Luego de que el panameño Mariano Rivera rompiera la barrera de la unanimidad en su elección al Salón de la Fama de Cooperstown, muchos dan por descontado que su compañero en los New York Yankees Derek Jeter seguirá sus pasos con el voto absoluto de la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA).

Sin embargo, nada está garantizado, a pesar de las incuestionables estadísticas del Capitán y su carrera sin manchas a lo largo de 20 temporadas.

La unanimidad podría estar en peligro en Miami, donde Jeter es desde el 2018 la cara visible del grupo de dueños del equipo de los Miami Marlins.

Y es que desde ya, dos miembros del Salón de la Fama, muy ligados al equipo de la Capital del Sol, han anunciado la posibilidad de boicotear la ceremonia de la segura exaltación del ex campocorto de los Yankees en julio del 2020.

Derek Jeter en ceremonia del Salón de la Fama (MLB)
Jim McIsaac/Getty ImagesDerek Jeter conversa con Andy Pettitte y Tino Martínez en la ceremonia de entronización de la clase 2019 del Salón de la Fama de Cooperstown.

Tany Pérez, único cubano elegido a Cooperstown por el voto de la BBWAA, y Andre Dawson, trabajaron por muchos años como asesores del propietario anterior del equipo, Jeffrey Loria, pero fueron despedidos sin mucha diplomacia tras la llegada de Jeter al mando.

Dawson, inmortalizado en el 2010, ya anunció que se ausentará del acto, porque “no quiero sentarme a escuchar lo que él (Jeter) tenga que decir ese día”.

Por su parte, Pérez, exaltado en el 2000, fue menos específico y aunque dijo que ya había tomado una decisión, no la daría a conocer hasta llegado el momento indicado.

“Sólo puedo decir que fue muy feo como terminó todo”, dijo el integrante de la famosa Gran Maquinaria Roja de Cincinnati de los años 70.

Dawson y Tany son personajes muy queridos en Miami, donde tienen muchos amigos, algunos de ellos miembros de la BBWAA, que se sintieron dolidos por la manera en que fueron tratados sus ídolos del pasado.

Hay que reconocer que el manejo de relaciones públicas de Jeter y compañía fue bastante accidentado en los inicios, lo cual provocó resentimiento en unas cuantas figuras, incluido Míster Marlin, Jeff Conine, el único integrante de los equipos campeones de las Series Mundiales de 1997 y 2003.

Basta con que uno de los votantes decida romper lanzas por ellos y por solidaridad no emita su sufragio a favor del Capitán, para que se rompa la esperada unanimidad, aunque nadie en buena lid, en honor a la justicia, debería obviar al ahora propietario de los Marlins y menos tomárselo como algo personal.

Pero como dice el refrán, el diablo son las cosas. A fin de cuentas, ni Babe Ruth, la encarnación suprema del béisbol, consiguió todos los votos.

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Desde que asumió como el comisionado de las Grandes Ligas del béisbol (MLB), en enero del 2015, Rob Manfred ha mostrado ser un líder abierto a nuevas ideas y probar todo lo que sea necesario para mejorar el gran producto que maneja.

No es por casualidad que el comisionado de Grandes Ligas gana más al año que el presidente de los Estados Unidos. Después de todo, el hombre con la silla en el 245 de Park Avenue, Nueva York, existe para defender los intereses de una industria que genera más de $10,000 millones de dólares anuales, mientras que el inquilino #1 de la gran Casa Blanca del 1600 de Pennsylvania Avenue, administra al país más endeudado del planeta. Con eso en mente, y también con la certeza de que la oficina del comisionado está llena de mentes brillantes que se ocupan de resolver problemas incluso antes de que ocurran, me atrevo a cometer la herejía de recomendar un par de ideas a mister Manfred sobre tópicos que deberían cambiar en las Grandes Ligas del futuro.

Ceremonia de Cooperstown: Tomando en cuenta que la ceremonia de exaltación de los nuevos miembros del Salón de la Fama es uno de los eventos más importantes en el calendario anual del béisbol de Estados Unidos, Manfred debería disponer que ese único domingo del año nadie juegue antes de las 3 pm.

Por respeto al acto que se realiza en Cooperstown, Nueva York, el tercer o cuarto domingo de julio, el espacio entre 1 pm y 3 pm debería estar libre de otros eventos de pelota local. No tiene sentido que el discurso de aceptación de Mariano Rivera, el único pelotero electo de manera unánime al Salón de la Fama, compita con un probable juego perfecto de Max Scherzer o un partido de cuatro jonrones de Mike Trout.

Getty ImagesEnrique Rojas se atrevió a cometer la herejía de recomendar un par de ideas a Rob Manfred sobre tópicos que deberían cambiar en las Grandes Ligas del futuro.

Sabemos que el Salón de la Fama no es un órgano apéndice de la MLB y que ambas entidades tienen sus intereses particulares, pero por algo tiene el comisionado de MLB el discurso de apertura del ceremonial, que se transmite desde hace varios años por el canal de la liga.

MLB no perdería absolutamente nada con mover un poco el inicio de la jornada. Los que gobiernan el Salón de la Fama no pierden nada con empaquetar la ceremonia en un bloque de dos horas. Sería lo mejor para todas las partes.

Extrainnings de serie regular: Los Baltimore Orioles y Los Angeles Angels jugaron un partido de 16 entradas y más de seis horas el jueves. En el 2019, eso no tiene sentido ni para los Orioles, ni para los Angels, ni para MLB, ni para los aficionados.

Pocos aficionados en el planeta, incluyendo a los más románticos que nacieron en las primeras décadas de la Liga Nacional, que fue fundada en 1876, quieren partidos de seis horas que terminan cerca de las dos de la madrugada. Simplemente no tiene ningún sentido práctico.

MLB debería tener ya un sistema que acelere la decisión de un encuentro de serie regular después que se han jugado 10 entradas. Ya sea colocando dos corredores en bases al inicio de cada inning, haciendo un mini derby de jonrones o lanzando una moneda, pero que jugadores y aficionados se pasen 10 horas en un estadio de pelota para un juego de serie regular es una insensatez.

Serie Mundial sábado y domingo: Por muchos años, los partidos del fin de semana de la Serie Mundial arrancan después de las 8 pm. Es tiempo de probar algo nuevo, que en realidad sería hacer algo que se hacía anteriormente.

Esta temporada, MLB y ESPN acordaron que el partido del domingo en la noche arrancará a las 7 pm, salvo un par de excepciones, y la respuesta del público ha sido positiva. Es tiempo que MLB permita a toda la familia poder sentarse a ver un encuentro de la Serie Mundial el sábado y el domingo. Comenzar a las 6:30 pm uno de esos días no le haría ningún daño al evento.

El Super Bowl del 2019, entre New England Patriots y Los Angeles Rams, arrancó a las 6:30 pm en el Mercedes Benz de Atlanta. Los aficionados de los Rams y todo el que vive en la costa oeste tenían las 3:30 pm en sus relojes cuando dieron la patada inicial. Y nadie se quejó por temprano.

Lotería del draft y sorteo internacional: Basta ya de premiar la mediocridad. Con el actual sistema para repartir los turnos en el draft colegial doméstico, que podría ser el mismo para decidir el orden del inminente y necesario sorteo internacional que está en la mesa de negociaciones, los peores equipos garantizan tener los primeros turnos y, por ende, el talento mejor valorado.

Eso claramente desincentiva la competencia en la segunda mitad de la temporada. Es evidente que los equipos con peores récords hacen poco para mejorar y comienzan a pensar en el draft del próximo año y no en la temporada que están jugando.

La lotería del draft, como la tiene la liga de baloncesto NBA, no es un sistema perfecto, pero al menos no le garantiza al que quede en último lugar el primer pick del próximo sorteo. La MLB debería pensar en algún formato de lotería que acabe con la carrera de jugar a perder.

Sobre el sorteo internacional, está claro que aplicarlo no será tan fácil, pero dado el estado de corrupción que tiene el actual sistema de reclutamiento de agencia libre, especialmente en República Dominicana y Venezuela, las principales fuentes externas de talento, se hace urgente y obligatorio algún proceso para controlar la forma en que son firmados los niños latinoamericanos.

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APDe manera colectiva, la rotación abridora de Yankees presume efectividad de 18.34.

A pesar de su cómoda ventaja en el Este de la Liga Americana, los New York Yankees deberían desde ya encender las alarmas, si quieren ganar su vigesimoctava corona de Series Mundiales.

Con el pitcheo abridor con que cuentan actualmente les será muy difícil avanzar profundo en la postemporada, con todo el carretón de leña que han repartido sus bateadores a lo largo de la contienda, a pesar de las tantas lesiones y ausencias de muchos de sus estelares.

Cuando ya pasamos de los primeros 100 juegos de la larga campaña de 162, los iniciadores de los Yankees empiezan a evidenciar el cansancio y esta semana ha sido una muestra fehaciente de ello.

Lo de los últimos días roza con la catástrofe. En sus más recientes aperturas, los cinco miembros de la rotación (James Paxton, C.C. Sabathia, Domingo Germán, J.A. Happ y Masahiro Tanaka), han permitido 40 carreras, 36 de ellas limpias, en apenas 17 entradas y dos tercios, para una efectividad colectiva de 18.34.

Sólo Sabathia logró completar cuatro episodios, mientras que el dominicano Germán trabajó 3.2. Los otros tres nada más llegaron a tres y un tercio.

Todos ellos promedian para una efectividad superior a las cuatro limpias por cada nueve episodios y cada día se hace más evidente la necesidad de tener un as para encarar lo que queda del calendario regular y los playoffs.

La gerencia ha sido demasiado cauta (por no decir tacaña) a la hora de soltar prospectos y jugadores jóvenes ya probados en las Mayores, como Clint Frazier y Thairo Estrada, pero el tiempo se está agotando y es momento de tomar decisiones drásticas, como la que en su momento asumieron los Chicago Cubs en 2016, que entregaron a su más prometedor jugador, el venezolano Gleyber Torres, por el cerrador cubano Aroldis Chapman, que era la pieza que le faltaba para romper una sequía de 108 años sin saborear las mieles del triunfo.

No es que las opciones abunden, pues los rumores que en algún momento apuntaban a Max Scherzer o Trevor Bauer se desvanecieron automáticamente, cuando los Washington Nationals y los Cleveland Indians se metieron de nuevo en la pelea por la postemporada.

El zurdo Madison Bumgarner tiene a Nueva York en la lista de equipos bloqueados para cualquier canje y Marcus Stroman parece que recibirá una extensión de los Toronto Blue Jays, en lugar de cambiarlo, aunque de todos modos, el serpentinero derecho está lejos de ser ese as.

Tampoco entra en esa categoría el zurdo Matthew Boyd, de los Detroit Tigers, mientras que el más ajustado a esa condición es el diestro Noah Syndergaard (7-5, 4.33), pero desde el 2 de mayo hasta la fecha tiene récord de 6-2 y efectividad de 3.60 en 92.2 capítulos, con 87 ponches y 26 boletos.

Ah, eso sí, hay que soltar prenda para conseguir al derecho supersónico de larga cabellera rubia, pero los Yankees tienen la suficiente profundidad para hacer una transacción que si bien no garantiza nada al ciento por ciento, aumenta las posibilidades de levantar el trofeo en octubre.

Lo peor es que el límite para los canjes, esta vez, de verdad es el 31 de julio, sin el período de agosto de la lista de waivers de años anteriores.

Más arriesgado es apostar porque la ayuda salvadora llegue desde dentro, cuando se reincorpore el dominicano Luis Severino.

Ya el quisqueyano recibió el visto bueno de los médicos para comenzar sus sesiones de bullpen, pero a decir del gerente general Brian Cashman, no será hasta un mínimo de seis semanas que estará disponible para regresar y las condiciones en que reaparecerá son una caja de sorpresas.

Quizás para entonces, sea demasiado tarde y toda la hazaña del equipo de sobreponerse contra viento y marea a tantas y tantas lesiones, habría sido en vano.

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No se han acallado aún los ecos y las emociones de la ceremonia de exaltación de Mariano Rivera, Edgar Martínez, Mike Mussina, Roy Halladay, Lee Smith y Harold Baines y ya Cooperstown empieza a preparar el camino para la clase del Salón de la Fama 2020.

Derek Jeter es la cara más visible entre los que aparecerán en la boleta por primera vez y una vez que su ex compañero de equipo en los New York Yankees, el panameño Rivera, rompió la barrera de la unanimidad, el Capitán debería recibir el favor de todos los votantes de la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA).

La carrera de Jeter a lo largo de 20 temporadas fue intachable, más allá de sus números fríos, entre los que sobresalen sus 3,465 hits, la sexta cifra más alta entre todos los peloteros que han pasado por las Grandes Ligas.

Su liderazgo, entrega y respeto al juego, su imagen de modelo para la juventud y su grandeza en los momentos clave son cosas que no se miden en estadísticas.

Fuera del ex campocorto de los Yankees, entre los primerizos del 2020 no hay un clásico “monstruo”, de esos que con los ojos cerrados se sabe que merecen la inmortalidad, sí o sí.

Paul Konerko, el venezolano Bobby Abreu, el dominicano Alfonso Soriano, Jason Giambi y Josh Beckett son los nombres más notables entre los que se estrenan en la boleta, pero ninguno de ellos parece que vaya a conseguir el 75 por ciento en su primer año de elegibilidad.

Entrar al Salón de la Fama tiene una dosis de suerte también, independientemente de las cifras que haya puesto cada uno de ellos.

Getty Images¿Derek Jeter y Omar Vizquel llegarán al Salón de la Fama en 2020?

Depende también del timming, del quienes acompañen a cada cual en la boleta en ese momento.

Ahí está el caso de Barry Larkin, ex campocorto de los Cincinnati Reds entre 1986 y 2004, inmortalizado en el 2012, en su tercer año de elegibilidad.

Sus números, si buenos, no son impresionantes, de esos que despejen de golpe cualquier duda que tengan los votantes.

Fue Larkin el único elegido en el 2012, cuando aparecieron por primera vez en las papeletas 13 peloteros, de los cuales ninguno ha llegado a Cooperstown.

Estaba floja la clase del 2012 y ahí aprovechó el de los Rojos para superar el 75 por ciento.

Como débil se ve la camada del 2020, con la excepción de Jeter, lo cual debe redundar en beneficio de otros candidatos que ya llevan varios años en el círculo de espera.

Y ya que hablamos de campocortos ilustres, como Jeter y Larkin, el 2020 podría ser el año del venezolano Omar Vizquel.

En realidad es inexplicable cómo “Manos de Seda” no esté inmortalizado ya.

Defensivamente, quizás solamente Ozzie Smith lo supera en excelencia, pero 11 Guantes de Oro no son cosa que se compre en el mercado.

Aunque el “Mago de Oz” lo aventajó con 13 Guantes de Oro, el promedio de fildeo de Vizquel de .985 es el mejor de todos los tiempos entre los defensores de la llamada llave del cuadro.

Con el madero no fue el clásico abusador, pero sus números no son para nada desdeñables. Disparó 2,877 imparables, 537 más que Larkin y 417 más que Smith, por ejemplo.

Solamente Jeter, Honus Wagner (3,420), Carl Ripken Jr. (3,184), Robin Yount (3,142) y Alex Rodríguez (3,115) tienen más hits que él.

Pero Wagner, Ripken, Yount y ARod, aunque fueron torpederos originales, pasaron grandes porciones de sus carreras en otras posiciones, mientras que el venezolano defendió las paradas cortas en 2,709 de los 2,940 partidos de su vida.

Así que como campocorto puro, solamente el Capitán de los Yankees consiguió más imparables que Vizquel.

Algunos alegarán en su contra que sus números fueron producto de la acumulación tras 24 años de juego, pero la durabilidad es un mérito adicional, que favoreció también a Ripken.

Estamos hablando de uno de los mejores peloteros de su posición en toda la historia, no de cualquier hijo de vecino que pasó sin dejar huellas.

Tarde o temprano, creo que Vizquel acompañará a su compatriota Luis Aparicio en el Templo de los Inmortales, pero en buena lid, debería entrar junto con Jeter en el 2020, su tercer año de elegibilidad, y no tener que sufrir una agónica demora como la del puertorriqueño Edgar Martínez, recién exaltado tras una década de espera.

En su primer año (2018), el venezolano obtuvo el 37 por ciento de los votos de la BBWAA y subió al 42.8 en el 2019.

Tendría prácticamente que duplicar lo conseguido hasta ahora para colarse en el 2020 y aunque parece difícil, no es imposible, teniendo en cuenta la ausencia en las boletas de figuras de primerísimo orden.

La vida es timming. Es estar en el lugar indicado, en el momento justo.

Este parece ser el tiempo perfecto para el venezolano y quién sabe si también lo sea para Roger Clemens y Barry Bonds, hasta ahora tácitamente vetados por la sombra de los esteroides

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Getty ImagesEl manager de los Giants, Alvin Dark, declaró un día que primero el hombre llegaba a la luna, que Gaylord Perry conectara un jonrón.

Como bateador, Gaylord Perry fue un gran pitcher, como diría el inmortal Felo Ramírez cuando se refería a serpentineros que eran nulos con el bate.

Perry, miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, ganador de 314 juegos en su carrera de 22 temporadas, fue el clásico out por regla cuando se paraba en la caja de bateo.

En 1,220 turnos, apenas promedió .131, con 141 imparables, de los cuales 118 fueron sencillos, en tanto se ponchó en 369 ocasiones.

Su incapacidad para chocar con la pelota llegó al extremo en 1964, donde promedió .054 y abanicó prácticamente en la mitad de sus turnos.

Ese año, durante una práctica previa a un juego de los San Francisco Giants en Pittsburgh, golpeaba tan mal la bola, que un reportero le preguntó si alguna vez en su vida batearía un cuadrangular.

El manager de los Giants, Alvin Dark, escuchó la pregunta y anticipó la respuesta.

“¿Jonrón?¿Gaylord? Primero llega el hombre a la Luna antes de que él logre batear un jonrón”.

Entonces, Estados Unidos y la Unión Soviética estaban inmersos en la carrera espacial, que se había convertido en uno de los principales frentes de la Guerra Fría.

La conquista de la Luna era el objetivo principal de la NASA para dar un golpe de autoridad en una competencia que hasta el momento iba perdiendo ante los soviéticos y dos años antes, en 1962, el presidente John F. Kennedy había anunciado la decisión de Estados Unidos de poner al primer hombre allí.

Pasaron cinco años y la frase del manager de los Giants cayó en el olvido, hasta que el 20 de julio de 1969, Neil Armstrong, comandante de la nave Apollo 11, se convirtió en el primer ser humano en poner un pie en el satélite natural de la Tierra.

“Un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la Humanidad”, dijo Armstrong tras el histórico alunizaje, que fue seguido con el aliento contenido por todo el mundo.

Getty ImagesGaylord Perry, miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, ganador de 314 juegos en su carrera de 22 temporadas, fue el clásico out por regla cuando se paraba en la caja de bateo.

Ese día, nadie hablaba de otra cosa que de la hazaña de Armstrong y su compañero Buzz Aldrin, quien lo acompañó hasta la superficie lunar, mientras el piloto Michael Collins permanecía en el Apollo 11 circunvalando la Luna y esperaba ansioso el retorno de ambos a la nave.

Esa misma noche, en el Candlestick Park de San Francisco, los Giants enfrentaban a sus archirrivales Los Angeles Dodgers, con Gaylord Perry en la lomita frente al zurdo Claude Osteen, abridor por los visitantes.

En el tercer inning, Perry dejó boquiabierto a medio mundo, al disparar frente a Osteen el primer cuadrangular de su carrera.

Se cumplió así la profecía de Alvin Dark, horas después de que el hombre llegara a la Luna.

El abridor de San Francisco lanzó el juego completo y se apuntó la victoria con pizarra de 7-3.

En total en su carrera, conectó otros cinco vuelacercas y en 1991 fue exaltado al Salón de la Fama. Sus 314 triunfos lo colocan en el lugar 17 de todos los tiempos.

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Descarten desde ya a Vladimir Guerrero Jr. como candidato al premio de Novato del Año de la Liga Americana.

Más allá de su exhibición de poder en el Derby de Jonrones previo al Juego de las Estrellas, el hijo del miembro del Salón de la Fama ha sido poco menos que decepcionante.

Quizás esa no sea la palabra exacta, pero para toda la fanfarria con que llegó, se ha quedado muy por debajo de las expectativas que traía.

Tal vez haya sido eso. Le pedimos demasiado y de inmediato a un chico tan joven que posiblemente haya sido aplastado por la presión.

Lo cierto es que quienes dimos al Junior como favorito al galardón de mejor debutante nos equivocamos y ahora la carrera por ese honor está tan abierta como las primarias demócratas.

Getty ImagesVladimir Guerrero Jr. no ha cumplido con las expectativas que se tenían de él en su primera temporada en MLB.

A falta de poco más de 60 partidos para que concluya el calendario regular, los principales contendientes ahora mismo parecen ser Brandon Lowe, de los Tampa Bay Rays, Michael Chavis, de los Boston Red Sox, y el dominicano Eloy Jiménez, de los Chicago White Sox.

Lowe batea para average de .276, con OBP de .339, slugging de .523 y OPS de .862.

Es el novato con más hits hasta ahora (77), de los cuales 17 han sido dobles, dos triples y 16 jonrones, con 40 carreras anotadas y 49 impulsadas. Se ha ponchado 104 veces y recibido 22 boletos.

Pero ahora mismo está en la lista de lesionados desde el 3 de julio y esa pérdida de tiempo de juego puede costarle oro en la lucha por el premio.

Por su parte, Chavis tiene una línea ofensiva de .261-.338-.463, con OPS de .801.

Tiene dos hits menos que Lowe (75), entre ellos ocho biangulares, un triple y 16 bambinazos, con 41 anotadas y 52 remolques, la cifra máxima entre los debutantes. Ha abanicado en 105 ocasiones y negociado 29 pasaportes.

Entretanto, Jiménez, quien también anda ahora mismo por la lista de incapacitados, aventaja a todos los demás en vuelacercas, con 17, aunque va detrás en los demás factores.

Su línea ofensiva es de .244-.307-.483, con OPS de .791 y además de los 17 jonrones, suma siete dobletes entre sus 59 hits.

El quisqueyano era considerado al inicio de la contienda como el prospecto número tres de todo el béisbol, detrás de Guerrero y Fernando Tatis Jr.

Y aunque más retrasado por el poco tiempo de juego, pero pidiendo pista como un avión, viene el cubano Yordan Álvarez, de los Houston Astros, quien podría convertirse en el caballo negro que termine desbancando sobre la meta a aquellos que partieron antes que él en esta carrera.

Mientras que Lowe, Chavis y Jiménez ya sobrepasaron hace rato los 200 turnos, Alvarez apenas anda por 99, en los que ha bateado 32 cohetes, para average de .323, con OBP de .402, slugging de .677 y OPS de 1.079.

En solamente 25 juegos desde que debutó el 9 de junio, ya anda por nueve jonrones, ocho dobles, 15 anotadas y 29 empujadas.

Si el béisbol fuera tan exacto como las matemáticas, sus proyecciones, a juzgar por lo que ha hecho y lo que falta de temporada, terminaría con 32 cuadrangulares y 104 impulsadas, con lo que seguramente desbancaría a cualquier otro aspirante.

Pero este juego no es una ciencia y por ejemplo, ahora mismo Alvarez está teniendo molestias en una rodilla que lo dejaron fuera de la alineación el miércoles, en el juego final de la serie de los Astros ante Los Angeles Angels.

De todos modos, no lo pierdan de vista. Por lo pronto, en 99 veces al bate ya superó en jonrones y remolcadas lo conseguido por Vlad. Jr. en 246 turnos.

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La pausa por el Juego de las Estrellas, que marca el paso de la primera a la segunda parte de la temporada, es también momento de pasar balance de lo ocurrido en los primeros tres meses y fracción del calendario.

El énfasis se hace en aquellos que han sobresalido y desde ya son candidatos a los diferentes premios que se entregarán después de la Serie Mundial.

Pero también ha habido jugadores cuyas actuaciones han decepcionado y muchos de ellos han perdido su categoría de estrellas, para pasar a ser estrellados.

Estos son, posición por posición, los peloteros menos destacados de la primera parte del 2019.

Receptor: Yadier Molina

AP Photo/Jeff Roberson
Los años comienzan a hacer mella en el mejor cátcher de la última década.

Aunque Molina sigue siendo una garantía detrás del plato para los St. Louis Cardinals, ofensivamente ya no despierta mucho temor en la caja de bateo.

En 71 juegos batea para .261, con un promedio de embasamiento de .286 y un slugging de .368.

Apenas acumula cuatro jonrones, muy pocos para quien ha promediado 19 bambinazos en las dos últimas campañas, con sólo 36 carreras impulsadas.

1B: Jesús Aguilar

El venezolano de los Milwaukee Brewers, autor de 35 vuelacercas y 108 empujadas e invitado al Juego de las Estrellas del 2018, ha sido punto menos que inexistente en el 2019.

En 79 partidos tiene línea ofensiva de .225-.327-.481, con ocho cuadrangulares y 32 fletadas al plato.

La buena noticia para Milwaukee es el cierre que tuvo antes del descanso del Juego de las Estrellas: en sus últimos tres encuentros bateó tres de sus ocho jonrones e impulsó seis carreras.

2B: Robinson Canó

Dada la manera en que el segunda base dominicano empezó su aventura con los New York Mets (jonrón en su primer turno), parecía que tendría un renacer en la ciudad donde comenzó su carrera.

Pero desde entonces, ha añadido solamente tres cuadrangulares más y tiene 18 remolques, con average de .240, OBP de .287 y slugging de .490.

Lo peor es que el equipo aceptó tragarse gran parte de los 120 millones pendientes de su contrato de 240 que firmó con los Seattle Mariners en el 2014, con tal de obtener en el canje al relevista puertorriqueño Edwin Díaz, salvador de 57 juegos en el 2018. Pero de este hablaremos más adelante.

3B: José Ramírez

Sue Ogrocki/AP
El antesalista de los Cleveland Indians ha quedado tercero en la votación por el Jugador Más Valioso de la Liga Americana en el 2017 y 2018, pero tal parece que quitaron a uno y pusieron a una copia mala.

Ramírez dejó una línea ofensiva de .218-.308-.344, con siete batazos de vuelta completa y 35 empujadas.

Se suponía que sería el tercera base titular del equipo del joven circuito en el Juego de las Estrellas disputado este martes en su casa, pero tuvo que conformarse con verlo por TV.

SS: Brandon Crawford

El campocorto de los San Francisco Giants parece haber envejecido repentinamente, como la mayoría de sus compañeros de la generación campeona de 2010, 2012 y 2014.

Tan cerca como el 2018, Crawford estuvo en su segundo Juego de Estrellas, mientras que en 2017, 2016 y 2015 ganó Guantes de Oro consecutivos, más un Bate de Plata.

Hoy es un recuerdo del estelar que fue, con .223-.290-.344, cinco bambinazos y 28 impulsadas.

A la defensa, acumula diez errores, la cuarta mayor cifra en todas las Mayores.

Jardinero izquierdo: Giancarlo Stanton

Jim McIsaac/Getty Images
Desde que el año pasado se enfundó el traje a rayas de los New York Yankees, Stanton no ha sido el mismo bateador temible, el mayor rompecercas de las Grandes Ligas, el que dejaba a todo el mundo con la boca abierta con batazos kilométricos.

Ahora ni siquiera ha aparecido, con apenas nueve juegos y 13 ponches en 31 turnos, con un solo jonrón.

Su ausencia, sin embargo, no se ha hecho notar, gracias al trabajo de sus compañeros menos encumbrados que contra todo pronóstico llevaron a los Yankees al tope de la Liga Americana, pero es innegable que Stanton ha perdido el estatus de estrella y ha pasado a ser uno más dentro del roster.

Jardinero central: Odúbel Herrera

El patrullero de los Philadelphia Phillies pareció en un momento ser la figura en torno a la cual se reconstruiría el equipo.

Pero esa aureola se desvaneció, a pesar de que este año no tendría esa presión de liderazgo, por la llegada de Bryce Harper y la maduración de Rhys Hoskins.

Average de .222, OBP de .228, slugging de .341, con un jonrón y 16 impulsadas fueron algunos de los números que dejó Herrera antes de ser suspendido por el resto de la temporada debido a un incidente de violencia doméstica, como si no bastara su pobre rendimiento.

Jardinero derecho: Carlos González

Mientras estuvo en la altura de Denver, el venezolano Carlos Gonzalez fue una estrella rutilante, a pesar de que en sus últimos años con los Colorado Rockies tuvo que batallar contra varias lesiones.

Pero arrancó el 2019 con los Indios, que lo dejaron en libertad tras 30 partidos y recaló con los Chicago Cubs, donde le ha ido incluso peor.

Entre Cleveland y Chicago batea para .200, con OBP de .306 y slugging de .300. Solamente ha despachado tres pelotas fuera del parque y suma diez fletadas al plato.

Próximo a cumplir 33 años, su carrera parece al borde del precipicio.

Bateador designado: Kendrys Morales

El cubano tuvo una buena carrera, a pesar de tantos accidentes y obstáculos, pero parece que ese tanque se quedó sin gasolina.

Desde que arrancaron los entrenamientos primaverales, Morales ha pasado por tres equipos, los Toronto Blue Jays, que lo cambiaron a los Oakland Athletics el día antes de comenzar la temporada, los que a su vez lo dejaron libre, para tener una breve e infructuosa estadía en los Yankees, que también lo despidieron.

En total, entre Oakland y Nueva York, el habanero dejó una línea ofensiva paupérrima de .194 de average, OBP de .320 y slugging de .242, con dos vuelacercas y 12 impulsadas.

Pitcher abridor: Chris Sale

Chris Sale
AP Photo/Winslow Townson
El zurdo de los Boston Red Sox ha expresado públicamente su decepción y frustración consigo mismo. En 18 aperturas tiene récord de 3-8 y efectividad de 4.04, aunque sigue teniendo la misma capacidad ponchadora de siempre y lleva 153 abanicados en 107 episodios.

Pero el descontrol ha sido uno de sus principales enemigos. Mientras que en el 2018 completo regaló 34 pasaportes en 27 salidas, ya este va por 26, con proyección para terminar con 47, que sería la segunda mayor cantidad de su carrera (51 en el 2012).

Además, ha recibido 16 bambinazos, después de aceptar solamente 11 en todo el año pasado.

Relevista: Edwin Díaz

Ya lo habíamos mencionado antes. Por conseguir los servicios de quien recató 57 partidos en el 2018, los Mets aceptaron recibir a Robinson Canó, con su pesada carga económica, o al menos, gran parte de ella.

Pero Díaz no ha sido ni la sombra del cerrador dominante del año pasado con los Marineros.

Tiene 19 salvamentos en 23 oportunidades y ha desperdiciado la misma cantidad de ocasiones del 2018.

El problema es que su efectividad anda por 5.50, su WHIP se duplicó prácticamente, de 0.79 el año pasado a 1.56 en lo que va de 2019 y los rivales le conectan para average de 2.83.

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Cada año, antes de que abran los campos de entrenamientos primaverales, escogemos diez peloteros que por diferentes razones, serían interesantes de seguir en la temporada.

En la lista deberían aparecer Bryce Harper y el dominicano Manny Machado, pero al momento de elaborar esta selección, ni se sabía que el primero firmaría con los Philadelphia Phillies y el segundo terminaría con el uniforme de los San Diego Padres.

1.- Vladimir Guerrero Jr: C

No se recuerda un pelotero que haya llegado a las Grandes Ligas con tanta fanfarria.

Quizás por ser hijo del miembro del Salón de la Fama Vladimir Guerrero, pero lo cierto es que el prospecto número uno de todo el béisbol no ha sido en sus primeros 61 juegos en Las Mayores el súper fenómeno que se esperaba.

Average de .249, OBP de .328, slugging de .413, ocho cuadrangulares y 25 impulsadas son cifras que no deslumbran a nadie.

Hasta ahora, el despliegue de poder en el Derby de Jonrones le viene salvando la temporada a Vlad Jr.

Getty Images Vladimir Guerrero Jr. tiene promedio de .249, OBP de .328, slugging de .413, ocho cuadrangulares y 25 impulsadas.

2.- Fernando Tatis Jr: A

Si Fernando Tatis Jr. no se hubiera lesionado y perdido todo el mes de mayo y parte de junio, posiblemente Pete Alonso no tuviera tan fácil en el bolsillo el premio de Novato del Año de la Liga Nacional.

Desde que puso un pie en un terreno de Grandes Ligas, sin tantos focos como Vladimir Guerrero, el hijo de Fernando Tatis fue una estrella inmediata.

No se trata sólo de números, muy buenos por cierto, sino de la energía que aporta, ese intangible que no se mide en cifras y que consigue con un atleticismo envidiable.

Mientras que con el bate suma average, OBP y slugging de .327-.393-.620, con 14 jonrones y 33 carreras impulsadas en 55 partidos, también es velocísimo y ya acumula 13 bases robadas en 16 intentos, mientras que con el guante nos regala jugadas espectaculares.

3.- Shohei Ohtani: A

Sabíamos que no va a lanzar hasta el 2020, pero queríamos ver a Ohtani como bateador más o menos a tiempo completo, después que le regalaran el Novato del Año que merecía el dominicano Miguel Andujar.

El bateador designado japonés de Los Angeles Angels ha demostrado que puede batear y bastante en el mejor béisbol del mundo.

Hasta ahora, en 53 juegos, lo hace para .303-.353-.571, con 14 jonrones y 38 carreras empujadas y debería superar los números que consiguió el año pasado en 104 partidos.

4.- Willians Astudillo: C

Las lesiones han limitado el tiempo de juego de Astudillo, receptor de los Minnesota Twins que parece sacado de un videojuego.

Antes de empezar la temporada del 2019, Astudillo había disputado 638 juegos como profesional en diferentes niveles de las Menores, la LVBP y con los Mellizos, con los que hizo su debut en Grandes Ligas en el 2018.

En total sumaba 2.981 turnos al bate, con apenas 99 ponches, con un promedio de un abanicado cada 30 veces.

Por ahora, en 133 ocasiones se ha tomado cinco chocolates, uno cada 26.6, pero salvo esa habilidad para chocar con la pelota, no ha sido nada atractivo, con su average de .263, tres jonrones y OBP de .282.

5.- Blake Snell: F

Decepcionante ha sido la labor del zurdo de los Tampa Bay Rays, quien fue el mejor lanzador de todas las Grandes Ligas en el 2018 y una de las principales razones por las que su equipo, débil en el papel, tuviera una sorprendente temporada ganadora de 90-72.

En 18 aperturas, Snell presenta récord de 5-7, con una efectividad de 4.70, números que contrastan demasiado con sus 21 victorias con sólo cinco derrotas y promedio de 1.89 del año pasado.

6.- Miles Mikolas: F

El derecho de los St. Louis Cardinals ha vuelto a ser el mismo que era antes de irse a jugar tres años a Japón: cinco victorias, nueve derrotas y efectividad de 4.53.

Mikolas escribió una de las páginas más interesantes de la temporada pasada, tras pasar tres campañas con los Gigantes de Yomiuri, en la liga profesional nipona.

Regresó a las Grandes Ligas por la puerta ancha, con récord de 18-4 y efectividad de 2.83, mientras que en su estancia anterior a su aventura japonesa, sus números con los Padres y los Texas Rangers siempre fueron de mediocres para malos.

Al parecer, lo del 2018 fue una casualidad, un golpe de suerte o como quieran llamarlo.

7.- Miguel Cabrera: D

El venezolano ha sido, desde su debut en el 2003 con los Florida Marlins, uno de los mejores bateadores de todo el béisbol en lo que va de siglo XXI, pero a los 35 años de edad ha entrado en su declive natural.

Su coordinación ojos-brazos para darle a la pelota la mantiene y de ahí el average de .304 que exhibe en 80 partidos, pero ha perdido velocidad en el swing y por ende, han disminuido drásticamente los batazos de largometraje.

Cinco vuelacercas en 283 turnos son muy pocos para quien promedia 32 bambinazos por temporada en una carrera gloriosa de 17 años.

8.- Aaron Judge: C

El Juez tiene calidad de estrella, pero salud de cristal. Sus números en 33 partidos son bastante buenos, con average de .271, nueve cuadrangulares y 20 remolcadas, pero se ha perdido por lesiones 55 juegos.

Si sus ausencias no se han hecho notar tanto, es por el histórico desempeño de sus compañeros menos encumbrados, que contra viento y marea han mantenido a los New York Yankees en el tope del Este de la Liga Americana.

9.- Yusei Kikuchi: D

El lanzador zurdo de 27 años estaba llamado a ser la próxima estrella japonesa en las Grandes Ligas. Al menos eso creían los Seattle Mariners cuando lo firmaron por tres temporadas y 43 millones de dólares.

Hasta ahora, está más cerca de Hideki Irabu y Kei Igawa, que de Hideo Nomo o Masahiro Tanaka.

En 19 aperturas tiene récord de 4-6 y efectividad de 4.94. En 98.1 entradas ha permitido 19 cuadrangulares.

10.- Yasiel Puig: B

Puig sigue siendo divertido de ver. Da lo mismo que tenga el uniforme azul de los Dodgers o el rojo de Cincinnati. Sin tantos focos sobre sí como en Los Angeles, el cubano empezó lento el año, pero cerró la primera parte de la temporada a todo vapor, aunque sin llegar a esa explosión de todo su potencial que ya no sabemos si algún día sucederá.

Por primera vez en su carrera llegó a 20 cuadrangulares antes del Juego de las Estrellas y su proyección lo pone en camino de 37 bambinazos y 97 impulsadas, números nada despreciables para quien entrará con 28 años a la agencia libre.

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Los Dallas Cowboys se autoproclamaron el “Equipo de América”, pero es mentira: no hay una institución que represente más el deporte estadounidense que los New York Yankees.

Si bien no existe un rincón del país donde no haya al menos un fanático de los Cowboys, usted puede ir al lugar más inimaginable o exótico y siempre encontrará a alguien que lleve una gorra con el famoso logo de NY.

Cuando el Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez visitó en el 2007 por última vez su natal poblado de Aracataca, en la Colombia profunda, una multitud acudió a recibir el tren en que viajaba su célebre coterráneo.

Y entre la muchedumbre, en una imagen surrealista como el propio Macondo, sobresalía un hombre con una gorra de los Yankees, que desde el andén luchaba por estrechar la mano al laureado autor de Cien Años de Soledad.

En la lejana Libia, en el norte de África, donde quizás jamás se haya lanzado una pelota de béisbol, un acontecimiento histórico también está vinculado a la franquicia deportiva más famosa de los Estados Unidos.

Getty Images

Ahí están las imágenes para comprobarlo. Cuando una turba linchó al dictador Muammar Ghadaffi en octubre del 2011, el hombre que le dio el tiro de gracia con la pistola de oro que perteneció al propio gobernante lucía en su cabeza una gorra con la N y la Y entrelazadas, el emblemático logo creado por la casa Tiffany´s en 1877, diseñado originalmente para una medalla en honor de John McDowell, un policía herido en el cumplimiento de su deber y adoptado años después por la novena neoyorquina.

En el deporte de Estados Unidos están los Yankees y los demás, incluidos los propios Cowboys en la NFL o Los Angeles Lakers en la NBA.

Nadie puede permanecer impasible ante estos tres equipos, los más reconocibles en sus respectivas ligas.

O se les ama o se les odia. Y obviamente, están sus rivales por excelencia, que acaparan seguidores casi a la par de ellos.

Ahí están los Boston Red Sox, los Pittsburgh Steelers, los New England Patriots o los Boston Celtics para capitalizar los deseos de quienes quieren ver perder a sus enconados contrarios.

Interminable es la lista de héroes deportivos que han pasado por la historia americana, desde los pioneros del béisbol en el siglo XIX o James Connolly, primer campeón olímpico de la historia moderna en 1896, hasta las figuras actuales que ponen en lo más alto del firmamento atlético mundial la bandera de las barras y las estrellas.

Quizás no haya en la actualidad una figura deportiva estadounidense más reconocible en todo el planeta que LeBron James.

Tienen mucho que ver en ello el fenómeno de las redes sociales y el hecho de que el baloncesto es un deporte más universal que el béisbol o el football americano.

Mientras que la mayoría de peloteros o jugadores de la NFL pueden pasar inadvertidos en muchos países fuera de Estados Unidos, LeBron será reconocible donde quiera que vaya y le es prácticamente imposible caminar una cuadra sin que alguien lo identifique y se acerque a pedirle una foto o un autógrafo.

Ni qué decir de Serena Williams, por mérito propio la mejor tenista de la historia.

La menor de las hermanas Williams atesora 23 títulos de grand slam y a sus 37 años sigue siendo una fuerza inagotable en las pistas del mundo, lo mismo en arcilla o césped, que en cancha dura.

Y no puede faltar Tiger Woods, quien transformó el tan exclusivo golf en una disciplina seguida por millones de personas en todo el planeta.

El “Tigre”, no exento de polémicas extradeportivas, ha marcado un antes y un después en el golf, donde impuso un dominio pocas veces visto en cualquier deporte y hoy, a sus 43 años, sigue siendo la figura más seguida y mediática en cuanto torneo participa.

Pero estos son sólo unos pocos. Es demasiado extensa la relación de los hombres y mujeres que hacen cada día a Estados Unidos la mayor potencia deportiva en todo el mundo.

Levantemos pues, la copa, y brindemos por todos ellos en este Día de la Independencia.

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Si la temporada terminara ahora mismo, los New York Yankees, los Minnesota Twins y los Houston Astros ganarían las divisiones del Este, centro y Oeste de la Liga Americana, con los Tampa Bay Rays y los Texas Rangers llevándose los comodines.

Esos serían los cinco equipos del joven circuito que hasta el martes 18 de junio conformarían el cuadro de los asistentes a la postemporada, donde resaltaría la ausencia de los actuales campeones Boston Red Sox.

Pero luego de llegar hasta aquí, este quinteto de conjuntos necesita un algo extra para encarar los playoffs.

Aquí identificamos las necesidades de cada uno de ellos para buscar la gloria suprema en la Serie Mundial.

Getty ImagesMadison Bumgarner podría ser esa figura que los Yankess necesitan para resolver los problemas de la postemporada
 

Yankees: Pitcheo abridor

Más claro ni el agua. Los Yankees poseen una de las alineaciones más temibles de todo el béisbol, recién reforzada con la llegada del dominicano Edwin Encarnación.

Y tienen un bullpen sólido, encabezado por el cubano Aroldis Chapman.

Pero muchas veces los relevistas no llegan a hacer su trabajo de asegurar triunfos porque sus abridores no consiguen cumplir con su parte.

Para que se tenga una idea, Nueva York tiene apenas 23 aperturas de calidad en 71 partidos, con lo que sus lanzadores están empatados en el lugar 22 de ese departamento con los de los San Francisco Giants.

Precisamente de San Francisco podría llegar la ayuda que necesitan: el irascible Madison Bumgarner, un as que vendría pintado para la aventura de la postemporada.

Mellizos: Un cerrador

Los Mellizos han tenido una temporada redonda, tanta que es difícil identificar una necesidad imperiosa para encarar unos eventuales playoffs.

Su ofensiva es la primera en todo el béisbol en carreras producidas y cuadrangulares y su cuerpo de serpentineros trabaja para una efectividad de 3.93, la cuarta mejor del joven circuito.

Tan exagerado ha sido el ataque de Minnesota, que no se ha echado a ver que su cerrador Blake Parker, con nueve rescates en diez oportunidades, trabaja para un elevado promedio de 4.44 y es un gran riesgo tener a un hombre así para que salve los partidos de la postemporada.

Shane Greene, de los Detroit Tigers, es el líder en salvados de la Liga Americana y deberá recibir un considerable aumento cuando se someta a arbitraje salarial en el invierno, pero un equipo que no va irá ningún lado por un buen tiempo podría preferir ahorrarse ese dinero.

Astros: Un quinto abridor

Posiblemente no haya un uno-dos para encabezar una rotación abridora como el que conforman Justin Verlander y Gerrit Cole para los Astros.

Y aunque Wade Miley y Brad Peacock lo han hecho bien también, el quinto abridor es una interrogante en el equipo que dirige A.J. Hinch.

Se rumora que los Miami Marlins están dispuestos a deshacerse del dominicano Jose Ureña, quien ocupa el número uno de la rotación sin tener las condiciones y habilidades para semejante tarea.

Pero como quinto, Ureña podría ser muy útil, aunque en realidad, la mayor necesidad de Houston es lograr que sus jugadores estelares, como Jose Altuve, Carlos Correa y George Springer, recuperen la salud.

Rays: Un slugger

Sin tanto renombre, los Rays tienen el mejor cuerpo de pitcheo de todas las Grandes Ligas, con una efectividad colectiva de 3.02, a pesar de que Blake Snell no ha sido el mismo que ganó el premio Cy Young el año pasado y que Tyler Glasnow no lanza desde el 10 de mayo.

Eso le ha permitido a Tampa Bay ganar muchos de sus juegos con lo justo, pues su ofensiva, si bien ha sido eficiente, no es abundante.

Brandon Lowe es una sorpresa con sus 15 bambinazos y Austin Meadows ha sido la bujía ofensiva del equipo, pero vendría bien un real toletero en el medio de la alineación, que bien podría ser Jose Abreu.

Rangers: Pitcheo

Que los Rangers estén en la pelea ha sido una de las sorpresas más gratas de esta temporada, luego de dos campañas con récord negativo.

Y lo han logrado a fuerza de batazos, encabezados por el muy mejorado Joey Gallo, el veterano Elvis Andrus y el energético Hunter Pence.

Pero para aspirar a más necesitarán ayuda desde la lomita, tanto con abridores, como relevistas.

El cuerpo de serpentineros de Texas es el 22 de todas las Mayores en efectividad (4.85) y los principales problemas están en el tramo que va desde los abridores al cerrador.

En realidad, cualquier ayuda será bienvenida, tanto de abridores o relevistas, pues aunque Mike Minor lo está haciendo bastante bien y Lance Lynn ha tenido una actuación decente, son poco confiables para la presión de los playoffs.

Cualquier ayuda será bienvenida, pues a esta altura pocos pensaron que los Rangers estarían donde están, pero no tienen mucho que ofrecer, con un sistema de granjas de Ligas Menores rankeado 22 entre las 30 organizaciones.

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