Los cambios funcionaron para Cora

FECHA
09/10
2018
por Enrique Rojas | ESPN Digital

NUEVA YORK -- Los cambios realizados por el manager Alex Cora funcionaron a la perfección para que los Medias Rojas de Boston se pusieran a un triunfo de avanzar a la Serie de Campeonato de la Liga Americana por primera vez en seis años.

Boston vapuleó 16-1 a los Yankees de Nueva York en su propio feudo para ponerse en ventaja 2-1 en la Serie Divisional pactada al mejor de cinco encuentros. El juego #4 está programado para celebrarse el martes en el Yankee Stadium.

Las 16 carreras anotadas por los Medias Rojas representan el segundo mayor total en 178 partidos de postemporada en su historia, detrás de las 23 que marcaron contra Indios de Cleveland en el juego 4 de las Series Divisionales de 1999. Para los Yankees es la mayor cantidad de vueltas que han permitido a un rival en playoffs, superando las 15 que cedieron ante los Diamondbacks de Arizona en el sexto encuentro de la Serie Mundial del 2001.

Además de nombrar a Nathan Eovaldi en lugar de Porcello para abrir apenas 24 horas antes del juego, Cora también introdujo en su alineación titular al antesalista dominicano Rafael Devers (en lugar del dominicano Eduardo Núñez), al intermedista Brock Holt (por Ian Kinsler) y al receptor puertorriqueño Christian Vázquez (por el venezolano Sandy León) contra el lanzallamas dominicano Luis Severino.

Brock Holt ciclo en SDLA (Medias Rojas Boston)
AP Photo/Julie Jacobson

Eovaldi lanzó siete entradas de una carrera, Holt se convirtió en el primer pelotero de todos los tiempos que batea para el ciclo en playoffs, Devers conectó de 6-2 con dos anotadas y una empujada y Vázquez, además de un gran trabajo detrás del plato, de fue de 6-2 con anotada y empujó la primera carrera del partido.

Los Medias Rojas han ganado 110 partidos oficiales desde abril, pero aún necesitan uno más para conquistar su primera serie desde el 2013, cuando se coronaron campeones de las ligas mayores por tercera vez desde el 2004.

''No sé si fue un mensaje, pero creo que mucha gente como que se rindió con el equipo después [de la derrota del sábado], la serie es 5-3 y sabíamos que estamos enfrentando a uno de los mejores equipos de las Grandes Ligas y es una serie dura'', dijo Cora. ''Desde el primer pitcheo del juego, Mookie Betts hizo un buen swing y como que dejamos saber a todo el mundo que estábamos preparados para el juego'', agregó.

''Los cambios tuvieron mucho que ver con el rival que enfrentábamos. Luis Severino es uno de los mejores lanzadores de las Grandes Ligas, es excepcional contra bateadores zurdos y pensamos que era la mejor alineación para atacarlo. 'Carita' Devers en su primer turno conectó bien la bola, Holt hizo lo que hizo hoy, primero de la historia en batear para el ciclo, Christian hizo un trabajo excelente detrás del plato, puso la bola en juego'', dijo Cora.

''Esta es una noche que no voy a olvidar por largo tiempo'', dijo Holt, quien conectó jonrón contra el receptor Austin Romine en la novena entrada para completar la escalera y terminar bateando de 6-4 con cinco impulsadas y tres anotadas. Romine es apenas el segundo jugador de posición que lanza en un juego de postemporada. El primero fue Cliff Pennington, de los Azulejos de Toronto, en el juego 4 de la Serie de Campeonato de la Liga Americana del 2015 contra los Reales de Kansas City.

Eovaldi (1-0), quien tuvo efectividad de 1.93 en cuatro aperturas contra los Yankees en la temporada regular, ponchó cinco bateadores, no otorgó base por bolas y aisló hits para apagar la poderosa ofensiva de los lideres jonroneros de la temporada regular en su debut en postemporada y, al mismo tiempo, silenciar a una de las aficiones más ruidosas del béisbol.

Los Yankees anunciaron que 49,657 pagaron boletas para asistir a La Catedral del Bronx el lunes.

''Siempre he disfrutado lanzar aquí. Se siente como que lo único que importa es el béisbol. Grandes asistencias y una divertida atmósfera de béisbol'', dijo Eovaldi, el séptimo antiguo miembro de los Yankees que abre un partido contra ellos en el Bronx.

Luis Severino removido de loma (Yankees NY)
AP Photo/Frank Franklin II

''Cuando llegas aquí, sabes que el público estará en tu contra. Trato de mantenerlos aislados. Sabes qué si otorgas una base por bolas y te pegan dos hits consecutivos, los fanáticos se meterán de nuevo en el juego y no quieres que eso pase'', dijo Eovaldi, quien tiene 2-0, efectividad de 0.39 (una carrera limpia en 23 entradas) con 18 ponches y tres boletos contra Nueva York desde que fue cambiado a Boston por los Rays de Tampa Bay.

Eovaldi es el primer lanzador de los Medias Rojas con al menos siete episodios en un juego de postemporada desde el que el zurdo Jon Lester laboró 7.2 innings en el quinto choque de la Serie Mundial del 2013 contra los Cardenales de San Luis. Severino (1-1), quien permitió siete hits y seis carreras limpias en un poco más de tres episodios, fue el derrotado en la paliza del lunes, cuando el bullpen del manager Aaron Boone fue destruido con 11 hits, 10 carreras y seis bases por bolas en seis innings.

En total, el pitcheo de los Bombarderos permitió 18 hits y otorgó ocho bases por bolas en una noche negativa que pasará a la historia del orgulloso club.

''No hay más opción que olvidarlo'', dijo Boone. ''La buena noticia es que solamente fue un juego y por más feo que haya sido para nosotros, tenemos que cambiar la página y enfrentar que mañana será resolver o morir'', agregó.

Nueva York nunca tuvo una oportunidad en el partido del lunes. Devers bateó un sencillo a una velocidad de salida de 115.7 millas por hora, el segundo imparable más fuerte de todo el año, se robó segunda base y anotó por hit al cuadro de Vázquez en la segunda entrada.

En el tercero, Betts y Andrew Beninendi pegaron sencillos consecutivos y el bateador designado J.D. Martínez impulsó al primero con elevado de sacrificio al prado izquierdo. Un rodado de Devers remitió al plato a Benintendi para el 3-0.

Los Medias Rojas hicieron saltar del montículo a Severino en el cuarto acto, cuando Holt y Vázquez pegaron sencillos al jardín derecho y Jackie Bradley negoció base por bolas. Boone trajo a Lance Lynn para enfrentar la punta de la alineación bostoniana.

Después que Lynn transfirió a Betts para forzar la cuarta raya, Boone ordenó una formación especial donde el jardinero derecho Judge se movió un poco al jardín central, lo que aprovechó el bateador zurdo Benintendi para meter la pelota por la raya del RF y limpiar las bases para poner el marcador 7-0. El inicialista Steve Pearce impulsó la octava con sencillo y Holt metió triple que completó el abultado rally y empató el récord de carreras en una entrada en postemporada para Boston.

Los Medias Rojas han anotado siete carreras en un episodio en cuatro ocasiones y sus 18 hits se quedaron a tres de los 21 que batearon contra los Yankees en el tercer juego de la Serie de Campeonato de 1999.

''Uno quiere poner su granito de arena y cuando llega la oportunidad, hay que aprovecharla'', dijo Vázquez. ''Es un privilegio estar ahí afuera en una serie tan grande, en Yankee Stadium. Es difícil jugar en el Bronx, contra esa gran fanaticada'', agregó el boricua.

''Es bueno, se nota que estamos en equipo. Cualquier pelotero que está en la banca puede entrar a jugar y se nota que está activo'', dijo Devers.

Boston agregó una carrera en el séptimo, tres en el octavo y dos en el noveno para mejorar su marca general a 10-12 en 22 encuentros de playoffs ante Nueva York.

''Lo de hoy es un juego ganado. Puede ser por una carrera, puede ser por dos, ganar es lo importante, por la cantidad de carreras que sean'', dijo Devers.

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Lo único seguro hasta ahora en Grandes Ligas es que Medias Rojas de Boston y Indios de Cleveland ganaron sus divisiones en la Liga Americana y que 13 clubes ya están oficialmente eliminados de las posibilidades de alcanzar la postemporada.

Fuera de eso, hay muchos cabos sueltos entrando al penúltimo fin de semana del calendario regular de la campaña del 2018 en el béisbol mayor de Estados Unidos.

En uno de sus torneos menos competido de la historia, la Liga Americana ya tiene dos monarcas divisionales y otros tres potenciales invitados a los playoffs que arrancarán en la primera semana de octubre. Boston (104-49) y Cleveland (85-67) ganaron las divisiones Este y Central, respectivamente, por tercer año consecutivo, y Boston virtualmente garantizó terminar con el mejor récord de MLB y la ventaja de la casa para todas las series que disputen.

En el Oeste, los campeones Astros de Houston (95-57) superan por 3.5 juegos a los Atléticos de Oakland (92-61) y tienen el número mágico en dos para asegurar al menos un puesto comodín a la postemporada. Houston intenta conquistar banderines divisionales consecutivos por primera vez desde que se mudó de la Liga Nacional a la Liga Americana en el 2013. Los Astros ganaron tres años seguidos la Central del viejo circuito de 1997 a 1999.

Los Yankees de Nueva York (93-59) tienen ventaja de 1.5 juegos sobre Oakland en la batalla por el primer comodín y la ventaja de la casa para el juego de muerte súbita del miércoles 3 de octubre. En caso de que Nueva York y Oakland terminaran empatados en el primer comodín, con ambos clasificados, los Yankees serían locales en el choque de Wild Cards debido a su mejor récord intradivisional, que es el segundo criterio para desenredar empates.

Los sorprendentes Rays de Tampa Bay (85-67) y los Marineros de Seattle (84-58) han tenido buenos desempeños, pero están muy lejos (a 6.5 y 7.5 juegos de Oakland) con tan poco espacio (10 juegos) para maniobrar. En resumen: En el joven circuito es cuestión de tiempo para que Astros, Yankees y Atléticos se unan a Indios y Medias Rojas en el cuadro de postemporada.

En la Liga Nacional es todo lo contrario: Nada está decidido y nueve de 15 equipos siguen en la carrera por llegar a la tierra prometida.

Los que se encuentran en la situación más cómoda son los Bravos de Atlanta (85-68), que tienen ventaja de 6.5 juegos sobre los Filis de Filadelfia (78-74) en la División Este. Los Bravos, que tienen el número mágico en cuatro para atrapar su primer banderín divisional desde el 2013 y el segundo en 13 años, solamente necesitan ganar dos de tres a Filadelfia en el fin de semana, para coronarse.

En la División Central, Cachorros de Chicago (89-63), Cerveceros de Milwaukee (87-66) y Cardenales de San Luis (84-69) pelean el banderín al tiempo que dominan las dos plazas comodines del viejo circuito. Los Cachorros tienen el número mágico en ocho para conquistar la división, pero una cómoda ventaja de siete juegos sobre los Rockies de Colorado en el segundo Wild Card de la liga.

La misión de Milwaukee es acosar a los Cachorros y mantener la ventaja de la casa para el potencial encuentro de comodines. Cerveceros y Cardenales jugarán una serie decisiva entre ellos de lunes a miércoles de la próxima semana en e Busch Stadium, mientras que Cachorros y Cardenales cerrarán la vuelta regular con una serie de tres encuentros en el Wrigley Field.

Tras ser barridos en Dodger Stadium comenzando la semana, Colorado (82-70) se alejó a 2.5 juegos de los Dodgers de Los Angeles (85-68) en la recia batalla por el banderín de la División Oeste, en tanto que los Diamondbacks de Arizona se encuentran a seis de Los Angeles y a cinco de San Luis en el segundo comodín.

Los Dodgers, que tienen el número mágico en ocho para quedarse con su sexto banderín consecutivo, enfrentan a los Padres de San Diego en el fin de semana y luego visitarán a sus acérrimos enemigos Diamondbacks y Gigantes de San Francisco para concluir la temporada regular.

Colorado recibe a Arizona en el fin de semana y terminará la campaña jugando en Filadelfia y Washington, en tanto que los Diamondbacks cerrarán el año en San Diego.

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Entrando al antepunúltimo fin de semana de la serie regular de Grandes Ligas, los cinco puestos a playoffs de la Liga Americana lucen estar prácticamente decididos, contrario a la Liga Nacional, donde hay batallas muy cerradas en todos menos uno, creando las condiciones apropiadas para que se produzcan empates en divisiones o puestos comodines.

En la Americana: Medias Rojas de Boston (101-46) ya clasificó a postemporada y tiene el número mágico en seis para ganar su tercer título consecutivo de la División Este; Indios de Cleveland (82-64) posee la mayor ventaja de un líder divisional (15.0 juegos) y tiene el número mágico en 3 para ganar el centro, mientras que los Astros de Houston (92-54) están muy cerca de garantizar u n puesto comodín y dominan por 3.5 juegos el sector oeste.

Los Yankees de Nueva York (90-56) y Atléticos de Oakland (89-58) batallan ferozmente la ventaja de casa para el partido de comodines, pero no están en real peligro de quedarse fuera de la postemporada. Los Marineros de Seattle (80-66) están a 8.5 juegos del segundo Wild Card.

Getty ImagesIndios de Cleveland (82-64) posee la mayor ventaja de un líder divisional (15.0 juegos) y tiene el número mágico en 3 para ganar el centro.
En la Liga Nacional: Lo único que luce casi decidido es la División Este, donde los Bravos de Atlanta (82-64) dominan por 7.5 juegos a los Filis de Filadelfia (74-71). En el centro, los Cachorros de Chicago superan apena por 1.5 juegos a los Cerveceros de Milwaukee (84-63) y por 4.5 a los Cardenales de San Luis (81-66). En el oeste, los Rockies de Colorado (81-65) van 1.5 arriba de los Dodgers de Los Angeles (80-67) y 4.5 por encima de los Diamondbacks de Arizona (77-70).

Milwaukee y San Luis ocupan las plazas de comodides del viejo circuito, pero Los Angeles, Arizona y Filadelfia están a uno, cuatro y seis juegos. Para poner las cosas más sabrosas, Dodgers y Cardenales juegan una serie de fin de semana, cuyos resultados impactarán las divisiones central y oeste y los comodines.

Con las diferentes modificaciones que ha sufrido el sistema de determinar el campeón de la temporada, la pelota estadounidense se ha visto en la necesidad de hacer variaciones a las reglas de resolver embotellamiento en la tabla de lugares a lo largo de sus más de 140 años de historia.

Al principio todo era muy básico. Entre 1876 y 1900, el equipo que más victorias acumulaba durante la temporada regular era declarado campeón de la Liga Nacional y del béisbol (recordando que las ocho series que se jugaron entre los campeones de la Liga Nacional y la Asociación Americana entre 1884 y 1892 fueron considerados eventos de exhibición).

No fue hasta la creación de la Serie Mundial en 1903, por un título máximo entre los campeones de la Nacional y la nueva Liga Americana (fundada en 1901), que nació oficialmente la postemporada de Grandes Ligas.

Hasta 1968, los dos mejores clubes de cada liga iban directo al clásico de otoño. En 1969 se crearon dos divisiones en cada liga y se agregaron las Series de Campeonato para decidir los dos finalistas. En 1994 emergió la figura del Wild Card (comodín) y se creó una tercera ronda en los playoffs, las Series Divisionales, y en 2012, cuando agregaron un segundo comodín, se estableció el formato actual de cuatro instancias.

Desde entonces, los dos mejores equipos de cada liga que no ganaron sus divisiones, juegan un partido de muerte súbita para determinar el rival del conjunto con el mejor récord de liga en las Series Divisionales. La inclusión del segundo comodín también obligó a que se cambiaran algunas reglas en el sistema de definir empates de temporada regular.

EMPATES DE DOS EN DIVISIÓN O COMODINES

Un partido extra de desempate se juegan cuando dos equipos queden empatados con el mismo récord en una de las tres divisiones o el segundo puesto comodín de la liga. Estos partidos se jugarán el día posterior a la finalización de la temporada, en la casa del club que obtuvo la ventaja de local, que se determina usando una serie de criterios que citaremos más adelante.

Desde la implementación de la figura del comodín en 1994 hasta el final de la temporada del 2011, se implementó una regla diferente. Dos equipos empatados para una división no jugaron un desempate si sus récords eran mejores que todos los ganadores fuera de su división en su liga. Básicamente, si dos estaban empatados en la división y como sea estaban clasificados a los playoffs, se usaban varias consideraciones cuál era campeón divisional y cual era comodín. Punto y bolita.

Sin embargo, con la adopción de un segundo puesto de comodín y un juego entre comodines desde el 2012, el ganador de la división con el mejor récord de la liga enfrentaría una posible eliminación en el primer día de la postemporada, lo que obligó a variar las reglas.

Con las nuevas reglas de desempate, si dos equipos quedan empatados en la división, tendrán que jugar un partido extra incluso si ambos equipos ya se han clasificado para la postemporada. El equipo que pierde el juego de desempate ahora calificará para un puesto de comodín solo si su récord de temporada regular se encuentra entre los dos mejores récords de la liga que no ganaron una división. Esto quiere decir que empatar en la divisió no garantiza nada, más allá del juego de desempate.

Si ese equipo está empatado en el segundo puesto de comodín, entonces se jugará un segundo juego de desempate. Si el empate es en el primer comodín, no es necesario un juego extra, sino que ambos avanzan y la ventaja de la casa se determina con los criterios de desempate establecidos. Tampoco se necesita un juego extra para definir el mejor récord de la liga entre dos ganadores de división que terminen con la misma foja.

Para determinar cuál equipo tendrá la ventaja de la casa en un partido extra, tanto para desempatar una división y el segundo comodín y la ventaja de la casa como mejor récord de la liga son:

El equipo con ventaja en la serie particular, el equipo con el mejor récord global en juegos intradivisionales, el equipo con el mejor récord global en juegos intraligas, el equipo con el mejor récord en los últimos 81 juegos de la temporada, ignorando los partidos interligas, el equipo con el mejor récord en los últimos 82 partidos de la temporada (siempre que el juego agregado no esté entre los equipos empatados), se extiende hacia atrás hasta que se rompe el empate (los juegos de interliga se omiten e ignoran en este proceso).

JUEGOS DE DESEMPATE

En la historia de Grandes Ligas, en 14 ocasiones se ha necesitado jugar un partido (10 ocurrencias) o una miniserie (cuatro ocurrencias) para resolver empates de de serie regular. El fenómeno se repitió cuatro veces entre el 2007 y el 2013, pero no fue necesario en las cuatro temporadas anteriores.

En 1946, Dodgers y Cardenales debieron chocar en una serie al mejor de tres juegos para decidir el campeón de la Liga Nacional. San Luis ganó en dos choques y avanzó a la Serie Mundial, donde venció a los Boston Red Sox.

En 1948, Cleveland derrotó a Boston en un juego extra para definir el monarca de la Liga Americana y siguió inspirado para vencer a los Bravos de Boston en el clásico de otoño. En 1951, cuando Dodgers y Gigantes de Nueva York empataron en la cima del viejo circuito, se juegó una serie de tres encuentros, que terminó con el famoso jonrón de tres carreras del 3B Bobby Thomson al derecho Ralph Branca en la novena entrada para dejar a los Dodgers en el terreno en el Polo Grounds de Manhattan.

El campeón de la Nacional también se decidió en mini series después de la serie regular en 1959 (Dodgers venció a Milwaukee) y 1962 (Gigantes superó otra vez a Dodgers).

Boston y Nueva York quedaron empatados en la División Este de la Americana con 99-63 en 1978 y se tuvo que jugar un partido extra, que ganaron los Yankees 5-4 en el Fenway Park. Dos años después, Houston y Dodgers empataron en el oeste de la Nacional con 92-70 y en el juego de muerte súbita, los Astros superaron a los Dodgers en Dodger Stadium. En 1995, los Marineros ganaron a Anaheim en un encuentro por desempatar el oeste de la Americana.

Hubo desempates por el puesto comodín en 1998 (Cachorros sobre Gigantes), 1999 (New York Mets sobre Cincinnati Reds), 2007 (Colorado sobre San Diego Padres) y 2013 (Tampa Bay Rays ganó a Texas Rangers), en tanto que la División Central de la Americana necesitó un día extra en 2008 (Medias Blancas de Chicago derrotó a Mellizos de Minnesota) y 2009 (Minnesota doblegó a Tigres de Detroit).

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"1.01 - El béisbol es un juego entre dos equipos de nueve jugadores cada uno, bajo la dirección de un dirigente, a ser jugado en un terreno cerrado de acuerdo con estas reglas, bajo la jurisdicción de uno o más árbitros".

El párrafo anterior es lo primero que uno ve cuando abre el libro de reglas del béisbol. La regla número 1.01, un juego entre dos equipos de nueve jugadores cada uno.

Por tanto, el uso del bateador designado, adoptado por la Liga Americana, viola la primera regla del béisbol.

David Ortiz
AP Photo/Kathy Willens

En otras palabras, sólo en la Liga Nacional se juega la pelota como fue concebida originalmente, aunque cada vez cobra más fuerza la idea de adoptar el bateador designado en el viejo circuito.

Es más, parece cuestión de tiempo para que esto pase, pues probablemente no exista otra liga o torneo en el mundo que se mantenga apegada a la originalidad del juego.

En el resto del planeta ya los lanzadores no batean y hay otro hombre que se encarga de consumir sus turnos en el plato.

Quienes defienden la idea del BD en la Nacional alegan, con razón, que es hora de pasar la página y ponerse a la par del resto del mundo.

Ello le ampliaría las posibilidades de conseguir trabajo a ciertos jugadores cuyas habilidades defensivas nunca fueron muchas o han mermado con el paso del tiempo, pero que mantienen intactas sus condiciones ofensivas.

Ya no escucharíamos más que Fulano o Mengano deben tratar de firmar con tal o más cual equipo de la Liga Americana, porque en la Nacional no tienen cabida.

El BD prolongó las carreras de muchos peloteros, incluidos el puertorriqueño Edgar Martínez y el dominicano David Ortiz, tal vez los dos mejores que hayan pasado por las Grandes Ligas en esa función.

Pero los más tradicionalistas defienden las cosas tal cual están ahora, como el último bastión del béisbol más puro, en medio de un asedio implacable de los cambios en el juego.

El hecho de que el lanzador ocupe un turno (usualmente el noveno) dentro de una alineación favorece a los propios pitchers cuando están en la lomita, pues enfrentar a un colega en la inmensa mayoría de los casos representa un respiro que muchas veces los ayuda a salir de aprietos.

Por ejemplo, un equipo está amenazando a la ofensiva, con corredores en bases, cuando le corresponde batear al lanzador.

Entra entonces el manager en una disyuntiva, en dependencia de la situación del partido.

¿Dejar batear al serpentinero o enviar un emergente por él?¿Qué tal si estamos apenas en los comienzos del partido, digamos un segundo o tercer inning?¿Qué tal si el pitcher que viene a batear está lanzando magistralmente, el marcador está cerrado y el equipo no cuenta con relevistas confiables?

En la Liga Nacional se juega un béisbol más táctico, con una serie de situaciones que no se ven en la Americana, como el doble cambio de jugadores, cuando un emergente sustituye al lanzador o el toque de sacrificio que muchos modernistas quienes abolir por considerarlo un out regalado, aunque muchas veces ponen a un corredor en posición anotadora y termina marcando la carrera del triunfo.

A no dudarlo, los managers de la Nacional están más obligados a pensar durante el partido, a apelar al llamado juego pequeño, más estratégico, y muchas veces vemos cómo los dirigentes de la Americana cometen serios errores en los choques interligas o en las propias Series Mundiales, cuando tienen que hacer esos cambios dobles en el line up, a lo que no están acostumbrados.

Rob Manfred, comisionado de Grandes Ligas.
AP Photo/Alex BrandonRob Manfred comisionado (Grandes Ligas)

No le falta razón a quienes alegan que de momento, en los interligas sacan ventaja los equipos del viejo circuito, que refuerzan su ataque con un bateador designado cuando juegan en los terrenos de la Americana, mientras que estos últimos se debilitan ofensiva y tácticamente cuando van a los estadios de la Nacional.

Dejar las cosas como están ahora mismo complace a todos por igual, a los que les gusta el BD y a los que prefieren el béisbol en su estado natural.

Entonces, ¿por qué cambiarlo, si funcionan para todos los gustos? Lo que no está roto, no lo arregles, dice un refrán.

Pero si las Grandes Ligas terminan haciéndolo, como parece es la voluntad del comisionado Rob Manfred, entonces habrá que reescribir de una vez y para siempre la regla número uno del béisbol.

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Aunque los sabermétricos insistan en estos tiempos en restarle importancia, ganar la Triple Corona del bateo es una de las hazañas más difíciles de conseguir.

Y es que para ello es necesario combinar como nadie el bateo de contacto con el de fuerza y encima de eso, hacerlo con oportunidad.

Este año podríamos ver este fenómeno, que en más de 140 años de béisbol, solamente 14 hombres han conseguido, aunque dos de ellos, los inmortales Rogers Hornsby (1922 y 1925) y Ted Williams (1942 y 1947) lo hicieron dos veces.

El cubano J.D. Martínez podría repetir en el 2018 la hazaña que ya consiguió en el 2012 el venezolano Miguel Cabrera, único latino en la reducida lista.

Martínez, de los Medias Rojas de Boston, abre el mes de septiembre como líder absoluto en carreras impulsadas (114) y comparte la punta de los jonrones en la Liga Americana con Khris Davis, de los Atléticos de Oakland, ambos con 39.

Además, va segundo en average, con .333, a ocho puntos de su compañero de equipo Mookie Betts.

La tiene difícil, pues dada su función dentro de los Medias Rojas, a él se le pide bateo de poder, con swing grande, en detrimento del contacto, aunque el cubano ha demostrado ser la clase de bateador que puede hacer las dos cosas al mismo tiempo.

40-40

En los primeros 100 años de las Grandes Ligas, ningún jugador pudo robar 40 o más bases y al mismo tiempo batear 40 o más jonrones.

Hace 30 años, en 1988, el cubano José Canseco inauguraba el club 40-40, al que desde entonces se han incorporado otros tres miembros: Barry Bonds (1996), Alex Rodríguez (1998) y el dominicano Alfonso Soriano (2006).

El quisqueyano José Ramírez podría ser el nuevo integrante de ese selecto grupo, pues ya suma 37 palos de vuelta entera y 29 estafas.

Con tres grandes swings más completaría la parte de los cuadrangulares, pero necesita que el manager Terry Francona le dé luz verde en los senderos, para que pueda correr libremente en busca de los 11 robos que le faltan.

Podría ser, sobre todo, porque los Indios de Cleveland ya están 99 por ciento seguros en los playoffs y pueden darse el lujo de arriesgarse en intentos de robos de bases.

Pero aparte de la posibilidad de entrar al club 40-40, Ramítez podría conseguir una rareza que solamente ha sucedido tres veces: ser líder en robadas y bambinazos. La primera vez que eso pasó fue en 1903, cuando Jimmy Sheckard botó nueve pelotas y estafó 67 almohadas para liderar la Liga Nacional.

Seis años más tarde lo consiguió Ty Cobb en la Americana, con nueve vuelacercas y 76 hurtos.

Y Chuck Klein, en 1932, encabezó el viejo circuito con 38 pelotas sobre las cercas y 20 estafas.

50 jonrones

En el 2017, Giancarlo Stanton, entonces con los Marlins de Miami, y su ahora compañero de equipo en los Yankees de Nueva York Aaron Judge, despacharon 59 y 52 cuadrangulares, respectivamente.

A falta de un mes de concurso, Martínez y Davis van igualados con 39.

Está difícil llegar a medio centenar de vuelacercas, pero no es imposible.

El de los Medias Rojas ha disparado siete bambinazos en cada uno de los últimos tres meses (junio, julio y agosto), pero 11 no es una cifra inalcanzable, si se tiene en cuenta que en mayo despachó 13.

En el caso del toletero de Oakland, producción ha ido en incremento, con seis en abril, igual cantidad en mayo, siete en junio, nueve en julio y diez en agosto.

¿200 hits? No way, José

El 2013 fue el último año en que ningún bateador llegó a 200 imparables.

En aquella ocasión, Matt Carpenter, de los Cardenales de San Luis, y el dominicano Adrián Beltré, de los Rangers de Texas, fueron los líderes de la Nacional y la Americana, respectivamente, ambos con 199.

Una lesión sacó de acción al venezolano José Altuve por 21 partidos, lo que le impedirá extender a cinco su racha de temporadas seguidas con 200 o más cohetes.

Necesitaría 54 en los 27 juegos que le quedan a los Astros de Houston en septiembre, a dos por partido. Pero de Altuve se puede esperar cualquier cosa.

Ahora mismo, el máximo productor de hits en la campaña es J.D. Martínez, quien cerró agosto con 164.

Batear 36 inatrapables en lo que resta de calendario también se ve difícil, aunque más probable que la tarea que tiene Altuve por delante.

Efectividad por debajo de dos carreras

El zurdo Chris Sale, actualmente en la lista de lesionados, encabeza la Liga Americana en efectividad con un promedio de 1.97.

El derecho Jacob deGrom, en la Nacional, exhibe una minúscula efectividad de 1.68.

En los dos últimos años, ningún lanzador logró terminar con un promedio de limpias inferior a las 2.00, desde que Zack Greinke lo hiciera en el 2015 con los Dodgers de Los Ángeles (1.66).

El último pitcher con menos de dos limpias por cada nueve entradas en el joven circuito fue Pedro Martínez en el 2000, con Boston, cuando tuvo 1.74.

Ahora bien, ¿cuándo fue la última vez que los líderes en efectividad de ambas ligas estuvieron por debajo de 2.00?

Fue en 1972, cuando Steve Carlton encabezó la Nacional con 1.97 y el cubano Luis Tiant la Americana con 1.91.

Eso fue hace tanto tiempo, que Bartolo Colón no había nacido aún.

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Getty ImagesLos Yankees pelean por un boleto comodín en la Liga Americana.
¡Caballeros, enciendan sus motores! Por ahí viene septiembre, último mes de la temporada regular en Grandes Ligas, con la promesa de muchas emociones en la lucha por los diez boletos disponibles a la postemporada.

Mientras algunas plazas para la fiesta de octubre parecen aseguradas por completo, hay otras donde la lucha será a brazo partido hasta el último día.

He aquí algunas de las batallas que generan más interés de cara a septiembre.

El Oeste salvaje

Mucho antes de que John Wayne y Bat Masterson impusieran su ley a tiros en las películas de Hollywood, ya el Oeste era violento y salvaje.

Este año no lo es menos y promete emociones hasta el último out del 30 de septiembre.

En la Liga Americana, los Astros perdieron momentáneamente el paso hace dos semanas y los increíbles Atléticos de Oakland se les pegaron e incluso les dieron alcance en algún momento.

Mientras los Marineros de Seattle se alejan cada vez más de la zona de clasificación, la lucha entre Astros y Atléticos, separados por 2.5 juegos, se ve reñida, aunque lamentablemente, ya no quedan partidos entre ambos.

En la Nacional, la guerra es entre tres. De momento, los Diamondbacks de Arizona comandan la división, pero los Rockies de Colorado les respiran en la nuca, a juego y medio, mientras los Dodgers están a dos.

A Arizona le faltan 13 partidos frente a estos dos rivales.

Colorado tiene pendientes 13 ante Diamondbacks y Dodgers de Los Angeles, mientras que a estos últimos les restan también 13 contra Arizona y Colorado. Para alquilar balcones.

Los comodines de la Liga Nacional

Mientras todo apunta a que los Yankees de Nueva York y los Atléticos se llevarán los comodines de la Liga Americana, el panorama luce muy complicado en el viejo circuito.

Ahora mismo, los Cardenales de San Luis son los dueños del primer wildcard, con medio juego de ventaja sobre los Cerveceros de Milwaukee.

Pero detrás de los Cerveceros, a dos juegos, se ubican los Rockies, mientras que los Dodgers están a dos y medio. Igualmente, los Filis de Filadelfia están a tres partidos, lo mismo que del segundo comodín, como del primer lugar de la división Este, que ocupan los Bravos de Atlanta.

La batalla está tan cerrada que cada día hay que chequear los resultados en busca de posibles variaciones.

Son sólo dos boletos disponibles y no hay cama pa´tanta gente, porque basta con que Arizona y Atlanta resbalen y también pasarían a ser aspirantes a los comodines.

El club de las 100 victorias

En el 2017, tres equipos terminaron el calendario regular con más de 100 victorias, en un hecho inédito desde que se establecieron las seis divisiones, tres por cada liga, en el béisbol.

Los Dodgers (104), Indios de Cleveland (102) y Astros de Houston (101) dominaron sus respectivas divisiones de principio a fin para completar este exclusivo trío, que podría repetirse en el 2018, aunque con integrantes diferentes.

Hasta los juegos del jueves 30 de agosto, los Medias Rojas de Boston sumaban 93-42 y llevan una proyección para terminar el año con 111 triunfos, lo cual superaría la mejor marca de la franquicia, que es de 105 y data de 1912, el año en que se inauguró el Fenway Park.

Sus archirrivales Yankees llevaban balance de 84-50, lo que les da una proyección de 102 éxitos. Si lo consiguen, sería la decimonovena vez que los Mulos suman triple dígito en la casilla de los éxitos.

Y los Astros, que entre el 2011 y 2013 sumaron tres campañas en fila con más de un centenar de derrotas, podrían lograr su segundo año seguido con más de 100 triunfos.

Su récord de 82-52 los proyecta para cerrar la temporada regular justamente con 100 victorias.

El club de las 100 derrotas

Ningún equipo perdió 100 juegos el año pasado, pero en el 2018, al menos dos conjuntos deben superar el centenar de fracasos: los Reales de Kansas City y los Orioles de Baltimore.

A un día del inicio del último mes del calendario regular, los Reales sumaban ya 91 perdidos, con 29 partidos por jugar.

La proyección indica que Kansas City terminaría con récord de 52-110.

Más cerca del centenar de derrotas están los Orioles, con 94, a falta de 28 encuentros. De seguir con este paso, Baltimore concluiría con 48-114.

Otros dos conjuntos podrían coquetear con los 100 fracasos: los Padres de San Diego y los Marlins de Miami.

San Diego, antes de los juegos de este jueves, ostentaba balance de 53-83 y su proyección lo llevaría a terminar justo con 62-100.

Por su parte, Miami juega para 53-81 y basta con que entre en una mala racha más profunda de la que ha tenido a lo largo de la campaña, para que sobrepase las 100 derrotas.

Ahora mismo, su pronóstico da un récord final de 64-98.

¿Más ponches que hits?

La posibilidad se vio venir desde que arrancó la temporada, cuando en el mes de abril por primera vez los bateadores se poncharon más veces que los hits conectados.

Hasta los juegos del miércoles 29 de agosto, la tendencia se había revertido ligeramente, pues los bateadores sumaban 33,970 imparables, por 33,674 abanicados.

Pero de que es posible que por primera vez en la historia haya más ponches que cohetes, lo es.

¿Más de 264 jonrones por un equipo?

Los Marineros de 1997 despacharon 264 bambinazos, récord para un equipo en una campaña.

Los Yankees sumaban 218 en 134 juegos, a un promedio de 1.6 bambinazos por encuentro.

Seis bateadores de Nueva York ya superaron la veintena de vuelacercas y con Didi Gregorius, Gary Sánchez y Aaron Judge próximos a regresar de la lista de lesionados, la marca histórica de Seattle estaría temblando.

La proyección ahora mismo es de 261, pero el béisbol no es una ciencia exacta, así que perfectamente los Mulos podrían, o bien superar el récord de Seattle, o enfriarse y quedar por debajo.

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Luego de haber perdido seis de sus últimos ocho juegos, los Medias Rojas de Boston aprovecharon la visita de los débiles Marlins de Miami al Fenway Park para sacudirse la mala racha y reencontrar el paso hacia la mejor temporada en la historia de la franquicia.

A falta de 28 partidos para que concluya el calendario regular, Boston exhibe récord de 92-42, con una proyección para terminar la campaña con 111 victorias.

Solamente tres veces desde su nacimiento en 1901, los Medias Rojas han conseguido superar el centenar de triunfos en una temporada: en 1912 (105), 1915 (101) y 1946 (104).

En las dos primeras ocasiones terminaron ganando la Serie Mundial, mientras que en la última cayeron en siete juegos ante los Cardenales de San Luis, cuando pesaba sobre el equipo la Maldición del Bambino, que les impidió conseguir un cetro por 86 años.

A menos que se produzca una debacle de proporciones bíblicas, Boston sobrepasará no sólo las 100 victorias, sino las 105 de 1912, cuando eran dirigidos por su primera base Jake Stahl, en la era de los managers-jugadores, con el jardinero Tris Speaker y el serpentinero Smoky Joe Wood como sus principales figuras.

Ahora bien, la pregunta es si después de dominar el calendario regular de la manera en que lo han hecho, están listos estos Medias Rojas para enfrentar con éxito la aventura de la postemporada y ganar el Clásico de Octubre por octava vez en su existencia y primera en la era post Big Papi.

Yo no me apuraría en afirmarlo. De hecho, ni siquiera los considero favoritos, por encima de los campeones defensores Astros de Houston.

Es cierto que Boston tiene una toletería que mete miedo, única hasta ahora con más de 700 carreras producidas, 1,200 hits y 300 dobles en lo que va de campaña.

Pero el historial de sus principales jugadores ofensivos en postemporada deja bastante que desear.

Sí, ya sé que agua pasada no mueve molino, como dice el refrán, pero la historia está ahí y bastante reciente, para ayudarnos a establecer de alguna manera una línea hacia el futuro.

Por ejemplo, J.D. Martínez, el principal motor en el ataque de los Medias Rojas, lleva en playoffs de 27-7 (.259), con tres jonrones y seis impulsadas, en tanto se ha ponchado diez veces, que equivalen al 37 por cierto de sus turnos.

Mookie Betts, el otro pistón de la maquinaria, va de 26-7 (.269) y nunca hasta ahora ha remolcado una carrera en postemporadas.

Mitch Moreland, también entre los puntales ofensivos del equipo, va de 110-26 (.236), con apenas tres bambinazos y 13 remolques, al tiempo que ha abanicado 24 veces.

El curazaleño Xander Bogaerts, pieza importante dentro del ataque, suma apenas 12 imparables en 56 oportunidades (214) y 17 ponches.

A Eduardo Nuñez (15-3, .200) y Steve Pearce (27-4, .148) tampoco les ha ido bien en posteporadas, mientras que el veterano Ian Kinsler es el que mejores números exhibe, con 39 cohetes en 134 turnos (.291), cuatro bambinazos, 20 empujadas y 24 pasaportes, con un promedio de embasamiento de .400.

Pero si los bateadores no han sobresalido en playoffs, las mayores interrogantes están en su pitcheo abridor.

En su única participación hasta ahora en psotemporada (2017), el estelar zurdo Chris Sale ha sido un desastre, con dos derrotas en igual número de juegos, con 13 hits y nueve limpias en 9.2 innings y efectividad de 8.38.

Peor ha sido David Price, que ya suma 17 partidos de playoffs, nueve de ellos como abridor.

En total ha sido castigado con 73 cohetes, 12 de ellos jonrones, en 73 entradas y un tercio, en las que ha permitido 43 carreras, 41 de ellas inmaculadas, con una efectividad de 5.03.

Tiene dos victorias como relevista, en tanto acumula ocho fracasos.

El derecho Rick Porcello, otro veterano de postemporadas, ha perdido tres, sin victorias, en 11 partidos, cuatro como iniciador.

En 24.2 episodios aceptó 29 hits y 17 anotaciones, 15 de ellas limpias, con una efectividad de 5.47.

El zurdo venezolano Eduardo Rodríguez, actualmente en la lista de lesionados, pero próximo a volver a la rotación, tuvo una única aparición en los playoffs del año pasado, con dos bateadores enfrentados solamente.

A uno lo golpeó y el otro le pegó hit. Ambos anotaron y su efectividad es infinita, al no sacar outs.

Drew Pomeranz tampoco ha sido efectivo en octubre, con promedio de limpias de 9.53 en tres apariciones, una como abridor. En total ha trabajado 5.2 capítulos, con nueve hits, tres de ellos vuelacercas, seis limpias y una derrota sin victoria a su haber personal.

Los otros probable abridores que pudiera utilizar el manager Joey Cora, Nathan Eovaldi y Brian Johnson, nunca han lanzado en playoffs.

A simple vista, el pasado reciente le juega en contra. Hay que ver si el debutante Cora, principal aspirante al premio Manager del Año de la Liga Americana, logra revertir la historia.

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El zurdo Chris Sale y el derecho Max Scherzer han estado al frente de las carreras por el premio Cy Young de ambas ligas mayores desde el inicio de la segunda mitad de la temporada, pero cuando se acerca el inicio del último mes de la temporada, las disputas se han cerrado tanto que aparentemente habrá que recurrir a los sistemas "Photo Finish" o "TV replay" para determinar los ganadores.

De lo que no hay mucha duda es acerca de que el derecho Jacob deGrom, de los Mets de Nueva York, es probablemente el pitcher más valioso del verano, y que eso probablemente no le garantizaría un trofeo de la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA) en noviembre.

Sale, quien solamente ha realizado una apertura en un mes, tiene marca de 12-4, efectividad de 1.97 y 219 ponches en 146 entradas en el 2018. Pese a que ha estado dos veces en la lista de lesionados por asuntos relacionados al hombro, todavía el "Ace" de los Medias Rojas de Boston encabeza a todos sus colegas de la Liga Americana en WAR (6.5 en ESPN/Baseball-Reference y 6.1 en Fangraphs), pero la distancia cada vez es menor.

El derecho Trevor Bauer, de los Indios de Cleveland, (5.6 WAR en ESPN/Baseball-Reference y 5.9 en Fangraphs) le pisa los talones, pese a que no ha podido aportar mucho recientemente por estar en lista de lesionados debido a un golpe que recibió en la pierna derecha el 11 de agosto. Bauer tiene foja de 12-6, efectividad de 2.22 y 214 ponches en 166 innings.

El dominicano Luis Severino, de los Yankees de Nueva York, y el veterano Justin Verlander, de los Astros de Houston, no han aprovechado al máximo el parón laboral de Sale y Bauer, quienes podrían regresar en algún punto después de la primera semana de septiembre.

Severino (4.5 WAR en ESPN/Baseball-Reference y Fangraphs) lidera las Grandes Ligas con 17 triunfos, pero ha dañado sus promedios de dominio en la segunda mitad de la temporada, mientras que Verlander (4.5 WAR en ESPN/Baseball-Reference y 4.6 en Fangraphs) mantiene números excepcionales (13-8, 2.72 y 229 ponches en 175.2 innings) aunque bajó recientemente.

Los que sí han ascendido en la carrera son el derecho Blake Snell, de los Rays de Tampa Bay, y el cerrador puertorriqueño Edwin Díaz, de los Marineros de Seattle. Snell, quien tiene 16-5, 2.05, acumula 5.5 WAR en ESPN/Baseball-Reference y 3.3 en Fangraphs, en tanto que "Sugar" Díaz, el líder de salvamentos de las ligas mayores, ya tiene 50 rescates y podría convertirse en el tercer cerrador de la historia con 60 en una temporada.

En la Liga Nacional hay una batalla sin cuartel que se pelea en tres frentes diferentes actualmente.

Por un lado está Scherzer, quien ganó el premio en las dos temporadas anteriores y tiene tres estatuillas de ese tipo en su carrera, incluyendo la de la Liga Americana del 2013. El caballo de los Nacionales de Washington (8.1 WAR en ESPN/Baseball-Reference y 5.8 en Fangraphs) lidera el circuito en triunfos (16), ponches (249) y entradas (186.2) y es segundo en efectividad (2.22) para mantenerse en el liderato de la pugna.

Pero el derecho Aaron Nola, de los Filis de Filadelfia, viene empujando fuerte, y deGrom puede gritar a los cuatro vientos que ha sido el lanzador menos bateado del béisbol desde el día inaugural de la temporada.

Nola (9.2 WAR en ESPN/Baseball-Reference y 5.7 en Fangraphs) ha superado a Scherzer en duelos particulares dos veces una semana y tiene foja de 15-3, efectividad de 2.10 y 177 ponches en 176 entradas.

Mientras que el flaco de los Mets es el #1 en efectividad de ambas ligas mayores con un microscópico promedio de 1.68 y va segundo del viejo circuito en entradas (182.0) y ponches (224) y es tercero en WHIP (0.98). De acuerdo a Fangraphs, deGrom lidera a todos los lanzadores del béisbol con 6.9 WAR, mientras que ESPN/Baseball Reference lo ubica tercero con 8.0, detrás de Nola y Scherzer.

DeGrom tiene una modesta marca de ganados y perdidos (8-8), pero después de tirarle ocho entradas de una carrera y 10 ponches a los Cachorros de Chicago el martes, extendió su liderato de aperturas de siete o más innings y una o menos carreras (11) en la actual temporada de Grandes Ligas.

Mejor aún, en su carrera deGrom tiene 60 aperturas de una o ninguna carrera, la mayor cantidad en las primeras 133 presentaciones de un lanzador desde 1913. No descarten al derecho de los Mets de la carrera por el Cy Young simplemente por ser el pitcher menos apoyado del juego.

Para finalizar, deGrom lidera a todos los lanzadores de Grandes Ligas en valor probable en dinero por su desempeño en el campo, de acuerdo a una fórmula que usa Fangraphs, que se basa en el gasto anual de los clubes en salarios y el valor final de cada WAR (siglas de Victoria Sobre Nivel Reemplazo en inglés).

De acuerdo a esa tabla, en el 2018 una WAR le sale a los clubes en $7,7 millones de dólares.

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Siete managers en la cuerda floja

FECHA
29/08
2018
por Jorge Morejón | ESPN Digital
En lo que va de temporada, solamente dos managers ha perdido su trabajo.

El primero fue Bryan Price, de los Rojos de Cincinatti , despedido sorpresivamente apenas tres semanas después de iniciada la campaña, cuando el equipo exhibía récord de 3-15.

David Kohl-USA TODAY SportsBryan Price fue el primer manager despedido de la temporada por los Rojos de Cincinatti.

Y el 15 de julio, durante la pausa del Juego de las Estrellas, los Cardenales echaron a Mike Matheny en su séptima campaña al frente del equipo.

A falta de poco más de un mes para completar el calendario regular, lo más probable es que los equipos esperen hasta el final antes de tomar decisiones sobre sus dirigentes.

Hay varios de ellos en la cuerda floja, incluidos dos que recién se estrenaron en esas funciones este año, en lo que podría ser debut y despedida.

Dave Roberts

Si Los Dodgers de Los Angeles no logran clasificar a la postemporada, probablemente sea Roberts el primer manager despedido tan pronto terminen las acciones regulares el 30 de septiembre.

Harry How/Getty ImagesDave Roberts

Como estratega es de lo peor que hay en la Mayores, con todo y el premio de Manager del Año de la Liga Nacional que recibió en el 2016.

Y no le echen la culpa a las lesiones, porque en una temporada tan extensa, todos los equipos pasan por eso.

Roberts es malo, muy malo, con uno de los mejores equipos posibles en sus manos, con el que no pudo ganar la Serie Mundial del 2017 debido en gran medida por sus errores de juicio.

Buck Showalter

Todo indica que después de nueve años, el camino de Showalter al frente de los Orioles de Baltimore se acabará con el último out de la campaña regular.

Tenía en las manos un equipo con posibilidades de plantar batalla en la competitiva división Este de la Liga Americana, con todo y el favoritismo de los Medias Rojas de Boston y los Yankees.

Pero los Orioles son hoy el peor conjunto de todo el béisbol, con una proyección para terminar con 115 derrotas.

Después de 20 campañas al frente de los Yankees, los Diamondbacks de Arizona , los Rangers de Texas y Baltimore, ni siquiera llegó a una Serie Mundial.

Mike Scioscia

Con un título de Serie Mundial en el 2002, Mike Scioscia lleva 19 temporadas al frente de Angelinos de Los Angeles, toda una rareza en estos tiempos de poca paciencia de las gerencias.

Pero Scioscia parece haber agotado su largo ciclo, encaminándose a su tercera campaña negativa consecutiva.

Mike Scioscia
Matt Brown/Angels Baseball LP/Getty ImagesMike Scioscia

Aunque el veterano estratega ha negado rumores de que vaya a renunciar después de esta temporada, cuando el río suena, piedras trae y para los Angelinos sería conveniente un cambio.

Ned Yost

No tenía mucho con qué competir Yost, tras perder de golpe a varias piezas claves del núcleo del equipo que fue a dos Series Mundiales seguidas en el 2014 y 2015, con trofeo incluido en la última de estas.

Pero la reconstrucción iniciada por los Reales de Kansas City podría requerir nueva dirección y según la prensa local, el equipo está mirando para el 2019 hacia Matheny, el despedido manager de los Cardenales.

Dave Martínez

"Ya no sé qué más hacer". Así lo reconoció el manager de los Nacionales de Washington el pasado 14 de agosto, en medio de una racha perdedora de su equipo.

Y con esa frase se puso él solo la soga al cuello.

Si un conjunto partió como superfavorito para arrasar en su división, ese fue el de Washington, que a duras penas coquetea con récord de .500.

Luego de años a la sombra de Joe Maddon, primero en los Tampa Bay y luego en los Cachorros de Chicago, Martínez recibió en el 2018 su primera oportunidad para dirigir...y no ha podido hacerlo peor.

USA TODAY SportsDave Martínez

Mickey Callaway

Otro debutante en el 2018, Callaway no ha podido sacarle jugo a los Mets, el equipo llamado a luchar con los Nacionales por la división Este de la Liga Nacional.

Tan mal lo han hecho los Mets, que en cierto momento llegaron a estar en el último lugar de su grupo, por debajo incluso de los Marlins de Miami , conjunto que acababa de sufrir una profunda reestructuración.

Don Mattingly

Los jóvenes Marlins necesitan un verdadero líder para llevar adelante el proceso de reconstrucción que planea Derek Jeter.

Ese líder no es Mattingly, cuya personalidad aparentemente indiferente y conformista exaspera a los reporteros que cubren día a día sus ruedas de prensa en el Marlins Park.

Ha tenido récord perdedor en cada una de las tres temporadas que lleva en Miami y sus constantes errores en el ABC del béisbol lo hacen blanco permanente de críticas de la fanaticada.

Su posible reemplazo sería un viejo conocido de Miami, Joe Girardi, quien ganó el premio de Manager del Año en el 2006, cuando debutó como director con los Marlins, a pesar de lo cual, el entonces dueño Jeffrey Loria lo despidió por diferencias con él.

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ORLANDO, Florida -- Se fueron abril y mayo y para la comunidad de las Grandes Ligas eso significa que oficialmente queda prohibida la frase "aún es muy temprano" para justificar la inacción o los baches individuales y/o colectivos. ¡Bienvenido junio!

Entrando al tercer mes de la temporada regular, Medias Rojas de Boston, Indios de Cleveland, Astros de Houston, Bravos de Atlanta, Cerveceros de Milwaukee y Rockies de Colorado lideran sus respectivas divisiones.

De acuerdo a la gran Sarah Lang, del extraordinario departamento de Stats & Info de ESPN, desde 1996 el 58% (76 de 132) de los equipos que terminaron ganando sus divisiones, estaban en primer lugar entrando al primero de junio.

Esa es una muy buena noticia para los clubes en posesión de un puesto a playoffs actualmente, sobretodo para los Medias Rojas y los Yankees, la primera pareja con porcentajes de ganados y perdidos de .650 o mejor entrando a junio desde el 2007.

Boston (39-18, .684) lidera la División Este de la Liga Americana por 1.5 juegos sobre Nueva York (35-17, .673), pero el tercero (Rays de Tampa Bay) ¡está a 10 juegos! Los Yankees tienen una ventaja de 3.0 juegos sobre los Mariners de Seattle en la batalla por el primer comodín del circuito para la primera ronda de los playoffs.

De acuerdo a Elias Sports Bureau, esta es la segunda vez que los dos grandes rivales tienen porcentajes de ganados y perdidos superior a .650 entrando al tercer mes de la campaña. También courrió en el 2002, cuando Boston jugaba para .706 y Nueva York para .655. Ese año, los Yankees terminaron con la mejor marca de MLB (103-58, .640) y los Medias Rojas (93-69, .574) fallaron en pasar a playoffs.

"Esta es una competencia fuerte que se mantendrá todo el camino", dijo el relevista cubano de los Yankees, Aroldis Chapman. "Nosotros estamos enfocados en seguir ganando cada serie y mantenernos cerca, para cuando juguemos con Boston, tener la oportunidad de quedarnos con la división", dijo.

Pero incluso los mejores equipos saben que podrían necesitar hacer movimientos y tomar decisiones importantes para mejorar sus posibilidades de alcanzar la postemporada y llegar a la tierra prometida de la Serie Mundial. Y que el calendario marque junio significa que ya es hora de comezar a ejecutar y poner menos excusas, sobretodo para Boston y Nueva York.

Boston comenzó la semana pasada sacando de su roster al inicialista y bateador designado Hanley Ramírez, al que pagarán $15 millones de dólares por los últimos cuatro meses para que juegue con otro club. Desde el punto de vista del gerente general David Dombrowski y el manager Alex Cora, el club es más flexible sin el dominicano, uno de los bateadores más importante del béisbol desde el 2006.

"Sentimos que, donde estábamos en el roster, somos mucho más flexibles con los muchachos que tenemos ahora. Obviamente, el papel de Mitch Moreland va a crecer. Tenemos un Todos Estrellas en primera base en este momento", dijo Cora.

"No es nada en contra de Hanley, pero él necesita turnos al bate diarios para poder producir como jugador, lo que ya no era posible en Boston con el regreso de Dustin Pedroia y el ascenso de Moreland", agregó.

Cora, el primer latino que dirige a los Medias Rojas, tiene muy claro que su predecesor, John Farrell, no sobrevivió en el cargo a pesar de que ganó el título divisional en los dos años anteriores y la Serie Mundial del 2013. Las expectativas son extraordinariamente altas y la única forma de cumplirlas es teniendo mucho de todo.

Mientras Boston, que lidera las ligas mayores en promedio de bateo (.267) y carreras anotadas (303), hizo un movimiento ofensivo, Nueva York podría verse obligado a tomar algunas decisiones con un hombre clave de su rotación abridora: El derecho Sonny Gray.

Gray, adquirido desde los Oakland Athletics en el mercado de julio del año pasado, no ha sido exactamente el caballo que fue en 2014-15 (cuando ganó 14 juegos, lanzó dos blanqueadas y promedió 32 salidas y 200 entradas por año en la bahía). Desde que se puso el uniforme con rayas, Gray tiene foja de 4-7 y efectividad de 4.70. Nada impresionante.

Peor aún, este año el derecho tiene 3-4 y efectividad de 5.98 en 10 salidas y sin importar quien sea el catcher, Gary Sánchez, quien es el regular y no gusta al pitcher, o Austine Romine, el sustituto y el que prefiere el lanzador, Gray ha permitido cinco o más carreras en el 40% de sus aperturas. No bueno.

El manager Aaron Boone se ha pasado cuatro meses diciendo "aún es muy temprano" para apretar el botón del pánico y buscar un abridor en el mercado.

Bueno, ya estamos en junio y no es temprano. Si Gray no mejora extraordinariamente en sus próximas dos salidas, es casi seguro que Nueva York tendrá que sacrificar al prospecto Clint Frazier o a quien sea para adquirir un abridor en el mercado de mitad de temporada.

El staff de lanzadores de los Yankees posee la cuarta mejor efectividad (3.83) de su liga (Boston es segundo con 3.58), pero los abridores se combinan para 4.12. Mientras Luis Severino (8-1), Masahiro Tanaka (6-2) y CC Sabathia se combinaron para 16-4, Gray es la nota discordante del grupo.

Todos en la directiva de los Yankees saben que para ganar la primera Serie Mundial desde el 2009 es casi seguro que se necesitará contar con al menos un tercer lanzador confiable. Y también saben que no lo tienen ahora mismo.

Y fuera de las reales necesidades, es muy probable que tanto Boston como Yankees sean mencionados en las conversaciones alrededor del futuro del torpedero y antesalista dominicano Manny Machado, quien juega los últimos partidos de su carrera como miembro de los Orioles de Baltimore.

Machado, quien batea .324 con 16 jonrones, 15 dobles y 45 carreras impulsadas en su último año de contrato, será una de las piezas más atractivas en el mercado de mitad de temporada. Incluso si Boston y Nueva York tuvieran otras necesidades (o ninguna, de todos modos), un jugador de la talla de Machado es la cura a muchos problemas, incluso para los que no existen.

Es junio, se acabó el tiempo para las excusas y postergar movimientos, especialmente para equipos como Boston y Nueva York.

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