El zurdo Clayton Kershaw despejó todas las dudas --si es que todavía quedaban-- y con una faena magistral de 11 ponches en siete episodios le dio a los Dodgers de Los Ángeles la importante primera victoria en la Serie Mundial sobre los Astros de Houston. Kershaw necesitó 83 pitcheos para completar los siete episodios, en los que permitió y tres hits, uno de ellos jonrón solitario de Alex Bregman, sin regalar bases por bolas. Fue el primer pitcher con 11 o más ponches en un primer juego de clásico de octubre desde que lo hiciera en 1968 Bob Gibson, de los St. Louis Cardinals, ante los Detroit Tigers. El zurdo, que jamás ha hecho un pitcheo en el octavo inning a lo largo de su carrera en postemporadas, superó el obstáculo que para él ha sido el séptimo capítulo en playoffs. Antes del partido de este martes, su efectividad en séptimos innings de postemporada era de 25.20. Kershaw recibió temprano, tempranísimo apoyo de sus compañeros, pues al primer pitcheo del juego que hizo el zurdo Dallas Keuchel, abridor por Houston, Chris Taylor le botó la pelota para inaugurar el marcador. Taylor fue el cuarto bateador en la historia en abrir una serie mundial con cuadrangular, uniéndose al grupo del venezolano Alcides Escobar, quien lo hizo en el 2015 con los Reales de Kansas City, Dustin Pedroia, de los Medias Rojas de Boston en el 2007 y Don Buford, de los Orioles de Baltimore, en 1969. Bregman igualó las acciones con su vuelacercas abriendo el cuarto capítulo, pero en el sexto, Justin Turner aprovechó un pitcheo demasiado alto en la zona de Keuchel para sacarla del parque con un hombre a bordo y ponerle números definitivos a la pizarra: 3-1. La ofensiva de los Astros volvió a sufrir fuera de casa, como le ocurrió en la serie de campeonato de la Liga Americana, con el agravante que en esta ocasión tienen la carencia del bateador designado en los juegos que se disputen en el Dodger Stadium. En total, los visitantes abanicaron 12 veces, cuatro de ellas para el jardinero central George Springer, y de los nueve bateadores de la alineación abridora, sólo Bregman y Brian McCann se salvaron de ser sentenciados por esa vía. El zurdo Rich Hill y el derecho Justin Verlander tomarán la lomita el miércoles para el segundo encuentro de la Serie Mundial, cuyas acciones se trasladarán el viernes al Minute Maid Park de Houston.

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Astros Dodgers 1981
AP PhotosLos Astros y los Dodgers solo han chocado una vez en postemporada, en 1981, en una Serie Divisional que se creo a raíz de la huelga de peloteros que dividió la temporada en dos mitades.
LOS ANGELES -- Los Astros de Houston y los Dodgers de Los Angeles se enfrentan por primera vez en la Serie Mundial del 2017, pero no es la primera vez que coinciden en un terreno durante un playoff de Grandes Ligas. Y lo llamativo del caso es que la ocasión anterior no fue un evento programado.

Astros y Dodgers fueron rivales, primero de la Liga Nacional (desde el nacimiento de la franquicia de Houston en 1962) y luego de la División Oeste del viejo circuito cuando se creó el sistema divisional en las ligas mayores en 1969, hasta que los Astros fueron enviados a la Liga Americana antes de la temporada del 2013.

En la temporada de 1980, estos dos conjuntos terminaron empatados en el primer lugar de su división y fue necesario celebrar un partido extra, que ganaron los Astros 7-1, para determinar el banderín del Oeste y el clasificado a playoffs.

En 1981, la cuarta huelga de peloteros de la historia llegó en medio de la temporada regular, obligando a las Grandes Ligas a tomar medidas extraordinarias para poder decidir los conjuntos que clasificarían a la postemporada, una vez negociado un acuerdo con el sindicato de jugadores.

El paro, entre el 12 de junio y el 31 de julio, canceló casi el 40% del calendario de la serie regular y forzó a la reubicación del Juego de Estrellas para la primera semana de agosto.

Desde que nació el sistema divisional, el formato de competencia en la postemporada era relativamente cómodo: Los ganadores de cada división (Este y Oeste) se enfrentaban en la Serie de Campeonato de cada liga y los ganadores avanzaban a la Serie Mundial.

Debido a la huelga, los dueños de equipos aprobaron un sistema novedoso para ser usado solamente en esa temporada. Los conjuntos que lideraban la cada división cuando llegó la huelga, serían reconocidos como ganadores de la primera mitad y enfrentarían en las primeras Series Divisionales de la historia a los ganadores de la segunda mitad. Si un mismo conjunto ganaba ambas porciones, entonces su rival en la primera ronda de los playoffs sería el conjunto con el segundo mejor récord en la división.

En la División Oeste, Los Angeles ganó cerradamente la primera mitad con marca de 36-21, apenas por medio juego de ventaja sobre los Rojos de Cincinnati (35-21), mientras que los Astros terminaron en tercer lugar con 28-29. Pero en la segunda mitad, Houston fue mejor con 33-20, Cincinnati (31-21) quedó segundo y Los Angeles (27-26) en cuarto.

Cincinnati fue el mejor conjunto de la división en todo el año, con récord de 66-42, pero las reglas estaban claras: Los ganadores de cada mitad avanzarían a las Series Divisionales. Los Dodgers (63-47) y Houston (61-49) se enfrentaron para decidir el representante del Oeste en la Serie de Campeonato.

Algo parecido ocurrió en la División Este, donde los Cardenales de San Luis quedaron en segundo lugar en ambas vueltas y tuvieron el mejor récord del sector, pero fueron los Filis de Filadelfia y los Expos de Montreal que avanzaron a playoffs por haber ganado cada porción del calendario. San Luis tuvo marca de 59-43, Montreal 60-48 y Filadelfia 59-48.

Las Series Divisionales de 1981 fueron programadas al mejor de cinco partidos, pero con un formato 2-3, que daba los primeros dos juegos en casa al equipo con la peor marca de los dos y los últimos tres al de mejor desempeño en la serie regular.

De esa manera, la serie entre Los Angeles y Houston arrancó en el Astrodome de la ciudad espacial el 6 de octubre. Los Astros ganaron sus dos encuentros en casa (3-1 y 1-0) y viajaron a Los Angeles con la encomienda de sumar otro triunfo para sellar su pase a la Serie de Campeonato contra Montreal.

Los Dodgers, sin embargo, ganaron tres partidos consecutivos en el inicio de una carrera que terminaría con el triunfo en la Serie Mundial ante los Yankees de Nueva York, en lo que fue el quinto y penúltimo campeonato de la franquicia.

El viernes 9 de octubre Burt Hooton lanzó siete entradas de una carrera y el 1B Steve Garvey bateó jonrón y remolcó dos carreras para que Los Angeles ganara 6-1. El sábado 10 de octubre, con 55,983 en Dodger Stadium, el mexicano Fernando Valenzuela lanzó juego completo de una carrera en un triunfo 2-1 para igualar la serie. El domingo 11, ante 55,979 fans, el zurdo Jerry Reuss lanzó blanqueada para derrotar al derecho Nolan Ryan y encaminar a los Dodgers a un triunfo 4-0 y terminar la serie.

Los Angeles también superó en un quinto y decisivo juego a Montreal en la Serie de Campeonato y luego en seis choques a los Yankees para coronarse campeón, en una temporada que incluyó una ronda de playoffs divisionales que no estaba en el organigrama original de las Grandes Ligas. Y que provocó el primer y único choque de postemporada entre Astros y Dodgers, hasta la Serie Mundial del 2017.

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La Serie Mundial soñada entre los Yankees de Nueva York y Dodgers de Los Ángeles tendrá que esperar.

Unos Astros de Houston que mostraron un corazón inmenso tenían otros planes y tras conseguir una gran remontada en la serie de campeonato de la Liga Americana, serán los rivales de los Dodgers a partir del martes en Los Angeles.

Charlie Morton lanzó el partido de su vida, Evan Gattis y José Altuve batearon jonrones y los Astros vencieron 4-0 a los Yankees.

Morton trabajó cinco innings y se combinó con Lance McCullers, de relevo por cuatro episodios, para completar la blanqueada de sólo tres hits y la remontada de los Astros, que llegaron a Houston con desventaja de 2-3 en la serie y lograron defender su casa del Minute Maid Park.

Brian McCann, Greg Bird jugada en el plato J7 SCLA
AP Photo/Charlie Riedel

Le salió bien al manager A.J. Hinch la discutible sustitución del abridor después de cinco entradas en las que apenas realizó 54 envíos, con dos hits permitidos, cinco ponches y un boleto.

Ya le había costado el juego del martes cuando retiró apresuradamente a McCullers, pero esta vez no hubo reacción de los rivales.

En los cuatro partidos de la serie que se disputaron en el Minute Maid Park, los Yankees apenas fabricaron tres carreras, mientras se desbordaban ofensivamente en Nueva York.

Lo mismo le pasó a los Astros, incapaces de descifrar el pitcheo rival fuera de casa y explosivos sin límites en sus predios, sobre todo el dúo de Altuve y Carlos Correa.

Sumando las series divisionales y de campeonato de ligas, Houston fue el único equipo que ganó una de ellas frente a su público. Todos los demás lo hicieron como visitantes.

Justin Verlander, el hombre que llegó el último día de agosto, resultó merecidamente el Jugador Más Valioso de la serie, con sus dos triunfos en los que toleró una sola carrera en 16 innings.

Esta será la segunda Serie Mundial para Houston y la primera desde que se mudaron a la Liga Americana.

La vez anterior que estuvieron en el clásico de octubre fue en el 2005 y perdieron por barrida ante los Medias Blancas de Chicago.

Los Astros están invictos en casa en seis partidos durante esta postemporada, mientras que en la carretera juegan para un triunfo y cuatro derrotas.

Ahora enfrentarán a los Dodgers, que buscan su séptima corona en clásicos de otoño y la primera desde 1988.

Los Baby Bombers, como fueron bautizados a inicios del año estos Yankees en reconstrucción, prometen grandeza, pero necesitan madurar.

Lejos llegaron, a pesar de que pocos les daban posibilidades de avanzar a la postemporada, pero les falta aún.

La duda que quedó flotando después de esta derrota es quién será el encargado de llevar a estos muchachos un escalón más arriba.

Es probable que no sea más Joe Girardi, cuyo contrato expiró cuando la pelota bateada por Greg Bird cayó en el guante de George Springer para el out 27.

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El veterano Justin Verlander lo había dicho un día antes de subir a la lomita del Minute Maid Park para el sexto juego de la Serie de Campeonato de la Liga Americana:

Justin Verlander (Astros J6 SCLA)
AP Photo/David J. Phillip

''Para momentos como este es que me trajeron (de Tigres de Detroit)'', manifestó el derecho, quien en otra salida épica frenó en seco a la inspirada ofensiva de los Yankees de Nueva York y llevó a los Astros de Houston a triunfo de 7-1, para forzar un séptimo y decisivo partido.

Verlander retiró siete entradas en blanco con 99 lanzamientos, a ritmo de cinco hits, ocho ponches, una base por bolas y un pelotazo.

Además, la defensa de los Astros realizó jugadas en momentos claves que cortó las amenazas rivales, como el fildeo de Carlos Correa en el campocorto en el primer inning robándole un hit a Aaron Judge que terminó siendo jugada de doble matanza.

George Springer atrapadón en J6 SCLA
AP Photo/Eric Christian SmithGeorge Springer le roba un extrabases a Todd Frazier en la séptima entrada, cuando los Yankees tenían a dos corredores en base.

O la pelota que capturó George Springer en el séptimo, cuando Nueva York intentó emboscar sin éxito a un Verlander que comenzaba a sentirse el rigor del trabajo y empezaba a mostrar síntomas de descontrol.

Fue su cuarta victoria de su carrera en cinco oportunidades en partidos en los que su equipo enfrentaba una posible eliminación.

Entre el último mes de la temporada regular y los playoffs, Verlander tiene ahora récord de 9-0, incluido un triunfo como relevista ante los Medias Rojas de Boston en la serie divisional.

Desde su llegada a la Ciudad Espacial ha permitido ocho carreras limpias en 58.2 entradas, para una efectividad de 1.24, con 67 ponches y 11 bases por bolas.

Tuvo Verlander en el venezolano José Altuve a su mejor aliado, al despertar después de irse en blanco en diez turnos en los tres partidos que se jugaron en el Yankee Stadium.

Altuve sonó un doblete remolcador de dos carreras para redondear un racimo de tres ante el dominicano Luis Severino, abridor de los Yankees, en el quinto episodio.

Y luego disparó cuadrangular solitario en el octavo, iniciando una feroz ofensiva de su equipo que fabricó otras cuatro anotaciones para ponerle números definitivos a la pizarra.

Entre él, el puertorriqueño Correa y el cubano Yuli Gurriel, ocupantes de los puestos tres, cuatro y cinco de la alineación de Houston, conectaron cinco cohetes en 11 veces, contrastando con los cuatro hits en 34 turnos que lograron de manera combinada en Nueva York.

La única carrera de los Yankees fue por jonrón inmenso de Aaron Judge ante Brad Peacock, primer relevista usado por el manager A.J. Hinch.

Para el séptimo, los Yankees enviarán al veterano CC Sabathia, quien a lo largo del año tiene récord de 10-0 en partidos siguientes a una derrota de su equipo.

Por los Astros debe vovler Charlie Morton, derrotado en el tercer juego de la serie, aunque el manager Hinch no lo anunció oficialmente.

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En la campaña regular, los Astros de Houston ganaron tres de cuatro partidos en el Yankee Stadium.

Pero ahora los Astros aprendieron de la peor manera que jugar en La Catedral del Béisbol en postemporada es algo totalmente diferente.

''La casa que Derek Jeter construyó'' le quedó demasiado grande a José Altuve, Carlos Correa y compañía, con sólo 11 hits y cuatro carreras en esos tres juegos de la serie de campeonato de la Liga Americana.

Dallas Keuchel J5 SCLA
AP Photo/Kathy Willens

Por tercera vez en playoffs se vieron las caras el zurdo Dallas Keuchel y el derecho japonés Masahiro Tanaka.

Keuchel se había impuesto en las dos ocasiones anteriores, pero a la tercera fue la vencida para Tanaka, quien lanzó una joya de siete episodios en blanco, a ritmo de tres hits, ocho ponches y un boleto, para llevarse el triunfo 5-0 y poner a los Yankees a un paso de llegar a una impensada e improbable Serie Mundial.

El derecho asiático ha sido un verdugo en sus predios de Nueva York, donde desde el 28 de julio hasta la fecha, en ocho aperturas, incluida la de este miércoles, ha trabajado 56 innings, en los que ha tolerado seis carreras limpias, para efectividad de 0.96, con 72 abanicados y ocho pasaportes.

Por su parte, el abridor de Houston llegó a eslabonar una cadena de 14.1 innings sin permitirle carreras a Nueva York en partidos de postemporada, hasta que Greg Bird remolcó al dominicano Starlin Castro con cañonazo al derecho en el segundo episodio.

Aaron Judge confirmó su despertar con doblete impulsador de una más en el tercero y el quisqueyano Gary Sánchez también se sacudió de un dominio absoluto de Keuchel sobre él, con un metrallazo en el quinto que empujó la tercera carrera de los Yankees.

Didi Gregorius, en el siguiente turno, impulsó otra más para enviar al zurdo a las duchas.

Sánchez, en el séptimo, le puso números definitivos a la pizarra con cuadrangular solitario ante el relevista Brad Peacock, tercer lanzador utilizado por el manager A.J. Hinch.

En el 70.7 por ciento de las oportunidades, cuando una serie de siete juegos llegó empatada 2-2 al quinto partido, el ganador de este encuentro se llevó la victoria final (41-17).

Los Yankees han ganado sus seis encuentros hasta ahora en casa en esta postemporada.

Anteriormente, cada vez que vencieron en sus cinco primeros partidos en el Yankee Stadium, terminaron llevándose la corona en la Serie Mundial.

Con ventaja de 3-2 para Nueva York, las acciones se trasladará de vuelta el viernes al Minute Maid Park de Houston, donde serán ahora los Astros quienes busquen hacer un milagro.

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Yogi Berra, el gran filósofo del béisbol, lo dijo muy claro: el juego no se acaba hasta que se acaba.

Con paciencia asiática, los Yankees de Nueva York esperaron que saliera el abridor Lance McCullers Jr y sacaron provecho del deficiente bullpen de los Astros Houston para remontar una desventaja de 0-4 e imponerse 6-4 en el cuarto juego de la serie de campeonato de la Liga Americana.

McCullers y Sonny Gray, abridor de los Yankees, se trenzaron en un sorprendente duelo de pitchers durante los cinco primeros episodios, hasta que el cubano Yuli Gurriel disparó doblete con la casa llena en el sexto para limpiar las bases ante el relevista David Robertson.

Una más agregaron los Astros en el principio del séptimo, pero en la baja de sa entrada, Aaron Judge dictó sentencia por todo el jardín central.

Joe Musgrove lanza con Astros
(AP Photo/Kathy Willens)Los relevistas de los Astros fallaron y los Yankees les fabricaron las carreras de la voltereta en la octava entrada.

Se equivocó el manager A.J. Hinch al pedirle la pelota entonces a McCullers.

El mejor amigo de José Fernández, que lucía unos spikes con el rostro del fallecido serpentinero de los Marlins de Miami, tenía apenas 81 pitcheos y el jonrón del Juez fue solamente el segundo hit que conectaban los Yankees.

Lo que vino después fue un circo. Didi Gregorius recibió al relevista Chris Devenski con triple y anotó con elevado de sacrificio de Gary Sánchez.

En el octavo se decidió todo ante unos ineficientes Joe Musgrove y Ken Giles. Judge empató el partido con doblete contra la cerca del izquierdo y Sánchez remolcó las dos de la ventaja con otro biangular en el callejón entre el medio y la pradera derecha.

El misil cubano Aroldis Chapman, perdedor del segundo encuentro de la serie, tomó venganza al retirar el noveno de 1-2-3, con dos ponches, para anotarse el rescate.

A pesar de haber fabricado cuatro carreras en este encuentro, la poderosa ofensiva de los Astros sigue anémica, con sólo tres imparables.

Del otro lado, Judge parece haber despertado de su letargo, lo cual es una muy mala noticia para los lanzadores rivales.

La serie está ahora igualada a dos triunfos por bando, con el tercer partido previsto para el miércoles en el Yankee Stadium, con la repetición del duelo entre Dallas Keuchel y el japonés Masahiro Tanaka, antes de que las acciones vuelvan al Minute Maid de Houston, al menos para el sexto encuentro.

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¡Todos de pie! El Juez dictó sentencia con el bate y con el guante y los Yankees de Nueva York derrotaron 8-1 a los Astros de Houston en el tercer juego de la Serie de Campeonato de la Liga Americana.

Por primera vez en lo que va de playoffs se le vio a Aaron Judge jugando a su aire, cómodo, decidido a aportar a como diera lugar.

Aaron Judge batea jonrón con Yankees
AP Photo/Kathy Willens

Si no podía hacerlo con el madero, entonces había que ayudar a la defensa. Y le regaló al respetable tres grandes jugadas, lo mismo lanzándose sobre la cerca del jardín derecho para robarle un extrabases a Yuli Gurriel, que hacia adelante para llevarse inminentes sencillos a Cameron Maybin y Alex Bregman.

El éxtasis llegó al Yankee Stadium cuando el nuevo ídolo de Nueva York disparó cuadrangular de tres carreras en el cuarto episodio, para redondear un racimo de cinco en ese inning.

¡MVP, MVP! coreaban los cerca de 50 mil fanáticos en La Catedral del Béisbol, entusiasmados por el que pareció ser el despertar del gigante dormido.

Para el Juez fue su segundo vuelacercas de la postemporada y primero desde el juego de comodines ante los Mellizos de Minnesota.

Ocho carreras eran más que suficientes para CC Sabathia, el experimentado abridor de Nueva York, quien se metió en un bolsillo a una alineación poderosísima, pero que apenas ha producido cinco carreras en tres encuentros.

Sabathia supo meter el brazo cuando Houston amenazó. Dominó al puertorriqueño Carlos Correa con las bases llenas en el tercero, al venezolano José Altuve en el quinto, con dos corredores en circulación, y a Josh Reddick en el sexto, también con dos en bases en el sexto.

En seis episodios hizo 99 pitcheos, cinco ponches, cuatro boletos y tres hits permitidos.

La clave estuvo en dejar a la tanda de Altuve, Correa y Gurriel en un hit en ocho turnos, con un pasaporte y tres abanicados, en las tres ocasiones que enfrentó a cada uno de ellos.

En total, el trío letal de los Astros terminó el juego de 12-1. Altuve se fue en blanco en cuatro oportunidades y bateó para doble matanza con la casa llena en el noveno para cerrar el partido, mientras que Gurriel vio detenida su racha de seis partidos de postemporada seguidos con al menos un imparable.

Mientras, los bateadores de los Yankees rompieron una racha de siete partidos consecutivos con al menos diez ponches.

Esta vez sólo se tomaron seis chocolates, luego de haber consumido 27 en los dos primeros juegos de la serie en Houston.

Nueva York madrugó temprano a Charlie Morton, al marcarle tres por jonrón con dos a bordo de Todd Frazier en la baja de la segunda entrada. Morton cargó con la derrota al tolerar siete limpias en 3.2 innings.

La ventaja de 8-0 a la altura del cuarto inning debía permitirle al manager Joe Girardi traer a sus relevistas de segunda línea, sin necesidad de usar a Chad Green, Tommy Kanhle, David Robertson y el cerrador cubano Aroldis Chapman, sus caballos de batalla del bullpen.

Pero luego de que Adam Warren sacara el séptimo y el octavo capítulos, el dominicano Dellin Betances transfirió a los dos hombres que enfrentó en el noveno y fue sustituido por Kahnle, quien terminó sacando los tres outs, aunque no pudo evitar una anotación de los Astros. Es increíble la incapacidad de Betances para tirar strikes, aun con un juego cómodo de 8-0 y es muy probable que haya sido esta su última aparición en lo que queda de postemporada.

Nuevamente, el arbitraje detrás del plato estuvo deficiente, esta vez a cargo de Gary Cederstrom. Demasiados malos conteos afectan tanto a bateadores, como lanzadores, obligándolos a hacer swings a pelotas fuera de la zona o a lanzar muy al centro, respectivamente.

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El lanzamiento 122 de Justin Verlander el sábado fue una recta de 97 mph que Greg Bird conectó de foul. El siguiente pitcheo fue otra recta de 97 mph, alta y pegada. Su lanzamiento final fue un slider que Bird conectó al suelo para el out final de los Yankees. Luego que entonces los Astros anotaran la carrera de la victoria en la baja de la novena entrada, Verlander había logrado el primer juego completo de nueve entradas en una serie de campeonato de liga desde que los Medias Blancas completaran cuatro de esos en fila en 2005. Eso se siente casi como una era diferente en el béisbol.

Verlander fue visto como un héroe conquistador, como si hubiese barrido las costas de Normandía para liberar a los lanzadores abridores de la tiranía del bullpen. El último lanzador en hacer más lanzamientos en un juego de playoffs fue el propio Verlander, en la Serie de Campeonato de la Liga Americana en 2012, cuando hizo 132 lanzamientos en 8S entradas. El último lanzador en hacer más pitcheos en un juego completo fue Mark Prior, allá por el 2003 en la serie divisional para los Cachorros, cuando hizo 133 en la victoria 3-1 sobre los Bravos.

Sin embargo, el dominio de Verlander, que hizo retroceder el reloj, ha sido la excepción. Él es el único abridor en lanzar hasta la octava entrada, y que ha logrado las nueve completas. Solo ocho abridores de 42 lanzadores han llegado a 100 pitcheos. Si hemos aprendido algo, es que los managers están dependiendo más que nunca de su bullpen en los partidos de postemporada. Ellos no quieren perder un partido en las entradas del medio con un abridor midiéndose a una alineación por tercera vez o mientras se acerca a los 90 lanzamientos. Échenle un vistazo al porcentaje de entradas lanzadas por los abridores en la postemporada a lo largo de los años, junto con las efectividades de los abridores y el porcentaje de salidas con siete entradas trabajadas:

Quizás esos números cambien a medida que nos adentremos en la postemporada. En la serie divisional, los managers tienen que dirigir casi con un sentido de urgencia desesperada. Vimos a Verlander, Chris Sale, Max Scherzer, Jon Lester y José Quintana lanzar en relevo.

O quizás esa urgencia continue. "Para que nosotros seamos exitosos, tenemos que ganar ocho juegos", dijo recientemente el manager de los Cachorros Joe Maddon. "Así que es un proceso mental realmente malo el pensar que vas a lograrlo con uno o dos chicos, o hacer que tus abridores tiren de 90 a 120 lanzamientos casi sin descanso, con 12 lanzamientos realmente importantes en un juego de vida o muerte en Washington".

El abridor de los Dodgers Rich Hill dijo que los lanzadores solo tienen que ajustarse al caos. "Estos juegos de playoffs, como hemos visto en toda la postemporada, son un animal completamente diferente", dijo Hill. "Uno tiene que ganar ese juego. Así que uno hace lo que sea necesario para ganar ese juego".

Así que esperen ver a más relevistas y simplemente admiren la raya joya de Verlander. Otras cosas que hemos aprendido:

Aaron Judge tiene problemas

Aaron Judge
Troy Taormina/USA TODAY Sports
Algunas veces los playoffs parecen tan largos que el juego de comodines se siente como que ocurrió en otra temporada. Judge se fue de 4-2 con un cuadrangular y un boleto en ese partido, pero desde ese entonces se ha ido de 27-2 con 19 ponches. No hay otra manera de ponerlo: Se está convirtiendo en una postemporada de ineptitud histórica. Alfonso Soriano tiene el record de ponches en una postemporada con 26, pero él los tuvo a lo largo de 17 juegos y por lo menos remolcó nueve carreras. Dan Wilson se fue de 33-2 para los Marineros en 1995, empatado con Bill North de los Atléticos de Oakland en 1974 con el menor promedio en una postemporada de al menos 30 turnos al bate.

Yo pensé que los problemas de Judge se debían parcialmente a que los lanzadores le estaban haciendo pitcheos realmente difíciles, así que le eché una mirada al porcentaje de lanzamientos que le han hecho y que ESPN Datos tiene catalogados como en la zona negra o en las esquinas. En la temporada regular, vio lanzamientos como esos en el 8.6 por ciento del tiempo. En la postemporada, ese número es un 9 por ciento. Sí, se ha enfrentado a algunos lanzadores difíciles, pero mayormente parece ser el caso de un jugador joven que cayó en una mala racha en el momento equivocado.

Sin embargo, él no es el único jugador joven en problemas. Le eché una mirada a los jugadores de 25 años o menos que están disputando esta postemporada, una lista que incluye a algunas de las estrellas más brillantes en el deporte: Kris Bryant, Bryce Harper, Cody Bellinger, Carlos Correa, Francisco Lindor, Jose Ramirez, Mookie Betts. En total, esos 22 jugadores de posición han promediado .214/.298/.422 con un wOBA de .316. Gary Sánchez batea .176/.200/.382. Bryant tiene OPS de .532. Lindor bateó .111 y Ramírez .100 para los Indios.

Sin embargo, a los jugadores de 26 o más les ha ido mucho mejor: .269/.346/.452, un wOBA de .350. ¿Acaso la experiencia importa? Después de todo, si juegas en la postemporada a temprana edad, probablemente signifique que eres muy bueno. Los números de postemporada del 2010 al 2016:

25 y menor: .234/.297/.378, .299 wOBA

26 y mayor: .248/.318/.403, .317 wOBA

Ahora, uno tiene que comparar esos números con la temporada regular para tener una respuesta analítica más importante, pero ciertamente a los jugadores jóvenes les está yendo peor en esta postemporada que en el pasado. Quizás esas sean buenas noticias para los Yankees: Judge y Sánchez tienen pendiente un despertar.

"Es estresante. Es divertido", dijo Bellinger sobre su postemporada. "Todo importa un poco más, cada turno importa un poco más. Pero uno intenta tratarlo como un juego de temporada regular".

Fácil decirlo, difícil ejecutarlo.

La defensa sí importa

Marwin González
Elsa/Getty ImagesMarwin González hizo una gran jugada defensiva en el Juego 1 de la SCLA.
Se ha sugerido que el aumento en la tasa de ponches en años recientes significa que la defensa es menos importante porque hay menos pelotas en juego. Yo no sé si estoy de acuerdo con eso - se puede argumentar que la pelota promedio en juego se batea más duro ahora que hace 10 o 15 o 20 años atrás. De todos modos, ciertamente los Indios se hicieron eco de esa teoría con su decisión de poner a Jason Kipnis en el jardín central (o al colocar a Carlos Santana en el jardín izquierdo en la Serie Mundial del año pasado). Eso hace que sean dos años consecutivos en los que llegan a la postemporada y colocan a jugadores en un puesto en el que no han participado todo el año.

Bueno, una cosa que hemos aprendido en esta postemporada es que la defensa realmente importa. Pregúntenle a los Nacionales. Pregúntenle a los Indios. Pregúntenle a los Yankees qué es lo que ocurre cuando no ejecutas apropiadamente un tiro en relevo. Han ocurrido 35 errores en 22 partidos hasta ahora; el año pasado, hubo 38 errores en 35 juegos. Y en esos números no se cuentan los passed ball y los lanzamientos salvajes.

Pregúntenle a los Astros sobre jugar buena defensa. Ellos vencieron a los Yankees 2-1 dos veces, y en el Juego 1 Marwin González puso fuera a Bird en el plato y en el Juego 2 Josh Reddick hizo una atrapada dando un salto en la cerca y comenzó el tiro en relevo que puso fuera a Brett Gardner en la tercera base.

"De lo más que me enorgullezco es de jugar béisbol limpio", dijo el manager de los Astros A.J. Hinch a los medios el domingo. "No es un béisbol perfecto... pero la limpieza de nuestro juego, el poder hacer todos esos relevos, el tiro de Marwin desde el jardín izquierdo, algunas de las jugadas que [Alex] Bregman está haciendo en la antesala. ... Esas son jugadas pequeñas de las que no se escribe mucho, que no se comentan. Pero en el ambiente ganador son grandemente apreciadas".

A Maddon se le preguntó sobre el lugar de Javier Báez en la alineación dados sus problemas en el plato. Él apuntó a la jugada en la primera entrada del Juego 5 de la SDLN, cuando Báez hizo un tiro rápido y certero al plato para poner fuera al veloz Trea Turner, lo que resultó en una jugada crucial para la eventual victoria por una carrera. "No estuvieramos hablando aquí hoy si no fuera por esa jugada en la primera entrada ante Washington con el cuadro adentro. No podemos pasar por alto estas cosas. Gran parte de nuestro éxito se basa en la defensa, y Javy es muy importante para eso".

No a todo el mundo le gusta la regla de choques en el plato

Sin embargo, cambiamos el argumento de esta manera: ¿Qué tal si Charlie Culberson hubiese chocado con Willson Contreras y pusiera a Contreras fuera por el resto de la temporada con un hombro dislocado o algo así? Esa es una razón para la existencia de la regla. La otra: Es una obstrucción. Siembre existía la obstrucción. Solo que no se llamó obstrucción por 100 años.

¿Confía Hinch en su bullpen?

Aunque el juego de Verlander fue impresionante, se puede argumentar que eso también fue una señal que Hinch no confía totalmente en su bullpen (especialmente ante el hecho de que Verlander también lanzó en relevo en el Juego 4 de la SDLA). Por otro lado, Hinch sacó bastante rápido a Brad Peacock y Charlie Morton en sus aperturas en la SDLA, así que quizás sea más una situación de que realmente confía en Verlander, Dallas Keuchel y Ken Giles. Sin embargo, en algún momento, algunos de los otros lanzadores van a tener que conseguir algunos outs grandes.

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El Caballo Loco tiró con fuerza del carro y llevó a losDodgers de Los Ángeles a un triunfo de 5-2 sobre los Cachorros de Chicago en el arranque de la serie de campeonato de la Liga Nacional.

Yasiel Puig celebra doblete
AP Photo/Matt Slocum
Por noches como estas fue que los Dodgers nunca se animaron totalmente a cambiar a otro equipo a Yasiel Puig, cuando el cubano se convirtió en un indeseable dentro del clubhouse.

La gerencia sabía el diamante en bruto que tenía y prefirió armarse de paciencia para esperar que El Caballo Loco, como lo bautizó Vin Scully, madurara en Los Ángeles, en lugar de hacerlo en cualquier otro lugar como rival.

Puig tenía la postemporada como asignatura pendiente, que finalmente está aprobando con sobresaliente y cargando sobre sus hombros al equipo, cada vez más Caballo y menos Loco, aunque igual de divertido.

No es sólo por las dos carreras impulsadas con doblete y su primer jonrón en playoffs, ni por el average de .500 y seis remolques que exhibe hasta el momento.

Se trata de la energía que le está imprimiendo al juego de pelota y que está contagiando a sus compañeros de la mejor manera posible.

Es liderazgo, haciendo el béisbol divertido de nuevo, como proclamó la campaña lanzada por su colega Bryce Harper, de los Nacionales de Washington.

La ofensiva de Los Angeles esperó pacientemente su momento, tras la salida del abridor colombiano José Quintana, para definir el partido contra el deficiente bullpen de los Cachorros.

El venezolano Héctor Rondón, incluido en el roster para esta serie, permitió jonrón solitario de Chris Taylor en el sexto para romper un empate a dos, mientras el zurdo Mike Montgomery toleraba otras dos, una de ellas por el bambinazo de Puig.

El japonés Kenta Maeda, movido al bullpen en la serie, se llevó el triunfo como relevo de un Clayton Kershaw que sigue sin convencer en la postemporada.

Kershaw permitió dos carreras por jonrón del cubanoamericano Albert Almora Jr. que puso el partido momentáneamente 2-0 favorable a los campeones y en dos presentaciones de playoffs suma ya cinco bambinazos recibidos, luego de tolerar 23 en 27 juegos en la campaña regular.

Ahora ha aceptado 15 vuelacercas en 20 encuentros en su carrera en playoffs, cuando el corazón se le pone chiquito al gran zurdo, considerado por muchos el mejor lanzador de la actualidad en todo el béisbol.

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Justin Verlander lanzó una joya de nueve entradas y Carlos Correa remolcó las dos carreras de su equipo para que los Astros de Houston vencieran 2-1 a los Yankees de Nueva York y ampliaran a dos victorias sin derrota su ventaja en la Serie de Campeonato de la Liga Americana.

Por segundo día consecutivo, la pizarra terminó con idéntico marcador, con gran dominio del pitcheo de ambos conjuntos y muy poca ofensiva.

Por segunda vez en su carrera y primera desde el 2012, Verlander lanza un partido completo en postemporada, para archivar su tercer triunfo en los playoffs del 2017.

Realizó 124 pitcheos, 93 de ellos por la zona de strikes (algunos dudosos por otra mala labor del umpire principal, esta vez Hunter Wendelstedt) y propinó 13 ponches.

Justin Verlander celebra un ponche
AP Photo/David J. PhillipJustin Verlander celebra luego de sacar el tercer out de la novena entrada, para completar el juego de 13 ponches ante Yankees.

Correa puso delante a los Astros en el cuarto con bambinazo solitario por la banda derecha contra Luis Severino, abridor de los Yankees, con otra sólida faena hasta que abandonó el partido tras recibir un pelotazo bateado por Yuli Gurriel que le pegó en su mano izquierda.

El manager Joe Girardi reclamó interferencia de un niño que recordó el incidente de Jeffrey Maier, aquel chico que ayudó al entonces novato Derek Jeter a batear un cuadrangular en playoffs contra los Orioles de Baltimore, al impedir que Tony Tarasco capturara la bola.

Esta vez, aunque el guante del pequeño Carson Riley también invadió parcialmente el terreno, el batazo era inalcanzable por Aaron Judge y tras la revisión del video, los árbitros ratificaron el cuadrangular.

Entre Correa y el pequeño gigante José Altuve fabricaron la del triunfo en el final del noveno ante el misil Aroldis Chapman.

Después de un out, Altuve sonó su segundo imparable de la tarde y corrió como alma que lleva el diablo cuando Correa conectó tendido entre el jardín derecho y el central.

El tiro de relevo de Didi Gregorius al plato llegó con el tiempo suficiente para esperar al venezolano, pero el receptor dominicano Gary Sánchez perdió la pelota.

Varias lecturas dejó este encuentro.

1.- A.J. Hinch, el manager de los Astros, sabe que no cuenta con un bullpen sólido, al estilo de sus rivales y por ello no confía mucho en sus relevistas.

2.- El corrido de las bases vuelve a costarle caro a los Yankees. Brett Gardner sacudió un lineazo a la esquina del jardín derecho y cuando parecía que se detendría en la intermedia con un doble, fue enviado a la antesala por el coach Joe Espada. Luego de que el corredor había comenzado a frenar tuvo que acelerar nuevamente y perdió fracciones de tiempo valiosas que permitieron a la defensa de Houston matarlo en tercera.

3.- Gary Sánchez no durará mucho como cátcher y será movido a otra posición. Sus deficiencias defensivas son demasiadas para alguien con la responsabilidad de conducir el cuerpo de pitcheo de una franquicia que quiere volver a la tradición ganadora. Esa jugada decisiva en el plato fue criminal.

4.- Si Girardi aspira a remontar contra Houston como lo hizo contra Cleveland, tiene que hacer modificaciones en la alineación. Mantener al Juez de segundo bate es un sin sentido, toda vez que el muchacho está perdido en el plato.

5.- Por segunda jornada seguida, es imperdonable que a esta altura de la competencia, el árbitro principal se equivoque en los conteos con una frecuencia escandalosamente alta.

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