AP Photo/Michael DwyerLos Medias Rojas ganaron la División Este en el 2017, pero los Yankees tienen otros planes para el 2018.
ORLANDO, Florida --- A un mes de abrir sus campamentos de entrenamientos en Florida, los Medias Rojas de Boston y los Yankees de Nueva York lucen estar preparados para una batalla campal por el liderato de la División Este de la Liga Americana, pero con una serie de huecos que ponen en duda la capacidad de ambos para aspirar a destronar a los Astros de Houston como monarcas del joven circuito.

Medias Rojas y Yankees han hecho ofertas a su rival divisional los Orioles de Baltimore por el antesalista y torpedero dominicano Manny Machado, quien jugará en el 2018 su último año de contrato, antes de ser agente libre. Baltimore no tiene ninguna prisa en mover a Machado antes del 31 de julio y casi seguro tendría que ser apabullado con una oferta de esas que no se pueden rechazar para mover a la joven estrella a un rival directo.

Mientras los Orioles juegan al gato y el ratón con los aspirantes de Machado, estas son las necesidades más urgentes de Yankees y Medias Rojas.

Yankees de Nueva York

En diciembre, los Yankees capturaron la atención del planeta del béisbol, haciendo varios movimientos de alto impacto, siendo el más importante el que llevó al jonronero y Jugador Más Valioso de la Liga Nacional Giancarlo Stanton de La Pequeña Habana al Bronx.

Para cargar con Stanton, Nueva York cedió a los Marlins de Miami Marlins al intermedista dominicano Todos Estrellas Starlin Castro y los lanzadores de ligas menores, también quisqueyanos, Jorge Guzmán y José Devers.

El gerente general Brian Cashman, quien firmó una extensión de cinco años, cambió al antesalista Chase Headley y el lanzador Bryan Mitchell a los Padres de San Diego por el jardinero sustituto Jabari Blash y firmó al lanzador agente libre CC Sabathia por un año.

Nueva York, que abrirá su cuartel de entrenamientos en Tampa el martes 13 de febrero, ha estado negociando con los Piratas de Pittsburgh por más de un mes tratando de agregar a su rotación al derecho Gerrit Cole, un derecho de 27 años que estará bajo control por dos temporadas antes de poder probar la agencia libre.

Al día de hoy, los Yankees siguen buscando un lanzador abridor y un intermedista y/o un antesalista. El prospecto venezolano Gleyber Torres podría ser la respuesta para una de las dos posiciones, pero todo dependerá de lo que adquiera Cashman en el mercado antes que sus jugadores de posición tengan que reportarse al George M. Steinbrenner Field el lunes 19 de febrero, en el debut del inexperimentado manager Aaron Boone.

Está claro que si Nueva York consiguiera a alguien con experiencia para jugar en la 2B o la 3B, esto haría la vida más fácil a Torres para comenzar su carrera en las ligas mayores, y si Cashman agregara al roster a un infielder como Machado, Josh Harrison o Todd Frazier y a un lanzador como Cole o el agente libre Alex Cobb, el primer campamento primaveral de Boone sería más placentero.

Medias Rojas de Boston

Desde que terminó la temporada del 2017, el trabajo de los Medias Rojas prácticamente se ha limitado a la oficina y el cuerpo técnico.

El presidente de operaciones de béisbol, David Dombrowkis, nombró como su principal asistente al legendario Tony LaRussa, puso al puertorriqueño Alex Cora de manager y cambió casi por completo el staff de coaches.

Cora recibe básicamente el mismo roster de la temporada pasada. Un grupo que ganó la División Este, pero que fue eliminado en primera ronda de playoffs por los Astros, que luego eliminaron a los Yankees y eventualmente se coronaron campeones por primera vez en su historia.

Los Medias Rojas batearon 168 jonrones la temporada pasada para quedar en último lugar en su liga y a 73 de los lideres Yankees, que agregaron para el 2018 a Stanton, quien encabezó el béisbol con 59. Está claro que Boston necesita un bate poderoso para meterlo en el medio de la alineación.

Se sabe públicamente que Boston cortejó al inicialista Eric Hosmer y que ofreció un contrato al jardinero JD Martínez, pero entrando a la segunda semana de enero, Mitch Moreland es el primera base y el dominicano Hanley Ramírez el bateador designado dentro del grupo que deberá reportarse a Fort Myers desde el miércoles 14 de febrero.

Y también está Machado. De adquirir a un jugador como ese, Boston podría instalarlo en tercera base o el campocorto y darse el lujo de mover a otro lugar del cuadro al SS arubeño Xander Bogaerts o al 3B dominicano Rafael Devers y mejorar notablemente la profundidad de su roster completo.

En las actuales circunstancias, Boston sigue estando en mejor posición para ganar la División Este en el 2018, pero es evidente que si no llenan los huecos mencionados, estarán en desventaja frente a los mejores clubes de la Liga Americana, principalmente los Astros y los Indios de Cleveland.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


Xander Bogaerts
AP Photo/Michael DwyerAñadir un gran bate en el medio de la lineación es claramente una de las prioridades de Boston en el invierno. Pero ya tienen encaminada un cambio total de filosofía para ayudar a bateadores como Xander Bogaerts.
BOSTON - Seis días antes de la Navidad, los Medias Rojas de Boston están comprensiblemente preocupados por su alargada búsqueda de un toletero para la parte media de su alineación. Pero ni J.D. Martínez ni especialmente el regreso de Mitch Moreland van a poder por si solos aliviar un poco el descenso de 93 carreras en su producción del 2016 al 2017.

Aquí es donde entra Tim Hyers.

Contratado el mes pasado para ser el nuevo coach de bateo bajo el nuevo manager novato Alex Cora, Hyers vuelve a los Medias Rojas luego de dos años con los Dodgers de Los Angeles. Durante su primera estancia con los Medias rojas, pasó tres temporadas como coordinador de liga menor en el momento en el que Jackie Bradley Jr., Xander Bogaerts, Mookie Betts y Christian Vázquez venían subiendo por el sistema de fincas y estableciéndose en Grandes Ligas, dándole conocimiento de primera mano de sus enfoques individuales en el plato y los pormenores de sus movimientos con el bate.

Pero esa es solo parte de la razón por la que los Medias Rojas contrataron de vuelta a Hyers. Los Dodgers anotaron 725 y 770 carreras en las pasadas dos temporadas, un aumento de las 667 carreras que anotaron en el 2015, el año antes que Turner Ward y Hyers tomaran las riendas como coach de bateo y asistente del coach de bateo, respectivamente. Además, los Dodgers han estado a la vanguardia de la revolución del batazo elevado en el béisbol, con el antesalista Justin Turner y el jardinero central Chris Taylor emergiendo como portavoces de los bateadores que están bien pendientes al "ángulo de lanzamiento", la medida de la trayectoria vertical de la pelota cuando sale del bate.

Mientras tanto, los Medias Rojas acaban de finalizar últimos en la Liga Americana en jonrones por primera vez desde 1993. Y mientras los fanáticos se preguntan qué rayos está pasando en el Fenway Park, Hyers tiene la tarea de impartir la filosofía ofensiva que convirtió a los Dodgers en una entidad tan productiva.

"Nosotros siempre hemos querido, como bateadores, batear la pelota duro y embasarnos y remolcar carreras. Pero ahora, con toda la tecnología, podemos comenzar a ponerle un número a eso", dijo Hyers. "Si bateas una pelota de 15 a 30 grados en el aire y la bateas a 95 o 100 mph, va a ser un swing productivo. Hacia eso es lo que estábamos apuntando [en Los Angeles], y nos resultó muy bien".

Por años, los equipos modelaron su enfoque ofensivo en torno a los Medias Rojas, que les enseñaban a sus bateadores a conocer la zona de strike, a ser selectivos y elevar el conteo de picheos para forzar la salida temprana de un abridor y que el rival tenga que usar su bullpen más temprano. Incluso en la pasada temporada, los Medias Rojas abanicaron solo el 43.9 por ciento de los picheos, la segunda menor tasa en todo el béisbol detrás de los Dodgers.

Pero el juego ha cambiado. Es cada vez más raro que los abridores puedan medirse tres veces en un partido a una alineación, y los relevistas están lanzando más duro que nunca. Entonces, si bien es aconsejable esperar por un buen lanzamiento para batear, existe tal cosa como ser demasiado pasivo. La pasada temporada, los Medias Rojas batearon menos lanzamientos en la zona de strike que cualquier otro equipo en el béisbol (62.3 por ciento) pero estuvieron en el medio de la manada al abanicar lanzamientos fuera de la zona (29.5 por ciento). Los Dodgers persiguieron un 26.2 por ciento de esos lanzamientos, la cifra más baja de la liga, en parte porque fueron más agresivos más temprano.

"El primer pitcheo de la Serie Mundial que ellos vieron, fue un cuadrangular", dijo Cora, al referirse al jonrón abriendo el Juego 1 ante el zurdo de los Astros de Houston Dallas Keuchel. "Eso es lo que nosotros estamos intentando hacer. En la era en la que vivimos, está bien exprimir al máximo los turnos, pero algunas veces sacarle el máximo a un turno es batear el primer pitcheo del turno y hacerle un buen swing".

Tim Hyers
Victor Decolongon/Getty ImagesBoston contrató a Tim Hyers como coach de bateo junto al manager novato Alex Cora. Hyers se une de vuelta a los Medias Rojas tras dos años de ayudar a los Dodgers, campeones de la Liga Nacional.
Y cuando los Dodgers abanicaban, Ward y Hyers los alentaban a poner la pelota en el aire. Los bateadores de los Dodgers se ubicaron en sexto puesto en las mayores en tasa de elevados (37 por ciento), un aumento respecto al 32.6 por ciento logrado en 2016, y conectaron 221 jonrones, cuartos en la Liga Nacional y un aumento respecto a los 189 conseguidos en 2016.

A los bateadores se les enseña desde hace mucho a abanicar encima de la pelota. Pero con los avances tecnológicos que detectan el giro de un pitcheo o el punto donde el lanzador suelta la pelota, los coaches les enseñan a los bateadores a abanicar pitcheos bajos en la zona de strike y levantarlos al aire, con un ángulo de lanzamiento de al menos 25 grados, lo que produciría un elevado. Aunque ese modo puede llevar a más abanicadas fallidas, también fuerza a los lanzadores a elevar la pelota con mayor frecuencia, lo que resulta en picheos más bateables.

"Nuestros bateadores entienden información y ellos leen tanto como lo hacen nuestros coaches, así que cuando uno comienza a entender que una pelota en el suelo es esencialmente un out, ellos hacen ajustes en su mecánica [del swing], su forma de elevar la pelota", dijo el manager de los Dodgers Dave Roberts. "Eso se va a traducir en más elevados, más jonrones. Elevar la pelota parece la mejor manera que los bateadores pueden ser productivos".

Los Medias Rojas no contagiaron con esa locura. De acuerdo con FanGraphs, ellos llegaron en el puesto 22 en las mayores en tasa de elevados con 34.4 por ciento, la segunda menor tasa entre los equipos que llegaron a la postemporada (Rockies). Entre los jugadores con al menos 250 turnos, el jardinero izquierdo Andrew Benintendi lideró a las Medias Rojas con un ángulo de lanzamiento promedio de 14.2 grados, empatado en el puesto 69 en las mayores. En contraste, Turner llegó en el puesto 16 con 18.4 grados. El toletero de los Rangers de Texas Joey Gallo lideró las mayores con 22.7 grados.

Hyers no está aquí para mejorar el swing de nadie. Pero sí logra hacer que, por ejemplo, Bogaerts piense más en elevar la pelota, eso podría llevar a mejores resultados. La pasada temporada, el ángulo de lanzamiento promedio de Bogaerts fue de 8.2 grados, una baja respecto a los 11.3 grados que tuvo en el 2016. No es coincidencia que el total de jonrones de Bogaerts bajara de 21 a 10, y su slugging de .446 a .403.

"Cada bateador tiene su swing propio y único, y mi trabajo es mantenerme dentro del marco de lo que hacen porque ellos son exitosos por una razón", dijo Hyers, quien acredita el éxito de Turner al influir en la filosofía de los Dodgers. "Pero eso no significa que uno no les recomiende ajustes o que no trates de ayudarlos a ser mejor en lo que hacen. Uno siempre va a tener una especie de filosofía de equipo para anotar carreras, pero eso es individualizado porque cada bateador tiene un swing diferente".

Tras contratarlo el mes pasado, los Medias Rojas le enviaron a Hyers videos de varios bateadores. Él comenzó a verlos, a hacer anotaciones y compartir algunas de sus observaciones con varios jugadores mediante llamadas telefónicas y mensajes de texto. Luego de las fechas festivas, Hyers tiene planificado visitar a algunos jugadores en persona. Antes de los entrenamientos primaverales, espera haber tocado base con todos ellos.

Eventualmente, los Medias Rojas añadirán un bateador a su grupo. Pero independientemente de si el presidente del equipo Dave Dombrowski finalmente llega a un acuerdo con Martínez en la agencia libre o logra algún cambio, Cora y él están claros que Bogaerts, Hanley Ramírez y otras piezas fijas en la organización deben mejorar su rendimiento ofensivo en comparación con la temporada pasada.

Ayudarlos a lograr eso es la responsabilidad de Hyers.

"Sin importar a quien traigamos - o si no traemos a nadie - tenemos un equipo muy bueno con jugadores talentosos", dijo Hyers. "Algunas veces pienso que los coaches y los jugadores pueden adelantarse a sí mismos y buscar los resultados. Yo soy más de la escuela que dice, 'Busca el proceso'. Ese es el reto para mí, el que mis muchachos se enfoquen en el proceso, que se enfoquen en lo que necesitan hacer de forma individual y trabajar como grupo. Si tenemos nueve chicos que hacen eso, va a ser un año realmente bueno".

Tampoco les caerían mal algunos elevados adicionales.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


Sin mucho ruido y con pocos focos sobre sí, el cubano José Abreu ha sido, indiscutiblemente, uno de los mejores bateadores que ha habido en las Grandes Ligas por los últimos cuatro años.

Desde que debutó en el 2014 y ganó de manera unánime el Novato del Año de la Liga Americana, Abreu ha sido un modelo de consistencia, promediando average de .301, con 31 jonrones y 102.5 carreras impulsadas por campaña.

Además, tiene una media de 181.5 imparables y 36 dobletes en 154 juegos por año, prueba también de que ha sido un jugador saludable, que apenas se ha perdido 34 partidos desde que debutó en las Mayores.

Su promedio de embasamiento a lo largo de su carrera es de .359 y su slugging anda por .524, pero tanto talento es un verdadero desperdicio en los Medias Blancas de Chicago, cuyo estadio, el Guaranteed Rate Field, antiguo Cellular Field, es el número 27 en asistencia entre las 30 franquicias de Grandes Ligas.

No nos engañemos. De la misma manera que los Mets son "el otro equipo" de Nueva York, los Medias Blancas son los hermanos pobres de los Cachorros en Chicago.

Mientras en Wrigley Field se juega a estadio repleto, con una entrada promedio de 34,460 fanáticos por día, al parque del "otro equipo" de la Ciudad de los Vientos asisten como media poco más de 20 mil aficionados, contando los boletos de temporada completa que se cuentan aunque no estén ocupados los asientos.

Abreu es una superestrella callada, con una ética de trabajo envidiable, que sería de gran ayuda para algún equipo con aspiraciones reales y que de seguir en Chicago, difícilmente llegue a probar alguna vez las mieles del triunfo.

Entre los rumores que circulan en este mercado que se mueve a ritmo lento, su habla de que los Medias Rojas de Boston estarían interesados en el cubano, ante la necesidad de un hombre realmente poderoso en la parte gruesa de la alineación.

Su primera base de las dos últimas temporadas, el dominicano Hanley Ramírez, va en la curva de descenso y próximo a cumplir 34 años, cada vez se acerca más al posible rol de bateador designado, pues sus constantes problemas de lesiones han limitado su tiempo de juego y ya en el 2017 compartió funciones con Mitch Moreland, quien se fue a la agencia libre.

Jose Abreu
AP Photo/Paul Sancya
En la campaña regular, los Medias Rojas quedaron en el lugar 27 entre todos los equipos en cantidad de jonrones conectados, con 168.

Asimismo, en un año en que se rompió el récord colectivo de más vuelacercas y en el que 41 bateadores dispararon 30 o más, nadie de Boston logró llegar a esa cifra y el máximo jonronero del equipo fue Mookie Betts con 24.

Boston ha estado indagando por el dominicano Carlos Santana y Logan Morrison en el mercado de agentes libres, pero la opción de conseguir a Abreu puede resultar económicamente más viable para la franquicia con la tercera nómina más alta de todo el béisbol, más allá de tratarse de un bateador muy superior a los dos mencionados.

Ya los Medias Rojas estuvieron interesados en contratar sus servicios cuando este escapó de la isla y vino a probar suerte en las Mayores, aunque al final fue Chicago quien se lo llevó con un contrato de 68.5 millones de dólares por seis campañas.

Abreu, con más de 100 remolcadas y 25 jonrones en cada una de sus primeras cuatro campañas, podría ser el hombre que realmente llene el hueco dejado tras el retiro de David Ortiz, a quien tanto echaron de menos en el 2017 unos Medias Rojas anémicos de poder.

Y no es que en Boston tenga garantizado ganar, pero al menos tendrá la esperanza de competir, algo que con los Medias Blancas parece cosa de ciencia ficción.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


BOSTON - Después de ponerle un freno al crecimiento de su nómina salarial este año, los Medias Rojas de Boston están listos para sacar la billetera nuevamente en la temporada baja.

A pesar del freno, los Medias Rojas gastaron mucho dinero en 2017, manteniendo uno de los roster mejor pagados del juego. Pero a pedido de los propietarios, el presidente del equipo, Dave Dombrowski, llevó la nómina de pago a menos de $ 195 millones, evitando así una tarifa del 50 por ciento sobre cualquier monto por encima de ese umbral de saldo competitivo.

Al hacerlo, los Medias Rojas restablecen su penalidad impositiva al 20 por ciento para la próxima temporada, cuando el tope salarial se elevará a $ 197 millones. Y con la ofensiva necesitada de un bateador de poder en el medio de la alineación, parece que Dombrowski ya no sentirá la presión de la responsabilidad fiscal.

Cuando se le preguntó esta semana si espera quedarse por debajo del tope salarial como un objetivo en la temporada baja, Dombrowski simplemente dijo: "No, no lo haremos". Cuando se le hizo la misma pregunta al propietario John Henry, confirmó la voluntad del equipo de exceder el umbral esencialmente respaldando el comentario de Dombrowski.

"Bueno, [Dombrowski] respondió la pregunta", indicó Henry. "Dijo que podría sobrepasarlo [los $ 197 millones]".

¿Puedes oír el menudo tintineando en el bolsillo del traje de Dombrowski?

Sin ataduras con las restricciones de impuestos de lujo, Dombrowski podría entrar a la temporada baja haciendo lo que ama: comprando superestrellas. Y no piense ni por un segundo que el agente Scott Boras, que representa a los bateadores J.D. Martínez y Eric Hosmer, no ha notado que uno de los titanes financieros del béisbol tiene abierta su billetera en busca del bateador de fuerza que le ha faltado desde que David Ortiz se retiró hace 13 meses.

JD Martinez
AP Photo/Mark J. TerrillJ.D. Martínez es uno de los nombres que con más fuerza suena para llegar a Boston.
Los Medias Rojas también tienen otros gastos. Ya han comprometido aproximadamente $ 110 millones en seis jugadores (David Price, Hanley Ramírez, Rick Porcello, Dustin Pedroia, Craig Kimbrel y Chris Sale); aunque se deshicieron del antesalista Pablo Sandoval en julio, este les costará $ 19 millones contra el tope salarial en 2018; y luego están los $ 50 millones más o menos destinados a 13 jugadores elegibles para el arbitraje, incluidos Xander Bogaerts y Mookie Betts, a los que el equipo podría acercarse con el propósito de acordar extensiones de contratos a largo plazo.

Eso es casi $ 180 millones en nómina antes de que los Medias Rojas atiendan sus otras necesidades, sumerjan su dedo en la agencia libre o piensen en absorber el salario de un prominente bateador de primer nivel que juega en el sur de la Florida.

Hablando de eso, los Marlins de Miami son "serios", para utilizar la palabra de un oficial del equipo, sobre intercambiar a Giancarlo Stanton. Y en virtud de que tienen jugadores jóvenes, efectivo para asumir su enorme salario y una aguda deficiencia de poder, los Medias Rojas están destinados a estar en el vórtice de los rumores.

"Necesitamos anotar más carreras", señaló Dombrowski en lo que equivale a una declaración de esta es la misión fuera de la temporada. "Ahora, algo de eso tiene que ser interno. Cuando comienzas a mirar a algunos de nuestros muchachos, algunos de ellos no tuvieron tan buenos -no lo creo así- años ofensivos como son capaces de tener. Pero probablemente tenemos un espacio en primera base/bateador designado, y ese es un lugar en el que trataremos de crear alguna ofensiva".

Según los informes médicos recibidos por Dombrowski, se espera que Ramírez sea capaz de manejar los rigores físicos de jugar en primera base la próxima campaña después de someterse a una cirugía en su hombro izquierdo el mes pasado. En este punto, sin embargo, Dombrowski dijo que los Medias Rojas "no tienen preferencia" sobre jugar con Ramírez principalmente en la primera base o de bateador designado, una decisión que podría depender del poder que adquieran.

Martínez, un jardinero que floreció algo tarde, tiene 30 años, dos años más que Hosmer, un primera base Guante de Oro. Pero debido a que Martínez fue canjeado a mitad de temporada, no fue elegible para una oferta de calificación y no tendrá la penalización de una compensación adicional para el equipo que lo firme. Hosmer recibió la oferta calificada de $ 17.4 millones de parte de los Reales d Kansas City.

Hosmer batea a la zurda, pero es un bateador de rodados y una amenaza de poder menor que Martínez, un bateador derecho. Y Dombrowski tiene una historia con Martínez, habiéndolo seleccionado para Detroit como agente libre en 2014 después de que fuera liberado por los Astros de Houston en los entrenamientos de primavera.

Stanton, por supuesto, clasifica junto a Aaron Judge como los toleteros más temidos en el béisbol. Stanton, de 28 años, conectó 59 jonrones la temporada pasada y ha jonroneado una vez cada 13.4 turnos al bate desde que debutó en 2010. Pero el jardinero también ha jugado más de 140 juegos solo tres veces en ocho temporadas y tiene $ 295 millones restantes en una contrato que se extiende hasta 2029 y tiene una cláusula de salida a su favor después de 2020.

Dombrowski logró un éxito el invierno pasado adquiriendo a Chris Sale proveniente de los Medias Blancas de Chicago a cambio de varios grandes prospectos, pero sin jugadores fuera de los roster de las Grandes Ligas. El sistema de granja se ha visto disminuido por dos años de acuerdos realizados por Dombrowski, aunque los Medias Rojas podrían reducir el costo en jugadores si escogen asumir la mayor parte del salario de Stanton.

Pero debido a sus otras necesidades, y la monstruosa clase de agentes libres que se avecina el próximo invierno (Bryce Harper, Manny Machado, Josh Donaldson), los Medias Rojas podrían apuntar más bajo en la agencia libre. Carlos Santana, por ejemplo, ha promediado 25 jonrones por temporada desde 2013, pero seguramente costará menos que Martínez y Hosmer, permitiendo a los Medias Rojas agregar también algunos brazos de bullpen, un jugador del cuadro para jugar la segunda base mientras Pedroia se recupera de la cirugía, un jardinero suplente o quizás, un lanzador abridor.

Sin embargo, no se equivoque: la ofensiva es la prioridad.

"No proporcioné los jugadores que nos darían suficientes carreras [en 2017]", dijo Dombrowski. "Creo que sí necesitamos eso. Eso es parte de nuestra meta de temporada baja".

Y los Medias Rojas también están dispuestos a pagar por ello.
Etiquetas:

Baseball, MLB, Boston Red Sox

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


BOSTON - Twitter, cállate. Los programas radiales deportivos deben silenciarse.

John Farrell se ha ido.

Eso es correcto, Nueva Inglaterra. Los Medias Rojas de Boston finalmente los escucharon. Les tomó más tiempo del que les hubiese gustado, pero el dueño John Henry, el presidente Tom Werner, el CEO Sam Kennedy y el presidente de operaciones deportivas Dave Dombrowski finalmente lo entendieron. Despidieron a Farrell el miércoles en la mañana, dos días después que llevase a los Medias Rojas a su segunda eliminación consecutiva en la primera ronda de la postemporada.

Es hora de brindar, todos ustedes campeones del movimiento #FireFarrell (#DespidanAFarrell). De seguro es motivo de celebración.

Pero además el movimiento no resuelve nada.

John Farrell
Jason Miller/Getty ImagesEl manager de los Medias Rojas ha cargado con la culpa por otra salida temprana de los Medias Rojas de los playoffs, pero difícilmente sea el único culpable por el estado actual de Boston.
Con esto no quiero decir que el despido de Farrell es injusto. Cuando un equipo con una nómina cercana a los $200 millones logra 93 victorias y títulos divisionales consecutivos solo para enfriarse en la postemporada, en ocasiones vienen cambios. El cambio más fácil es el del manager. Es un riesgo que viene con el puesto.

Los Medias Rojas también aguantaron más drama en esta temporada que un episodio de la teleserie "This Is Us". Desde Dustin Pedroia lanzando a sus compañeros bajo el autobús en una guerra de pelotazos con los Orioles de Baltimore, a David Price humilando al miembro del Salón de la Fama y miembro del equipo de narración de los Medias Rojas Dennis Eckersley en el avión del equipo, al entrenador que utilizó un reloj inteligente para transmitir señales robadas del rival a sus jugadores, todo eso ocurrió bajo el mandato de Farrell.

Pero echarle la culpa de todo eso a Farrell y pretender que las cosas serán diferentes con otro manager es tan falto de visión, que raya en lo tonto. El problema es mucho más profundo que eso. Va a un camerino que es regenteado por dos veteranos desafiantes, la inhabilidad de un grupo de jugadores jóvenes de madurar y convertirse en líderes del equipo y la composición general de un equipo que en ocasiones parecía jugar sin gracia y que penosamente logró ascender a la cima de la División Este de la Liga Americana.

Se asumía que Pedroia tomaría la estafeta del liderato en el equipo de parte del retirado David Ortiz y que llevaría a los Medias Rojas en la era post-Papi. Pero el veterano intermedista nunca se ha sentido cómodo en este rol. Y en esta temporada, demostró que es poco adecuado para ello también.

En abril, la estrella de los Orioles Manny Machado se deslizó duro hacia Pedroia, causándole una nueva lesión en su rodilla recién operada. Durante los siguientes días, los lanzadores de los Medias Rojas fallaron en sus múltiples intentos de represalia. Cuando el relevista Matt Barnes le lanzó por detrás de la cabeza de Machado, Pedroia le gritó a Machado, "No soy yo, son ellos".

Con eso, el autoproclamado "Laser Show" se transformó en Fredo Corleone, colocándose efectivamente contra su familia.

Pedroia terminó una entrevista post juego en mayo diciendo, "¿Me puedo ir a casa ahora?" No hizo nada para detener a Price de emboscar a Eckersley en junio. Y solo después que se colaron detalles al ojo público de ese desagradable incidente fue que Pedroia se paró en su casillero y dijo, "La gente dice afuera que no tenemos un líder. Yo estoy aquí en pie".

En realidad, fue Price quien dio el paso al frente para llenar el vacío de liderato. Pero la idea del zurdo de $217 millones para unificar el equipo fue atacar a los medios. Price se convirtió en una especie de 'ombudsman' residente en los Medias Rojas, molestándose ante la más inocente de las críticas. Hizo una escena al gritarle a los reportero luego de un partido en junio en Nueva York y la emprendió contra Eckersley por meramente señalar que el zurdo Eduardo Rodríguez había tenido problemas en su apertura de rehabilitación en liga menor.

En ambas instancias, Price no se disculpó por su comportamiento que podría ser catalogado como poco profesional. Sin embargo, sus compañeros de equipo se comportaron a la altura. Y aunque es posible que Price haya tenido éxito en unificar a los jugadores en una especie de cruzada de nosotros contra el mundo, parecía emanar una cultura de negatividad innecesaria desde el camerino.

Mientras tanto, ni Mookie Betts ni Xander Bogaerts -- las estrellas jóvenes más brillantes y posibles piedras angulares del futuro para la franquicia - se han convertido en líderes. Quizás porque ambos tuvieron temporadas menos exitosas que en el 2016. Quizás sea demasiado temprano para esperar que un par de chicos de 25 años se convirtieran en el compás emocional de un equipo. O quizás es que simplemente no está en su ADN.

John Farrell Dustin Pedroia
Rick Osentoski-USA TODAY SportsDustin Pedroia era el candidato obvio para llenar el hueco de liderato dejado por David Ortiz en el camerino de boston, pero no funcionó de esa manera esta temporada.
Los Yankees de Nueva York y los Astros de Houston llegaron a la postemporada gracias a un núcleo similar de jugadores jóvenes. Pero ambos equipos también tuvieron como prioridad traer jugadores veteranos con gran carácter para que actuaran como elementos estables durante las malas rachas, que sirvieran de policías en el camerino cuando fuese necesario y que ayudaran a su manager a mantener un pulso del equipo.

Matt Holliday y Todd Frazier fueron añadidos a un roster de los Yankees que ya tenía a Chase Headley y Brett Gardner. Ellos sirvieron como buenos ejemplos para Aaron Judge, Gary Sánchez, Greg Bird y el resto de los 'Baby Bombers'. En el invierno pasado, los Astros firmaron a los agentes libres Carlos Beltrán y Josh Reddick y cambiaron a Brian McCann, y cada uno de ellos influyó de forma positiva en las jóvenes estrellas Carlos Correa, Alex Bregman y George Springer y le hicieron la vida infinitamente más fácil al manager A.J. Hinch.

"Un hombre como Beltrán, siendo un jugador de 40 años en el camerino, mantendría las cosas niveladas en el camerino, en perspectiva", dijo Hinch. "Beltrán es clave debido a su presencia y por la influencia que tiene sobre nuestros jugadores. La atención al detalle, el termómetro del ambiente es muy importante en el camerino".

A los Medias Rojas les falta esa dinámica. El primera base Mitch Moreland y el jardinero reservista Chris Young intentaron cumplir con ese rol en varios grafos, pero teniendo en cuenta cuán impresionable sigue siendo el núcleo de los Medias Rojas, no había suficiente presencia veterana positiva.

Farrell tiene parte de la culpa por no poder sacarle esa cualidad a la suficiente cantidad de jugadores. Pero él no fue quien puso esos elementos en el roster. Esa culpa recae sobre Dombrowski, y la tarea de Dombrowski ahora es conseguir al nuevo manager - ¿Jason Varitek? ¿Alex Cora? ¿Brad Ausmus? - con una mejor mezcla en el camerino.

Mientras tanto, es hora de celebrar, detractores de Farrell. Su piñata favorita ha sido derribada.

Ahora, quizás los Medias Rojas puedan atender sus problemas reales.
Etiquetas:

Baseball, MLB, Boston Red Sox

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


A.J. Hinch se dejó dominar por el pánico en el cuarto juego y por poco le cuesta caro.

Con ventaja en la serie divisional y en el partido, Hinch puso en labor de relevo por primera vez en su carrera al derecho Justin Verlander, convertido en el principal abridor de los Astros de Houston desde que llegó de los Tigres de Detroit vía cambio el 31 de agosto.

En el quinto, luego de que el abridor Charlie Morton caminara a Xander Bogaerts después de un out, Verlander vino a lanzarle al novato Andrew Benintendi, quien le desapareció la pelota por el jardín derecho para poner delante a los Medias Rojas de Boston 3-2 y convertir el Fenway Park en un manicomio.

Fue el único hit tolerado por Verlander, quien luego enderezó y terminó trabajando 2.2 entradas con 40 pitcheos.

Astros Celebration
Maddie Meyer/Getty ImagesLos Astros pasaron a su primera Serie de Campeonato de liga desde 2005, cuando fueron barridos por los Medias Blancas.
Para su suerte, se llevó la victoria 5-4, cuando sus compañeros lograron remontar ante Chris Sale, llamado de relevo también por el alto mando de Boston y que a la postre cargó con la derrota.

Verlander y Sale fueron los abridores del primer juego de la serie y en el caso del zurdo de los Medias Rojas, se entendía su llamado como apagafuegos, pues para su equipo no había mañana.

Es cierto que la postemporada es un animal diferente, pero Houston tenía margen de error y usar prematuramente a su mejor lanzador, con poco descanso encima de ello, habría obligado a Hinch a apostar al zurdo Dallas Keuchel para un eventual decisivo quinto encuentro.

Y Keuchel tampoco tendría el descanso necesario, aparte de haber acusado inconsistencia en la segunda mitad de la campaña por lesiones.

Para rematar, si ya decidió morirse con su mejor hombre, entonces ¿por qué quitarlo después de 40 envíos, cuando se trata de un serpentinero acostumbrado a lanzar más de 100 pelotas hacia el plato?

Houston no tiene a un cerrador del calibre de Kenley Jansen, Aroldis Chapman o el propio Craig Kimbrel, quien tuvo este lunes su peor salida del 2017, más allá de que Ken Giles haya tenido 34 rescates en el año.

Pero no se trata de ese tipo de monstruo que mete miedo con tan solo pararse en el montículo y en los playoffs hay que jugar mucho con el aspecto psicológico.

Darle a Giles la responsabilidad de un rescate de dos entradas fue un riesgo, pues el cerrador solamente tuvo cuatro salidas de más de un inning en todo el calendario.

El dominicano Rafael Devers le bateó jonrón dentro del terreno y la pizarra se puso chiquita, aunque los Medias Rojas se quedaron cortos y se fueron de vacaciones hasta el 2018.

Devers, a sus 20 años, demostró estar llamado para cosas grandes en el mejor béisbol del mundo, donde, por cierto, su compañero Chris Sale, con todo y su condición de superestrella, no pudo hacerlo peor en su primera participación en postemporadas.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


Si el béisbol es un deporte impredecible, esta condición se multiplica hasta el infinito cuando llegamos a la postemporada, donde los menos esperados se visten de héroes y muchos llamados a brillar pierden lustre ante la presión de las circunstancias.

Parecía que los Astros de Houston liquidaban de una vez a los Medias Rojas de Boston con la misma medicina de los dos partidos anteriores: atacar temprano al lanzador abridor.

Dos sencillos y un jonrón de Carlos Correa pusieron delante a los Astros en el mismo primer episodio ante Doug Fister, quien se iba temprano a las duchas una entrada más tarde.

Pero el jovencito dominicano Rafael Devers le dio un vuelco al marcador en el final del tercero, al botar la pelota con un compañero en circulación para darle a Boston una ventaja que no perdió más, hasta la victoria final de 10-3.

Devers le calló la boca a su manager John Farrell, que en el juego anterior lo envió a la banca y colocó en su lugar a Deven Marrero porque el abridor rival era zurdo.

Esta es la postemporada y más allá de estrategias, hay que poner sobre el terreno a quienes sepan manejar mejor la presión del momento.

El quisqueyano, aparte de tener mejores números que Marrrero, ha mostrado su capacidad para los grandes momentos, sin importar si el lanzador contrario es zurdo o derecho.

Y con el agua al cuello, desde el bullpen vino el héroe más inesperado de los Medias Rojas.

El zurdo David Price, cuya deuda con los playoffs es incalculable, salió como apagafuegos y contuvo a la ofensiva de Houston por cuatro innings completos, sin permitir carreras, con cuatro hits, igual cantidad de ponches y un solo pasaporte, para apuntarse el triunfo.

Fue la reivindicación de Price, firmado hasta el 2022 con un contrato de 217 millones de dólares, que usualmente se achica ante el peso de las postemporadas.

Para el zurdo, esta fue apenas su tercera victoria frente a ocho derrotas en playoffs.

Curiosamente, todos sus fracasos han sido como abridor, mientras que sus tres éxitos han sido como relevista, una con los Rays de Tampa Bay en el 2008, otra con los Azulejos de Toronto en el 2015 y esta del 2017.

¿Podría pasar Price a ser un relevista de lujo, al estilo de Andrew Miller, otro que fracasó como abridor? Difícil de creer. No se le pagan 30 millones por año a un apagafuegos.

Por lo pronto, se reivindicó parcialmente, al haber superado con clase el momento, aunque todavía le falta hacerlo como abridor.

El triunfo de Price mantiene vivas las esperanzas de los Medias Rojas de conseguir una remontada extraordinaria, que Hanley Ramírez ha dicho que de lograrla, se cortará sus largas trenzas como pago de promesa.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


De león a mono y el mono amarrado. Así ha sido hasta ahora el duelo entre los Astros de Houston y los Medias Rojas de Boston en la serie divisional entre ambos.

Aunque los Astros partieron como favoritos, el dominio sobre sus rivales ha sido absoluto, para colocar el compromiso al borde de la barrida.

Si el primer día el venezolano José Altuve fue el verdugo de Chris Sale y compañía, en el segundo juego le tocó al puertorriqueño Carlos Correa el papel de enterrador.

AP Photo/David J. Phillip

Su jonrón de dos carreras en el mismo primer episodio ante el zurdo Drew Pomeranz dictó temprano el paso del encuentro, que terminó con pizarra de 8-2.

En el sexto, con dos corredores en circulación, limpió las bases con un doblete ante el relevista Addison Reed, para terminar el encuentro con cuatro remolcadas.

Lo de Altuve es punto y aparte. Lleva cinco hits en siete turnos, con tres cuadrangulares, cuatro empujadas y cinco anotadas, un verdadero abuso al pitcheo rival.

John Farrell dirigió con desesperación y no con sabiduría. Debilitó su ofensiva al sentar al jovencito dominicano Rafael Devers ante el zurdo Dallas Keuchel y envió al cubanoamericano Deven Marrero a custodiar la antesala por ser un bateador derecho.

¿Y? Devers, a pesar de su condición de zurdo, ha demostrado ser capaz de batearle a quien sea, incluso bajo presión. Y si no, pregúntenle a Aroldis Chapman, contra quien el quisqueyano conectó un vuelacercas sobre un envío de 103 millas por hora.

La teoría de colocar bateadores de la mano distinta al lanzador es de las más discutibles del béisbol y aunque la postemporada es un animal distinto de domar, uno debe morirse con el hombre que te ayudó a llegar a este punto, sobre todo, si su reemplazo ni se le acerca en capacidad.

Los Medias Rojas están con el agua al cuello, pero no muertos y ahora tratarán de recuperarse en sus predios del Fenway Park.

Si un equipo sabe lo que es remontar, ese es Boston, que renació de un 0-3 para eliminar 4-3 a los Yankees de Nueva York en la serie de campeonato de la Liga Americana del 2004.

Claro, de eso hace 13 años y ya no está David Ortiz para liderar la remontada, pero el béisbol es impredecible como pocos deportes y el juego no se acaba hasta que se acaba.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


Chris Sale, el astro zurdo de los Medias Rojas de Boston, tuvo una pésima aparición en su debut en postemporada e inmediatamente nos lleva a una interrogante: ¿estamos en presencia de un David Price II?

Sale, uno de los firmes candidatos al premio Cy Young de la Liga Americana, fue castigado con siete limpias y nueve hits en poco más de cinco entradas, pues ni siquiera saco outs en el sexto episodio, cuando voló por los aires ante el empuje ofensivo de los Astros de Houston.

Boston tiene en sus filas al también zurdo David Price, uno de los mejores lanzadores de los últimos años, pero convertido en un pitcher de prácticas cuando llega octubre, a juzgar por su récord de 2-8 y efectividad de 5.54.

Los Astros golpearon primero con pizarra de 8-2 en el inicio de la serie divisional, donde el pequeño Jose Altuve fue el principal verdugo de los Medias Rojas, al disparar tres cuadrangulares.

Chris Sale
Ken Blaze-USA TODAY SportsChris Sale, uno de los firmes candidatos al premio Cy Young de la Liga Americana, fue castigado con siete limpias y nueve hits en poco más de cinco entradas, pues ni siquiera saco outs en el sexto episodio.
Altuve castigó a Sale en la primera y quinta entradas y luego se la botó en el séptimo a Austin Maddox, tercer lanzador utilizado por John Farrell.

Desde el inicio del partido comenzaron los fuegos artificiales contra Sale, quien permitió jonrones seguidos de Alex Bregman y Altuve.

Después de dos innings de relativa calma, en los que Boston consiguió empatar ante Justin Verlander, Houston volvió a cargar contra Sale en el cuarto, con un sencillo y dos dobletes, para retomar una ventaja que no perdería más.

Los Astros aumentaron la diferencia por el segundo bambinazo del pequeño gigante venezolano en el quinto, para terminar de emboscarlo en el sexto. Tras permitir doble de Evan Gattis y caminar a Josh Reddick, Farrell no esperó más y le pidió la pelota, pero ambos corredores, de su entera responsabilidad, anotaron también por imparable remolcador de Brian McCann ante el apagafuegos Joe Kelly.

La paliza recibida por Sale pone a Boston en una situación comprometida, con todo y que es apenas el primer partido de la serie.

Y es que este era el juego que los visitantes esperaban arrancarle a sus rivales para tratar de llegar al Fenway Park al menos con la serie empatada.

Ahora Boston está en manos de Drew Pomeranz, otro zurdo que en dos aperturas contra Houston en el 2017 tuvo buenas actuaciones, con un triunfo sin derrota y efectividad de 1.46 en 12.1 entradas.

En su carrera ha lanzado 12 partidos, siete como abridor, contra la novena tejana, con balance de 2-2 y promedio de limpias de 3.69.

Por los Astros tomará la lomita del Minute Maid Park Dallas Keuchel, que no lanzó contra los Medias Rojas este año, pero a quien le ha ido mal de por vida contra este equipo.

En tres partidos, Keuchel tiene una derrota sin triunfo y elevada efectividad de 9.88, con 15 limpias y 19 imparables en 13.2 episodios.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


BOSTON - Mookie Betts se despertó el 25 de julio en Seattle, en la mañana posterior al partido en el cual los Medias Rojas de Boston fueron limitados a apenas cuatro imparables y quedaron en blanco por novena ocasión en 101 partidos, y subió a Twitter una foto de sí mismo al lado de David Ortiz. La última línea de la leyenda en la foto de Betts, junto a emoticones y una etiqueta, parecía reflejar el ánimo dentro del equipo.

"Te extraño, hermano mayor".

Seis semanas después, los Medias Rojas están en la cima de la División Este de la Liga Americana. Sin embargo, si Boston contiene a los Yankees de Nueva York y obtienen su segundo título divisional de forma consecutiva, lo habrán hecho de una forma muy distinta a cualquier otra en su larga historia. Los días de someter literalmente a palos a los oponentes a punta de jonrones se terminaron con la retirada de Ortiz. Estos Medias Rojas ganan gracias al pitcheo, defensiva y correr las bases como demonios.

Betts personifica ese estilo agresivo y veloz. Se suponía en un principio que Betts llenaría el vacío de poder en la mitad de la alineación tras el retiro de Ortiz al terminar la pasada temporada. Después de todo, Betts había terminado un año en el cual disparó 31 bambinazos y convertirse en primer finalista por detrás de Mike Trout en la carrera por el Más Valioso de la Liga Americana. A los 24 años de edad, el jardinero derecho estrella sigue fortaleciéndose.

Por el contrario, Betts se estancó en 18 jonrones durante 144 apariciones al plato hasta que la despachó lejos en la noche del viernes en el primer episodio de la victoria 9-3 de Boston sobre los Rays de Tampa Bay. Fue apenas su tercer batazo de circuito completo desde el receso del Juego de Estrellas, dejándolo a un ritmo para terminar la temporada con 21. Más aún, su OPS de .780 está en el puesto 88 entre 152 peloteros con suficientes turnos ofensivos a fin de quedar calificados para optar por el título de bateo en ambas Ligas.

Estrictamente desde un punto de vista ofensivo, la caída en el poder de Betts ha despertado interrogantes con respecto al hecho de si la pasada fue en definitiva la temporada de la carrera de Betts.

"Yo no me preocupo por Mookie", afirma un scout de la Liga Nacional quien recientemente evaluó a los Medias Rojas. "Ese hombre puede jugar".

Por el contrario, Betts sigue apilando un WAR de 5.5, de acuerdo a los cálculos hechos por Baseball-Reference.com, quinta mejor cifra entre jugadores de posición en el joven circuito. Ese es un testimonio de la calidad defensiva y el corrido de bases de Betts.

Previo a la noche del viernes, cuando hizo una atrapada estelar a la carrera en el primer inning, Betts lideró a todos los peloteros con 29 carreras salvadas a la defensiva, de acuerdo a Baseball Info Solutions, tres menos que su total de la temporada pasada, líder en las Mayores. Aparte de estafar 23 bases en 26 intentos, Betts marca el ritmo de los Medias Rojas con 20 bases tomadas producto de elevados, wild pitches, passed balls, balks o indiferencias defensivas. Y ha tenido éxito avanzando más de una base con un sencillo o más de dos bases con un doblete en 68 por ciento de sus ocasiones, lo cual también es cifra líder dentro de la franquicia.

Consideren el efecto que Betts tuvo en el encuentro de la noche del martes contra los Azulejos de Toronto. Tras disparar un doblete en el noveno inning, corrió hacia tercera con un roletazo al tercera base Josh Donaldson, lo cual le permitió anotar la carrera del empate un turno después a través de otro rodado. En el décimo noveno inning, Betts leyó astutamente el sencillo de Hanley Ramírez hacia el jardín central y anotó la carrera de la victoria desde segunda. El resultado final fue 3-2.

"Trato de tener algún efecto en el partido de alguna manera cada vez que tengo la oportunidad", dice Betts. "Bien sea robando una base, haciendo una atrapada, rompiendo una doble matanza, lo que pueda ser".

La habilidad de Betts de hacer la diferencia, incluso mientras tiene dificultades encima del plato, lo ha mantenido en la alineación.

En varias oportunidades durante la presente campaña, el manager de los Medias Rojas, John Farrell, ha intentado romper la mala racha de algunos de sus hombres dándoles un receso mental de dos o tres días. Así le pasó al jardinero central Jackie Bradley Jr. En mayo, al left fielder Andrew Benintendi a fines de julio y más recientemente al campocorto Xander Bogaerts y al tercera base novato Rafael Devers. No ha sido el caso de Betts, quien ha sido titular en 50 de 52 partidos desde el receso del Juego de Estrellas a pesar de batear apenas para .244 con 16 extrabases y un OPS de .663.

"Él causa impacto en el juego de muchas formas distintas", afirma Farrell. "El aspecto defensivo de su juego es un componente clave, y cuando se embasa, es toda una amenaza, obviamente. Ha sido un jugador importante para nosotros".

Sin embargo, si los Medias Rojas piensan tener una candidatura legítima para alzarse con la Serie Mundial, necesitarán que el madero de Betts se encienda, lo cual nos trae de vuelta a mencionar a Ortiz.

La ausencia de "Big Papi" se ha hecho sentir de múltiples formas.

Los Medias Rojas extrañan su inmenso carisma y personalidad, incluyendo su sonora risa y su sentido del humor frecuentemente lleno de doble sentido. Ortiz cargaba consigo un magnetismo, llevándose la atención, lo cual protegía indirectamente a sus compañeros más jóvenes de tener que cargar con todas las expectativas en un mercado obsesionado con los deportes, el cual espera que sus equipos ganen en toda ocasión.

Ortiz, de forma similar, tenía una influencia similar en la alineación, siendo el dueño de la mitad del orden ofensivo. Hasta su último encuentro, Ortiz era uno de los bateadores más temidos de todo el béisbol, una fuerza a la que había que tratar de acallar cada vez que se paraba al plato. La mera idea de tener que enfrentar a Ortiz con corredores en base en un encuentro cerrado cambiaba la forma en la cual los equipos asumían su pitcheo al resto de los miembros de la alineación de los Medias Rojas.

Sin Ortiz presente, los oponentes han desplazado su atención hacia Betts.

"Hay un hombre, que vestía el número 34, ya no está en esa alineación. Como lanzador, uno trabaja de forma diferente sin el gran hombre allí", dice el scout de la Liga Nacional. "La Liga se ha ajustado a (Betts), y él volverá a ajustarse en respuesta".

Específicamente, Betts ha visto más sliders (una en cada cinco pitcheos, de acuerdo a FanGraphs, comparado con el 17.8 por ciento de las ocasiones en la pasada temporada. Betts es conocido por sus manos sumamente veloces, y los equipos rivales parecen estar más conscientes de su habilidad para batear pitcheos adentro. Como resultado, los pitchers están atacándolo afuera, incluso lejos del plato.

En mayor medida, Betts simplemente no está viendo muchos pitcheos que pueda batear. Hasta el jueves, apenas el 43.4 por ciento de los lanzamientos que vio se encontraban dentro de la zona de strike, una caída con respecto al 47.6 por ciento del año pasado y el 49.1 por ciento de 2015. Y aunque su total de ponches ha permanecido bajo y continúa haciendo contacto consistente, tampoco ha hecho contacto con igual autoridad. El hecho es que Betts ha sido más propenso a batear elevados cortos que el toletero promedio de Grandes Ligas.

"Si le lanzan en la zona, lo va a batear", dice el coach de bateo de los Medias Rojas Chili Davis. "El problema es que, cuando comienzan a retarte fuera de tu zona, ¿qué tan lejos de tu zona estás dispuesto a ir? Cuando no se siente bien al plato, tiende a irse lejos de la zona en exceso".

Betts tiene una manera más simple de explicarlo.

"No estoy siendo consistente, no le hago swing a buenos pitcheos", afirmó recientemente. "Estoy básicamente tratando de hacer un montón de cosas que no se supone que debo hacer. Tengo que trabajar en enderezar esto".

He aquí las buenas noticias para los Medias Rojas: Betts y Davis dicen que creen haber encontrado la respuesta.

Durante semanas, Davis creyó que la longitud de la forma de pararse de Betts era el problema. Sin embargo, durante una reciente sesión de video, ambos concordaron que el equilibrio de Betts era el problema. Al intentar alcanzar los pitcheos en la mitad lejana del plato, estaba haciendo una estocada muy lejana y se movía lejos de la pelota.

"Pitcheos que él conectaba fácilmente (pitcheos por dentro, al medio e incluso lejos) ya no los captaba", dice Davis. "Su swing se hizo muy largo, y no podía chocar pelotas por dentro. Incluso, si sacaba un hit, pues la pelota ya no estaba saltando de su bate. Al corregir esto, ya podía alcanzar envíos adentro. Y pudo estar más tiempo en contacto con sliders que ya tenía controladas, las podía batear en cualquier momento".

Mookie Betts
Maddie Meyer/Getty ImagesLos Medias Rojas están obteniendo la producción, pero no el poder consistente de Betts. Lo aceptan, pero es justo preguntarse si su temporada de calibre MVP en 2016 fue engañosa.
Hace cinco días, Davis dice que Betts salió de la práctica de bateo diciendo: "Hombre, esta fue la mejor práctica de bateo que he tenido en mucho tiempo". Pues bien, Betts ya tiene seis imparables, incluyendo tres dobletes y un cuadrangular, en sus últimos cuatro partidos.

"Creo que estoy volviendo a tomar ritmo", afirma Betts. "Mejorando día tras día".

Durante el entrenamiento primaveral, Betts le comentó a todos quienes le preguntaban, que éste no utilizaría a la temporada anterior como medidor de sus objetivos para el año que comenzaba. Esto se entendió como si el propio Betts sospechaba que tendría problemas para repetir su actuación de 30 vuelacercas.

Farrell indica que no considera que la temporada pasada fue algo fugaz. Davis tampoco. Betts no tiene el perfil de un slugger arquetípico. Sin embargo, Los Medias Rojas están confiados en que Betts nuevamente mostrará poder digno de un toletero en el corazón ofensivo, incluso a pesar del hecho que Ortiz ya no está allí para darle protección.

"Es difícil igualar los números (del año pasado), pero la sensación y consistencia siempre pueden mejorar", indica Davis. "Mookie es un perfeccionista. Creo que ese detalle es lo que lo hace tan buen pelotero. Otros lo pueden ver y decirle: 'Hombre, tienes un buen año. No es la temporada pasada, pero estás bateando bien'. Y él les responderá: 'Sí, pero no me siento bien'".

"Para mí, lo que me decepciona es haber necesitado tanto tiempo para poder llegar a un punto que lo haga sentir cómodo. Pero, bueno, es una experiencia de aprendizaje para todos. Oye, yo también he tenido noches sin dormir".

Mientras los Medias Rojas esperan que el bate de Betts despierte por completo, están satisfechos con su defensiva y corrido de bases, capaces de cambiar el destino de un encuentro.

"La gente tiene que recordar que este es un deporte difícil y que ellos no tendrán temporadas descollantes todos los años", dice el scout de la Liga Nacional. "Lo pueden negociar a mi equipo cuando quieran".

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


AL INICIO