Los Medias Rojas de Boston pusieron al dominicano Hanley Ramírez en asignación para abrirle espacio en el roster al intermedista Dustin Pedroia, quien regresó el viernes de un proceso de rehabilitación de una rodilla que se operó durante la temporada muerta.

Básicamente, los Medias Rojas sacaron a Ramírez de su roster activo y ahora tienen siete días para cambiarlo o darle su libertad incondicional.

Tomando en cuenta que Ramírez tiene 34 años de edad, que bateó .163 en mayo y que aún devengará $15 millones de dólares por los últimos cuatro meses de la serie regular, un cambio a otro conjunto es poco factible. Lo más probable es que una vez declarado agente libre (el próximo fin de semana) firme con un nuevo equipo, que solamente tendrá que pagarle una proporción del salario mínimo de las ligas mayores.

Pero por cerca de $360 mil dólares (que son centavos en la economía actual de Grandes Ligas) un veterano con el historia que tiene Ramírez conseguirá más de una oferta una vez aterrice en el mercado de desempleado.

Ramírez, un tres veces Todos Estrellas y el Novato del Año de la Liga Nacional del 2006, Ramírez batea .290 con 269 jonrones y 281 bases robadas en su carrera con Marlins de Miami, Dodgers de Los Angeles y Boston. Es verdad que no tuvo un buen mayo, pero sí un grandioso abril (.330 con tres jonrones y 12 carreras impulsadas) y sus estadísticas generales (.254 con seis jonrones y 29 remolques) no son exactamente las peores del béisbol.

En un año en que todos los bateadores de las Grandes Ligas se combinan para batear .244 con más ponches que hits y la peor producción de jonrones en tres temporadas, un bate como el de Ramírez es necesario en al menos cuatro o cinco equipos con aspiraciones de alcanzar la postemporada.

Mientras la Liga Americana, que tiene el bateador designado, se mostraría más adecuada inicialmente, la capacidad de Ramírez para desenvolverse en la primera base lo convierte en una opción para la Liga Nacional.

Tomando en cuenta que una vez sea agente libre, el pelotero tendrá la última palabra acerca de su posible próximo destino, vamos a enfocarnos solo en conjuntos que están bien ubicados en el standing de sus ligas y que claramente necesitan cualquier ayuda ofensiva que esté disponible.

En la Liga Americana, los campeones Astros de Houston, Indios de Cleveland y Mellizos de Minnesota; y en la Liga Nacional, Diamondbacks de Arizona, Dodgers de Los Angeles, Nacionales de Washington y Filis de Filadelfia son los que aparentan estar más necesitados de un bate.

En una semana sabremos cómo evoluciona el asunto.

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En su afán por tratar de reinventar el béisbol desde una computadora, algunos sabermétricos, esos adultos que cuando niños eran los dueños del bate, los guantes y la pelota y ni aun así los pedían para jugar un partido de barrio, aseguran que Mike Trout se encamina a tener la mejor temporada de bateador alguno en la historia.

Para sustentar semejante afirmación apelan al WAR, esa inexacta estadística que arroja una cifra distinta si es calculada por Baseball-Reference.com o por Fangraphs y que compara el supuesto rendimiento de un jugador con lo que pudiera hacer su reemplazo, en caso de ausencia.

Según ello, Trout, jardinero de los Angelinos de Los Angeles, va en camino a terminar la temporada con un WAR de 14.2, una cifra única, pues nadie ha llegado a 12 en medio siglo.

El jugador considerado el más completo de todo el béisbol en la actualidad tiene el WAR más alto en ambas ligas, con 4.0, a pesar de no aparecer entre los líderes de casi ninguna categoría ofensiva.

Mookie Betts
Maddie Meyer/Getty ImagesMientras los sabarmétricos se maravillan con los números de Mike Trout, Mookie Betts está al mismo nivel o mejor
Permítanme reírme de semejante disparate. ¿Cómo es posible que el aporte de Trout a los Angelinos sea mayor, por ejemplo, que el de Mookie Betts o J.D. Martínez a los Medias Rojas de Boston?

Trout es vigesimocuarto en hits en la Liga Americana (48), va en el lugar 47 en dobletes, séptimo en triples (3), vigésimo en carreras impulsadas y decimoséptimo en average (.294).

Solamente figura entre los tres primeros del joven circuito en jonrones (segundo con 14), carreras anotadas (segundo también con 38), bases por bolas recibidas (primero con 41) y promedio de embasamiento (primero con .440).

Además, en 163 turnos al bate se ha tomado 40 ponches, que representa casi el 25 por ciento de sus apariciones en el plato por la vía de los strikes.

Entonces, con esos números y sobre todo, con la temporada que están teniendo Betts y Martínez, asegurar que la de Trout es la mejor de la historia es insultar la inteligencia de quienes entienden que el béisbol no es una ciencia exacta que pueda determinarse en el estrecho marco de la pantalla de una computadora.

Betts, el pequeño jardinero derecho de los Medias Rojas, encabeza la Liga Americana en average (.365), dobletes (19), carreras anotadas (48), slugging (.760) y es colíder en jonrones (15).

Además, es segundo en hits (61), OBP (.438), tercero en bases robadas (11) y décimo en impulsadas (32), a pesar de desempeñarse como primer bate en la alineación de Boston.

Que venga alguien con sentido común y me explique cómo es posible que su WAR de 3.8 sea inferior a los 4.0 de Trout y sobre todo, en qué sentido puede ser mejor la campaña que está teniendo el de los Angelinos, comparada con el de los Medias Rojas.

Vamos ahora a J.D. Martínez. Colíder en cuadrangulares, segundo en average (.343), impulsadas (41) y slugging (.680), y tercero en hits (60).

A palo limpio ha sido factor fundamental en la trayectoria de su equipo en lo que va de campaña y sin embargo, su WAR es de apenas 2.3, como evidencia de cuán inconsistente en esta estadística moderna.

Greg M. Cooper/USA TODAY SportsLa aritmética no cuadra: el WAR de J.D. Martínez es de 2.3
Pregúntenle al manager Alex Cora si cambiaría el aporte de Martínez por un WAR más alto. O a los fanáticos de Boston que celebran con delirio cada bambinazo del cubanoamericano. La respuesta suena obvia.

Pero aún hay más. El dominicano Manny Machado entra en la conversación también, con números extraordinarios, tal vez los mejores de su carrera, que deben garantizarle un obeso contrato cuando llegue en el invierno a la agencia libre.

Machado es puntero en remolcadas (43), en hits (62) y colíder en jonrones (15), segundo en average (.343) y tercero en slugging (.663) y en OBP (.420).

Pero aun así, ellos insisten en Trout, quien ni siquiera tiene una proyección mejor en departamentos reales (entiéndanse cuadrangulares, impulsadas, anotadas, etc) que en otras campañas anteriores cuyas.

No se trata de negar lo positivo que puedan tener las nuevas estadísticas, pero lo que molesta es que actúan como esos revisionistas de la historia que quieren borrar el pasado e incluso el presente para imponer sus criterios de manera forzada, como si fueran los dueños de la verdad absoluta, muchas veces sin haber tomado en su mano jamás una pelota de béisbol.

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Añádanle un ingrediente adicional a la tradicional rivalidad entre los Medias Rojas de Boston y los Yankees de Nueva York.

Ambos equipos, que luchan a brazo partido el liderazgo en la división Este de la Liga Americana, tienen en Craig Kimbrel y Aroldis Chapman a los mejores cerradores del béisbol.

Getty ImagesAroldis Chapman tiene 213 salvados en 445.1 capítulos y ha liquidado por la vía de los strikes a 740 bateadores, a un promedio de 15 por cada nueve entradas.
Y no se trata sólo del dominio que ejercen cuando se paran sobre la lomita, sino por la proyección de sus carreras, que los separan de otros cerradores estelares como Wade Davis, quienes tienen el tiempo en su contra.

Kimbrel, quien cumplirá 30 años el próximo 28 de mayo, ya suma 303 salvamentos y apenas va por su novena temporada en las Mayores, divididas entre los Bravos de Atlanta, los Padres de San Diego y los Medias Rojas. Eso le da un promedio de 41 rescates por campaña.

En 488 innings y dos tercios acumula 799 ponches, equivalentes a 14.7 abanicados por cada nueve episodios. Por su parte, el cubano Chapman, dueño del pitcheo más veloz en las Mayores, es tres meses mayor, pues recién cumplió 30 el 28 de febrero.

Al igual que Kimbrel, está en su noveno año en Grandes Ligas, divididos entre los Rojos de Cincinnati, los Cachorros de Chicago y los Yankees.

Getty ImagesCraig Kimbrel, quien cumplirá 30 años, suma 303 salvamentos con los Bravos, Padres y Medias Rojas.

Tiene ya 213 salvados, 90 menos que el de Boston. En 445.1 capítulos ha liquidado por la vía de los strikes a 740 bateadores, a un promedio de 15 por cada nueve entradas. Su media de rescates por año es de 32.

El gran Mariano Rivera, considerado con justicia el mejor cerrador de todos los tiempos, salvó 652 juegos a lo largo de 19 temporadas.

A sus 30 años, la edad recién cumplida por Chapman y a punto de llegar Kimbrel, Rivera solamente sumaba 165 salvamentos.

El panameño lanzó hasta los 43 años, dando muestra de una consistencia y durabilidad envidiables. En sus últimos tiempos, lanzaba anunciada la recta cortada y seguía partiendo más bates que nadie y dominando a los rivales con la facilidad de quien mata a una mosca.

Si el béisbol fuera una ciencia exacta, Kimbrel debería superar ampliamente al último pelotero que usó el número 42 en las Grandes Ligas.

Supongamos que al igual que Mariano, estos dos logran mantenerse saludables y consistentes por 19 años.

Si el de Boston consigue 41 salvados en 19 temporadas, sería el primero en superar los 700 rescates, 779 para ser más específicos.

En el caso del cubano, terminaría su carrera con 608 salvamentos, una cifra que si bien no le alcanza para igualar o superar al panameño, lo pondría en un club exclusivo que ahora mismo, además de Rivera, sólo integra Trevor Hoffman (601).

Ambos tienen a su favor el hecho de pertenecer a equipos que siempre están en la pelea, lo cual les da abundantes oportunidades de sumar en la casilla de los salvados.

Fue algo que favoreció a Rivera, miembro de los poderosos Yankees que desde 1995, su año de debut, hasta el 2011, cuando dijo adiós, sólo quedaron fuera de la postemporada en una ocasión, 2008.

De la misma manera, el jugar 16 de sus 18 campañas con los Padres lastró las posibilidades de Hoffman, pues en 12 de ellas el equipo tuvo récord perdedor.

Pero volviendo a Kimbrel y a Chapman, el béisbol NO es una ciencia exacta.

Perfectamente los promedios de ambos pueden dispararse aún más o caer repentinamente, sus brazos podrían ser presa de inesperadas lesiones y sus aspiraciones de alcanzar al gran Mariano se irían por la borda con la misma velocidad que hoy lanzan llamas hacia el plato.

Por lo pronto, vale la pena disfrutar cada vez que se vean cara a cara en los innings finales de esos juegos que son un espectáculo digno de ver desde el primero hasta el out 27.

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BOSTON - Si realmente lo piensan - y dada la opción, la mayoría de los jugadores de los Medias Rojas de Boston preferirían no hacerlo - el tono para el triste avance del año pasado hacia el banderín de la División Este de la Liga Americana quedó establecido con un deslizamiento en la segunda base en el 17º juego de la temporada y la reacción que provocó dos días después.

Así que cuando el torpedero Brock Holt recibió un golpe con los clavos de los zapatos en un deslizamiento de parte del bateador designado de los Yankees de Nueva York Tyler Austin en la tercera entrada del partido del miércoles en la noche y expresó su descontento, los Medias Rojas tuvieron su primera oportunidad real de probar con sus acciones que las cosas son diferentes ahora.

Y que no quede duda - estos no son los mismo Medias Rojas del 2017.

"Eso demuestra que nos cubrimos las espaldas unos a los otros", dijo Holt. "Esa fue una muy buena pelea, probablemente una de las mejores en las que haya participado. Intenté quedarme fuera de ella. Los Yankees tienen muchos jugadores grandes en el otro lado. Pero sí, eso demostró lo cercanos que nos sentimos aquí".

El receptor Christian Vázquez añadió: "Pienso que todo el mundo sabe que nos cubrimos las espaldas aquí. Somos una familia. Peleamos juntos, ganamos juntos, así que estamos en esto juntos".

La recta de 98 mph que Joe Kelly le colocó en las costillas a Austin fue una muestra de eso.

Kelly sostuvo que simplemente estaba intentando controlar la esquina de adentro porque, bueno, eso es lo que casi todos los lanzadores dicen luego de incitar a una pelea que provoca que se vacíen las bancas y el bullpen. Pero si escuchan con detenimiento los comentarios posteriores al partido, se obtiene un mensaje diferente.

Este no fue un intento a medias o equivocado de una represalia. Kelly, un veterano lanzador derecho conocido por sus excentricidades, bromeó diciendo que nunca había sido acusado de tener "el comando de Greg Maddux". Pero lanzó la pelota en el lugar exacto que un lanzador haría si intenta defender a un compañero.

Joe Kelly
Maddie Meyer/Getty ImagesLa pelea del año pasado con los Orioles tras un deslizamiento duro ayudó a establecer el tono en el camerino en el resto de la temporada. Pero la del miércoles en la noche fue diferente.
Solo pregúntenle a Pedro Martínez. Luego del partido, el miembro del Salón de la Fama puso un mensaje en Twitter, "Deslizarse con los clavos hacia arriba es un gran no-no en el béisbol. ¡Eso significa pelea pelea pelea!"

Revisemos el incidente de la temporada pasada, en caso que lo hayan bloqueado de su memoria: El intermedista Dustin Pedroia fue golpeado por los clavos de los zapatos en su rodilla por la estrella de los Orioles de Baltimore Manny Machado en la octava entrada del partido del 21 de abril. Luego en la serie, el relevista Matt Barnes cobró venganza al lanzar una recta por detrás de la cabeza de Machado. Cuando Machado se quejó, una cámara de televisión captó a Pedroia gritándole a él, "No soy yo, son ellos", el equivalente verbal de poner en reversa el autobús.

En el mejor de los casos, se vio mal. En el peor de los casos, eso reveló un camerino que no estaba unido, con Pedroia jugando el rol de Fredo Corleone y tomando partido contra la familia. Y en los siguientes cinco meses, quedó claro que el caso Pedroia-Machado era emblemático de un problema mayor. Parecía como si los Medias Rojas estuvieran meramente en automático, sin disfrutar su juego como lo debería hacer un equipo que consiguió 93 victorias.

El miércoles, Austin golpeó el suelo con su bate, dio un paso al frente y lanzó al suelo su casco. Kelly hizo un movimiento lateral, e invitó a Austin a que viniera hacia él como se hace con los toros en Pamplona. Cualquier lector de labios aficionado podría descifrar lo que Kelly le gritó a Austin cuando este se acercó a él.

"¡Vamos allá!"

Se lanzaron algunos golpes. Kelly logró conectar algunos buenos cuando Austin estaba en el suelo, y cuando los equipos se unieron, Austin lanzó un barrecampos que logró conectarle al coach de tercera base de los Medias Rojas Carlos Febles. El toletero de los Yankees Aaron Judge hizo el papel de pacificador, colocando su cuerpo de 6 pies 7 pulgadas y 282 libras frente a Kelly, quien terminó con algunos rasguños en la cara y su camisa rota.

Fue la más reciente en una larga historia de confrontaciones entre Medias Rojas y Yankees, evocando recuerdos del choque en el plato de Lou Piniella con Carlton Fisk en 1976, Pedro Martínez cuando lanzó a Don Zimmer al césped del Fenway en la Serie de Campeonato de la Liga Americana en 2003, y Jason Varitek poniéndole su guante de receptor en la cara de Alex Rodríguez en 2004. Y la narrativa post juego más popular fue que la mejor rivalidad en el béisbol, en gran parte inactiva en los últimos años, había vuelto a su temperamento hirviente.

Pero teniendo en cuenta todo lo que pasó con los Medias Rojas la pasada temporada, esto significa mucho más. Aquí no estamos para condonar la violencia, pero en este caso, esto fue un acontecimiento positivo para los fanáticos de los Medias Rojas que se han estado preguntando si la atmósfera sería diferente alrededor de un equipo que trajo de vuelta casi el mismo roster de hace un año.

"Eso fue el año pasado. Esto es este juego", dijo Kelly en respuesta a la pregunta sobre la situación de Pedroia-Machado. "Es una de esas cosas: una noche fría, terminé golpeando al bateador. Nosotros somos un grupo muy unido, que estamos jugando bien al béisbol y esperamos seguir haciendo eso"

Juntos. Por un cambio.

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FORT MYERS, Florida - Chris Sale se aprestaba a comenzar su sesión de levantamiento de pesas, parte de su entrenamiento de temporada baja. El as de los Medias Rojas de Boston pensó que comenzaría utilizando uno de los discos de mayor peso, la cual tenía frente a sus pies.

"Oh, no", dijo Rick Lademann, quien durante largo tiempo ha servido como entrenador de musculación de Sale. "Esa pesa va para la barra del Chico Grande".

Bueno, al menos así es como Jason Groome (sin duda, un chico fornido) recuerda cómo ocurrió.

A primera vista, Sale y Groome tenían todas las características de una pareja dispareja. Sale, de 28 años y de contextura alta y delgada, ha sido invitado en seis ocasiones al Juego de Estrellas y ha terminado entre los cinco primeros en votación para el Cy Young de la Liga Americana en igual cantidad de oportunidades. Groome, de 19 años y con el físico del arquetípico lanzador de poder, ha pitcheado por 62 episodios en las menores desde que los Medias Rojas lo tomaran en la primera ronda del draft de 2016 y lo firmaron con un bono por $3.65 millones.

Allí estaban los dos, un par de pitchers zurdos entrenando uno al lado del otro, tres veces a la semana en el complejo de entrenamientos del suroeste de la Florida, del cual Lademann es cofundador, motivándose mutuamente de formas que disimulaban muy bien los niveles muy diferentes en los cuales se encuentra cada uno dentro de sus carreras y vidas.

"Recuerdo mi primer par de semanas en las mayores, y los chicos con los que estuve: (Mark) Buehrle, (Jake) Peavy, (John) Danks, Edwin Jackson; y en el bullpen, (Matt) Thornton, Jesse Crain, (Scott) Linebrink... Puedo sentarme y recitar nombres todo el día", dice Sale, recordando los veteranos que fueron sus compañeros en los Medias Blancas de Chicago. "La forma en la cual me ayudaron y aportaron a mi formación. Que pueda decir: 'Óyeme, si quieres tener éxito, este es el trabajo que debes hacer'. Sólo lo estoy pasando".

Jason Groome
Bob DeChiara-USA TODAY SportsCuando llegó el momento de entrenar para la temporada 2018, el as de los Medias Rojas, Chris Sale, contactó al prospecto de 19 años Jason Groome para la preparación del pitcheo ... y Pilates.
Sale está devolviendo el favor. Esa fue su intención en octubre cuando se enteró por medio de Laz Gutiérrez, entrenador de destrezas mentales de los Medias Rojas, que Groome había decidido mudarse con su familia desde New Jersey hasta Fort Myers, para estar cerca del complejo de entrenamiento del equipo. Sale pidió el número telefónico de Groome y le envió un mensaje de texto con una invitación a entrenar con él.

"Pensé que uno de mis amigos me estaba gastando una broma", dice Groome.

Pero no era así. Ese mismo día, Groome se encontró con Sale y Lademann.

¿Cómo es la experiencia de entrenar con Sale para un lanzador adolescente? Imagínense ser estudiante de música y poder improvisar con Eddie Vedder, o ser un aspirante a fotógrafo y poder estar al lado de Annie Leibovitz en una sesión. Mientras Groome manejaba al sur de la carretera Interestatal 75 por el trayecto de media hora desde Fort Myers hasta Naples, apenas podía expresar su entusiasmo.

"Estaba verdaderamente nervioso", expresa Groome. "Seguía hablando con mi novia y decía: 'Voy a entrenar al lado de, o al menos conocer a un hombre al cual he estado admirando durante los últimos años'".

Sale y Groome fraternizaron rápidamente. El joven mostró su admiración por la ética de trabajo del veterano, mientras que éste último quedó impresionado por el deseo de aprender del jovencito. Crearon una agenda de trabajo. Iniciarían sus semanas con un entrenamiento los lunes por la noche. Los miércoles, harían Pilates al lado del pitcher de los Medias Rojas Rick Porcello. Sale y Groome volverían a la sala de pesas los jueves y viernes.

Groome se mostraba más cómodo en el gimnasio. Con una estatura de 6 pies, 6 pulgadas (1.98m), perfectamente se podía medir al lado de Sale. Sin embargo, Groome pesa 220 libras (casi 100 kilos), casi 50 libras más que su nuevo mentor del pitcheo, mostrando además la fortaleza natural que se puede esperar con dicha contextura.

"Es vergonzoso para mí", dice Sale, entre risas.

Si bien Groome no tiene problemas a la hora de alardear de su masa muscular, se mostró fuera de su elemento a la hora de hacer Pilates. Siendo sincero, Groome pensó al inicio si Sale y Porcello no estaban bromeando cuando le propusieron esta rutina, "pero ahora entiendo que es muy importante para mantener la flexibilidad, especialmente cuando se trata de los lanzadores. El primer par de clases no estuvieron mal, pero las siguientes 10 a 15 sesiones que tuvimos fueron especialmente duras".

"Es una persona muy tranquila, pero puedo ver cómo en ciertos días se sentía y me preguntaba: 'Muy bien, ¿qué está pasando aquí?'", dice Sale. "Cuando se piensa con respecto a los atletas y el deporte, se piensa en levantar pesas, correr y lanzar y entrenar con balones medicinales. Sin embargo, mucho depende del control del cuerpo y saber cómo utilizar músculos distintos en momentos diferentes. De eso se trata el Pilates".

Ambos lanzadores forjaron nexos gracias a los hermanos gemelos de 5 años de Groome y el hijo de 7 años de Sale. Sale consintió el interés de Sale en los autos veloces y el baloncesto e intentó, con poco éxito, de despertar su gusto por el golf.

Una cosa que Sale y Groome raramente discuten es el pitcheo.

Basándose en sus condiciones y destrezas, Groome no requiere de mucha ayuda, ni siquiera por parte del propio Sale. Considerado como el prospecto número 1 de la organización de los Medias Rojas y en el puesto 30 en todo el béisbol organizado por Keith Law de ESPN, Groome lanza su recta en el rango de las 95 millas por hora y tiene una curva bastante engañosa que incita a hacer swings fallados. Sin embargo, se vio obligado a ausentarse por dos meses de la acción en la pasada zafra luego de una torcedura en uno de sus laterales en su primera apertura, además de sufrir otro esguince, esta vez en su antebrazo, en el mes de agosto. En sus actuaciones, Groome alcanzó a sumar efectividad de 5.69, incluyendo promedio de carreras limpias permitidas de 6.90 en 11 aperturas en el Greenville de Clase-A baja, otorgando promedio cercano a los cinco boletos por cada 9 innings.

"Recién salido de la secundaria, estaba acostumbrado a lanzar juegos completos con cifras de ponches de dobles dígitos, tolerando sólo un hit sin carreras", afirma Groome. "Sin embargo, a este nivel, se les paga a todos para que jueguen este deporte de la misma forma en la cual lo hago yo. Tengo una diana a mis espaldas por todo lo que conlleva ser prospecto. Sé que los rivales quieren tener buen desempeño cuando se enfrentan a mí".

Groome dice que el compartir con Sale le ha enseñado la importancia de concentrarse en cada pitcheo en vez de estar pensando en un futuro lejano. Lo más importante para Groome ha sido aprender el valor del trabajo duro y la preparación previa.

"Pude entender al verle entrenar cómo eso se podía traducir en su actuación. En la lomita, porque es muy serio, es competitivo y se asegura de hacer todo bien", dice Groome. "Empecé a comprender y decirme: 'Wow, quizás no estoy haciendo todo el esfuerzo que realmente puedo poner'. Durante la temporada baja anterior estuve lidiando un poco con mi peso. Pensé que estaba haciendo un buen trabajo y ahora, cuando lo comparo con la temporada baja actual, entiendo que no estaba haciendo toda la labor necesaria. Este invierno lo entendí y ahora sólo quiero estar en el mejor nivel que pueda alcanzar con mi trabajo fuera del terreno".

Groome, considerado de forma unánime como fija segura para estar entre los 10 primeros seleccionados del draft, vio bajar su cotización debido a problemas con respecto a su posibilidad de ser firmado y preocupaciones mostradas sobre su mentalidad para mantenerse en el morrito, todo sumado a ciertos rumores entre la comunidad de scouts sobre presuntas transgresiones fuera de terreno. Groome fue reclutado como lanzador para la Universidad de Vanderbilt, considerada como potencia del béisbol colegial en Estados Unidos; y luego, de manera curiosa, abandonó esta casa de estudios para inscribirse en el Chipola Junior College de Florida.

Los Medias Rojas tomaron a Groome en el puesto 12 del draft y expresaron confianza en la fortaleza de su carácter y la calidad de sus lanzamientos. Y Sale conoció a Groome como un deportista comprometido con la búsqueda de su mejoría.

"No es sencillo para un chico de 19 años el tener que conducir por media hora para estar en un lugar determinado y de forma puntual a las 9 de la mañana", dice Sale. "Eso muestra su dedicación. No hay quejas al respecto. Llegó cada día listo para trabajar y así lo hicimos".

Sale ahora pasa sus días en el clubhouse del equipo grande en el complejo primaveral de los Medias Rojas, preparándose para su apertura del día inaugural el 29 de marzo en Tampa Bay. Groome, por su parte, está en el campamento de ligas menores, en el cual las instalaciones no son tan lujosas y es más difícil alcanzar la gloria. Aún no ha recibido su asignación para inicios de temporada. Sin embargo, su regreso a Greenville es lo más probable.

Con el tiempo, Groome podría emerger como el lanzador que termine con una sequía de una década de duración convirtiéndose en el primer abridor criado por la propia organización que dure por largo tiempo como miembro de la rotación de Boston desde la aparición de Clay Buchholz. En ese momento, quizás Sale siga con los patirrojos, asumiendo que el equipo pacte con él un contrato que se extienda más allá de su opción prevista para 2019.

"Sería grandioso", afirma Groome. "Especialmente si alcanzo ese nivel, sería maravilloso poder decirle: 'Oye, ¿recuerdas en 2017-18, cuando entrenamos juntos por primera vez? Ahora estamos juntos lanzando en la Serie Mundial".

¿Y no sería un tema de conversación interesante entre rutinas de Pilates?

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Oct. 15 - Kirk Gibson beats Dennis Eckersley, A's (1988)
AP Photo/Rusty Kennedy¿Habrá algún otro momento más emocionante en la postemporada que el batazo de Kirk Gibson en 1988?
¿A quién ustedes le van en el torneo de la NCAA? Yo siempre selecciono a Gonzaga. Oigan, ¡el truco casi me salió el año pasado!. En honor a la Locura de Marzo, mi editor me propuso esta idea: ¿Cuál ha sido la mayor sorpresa en postemporada para los 30 equipos de Grandes Ligas?

Gran error que cometiste, Dan, porque este que está aquí va a despacharse con la cuchara grande y va a escribir mucho - pero va a valer la pena. Bono: No solo voy a seleccionar la sorpresa para cada equipo, sino que también voy a hacer un ranking de las sorpresas en orden descendente desde el No. 30 (la menos impresionante) al No. 1 (el equivalente en la postemporada del béisbol de la victoria de North Carolina State sobre Phi Slamma Jamma). ¡Qué lo disfruten!

30. Rockies de Colorado: Vencieron a los Filis en la SDLN del 2007

Los Rockies han llegado a la postemporada cuatro veces en la historia de la franquicia y han ganado dos series de playoffs, ambas en 2007, el año de la famosa corrida del 'Rocktober' a la Serie Mundial. Ellos jugaron para 13-1 en sus últimos 14 juegos, vencieron a los Padres en un juego de desempate para ganar el comodín y luego barrieron la SDLN y la SCLN, una impresionante corrida de 21-1. Realmente, la sorpresa en primer lugar fue llegar a la postemporada. El grupo de equipos de playoffs de la Liga Nacional en el 2007 fue uno de los más débiles de la historia. Los Diamondbacks tuvieron el mejor record con 90-72, pero tuvieron un diferencial de carreras negativo. Los Rockies terminaron con 90-73 y tuvieron el mejor diferencial de carreras. Los Filis ganaron 89 juegos y los Cachorros se quedaron con la Central con apenas 85 triunfos. Así que en realidad no fue tanta la sorpresa.

Momento clave/juego: Kaz Matsui conectó un grand slam con dos outs ante Kyle Lohse en la cuarta entrada del Juego 2 para darle a los Rockies ventaja de 6-3.

29. Cerveceros de Milwaukee: Vencieron a los Angelinos en la SCLA del 1982

Los Rockies han ido a postemporada cuatro veces en 25 temporadas, pero los Cerveceros tienen cuatro viajes en 49 campañas - una historia de miserias que tiende a pasarse por alto. El equipo de 1982, conocidos cariñosamente como los Harvey's Wallbangers por el manager Harvey Kuenn y su equipo de toleteros - fue la mejor edición en la historia de la franqucia. Esto califica como una sorpresa solo por el hecho de que los Angelinos ganaron los primeros dos partidos antes que los Cerveceros se llevaran los siguientes tres en casa.

Momento clave/juego: Abajo en el marcador 3-2 en la séptima entrada del Juego 5, Cecil Cooper conectó sencillo remolcador de dos carreras con dos outs ante Luis Sánchez para darle a los Cerveceros ventaja de 4-3.

28. Expos de Montreal: Vencieron a los Filis en la SDLN de 1981

Los Nacionales han perdido sus cuatro series de playoffs en su historia, así que tenemos que remontarnos al extraño año de 1981, dividido por la huelga, y la única aparición en postemporada -- y su única victoria - en los días de la franquicia en Montreal. Los Expos eran el mejor equipo, aunque los Filis eran los campeones defensores de la Serie Mundial.

Momento clave/juego: El gran Steve Rogers trabajó una blanqueada de seis hits para vencer a Steve Carlton 3-0 en el decisivo Juego 5.

27. Azulejos de Toronto: Vencieron a los Bravos en la Serie Mundial de 1992

Vamos a etiquetar la primera de las dos Series Mundiales conseguidas por los Azulejos como una sorpresa menor. Los Azulejos jugaron para 96-66, los Bravos para 98-64 (aunque con una ventaja de siete juegos en el record Pitagoreano). En una Serie Mundial que muchos pasan por alto - cuatro de los seis juegos se decidieron por una carrera - los Azulejos ganaron el partido final en 11 entradas.

Momento clave/juego: El doble de Dave Winfield con dos outs que trajo dos carreras al plato en la parte alta de la entrada 11, los Bravos anotaron una carrera antes que Mike Timlin lograra el out final cuando Otis Nixon intentó tocar para hit.

26. Rangers de Texas: Vencieron a los Yankees en la SCLA de 2010

Liderados por su JMV Josh Hamilton, los Rangers estuvieron en los playoffs por primera vez desde 1999. Jugaron para 90-72 con un diferencial de carreras de más-100 mientras que los Yankees jugaron para 95-67 y un más-166. Hamilton bateó .350 con cuatro cuadrangulares, ocho boletos y siete remolcadas mientras los Rangers ganaron la serie en seis juegos.

Momento clave/juego: Bengie Molina conectó cuadrangular de tres carreras ante A.J. Burnett en el Juego 4 para darle a los Rangers ventaja de 5-3 en la sexta entrada. Ellos siguieron su camino para llevarse la victoria 10-3 y colocar la serie 3-1 a su favor.

25. Cachorros de Chicago: Vencieron a los Cardenales en la SDLN de 2015

La Serie Mundial de 2016 pudo haber sido la que quebró la maldición de la Cabra, pero no fue una sorpresa. El año antes los Cachorros mejoraron de 73 victorias a 97 y luego vencieron a sus rivales, que habían logrado 100 victorias, en la serie divisional. Aunque los Mets los barrieron en la SCLN, el vencer a los Cardenales dejó el escenario establecido para el 2016.

Momento clave/juego: Los Cachorros conectaron seis jonrones en el Juego 3 para tomar ventaja 2-1 en la serie.

24. Angelinos de Los Angeles: Vencieron a los Yankees en la SDLA de 2002

Los Angelinos del 2002 ganaron 99 partidos, pero esto se sintió en ese momento como una sorpresa monumental. Los Yankees habían ganado cuatro banderines consecutivos de la Liga Americana, llevaban record de 56-22 en la postemporada desde 1996 y ganaron 103 juegos en el 2002. Los Angelinos, que llegaban a los playoffs por primera vez desde 1986, los barrieron en cuatro juegos, al promediar .376 en la serie.

Momento clave/juego: Los Angelinos anotaron tres carreras en la octava entrada del Juego 3 en ruta a la victoria 9-6. Tim Salmon conectó cuadrangular de dos carreras ante Steve Karsay para la victoria decisiva. Los Angelinos siguieron su ruta hasta su primer y único cetro de Serie Mundial.

23. Diamondbacks de Arizona: Vencieron a los Yankees en la Serie Mundial de 2001

Quizás los Angelinos deban agradecerle a Curt Schilling y Randy Johnson, quienes le pusieron una abolladura a la casi invencible armadura de los Yankees el año antes con su victoria en la Serie Mundial. Recuerden, los Marineros que lograron 116 victorias parecían destinados a la inmortalidad antes que los Yankees con 95 victorias los sorprendieran en la SCLA. Los Diamondbacks lograron 92 victorias, pero se apoyaron en sus dos caballos en la postemporada.

Momento clave/juego: El elevado corto de Luis González ante Mariano Rivera que coronó el ramillete de dos carreras que evitó que los Yankees ganaran su cuarta corona de Serie Mundial consecutiva, pero no olvidemos que Mark Grace fue quien inició el ramillete con un sencillo para abrir la entrada.

22. Atléticos de Oakland: Vencieron a los Dodgers en la Serie Mundial de 1974

Los Atléticos tienen nueve Series Mundiales en su historia contando las conseguidas en sus días en Filadelfia, aunque ninguna de ellas cumple con los estándares de una gran sorpresa. Esta si tuvo como protagonista un diferencial de carreras importante, ya que los Atléticos llegaron con 90 victorias mientras los Dodgers habían logrado 102. Los Atléticos lucieron muy por debajo de lo que indicaba su record Pitegoreano (97-65) y, oh, además eran los dos veces campeones defensores. Pero ganaron su tercer cetro en fila con una victoria en cinco partidos.

Momento clave/juego: Ken Holtzman conectó cuadrangular y lanzó 7T fuertes entradas para ganar el Juego 4.

21. Yankees de Nueva York: Vencieron a los Bravos en la Serie Mundial de 1996

Antes de la dinastía, estuvieron los valientes Yankees de 1996, una mezcla de estrellas jóvenes en ascenso -- Derek Jeter era novato mientras Mariano Rivera tuvo su temporada de salto al estrellato en el bullpen - y veteranos que habían visto pasar sus mejores días como Wade Boggs, Cecil Fielder y Tim Raines. Los exMets Dwight Gooden y Darryl Strawberry también formaron parte de esto, 10 años después de sus días de gloria en 1986. Esta mezcla extraña en la primera temporada de Joe Torre como manager terminó con marca de 92-70 y entonces vencieron a los Bravos, que llegaron con marca de 96-66, en la Serie Mundial.

Momento clave/juego: Mark Wohlers, te presento a Jim Leyritz.

20. Orioles de Baltimore: Vencieron a los Dodgers en la Serie Mundial de 1966

Cuando eran los St. Louis Browns, esta franquicia era la broma más grande en el béisbol. Tras su mudanza a Baltimore en 1954, eventualmente se convirtió en la franquicia por excelencia en la Liga Americana por un periodo de dos décadas, con apenas una temporada perdedora entre 1963 y 1985. Este fue el primer viaje de Baltimore a la Serie Mundial y los Orioles barrieron a los Dodgers de Sandy Koufax y Don Drysdale de forma impresionante, con blanqueadas en los tres partidos finales. Los tres abridores de Baltimore eran Dave McNally de 23 años, Wally Bunker de 21 y Jim Palmer de 20.

Momento clave/juego: Palmer venció a Koufax 6-0 en el Juego 2 mientras el jardinero central de los Dodgers Willie Davis cometía tres errores en la quinta entrada (dejó caer dos elevados en el sol e hizo un error en tiro) mientras los Orioles tomaban ventaja de 3-0 en la serie.

19. Marineros de Seattle: Vencieron a los Yankees en la SDLA de 1995

Los Yankees estaban en la postemporada por primera vez desde 1981. Los Marineros estaban en ella por primera vez en su historia, tras vencer a los Angelinos en un juego de desempate en la División Oeste. Eso significaba que su as Randy Johnson no estaría listo hasta el Juego 3. Los Marineros perdieron los primeros dos juegos en el Yankee Stadium, Johnson ganó el Juego 3, Edgar Martínez rompió un empate 6-6 en el Juego 4 con un cuadrangular ante el cerrador John Wetteland, y luego volvió a ser el héroe en el Juego 5.

Momento clave/juego: Con Johnson lanzando en relevo, los Yankees anotaron en la parte alta de la entrada 11, pero el doble de dos carreras de Martínez ante Jack McDowell trajo al plato a Ken Griffey Jr. desde la primera base para darle la victoria y dejar tendido al rival.

18. Tigres de Detroit: Vencieron a los Cachorros en la Serie Mundial de 1935

Una explosión del pasado ya que los Tigres con 93 victorias vencieron a los Cachorros con 100 victorias en seis partidos. Fue la primera victoria de Detroit en una Serie Mundial, ya que habían perdido las series de 1907, 1908, 1909 y 1934. Seis semanas después de la victoria, el veterano dueño del equipo Frank Navin sufrió un ataque cardiaco al montarse en un caballo y falleció.

Momento clave/juego: Tommy Bridges lanzó partido completo en el juego decisivo y el sencillo de Goose Goslin trajo al plato al jugador/manager Mickey Cochrane con la carrera que les dio la victoria para dejar tendido al rival.

17. Indios de Cleveland: Vencieron a los Yankees en la SDLA de 1997

Los Indios llegaron a los playoffs en cinco temporadas consecutivas en la década de los 90, pero no todos esos equipos eran considerados poderosos. Esta edición terminó con marca de 86-75 con un diferencial de carreras de más-53 (nadie más en la Central LA terminó por encima de los .500). Los Yankees jugaron para 96-66 con un diferencial de carreras de más-203. Por supuesto, cualquier equipo con Jim Thome, Manny Ramírez, David Justice y Matt Williams en su alineación es capaz de dar una sorpresa. Rayos, incluso Sandy Alomar bateó .324/.354/.545 ese año.

Momento clave/juego: Alomar empató el Juego 4 en la octava entrada con un cuadrangular ante Mariano Rivera y el hit de Omar Vizquel para ganar el partido en la novena ante Ramiro Mendoza y que evadió a Derek Jeter para traer a Marquis Grissom al plato desde la intermedia.

16. Rays de Tampa Bay: Vencieron a los Medias Rojas en la SCLA de 2008

¿Una sorpresa? Quizás no. Después de todo, los Rays ganaron la división con 97 victorias mientras que los Medias Rojas terminaron con 95 triunfos. Aun así, estos eran los Rays - conocidos como los Devil Rays antes del 2008 - y habían perdido 96 juegos en 2007. Y 101 en 2006. Fue una corrida un tanto divertida hacia la postemporada, pero no había manera que ellos pudieran vencer a los campeones defensores de la Serie Mundial. Pero lo lograron en siete juegos.

Momento clave/juego: El novato David Price, con 14 entradas de experiencia en Grandes Ligas, entró en la parte baja de la octava entrada del Juego 7 con ventaja 3-1, las bases llenas y dos outs. Abanicó a J.D. Drew y luego terminó la labor para conseguir su primer salvamento en Grandes Ligas.

15. Astros de Houston: Vencieron a los Cardenales en la SCLN de 2005

Detrás de Jeff Bagwell y Craig Biggio, los Astros tuvieron algunos equipos poderosos al final de la década de los 90 y el 2000. Pero este no fue uno de esos. Bagwell se perdió la mayor parte del año, Biggio estaba en declive y apenas ganaron 89 juegos. Los Cardenales consiguieron 100 victorias por segunda temporada seguida. Sin embargo, los Astros tenían un imponente trío de abridores -- Roger Clemens, Andy Pettitte y Roy Oswalt - quienes terminaron con efectividad por debajo de 3.00 (Clemens terminó con 1.87). Todo el mundo recuerda el batazo de Albert Pujols para ganar el Juego 5, pero Houston ganó la serie en seis juegos.

Momento clave/juego: Oswalt permitió una carrera y tres hits en siete entradas para ganar el Juego 6.

14. Piratas de Pittsburgh: Vencieron a los Yankees en la Serie Mundial de 1960

Esta parece una sorpresa mayor de la que es en realidad, en parte porque los Yankees ganaron partidos con anotaciones de 16-3, 10-0 y 12-0. Los Piratas terminaron con marca de 95-59 mientras los Yankees jugaron para 97-57 y los Piratas tuvieron el mejor diferencial de carreras. Aun así, estos eran los Yankees de Mickey Mantle y Yogi Berra y Whitey Ford y los Piratas, que fueron perdedores perennes durante gran parte de la década de los 50, habían ganado su primer banderín desde 1927. La derrota le costó a Casey Stengel su trabajo como manager de los Yankees.

Momento clave/juego: Bill Mazeroski ganó el dramático Juego 7 con un cuadrangular para dejar tendido al rival y darle a los Piratas la victoria 10-9 en lo que muchos consideran el mejor juego jamás disputado.

13. Cardenales de San Luis: Vencieron a los Filis en la SDLN de 2011

Los campeones de la Serie Mundial 2006 solo ganaron 83 juegos, así que podemos seleccionar su victoria en la SCLN ante los Mets con 97 victorias, o su triunfo en la Serie Mundial sobre los Tigres con 95 victorias, pero yo seleccioné su sorpresa sobre los Filis. Los Filis eran una de las potencias de ese momento, con 102 victorias y una de las mejores rotaciones de todos los tiempos. Los Cardenales habían logrado 90 victorias, alcanzando la postemporada en el último día de la campaña regular.

Momento clave/juego: Chris Carpenter venció a Roy Halladay 1-0 en el Juego 5 con un juego completo de apenas tres hits. Los Cardenales terminaron ganando la Serie Mundial.

12. Marlins de Florida: Vencieron a los Yankees en la Serie Mundial de 2003

Los Marlins nunca han terminado en primer lugar, y comoquiera tienen dos cetros de Serie Mundial - nunca han perdido una serie de postemporada. El béisbol es extraño e injusto, alegre y horrible. ¿Cuál fue la sorpresa más grande? ¿Los Marlins de 1997 con 92 victorias venciendo a los Bravos con 101 victoria en la SCLN o los Marlins de 2003 con 91 triunfos venciendo a los Yankees con 101 victorias en la Serie Mundial? Yo le doy la ventaja a la sorpresa en la Serie Mundial.

Momento clave/juego: Los Marlins ganaron el Juego 4 gracias al cuadrangular de Alex González para dejar tendido al rival en la entrada 12 ante Jeff Weaver -- Mariano Rivera nunca entró al partido - pero esta Serie Mundial es recordada por la blanqueada de cinco hits lanzada por Josh Beckett en el Juego 6 con tres días de descanso.

11. Filis de Filadelfia: Vencieron a los Bravos en la SCLN de 1993

Los Filis del 93 eran un grupo de locos que vivía duro y les gustaba la diversión. Por un año, fueron un equipo legítimamente grande - el 1993 fue la única temporada ganadora de la franquicia entre 1987 y 2000 - pero nadie esperaba verlos vencer a los Bravos con 104 victorias en la SCLN. Los Bravos, quizás agotados por una cruenta contienda divisional con los Gigantes, se llevaron dos de los primeros tres juegos antes que los Filis ganaron los últimos tres.

Momento clave/juego: En el Juego 5, los Filis tomaron ventaja de 3-0 detrás de Curt Schilling al llegar a la baja de la novena. Luego de un boleto y un error, entró en relevo Mitch Williams y lo próximo que supimos era que el partido se había empatado. Se puede llamar un presagio. Sin embargo, Lenny Dykstra rescató el día con un cuadrangular ante Mark Wohlers en la 10ª entrada.

10. Padres de San Diego: Vencieron a los Bravos en la SCLN de 1998

Los Padres ganaron 98 juegos, aunque con un record Pitagoreano de 93-69, y luego vencieron a los Astros con 102 victorias en la SDLN y los Bravos con 106 triunfos en la SCLN. En el camino ellos vencieron dos veces a Randy Johnson, a Tom Glavine dos veces, y una a Greg Maddux, antes de perder ante los Yankees en la Serie Mundial. Probablemente este fue el mejor de todos aquellos grandiosos equipos de los Bravos de esta era, ya que tuvieron cinco abridores con más de 16 victorias cada uno y cuatro toleteros con más de 30 cuadrangulares. Ellos superaron a sus rivales por 245 carreras. Pero entonces chocaron contra Sterling Hitchcock.

Momento clave/juego: Hitchcock venció a Maddux en el Juego 3 y entonces a Glavine en el Juego 6 (con cinco entradas en blanco).

9. Rojos de Cincinnati: Vencieron a los A's en la Serie Mundial de 1990

Eran los 'Nasty Boys' versus los 'Bash Brothers', el máximo choque de poder contra poder. Los Atléticos eran grandes favoritos, en búsqueda de su segundo título seguido tras ganar 103 partidos - 12 más que los Rojos. Pero los Rojos no dejaron espacio para nada. Y mayormente, fue todo gracias a José Rijo. Permitió una carrera en 15 1/3 entradas al ganar los Juegos 1 y 4.

Momento clave/juego: En la parte baja de la 10ª entrada del Juego 2, el poco utilizado utility Billy Bates - había tenido solo cinco apariciones en el plato con los Rojos y bateaba .088 en la temporada (3-en-34) - llegó a base con un rodado en el cuadro ante Dennis Eckersley y luego anotó la carrera de la victoria. Fue la última aparición del jugador en su corta carrera en Grandes Ligas.

8. Bravos de Boston: Vencieron a los Atléticos en la Serie Mundial de 1914

Considerando todas las veces que los Bravos de Atlanta han sido sorprendidos en la postemporada (¡ver arriba!), no es una sorpresa que usemos a los Bravos de Boston para entonces su propia sorpresa. Los milagrosos Bravos estaban en último lugar al 18 de julio - octavos entre ocho equipos - pero jugaron para 31-8 en septiembre/octubre para ganar el banderín de la LN. En la Serie Mundial, ellos barrieron a los Atléticos de Connie Mack, quienes habían ganado en 1910, 1911 y 1913. Mack, desilusionado por la derrota y encarando problemas financieros, desmanteló el equipo luego de la derrota.

Momento clave/juego: En el Juego 3, los A's tomaron ventaja con dos carreras en la 10ª. Sin embargo, los Bravos lo empataron con una carrera gracias al cuadrangular del receptor Hank Gowdy - en ese momento los jonrones eran escasos - y entonces ganaron en 12 entradas.

7. Reales de Kansas City: Vencieron a los Cardenales en la Serie Mundial de 1985

La postemporada de 2014 y 2015 fueron de alegría trascendente, pero esta fue la mayor sorpresa de todas. Este equipo tenía a George Brett en su pico y el ganador del Cy Young de 21 años Bret Saberhagen, pero era un equipo de 91 victorias y no era tan bueno como algunos de los equipos de los Reales de años atrás que habían fallado en ganar una Serie Mundial. Los Cardenales habían ganado 101 juegos.

Momento clave/juego: Los Cardenales tenían ventaja 1-0 en la baja de la novena del Juego 6, a tres outs del título. Jorge Orta conectó un rodado por la primera base, y el lanzador Todd Worrell salió a cubrir para el out. Excepto que el oficial Don Denkinger falló la jugada. Los Cardenales se autodestruyeron desde ese momento en adelante con un elevado de foul que no pudieron atrapar y un passed ball y los Reales anotaron dos veces y luego ganaron el Juego 7 detrás de la blanqueada de Saberhagen con marcador de 11-0.

6. Mellizos de Minnesota: Vencieron a los Cardenales en la Serie Mundial de 1987

Uno de los peores campeones de Serie Mundial de todos los tiempos, los Mellizos ganaron 85 partidos y fueron superados por 20 anotaciones. Si hicieron una cosa bien: Ganaron en el Metrodome. Ellos jugaron para 56-25 en casa y 29-52 como visitantes, pero gracias a las peculiaridades de un calendario preestablecido tuvieron ventaja de local tanto en la SCLA como en la Serie Mundial. Jugaron para 6-0 en casa. Larga vida al Homer Hankie. Los Cardenales habían jugado de 95-67, aunque Jack Clark, su mejor bateador (.286/.459/.597, 35 jonrones), se perdió la serie y Terry Pendleton jugó tres de los siete juegos.

Momento clave/juego: El grand slam de Kent Hrbek abrió el Juego 6 y lo envió al Juego 7, el que ganaron los Mellizos gracias a Frank Viola.

5. Gigantes de Nueva York: Vencieron a los Indios en la Serie Mundial de 1954

Los Gigantes tenían al JMV de la LN Willie Mays, al ganador de 21 juegos Johnny Antonelli y a los ases del bullpen Hoyt Wilhelm y Marv Grissom y jugaron para 97-57 - y comoquiera esta fue una gran sorpresa. Esto debido a que los Indios habían ganado 111 juegos, en ese momento un record para la Liga Americana, detrás de la estelar rotación de Early Wynn, Bob Lemon, Mike García y un todavía efectivo Bob Feller. Larry Doby lideró la LA en jonrones y remolcadas. Y entonces los Gigantes barrieron la serie.

Momento clave/juego: La famosa atrapada de Mays llegó en la octava entrada del Juego 1, conservando el empate 2-2, y los Gigantes eventualmente ganaron en 10 entradas gracias al cuadrangular de tres carreras como emergente de Dusty Rhodes para dejar tendido al rival.

4. Medias Blancas de Chicago: Vencieron a los Cachorros en la Serie Mundial de 1906

Si tu apodo es "The Hitless Wonders (Las Maravillas que No Batean)", probablemente califique como una sorpresa. De hecho, esto podría considerarse como la mayor sorpresa en la historia de la postemporada ya que los Medias Blancas jugaron para 93-58 y los Cachorros jugaron para 116-36. Si a ustedes les gusta el béisbol de 1906 y quieren poner esta en la cima de su lista, adelante. De todos modos, los Medias Blancas batearon .230 ese año, el peor de la Liga Americana. Sin embargo, los Medias Blancas usaron el método de Moneyball 95 años antes del verdadero "Moneyball", al liderar la liga en boletos y terminando terceros en carreras anotadas. Además tuvieron un cuerpo de lanzadores que permitió la menor cantidad de carreras en la liga, liderados por el experto en la bola ensalivada Ed Walsh, quien logró 10 blanqueadas ese año.

Momento clave/juego: Walsh lanzó una blanqueada de dos hits y 12 ponches en el Juego 3. Los Medias Blancas ganaron en seis juegos con Jiggs Donahue remolcando tres ante Three Finger Brown en el juego decisivo. Nunca dejen pasar la oportunidad de escribir "Jiggs Donahue."

3. Medias Rojas de Boston: Vencieron a los Yankees en la SCLA de 2004

Se puede discutir que esta califica como la mayor sorpresa de la historia, no solo por el historial entre ambas franquicias, sino por el hecho de que los Medias Rojas se convirtieron en el único equipo en la historia en recuperarse de un déficit 0-3 en una serie postemporada. En realidad, ambos equipos estaban muy parejos: los Yankees ganaron 101 partidos, los Medias Rojas 98 y en realidad los Medias Rojas tuvieron un mejor diferencial de carreras (más-180 a más-89). Así que ¡quizás ni siquiera se podría considerar una sorpresa!

Momento clave/juego: Dave Roberts se roba la segunda base y pone todo en movimiento.

2. Dodgers de Los Angeles: Vencieron a los Atléticos en la Serie Mundial de 1988

Los Dodgers tuvieron dos jugadores que conectaron más de 10 cuadrangulares y uno de ellos solo tuvo un turno al bate en la Serie Mundial (y que clase de turno). Su tercer bateador en la Serie Mundial conectó un cuadrangular en toda la temporada. Su segundo bateador promedió .223 con OBP de .288. Su antesalista tuvo OBP de .268. Su torpedero bateó .199. Los Atléticos habían ganado 104 juegos, y los Dodgers 94. Esto se trató de la heroicidad de Kirk Gibson y Orel Hershiser cargando a un equipo sobre su espalda y un recordatorio que absolutamente cualquier cosa puede ocurrir en una serie corta.

Momento clave/juego: Como dijo Vin Scully, "Y miren quien viene a batear".

1. Mets de Nueva York: Vencieron a los Orioles en la Serie Mundial de 1969

En un nivel, quizás esto sea sobrevalorado como la mayor sorpresa. Después de todo, los Mets ganaron 100 juegos. Pero por otro lado, los Orioles ganaron 109, así que había una gran diferencia en la columna de victorias. Los Mets también superaron su record Pitagoreano por ocho victorias, así que se podría argumentar que su verdadero nivel de talento no era realmente el de un equipo de 100 victorias. Puntualmente, ellos ganaron apenas 83 partidos la temporada siguiente. Lo que hace a los Milagrosos Mets el mejor milagro en la historia de la postemporada es la historia de fondo. Ellos jugaron para 73-89 en 1968, lo que era el mejor -- ¡por 12 victorias! - en la corta historia de la franquicia. Era un equipo extremadamente joven. Hasta que consiguieron vía cambio a Donn Clendenon, el titular de posición más viejo tenía 26 años. Los primeros cuatro abridores tenían 26 años o menos. Ellos salieron de la nada y vencieron a unos poderosos Orioles en cinco juegos.

Momento clave/juego: Muchos momentos locos y grandes atrapadas a lo largo de la serie, pero la joya fue la victoria de Tom Seaver 2-1 en el Juego 4 cuando lanzó las 10 entradas.

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J.D. Martinez
Cortesía de Mayra BazavilvazoJ.D. Martínez en su cumpleaños 19.
FORT MYERS, Fla. -- Mayra Bazavilvazo quería hacer algo inolvidable para su hermano en su 19º cumpleaños. Así que, en el verano del 2006, le dio el regalo que tantos de sus amigos en la escuela dental en Boston University le habrían dado para una ocasión especial.

Le regaló boletos para un juego en el Fenway Park.

Tampoco era cualquier partido. Era el choque entre los Medias Rojas de Boston y los Yankees de Nueva York a finales de agosto en medio de la dura contienda por el banderín. Y los asientos no eran baratos. Le pertenecían al antesalista de los Medias Rojas Mike Lowell, cuyo hermano estaba haciendo su residencia en el mismo programa de dentistas que Bazavilvazo.

"Si vas a ir a Fenway y experimentarlo por primera vez, ¿qué mejor manera de hacerlo con un partido entre Yankees y Medias Rojas?", dijo Bazavilvazo vía telefónica. "Mi hermano es un estudioso del juego en todas sus formas y facetas posibles. Yo siempre le digo, 'Tú comes, duermes y sueñas con todo en el béisbol'. Siempre ha sido de esa forma. La oportunidad era demasiado buena para dejarla pasar. A él le encantó".

J.D. Martinez
Cortesía de Mayra BazavilvazoMartínez pudo observar de primera mano el fanatismo que se vive en Boston. Su impresión en el 2006: "Esta gente está loca aquí. Me encanta".
Doce años más tarde, J.D. Martínez pasará muchos más días en el Fenway. Y como el nuevo toletero de Boston a un costo de $110 millones, se espera que cree nuevas memorias en el estadio de 106 años de edad.

Martínez, de 30 años, era exactamente el tipo de jugador que los Medias Rojas tenían que añadir a su alineación. Ellos terminaron últimos en la Liga Americana en cuadrangulares la temporada pasada, y él viene de su mejor campaña en la que conectó 45 bambinazos en 432 turnos y lideró las mayores con .690 de slugging. Y Martínez también necesitaba a los Medias Rojas gastadores de dinero, especialmente con la poca disposición de los equipos en ofrecer contratos de nueve cifras en una temporada baja históricamente frugal.

Pero al escuchar a Martínez y Bazavilvazo contar la historia, se podría pensar que esta historia estaba predestinada a ocurrir, por razones que van más allá de los prodigiosos cuadrangulares y una nómina en aumento. La misma se remonta al 21 de agosto de 2006, el día en el que Martínez cumplió 19 años. Y en honor a la verdad, la misma se extiende mucho antes de eso, cuando sus amigos lo molestaban por utilizar una camiseta de los Medias Rojas en la escuela secundaria en Pembroke Pines, Florida.

J.D. Martinez
Cortesía de Mayra Bazavilvazo¿Boletos para la grada principal detrás del plato para un juego Medias Rojas Yankees en Fenway para celebrar tu cumpleaños 19? ¡Lotería!
"Oh sí, yo era fanático de los Medias Rojas en ese momento. Ellos eran demasiado buenos", dijo Martínez, quien también se identifica como "fanático de Tom Brady" y, aunque no es demasiado aficionado al football, cataloga al mariscal de campo de los New England Patriots como el mejor que jamás haya disputado ese deporte. "Eso era cuando ellos tenían a Pedro [Martínez] y Manny [Ramírez] y Papi (David Ortiz).

"Yo le dije a Pedro esta historia: Yo solía utilizar una camiseta de Pedro Martínez porque tenía el apellido 'Martínez' en la espalda. La usaba cada fin de semana cuando estaba en escuela intermedia o en mi primer año de secundaria. Ibamos a jugar a los bolos o a cualquier otro lado y ahí iba yo con mi camiseta de Pedro. Mis amigos se pasaban burlándose de mí. Me llamaban un fanático casual o 'bandwagon'".

Bazavilvazo, ocho años mayor que Martínez, conocía del fanatismo de su hermano. Él también era un buen jugador. Los Mellizos de Minnesota lo seleccionaron en la 36ª ronda del sorteo de 2006, y si hubiese firmado, probablemente habría celebrado su cumpleaños en la carretera con un equipo de la liga de novatos en Florida. En cambio, decidió utilizar su beca para Nova Southeastern, un programa de Division II en Fort Lauderdale.

En ese entonces, los boletos de los Medias Rojas eran difíciles de conseguir -- y boletos para los partidos Medias Rojas-Yankees eran casi imposibles de obtener. Los Medias Rojas habían cortado su sequía de 86 años sin ganar una Serie Mundial dos años antes y estaban en el medio de una racha de 820 partidos con llenos totales.

Bazavilvazo ya había comprado boletos para un juego del fin de semana entre Medias Rojas y Yankees en un portal de internet cuando Víctor Lowell le mencionó que su hermano no estaba planificando utilizar sus asientos para el partido final de la serie el lunes durante el día. Lowell no tuvo que decir nada más. Bazavilvazo compró boletos de avión y llevó a su hermano amante del béisbol a Boston para ver no uno sino dos partidos.

Cortesía de Mayra BazavilvazoSí, ese es Derek Jeter en el círculo de espera. ¿Y en el cuadro interior de los Medias Rojas? El nuevo manager de Martínez, Alex Cora.
"Yo ni siquiera conocía a Mike Lowell", dijo Martínez riéndose. "Quiero decir, sabía quién era, pero no Io conocía personalmente. Estoy esperando verlo para poder decirle".

Los asientos para el juego del lunes el 21 de agosto - el día del cumpleaños de Martínez - eran muy buenos: sección 21 en las gradas principales, justo a la izquierda del plato. Pero antes que Martínez siquiera pasara por los tornos, él pudo sentir que había algo único sobre el Fenway Park.

"Recuerdo que pensé, '¿Hay eventos ocurriendo en las afueras del estadio antes de entrar? ¿Qué rayos es esto?'", dijo, al referirse a los puestos de venta de salchichas y tiendas de mercancía que llenan las calles del vecindario alrededor del estadio. "Era algo totalmente diferente. Yo pensé, 'Esta gente está loca. Me encanta'".

J.D. Martinez
Cortesía de Mayra BazavilvazoMartínez asistió a dos partidos en el Fenway Park durante su vacación de cumpleaños (razón por la que tiene dos camisas diferentes).
Los Yankees ganaron 2-1 para completar una barrida de cinco juegos. Para el record, Lowell se fue de 3-0, Ortiz de 3-1 con un boleto, y Wily Mo Peña conectó cuadrangular. Ramírez salió de juego por calambres en la corva derecha. Y el noveno bate y campocorto de los Medias Rojas: Alex Cora, quien es ahora el manager de Martínez.

Pero hubo algo más completamente diferente que se quedó con Martínez todos estos años.

"El maíz hervido con azúcar (conocido en inglés como Kettle corn). Eso es lo más que recuerdo", dijo. "El kettle corn detrás del jardín derecho, ellos lo movían con un bate. Recuerdo haber pensado, '¿Qué rayos pasa aquí?'"

Bazavilvazo dijo: "Apuesto que él está esperando por probar eso de nuevo".

Martínez ha estado de vuelta al Fenway Park varias veces a través de los años. Se fue de 4-2 con un doble en su debut como jugador en Fenway el 18 de mayo de 2014, con los Tigres de Detroit. En siete juegos en su carrera ahí, se ha ido de 39-12 (.444) con dos dobles y dos boletos.

Como uno de los mejores toleteros en el béisbol en los pasados cuatro años - y ahora, también uno de los jardineros mejores pagados -- Martínez puede compartir una carcajada con Pedro Martínez sobre la camiseta que alguna vez estuvo en su armario. Y está ansioso por ver a Lowell, un amigo cercano de Cora que vino a los entrenamientos como instructor invitado pocos días antes que Martínez firmara su contrato de cinco años, y agradecerle personalmente por esos boletos.

Pero más que todo, Martínez dice que está listo para igualar la pasión de los fanáticos que conoció fuera del Fenway Park en ese día de verano de 2006.

J.D. Martinez
Cortesía de Mayra BazavilvazoVer a los Medias Rojas en Fenway dejó una gran impresión en Martínez que le ha durado más de una década. "De eso es que se trata el béisbol".
El béisbol es diferente en Boston. No es para todo el mundo, como pueden atestiguar los grandes fallos en la agencia libre como Carl Crawford y Pablo Sandoval. Bazavilvazo también puede dar fe de eso. Como estudiante, ella vivió en el Lado Sur de la ciudad y recuerda a Victor Lowell siendo molestado ocasionalmente por fanáticos que criticaban y "hablaban basura" sobre su hermano.

"Esa es la parte desafortunada de esto, pero lo mejor de todo es que no hay seguidores como ellos en todo el béisbol", dijo Bazavilvazo, quien tiene un consultorio de dentista en Newport Beach, California. "Cuando él firmó, básicamente le dije, 'Ya no estás más en Kansas', porque esto es un juego de pelota completamente nuevo".

Y luego de verlo desde la perspectiva de un fanático en los asientos, Martínez insiste que está listo para ello.

"Yo crecí en Miami viendo mucho béisbol, así que lo puedo ver desde un extremo hasta el otro", dijo Martínez. "Es algo así como, 'Bueno, de eso es que se trata el béisbol'".

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J.D. Martinez
Kim Klement/USA Today Sports¿Podrá J.D. Martínez establecerse como un bateador designado regular en Boston?
Durante el año pasado, cuando Hanley Ramírez se preparaba para los entrenamientos primaverales y lo que sería su primera experiencia como bateador designado, David Ortiz le impartió varios consejos de forma amistosa.

"¿Quieres de verdad saber qué me dijo?", expresó Ramírez, con una sonrisa iluminando su rostro. "Honestamente, lo que me dijo fue: 'Habrá días en los que te volverás loco. Porque todo lo que puedes hacer es batear y, cuando las cosas no van bien, pues, ¿qué puedes hacer?' Solo sales y tratas de no pensar en ello hasta tu próximo turno".

Pues bien, siendo Ortiz como es, probablemente puso varias palabrotas de grueso calibre con el único fin de enfatizar lo que quería decir. Sin embargo, el mensaje a Ramírez no pudo ser más claro: Ser bateador designado es difícil. Mucho más difícil, de hecho, de lo que la mayoría piensa.

Por ello, fue oportuno el momento escogido por Ortiz para visitar el campamento de los Medias Rojas de Boston la semana pasada, días después de la llegada de J.D. Martínez, acabando de firmar su contrato por $100 millones, como nuevo toletero encargado de estar en el corazón defensivo. Martínez, quien fuera jardinero durante su carrera de siete años con los Astros de Houston, Tigres de Detroit y Diamondbacks de Arizona, se espera sea en mayor medida bateador designado con los Medias Rojas, y entiende bien que deberá hacer ciertos ajustes.

Martínez, de 30 años, tiene promedio ofensivo de por vida con OPS de .857 y 152 cuadrangulares en 2.828 turnos al bate. En 38 partidos como designado (pequeña muestra, seguramente), ha conectado 35 imparables en 140 turnos (.250) con OPS de .756 y seis cuadrangulares.

Si hay un pelotero que puede hacer la transición a un rol solamente ofensivo, debería ser Martínez, cuya preparación como bateador es una de las más meticulosas del béisbol. Graba diariamente en video su práctica de bateo, para enviársela a su coach de bateo personal Robert Van Scoyoc a fin de asegurarse que su swing esté funcionando correctamente. Incluso mantiene un registro en un cuaderno durante los partidos, con sus observaciones sobre los estilos y planes de ataque de varios lanzadores.

Y eso es solo una parte de la rutina diaria de Martínez.

"Es muy diligente con lo que hace cada día", afirma Van Scoyoc, quien ayudó a Martínez a cambiar su swing tras la temporada 2013, lo cual transformó su carrera de forma dramática. "Hay una lucha constante en todas las cosas que necesita hacer. Me cuesta identificar otro pelotero que hace cosas así de manera diaria".

Martínez es sin duda estudioso. Sin embargo, está a punto de enfrentar su mayor reto mental. Si antes podía quitar su mente de un mal turno ofensivo al tomar su guante y trotar hacia las praderas, ahora deberá buscar otros métodos para ocupar su tiempo entre cada turno, formas que no involucren el obsesionarse con las múltiples inseguridades que suelen apilarse en un deporte en el cual los mejores entre los mejores fallan casi en el 70 por ciento de sus oportunidades.

Por lo menos Martínez ahora contará con mayor tiempo para hacer lo que parece disfrutar más: perfeccionar su swing en la jaula de bateo, analizar videos de turnos previos y estudiar tendencias de los pitchers.

"Solía hacer eso cuando jugaba al jardín derecho también. Eso nunca me detuvo", expresó Martínez en su primera rueda de prensa como miembro de los Medias Rojas. "Siempre estoy hambriento de nueva información y cosas así. Diría que el reto de ser bateador designado consiste en aprender la rutina y mantenerse suelto, calentar y estar listo para (el próximo turno al bate). Pero sin duda esto podría ser algo positivo".

Al menos Martínez cuenta con buenos modelos a seguir. De hecho, tiene a dos de los mejores.

Durante tres temporadas y media en Detroit, mientras maduraba para ser uno de los mejores sluggers de la Liga Americana, bateó detrás de Víctor Martínez, cuyos hábitos de estudio son similares a los de J.D. Desde 2011, Víctor Martínez está en segundo puesto entre todos los bateadores designados en porcentaje de embasado (.357) e impulsadas (486), además de ubicarse en el tercer lugar en cuadrangulares (106) y porcentaje de slugging (.453).

"Era muy bueno el poder verle", expresó J.D. Martínez a los periodistas la semana pasada. "Me dio un modelo a seguir. Creo que será un poco diferente con respecto a Víctor porque éste es un poco mayor que yo. Soy más joven. Entonces, creo que deberé intentar más el mantenerme suelto y hacer otras cosas".

Además, cuenta con el ejemplo de Ortiz, quien a principios de su carrera fuera inicialista para luego convertirse en el decano de los bateadores designados en sus 14 campañas con Boston. Tras su retiro luego de la zafra 2016, Big Papi tiene los récords de todos los tiempos en las categorías de hits (2.191), carreras anotadas (1.254), jonrones (485) y empujadas (1.569) para un bateador designado. Ahora, con Ortiz presente de manera ocasional con el equipo patirrojo como asistente especial del Fenway Sports Group, Martínez tendrá acceso a Ortiz como recurso asesor.

Las primeras lecciones se impartieron el jueves pasado, alrededor de una jaula de bateo en el complejo primaveral de los Medias Rojas.

"Estuve sentado allí durante la práctica de bateo, toda la práctica, y pensé: 'Me voy a sentar a su lado y sólo le escucharé", dice Martínez. "Porque uno nunca sabe. Podría hablar durante 40 minutos y podría decir una sola cosa que uno siempre recordará. Fue muy agradable".

Hasta ahora, Martínez conocía a Ortiz solo por haber jugado en su contra. Sin embargo, lograron forjar nexos la semana pasada, al comparar sus similares trayectorias de carrera. Ortiz no se convirtió en un slugger temido por todos sino hasta haber sido cesanteado por los Mellizos de Minnesota luego de la temporada 2002. Entonces contaba con 27 años, uno más que Martínez cuando los Astros lo liberaron al final del entrenamiento primaveral de 2014.

"Su carrera ha sido básicamente similar a la mía", dice Ortiz. "Uno pasa de ser uno más a llegar a convertirse en súper estrella si uno nunca olvida su origen, y yo creo en esa clase de peloteros. Y sé que ellos vienen acá, no dan nada por sentado y aportan sus mejores esfuerzos. Por eso, me gusta contar con J.D. aquí".

El sentimiento es mutuo. Martínez comparó la presencia de Ortiz dentro del campamento de Boston a jugar al lado de la estrella de los Tigres Miguel Cabrera. Martínez describe a Cabrera como una persona tan conocedora del bateo, que podría evitar la práctica y aun así, ligaba tres imparables en un partido.

"Le digo: 'Miggy, ¿no vas a tomar práctica de bateo hoy?' Y me respondía, 'No, hermano. Estoy relajado'", indicó Martínez a los periodistas. "Está sentado frente a su armario con un bate en la mano y dice: 'Estoy tomando práctica de bateo'. Es todo el tema de la visualización mental. Nunca olvidaré las cosas que Miggy solía hacer".

"Víctor no era así. Víctor, por su parte, tenía que batear cada día. Víctor era muy estudioso. Uno aprende cosas distintas. En mi caso, debo entender qué me va a funcionar (como bateador designado). Aún no sé qué será".

El coeficiente intelectual de Martínez en lo que a bateo respecta es sumamente alto, sus hábitos de trabajo tan diligentes, que es muy probable que lo entienda en poco tiempo. Por si acaso, Ortiz estará allí para recordarle que su búsqueda no será sencilla.

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Joe Mahoney/Getty ImagesLa contratación de J.D. Martínez les da a los Medias Rojas el bate poderoso que necesitaban en el medio de su alineación, que fue la de menos jonrones (168) en el 2017 en la Liga Americana. Y podría desencadenar otros movimientos en la plantilla.
Demoró demasiado, pero finalmente, los Medias Rojas de Boston consiguieron dar la respuesta ideal a la llegada de Giancarlo Stanton a sus archirrivales Yankees de Nueva York.

Luego de largas negociaciones, a que a ratos se calentaban y a ratos se enfriaban, los Medias Rojas anunciaron este lunes la firma del toletero cubanoamericano J.D. Martínez por cinco temporadas y 110 millones de dólares.

Martínez, de 30 años, viene de la mejor campaña de su carrera, en la que disparó 45 cuadrangulares y remolcó 104 carreras en 119 juegos con los Tigres de Detroit y los Diamondbacks de Arizona.

Su contratación le da a Boston el bate poderoso que necesitaba en el medio de su alineación, que fue la de menos jonrones (168) en el 2017 en la Liga Americana.

El cubanoamericano nacido en Miami fue el tercer máximo bombardero del año pasado en las Mayores, sólo superado por Stanton (59), entonces con los Marlins de Miami, y Aaron Judge, de los Yankees (52).

Aunque no se han revelado todos los detalles, el contrato concentraría la mayor cantidad del dinero en los dos primeros años, tras los cuales JD podría optar por salirse e ir nuevamente a la agencia libre.

Su llegada a la 'Nación Medias Rojas' le daría a la gerencia también la posibilidad de reforzar otras áreas de la plantilla, pues es muy probable que Jackie Bradley Jr. sea puesto como pieza de cambio en el mercado.

Bradley ha estado todo el invierno en medio de rumores de cambio y ha despertado interés en varios equipos.

Boston movería a Andrew Benintendi a la pradera central, mantendría a Mookie Betts en el derecho y le daría al recién llegado la tarea de custodiar el bosque izquierdo.

Este sería el orden al bate que presentarían los Medias Rojas el Día Inaugural ante los Rays de Tampa Bay: Betts (RF), Benintendi (CF), Xander Bogaerts (SS), Martínez (LF), Hanley Ramírez (BD), Mitch Moreland (1B), Rafael Devers (3B), Christian Vázquez (R) y Eduardo Núñez (2B).

Si la gerencia decide quedarse con Bradley, entonces el debutante manager Alex Cora podría usar a Martínez como bateador designado y alternar a Hanley y a Moreland en la inicial, en dependencia del pitcher abridor del equipo contrario.

Y como "a río revuelto, ganancia de pescadores", quién sabe si el más beneficiado termina siendo el cubano Rusney Castillo.

Tuvo una gran campaña en las Menores en el 2017 y no fue llamado al equipo grande en septiembre, cuando se expandieron los rosters.

Después disfrutó de un gran invierno en Puerto Rico y se coronó campeón de la Serie del Caribe con los Criollos de Caguas.

Tiene sobre sus hombros el peso de un contrato de 72.5 millones de dólares, que hasta el momento no ha logrado justificar.

Pero si Boston se deshace de Bradley, el cubano Castillo es el hombre ideal para ocupar la cuarta plaza de jardinero de los Medias Rojas.

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J.D. Martinez
Photo by Juan DeLeon/Icon SportswireBoston lo necesita. Parece que él necesita a Boston. Un acuerdo con J.D. Martínez, el mejor toletero disponible en la agencia libre, parece inevitable... ¿correcto?
No era un letrero de "Abierto Para Negocios", como su mentor Roland Hemond colocó alguna vez en un vestíbulo en unas reuniones invernales hace algún tiempo. Pero Dave Dombrowski se sentó en una suite de un hotel en Orlando, Florida, en diciembre pasado, apuntando a una lista de jugadores en el bolsillo de su chaqueta, y dijo para que todo el mundo lo escuchara que los Medias Rojas de Boston estaban listos para hacer acuerdos en la temporada baja.

"Nosotros sabemos lo que queremos", dijo Dombrowski. "Pero estás en contacto con dos cosas: el mercado de cambios y la agencia libre. Esas cosas no las puedes controlar".

Un mes después, los Medias Rojas siguen teniendo las mismas necesidades, mayormente un gran bate en el medio de la alineación, y la lista en la chaqueta de Dombrowski se sigue empequeñeciendo, aunque a un paso históricamente lento.

Y además, con el inicio del festival anual de fanáticos del equipo este viernes en el Foxwoods Resort Casino en Mashantucket, Connecticut - y restando 25 días para que se reporten lanzadores y receptores a los entrenamientos primaverales -- ¿dónde están las cosas con el agente libre J.D. Martínez y los otros objetivos de Boston en la temporada baja?

¿Cuánto necesitan realmente los Medias Rojas a Martínez?

Oh, solo lo necesario para ganar una serie de postemporada.

Consideren esto: De los 74 jugadores que conectaron al menos 25 jonrones la pasada temporada, nuevo record para el béisbol, ni uno solo de ellos estuvo con los Medias Rojas. Y esto: Martínez conectó más batazos de larga distancia luego del receso del Juego de Estrellas (31 veces) que cualquier otro bateador de los Medias Rojas en toda la temporada. Y esto: Boston terminó último en cuadrangulares en la Liga Americana por primera vez desde que Mookie Betts utilizaba pañales.

Han pasado 15 meses desde que David Ortiz se retiró e igual cantidad de tiempo desde que los Medias Rojas tuvieron una verdadera amenaza en el medio de su alineación. No en balde los ratings de television en la telecadena del equipo New England Sports Network han bajado un 15 por ciento desde el 2016.

Martínez podría ser también el Ortiz de su generación, un estudioso del bateo que descubrió su poder en el plato en sus medianos 20 años tras ser dejado en libertad. En los pasados cuatro años, solo él y Mike Trout han bateado para .300 con al menos 125 jonrones y un OPS ajustado de 100 o más.

Con Martínez, la alineación podría lucir de la siguiente forma:

RF Betts

LF Andrew Benintendi

DH Martínez

3B Rafael Devers

1B Hanley Ramírez/Mitch Moreland

SS Xander Bogaerts

2B Dustin Pedroia

C Christian Vázquez/Sandy León

CF Jackie Bradley Jr.

Sin Martínez, bueno, buena suerte.

Así que, ¿qué los detiene?

Como siempre, todo se reduce a dinero y años. Especialmente los años.

Jacoby Ellsbury tenía 30 años, la misma edad que tiene ahora Martínez, cuando Boras negoció su acuerdo de siete temporadas con los Yankees de Nueva York en el invierno 2013-14. Un par de semanas después, Boras le consiguió un acuerdo de siete años a otro jardinero, Shin-Soo Choo, a los 31 años. Boras además consiguió un contrato de nueve años para el toletero Prince Fielder con los Tigres de Detroit, que en ese momento eran manejados por Dombrowski, en 2012.

Y no hay dudas que Boras quiere al menos siete años para Martínez, cuya posición en la lista de deseos de los Medias Rojas no es un secreto.

"El mundo entero sabe, incluyendo a Scott Boras, su opción preferida", dijo una fuente de Grandes Ligas.

Pero los Medias Rojas no quieren tanto a Martínez como para estar dispuestos a darle un cheque en blanco. Una fuente le dijo a Buster Olney que ellos hicieron una oferta a Martínez por cinco años y alrededor de $100 millones. Los Medias Rojas han firmado anteriormente a jugadores de posición con contratos a largo plazo, siendo uno de los más notables la extensión de ocho años que le dieron a Pedroia, pero además dieron malos acuerdos, como el que le dieron a Carl Crawford (siete años y $142 millones) y Pablo Sandoval (cinco años, $95.5 millones).

Y cuando se trata de Martínez, lo último que los Medias Rojas quieren es apostar en contra de ellos mismos.

Hablando de eso, ¿cuán robusto está el mercado por Martínez?

No se puede negar que Martínez es quien encabeza la clase de agentes libres de este año. Pero su momento no pudo haber sido peor.

Con Bryce Harper, Manny Machado y Josh Donaldson pautados para entrar al mercado el año que viene, los que usualmente gastan mucho dinero - los Yankees y los Dodgers de Los Angeles, en particular - están intentando apilar dinero y bajar sus nóminas por debajo del límite del impuesto de lujo en preparación para irse de compras en el invierno próximo.

Martínez parece generar gran interés a los equipos contendientes que necesitan ofensiva y que no quieren esperar. Más allá de su talento, él no era elegible para una oferta calificada porque fue cambiado en medio de la pasada temporada, lo que significa que el equipo que lo firme no tendrá que ceder un turno del draft en compensación. Pero los Cardenales de San Luis trajeron en cambio al jardinero Marcell Ozuna, mientras los Gigantes de San Francisco hicieron intercambios por el antesalista Evan Longoria y el jardinero Andrew McCutchen.

¿Y los Diamondbacks? A ellos les encantaría tener de vuelta a Martínez, dado todo lo que él hizo por ellos tras llegar mediante cambio en el verano pasado. Incluso trajeron a Robert Van Scoyoc, el coach de bateo personal de Martínez, como consultor, y existe el pensamiento que Martínez prefiere jugar en los jardines a ser bateador designado. Pero a menos que el gerente Mike Hazen pueda salir del as Zack Greinke, a quien se le deben $126.5 millones en los siguientes cuatro años, parece poco probable que Arizona pueda encajar a Martínez en su nómina.

Quizás exista algún equipo misterioso allá afuera. Y todo el mundo sabe que Boras es un experto creando un mercado cuando parece que un jugador se está quedando sin opciones.

"Slugging de .690 [la pasada temporada]. Por eso es que yo lo llamo el 'King Kong del slugging'", dijo Boras el mes pasado, en modo completo de vendedor. "Él se separa del resto de los grandes - los [Giancarlo] Stanton, los [Mike] Trouts, todos ellos. Existe una diferencia de 40-50 puntos".

¿Acaso los Medias Rojas tienen otras opciones?

Seguro, pero están disminuyendo lentamente.

Los Medias Rojas llegaron a contactar a los Marlins sobre Stanton pero nunca estuvieron realmente en la batalla porque él no estaba dispuesto a ceder su cláusula de no cambio por ellos. Ellos llegaron a explorar posibles cambios por Ozuna, el primera base de los Medias Blancas de Chicago José Abreu y otros, incluyendo a Machado. En cada caso, ellos carecen de los prospectos de primer nivel que se necesitaban para hacer un acuerdo, ya que su sistema de fincas ha sido diezmado por anteriores transacciones de Dombrowski.

En el mercado de agentes libres, Carlos Santana firmó con los Filis de Filadelfia y Jay Bruce con los Mets de Nueva York, pero Logan Morrison y Lucas Duda siguen siendo potenciales reemplazos, pero poco inspiradores. Eric Hosmer sigue sin firmar también, aunque es poco probable que encaje en Boston ya que los Medias Rojas firmaron de vuelta a su inicialista Moreland el mes pasado.

Internamente los Medias Rojas han hablado de atacar el mercado de lanzadores, donde los agentes libres Yu Darvish y Jake Arrieta están disponibles. Pero el equipo tiene $63.5 milliones invertidos en David Price, Rick Porcello y Chris Sale para el 2018 y están contentos con su rotación de abridores, a pesar que Drew Pomeranz y posiblemente Price podrían ser agentes libres luego de la temporada.

Si las cosas se caen con Martínez, quizás lo más probable es que los Medias Rojas se queden quietos y esperen recibir mejoras en el rendimiento de parte de Bogaerts, Ramírez, Bradley y Betts, y entonces intentar añadir un bateador antes de la fecha límite de cambios directos.

Así que, ¿qué va a ocurrir?

Quizás tome algunas semanas más, quizás llegue hasta los entrenamientos primaverales, pero sigue haciendo el mayor sentido para todo el mundo que los Medias Rojas y Martínez logren cuadrar un acuerdo de digamos, seis años y $180 milones.

Ambas partes se necesitan demasiado una a la otra como para evitar que eso no ocurra.

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