.

Fue la más reciente en una larga historia de confrontaciones entre Medias Rojas y Yankees, evocando recuerdos del choque en el plato de Lou Piniella con Carlton Fisk en 1976, Pedro Martínez cuando lanzó a Don Zimmer al césped del Fenway en la Serie de Campeonato de la Liga Americana en 2003, y Jason Varitek poniéndole su guante de receptor en la cara de Alex Rodríguez en 2004. Y la narrativa post juego más popular fue que la mejor rivalidad en el béisbol, en gran parte inactiva en los últimos años, había vuelto a su temperamento hirviente.

Pero teniendo en cuenta todo lo que pasó con los Medias Rojas la pasada temporada, esto significa mucho más. Aquí no estamos para condonar la violencia, pero en este caso, esto fue un acontecimiento positivo para los fanáticos de los Medias Rojas que se han estado preguntando si la atmósfera sería diferente alrededor de un equipo que trajo de vuelta casi el mismo roster de hace un año.

"Eso fue el año pasado. Esto es este juego", dijo Kelly en respuesta a la pregunta sobre la situación de Pedroia-Machado. "Es una de esas cosas: una noche fría, terminé golpeando al bateador. Nosotros somos un grupo muy unido, que estamos jugando bien al béisbol y esperamos seguir haciendo eso"

Juntos. Por un cambio.

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