Parecía que los Astros de Houston hubieran dejado olvidados en el Minute Maid Park sus bates a la hora de empacar para viajar a Los Ángeles.

Pero un envío de última hora trajo de vuelta los maderos y los Astros ganaron 7-6 en 11 innings el primer juego de su historia en una Serie Mundial, al remontar ante el hasta ahora intocable bullpen de los Dodgers de Los Ángeles.

Hasta el segundo juego de este Clásico de Octubre, los Dodgers tenían a lo largo de todo el año marca de 98-0 cada vez que llegaron con ventaja al octavo inning.

Los relevistas de Los Ángeles llevaban 28 entradas seguidas sin permitir carrera y el cerrador Kenley Jansen sumaba 12 rescates en 12 oportunidades en postemporada.

Todo eso acabó la noche del miércoles, cuando los bateadores de Houston despertaron en las postrimerías del partido, forzaron los extra innings y se llevaron el triunfo.

Getty Images/Harry HowRich Hill pudo haber trabajado más y, quizá, mantener quieta a la ofensiva de Houston, pero el manager de Dodgers, Dave Roberts, decidió usar a su bullpen desde el cuarto episodio.

Dave Roberts manejó mal el pitcheo esta vez. Aun cuando se tiene el que posiblemente sea el mejor cuerpo de serpentineros de todo el béisbol, hay que saber administrar los recursos y Roberts no lo hizo.

Demasiado temprano acudió a sus relevistas al sacar al abridor Rich Hill después de cuatro entradas de labor en las que solamente había permitido una carrera y tres hits con siete ponches y 60 lanzamientos.

El japonés Kenta Maeda, un abridor natural movido al bullpen en la postemporada, lo sustituyó, pero, inexplicablemente, apenas actuó una entrada y un tercio, tratándose de un hombre acostumbrado a una mayor carga de trabajo.

Comenzó entonces un desfile errático de lanzadores por la lomita del Dodger Stadium, pues el manager le pedía la pelota a uno tras otro, a veces sin mucho sentido.

Jansen, posiblemente lo más parecido que hay al legendario Mariano Rivera, es, a fin de cuentas, humano, aunque no pudo encontrar peor momento para desperdiciar su primer rescate en postemporada.

Al extenderse el choque por 11 episodios, los Dodgers se quedaron sin pitchers disponibles y echaron mano de Brandon McCarthy, un hombre que no lanzaba desde el 1 de octubre y que evidentemente no logró sacarse el óxido de la banca antes de treparse a la lomita.

Y aunque no tuvo consecuencias, en sus constantes cambios, Roberts debilitó la defensa al punto de que un catcher terminó jugando segunda base, el intermedialista defendió la inicial y un campocorto se fue al jardín izquierdo.

De todos modos, el del jueves fue un juego de esos que no se olvidarán fácilmente, porque incluyó muchas "primeras veces" y récords. Además de ser el primer triunfo de Houston en una Serie Mundial, fue el encuentro en que se han disparado más jonrones por ambos equipos en esta instancia, ocho en total.

Por primera ocasión se disparan cinco vuelacercas en extra innings: de José Altuve, Carlos Correa y George Springer, por los Astros, y Yasiel Puig y Charlie Culberson, por los Dodgers.

¿Bambinazos consecutivos de Altuve y Correa en el décimo episodio? También es la primera vez que ocurre en entradas extra de un juego de Clásico de Otoño.

Fue la primera derrota en casa para los azules de Los Ángeles en lo que va de postemporada y ahora, las acciones se trasladarán a Houston, donde los Astros no han perdido aún desde que comenzaron las Series Divisionales.

Y una última "primera vez" que no ocurrió: Justin Verlander sigue sin ganar un juego de Serie Mundial, donde tenía tres derrotas en tres aperturas anteriores.

Verlander se fue sin decisión y, por lo menos, ahora no perdió... por primera vez.

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El zurdo Clayton Kershaw despejó todas las dudas --si es que todavía quedaban-- y con una faena magistral de 11 ponches en siete episodios le dio a los Dodgers de Los Ángeles la importante primera victoria en la Serie Mundial sobre los Astros de Houston. Kershaw necesitó 83 pitcheos para completar los siete episodios, en los que permitió y tres hits, uno de ellos jonrón solitario de Alex Bregman, sin regalar bases por bolas. Fue el primer pitcher con 11 o más ponches en un primer juego de clásico de octubre desde que lo hiciera en 1968 Bob Gibson, de los St. Louis Cardinals, ante los Detroit Tigers. El zurdo, que jamás ha hecho un pitcheo en el octavo inning a lo largo de su carrera en postemporadas, superó el obstáculo que para él ha sido el séptimo capítulo en playoffs. Antes del partido de este martes, su efectividad en séptimos innings de postemporada era de 25.20. Kershaw recibió temprano, tempranísimo apoyo de sus compañeros, pues al primer pitcheo del juego que hizo el zurdo Dallas Keuchel, abridor por Houston, Chris Taylor le botó la pelota para inaugurar el marcador. Taylor fue el cuarto bateador en la historia en abrir una serie mundial con cuadrangular, uniéndose al grupo del venezolano Alcides Escobar, quien lo hizo en el 2015 con los Reales de Kansas City, Dustin Pedroia, de los Medias Rojas de Boston en el 2007 y Don Buford, de los Orioles de Baltimore, en 1969. Bregman igualó las acciones con su vuelacercas abriendo el cuarto capítulo, pero en el sexto, Justin Turner aprovechó un pitcheo demasiado alto en la zona de Keuchel para sacarla del parque con un hombre a bordo y ponerle números definitivos a la pizarra: 3-1. La ofensiva de los Astros volvió a sufrir fuera de casa, como le ocurrió en la serie de campeonato de la Liga Americana, con el agravante que en esta ocasión tienen la carencia del bateador designado en los juegos que se disputen en el Dodger Stadium. En total, los visitantes abanicaron 12 veces, cuatro de ellas para el jardinero central George Springer, y de los nueve bateadores de la alineación abridora, sólo Bregman y Brian McCann se salvaron de ser sentenciados por esa vía. El zurdo Rich Hill y el derecho Justin Verlander tomarán la lomita el miércoles para el segundo encuentro de la Serie Mundial, cuyas acciones se trasladarán el viernes al Minute Maid Park de Houston.

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LOS ÁNGELES -- Por un día más, los Astros de Houston necesitan que Justin Verlander se ponga la capa de héroe.

Verlander (4-0 en la postemporada) enfrentará al zurdo Rich Hill (0-0 en dos salidas) en el segundo partido de la Serie Mundial del 2017, el miércoles en Dodger Stadium.

Los Dodgers de Los Ángeles derrotaron 3-1 a Houston en el juego 1 el martes con siete maravillosas entradas del estelar Clayton Kershaw y jonrones de Chris Taylor y Justin Turner en el primer partido de Clásico de Otoño en las colinas de Chavez Ravine desde 1988.

Justin Verlander (Astros J6 SCLA)
AP Photo/David J. Phillip

Desde que fue adquirido por los Astros de los Tigres de Detroit el 31 de agosto, Verlander tiene foja de 9-0, efectividad de 1.23, 67 ponches y 11 bases por bolas, incluyendo serie regular y playoffs, por mucho la mejor actuación de cualquier lanzador en Grandes Ligas en ese tramo.

Con los Astros abajo 2-3 en la Serie de Campeonato de la Liga Americana, Verlander lanzó siete entradas en blanco para convertirse en el primer lanzador del equipo con cuatro victorias en una postemporada en un triunfo 7-1 sobre los Yankees de Nueva York en el Minute Maid Park. En la salida anterior, lanzó juego completo de una carrera, 13 ponches y 124 lanzamientos.

En la final contra los Yankees, Verlander tuvo marca de 2-0, efectividad 0.56 y 21 ponches en 16.0 entradas para ser electo el Jugador Más Valioso. Contra los Medias Rojas de Boston y los Yankees en la postemporada: 4-0, 1.46 y 24 ponches en 24.2 entradas. En su carrera en postemporada: 11-5, 3.00 con 136 ponches en 123.0 entradas. En su carrera en partidos de eliminación de postemporada: 4-1, 1.21 y 41 ponches en cinco salidas.

El miércoles recibirá la pelota para tratar de darle a los Astros su primer triunfo de Serie Mundial de todos los tiempos.

''Creo que en cualquier organización, la oportunidad de ganar su primer campeonato es algo especial. Pero realmente con lo que está sucediendo en Houston ahora específicamente, creo que lo hace aún más especial'', dijo Verlander.

''Quiero decir, recibiendo esta oportunidad, si tenemos éxito, dejas un legado y una marca en las personas que no serán olvidadas. Entonces significaría mucho para mí, y sé mucho de muchas personas que realmente podrían usar esto para animar el momento'', agregó.

El manager de los Astros, A.J. Hinch, había escuchado fábulas alrededor de la capacidad competitiva de Verlander, quien ha ganado los premios Novato del Año, Cy Young y Jugador Más Valioso en su carrera de 13 temporadas.

''Es bastante notable. Me dijeron cuando llegó que él se hace más fuerte, tanto por él como por los otros jugadores, durante todo el juego, y todos hablan de eso. Y luego, cuando ves que sucede en el escenario más grande y en algunos de los momentos más importantes en algunos de nuestros juegos más importantes, te conviertes en un creyente'', dijo Hinch.

''Y es parte de ADN, él es un terminador mentalmente, tanto como lo es físicamente. Él se prepara a sí mismo. Él estudia. De nuevo, eso no lo ayuda físicamente a terminar, pero le da una ventaja mental en cada juego que lanza'', agregó el capataz.

Cuando los Tigres solicitaron permiso a Verlander, quien tenía poder de veto, para explorar el mercado en un probable cambio, se reportó que el lanzador había mostrado cierta preferencia por los Dodgers. La novia del jugador es la actriz y modelo Kate Upton y cuando la pareja adquirió una casa en Los Angeles, donde está la meca del cine norteamericano, la prensa hizo los cálculos.

''Realmente para mí, todo mi tiempo en Detroit estuve realmente concentrado en estar en Detroit. Y sé que suena cliché, pero pensé que estaba perjudicando a esa organización si permitía que mi mente divagara y pensara en otras organizaciones que quisiera visitar. Es por eso que cuando se trataba de una decisión de último minuto, tenía que hacer muchos deberes y mucha información para intentar descifrar, porque no me había permitido pensar mucho en ello'', dijo Verlander.

''Los Ángeles es fantástica y genial, pero no me había puesto a pensar en organizaciones específicas que preferiría sobre otras'', agregó.

DENTRO DE LA SERIE MUNDIAL

¡Calor, calor, calor!: Cuando George Springer recibió el primer lanzamiento de Clayton Kershaw el martes en Dodger Stadium, la temperatura era de 103 grados F (40 celsius), el récord de calor para un partido de Serie Mundial y postemporada, desde que MLB comenzó a llevar los registros en 1975.

Una hora antes del playball, en el terreno de juego se llegó a registrar hasta 120 grados.

Cuando el curazoleño Kenley Jansen retiró el último bateador, la temperatura había bajado a 90 grados en el sur de California.

Asistencia: Al primer partido de la Serie Mundial del 2017 asistieron 54,207 fanáticos, una gran cantidad tomando en cuenta que la oficina del comisionado tomó varias secciones del Dodger Stadium para poder alojar la gran cantidad de periodistas acreditados para el evento.

En todos sus partidos de Serie Mundial desde que llegaron a Los Ángeles, los Dodgers siempre han metido al menos 55 mil fanáticos. En su primer clásico en Los Ángeles (dos años después de mudarse de Brooklyn, Nueva York) los Dodgers jugaban en el Memorial Coliseum, que tenía casi el doble de la capacidad del Dodger Stadium, y los números fueron grotescos.

En esa Serie Mundial de 1959 contra los Medias Blancas de Chicago, los Dodgers vendieron 92,394 boletas en el juego #1, 92,650 en el segundo y 92,706 para el tercero para un total de 463,103 en la estadía de tres días.

Blanco y negro: Mientras los Dodgers tienen 8-1 en la postemporada, incluyendo un perfecto 4-0 en casa, los Astros perdieron por quinta ocasión en seis juegos en la ruta. Houston, sin embargo, ha gando los seis encuentros que ha disputado en su casa en los playoffs.

Los Astros han perdido sus cinco apariciones en la Serie Mundial. Cayeron en los cuatro de su debut, contra los Medias Blancas, en el 2005. Los Dodgers tienen 19 apariciones en la Serie Mundial y han ganado seis títulos, incluyendo cinco desde que se mudaron a Los Ángeles en 1958.

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Astros Dodgers 1981
AP PhotosLos Astros y los Dodgers solo han chocado una vez en postemporada, en 1981, en una Serie Divisional que se creo a raíz de la huelga de peloteros que dividió la temporada en dos mitades.
LOS ANGELES -- Los Astros de Houston y los Dodgers de Los Angeles se enfrentan por primera vez en la Serie Mundial del 2017, pero no es la primera vez que coinciden en un terreno durante un playoff de Grandes Ligas. Y lo llamativo del caso es que la ocasión anterior no fue un evento programado.

Astros y Dodgers fueron rivales, primero de la Liga Nacional (desde el nacimiento de la franquicia de Houston en 1962) y luego de la División Oeste del viejo circuito cuando se creó el sistema divisional en las ligas mayores en 1969, hasta que los Astros fueron enviados a la Liga Americana antes de la temporada del 2013.

En la temporada de 1980, estos dos conjuntos terminaron empatados en el primer lugar de su división y fue necesario celebrar un partido extra, que ganaron los Astros 7-1, para determinar el banderín del Oeste y el clasificado a playoffs.

En 1981, la cuarta huelga de peloteros de la historia llegó en medio de la temporada regular, obligando a las Grandes Ligas a tomar medidas extraordinarias para poder decidir los conjuntos que clasificarían a la postemporada, una vez negociado un acuerdo con el sindicato de jugadores.

El paro, entre el 12 de junio y el 31 de julio, canceló casi el 40% del calendario de la serie regular y forzó a la reubicación del Juego de Estrellas para la primera semana de agosto.

Desde que nació el sistema divisional, el formato de competencia en la postemporada era relativamente cómodo: Los ganadores de cada división (Este y Oeste) se enfrentaban en la Serie de Campeonato de cada liga y los ganadores avanzaban a la Serie Mundial.

Debido a la huelga, los dueños de equipos aprobaron un sistema novedoso para ser usado solamente en esa temporada. Los conjuntos que lideraban la cada división cuando llegó la huelga, serían reconocidos como ganadores de la primera mitad y enfrentarían en las primeras Series Divisionales de la historia a los ganadores de la segunda mitad. Si un mismo conjunto ganaba ambas porciones, entonces su rival en la primera ronda de los playoffs sería el conjunto con el segundo mejor récord en la división.

En la División Oeste, Los Angeles ganó cerradamente la primera mitad con marca de 36-21, apenas por medio juego de ventaja sobre los Rojos de Cincinnati (35-21), mientras que los Astros terminaron en tercer lugar con 28-29. Pero en la segunda mitad, Houston fue mejor con 33-20, Cincinnati (31-21) quedó segundo y Los Angeles (27-26) en cuarto.

Cincinnati fue el mejor conjunto de la división en todo el año, con récord de 66-42, pero las reglas estaban claras: Los ganadores de cada mitad avanzarían a las Series Divisionales. Los Dodgers (63-47) y Houston (61-49) se enfrentaron para decidir el representante del Oeste en la Serie de Campeonato.

Algo parecido ocurrió en la División Este, donde los Cardenales de San Luis quedaron en segundo lugar en ambas vueltas y tuvieron el mejor récord del sector, pero fueron los Filis de Filadelfia y los Expos de Montreal que avanzaron a playoffs por haber ganado cada porción del calendario. San Luis tuvo marca de 59-43, Montreal 60-48 y Filadelfia 59-48.

Las Series Divisionales de 1981 fueron programadas al mejor de cinco partidos, pero con un formato 2-3, que daba los primeros dos juegos en casa al equipo con la peor marca de los dos y los últimos tres al de mejor desempeño en la serie regular.

De esa manera, la serie entre Los Angeles y Houston arrancó en el Astrodome de la ciudad espacial el 6 de octubre. Los Astros ganaron sus dos encuentros en casa (3-1 y 1-0) y viajaron a Los Angeles con la encomienda de sumar otro triunfo para sellar su pase a la Serie de Campeonato contra Montreal.

Los Dodgers, sin embargo, ganaron tres partidos consecutivos en el inicio de una carrera que terminaría con el triunfo en la Serie Mundial ante los Yankees de Nueva York, en lo que fue el quinto y penúltimo campeonato de la franquicia.

El viernes 9 de octubre Burt Hooton lanzó siete entradas de una carrera y el 1B Steve Garvey bateó jonrón y remolcó dos carreras para que Los Angeles ganara 6-1. El sábado 10 de octubre, con 55,983 en Dodger Stadium, el mexicano Fernando Valenzuela lanzó juego completo de una carrera en un triunfo 2-1 para igualar la serie. El domingo 11, ante 55,979 fans, el zurdo Jerry Reuss lanzó blanqueada para derrotar al derecho Nolan Ryan y encaminar a los Dodgers a un triunfo 4-0 y terminar la serie.

Los Angeles también superó en un quinto y decisivo juego a Montreal en la Serie de Campeonato y luego en seis choques a los Yankees para coronarse campeón, en una temporada que incluyó una ronda de playoffs divisionales que no estaba en el organigrama original de las Grandes Ligas. Y que provocó el primer y único choque de postemporada entre Astros y Dodgers, hasta la Serie Mundial del 2017.

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La Serie Mundial soñada entre los Yankees de Nueva York y Dodgers de Los Ángeles tendrá que esperar.

Unos Astros de Houston que mostraron un corazón inmenso tenían otros planes y tras conseguir una gran remontada en la serie de campeonato de la Liga Americana, serán los rivales de los Dodgers a partir del martes en Los Angeles.

Charlie Morton lanzó el partido de su vida, Evan Gattis y José Altuve batearon jonrones y los Astros vencieron 4-0 a los Yankees.

Morton trabajó cinco innings y se combinó con Lance McCullers, de relevo por cuatro episodios, para completar la blanqueada de sólo tres hits y la remontada de los Astros, que llegaron a Houston con desventaja de 2-3 en la serie y lograron defender su casa del Minute Maid Park.

Brian McCann, Greg Bird jugada en el plato J7 SCLA
AP Photo/Charlie Riedel

Le salió bien al manager A.J. Hinch la discutible sustitución del abridor después de cinco entradas en las que apenas realizó 54 envíos, con dos hits permitidos, cinco ponches y un boleto.

Ya le había costado el juego del martes cuando retiró apresuradamente a McCullers, pero esta vez no hubo reacción de los rivales.

En los cuatro partidos de la serie que se disputaron en el Minute Maid Park, los Yankees apenas fabricaron tres carreras, mientras se desbordaban ofensivamente en Nueva York.

Lo mismo le pasó a los Astros, incapaces de descifrar el pitcheo rival fuera de casa y explosivos sin límites en sus predios, sobre todo el dúo de Altuve y Carlos Correa.

Sumando las series divisionales y de campeonato de ligas, Houston fue el único equipo que ganó una de ellas frente a su público. Todos los demás lo hicieron como visitantes.

Justin Verlander, el hombre que llegó el último día de agosto, resultó merecidamente el Jugador Más Valioso de la serie, con sus dos triunfos en los que toleró una sola carrera en 16 innings.

Esta será la segunda Serie Mundial para Houston y la primera desde que se mudaron a la Liga Americana.

La vez anterior que estuvieron en el clásico de octubre fue en el 2005 y perdieron por barrida ante los Medias Blancas de Chicago.

Los Astros están invictos en casa en seis partidos durante esta postemporada, mientras que en la carretera juegan para un triunfo y cuatro derrotas.

Ahora enfrentarán a los Dodgers, que buscan su séptima corona en clásicos de otoño y la primera desde 1988.

Los Baby Bombers, como fueron bautizados a inicios del año estos Yankees en reconstrucción, prometen grandeza, pero necesitan madurar.

Lejos llegaron, a pesar de que pocos les daban posibilidades de avanzar a la postemporada, pero les falta aún.

La duda que quedó flotando después de esta derrota es quién será el encargado de llevar a estos muchachos un escalón más arriba.

Es probable que no sea más Joe Girardi, cuyo contrato expiró cuando la pelota bateada por Greg Bird cayó en el guante de George Springer para el out 27.

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El veterano Justin Verlander lo había dicho un día antes de subir a la lomita del Minute Maid Park para el sexto juego de la Serie de Campeonato de la Liga Americana:

Justin Verlander (Astros J6 SCLA)
AP Photo/David J. Phillip

''Para momentos como este es que me trajeron (de Tigres de Detroit)'', manifestó el derecho, quien en otra salida épica frenó en seco a la inspirada ofensiva de los Yankees de Nueva York y llevó a los Astros de Houston a triunfo de 7-1, para forzar un séptimo y decisivo partido.

Verlander retiró siete entradas en blanco con 99 lanzamientos, a ritmo de cinco hits, ocho ponches, una base por bolas y un pelotazo.

Además, la defensa de los Astros realizó jugadas en momentos claves que cortó las amenazas rivales, como el fildeo de Carlos Correa en el campocorto en el primer inning robándole un hit a Aaron Judge que terminó siendo jugada de doble matanza.

George Springer atrapadón en J6 SCLA
AP Photo/Eric Christian SmithGeorge Springer le roba un extrabases a Todd Frazier en la séptima entrada, cuando los Yankees tenían a dos corredores en base.

O la pelota que capturó George Springer en el séptimo, cuando Nueva York intentó emboscar sin éxito a un Verlander que comenzaba a sentirse el rigor del trabajo y empezaba a mostrar síntomas de descontrol.

Fue su cuarta victoria de su carrera en cinco oportunidades en partidos en los que su equipo enfrentaba una posible eliminación.

Entre el último mes de la temporada regular y los playoffs, Verlander tiene ahora récord de 9-0, incluido un triunfo como relevista ante los Medias Rojas de Boston en la serie divisional.

Desde su llegada a la Ciudad Espacial ha permitido ocho carreras limpias en 58.2 entradas, para una efectividad de 1.24, con 67 ponches y 11 bases por bolas.

Tuvo Verlander en el venezolano José Altuve a su mejor aliado, al despertar después de irse en blanco en diez turnos en los tres partidos que se jugaron en el Yankee Stadium.

Altuve sonó un doblete remolcador de dos carreras para redondear un racimo de tres ante el dominicano Luis Severino, abridor de los Yankees, en el quinto episodio.

Y luego disparó cuadrangular solitario en el octavo, iniciando una feroz ofensiva de su equipo que fabricó otras cuatro anotaciones para ponerle números definitivos a la pizarra.

Entre él, el puertorriqueño Correa y el cubano Yuli Gurriel, ocupantes de los puestos tres, cuatro y cinco de la alineación de Houston, conectaron cinco cohetes en 11 veces, contrastando con los cuatro hits en 34 turnos que lograron de manera combinada en Nueva York.

La única carrera de los Yankees fue por jonrón inmenso de Aaron Judge ante Brad Peacock, primer relevista usado por el manager A.J. Hinch.

Para el séptimo, los Yankees enviarán al veterano CC Sabathia, quien a lo largo del año tiene récord de 10-0 en partidos siguientes a una derrota de su equipo.

Por los Astros debe vovler Charlie Morton, derrotado en el tercer juego de la serie, aunque el manager Hinch no lo anunció oficialmente.

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En la campaña regular, los Astros de Houston ganaron tres de cuatro partidos en el Yankee Stadium.

Pero ahora los Astros aprendieron de la peor manera que jugar en La Catedral del Béisbol en postemporada es algo totalmente diferente.

''La casa que Derek Jeter construyó'' le quedó demasiado grande a José Altuve, Carlos Correa y compañía, con sólo 11 hits y cuatro carreras en esos tres juegos de la serie de campeonato de la Liga Americana.

Dallas Keuchel J5 SCLA
AP Photo/Kathy Willens

Por tercera vez en playoffs se vieron las caras el zurdo Dallas Keuchel y el derecho japonés Masahiro Tanaka.

Keuchel se había impuesto en las dos ocasiones anteriores, pero a la tercera fue la vencida para Tanaka, quien lanzó una joya de siete episodios en blanco, a ritmo de tres hits, ocho ponches y un boleto, para llevarse el triunfo 5-0 y poner a los Yankees a un paso de llegar a una impensada e improbable Serie Mundial.

El derecho asiático ha sido un verdugo en sus predios de Nueva York, donde desde el 28 de julio hasta la fecha, en ocho aperturas, incluida la de este miércoles, ha trabajado 56 innings, en los que ha tolerado seis carreras limpias, para efectividad de 0.96, con 72 abanicados y ocho pasaportes.

Por su parte, el abridor de Houston llegó a eslabonar una cadena de 14.1 innings sin permitirle carreras a Nueva York en partidos de postemporada, hasta que Greg Bird remolcó al dominicano Starlin Castro con cañonazo al derecho en el segundo episodio.

Aaron Judge confirmó su despertar con doblete impulsador de una más en el tercero y el quisqueyano Gary Sánchez también se sacudió de un dominio absoluto de Keuchel sobre él, con un metrallazo en el quinto que empujó la tercera carrera de los Yankees.

Didi Gregorius, en el siguiente turno, impulsó otra más para enviar al zurdo a las duchas.

Sánchez, en el séptimo, le puso números definitivos a la pizarra con cuadrangular solitario ante el relevista Brad Peacock, tercer lanzador utilizado por el manager A.J. Hinch.

En el 70.7 por ciento de las oportunidades, cuando una serie de siete juegos llegó empatada 2-2 al quinto partido, el ganador de este encuentro se llevó la victoria final (41-17).

Los Yankees han ganado sus seis encuentros hasta ahora en casa en esta postemporada.

Anteriormente, cada vez que vencieron en sus cinco primeros partidos en el Yankee Stadium, terminaron llevándose la corona en la Serie Mundial.

Con ventaja de 3-2 para Nueva York, las acciones se trasladará de vuelta el viernes al Minute Maid Park de Houston, donde serán ahora los Astros quienes busquen hacer un milagro.

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Yogi Berra, el gran filósofo del béisbol, lo dijo muy claro: el juego no se acaba hasta que se acaba.

Con paciencia asiática, los Yankees de Nueva York esperaron que saliera el abridor Lance McCullers Jr y sacaron provecho del deficiente bullpen de los Astros Houston para remontar una desventaja de 0-4 e imponerse 6-4 en el cuarto juego de la serie de campeonato de la Liga Americana.

McCullers y Sonny Gray, abridor de los Yankees, se trenzaron en un sorprendente duelo de pitchers durante los cinco primeros episodios, hasta que el cubano Yuli Gurriel disparó doblete con la casa llena en el sexto para limpiar las bases ante el relevista David Robertson.

Una más agregaron los Astros en el principio del séptimo, pero en la baja de sa entrada, Aaron Judge dictó sentencia por todo el jardín central.

Joe Musgrove lanza con Astros
(AP Photo/Kathy Willens)Los relevistas de los Astros fallaron y los Yankees les fabricaron las carreras de la voltereta en la octava entrada.

Se equivocó el manager A.J. Hinch al pedirle la pelota entonces a McCullers.

El mejor amigo de José Fernández, que lucía unos spikes con el rostro del fallecido serpentinero de los Marlins de Miami, tenía apenas 81 pitcheos y el jonrón del Juez fue solamente el segundo hit que conectaban los Yankees.

Lo que vino después fue un circo. Didi Gregorius recibió al relevista Chris Devenski con triple y anotó con elevado de sacrificio de Gary Sánchez.

En el octavo se decidió todo ante unos ineficientes Joe Musgrove y Ken Giles. Judge empató el partido con doblete contra la cerca del izquierdo y Sánchez remolcó las dos de la ventaja con otro biangular en el callejón entre el medio y la pradera derecha.

El misil cubano Aroldis Chapman, perdedor del segundo encuentro de la serie, tomó venganza al retirar el noveno de 1-2-3, con dos ponches, para anotarse el rescate.

A pesar de haber fabricado cuatro carreras en este encuentro, la poderosa ofensiva de los Astros sigue anémica, con sólo tres imparables.

Del otro lado, Judge parece haber despertado de su letargo, lo cual es una muy mala noticia para los lanzadores rivales.

La serie está ahora igualada a dos triunfos por bando, con el tercer partido previsto para el miércoles en el Yankee Stadium, con la repetición del duelo entre Dallas Keuchel y el japonés Masahiro Tanaka, antes de que las acciones vuelvan al Minute Maid de Houston, al menos para el sexto encuentro.

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¡Todos de pie! El Juez dictó sentencia con el bate y con el guante y los Yankees de Nueva York derrotaron 8-1 a los Astros de Houston en el tercer juego de la Serie de Campeonato de la Liga Americana.

Por primera vez en lo que va de playoffs se le vio a Aaron Judge jugando a su aire, cómodo, decidido a aportar a como diera lugar.

Aaron Judge batea jonrón con Yankees
AP Photo/Kathy Willens

Si no podía hacerlo con el madero, entonces había que ayudar a la defensa. Y le regaló al respetable tres grandes jugadas, lo mismo lanzándose sobre la cerca del jardín derecho para robarle un extrabases a Yuli Gurriel, que hacia adelante para llevarse inminentes sencillos a Cameron Maybin y Alex Bregman.

El éxtasis llegó al Yankee Stadium cuando el nuevo ídolo de Nueva York disparó cuadrangular de tres carreras en el cuarto episodio, para redondear un racimo de cinco en ese inning.

¡MVP, MVP! coreaban los cerca de 50 mil fanáticos en La Catedral del Béisbol, entusiasmados por el que pareció ser el despertar del gigante dormido.

Para el Juez fue su segundo vuelacercas de la postemporada y primero desde el juego de comodines ante los Mellizos de Minnesota.

Ocho carreras eran más que suficientes para CC Sabathia, el experimentado abridor de Nueva York, quien se metió en un bolsillo a una alineación poderosísima, pero que apenas ha producido cinco carreras en tres encuentros.

Sabathia supo meter el brazo cuando Houston amenazó. Dominó al puertorriqueño Carlos Correa con las bases llenas en el tercero, al venezolano José Altuve en el quinto, con dos corredores en circulación, y a Josh Reddick en el sexto, también con dos en bases en el sexto.

En seis episodios hizo 99 pitcheos, cinco ponches, cuatro boletos y tres hits permitidos.

La clave estuvo en dejar a la tanda de Altuve, Correa y Gurriel en un hit en ocho turnos, con un pasaporte y tres abanicados, en las tres ocasiones que enfrentó a cada uno de ellos.

En total, el trío letal de los Astros terminó el juego de 12-1. Altuve se fue en blanco en cuatro oportunidades y bateó para doble matanza con la casa llena en el noveno para cerrar el partido, mientras que Gurriel vio detenida su racha de seis partidos de postemporada seguidos con al menos un imparable.

Mientras, los bateadores de los Yankees rompieron una racha de siete partidos consecutivos con al menos diez ponches.

Esta vez sólo se tomaron seis chocolates, luego de haber consumido 27 en los dos primeros juegos de la serie en Houston.

Nueva York madrugó temprano a Charlie Morton, al marcarle tres por jonrón con dos a bordo de Todd Frazier en la baja de la segunda entrada. Morton cargó con la derrota al tolerar siete limpias en 3.2 innings.

La ventaja de 8-0 a la altura del cuarto inning debía permitirle al manager Joe Girardi traer a sus relevistas de segunda línea, sin necesidad de usar a Chad Green, Tommy Kanhle, David Robertson y el cerrador cubano Aroldis Chapman, sus caballos de batalla del bullpen.

Pero luego de que Adam Warren sacara el séptimo y el octavo capítulos, el dominicano Dellin Betances transfirió a los dos hombres que enfrentó en el noveno y fue sustituido por Kahnle, quien terminó sacando los tres outs, aunque no pudo evitar una anotación de los Astros. Es increíble la incapacidad de Betances para tirar strikes, aun con un juego cómodo de 8-0 y es muy probable que haya sido esta su última aparición en lo que queda de postemporada.

Nuevamente, el arbitraje detrás del plato estuvo deficiente, esta vez a cargo de Gary Cederstrom. Demasiados malos conteos afectan tanto a bateadores, como lanzadores, obligándolos a hacer swings a pelotas fuera de la zona o a lanzar muy al centro, respectivamente.

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El lanzamiento 122 de Justin Verlander el sábado fue una recta de 97 mph que Greg Bird conectó de foul. El siguiente pitcheo fue otra recta de 97 mph, alta y pegada. Su lanzamiento final fue un slider que Bird conectó al suelo para el out final de los Yankees. Luego que entonces los Astros anotaran la carrera de la victoria en la baja de la novena entrada, Verlander había logrado el primer juego completo de nueve entradas en una serie de campeonato de liga desde que los Medias Blancas completaran cuatro de esos en fila en 2005. Eso se siente casi como una era diferente en el béisbol.

Verlander fue visto como un héroe conquistador, como si hubiese barrido las costas de Normandía para liberar a los lanzadores abridores de la tiranía del bullpen. El último lanzador en hacer más lanzamientos en un juego de playoffs fue el propio Verlander, en la Serie de Campeonato de la Liga Americana en 2012, cuando hizo 132 lanzamientos en 8S entradas. El último lanzador en hacer más pitcheos en un juego completo fue Mark Prior, allá por el 2003 en la serie divisional para los Cachorros, cuando hizo 133 en la victoria 3-1 sobre los Bravos.

Sin embargo, el dominio de Verlander, que hizo retroceder el reloj, ha sido la excepción. Él es el único abridor en lanzar hasta la octava entrada, y que ha logrado las nueve completas. Solo ocho abridores de 42 lanzadores han llegado a 100 pitcheos. Si hemos aprendido algo, es que los managers están dependiendo más que nunca de su bullpen en los partidos de postemporada. Ellos no quieren perder un partido en las entradas del medio con un abridor midiéndose a una alineación por tercera vez o mientras se acerca a los 90 lanzamientos. Échenle un vistazo al porcentaje de entradas lanzadas por los abridores en la postemporada a lo largo de los años, junto con las efectividades de los abridores y el porcentaje de salidas con siete entradas trabajadas:

Quizás esos números cambien a medida que nos adentremos en la postemporada. En la serie divisional, los managers tienen que dirigir casi con un sentido de urgencia desesperada. Vimos a Verlander, Chris Sale, Max Scherzer, Jon Lester y José Quintana lanzar en relevo.

O quizás esa urgencia continue. "Para que nosotros seamos exitosos, tenemos que ganar ocho juegos", dijo recientemente el manager de los Cachorros Joe Maddon. "Así que es un proceso mental realmente malo el pensar que vas a lograrlo con uno o dos chicos, o hacer que tus abridores tiren de 90 a 120 lanzamientos casi sin descanso, con 12 lanzamientos realmente importantes en un juego de vida o muerte en Washington".

El abridor de los Dodgers Rich Hill dijo que los lanzadores solo tienen que ajustarse al caos. "Estos juegos de playoffs, como hemos visto en toda la postemporada, son un animal completamente diferente", dijo Hill. "Uno tiene que ganar ese juego. Así que uno hace lo que sea necesario para ganar ese juego".

Así que esperen ver a más relevistas y simplemente admiren la raya joya de Verlander. Otras cosas que hemos aprendido:

Aaron Judge tiene problemas

Aaron Judge
Troy Taormina/USA TODAY Sports
Algunas veces los playoffs parecen tan largos que el juego de comodines se siente como que ocurrió en otra temporada. Judge se fue de 4-2 con un cuadrangular y un boleto en ese partido, pero desde ese entonces se ha ido de 27-2 con 19 ponches. No hay otra manera de ponerlo: Se está convirtiendo en una postemporada de ineptitud histórica. Alfonso Soriano tiene el record de ponches en una postemporada con 26, pero él los tuvo a lo largo de 17 juegos y por lo menos remolcó nueve carreras. Dan Wilson se fue de 33-2 para los Marineros en 1995, empatado con Bill North de los Atléticos de Oakland en 1974 con el menor promedio en una postemporada de al menos 30 turnos al bate.

Yo pensé que los problemas de Judge se debían parcialmente a que los lanzadores le estaban haciendo pitcheos realmente difíciles, así que le eché una mirada al porcentaje de lanzamientos que le han hecho y que ESPN Datos tiene catalogados como en la zona negra o en las esquinas. En la temporada regular, vio lanzamientos como esos en el 8.6 por ciento del tiempo. En la postemporada, ese número es un 9 por ciento. Sí, se ha enfrentado a algunos lanzadores difíciles, pero mayormente parece ser el caso de un jugador joven que cayó en una mala racha en el momento equivocado.

Sin embargo, él no es el único jugador joven en problemas. Le eché una mirada a los jugadores de 25 años o menos que están disputando esta postemporada, una lista que incluye a algunas de las estrellas más brillantes en el deporte: Kris Bryant, Bryce Harper, Cody Bellinger, Carlos Correa, Francisco Lindor, Jose Ramirez, Mookie Betts. En total, esos 22 jugadores de posición han promediado .214/.298/.422 con un wOBA de .316. Gary Sánchez batea .176/.200/.382. Bryant tiene OPS de .532. Lindor bateó .111 y Ramírez .100 para los Indios.

Sin embargo, a los jugadores de 26 o más les ha ido mucho mejor: .269/.346/.452, un wOBA de .350. ¿Acaso la experiencia importa? Después de todo, si juegas en la postemporada a temprana edad, probablemente signifique que eres muy bueno. Los números de postemporada del 2010 al 2016:

25 y menor: .234/.297/.378, .299 wOBA

26 y mayor: .248/.318/.403, .317 wOBA

Ahora, uno tiene que comparar esos números con la temporada regular para tener una respuesta analítica más importante, pero ciertamente a los jugadores jóvenes les está yendo peor en esta postemporada que en el pasado. Quizás esas sean buenas noticias para los Yankees: Judge y Sánchez tienen pendiente un despertar.

"Es estresante. Es divertido", dijo Bellinger sobre su postemporada. "Todo importa un poco más, cada turno importa un poco más. Pero uno intenta tratarlo como un juego de temporada regular".

Fácil decirlo, difícil ejecutarlo.

La defensa sí importa

Marwin González
Elsa/Getty ImagesMarwin González hizo una gran jugada defensiva en el Juego 1 de la SCLA.
Se ha sugerido que el aumento en la tasa de ponches en años recientes significa que la defensa es menos importante porque hay menos pelotas en juego. Yo no sé si estoy de acuerdo con eso - se puede argumentar que la pelota promedio en juego se batea más duro ahora que hace 10 o 15 o 20 años atrás. De todos modos, ciertamente los Indios se hicieron eco de esa teoría con su decisión de poner a Jason Kipnis en el jardín central (o al colocar a Carlos Santana en el jardín izquierdo en la Serie Mundial del año pasado). Eso hace que sean dos años consecutivos en los que llegan a la postemporada y colocan a jugadores en un puesto en el que no han participado todo el año.

Bueno, una cosa que hemos aprendido en esta postemporada es que la defensa realmente importa. Pregúntenle a los Nacionales. Pregúntenle a los Indios. Pregúntenle a los Yankees qué es lo que ocurre cuando no ejecutas apropiadamente un tiro en relevo. Han ocurrido 35 errores en 22 partidos hasta ahora; el año pasado, hubo 38 errores en 35 juegos. Y en esos números no se cuentan los passed ball y los lanzamientos salvajes.

Pregúntenle a los Astros sobre jugar buena defensa. Ellos vencieron a los Yankees 2-1 dos veces, y en el Juego 1 Marwin González puso fuera a Bird en el plato y en el Juego 2 Josh Reddick hizo una atrapada dando un salto en la cerca y comenzó el tiro en relevo que puso fuera a Brett Gardner en la tercera base.

"De lo más que me enorgullezco es de jugar béisbol limpio", dijo el manager de los Astros A.J. Hinch a los medios el domingo. "No es un béisbol perfecto... pero la limpieza de nuestro juego, el poder hacer todos esos relevos, el tiro de Marwin desde el jardín izquierdo, algunas de las jugadas que [Alex] Bregman está haciendo en la antesala. ... Esas son jugadas pequeñas de las que no se escribe mucho, que no se comentan. Pero en el ambiente ganador son grandemente apreciadas".

A Maddon se le preguntó sobre el lugar de Javier Báez en la alineación dados sus problemas en el plato. Él apuntó a la jugada en la primera entrada del Juego 5 de la SDLN, cuando Báez hizo un tiro rápido y certero al plato para poner fuera al veloz Trea Turner, lo que resultó en una jugada crucial para la eventual victoria por una carrera. "No estuvieramos hablando aquí hoy si no fuera por esa jugada en la primera entrada ante Washington con el cuadro adentro. No podemos pasar por alto estas cosas. Gran parte de nuestro éxito se basa en la defensa, y Javy es muy importante para eso".

No a todo el mundo le gusta la regla de choques en el plato

Sin embargo, cambiamos el argumento de esta manera: ¿Qué tal si Charlie Culberson hubiese chocado con Willson Contreras y pusiera a Contreras fuera por el resto de la temporada con un hombro dislocado o algo así? Esa es una razón para la existencia de la regla. La otra: Es una obstrucción. Siembre existía la obstrucción. Solo que no se llamó obstrucción por 100 años.

¿Confía Hinch en su bullpen?

Aunque el juego de Verlander fue impresionante, se puede argumentar que eso también fue una señal que Hinch no confía totalmente en su bullpen (especialmente ante el hecho de que Verlander también lanzó en relevo en el Juego 4 de la SDLA). Por otro lado, Hinch sacó bastante rápido a Brad Peacock y Charlie Morton en sus aperturas en la SDLA, así que quizás sea más una situación de que realmente confía en Verlander, Dallas Keuchel y Ken Giles. Sin embargo, en algún momento, algunos de los otros lanzadores van a tener que conseguir algunos outs grandes.

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